Aleera Lux Evanik Malfoy

Sentía un deseo ferviente, poderoso, algo que la abrazaba y la obligaba a salir de allí. No se podía quejar de sus captores, debía reconocer que Xell había sido un encoanto, tal como había actuado cuando la que ocupaba la celda era Aleera y no la mortífaga de la máscara dorada. Así y todo, la libertad era el valuarte mas grande de todos y no pensaba sacrificarlo.

-tengo que irme, ya falta poco –dijo -finite incatatem -repitió por las dudas apuntando a sus pies, temiendo que algo le haya dado, nada debía importunar su huida. -

Sabía que no podía hacer mucho, su mente se concentraba mas en salir que en los hechizos o en todo lo que pasaba alrededor. Estaba atontada y lenta, quizá por la falta de alimentación y luz solar, pero al salir todo cambiaría. Unos días al cuidado de su elfo y estaría como nueva.

-Esto va terminando, por voldemort muerto! -pensó exahusta

Estaba en los corredores, a unos 10 metros de cualquier persona u objeto y corriendo, saliendo del alcance de cualquiera. Mantendría al menos esa distancia mientras que cada paso que daba sabía que era uno mas que la acercaba a su libertad, a su hogar, a su familia. Estaba ansiosa, la varita temblaba en su mano con todas las ganas de la venganza y la euforia de ser libre.

-Celerus Expectro protego –una mole de magia negra, con 6 brazos y dos fuertes piernas. Tenía dos metros de altura y doblaba en ancho a la Evanik apareció cubriéndola. Se aseguraría de seguir su paso y, de ser necesario, atacar para cuidar la integridad de la hechicera. La cubrio recibiendo cualquier rayo como el que isasha trataba de mandarle.

-Seneca –dijo Aleera apuntando a Isasha y de pronto sabia que su oponente perdería la capacidad del habla sufriendo severas limitaciones que impedirían que continue atacando a sus compañeros y amigos -finite incatatem -repitió y sus pies quedaron en libertad para continuar con su huida

Estaba en la celda, sus canciones habían ocupado parte del día. Al que le gustaran, bien, al que no también. Ya bastante que se encontraba allí contra su voluntad, no sería comprensiva. Pensaba en los buenos momentos que vendrían luego, para llenarse de energía, para salir adelante. En esos momentos un ligero temblor la alertó. Sonrió tras su máscara dorada, aunque nadie la vio, pues sabía qué significaba aquello.

En su pecho sintió como una pequeña llama que ardía al ir viendo la presencia de los suyos, pasara lo que pasara, saliera o no, sabía que no estaba sola. Unos pasos se acercaron y alguien abrió la celda, liberándola. Aleera creyó saber que detrás de la máscara estaba su camarada Leah.

-gracias linda, te la debo –le dijo al momento que su mano derecha se cerraba en torno a la varita que la hechicera le entregaba y, de ese modo, estaba lista para empezar su partida.

Salió corriendo al corredor, donde ahora estab lleno de gente. Algunos amigos, otros no, pero ella sabía lo que debía hacer. Siguió las órdenes implícitas y se abocó a escapar.

Aquello era aburrido. Aleera estaba feliz por los que habían escapado pero eso significaba menos amigos y mas enemigos a su alrededor. Le hubiera gustado que aquella líder, Xell o su hermana Jessie fueran por ella, con ellas charlar era cosa agradable y al menos el tiempo pasaría de un modo mas cómodo para la nigromante. Podía ponerse a hacer berrinches y atraer la atención pero aquello ya no era digno de ella, estaba cansada, se sentía sucia y el clima no era el mas agradable del mundo.

Tiró la cabeza para atrás con los ojos cerrados y se imaginó en su hogar. Una tibieza única, amplios campos verdes, el lago, las montañas, el bosque… todo lo que cuidaba de su propiedad para hacerla el sitio que ella amaba en el mundo, alejado de todo. Se imaginaba las tardes disfrutando el sol, las visitas de sus amigos, su familia. Pensó en todo lo que aun faltaba, el cuarto de su hermana, uno para el bebé, mas juntar algunos elfos extras que atiendan. Debería mandar a Max a buscar algunos.

-Al este y al oeste llueve y lloverá una flor y otra flor celeste del jacarandá. El viento como un brujo vino por acá, con su cola borró el dibujo del jacarandá… -aquel pensamiento le despertó las ganas de aquellas canciones que había aprendido en el pasado.

Una de las carceleras regresó por la melodía. No fue hasta que la tuvo enfrente que terminó las ultimas notas dejando solo una sensación relajada en el aire y su mirada se centró en Xell. Parecía que algo le extrañaba, seguramente el que no haya podido escapar pero Aleera estaba lenta. La sopa era insuficiente para reponer el cuerpo de un demonio gestante y su rapidez estaba mermada, no pudo salir a tiempo. Sin embargo, eso no quitaba que aprovechara cada minuto en aquella celda.

-Gracias... Jinete -respondió tranquila.

Le hubiera dicho "Xell" Aleera la conocía, pero revelar aquello podía hacer que la mujer ate cabos y sepa que en realidad la mortífaga de máscara dorada era nada mas ni nada menos que Aleera. Negó, era mejor así. Sus hijas, familia y el pequeño en camino no merecían pagar por la venganza que ella tenía contra aquellos seres "de luz". A lo lejos escuchó ruido, los muros temblaron, pero lamentablemente no tenía fuerzas para gritar y pedir ayuda.

Sintió la fuerte presencia de sus compañeros batirse a duelo, los gritos de los hechizos que golpeaban las paredes, el aire que se tornaba tenso en cada paso y ella sabía que muchos de los que estaban allí lo hacían con mucho esfuerzo. Tenía ganas de atravesar los barrotes no por escapar, sino por abrazarlos. El sonido cesó y la batalla murió tan pronto como había aparecido.

-Ya llegara nuestra hora -dijo en un susurro

El comentario que Aleera había dejado librado al aire pareció coincidir con su profesor. Sonrió complacida, era cierto, uno debe mantener su perfil, su valentía, ante cualquier acto. Si eras capaz de matar a alguien se lo suficientemente fuerte para decir su nombre o solamente serás un cobarde asesino. La clase continuó, parecía que las dos habían hecho bien su tarea. La Malfoy descubrió que la asignatura era mas compleja y agradable de lo que hubiera imaginado en el momento de la inscripción.

Cuando les habló de la creación de un inferí u homúnculo el rostro de la demonio pareció hecho de piedra. Por un momento que pareció eterno su mente se zambulló en recuerdos, en una vez donde había estado frente a uno. No había libro ni palabras capaz de describir aquella cosa que no estaba ni viva, ni muerta… aquel ser, para ser generosos, que no podía responder a nada mas que a un impulso, era el cuerpo de quien una vez había sido alguien con amores y sueños echados a perder. Cerró los puños y buscó el ritmo de su corazón para unir la respiración pasando aquel impacto inicial.

Llegó el momento en que describió como se hacía el ungüento del inferí. De solo verse embadurnar el cuerpo de un muerto (en su mente putrefacto) unas arcadas que nada tenían que ver con su embarazo se presentaron. Fingió que sonreía y deseó sacar esa imagen cuanto antes de su mente. Lo logró.

Cuando pasaron a los homúnculos, el efecto en el suelo fue cautivador. Aleera retrocedió un paso ante la sorpresa y su tez blanca destelló ante la luz celeste con un efecto sorprendente. Avanzó, deseando poner la yema de su dedo sobre aquel símbolo que la magia había dibujado. Se contuvo pero requirió de un esfuerzo mayor para disimularlo. Tras la vasta explicación recibieron dos trozos de pergaminos con la lista de ingredientes. Supo de inmediato que no sería tan fácil como ir al almacén y conseguirlos pero eso no la detendrían.

-Nos vemos en dos días, hijo –dijo despidiéndose cuando terminó de guardar las cosas retirándose de la cámara. Apenas conocía los sitios de Grecia, así que viajaría de regreso a Inglaterra para hallar cada uno de los ítems que pesaban en el trozo de papel. No podía fallar, debían ser de buena calidad, dignos, no había margen de error o fallaría en la labor.

Así pasaron los dos días en los cuales apenas logró pegar un ojo mientras deambulaba de mercado en mercado. Visitó varias ciudades y apeló a contactos tan turbios como el agua de las alcantarillas pero antes que se cumplan las 48 horas la Evanik regresó a Grecia con sus elementos. Llevaba todo lo necesario y algo de cansancio que esperaba compensar tras recibir su nota. Se ubicó en un rincón de aquella cámara donde las figuras de los horrocruxes habían quedado presidiendo detrás de su hijo y separó los ingredientes para cada una de las pociones. Tenía los recipientes, la lista, cada ítem y algunas cosas extras. La balanza la había mandado a calibrar nuevamente para disminuir cualquier error y que aquella creación sea lo mas fiel posible.

El profesor había traído consigo los cuerpos sobre los cuales trabajarían y allí estaba ella. Tenía un cadáver en dudoso estado de conservación observando de modo vacío el techo, debió respirar profundo y actuar como si fuera uno de los tantos pacientes que atendía en San Mungo. Comenzó en un caldero de plata mediano colocando el agua, se aseguró de medir bien y ponerla sobre un fuego que apareció con su varita. Añadió el zumo y la vaselina, pues los líquidos debían formar una solución homogénea o jamás aceptarían los demás ingredientes.

Mientras esa parte tomaba calor, juntó las demás cosas de la lista, trozando en tiras o triturando como era debido. Los pétalos quedaron formando un polvo similar al de la tiza, era perfecto. Las escamas y las plumas era lo mas complicado, debió usar una daga de oro para obtener mejores resultados y despeluzar la pluma para que pueda añadirse correctamente. Los colmillos los rayó hasta que formaron un polvo que recordaba al talco y por último, un toque de su propia invención. Extrajo un tubérculo de ruibarbo que debió exprimir con la daga.

Una vez que el caldero tenía un tono parejo, color metálico echó la mezcla de secos. Con la cuchara de madera revolvió 20 veces en sentido de las agujas del reloj, 5 en sentido antihorarios y nuevamente el ciclo durante 40 minutos. Ya sentía entumecido el brazo cuando la mezcla misteriosamente se tornó un color morado intenso y ella suspiró aliviada. Por último, le colocó el jugo del ruibarbo y sacó del fuego revolviendo suavemente mientras pronunciaba un mantra antiguo, eso le habían dicho los viejos boticarios.

Permitió que la mezcla se enfríe para acabar de tomar contextura y mientras tanto analizó lo del homúnculo. Aquello era mas complicado, debía salir de sí misma y la Malfoy era reacia a compartirse. Así tomó el tiempo para no solo reunir los elementos de la lista, dividiendo en un caldero aun mas grande los líquidos de los secos. Sino que añadió elementos de su propio cuerpo: uñas, cabellos y principalmente sangre. Una vez que hubo mezclado, dibujó en el suelo aquellos signos extraños de la alquimia antigua y recitó un hechizo que había encontrado en su investigación. Un ligero temblor los abrazó a todos, unas pequeñas rocas cayeron del techo y finalmente un doble de la Malfoy se alzó de aquel empastre.

La Evanik regresó a trabajar sobre el cuerpo que el profesor le entrego, dibujó en el pecho y espalda, muñecas y tobillos los pentagramas de la alquimia y luego comenzó a untarlo con la primera de las pociones que para ese entonces era como una crema lila. Pasaron unos minutos y cuando había dado dos pasos para atrás resignada a que había fallado, el inferí se movió. Aleera se alejó un poco mas, estaba despeinada, pálida, agotada pero conforme con haber acabado todo.

No supo si estaba alucinando o si el embarazo le hacía ver lo que deseaba. Quizá de verdad estuvo a punto de salir y ser libre pero al abrir los ojos estaba otra vez en la celda, sobre la cama y todo era como las horas previas a su posible sueño. Bajó la vista y cerró los ojos pensando en cómo estaría su familia, sus otras hijas, su amor lejano. Aquello la llenaba de tristeza que no estaba dispuesta a mostrar a sus captores y agradecía a la máscara dorada que llevaba sobre su rostro.

Se preguntó por la carcelera de la sopa, esa joven también estaba triste. Aleera pensaba que quizá era realmente por miedo o, a lo mejor, lo que estaba haciendo en su bando no era lo que la ponía feliz. La Malfoy había pasado por mucho en el tiempo que llevaba como tatuada y sin embargo de lo que estaba muy segura es que la familia de los mortífagos le había dado mas alegrías que nada. Tenía a sus hijos dentro, había conocido a quien es la persona que amaba, amigos, hermanos, padres, tíos… la lista era interminable.

Aleera se apoyó de lleno en la pared y respiró profundo. Al instante, con los ojos aun cerrados comenzó a tararear una melodía dulce y tranquila. No era su voz, era la de su demonio interno que buscaba reconfortarla, darle las fuerzas para resistir el tiempo que le quede por delante en aquel nido que llamaban Abaddon.

Cuando el aire frío de aquel día rozó su piel trayendo la libertad a su persona sonrió. No importaba el cuerpo, la máscara, los pensamientos tristes que quedaban en la celda junto a su carcelera. Ya le llegaría un agradecimiento, el embarazo la estaba tornando una sentimentalista barata pero Xell recibiría una recompensa al respecto.

-Gracias –dijo al tiempo que la niebla blanca la envolvía y en segundos se extinguía. Aleera ya no estaba allí, ya no quedaba nada. Era libre y a cientos de kilómetros disfrutaba de su estado lejos de fenixianos.

Sabía que el tiempo que le dedique fuera de abadoon se lo debía a sus amigos y ya arreglaría cuentas con cierta fenixiana, la vida es un ida y vuelta y el regreso sería de lo peor para la joven osada que solo molestaba. Esperana que usara su consejo del jabon aunque le llegaria uno de regalo de su parte.

Aleera estaba segura que lo que fuera que su presidiaria le contara podía interesarle. Todo ayudaba a hacerse una idea de sus contrincantes, sabiendo sus motivos era fácil hallar los puntos débiles y así desmoronar la ceguera que poseían aquellos que llevaban luces en sus rostros. La vio ponerse de pie, irse para los barrotes, conocía bien a los seres humanos como para saberla deprimida. Hubiera hecho algo por ella, seguramente estaba en un momento difícil pero no podía bajar la guardia.

-Está bien que tengas miedo, no te avergüences. El miedo puede ser también tu fortaleza si lo sabes emplear correctamente…

El tiempo pasó, había acabado su comida y solo pocas palabras intercambiaron presa y carcelera. Ignoró el resto de la situación, solo necesitaba estar fuerte por su hijo. Debía ser egoísta hasta con sus propios compañeros presentes que pasaban mensajes de celda a celda. Ansiedad. Al cabo de unas horas el temblor de la estructura confirmó lo que la Malfoy ya sabía, el rescate.

-Quizá acá termine nuestro encuentro, gracias por todo, y recuerda lo que te dije antes. Deberas ser fuerte.

Alguien se acercó a la celda y la libertad se aproximaba a la Nigromante. Estoy bien, libre y sana, dijo a su compañera al tiempo que éste le brindaba una varita, la cual al cerrarse en su mano tembló ligeramente. “Poder”

-Celerus detritus –dijo tras caer por el zancadillas y de inmediato la rodeo una capa de magia que la defendería de cualquier ataque físico, rayos, y molestias a su persona y a Gyvraine. Aleera no se tardó y salió de allí.-finite incantatem -dijo para liberarse

-Fuego negro –dijo ambas con la voz fría que utilizaba y al momento dos bolas de fuego se sometieron a su voluntad. Ambas crecieron lo suficiente a unos 4 metros por encima de su cabeza y, a la vez, con la orden de no tocar nada o dejarse tocar a menos que la voluntad de la Evanik lo ordene.

No entendía que pasaba, si era un sueño, si era verdad. Las palabras de la mujer que servia de carcelera le daban vueltas en la cabeza. Y ella qué? acaso no contaba el daño que los fenixianos le hicieron de niña, a ella, a su familia... luego a sus descendientes. No fue que se apiadaron ahora por un embarazo cuando al resto de sus compañeros los tiraron como cachos de carne a los perros. A ellos no los hacían mejores pero no interrumpió el relato. La dejó que haga su descargo con aquella voz suave y tranquila que le anunciaba que no hab+ia errado en el juicio. Al menos una de los emplumados valía la pena, lo había demostrado.

Comio mas sopa, un poco de pan y agua. Agradecía aquellos alimentos que fortalecian su cuerpo y que le permitían mantenerse en pie mientras esperaba la llegada que no tardaría. Los ruidos iniciaroin, las voces, hechizos y locuras corrieron por todo Abaddon. Aleera espero quieta y paciente como buena alto rango daria el ejemplo (?) aunque por dentro deseaba gritar como una niña pequeña y salir de allí a los brazos de su familia y amigos

Había aceptado su invitación. Ahora la Malfoy no solo disfrutaba de un caldo tibio para templar aquella estancia sino que una buena charla. Dos cosas que siempre debían ir de la mano, al menos hasta que sepa cómo seguiría. Por el momento solo la mujer que trabajaba en el ministerio hablaba y el joven las observaba.

-Las madres tienen un tacto único, creo que la tuya no es la excepción. Agradecele de mi parte y espero que también comas algo, esto dará para largo -sonrió de costado aunque la máscara le ocultaba el gesto.

La joven, astuta, le replicó la pregunta. ¿Por qué llevaba máscara? era una buena consulta aunque con una respuesta ambigua. Aleera llevo una cuchara mas a su boca antes de responderle en el mismo tono monótono con el cual conversaba, no la miró, ahora estaban sentadas una al lado de la otra y ella quería mantener la pose para no caerle mal a su pequeño.

-Porque en las actividades de bando, la máscara nos identifica. Me capturaron en el momento en que mis compañeras me siguieron en busca de sacarlos de sus escondites. Aunque... me temo que tu pregunta es más profunda ¿Quieres saber por qué soy mortífaga, Querida?

Ahora si su mirada ambarina se fijó en la rubia. Por un momento las orbes de Aleera parecían penetrar a través de cualquier defensa de su presidiaria mas solo era un nexo que podían tener cuando las ganas de conocimiento de ambas partes eran altas. No era la primera vez que intentaban sacarle información, ella tenía algo de practica.

La fenixiana regresaba como lo había prometido. Aleera se alegró de haber sido buena con ella en el pasado, pues era evidente que se trataba de una buena persona, solo que no tenía buenos ideales. Sus captores la comodaron y ella se mostró amable. Echó una mirada a Koa, por lo visto había logrado molestarlos pero no lo suficiente como para que le nieguen la comida.

-En nombre de mi compañera acá presente y mío les agradezco –respondió nuevamente en un tono de voz que nada se parecía al dulce y cálido de la Evanik. Llevó un primer cucharon de sopa a su boca y sintió el efecto en su cuerpo, sería suficiente por ahora para que el niño no sufra- Esta delicioso, gracias.

Ambos estaban allí, observándolas, controlando que no se salgan de control. Parecía que la presencia de la Malfoy en Abaddon había despertado algún sentido en ellos, algo que gracias a la pócima de transmutación no podrían saber con certeza. Continuó comiendo con una gala de modales como si estuviera ante el primer ministro mismo y despacio.

-¿Gustan sentarse? Estar de pie mucho tiempo no es bueno, puede traerles dolores. Cuentenme, ¿qué los motiva a llevar luces en sus rostros? Es algo que me intriga –dijo continuando con su comida

Otro joven fenixiano se acercó a ella. Por un momento Aleera se mantuvo firme con respiración pausada, como si fuera una mera estatua. La mirada de su captor la escaneaba como rayos x esperando hallar algo, mas solo vería una máscara dorada y una mirada ambarina llena de frialdad y malestar. El joven profirió un grito de exclamación adivinando lo que la poción multijugos ocultaba.

-Te agradezco –dijo una vez que una serie de hechizos invadieron su cuerpo sin generar nada especial y un vaso de agua se acercaba a sus manos- pero me temo que no sé qué dices. De todos modos has tenido un lindo gesto.

Aleera bebió el agua, aunque la poción multijugos cambie la forma de su cuerpo ocultando un vientre redondeado por uno plano ella seguía cargando un hijo. Sabía que si su demonio interno no había explotado en una serie de maleficios e insultos era únicamente porque la criatura estaba viva y la protegía como un dragón cuida a sus huevos. Sonrió y entregó el vaso vacío al joven.

-Mucho mejor, gracias fenixiano –respondió en un tono monótono y sin vida, regresó su mirada al frente, dura como una estátua.

En un principio la joven mujer encargada de transportarla la cargó en un hombro. Aleera se sorprendió que alguien tan frágil y disminuida pueda cargar el peso de una joven embarazada. Por supuesto, la poción multijugos que había bebido en su hogar antes de salir de ronda ocultaba aquel detalle, pero el peso neto del cuerpo era el mismo. Cuando hubieran aparecido en la pocilga de Abaddon los pocos modales de la fenixiana desaparecieron. Atada, incapaz de movilizarse, la mujer arrastraba a la Malfoy lastimando su piel. Para su fortuna sería la espalda y miembros la zona dañada mas no su abdomen.

Por algún motivo que no supo explicar la pusieron junto a su sobrina, una joven dotada de buenos pulmones y un sentido del humor particular. Si Koa estaba en esa celda era gracias a la falla de Aleera quien era la responsable de la ronda en la casucha Longbotom. No dijo nada mientras la odefa la encerraba, pero la Evanik tenía una memoria sorprendente y en aquel momento Adryanne acaba de firmar su sentencia de muerte y persecución.

-Gracias pollita -dijo en un tono frío y tranquilo en el momento que sus manos se ataron a una cama y los pies quedaban libres- Mi apuro por llegar es que... realmente apestas y me das arcadas ¿Conoces el agua y jabón? es un buen invento que te recomiendo pruebes pronto. ¡Nos vemos!-expreso mientras su captora se aseguraba de cerrar la celda

Aleera observó a su sobrina con una ceja alzada. Era cierto que se parecía a su madre, Lisa era capaz de hacer lo mismo y mas. La Malfoy estaba aburrida, su espalda dolorida y solo le importaba saber el estado de su hijo. Deseaba con todas las fuerzas que Jessie aparezca, ella sabría qué hacer, incluso la mujer que había sido líder y le había dado agua de manantial. El agua de manantial podría haber ayudado a curar si algo afectaba a su retoño. Se apoyó sentada con las manos sujetas, las piernas flexionadas del modo que sea mas cómodo para que no le afecte y sus sentidos atentos. No necesitaba de una varita para defenderse.

-Buenas, sobrinita, veo que tenemos el lujo de hacernos compañía.

Al poco otra fenixiana se acercó. Esta vez se trataba de alguien decente y la Malfoy se mostró dócil mientras la curaban. Se tragaría su orgullo en función de permanecer despierta para cuidar de su familia. Al cabo de un instante le respondió a la fenixiana. Aleera la reconoció aunque era imposible que ella haga lo mismo, cuando se cruzaron en otra oportunidad la Evanik estaba de civil

-Te lo agradezco mucho, un poco de caldo me hará bien. ¿Puede ser algo para la joven que comparte claustro conmigo? Prometo que no te haremos daño

OFF:}

Xell, gracias, perdona que no te vi antes. Alee tiene multijugos encima para que no le vean su particular cuerpo

..:: PLANTA CINCO – HERIDAS Y RESURRECCIONES DE NEUTRALES Y CIVILES – Atendiendo a Lyra::..

Aunque su abuela aceptaba el chocolate, aquello había llegado tarde. lLamentablemente el demonio dentro de Aleera había cobrado fuerza y, con ello, dominaban las hormonas sobre el cerebro. Ahora exigia respuestas y solo las podría obtener en Ottery.

-Nos marchamos, ya estas lista para irte –garabateó un alta de modo vago, aunque casi rompe el pergamino por la fuerza.

Aleera tomó a su abuela con firmeza, la justa sin lastimarla, pero lo suficiente para retenerla. No había chances que se salve de desaparecer juntas y, de ese modo, ambas mujeres, demonios, desaparecieron de la sala de urgencias.

-Vamos a ver que buena explicación tiene Patticito… -dijo con furía mientras su mirada ambarina destellaba enojada

..:: PLANTA CINCO – HERIDAS Y RESURRECCIONES DE NEUTRALES Y CIVILES – Atendiendo a Lyra::..

La Evanik tomó asiento en un banco alto, no estaba para aguantar de pie mucho tiempo. Estaba cansada, llevaba días en el hospital y alimentándose con comida rápida. Recibió con alivio el hecho que su familia, aunque no lo eran de sangre, estuviera a salvo y lo primero que haría al estar libre sería comprar un ejemplar del profeta. Seguramente había uno en su casa pero no pasaba por allí tan seguido como debía desde que lo había perdido.

-No, no es bueno excederse en la dosis, pero ya que has tomado todo, podemos ir a beber un chocolate, café, leche o lo que gustes a mi oficina para que me cuentes en detalle.

Escuchó casi espantada que ella, sola y valerosa, había enfrentado a un líder fenixiano. Daba gracias a la calva incipiente y a la nariz perdida de Voldemort por tenerla ahora frente suyo a salvo, viva y recuperándose.

-¿Colt? ¿el cardenal? –Aleera rió, aunque un cierto nerviosismo fue evidente en aquel gesto- Tiene cierta razón pero no por eso debe darte miedo. Después de todo ¿Por qué no te cuidó? Debería sentirse mal por ello, es mas, debería ir yo y exigirle explicaciones!!!

Sin darse cuenta Aleera se había puesto de pie, su mirada esmeralda estaba ahora ambarina, clara y su piel un tono mas bajo, como el cemento. Las venas se notaban de color borgoña a través de la dermis y cerró las manos en dos puños al tiempo que avanzaba unos pasos.

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Aleera reguló la respiración y tranquila movió sus dedos níveos uno contra otro mientras que su voz suave como una caricia llamaba a su abuela. Poco a poco, con algo de esfuerzo, lo logró. Lyra recuperó su forma humana y mientras que Aleera se ponía de pie, llevando la mano a su abdomen algo redondeado, la Ryddleturn se disculpaba.

-Por favor, déjennos solas –dijo a los enfermeros sin quitar sus ojos de su abuela. Cuando el último de ellos se retiró y ambas mujeres quedaron en la sala retomó las preguntas- ¿Fenixianos?

Luego, casi al tiempo que ella buscaba aclarar por qué debía traer a la vida a un ser amado, su abuela consultó por las pociones. Se rió sutilmente mientras se arrimaba a una de las mesas laterales y comenzaba la mezcla.

-para tu fortuna, tu nieta linda, es experta en pociones y ha logrado mejorar notablemente el sabor de las pociones. ¿Supongo que te gusta el chocolate, cierto? –entregó una copa alta con un líquido espeso, suave y color oscuro. El aroma a cacao invadió a las mujeres y la Jefa de planta sonrió satisfecha.

-¿Qué es lo que te asusta de tu casa, linda? –preguntó con evidente intriga

..:: PLANTA CINCO – HERIDAS Y RESURRECCIONES DE NEUTRALES Y CIVILES – Atendiendo a Lyra::..

Aquellos empleados estaban preparados para todo, excepto para aquello. Ni bien llegó a abrir los ojos la paciente se transformó en una gatita persa blanca. Su pelaje era hermoso, suave, mas blanco que la nieve misma. Su mirada tenía una intensidad que hacía sospechar que fuera un animal como cualquier otro, y se mostraba bellísima.

-¡la puerta! –exclamó Aleera, imaginando que algo andaba mal.

Un rayo partió de la varita de su mano derecha, impactó en la única entrada que tenía la habitación y encerró a los dos enfermeros y a ella junto a la matriarca Ryddleturn. Ahora nadie podría salir a menos que ella lo permita y no lo haría hasta asegurarse que su abuela esté bien. Trató de acercarse a ella pero no tuvo suerte, parecía temerle.

-Abu, Lyra, linda… soy Alee… tu nieta ¿me recuerdas? –consultó mientras le tendía una mano suavemente para tratar de acariciarla y ganarse su confianza.

..:: PLANTA CINCO – HERIDAS Y RESURRECCIONES DE NEUTRALES Y CIVILES – Atendiendo a Lyra::..

No pudo prolongar la búsqueda de aquellos seres extraños, tenían un interesante efecto sobre el embarazo y no precisaba de mas molestias. Con permiso se perdió de regreso a su planta, precisamente en su oficina. Su mirada recorrió la habitación pensando que pronto iba a ser víctima de algunas modificaciones. Agregaría una cuna y un sitio para su hijo.

Mientras se relajaba sintió el sonido de la alarma en la planta. Se trataba de una leve melodía que solo escuchaban los sanadores que trabajaban allí, también sus desaparecidos aprendices, y alertaba que había trabajo. Como no había podido cruzarse en los últimos días con sus compañeros, decidió recurrir ella al trabajo, con la doble esperanza de ver a sus amigos.

Al llegar a la zona de recepción las enfermeras ya movían una camilla con un cuerpo encima a una de las salas. Mary, una de las enfermeras que mas tiempo llevaba en la planta, tenía una carpeta en la mano y en la otra una varita, le hizo una seña y ayudaría en el procedimiento. Aleera entró y se frenó en seco sorprendida. Su rostro se mostró duro, pálido como la leche, su mirada fría como dos piedras preciosas. Reconoció al instante que se trataba de Lyra, una hechicera que era como una abuela para la demonio.

-Infelices… -murmuró- ¿hace cuánto está así?

Aleera se acercó con la varita en la mano, quitando al personal de su camino, quedando ella junto al cuerpo inerte de la Ryddleturn. Aplicó en silencio los episkeys necesarios para curar cualquier posible herida, aunque una de las pociones que le entregaría de último serían el mejor de los seguros. Una vez que se sintió confiada, respiró profundo y comenzó el proceso de resurrección. Por unos minutos que parecían eternos y mientras nadie se animaba a emitir sonido alguno murmuró unos hechizos en lenguas muertas y finalmente apuntó al pecho de su abuela.

-¡Enervate! –exclamó, su tono de voz resonó con una seguridad que puso los vellos de punta a los presentes.

Una de las jóvenes guardó silencio. A lo mejor la clase, la oscuridad que rodeaba a aquella asignatura, era demasiado para su compañera. En otro momento, con mas tiempo de por medio, se hubiera acercado y preguntado si estaba bien pero en aquellas circunstancias se limitó a echarle una mirada. Pik retomó la palabra y de inmediato un silencio respetuoso los envolvió a los cuatro.

-Me alegra que ambas mencionaran… -comenzó en un tono tranquilo pero sin ocultar que por algo presidía la reunión. Un dejo de autoridad y presencia se mostraba en la forma de expresarse.

-Creo que si somos tan “valientes” como para considerar hacer una maldición, deberíamos serlo para decir el nombre en voz alta. –dijo tranquila la Evanik.

Sintió un temblor y su primer impulso fue llevar las manos a sus lados, aferrándose al trozo de columna que le servía de asiento. Sus ojos abiertos como dos platos aguardaron un minuto mientras el Macnair transformaba 7 columnas en los famosos e históricos horrocruxes. Tuvo que obligarse a cerrar la boca, pues aquello la había sorprendido, le tomó un segundo recomponerse y asintió en silencio cuando su hijo preguntó que seguramente sabían qué eran aquellos objetos <<horrocruxes>> pensó al tiempo que la voz del joven le confirmaba.

Su hijo hizo una seña para que se acercaran y, Aleera, llevando una mano a su abdomen algo redondeado se aproximó con lentitud. La libreta y la pluma la siguieron como una sombra, preparadas para continuar tomando constancia de cada palabra dicha por el mortífago. Les enseñó un anillo aunque no dijo quién se lo había obsequiado, como madre debió juntar toda su fuerza de voluntad para no indagar delante de las dos mujeres, no sabía cuán confiables eran. Prosiguió con los hechizos y allí la Malfoy permitió que algunas expresiones de sorpresa se escapen en su tono de voz musical.

Como era de esperar, las preguntas que formaban parte de la tarea no se hicieron esperar. Antes de responder la primera la Evanik debió ser cuidadosa en escoger las palabras. Ella ya lo había dicho, atacaría a quien sea tan panoli de atacar a sus hijos, y, siendo todos mortífagos (excepto el que llevaba en su vientre), los enemigos se reducían a la Nibble y sus pollitos. No podía decirlo de ese modo, pero estaba segura que su hijo comprendería.

-Mis enemigos, son unos seres despiadados que solo dicen mentiras. Sin embargo sospecho que saben escribir, creo que me gustaría poner una maldición en una pluma regia, para que cuando deseen sellar sus planes macabros en palabras mi venganza se haga tangible, los abrace, los ahogue.

Para la siguiente pregunta debió tomarse un momento. Había muchas cosas en su vida importantes, en especial personas, mascotas, recuerdos de sus hijos y nietos. Pero al final, supo que el objeto mas preciado lo llevaba consigo y era el mas poderoso y sagrado para ella. Llevó la mano al escote de su túnica y sin medir en lo que pudieran pensar sacó un anillo de oro que colgaba de una cadena del mismo material. Ambos hermosos y bien resguardados contra su cuerpo.

-En este anillo –dijo en una voz muerta, casi monótona, donde buscaba ocultar el dolor- se que es una idea trillada pero es el objeto mas sagrado. Lo haría con un enemigo grande, el mas fuerte de todos, seguro que con uno de los cabecillas de ese grupo de malechores que afecta a Ottery –había cierta ambigüedad en sus palabras pero la honestidad se reservaba para sus compañeros, no para dos desconocidas.

Y la tercer pregunta fue difícil pero de inmediato supo la respuesta. Así que lo dijo con la vista fija en el anillo, rememorando la historia que le habían enseñado en el colegio hace muchos años atrás.

-Elijo el de Harry. Ya que la muerte de Lily es la mas representativa, el que mas le costó al Señor de las Tinieblas. Creo que es eso el que mas peso tiene de todos, aunque se que no fue por gusto. Sin embargo, creo que Tom Riddle si disfrutó asesinar a los Potter, pues que se haga cargo de la consecuencia. Una madre lo da todo por sus hijos. –terminó y sonrió, como si sus palabras hayan sido producto de un trance. Luego, aguardó en silencio para escuchar al resto.

Acabó su presentación, la entrega del pergamino, y se quedó quieta en su asiento tratando de pasar desapercibida. Revolvió sin hacer ruido alguno en un pequeño bolsito al tono que colgaba de ella. Extrajo una libreta de hojas amarillentas, finas, el mejor pergamino de toda Europa; junto a ésta tomó una pluma a vuela-pluma que llevó a los labios y permitió cumplir su función.

Fue justo a tiempo, en ese momento Pik iniciaba una detallada explicación que llenaba todos los huecos en los conocimientos que la práctica otorgaba a la Evanik. Con ello, la pluma rasgaba el papel sin descanso, apuntando hasta el último detalle para que pueda releerlo la demonio cuantas veces guste. Estuvo a punto de preguntar algo, pero el comentario del profesor respondió antes que llegara a evidenciar mas detalles acerca de los síntomas que presentaban las víctimas. Aquello daba mucho que pensar.

El profesor entregó las notas. Aleera se sorprendió con su extraordinario y no pudo ocultar el rubor rosado que invadió sus mejillas. Agradeció en una sonrisa sincera y un leve asentimiento con el rostro. Por dentro su pecho se llenó de orgullo y estaba segura que seguiría dando todo de sí para las siguientes tareas. Pik expresó su enunciado y ellas tenían que dar pronto una respuesta. Nuevamente una de las compañeras se adelantó, brindando unos minutos extras para que la Malfoy pueda redondear su idea antes que su voz resuene en la cámara.

Aleera carraspeó y luego con delicadeza su voz se sintió abrazando a los presentes. Se expresaba con delicadeza y tranquilidad aunque su vista se dirigió a la seguridad de la mirada de su hijo.

-¿Qué maldición y a quién? –repitió en un leve tono reflexivo- Para ser honesta, como todo Malfoy, iría de frente con la varita en mano –permitió una sonrisa cómplice dibujarse en su rostro antes de continuar-. Pues creo que me bastaría encomendar mi deseo de venganza a los demonios del inframundo, mi raza. Unas velas, el pentagrama adecuado y un certero hechizo. El objeto, de ser posible, el cabello de mi víctima. Contiene la cantidad de materia biológica necesaria para no caer en el error. ¿A quién? Simple, al primer infeliz que intente algo contra mis hijos, juro que si alguien les pone un dedo encima… -un brillo de maldad destelló en los ojos verdes de la Evanik, aunque de inmediato su rostro continuaba siendo el inocente que enseñaba al mundo mágico.

-Los síntomas mas relevantes que se observan son las peleas o roces con su entorno. El culminar relaciones, principalmente en aquellos que se involucra el amor, donde terminan de manera brusca y casi inexplicable –nuevamente un leve tono reflexivo se enroscaba en su discurso-. Dolores varios, como la cabeza, oídos, problemas de visión. También la falta de respuesta ante los tratamientos médicos convencionales. Muchas veces presentan astenia, cierto desgano o agotamiento que no lo reponen con una simple siesta o buena comida. No creo haber sido vícima, al menos, no en las últimas décadas.

Notó que estaba hablando demasiado y decidió mejor redondear la idea. Tenía ahora entregar al Macnair la reflexión. Se acercó y extendió el trozo de pergamino a su hijo con una sonrisa. Con seriedad, luego, se acomodó en su asiento. No le gustaba ese tipo de ataque, Aleera solo dañaba si esa era la última alternativa.

Tita, linda, no te preocupes, la salud primero. Solo te pido nuevamente que ya mismo acabemos el rol, por un lado, se extendió demasiado y por otro, ahora con la suspensión de escuadrones, vos que estaras fuera, y mas, creo que es mejor no dejar temas colgados por doquier.

Espero que esta semana te sea leve pero sobretodo muchas fuerzas mi niña. Por acá ando si necesitas de algo.

Cuando recibió la carta anunciando la clase debió releerla dos veces de la emoción. No solo conocía al profesor, su hijo, sino que el sitio donde se encontrarían era uno de sus favoritos en todo el mundo, la antigua ciudad en Grecia. Su sangre corrió con mas fuerza, quizá en pregunta si después de todo la relación con el Macnair no había excedido los límites de lo legal, ya que parecían compartir el gusto por aquella zona de Europa.

Se preparó de la mejor manera, aunque sabiendo que era una de las materias que mas podría costarle decidió ser fiel a su personalidad y enfundarse en una túnica de seda blanca con hilos dorados. Su larga cabellera recogida en una trenza que rozaba la zona baja de su espalda y su mirada esmeralda iluminaba el rostro porcelano como dos luceros. Aleera realmente destellaba a pesar de las dificultades. Fue la última en llegar, sonriendo como si se tratara de una niña jovencita llena de temor, y ansias por lo desconocido, y de inmediato ocupó una de las partidas columnas de mármol.

Escuchó a su hijo, la referencia a ella que inconsciente le arrancó la sonrisa mas grande y bella, llenándola de orgullo pleno. Los datos proporcionados por Pik eran de profundo conocimiento, hasta sabiendo que no había sido del todo honrado a la hora de expresar su trabajo pero no esperaba menos. Mantuvo la sonrisa y, por respeto, permitió a sus dos compañeras romper el hielo mientras repasaba las letras que formaban la tarea.

Llegado su turno, al hablar, transmitió un calor agradable y dulzura en su voz. Era una cubierta perfecta que le proporcionaba su lado demoníaco.

-Mi nombre es Aleera, trabajo desde hace varios años en San Mungo y soy fundadora de la Familia Felagund Evanik. Desciendo de los Malfoy y entre mis hijos encontramos a nuestro apuesto profesor –era una madre orgullosa y no lo ocultaría-. Tengo un negocio, precisamente un restaurante, en el Callejon donde sin pecar de falsa modestia aseguro las mejores pizzas. Propongo festejar allí cuando acabemos la cursada –invitó con una sonrisita que resonó en la cámara haciendo eco musical-. El motivo de tomar esta clase es mi trabajo, en mi planta he recibido pacientes con heridas que no quiero describir para no cortar el plácido sueño de mis compañeras y, por mas que tengo un buen título en defensa de Artes Oscuras, me son insuficientes. Pensé que el conocer a fondo la causa puedo hallar la cura a aquellas lesiones profundas de mis pacientes.

Tras aquello guardó silencio con la vista al frente en su hijo. No deseaba explayarse mas, sabía que no todo era tan fácil pero era la respuesta mas noble y verídica que podía anunciar a los cuatro vientos. Luego, se dispuso presentar la investigación de tres magos oscuros que para ella fueron relevantes.

-Mi ensayo le llegará en breve, Profesor –dijo al joven nigromante con una misteriosa sonrisa.

Regulus Arcturus Black era un magode sangre limpia perteneciente a la prestigiosa Familia Black, sus padres eran Orion Arturus Black y Walburga Black y era el hermano menor de Sirius Orion Black; Nació en 1961, y murió asesinado, en 1979, por los inferi que custodiaban la cueva de Voldemort.

Durante su educación en Hogwarts perteneció a la casa de Slytherin, hasta logró ser buscador desde su segundo año. Su relación con los mortífagos se desconoce, pero Regulus jamás llegó a ser uno importante, a pesar de ser un brujo muy poderoso. Dos años después de volverse mortífago, Regulus fue llamado por el Señor de las Tinieblas, que le dijo que necesitaba un elfo doméstico. Regulus le dio a Kreacher, antes de irse, Regulus le ordenó a Kreacher volver con vida debido al cariño que le tenía al elfo, también le ordenó que le contara que lo obligó a hacer y huir si era algo peligroso. En efecto, Voldemort dejó su horrocrux, el relicario de Salazar Slytherin, en una gran vasija llena de poción, que había obligado a Kreacher a bebérsela, luego lo abandonó, pero Kreacher, bajo la orden de su amo, regresó a su casa y le contó lo ocurrido.

 

Severus Snape nació el 9 de enero de 1960, hijo de Eileen Prince, unabruja sangre pura, y Tobias Snape, un muggle, Su infeliz relación con su padre pudo haber sido el origen de su desprecio por los muggles. Se supone que Severus no tenía amigos y fue abandonado por sus padres.Parece que él estaba muy enamorado de Lily desde el principio, pero ese amor no le era correspondido a pesar de que ella lo consideraba un amigo. Durante este tiempo, también desarrolló una enemistad fuerte hacia la hermana de ella, Petunia. Entró en el colegio en 1971, siendo seleccionado para la casa de Slytherin. Severus sabía más de las Artes Oscuras cuando entró al colegio que muchos de los alumnos mayores, lo que le valió un círculo de amigos entre los que se contaban muchos alumnos que acabaron siendo mortífagos. Según Horace Slughorn, Snape también destacaba por su dominio en Pociones. En 1978, Snape entró a formar parte de los Mortífagos. Su momento culminante dentro del círculo de Voldemort y, paradójicamente, el fin en sus días como Mortífago llegó cuando escuchó la profecía que Sybill Trelawney le hizo a Dumbledore en la Cabeza de Puerco

Es importante puntualizar que este personaje tiene dos caras, una que conocemos desde el primer libro y otra que se nos revela en el momento de su muerte. Al final del libro siete dejamos de ver a Severus Snape como un profesor y mortifago, cuyas lealtades son constantemente cuestionadas, para verle como un ser humano.

No es hasta que se dio cuenta de que sus actos tienen consecuencias para la mujer a la que ama, que muestra su otra cara: la de un hombre valiente que enfrenta más peligros que cualquier otro miembro de la Orden por proteger al hijo de Lily, pasando por el rechazo de todos aquellos que también le protegen y el peligro de que Voldemort le descubra.

 

Draco Malfoy, era el único hijo de Lucius y Narcissa Malfoy (de soltera Black), nacida en una de las más antiguas y ricas familias de sangre limpia. Tanto los Malfoy como los Black han estado tradicionalmente en la Casa Slytherin desde hace siglos y se oponían fuertemente a algún pariente que no siguiera esta tradición. Los Malfoy echaron a perder a su hijo, dándole lo mejor de todo en cuanto a posesiones materiales. Lo único que esto causó en Draco fue el prejuicio contra los muggles, Nacidos de muggles, mestizos, y traidores a la sangre. Draco se clasificó en la casa Slytherin, al igual que muchos otros miembros de su familia

En 1995, Draco se convirtió en un Prefecto de Slytherin. ese año, se unió a la Brigada Inquisitorial de Dolores Umbridge. A finales de 1996, se presume que Draco se ha unido a los Mortífagos, después de haber reemplazado a su padre encarcelado. Él se jactaba de haber recibido una misión. Sin embargo, como el año se prolongó, Draco sintió cada vez más miedo de fracasar en su tarea aparentemente imposible - matar a Albus Dumbledore e infiltrar mortífagos en Hogwarts. Se da a entender que Voldemor suponía que Draco iba a fallar y que Voldemort le asignó la tarea con la intención de castigar a Lucius Malfoy por su fracaso en el Departamento de Misterios. La seguridad de su familia se basaba en el éxito de Draco con su misión. Dos veces durante el año escolar, en las cuales temía que no podría reparar el armario, recurrió a intentos de asesinato desesperados. Finalmente, asando a la parte superior de la Torre de Astronomía, Draco fue capaz de arrinconar a un debilitado Dumbledore y desarmarlo, pero cuando llegó el momento de matarlo, no se atrevió a cometer el asesinato. En última instancia, Draco no pudo hacerlo y bajó su varita. Snape, que había hecho un Juramento Inquebrantable con Narcissa para intervenir si Draco fracasaba en su tarea, utiliza la Maldición Asesina en el director. De inmediato, él y Draco huyeron de los terrenos de la escuela, presumiblemente a la seguridad. Cuando Draco desarmó a Dumbledore, sin saberlo, ganó la lealtad de la Varita de Saúco, una de las tres Reliquias de la Muerte.

Draco a regañadientes participó en las actividades de los Mortífagos antes del inicio del año escolar 1997-1998. Cuando Harry, Ron y Hermione, fueron capturados por un grupo de carroñero sliderados por Fenrir Greyback, pero Draco se mostró muy dubitativo en hacerlo. Más tarde en la noche, los prisioneros lograron escapar, y la varita de Draco fue tomada por Harry. Luego, Draco y su familia fueron detenidos y torturados en la mansión por Lord Voldemort. Durante la batalla de Hogwarts Draco no acepta ser evacuado y permanece en el colegio para ser salvado por el trío de amigos en la sala de los menesteres cuando intentaron matar a Harry. Después de la derrota de Voldemort, Draco y sus padres se sentaron en el Gran Comedor, en busca de un lugar seguro durante las celebraciones de la victoria. Draco finalmente se casó con Astoria Greengrass, y tuvieron un hijo Scorpius.

OFF:

Hola, mi nombre es Rory, soy de Argentina y tengo 27 años. Estudio Ciencias Físicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de Universidad de Buenos Aires, y antes que esto inicié mis estudios en medicina. Adoro leer, y si bien puedo ser muy charlatana en confianza también puedo parecer algo asquerosa o fría para ocultar la timidez. Llevo en el foro desde el 2008 y desde mi egreso en Diciembre de ese año pertenecí a La Marca Tenebrosa.

Hola mortios.

Me paso como acuse de lectura. No he enviado el MP, espero dedicarle un ratito este fin de semana pero si ven en el topic de ausencias pedí una por exámenes y mas... sin embargo hay cositas que sigo viendo.

Con respecto a reestructuraciones ya les diré mi opinión en el MP pero lo de suspensión de actividades no me parece lo mas acertado. No hay un abuso de actividad dentro de la marca y congelar ahora ciertas ramas es echar para atrás lo hecho el último tiempo. Pero bueno, de todos modos los registros están en las oficinas así que pueden verlo.

La mini... pues les confieso que es el sitio de la marca donde mas incómoda me siento. No por ser cerrada (¿creo?) sino porque nunca me sentí encajada allí como acá. Y es cierto que no debe ser una academia versión mortia pero si un chic@ no puede rolear 3 veces en una mansión para una guardia, no espero ver su compromiso una vez que sea mortífago. Ademas, por la maltratada calva de Voldemort, algunos necesitan demostrar que regresan por mas de un mes.

That´s all folks!!!

Aleera apenas podía quitar la vista de la mujer extraña. transmitía una energía especial, única, y algo le generaba una tibieza interna. No era la presencia que su pequeño percibió en el vientre, sino una algo mas delicada pero igual de sobrenatural. La otra joven, una hechicera llamada May, explicó brevemente que buscaban a alguien, un hombre que le resultó familiar a la Evanik.

-ehh... conozco a alguien así. Mi primo, Spectum, es la única persona con esa cualidad que he visto en mi vida. pero ¿qué haría él? -alzó los hombros negando porque no daba crédito a la posibilidad que Spectum haya estado involucrado. Aunque habiendo mujeres bellas de por medio era posible. Ocultó una risita- Sí, lo mejor será buscar en el hospital, yo vengo de la quinta planta y allá no hay nada fuera de lo normal, excepto unos frascos rotos en el temblor.

-¿Puede moverse? -Aleera pregunto a la Primavera, para ver si sería necesario ayudarle o buscar una silla, parecía algo debil o ida.