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Aleera Lux Evanik Malfoy

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Mensajes publicados por Aleera Lux Evanik Malfoy

  1. Ahora ambas parecían tranquilas. Le agradaba esa joven, no solo porque sabía lo que había hecho en el pasado sino porque era una mujer con quién puedes tener una charla par a par, respetando, claro está, las diferencias. Al sentir la disculpa sonrió con amargura.

     

    -Alto, alto… estoy segura de pocas cosas acá dentro, pero una de ellas es que no eres ese sujeto. No tenés que disculparte por él, cada uno purga sus acciones como corresponde –respondió Alee en un tono como si estuviera dando una clase.

     

    -No deberíamos maltratar a nadie no somos como vos –se justificó la sacerdotisa

     

    La Evanik chasqueó la lengua “como vos” ¿Qué sabía de ella? Nada, solo que su máscara era plateada, quizá que era un demonio, pero acaso sabía que ella había salvado vidas, que evitaba matar usándolo como último recurso y que pagaba sus culpas pasando sus días salvando la vida de todos desinteresadamente, hasta exponer su propia energía vital (y, por qué no, la de su pequeño) al devolver la vida. Aquello le pareció injusto y de ser otro el lugar y su estado le hubiera expuesto los justificativos como si fueran los 10 mandamientos.

     

    -Vos lo dijiste, a veces, como recién, a veces prejuzgas jovencita. –expresó y por primera vez en mucho tiempo su modo pareció el de la mujer con una centena de años que era.

     

    Ambas guardaron silencio por un momento. Misteriosamente el aire de la prisión estaba lleno de un silencio tan denso que parecía corpóreo. A lo mejor se avecinaba algo grande, quizá los poderes de los fenixianos lograban hacer que muchos de sus compañeros caigan en una reflexión profunda. No importaba, ahora ella solo deseaba que el tiempo pase para proteger a su hijo.

     

    -No deberías ceder, ten siempre el control de tus actos. Si tu naturaleza te hace atentar contra algo, quizá podía ser un justificativo, pero que lo haga otra persona, te hace ponerse a su nivel. –Volvió a poner aquella mirada gris del cuerpo que le brindó la poción en la Vladimir, por un instante se sintió en casa aleccionando a una de sus pequeñas ¿qué la llevaba a ello?

     

    Finalmente respondió su pregunta. Había estado en batalla, quizá por eso estaba agotada, y por ese motivo el guardían la seguía como una sombra. Aleera le hubiera jurado que no la lastimaría pero ya se descuidaba demasiado.

     

    -Si te soy honesta… creo que puede haberla pero ninguno de los dos lados está dispuesto a hallarla. Me temo que debemos esperar muchas mas pérdidas hasta que lleguemos a esa posibilidad… Hazme caso y come algo, si estuviste en la batalla y me diste la vida colapsaras y disfruto mas de tu presencia que de la suya –indicó con un gesto al guardian mientras que nuevos sonidos indicaban la llegada de mas mortífagos.

  2. La mujer casi cayó de rodillas a su lado. Aleera hubiera deseado tomarla de sus brazos y frenarla, seguro que las rodillas de la joven Vladimir dolerían por arremeter de ese modo pero, hacerlo, era desenmascararse. Presionó los labios tras la máscara dorada callando las palabras de preocupación por su carcelera.

     

    -Tranquila –dijo poniendo una voz lo mas fría que podía, buscando una distancia para no dar su identidad- la última vez que vine de visita un amigo tuyo me dejó empapada en paños menores, esto no es tan malo. Espera un momento.

     

    Aleera estiró los brazos con la palma de la mano al cuerpo de Xell, poniendo distancia. Se sentó con las piernas cruzadas, las manos sobre los muslos, cerró los ojos y respiró profundo. Luego parecía haber dejado de respirar aunque evidentemente no estaba muerta. Por unos minutos era una estatua de la meditación. Desde el momento de la confirmación de su embarazo había un pacto implícito entre ella y su demonio interno, su raza, su verdadero yo.

     

    Mientras que Aleera no tome la poción que adormece a su demonio éste se centraría únicamente (o en su mayoría) en el pequeño. La presencia que enloquecía a la Malfoy parecía haberse concentrado en torno al útero creando el medio propicio e imperturbable para la gestación de aquella criatura pura que nacería en unos meses. Si había ciertas concesiones, Aleera ahora era incapaz de negarse a un enfrentamiento, el bebé (como decía ella) y el demonio tomaban su voluntad y la llevaban a usar todo para matar lo que se le cruzaba, olvidando lo que ella preservaba de la vida humana. Con la criatura dormida (niño y demonio) Aleera se descontracturó dirigiendo una mirada gris a la odefa.

     

    -Te agradezco la curación. Estoy bien, he estado peor. Hubiera curado yo misma pero –echó una mirada molesta al guardian blanco- no puedo usar mis poderes. ¿Temes de mí? No te haré daño a menos que te comportes como el bestia que me maltrató la última vez, pero pareces mas… decente

     

    Aplicó un tono frío aunque ya confiaba en ella. Una vez había puesto la seguridad de su familia en sus manos y la rubia había expuesto su identidad para salvar su vida y, sin saberlo, la del bebé. Hoy Aleera estaba allí gracias a la valentía de la fenixiana.

     

    -¿Estuviste en la batalla? –preguntó tranquila como si hablara del clima

  3. Había en su celda aquella mujer que no solo sabía era de confianza, también tenía poderes grandes. Si se hubiera mantenido al margen de las percepciones las cosas podrían ser mas fáciles pero exponer a su pequeño a alguien no era su mejor ocupación. No le quedaba otra alternativa, no podía impedir la resucitación, tampoco lo deseaba, quería estar con su hijo y usar todo a su alcance para precerbarlo.

     

    Sintió como se volvía ajena a ese plano especial, no corpóreo, no espiritual. Su raza la abrazaba y empezaba a sentir los dolores de llegar a un cuerpo dañado. Sentía sequedad en la garganta, lo que lograría una voz pastosa y gastada, y el ardor en la piel, en especial el pecho. Sin mostrar la mínima señal de reconocimiento fue llegando a sí, con algo de tiempo para responder.

     

    -Sí, gracias… supongo fuiste quién me devolvió a mi cuerpo–quiso ponerse de pie pero era muy pronto, además, necesitaba un episkey extra- ¿Podrías hacerme un episkey? Creo que esto se abrirá en breve…

     

    Señaló su pechó donde la rasgadura en la ropa indicaba la herida de un sectusempra. Las quemaduras habían mejorado pero necesitaba un poco mas de aquel hechizo tan poderoso y especial para la sanación. Sabía que por unos días estaría en manos de aquella mujer que, con luz y toda, la reconocía; aunque si demostraba aquel conocimiento delataba lo que ocultaba con la poción multijugos.

  4. Hola hermosuras de lo artistico!!!!

     

    Vengo a hacer un pedidito. No es taaaannnn personal pero si importante. Como podrán leer por allá estamos con un nuevo rol global, grandecito, entre manos. Esperamos realmente que sea algo muy bueno y tenemos muchos seguidores (?) entusiasmados y para estar vestidos para la ocasión necesitamos que ustedes nos hagan un hermoso banner.

     

    Caos en Gran Bretaña: Ataque a la reserva.

     

    Así presentamos la actividad aunque pueden modificar si les parece algo. La idea es que un grupo elite de mortis atacaran la reserva, los animales y criaturas que allí descansan quedaran libres para liarla en el pueblo. Entre ellos aparecerá una nueva especie que será la estrella del rol, el Pulphongo. Una criatura que es una mezcla de pulpo y hongo con lo peor de cada uno que creará aún mas caos en el mundo mágico.

     

    Mas o menos es así, lo que necesiten pueden preguntarnos abiertamente. Saluditos

  5. De haber estado en su cuerpo humano, seguramente, hubiera perdido la paciencia. Quizá hubiera tomado a su hermana por los hombros y sacudiéndola un poco le hubiera hecho notar cuántas parejas había tenido en su vida. Pretendientes no le habían faltado, era cierto, pero ella únicamente había contado a dos hombres en su vida, uno el padre de sus hijas quien no deseaba volver a cruzarse ni en fotografías y alguien mas que era especial. A la hora de responder, sin embargo, lo hizo con la paz de aquel estado de "entitud".

     

    -¿Importa, nena? -preguntó claramente con algo de tristeza- él no lo sabe y no lo sabrá. Es lo mejor para los tres, yo seré madre, padre y todo lo que necesite este pequeño.

     

    No pudo explicarle el agradecimiento y alivio que sentía por haberle dicho y saber que tenía a su hermana de su lado. Era evidente que la necesitaría, cuando su bisabuelo sepa que gestaba un demonio puro se vendrían soberanos problemas. Aleera no llegó a expresar mas: una sacerdotiza molesta gritaba por silencio. Deseo, por una fracción de segundo, acercarse y gritarle a todo pulmón en el oído pero descartó la idea al reconocerla. Alternó un momento entre su guardiana y su cuerpo, agradeciendo la poción multijugos que cubría los rastros, ambas se conocían.

     

    -Esta chica es buena ya veras -dijo Aleera a su hermana mientras Xell ingresaba en la celda. Mas al verla acercarse al cuerpo y poner la mano en el abdomen le entró pánico absoluto- ¡Oh, Agg...!

     

    En el mismo momento que buscaba la ayuda de su hermana, ésta, era absorbida a la celda contigua. Estaba sola, siendo un ente, escondiendo su estado y con alguien que percibía demonios.

  6. Hubiera puesto la vista en blanco si pudiera tener el control de aquel cuerpo. Sabía que algún día llegaría la hora de los reproches y, claro está, estando muertas su vida no corría peligro. Buscó hacer algo de tiempo antes de dirigirse en ese modo tan peculiar a su hermana.

     

    -No es algo que pueda gritar a los cuatro vientos. Es algo mas que complicado y no es un embarazo normal -le contó aunque no podía ser así, se sentía nerviosa, era como si su alma se desintegrara del mismo modo que lo haría su corazón de estar en su cuerpo. Quizá ese ente era lo humano que restaba en su cuerpo.

     

    La Malfoy no sabía cómo empezar o si en verdad era aquella prisión, ambas como seres incorporeos, el momento y lugar adecuados para confiar todo lo que había guardado con recelo. Pero no había escapatoria, tenían unos cinco días por delante para que la blonda la persiga por una respuesta.

     

    -Su padre es demonio, sabes que yo también, y ambos de un nivel avanzado -explicó recordando lo que se sentía al sumar los poderes- bueno... el... ella... lo que sea... será aún mas puro que nosotros. Puede ser cualquier cosa y temo que me lo quiten por ello... Es feliz, se que sí, de hecho ama las batallas aunque es cuando menos lo siento. Mi aspecto demoníaco es como si lo envolviera protegiéndolo de todo y manteniéndolo a salvo. Pero soy miedosa, lo sabes. Te lo iba a decir cuando sepa con que trato pero me robaron la única chance de conocer con qué me encontraré al cabo de los 16 meses de gestación -acabó de un modo que solo deseaba abrazar su abdomen en la comodidad de su hogar.

  7. La vio acercarse, la sentía como si fueran una, ¿los hermanos lo eran aún mas en el alma? quizá esa era la respuesta. Escuchó los comentarios con una expresión entre burlona y molesta.

     

    -No rabanita -dijo acercándose a su cuerpo inerte- no es por mí, que me dejen como quieran, es él...

     

    Señaló el abdomen plano, lo que ocultaba cuando bebía la poción multijugo antes de salir de caza o defensa. Se quedó cerca del cuerpo sin vida que no conocía pero era suyo. Asi, junto a su hermana, la muerte no era tan mala. No sentía la incomodidad del suelo o las molestias de las voces de sus captores esperando, infructuosamente, que ella les diga "Hola, mi nombre es Aleera Lux Evanik Malfoy" le parecía tonto.

     

    -Dime, ¿estás muy mal herida? Yo estoy algo carbonizada, y un buen tajo en el pecho, creo que no fue mi día de suerte. Ando mas lenta que tortuga ebria

  8. -¿Hermanita estás? -Podía reconocer aquel tono de voz y se asomó a los barrotes, aunque claro, no era corporea.

     

    -¿Acá? -trato de decir. Ser un ser de esencia era raro, se hablaba o se pensaba, por las dudas hizo ambas esperando que el mensaje se emita.

     

    Sentía la presencia de la Gryffindor, su hermana, su compinche en muchas cosas. No quería alejarse de su cuerpo, aunque como ente no podía defenderse temía que alejarse era como abandonarse, en especial al bebé. Cómo le indicaría a Agatha su paradero no sabía pero sospechaba que,siendo tan inquieta la blonda, rubia teñida o natural, quiza tanto como la Su xDD, hallaría su camino para reunirse.

     

    -¿Crees que estos se dignen a devolvernos la vida? -preguntó del mismo modo, hablando, pensando, sintiendo.

  9. Aquello era extraño. Jamas imagino que estar muerta,en circunstancias tan adversas, podía incluso sentirse bien. No sentía los pies hinchados, los dolores de cintura, el malestar estomacal. Era todo lo contrario lleno de nada solo algo como la paz. Le hubiera gustado la vida, solo por tener la minima chance de defendersse de ellos o de buscar molestarlos, pues la privacion de la libertad podía ser realmente aburrido. Algo extraño era el hecho que su mente parecía aún mas amplia que lo habitual gracias a su poder demoniaco. Había variadas presencias pero ninguna parecía acercarse a ella. Sintió a uno de sus hijos, deswando acercarse para asegurarse que este bien. No pudo.

     

    -podrían al menos darme la vida? -pensö para si. Aunque erabbastante tonto puesto que no era un fantasma, tampoco una bruja viva.

     

    Se ubico alli. No podia alejarse de su cuerpo ni tampoco lo deseaba. Esperaba que la muerte no afecrara al bebe aunque lo tendria que haber pensado antes debacudir anun asalto. Mas su familia mortifaga era muy importante como para negarse a ayudar o, como pensaba en ese momento, a meter la pata hasta el huesito dulce.

  10. Había muerto como buena tonta. Al parecer estaba mucho mas oxidada de lo que pensaba, pues antes de poder tomar la primer bocanada de aire las cosas ya estaban en su contra. Hubiera deseado ver el camino hasta la prisión, en comparación, esta vez la cargaron con un poco de mayor cuidado. No podía hacer nada, su cuerpo estaba a merced del hombre o de cualquier fenixiano.

     

    Supo, de algún modo, que su cuerpo al tocar el suelo frío fue encadenado. Manos, tobillos, ellos la amarraron al suelo como si fuera una bestia peligrosa. Una mujer en su estado, e inconsciente, era peligrosa para ellos. No le sorprendía, pensaba que ellos eran en verdad cobardes, cobardes con suerte. No podía hacer mas que esperar allí, inerte, sin vida a que alguien se apiade y le devuelva la vida. Le de una oportunidad para hacer algo.

  11. ..:: QUINTA PLANTA -HERIDAS Y RESURRECCIONES DE NEUTRALES - ATENCION A LAIMI (#177) ANTES DE LO SUCEDIDO EN CAFE TACUBA ::..

     

    Tras curar a una de sus compañeras en mazmorras y haber entregado a una de las enfermeras la muestra de sangre, era hora de regresar. Subió al elevador presionando el botón plateado con un enorme 5. A pesar de haber sufrido cambios, aquel piso se mantuvo intacto gracias a los esfuerzos de sus empleados. Esquivó el espejo de la cabina mientras respiraba aquel aire viciado de los lugares cerrados y cuando ya estaba insoportable las puertas se abrieron.

     

    La alarma sonaba casi constante, eso era señal que se estaba perdiendo de la acción en las calles de Ottery. Aleera chasqueó la lengua y, confiada en sus compañeros y empleados, se encaminó a su oficina.

     

    -¡Evanik! –la voz de la enfermera Mary la sorprendió- Espere por favor, venga

     

    -¿Aún no trasladan a un cuarto a la joven? -preguntó Aleera mientras ingresaba a una de las salas con la numeración de urgencias, donde se atendían los pacientes recién llegados, pensando que encontraría a la enfermera herida por doxys- ella no es la enfermera –dijo la jefa acercándose a su paciente.

     

    -No, llegó luego, sin vida, necesita su ayuda… el resto está ocupado. No ha parado de llegar gente y todos andan atendiendo –respondió Mary algo temerosa.

     

    -Bien, yo me ocupo de ella –dijo Aleera mientras acariciaba la cabeza de Laimi- pobrecita acabar de ese modo…

     

    Mientras pensaba una seguidilla de episkeys, las heridas del cuerpo, cerraban sin cesar indicando su buen dote sanador. La Malfoy continuaba conforme y con una delicada y tranquila sonrisa en su rostro, aunque harta por el comportamiento ridículo de algún empleado sus pacientes no eran los culpables. Alzó la varita por última vez, dibujó unas florituras ovaladas que generaron un aura luminosa envolviendo el cuerpo y, al acabar, apuntó al pecho de la joven mujer.

     

    -Enervate –exclamó mientras observaba con sus orbes esmeraldas brillando

  12. ..:: MAZMORRAS -CURANDO A MERY, DANDO EL ALTA - ASISTENCIA A MAZMORRAS ::..

     

     

    Observó como poco a poco el cuerpo recuperaba su color, la apariencia, básicamente la vida. Sonrió, le daba placer cuando las cosas salían bien. La joven miró su propio cuerpo, buscando las marcas de su cautiverio, de la batalla que le había quitado la vida hacía unas horas y, al ver que no había nada parecía sorprendida.

     

    -Te queda mejor así, como nueva –explicó Aleera en un tono casi maternal-. Tomaras unas pociones que saben algo rudo pero será todo y podrás regresar a casa. Si te molesta algo no tenés mas que venir acá o a mi planta, la cinco, y me buscas.

     

    La Malfoy estaba algo perdida. Muchas administraciones desde que ella había ayudado en las mazmorras habían cambiado las pociones de lugar. Tomó como cinco botellas debiendo oler los contenidos hasta empezar a hallar las que necesitaba. Chasqueó la lengua, el aroma revolvía su débil estómago embarazado.

     

    -Bien, linda, toma estas dos raciones y estaras perfecta –entregó unos vasos con las medidas de pócimas y comenzó a garabatear en la carpeta de historial medico. De último, tomó y arrancó un trozo de uno de los pergaminos que firmó como alta de aquella visita- Con esto me hago cargo que saliste de acá en pie…

     

    Emitió una risa en forma de cientos de campanadas delicadas, su tono de voz suave y musical inundaron las mazmorras llevando un destello de calor en un lugar donde predominaba la oscuridad.

  13. El par de pisadas se sentía a medida que avanzaban. La Malfoy, como era habitual, apenas emitia el leve toc toc de sus tacos, su acompañante, un poco mas tosco, parecía querer impresionar en cada pisada. Ambos llevaban la máscara sobre sus rostros, él negra, como cualquiera, y ella dorada, su color desde hacía tiempo dentro de las filas.

     

    -Dicen que te estas hablandando otra vez, pequeña –dijo el mortífago de voz profunda a la Evanik que miraba para adelante mientras caminaba con cuidado para no tropezar-. No me gusta escuchar habladurías de vos, tenes que mantenerte mas alta.

     

    -¿Importa? –dijo Aleera y una de sus manos se enterró en sus cabellos para moverlos y desprender un brillo particular- ¿Acaso importa lo que se diga? Importa los hechos, yo prefiero ser así y trabajar. Mal no me ha ido, ya ves…

     

    Avanzaron un poco mas, el mago no continuó con ello pues el tono de la Evanik era algo elevado y conocía bien a la demonio. Cuando alguien gatillaba su temperamento era para perder, no había mas chance de salirse con la suya.

     

    -Hazme un favor, quiero saber quien fue la fenixiana que robó los libros y cómo haremos para recuperarlos. Te lo encargo, yo iré a la oficina a registrar lo del Diagon. Te veo esta noche antes de cenar en la fortaleza para limar los últimos puntos. Cuidate.

     

    Cada uno tomó un camino distinto, Aleera para su derecha, por las escaleras y, el mago, regresó sobre sus pasos para salir de Nurmengard con la esperanza de cumplir el deseo de la Nigromante que, caprichosa, buscaba recuperar lo que era suyo.

  14. http://i.imgur.com/uyfu20L.png

     

    MAZMORRAS - ASISTIENDO A LOS SANADORES, ATENDIENDO A MERY

     

     

    Había logrado alcanzar la planta baja, allí donde el hospital mágico era pleno caos, quizá por las haditas doxys y sus crias. Lo que fuera solo aturdía cuando sonó aquel aviso que no escuchaba hacía mucho tiempo. Hbaía pacientes en mazmorras y necesitaban ayuda. Pasó una enfermera corriendo con toallas y ella la detuvo.

     

    -Busque al Sanador Raganarok, Hades, dígale que Aleera le envía esta caja. Contiene dos doxys pequeñas para analizar y sangre de una paciente. Digale que necesito su ayuda, por favor. –dijo poniendo en sus manos la muestra de sangre y la caja que contenía las criaturas.

     

    Sin que nadie la viera se escabulló por una puerta que conducía a mazmorras. Allí había menos movimiento, de seguro era una época dura donde los sanadores estaban abocados a las misiones de bando. Aleera caminó con cautela.

     

    -¡Hey, tu! –llamó a una enfermera que volteó asustada- Vengo a darles una mano. Llevame con los pacientes, por favor.

     

    La mujer le dedicó una mirada desconfiada, una bruja con su apariencia, lejos de lo que se espera de un mortífago, embarazada y perdida no ayudaba a dar confianza. Sin hablar las veces que había ocupado aquellos boxes en hilera. Así ingrsó a uno, donde Mery estaba acostada, sin vida.

     

    -Ay, mi chiquita… -dijo Aleera al verla y acomodarle los cabellos- episkey, episkey…

     

    Fue sanando las heridas posibles del cuerpo, auqnue el final lo daría una de las pócimas que entregaría. Luego alzó la varita dibujando unas amplias florituras que cubrían todo el cuerpo. La Malfoy murmuró un antiguo hechizo que permitía el alma regresar al cuerpo y, finalmente, apuntó al pecho de la joven mortífaga diciendo:

     

    -Enervate

  15. Paso a repetir que aun hay tiempo y necesidad de ofrecidos, mis bellos mortis. Pat, corazón, ya dije que la idea de tu rol me encanta y que también da para mucho, eso es bueno!!!

     

    Con los chicos ahoritas estamos con todo para el rol de la reserva que pinta será lindísimo así que no se nos pierdan mortissssss -accio mortis roleros-

     

    P/D: aprovecho para subir el topic a la vista de todos xDD

  16. http://i.imgur.com/uyfu20L.png

     

     

    ..:: QUINTA PLANTA -HERIDAS Y RESURRECCIONES DE NEUTRALES ::..

    Tras la reunión, medidas anti doxys.

     

    Cuando terminó de hablar y Héctor continuó, la Malfoy, no pudo evitar sentirse bien. Jessie era su hermana y si bien con el Weasley no tenían un lazo de sangre tanto tiempo trabajando codo a codo los tres había llevado a tenerle un profundo cariño. Ahora, en un momento en que ella estaba tan agotada y frente a una situación difícil necesitaba a sus amigos cerca. La invitación a ayudar a su nueva compañera se abrió por parte de los tres. En un instante la foto de hace mas de un año, de los tres juntos en las fiestas, vino a la mente de Aleera.

     

    -Creo que si, que juntos podemos ayudarte a hallar tu método –añadió mas tranquila al ver como Jessie se relajaba.

     

    Leah se mantuvo en silencio, aquello era extraño, así que Aleera se puso de pie. Alzó la vista, armándose de paciencia, y se dirigió a su compañeros. Primero a Leah, de quien esperaba una respuesta, y luego a Jessie y Héctor que los necesitaba con urgencia.

     

    -Bueno, te dejaré que lo pienses, creo que tenemos una urgencia entre manos. Si hay doxys sueltas debemos proteger los pacientes, las salas de urgencias están vacías si nosotros estamos acá así que debemos revisar los pacientes internados.

     

    Uno a uno vaciaron la sala y, cuando minutos después sonó la alarma de pacientes, fue Jessie la que salió corriendo a atender. Aleera estaba dispuesta cerrar los sitios donde no hubiera mucho tránsito para reducir el espacio expuesto a las doxys. Se dirigió a una de las salas donde además de una pequeña mesa había cientos de cajones con las historias médicas de los pacientes de los últimos años. La Evanik abrió la puerta con cuidado antes de aislar aquel lugar cuando se sorprendió.

     

    -¡Por la calva de Voldemort! ¡Desmaius… desmaius…! –exclamó y corrió a donde el cuerpo de la joven aprendiz de enfermería estaba en el suelo. Junto a ella dos doxys pequeñas peleaban por un aplique de pelo- ¡ayuda!

     

    La Malfoy mientras tomo una caja vacía y con la varita metió a las aturdidas diablillas dentro. La aseguró con unos cuantos hechizos, desde el irrompible hasta uno que la amarraba a ella para que no las separen, y colocó a la joven mordida en una cama. La empujó con magia hasta uno de los cuartos mientras veía a su enfermera y amiga, Mary, caminar hacia ella.

     

    -La han mordido ¿sabes si ya hay antídoto? –Mary negó mientras limpiaba las heridas con desinfectante- Toma una muestra de sangre de ella, dámela, iré a llevarla a laboratorios junto a nuestras visitas…

     

    Así fue, caja y muestra en mano, la Malfoy, salió rumbo a los elevadores. No conocía a la joven atacada pero se sentía responsable por lo que le ocurra a su personal. Cuando las puertas se cerraron se apoyó en la pared exhalando cansada. Aquel día sería eterno.

  17. ..:: MAZMORRAS – 3ER ROL –GRACIAS BEL!!! ::..

     

    Intentó tranquilizarse, sabía que eso le haría mal a su pequeño y a ella misma y, si deseaba ayudar a Rada y Agatha solo debía estar fuerte. Asintió forzando una sonrisa triste a Bel y le agradeció su ayuda. Le agradó estar en sus manos, era una de las personas que ella estimaba dentro de su bando y casi como de la familia.

     

    -Gracias, haré el esfuerzo por tragarlas lo mejor posible –explicó llevando una a una las pociones a sus labios y sorbiéndolas casi de un trago. Eran repugnantes y casi las vomita pero logró controlar el reflejo.

     

    Tomando el alta, se dirigió tras el biombo y comenzó a ponerse una bata nueva. No era la mas bella o elegante pero salía del paso hasta llegar a su hogar, tomar un buen baño y regresar a su rutina, la cual incluía buscar pleitos con odefos.

     

     

    ..:: QUINTA PLANTA – REUNIÓN ::..

     

    Jessie estaba molesta. Bastaba ver el modo en que se sentaba y aquella mirada como para comprender que implosionaría en breve. La llegada de Hector era una doble bendición, si el hada se descontrolaba ella sola no podría apaciguarla. Sintió la voz de alerta y se puso de pie en busca de un recipiente. Lo lleno de agua con la varita y recibió el mensaje de alerta por las dixies.

     

    -Lo que nos faltaba, sobre llovido, mojado –pensó manteniendo una expresión firme al momento que los gritos de Jessie se escuchaban.

     

    -Tranquila, Jess, vamos a encontrar una solución. Quizá por saltarse el período de aprendiz no conoce esta rama en profundidad pero aún podemos ayu…

     

    Leah ingresó. Su rostro claramente señalaba la molestia por las palabras de Jessie y ella como Jefa debía calmar las aguas. Se puso de pie en un gesto educado y señaló la silla que la Black había ocupado antes. Espero un momento y comenzó.

     

    -Leah, creo que acá arrancamos con el pie equivocado. Para arrancar considero que al ser la jefa de la planta reside en mi las consideraciones entre lo que es adecuado y no, y si los cite acá es porque tengo mis motivos. Ninguno está obligado a permanecer pero sepan que no me gusta perder el tiempo –puntualizó ya que parecía molesta y a la defensiva-. En segundo lugar, Jessie pudo no haber visto lo que hizo Liza, quizá en eso podemos considerar que no debería marcarlo como error pero… de todos modos Liza ya no es aprendiz y sus procedimientos no son… legales, por así decirlo.

     

    Aleera llevó una mano a su estómago. Las tensiones solo hacían que su lado demoníaco desee expresarse para proteger al pequeño que gestaba. Respiró profundo y se decidió a continuar antes que tengan nuevos pacientes.

     

    -Te aseguro que si te tranquilizas podras aprender mucho de Jessie y Héctor, llevan años trabajando en la planta y son sanadores excelentes. Lo que tu compañera señaló es acerca del enérvate, permíteme que te ilustre –tomó una de las carpetas delante suyo, una que era algo mas gorda que las demás y llevaba pergaminos que hasta contenían ilustraciones-. El enérvate es un hechizo que reanima, es como… si te despertara cuando te desmayas, o pierdes las fuerzas. Mas no para revivir. Cuando un paciente llega sin vida debes brindar un poco mas, toma, observa. Necesita que vos, como sanadora seas nexo, y de ser necesario fuente, de la vida misma. Luego, es cierto que culminamos con el enérvate. –sonrió tranquila. No era la mas clara de las explicaciones pero el tiempo apremiaba y las dixies podían atacar.

     

    -En mi caso, recurro a un antiguo conjuro en una lengua muerta que transfiere la energía vital universal a mi paciente. No te asustes, te debilita y cansa, pero se sobrevive o no estaríamos acá. Jessie y Héctor tienen otros métodos, cada uno de nosotros lo realciona con su raza, pero todos efectivos. Quisiera que me muestres el tuyo y, si aún no lo tienes, como tu jefa me gustaría ayudarte a adquirirlo.

     

    OFF:

    Sorry por el rol, es tarde y mañana tengo un día complicado.

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  18. -Bonito, lo que se dice bonito, no sé –añadió arrimándose por detrás de la vampiresa-. Si es imponente para cualquiera que no lo haya visto imitar un perrito con vos.

     

    La Evanik había ingresado a Nurmengard durante la tormenta. Una máscara dorada cubría su rostro de modo que nadie sabría su identidad. La túnica negra que llevaba aquel día contrastaba contra el blanco niveo de su piel, tersa, bella, parecía porcelana. Saludó luego de haber captado la atención a las mujeres, Lisa, Taurogirl, Beltis y Evarela, sus compañeras y amigas.

     

    -¿Es necesario venir con mascotas? –preguntó mirando con recelo la acromántula, las arañas no eran de su favoritismo, pero sabía lo útil que era su veneno para pociones y las telarañas era de un material resistente y mágico.

     

    Aleera les sonrió aunque la máscara cubría las expresiones pero sabía que lo que importaba no era un gesto amistoso, sino lo que tenía que contarles. Observó a ambos lados, quería asegurarse que no la vieran, tenerla allí a Evarela era algo que necesitaba.

     

    -Ha venido el topo, Gigio, trajo un reporte de los cambios de guardia –explicó a la líder en un tono serio como si se encontrara en medio de un duelo- Le tiré unas monedas, sabes que por un poco de oro vende a su propia madre. Ampliaron las guardias para ir por los alrededores de Ottery, justo ahora que a nosotros se nos ocurrió la misma idea ¿Qué linda coincidencia, no?

     

    -¿Insomnio? Creo que no duermo bien desde el año pasado… -respondió exhalando a Beltis que había consultado por la improvisada reunión.

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  19. ..:: MAZMORRAS - SEGUNDO ROL CON BEL ::..

     

    Su cuerpo yacía ahí como recuerdo de lo que había sufrido. Estaba segura que al despertar aún dolería la nuca donde su captor había asegurado golpear los dieciseis escalones. No se molestó, confiaba estar en las mejores manos. el tiempo pasó y no sabía si era mucho o poco, tampoco si podría regresar a la vida. Su única seguridad era que aquello le había traído la consecuencia de estar llena de odio. Un calor comenzó a invadirla, era como cuando un motor resgresa a correr después de mucho.

     

    -Sss -intentó hablar pero le costaba- uuaamm

     

    Llevó las manos a los lados de la cabeza mientras los ojos estaban cerrados. Estaba confundida aunque poco a poco la claridad llegaba en todas sus formas. The Hunters, su hermana, la persona que quería... luego los fenixianos, los ataques, abaddon y finalemente la muerte. Repasó los hechos una y otra vez tres veces.

     

    -¿Llegaron? -logró preguntar con esfuerzo pero no pudo incorporarse, estaba débil- estan vivos ¿Bel? -reconociendo a su compañera y aliviada que fueran sus manos la que la reciban- atendelos, mi culpa...

  20. ..:: QUINTA PLANTA – HERIDAS Y RESURRECCIONES DE NEUTRALES ::..

    Reunión con Jessie, Hector, Leah y Angel.Of.Ice

     

    Aleera escuchó el nombre de la joven, la cual la conocía de los pasillos de la fortaleza pero, sin haber otro motivo que las vincule, no podía reconocer aquello en un lugar público. Le preocupaba mucho el comentario de Jessie, la Stabolito llevaba mas tiempo que nadie (excepto ella misma) en aquel piso como para conocer los procedimientos como la palma de su mano, así que estaba deseosa de, cortésmente, explicar aquello a la recién llegada.

     

    La alarma sonó y Leah se precipitó a atender. Quizá era idea de la Malfoy pero realmente le parecía que la Black estaba deseosa por salir corriendo de la sala. Chasqueó la lengua, respiró profundo y se obligó a no mostrar expresión alguna. Como jefa debía dar el ejemplo.

     

    -Liza… en lo que respecta a tu situación –Aleera movió la varita apareciendo una pequeña pila de carpetas. Tomó la primera de ellas que llevaba el nombre de la aprendiz- Me temo que al egresar de la academia, con tus estudios completos, necesitas un puesto oficial. En la planta Leah acaba de cubrir la última vacante y no podrás continuar con tu trabajo en San Mungo. Lo siento, pero ya no puedes atender pacientes acá, niña.

     

    En ese momento Hector ingresaba por la puerta. Como siempre le agradaba verlo, se lo notaba que había estado ocupado, concentrado, tenía esa mirada que llevaba cuando estaba extrañado por algo y era momento de ponerlo rápidamente al corriente.

     

    ..:: MAZMORRAS – 1ER ROL ::..

     

    Unos días después de lo ocurrido en la planta cinco su cuerpo apareció en una de las camillas de las mazmorras. Una vez mas había perdido la vida, esta vez desde la prisión de Abaddon, y estaba en manos de sus compañeros que ella regrese. Parecía simplemente dormida, con la máscara dorada que a los pocos segundos desapareció enseñando un rostro porcelano y joven. Se preguntaba si las cosas hubieran sido distintas, quizá, si ella hubiera sido mas rápida. Pronto llegarían los cuerpos de su hermana y su amigo Radamantys, ambos atrapados con ella.

  21. Comenzó a sentirse extraña y supuso que había "llegado la hora". Se acercó a Pandora y tomó una de sus manos, le sonrió, nuevamente no podrían terminar aquella charla que se adeudan desde hace tiempo. Luego una mirada a Lestat, a él le dedicó un gesto con el dedo pasando en forma transversal por el cuello.

     

    -Cuidate porque allí donde no mires te estaré esperando -fue su despedida para el sujeto. Luego, tomando la mano de Pandora se despidió de ella como si fueran viajas amigas- Algún día terminaremos nuestra charla, quizá deba irte a visitar.

     

    Sonrió de un modo que no se sabía si era broma o la gracia de aquella ridiculez de avisarle que ambas se verían. Aleera se sentó en la cama, mas bien se acomodó como quien vaya a dormir una siesta y cerró los ojos. sintió las fuerzas extinguirse, sintió su cuerpo hacerse aire y finalmente no sintió mas. Se dejó llevar, seguramente su destino era uno de los boxes de las mazmorras de San Mungo.

  22. ..:: QUINTA PLANTA - Heridas y Resurrecciones de Civiles y Neutrales ::..

    Con Jessie, Leah y Liza - Esperando a Heko

     

    Saludar a su hermana cambiaba la perspectiva del día. Finalmente las batallas de esa mañana quedaban en el pasado y ella se hallaba mas cómoda. La comenzó a escuchar a medida que su rostro cambiaba de la expresión relajada y risueña a una mas dura, la misma que empleaba cuando atendía a sus pacientes, plena concentración. Aquello la alarmó, estiró la mano tomando unos pergaminos mientras que Jessie continuaba y mordió su labio inferior.

     

    -Ya veo, acá está lo de recursos humanos, el despido de Liza por haber terminado sus estudios y el puesto libre de sanadora queda para Leah Black –anunció a su hermana sin levantar la vista del papel amarillento y arrugado que tenía en su diestra- Creo que es hora de hacer una visita y las presentaciones pertinentes.

     

    La Evanik se irguió severa. Fue hasta uno de los espejos de la oficina y alzó su varita al techo, dibujó una floritura circular y en un movimiento espiral bajó la misma cubriendo su cuerpo. De inmediato la imagen era otra, mucho mas adecuada a alguien en su puesto y atrás quedaba su pelo atado con imprudencia.

     

    -Enviale un memo que nos alcance, vamos a sentar todo de una sola vez –dijo mientras se ponía una bata y abría la puerta cediendo el paso al hada de fuego.

     

    Ambas sanadoras se dirigieron con paso seguro por el pasillo llegando a la sala donde estaban Liza y Leah, pudieron ver como Evarela se perdía por los ascensores pero no podía saludarla, no podía levantar sospechas. Ingresó a la sala donde la aprendiza y la sanadora recién llegada terminaban su labor.

     

    -Buenos días, creo que necesitamos tener una pequeña reunión de personal con urgencia. Siganme, por favor. –anunció en un tono algo monótono pero tan seguro que no permitía lugar a duda, giró sobre sus pasos encaminando al grupo por el corredor donde habían venido. Había una puerta a su izquierda, de vidrio esmerilado, que abrió. Dentro había una mesa larga y ovalada con cómodos sillones, algunos cuadros sobrios de sanadores famosos y una enfermera que revisaba unos papeles- Disculpe, necesitamos la sala, por favor.

     

    La mujer asintió, recogió sus cosas y salió con apuro del lugar. Aleera mantuvo la puerta abierta y con el brazo indicó que las mujeres entraran a la sala, la cerró tras ella aunque esperaba la presencia de Hector con ansias. Se dirigió al extremo de la mesa y con otra seña les mostró que imitaran cada una ubicándose en un asiento. Curiosamente la mesa separaba en dos mitades, Jessie y una silla vacía enfrentada a Leah y Liza. La Evanik tomó la varita realizando un ágil movimiento que, finalmente, acabó con una reducida fila de carpetas delante de la Malfoy.

     

    -Creo que nos hemos saltado algunos procedimientos, básicamente, presentarnos. Mi nombre es Aleera Luz Evanik Malfoy y soy la Jefa de esta planta. Me temo que aún no hemos pasado por las formalidades que podrían ayudar a que evitemos malos entendidos –en ese momento su mirada se centró en Leah, aunque no mostraba la sonrisa dulce que usaba de escudo habitualmente tampoco la atacaba, era cierto que el comentario de Jessie, quien llevaba en San Mungo años de experiencia, le había alarmado y deseaba sentar la base de los procedimientos antes que otro paciente llegara a ellas.

  23. Discutía con su carcelero, el hombre no era precisamente un guardia de honor pero era quién había despertado la sed de venganza, la furia, en la demonio. Una nueva voz se sumó. Era una mujer que, tranquila, se acercaba a su compañero de bando. Gracias a los Guardianes su presencia había pasado disimulada para la Evanik que al verla aminoró su enojo. Se acomodó, en breve la mujer la había liberado de sus ataduras y secado sus ropas.

     

    -Los pichones defectuosos deberían aprender de modales, My Lady –dijo en modo de agradecimiento tomando asiento en la cama y frotando el cuello donde una de las cadenas había presionado.

     

    Aleera la conocía. ¿Era una sacerdotisa o un alto rango? No lo sabía a ciencia cierta, solo sabía que aquella mujer, que en varias ocasiones habían estado la una en manos de la otra, le había dado la cura hace un tiempo. La Malfoy pronto lo recordó, ella misma había robado los libros que tenían la información para su hijo. Aquellos tomos con secretos de demonios que su hija rescató de las ruinas. Aleera los necesitaba pero cómo pedirlos si se supone que la Evanik es una mujer inocente y madre devota.

     

    Los observó acercarse, quedarse con ella, y Pandora tranquila y relajada indicar el motivo por el cual ella se alejaría de “los cuidados” del guardia.

     

    -Mi querida vieja amiga –respondió en un tono tranquilo de voz sin quitar la vista de Lestat- Me disculpo por mis insultos –movió la cabeza como una reverencia- los puercos no merecen eso. Tu “amiguito” golpeó el cuerpo de una mujer inconsciente ¿te parece digno? Se suponía que la escoria somos nosotros pero creo que ese sujeto cataloga mas para el bando contrario que para “la luz” –finalizó con sorna.

     

    Los golpes le preocupaban poco. No era la primera vez que en un enfrentamiento su cuerpo acababa con moretones, magulladuras o quemaduras. Le preocupaba su hijo y el poco tacto que había tenido al dejarla expuesta mojada y sin ropa.

     

    -Nosotras nos hemos cruzado muchas veces y en circunstancias… diferentes –explicó- sabes que no maltrato a mis prisioneros aunque los considere merecedores mas… las pruebas están a la vista, amiga mía. Vos sabes algo de mi historia. No. No comeré, viniendo de ese –señaló a Lestat- seguramente caigo envenenada…

  24. Sus palabras lo habían retenido. Lo observó por las rendijas de la máscara con todo el asco que le era posible. Aquella escena le recordaba a una de hace mas de un año con otro carcelero que la había desvestido, este, en cambio, solo la empapaba de modo que la ropa se pegó a su figura. Su porte se mantuvo como si nada, no mostraría debilidad ante aquel ser.

     

    -¿Acaso tus confesiones me importan? ¿Tu comida? ¡Ja! Puedes metértela en… el bolsillo. No me importa, de todos modos no tocaría nada que provenga de vos.

     

    Aleera se acomodó, los guardianes, las cadenas, parecía que mas que respirar era imposible. Sentía como los musculos sufrían pequeños espasmos y agradecía el verano de México como para no estar enfermándose con esa agua helada por su cuerpo.

     

    -Si tan solo tuvieras una pizca de dignidad, ser ínfimo de la creación, tendrías un mano a mano. Pero te vales de las rejas, cadenas y estos dos. Sos menos que un cobarde y no te atrevas a juzgarme pues por culpa de los tuyos soy lo que soy.

  25. Aún podía sentir ese aroma como ahumado proveniente de sus prendas. Había estado cerca de ser calcinada pero había logrado obtener lo que le encomendaron, llevarlo a la fortaleza y, después, regresar a su cubierta con una excusa barata. Mientras subía hasta su planta improvisaba un rodete en su larga cabellera, esperando que controlase no solo su apariencia sino las puntas que el dragón había alcanzado.

     

    -Vale, no quedó tan mal –dijo al espejo donde una joven mujer de mejillas rosadas y belleza sobrenatural devolvía una mirada curiosa y cansada.

     

    Avanzó por el pasillo que la llevaría a su oficina. Esperaba que no haya pasado nada importante durante su ausencia, aunque Anna justificaría la llegada tarde con algún tecnicismo, ambas sabían que la Marca iba primero. Mientras luchaba con el broche que sostenía la delgada capa de viaje observó una figura que llamaba a la puerta. La reconocería donde fuera, Jessie, su hermana, era única para ella.

     

    -Jess, acá estoy –dijo llegando a la joven hada de fuego- ¿Todo bien?

     

    Con un toque de la varita la puerta se abrió permitiendo que ambas brujas ingresen. Aleera arrojó sobre el perchero su abrigo y se dirigió a un armario de apariencia antigua, pero bien precerbado, para tomar una muda de ropa. Miró a su hermana esperando saber qué ocurría, aún no había planteado una nueva fecha para la reunión de personal que necesitaban tener ¿o lo había olvidado?

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