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Anna T. Ryddleturn

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Mensajes publicados por Anna T. Ryddleturn

  1. QUINTA PLANTA - Con Jessie.

     

    Asentí levemente con mi cabeza cuando Jessie agradeció lo que estaba dispuesta a hacer por ella, aunque no era una gran cosa. Esperaba que esa pequeña ayuda le sirviera para recuperar parte de su memoria.

     

    - Mejor no ponerles demasiado alcohol a los sanadores, no quiero que luego haya accidentes y no tengamos a nadie preparado para atenderlos, ya sabes lo peligrosas que pueden ser las comidas navideñas familiares.

     

    Estábamos dispuestos a trabajar en la cena navideña cuando escuché como en la planta empezaba a haber movimiento, personas que llegaban acompañando a un paciente que había fallecido. Siempre me desconcertaba ver tanta gente alrededor de su familiar fallecido, más que nada porque terminaban complicando nuestro trabajo.

     

    - Creo que tienes trabajo Jessie, te acompañaré si no te importa y luego bajaremos ambas juntas a terminar los preparativos de la fiesta. - me encaminé junto a mi compañera a el box donde se encontraba Alba. Mi compañera se encargaría de su cuidado.

     

    Al llegar a la sala me encontré con que había dos chicos acompañando el cadáver de la mujer. A uno lo reconocí, pero otro era la primera vez que lo veía.

     

    - Chicos, por favor, aléjese un poco del cuerpo de la muchacha para que Jessie pueda atenderlo. Antoni, ¿qué haces tú aquí? ¿Estás bien?- le pregunté. Aunque la verdad parecía que el otro chico estaba algo peor. - Y usted muchacho, ¿estás bien?

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  2. QUINTA PLANTA - Con Jessie.

     

    Me mordí el labio tras la pregunta de Jessie de si podía hablar con los chicos para que la ayudaran, era cierto que los conocía más que ella, pero aquello no quería decir que los conociera demasiado. Con Zack solo había coincidido en un par de ocasiones, y rara vez habíamos cruzado más de dos palabras, y Hades..., con él si que había tenido mucho más trato, ya que habíamos estado trabajando codo con codo durante mucho tiempo.

     

    - No se como reaccionarán, porque no se la impresión que tienen de ti, pero procuraré hablar con ellos. Ahora será la fiesta de navidad, le mandaré un elfo a Hades para que lo avise para que baje cuando todo esté listo para que se tome algo, y aprovecharemos ese momento para ver que sabe de ti. ¿te parece bien?

     

    Con el caso de Zack la verdad es que no sabía ni como dar con él, pero tendríamos que averiguarla, quizás si le enviara una lechuza para citarle en la fortaleza oscura o en la taberna aceptara, aunque por si las moscas no le avisaría de que Jessie vendría también, solo que una amiga vendría. Raro era el mortífago que rechazaba la invitación de tomar algo con compañeras.

     

     

    - ¿Me ayudas a preparar las cosas para la comida de navidad? - le pregunté a Jessie en cuanto llegó. Seguro que quedaban muchas cosas por hacer abajo y que todos estarían deseando tomarse unas copitas antes de marchar a casa. Aunque obvio serían sin alcohol la mayoría, sobre todo para los que al igual que a mi le tocara quedarse de guardia.

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  3. QUINTA PLANTA - Con Jessie

     

    Noté como mi compañera no recordaba gran parte del pasado, ni siquiera el trágico suceso que había llevado al fin de los días de Laura y Rosalíe, lo que había hecho que mi hermano quisiera entregarse a la justicia, culpándose de su muerte, al menos gracias a las imágenes que nos había mostrado Antonella podíamos estar seguros de que él hizo todo lo posible por intentar salvarlas aunque no pudiese. Era mucha mejor dos muertos que cuatro.

     

    - Si, mi hermano vivía pegado a Hector, el mapache y el perro - dije soltando una pequeña risa - pero la verdad es que él no me contaba demasiado del tiempo que pasaba con vosotros, probablemente porque supiera que erais del bando contrario y quisiera protegeros tanto a vosotros como a mi. No se si recordarás lo protector que solía ser Enrick.

     

    Poco después la sanadora me habló de otro mortífago más. Me sorprendía que aún no se hubiera cruzado con él por la fortaleza oscura, aunque era cierto que por allí pasaba como una sombra, sin mirar mucho a los demás. Asentí al reconocer su nombre, ¿sería que ella lo había torturado en Abbadon?

     

    - Si, claro que lo conozco, quizás es que lo vieras con la máscara, pero él también es compañero de la marca, además de un alto rango, se trata de un Nigromante.

     

    En ese momento no pude continuar hablando, la chica tuvo que marcharse a continuar con su trabajo, y yo me quedé de nuevo sola en aquel despacho, mirando la pila de papeles que no quería revisar, por lo que los hice desaparecer de mi vista, ya me pondría a última hora como siempre a rellenarlos y revisarlos.

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  4. Juve, eso te lo puedo contestar yo porque me lo dijo Hades, lo que pasa es que se le olvidó ponerlo aquí, a veces con tantas cosas en la cabeza es facil despistarse con algo, pero si la eliminó de la lista.

     

    El mismo día que los líderes le dieron permiso para quitar a todos los que habían estado inactivos en los últimos meses a pesar de que estaban en medio de una curación también le dijeron que Lisa dejaba de estar en veredicto y podía volver a los asaltos.

  5. Tengo que limpiar mi lista de los que tenia puesto que se curaran aún que por fin lideres dijeron que se podían borrar. Por otro lado, antes de que cuando revises te hagas un lio.

     

    Pandora cuando murió aún tenía los permisos de la orden, por lo que como tú has marcado si puede ir a la sexta planta aunque nadie la hubiera llevado. Para que no te asustes cuando vuelvas a revisar y veas que no tiene el fenix en su perfil.

     

    Por otro lado, Juana cuando entró, supongo que es por eso, aún no tenía los permisos dados para la orden, y está en la quinta planta, no en la sexta, que está siendo atendida por Jessie.

  6. Un elfo había llegado a mi local mientras estaba escondida entre los libros de cuenta, desde luego el año no iba a cerrar con un resultado demasiado positivo. Tendría que hacer un último esfuerzo, quizás una fiesta de fin de año animara a la gente a pasarse, o unos pases especiales, bonos regalos..., tenía que plantearme una idea, pero en aquellos momentos..., no podía pensar.

     

    Me vino bien aquella visita, una invitación para ir a tomar algo. Me quedé un poco pensativa tras escuchar el establecimiento en el que mi amigo me había citado, no lo había escuchado antes, y tuve que pedir indicaciones. Al parecer no tenía ninguna pérdida, se encontraba junto a Gringotts, así que hacia allí me dirigí tras ponerme la capa y la capucha, hacía demasiado frío en la calle, Londres en diciembre era un congelador. Al menos podía agradecer que en ese momento no estuviera lloviendo.

     

    Clavé mis ojos verdes en la entrada, por el nombre no me había extrañado en absoluto la decoración, pero me había parecido extraño no haberlo visto antes, aunque era cierto que hacía meses que directamente me aparecía dentro de mi establecimiento y que no paseaba por aquellas calles.

     

    Miré el reloj. Llegaba con un poco de retraso, había tenido que ir a casa a ducharme y cambiarme, acostumbraba a ir al local después de mi turno en San Mungo y la verdad es que estaba echa un autentico asco. No podía acudir así, sería irrespetuoso por mi parte.

     

    - Espero que no lleves mucho tiempo esperando.- le dije a Otto mientras me quitaba la capa y la dejaba en una silla vacía para luego acercarme y darle dos besos.- ¿Qué tal estas?

  7. http://i.imgur.com/dsfX54K.png

     

    SEXTA PLANTA - Atendiendo a Catherine (Pandora) (Tras 24 horas sin ser atendida con el Sanador comodín)

     

    Un hombre trajeado caminaba por los pasillos de la sexta planta. No es que fuera demasiado social, pero nadie podía negar que realizaba su trabajo a la perfección. Era el mayor de la planta, y desde luego el único hombre. ¿Sería que las féminas sabían que el se encontraba trabajando allí y por ello eran las únicas que se presentaban al puesto?

     

    A diferencia de sus compañeros rara vez empleaba la bata, prefería ir con su traje y corbata, era muy elegante, desde luego. A pesar de su madurez aún lograba que muchas mujeres fueran tras de él. Cojeaba de una pierna tras un accidente de quidditch, siempre presumía de aquellos tiempos cuando era un crack en ese deporte. Cuando la directora lo escuchaba no podía evitar poner los ojos en blanco, puesto que sabía que había muchos jugadores que habían sido mejor que él, incluso ella misma y eso que no se consideraba una de las mejores. Por suerte solía ser callado y lo dejaba como brotes de prepotencia.

     

    Su rostro mostraba un semblante serio. Lo habían molestado mientras tomaba uno de sus habituales cigarrillos en su despacho. Aunque aquello estaba completamente prohibido le daba igual. Ignoraba las riñas de la Ryddleturn, aunque para su suerte ella desconocía algunas secciones de la sexta planta, y allí podía hacer todo lo que le diera la gana, a no ser claro..., que Arya se enterase, ella si podía conocer todos sus movimientos, pero no se tomaba las recomendaciones de nadie en serio.

     

    - Bonito pijama - dijo el ojiazul con su tono sarcástico habitual mientras con el bastón daba unos golpes al cuerpo de Catherine, asegurándose de que estaba muerta. Y sin más palabras comenzó con su labor. Sanar, sanar y sanar, eso era su pan de cada día, o eso era lo que decía, porque se solía escaquear la mayoría de los días y no hacer su trabajo.

     

    Sanó las heridas que los mortífagos habían infligido sobre ella. Aunque estuviera en contra de aquel bando, no podía envidiar en alguna ocasión que tuvieran aquella facilidad para dañar a la gente sin sentir ni un solo remordimiento, encima que solían hacer un gran trabajo, pues los dejaba irreconocibles. Él se había visto obligado a alejarse de las batallas, su pierna le acababa dando demasiado la lata y en ocasiones solía ser un gran estorbo, se cansaba estando de pie, y él era más propenso a desobedecer las órdenes y hacer las cosas cuando le venían en gana.

     

    - Dale la poción.- ordenó a una de las enfermeras mientras se apoyaba en la camilla de al lado. Él era la ley del mínimo esfuerzo. En una ocasión había estado sin mover ni un dedo mientras dirigía a la enfermera para hacer lo que debía. Al final había descargado aquella opción por completo, le daba más trabajo del que le quitaba.

     

    Como la enfermera no era nueva ni se le ocurrió rechistar y siguió las órdenes de Josué. Pronto la chica reaccionaría, le podría dar el alta y regresar a esconderse en su despacho. Sabía que tenía un puro de un olor increíble en uno de sus cajones que le esperaba.

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  8. QUINTA PLANTA - Con Jessie

     

    Noté el sentimiento de desánimo de mi compañera. No era una experta en darme cuenta de esas cosas, desde luego, en lo único que era una experta era en hacer que los demás no supieran que me pasaba por la cabeza, y la oclumancia me había ayudado siempre a mantener seguro mi secreto, sobre todo si en el futuro el ministerio quisiera meterse en mi cabeza, pero para notar como se sentía Jessie no hacía falta mucho, solo conocerla un poco y saber ponerse en su lugar.

     

    Puse los ojos en blanco cuando me recordó como mi gemelo tendía a escabuirse por todas partes, ya ni recordaba en la última ocasión que había podido estar hablando con él tranquilamente sin que se desapareciera, incluso no me acordaba de la última vez en que lo había visto.

     

    - El también apoyó por cierto tiempo a la orden, por suerte no fue durante mucho tiempo, pero nunca quise que me hablara de esa etapa cuando podía, de hecho me alejé un poco de él, de sus historias, le dije que prefería no saberlo, cuanto más supiera más razones tendría de terminar con su vida, y es complicado matar a una parte de ti. Pero por favor, no cuentes eso en la Marca, realmente no se si llegó a entrar en el bando, solo se que por un lapso breve de tiempo tuvo contacto con ellos, hizo una tontería, y eso provocó que lo alejaran de casa, cuando logré razonar con él y decidió dejar de apoyarles, pudo regresar, pero eso es lo único que se, y supongo que de ese periodo le borrarían toda la memoria. De echo perdió gran parte de su memoria cuando lo de Rosalie y Laura.- dije bajando la cabeza. No quería recordar aquella escena que Antonella había grabado en mi mente. - No creo que él te fuera de mucha ayuda de todas maneras.

     

    Me mordí el labio, tenía que averiguar la forma de ayudar a mi compañera a que recuperara su pasado, si al menos no era todo gran mayoría. Sabía que todo lo referente a la orden del Fenix, sería imposible, ya se había intentado en varias ocasiones sin éxito, pero lo ajeno a ello..., quizás si se pudiese.

     

    - ¿Entonces crees que si hablaras con Hades podrías averiguar algo? Podríamos mandarlo a buscar y pedirle que subiera si no está ocupado en algo importante. Quizás entre los tres...

     

    No quería ni imaginarme lo que tendría que estar pasando Jessie, si hasta yo terminaba frustrada por culpa de mi mala memoria cuando olvidaba algo, y eso que nadie me había echo olvidarlo y al final regresaba de nuevo a mi mente.

     

    - No, dilo, no te guardes nada, quizás funcione. Ya sabes que a veces una tontería puede llegar a sorprendernos.

  9. QUINTA PLANTA - Con Jessie.

     

    Estaba revisando de forma intensiva mis apuntes, las páginas y páginas de altas, los informes de cada una de las jefas de planta de sus trabajadores..., seguían preocupándome mucho aquellos trabajadores que prácticamente seguían sin dar señales de vida por su planta, era un completo desastre. ¿Cómo íbamos a conseguir que la gente volviera a activarse si ni siquiera éramos capaces de contactar con ellos?

     

    En ese momento Jessie llamó me atención, había vuelto en si de nuevo, hablando y disculpándose por haberse quedado encerrada en si misma.

     

    - Yo también escuché que en el pasado perteneciste al otro bando, aunque no lo se con seguridad. Todo puede ser, hace mucho que te graduaste y muy poco que estás unida a nuestro bando. Durante el tiempo que estuviste fuera siempre escuché de parte de los compañeros que habías sido fenixiana y supongo que ellos harán lo mismo que nosotros y os borrarán la memoria cuando salís.

     

    Ya levanté la vista para ver a mi compañera, estaba contemplando algo y en su rostro se notaba la tristeza. Dejé las cosas junto a mi, en el suelo y me levanté para acercarme hacia donde se encontraba mi compañera, rozando su brazo para animarla.

     

    - Tranquila, seguro encontramos a alguien que sepa lo que pasó.- mientras decía aquello la acerqué a mi para abrazarla y consolarla. - ¿De los rastros de tu recuerdo tienes a alguien en tu cabeza que pueda saber tu pasado y con quien puedas hablar?- le pregunté.

     

    Si en el ministerio que eran expertos en los hechizos para recuperar la memoria no habían sido capaces de hacer nada por ayudarla, en San Mungo sería completamente imposible.

  10. QUINTA PLANTA - Esperando la reacción de Jessie

     

    Crucé una pierna sobre la otra mientras esperaba una respuesta por parte de Jessie. No la quería meter prisa, temía que aquello pudiera estresarle aún más. Podría estar intentando aclarar su mente, y esperaba que no se le descuadrase nada, que no olvidara ningún pensamiento que estuviera a punto de recordar.

     

    Me recliné sobre el respaldo de la silla y me puse a jugar con la varita, procurando no molestar a mi compañera. Podía haberme marchado, pero no quería dejarla sola por si en cualquier momento necesitaba que la apoyara para terminar de enlazar parte de su historia o simplemente porque se hubiera agobiado por no ser capaz de recordar todo su pasado. No quería ni imaginarme lo estresante que podía ser aquello, tenía mucha suerte de no haber olvidado mi pasado.

     

    En la planta superior cada vez se escuchaba menos ajetreo, lo que les hubiera tenido tan ocupados se había calmado al fin. De todas formas sabía que las cosas estaban bajo el control, si no algún elfo se habría presentado ante mi para pedir ayuda.

     

    Agité mi varita y los papeles de las altas que tenía pendiente aparecieron sobre mis piernas, aprovecharía para trabajar allí y así no dejar sola a Jessie, estaba segura de que a mi compañera no le molestaría mientras estuviera cerca.

  11. QUINTA PLANTA - Con Jessie.

     

    A mi compañera se la veía bastante descolocada, al parecer aquella pérdida de memoria la había desconcertado más de la cuenta. Tenía que ser un poco desquiciante haber perdido parte de tu vida, encontrarte con gente a la que conoces pero no recuerdas, haber olvidado momentos importantes de tu pasado, de ti misma, con lo que terminas perdiendo una gran parte de tu identidad.

     

    Le mostré una media sonrisa, intentando animarla un poco, mostrándole el ánimo y el respeto, demostrándole que le iba a ayudar todo lo posible. Lo malo es que yo solo conocía su vida dentro de San Mungo, y muy poquito de su vida dentro de la Marca Tenebrosa. ¿Sabría lo suficiente para ayudarla? Esperaba que si, no quería que se sintiera agobiada por nada.

     

    - ¿Has perdido solo una parte de tu historia... o todo en general?- le pregunté a mi compañera.

     

    De momento habíamos tenido suerte, no había llegado nadie a la planta que necesitara nuestra ayuda, y por tanto que pudiera partir la charla entre las dos sanadoras. Aunque estaba claro que en la planta superior había sucedido algo, se escuchaba mucho ajetreo y los pies de los trabajadores moviéndose de punta a punta. ¿qué los tendría tan desquiciados?

  12. QUINTA PLANTA - Con Jessie

     

    Jessie no tardó en invitarme a pasar a la estancia, con una sonrisa en el rostro me adentré en el despacho tomando asiento. Al parecer la chica tenía mucho que contar, así que lo mejor sería ponerse cómoda y comenzar cuanto antes, no fuera a ser que una urgencia nos terminase sacando del lugar a rastras y no pudiéramos continuar la conversación. Cosa que era bastante probable.

     

    A penas había tomado asiento cuando me empezó a contar lo que le preocupaba. No pude evitar levantar una ceja debido a la sorpresa de conocer que un muggle la estaba persiguiendo y complicando la vida y creía verse incapaz de hacer nada contra él. Sabía que a veces era complicado actuar, pero a los mortífagos por lo general no le importaban las normas ni las consecuencias, a no ser que perjudicaran a alguien a quien querían.

     

    - Muchos muggles no saben realmente a que se enfrentan cuando van tras nosotros, deberías de darle una lección, hacerle ver que quien manda eres tú, si no seguirá yendo tras de ti y complicándote la vida. Podrías torturarlo, o hacer que pasen cosas raras a su alrededor. Si quieres podemos intentar idear algo sin que sospeche que tu eres la causante de que le ocurran esas cosas.- le sugerí a mi compañera.

     

    Me preocupaba el echo de que hubiera perdido parte de su memoria, probablemente se debiera a un fuerte golpe en la cabeza, o quizás esa muggle estuviera compinchado con un mago que quisiera hacerle el mal a la sanadora. Aquello habría que estudiarlo seriamente para poder llegar a actuar sin ser detectadas.

     

    - ¿Que parte de tu vida olvidaste?, al menos sigues recordando personas de tu vida, lugares y donde trabajas.- aquello ya era un paso. Podía haber llegado a olvidar por completo su identidad. - ¿Crees que esa persona pueda estar siguiéndote y que sea un cazador de magos?

  13. QUINTA PLANTA - Encontrándome con Jessie

     

    El tiempo era de locos, ya no sabía ni que hacer, ni por donde empezar, ni donde ir, y con las temperaturas que empezaban a hacer en la calle lo único de lo que tenía ganas era de meterme en mi cama, arroparme con una manta hasta la cabeza y quedarme allí tumbada horas y horas mirando a través de la ventana de mi cuarto. Pero no pude aguantar aquel pensamiento durante mucho tiempo, puesto que me dolió recordar que ya nunca más podría pisar aquella estancia, el castillo Ryddleturn ya no existía. Ahora tenía que vivir junto con mis hijos en la Torre, donde no podía tener demasiada ayuda familiar y todo se me complicaba más y más para cuidarlos.

     

    Recogí mi cabello y decidida subí a la quinta planta, a la espera de ver que había sido de Jessie y como se encontraba. Según mis informadores aún sus otros compañeros de planta no se habían presentado por el lugar. Además, las demás plantas no necesitaban demasiada atención, el único cambio que se había producido en la plantilla había sido que una aprendiz había pasado a ocupar un puesto de sanadora en la sexta planta, por lo demás todo estaba en orden.

     

    "La sexta planta..., Arya..., tengo que ver como se encuentra, me dejó sumamente preocupada" - pensé mientras mis pasos me seguían llevando hasta el despacho de Jessie, esperaba que la jefa de planta se encontrara en su despacho, no me apetecía tener que mandar a ningún elfo doméstico a buscarla.

     

    En el camino me tropecé con una camilla dejada en la mitad del pasillo, tuve que darle un empujón para quitarla del medio. Aquello no me hizo gracia, le pediría a Jessie que se enterase quien había dejado la camilla en medio y que se encargase de que esa persona no lo volviera a hacer por ningún motivo. Las cosas debían estar en su sitio, suponía aquello la vida o la muerte de una persona.

     

    - ¿Se puede?- pregunté tras golpear la puerta del despacho.

  14. Hades, Elvis ya está dado de alta, hizo su tercer posteo hace ya varios días, iba a mirar si lo tenía en mi hoja, pero posteó la salida después de diciembre y aún no actualicé mi hoja, pero si que salió, porque le estuve atendiendo yo y se que se fue con Lunita después de que yo le diera el alta, así que eso si puedo asegurar de que salió de San Mungo. Si puedo hacer la revisión te traigo los links luego.

  15. QUINTA PLANTA - En el box con Jessie, Arya y mil personas más.

     

    Jessie estaba bastante alterada, y era algo que me parecía normal, yo al igual que ella no me gustaba que hubiera familiares ni amigos dentro del box a no ser que se les diera permiso para entrar. Cuando estaban allí era porque necesitaban estar relajados y descansados, cosa que era completamente imposible con tantas personas a su alrededor.

     

    - Todos sois trabajadores de San Mungo, deberíais saber que no podéis irrumpir así a una estancia donde hay un paciente si no tenéis permiso del sanador encargado. Además, recordad que en esta planta, a no ser que se os llame, sois unos familiares más, no tenéis las ventajas de ser sanador como en vuestra planta.- les dije a los chicos.

     

    Me había dado cuenta que no solo la entrada de aquellas personas había alterado a Jessie, si no también la paciente que por segundos estaba más rara todavía.

     

    - Podréis entrar uno a uno, sin atosigarla, en el momento que la veamos agobiada tendréis que abandonar la estancia. No ha despertado de la mejor manera y necesita estar tranquila. Parece aún un poco desorientada y por ello hay que dejarle un poco de espacio.- dije apoyando a Jessie, a la cual no había visto nunca tan agresiva como en el momento de mi entrada.

     

    Me acerqué a mi compañera, para hablar en voz baja con ella. Al no tratarse de familiares directos no les podía decir mucho de la evolución del paciente.

     

    - ¿Como la has visto desde que me he ido?

  16. QUINTA PLANTA - Con Jessie, Arya, Allen...

     

    Jessie también parecía estar bastante desorientada con lo ocurrido, probablemente por algo que había sucedido en su ausencia. No la obligué a pensarlo más. Yo a Elvis no lo conocía como miembro de un bando, lo había conocido mientras estudiaba en la academia, hacía muchos años atrás.

     

    Mi compañera se había quedado con Arya, yo sin embargo me había dirigido a terminar de atender a Elvis, asegurándome de que todo estuviera en orden, por suerte el chico estaba como una roca, fuerte, sano, seguro que estaba deseandito irse a casa con su hija y tranquilizarlos a todos.

     

    Lunita estaba entusiasmada al darse cuenta de que su padre se encontraba bien. Ella recordaba perfectamente que yo la había curado hace menos de un mes. Asentí con la cabeza levemente cuando me preguntó si me acordaba. Pero pocos segundos después no pude evitar que una leve sonrisa se dibujase en mi cara cuando la muchacha empezó a echarle la bronca a su padre por el susto que le había dado.

     

    - Debes tener más cuidado para no darle esos sustos a tu hija. Recuerda, descansa mucho ahora cuando vayas a tu casa, no hagas esfuerzos, debes recuperarte, mañana estarás como nuevo.- poco después, pude comprobar como padre e hija abandonaban el hospital rumbo a su hogar.

     

    Suspiré, algo menos en lo que trabajar, pero ahora tocaba ir de nuevo al encuentro de Arya, esperando que se encontrase bien y hubiera comenzado a recordar algo de lo ocurrido. Pero seguía oliéndome algo mal, algo no iba bien con la sanadora, pero no alcanzaba a saber la razón.

     

    Al llegar a su lado de nuevo me di cuenta que el box se había llenado de personas, sus compañeros de planta habían bajado para ver como se encontraba su jefa.

     

    - Uiss, cuanta gente, ¿a dicho algo nuevo?- pregunté.

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  17. QUINTA PLANTA - Dándole el alta a Elvis. Con Lunática, Arya y Jessie.

     

    Arya parecía estar muy extraña, más rara que cualquier paciente que despertara de un accidente como el suyo. Parecía que había algo más de fondo que de momento yo no llegaba a comprender. Podría haberse dado un golpe en la cabeza que la hubiera hecho perder parte de la memoria, pero no parecía que fuera eso lo que ocurría.

     

    Entrecerré los ojos, intentando pensar y averiguar lo que le estaba pasando a mi compañera y amiga, había algo que no estaba bien, pero hasta que ella no me hablara no podría averiguarlo, desde luego no me reconocía, eso lo sabía bastante bien, su tono de voz lo había desvelado, y no podía haberse olvidado de mi así como así.

     

    - ¿Seguro que estás bien?- le pregunté, era como si no fuese ella. - ¿Sabes como te llamas? ¿Sabes dónde estamos?- le pregunté. Pero no, no sabía absolutamente nada. - Bueno, estás en San Mungo, y te estamos cuidando, pero no, no puedes marcharte aún, estás aún desorientada. Hasta que no seas capaz de respondernos unas cuantas preguntas y nos aseguremos de que te encuentras bien no podemos dejarte ir, podría ser peligroso para ti.

     

    En aquellos momentos otro trabajo reclamó mi atención. Elvis por fin había despertado, por lo que me acerqué a él para ver como se encontraba.

     

    - Jessie, ocúpate de Arya un momento, y mira a ver si reacciona bien, yo mientras voy a ir a comprobar que Elvis esté recuperado y a darle el alta si es oportuno.

     

    Llegué a Elvis cuando estaba preguntando aún desorientado lo que había sucedido. Ya estaba más que acostumbrada a aquella reacción por parte de los heridos. También le di un vaso de agua para que pudiera aclarar su garganta.

     

    - Hola Elvis, si, soy yo, estás en San Mungo, te han debido de atacar los mortífagos por las heridas que mostrabas en tu cuerpo, pero ya estás bien. Tómate esto y recuperarás fuerzas.- dije mientras le entregaba una poción. - En cuanto te encuentres fuerte podrás marcharte, aquí te dejo el alta firmada y un parte de lesiones por si quieres denunciar el ataque.- dije dejando los folios sobre la mesa.

     

    Una joven, a la que no hacía demasiado tiempo que había tratado, apareció en el lugar para ponerse junto a la cama de su padre, preocupada por lo que le había sucedido.

     

    - Tranquila, tu padre está bien, pero tienes que dejarle un poquito de espacio para que respiere, en un momento ya os podréis marchar ambos juntos a casa.

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  18. QUINTA PLANTA - Con Arya y Jessie y esperando que Elvis despierte.

     

    Jessie sabía de primera mano como solían tratar los mortífagos a las personas a las que atacaban, ella misma había estado presente en aquellos ataques, segando más de una vida, aunque también había de reconocer que no siempre los mortífagos se pasaban tanto, en ocasiones solo querían jugar, marearlo y hacerles pequeñas heridas sin importancias, para ver el terror en los ojos de sus víctimas. Yo me había hecho demasiado vaga en aquellos ataques a las personas, probablemente porque luego era a mi a la que le tocaba devolverlos a la vida.

     

    - De todas formas hasta que no se despierte no puedo saber que es lo que le ha sucedido, ya sabes que todos aparecen igual, sean quienes sean.- dije encogiéndome de hombros, aunque aquello no era del todo cierto, nuestros compañeros de bando por lo general aparecían en las mazmorras, donde su identidad seguía bien guardada y podían recuperarse más tranquilamente.

     

    Asentí cuando mi compañera habló sobre las heridas de Elvis, estaba más que claro que había sido más de un alto rango mortífago el que le había atacado. La verdad no le veía gran cosa como para que fueran tantos a por él, parecía una persona normal o corriente, pero seguramente esperaban que alguien más apareciese para protegerlo.

     

    - ¿Sabes si hay indicios de que sea alto rango fenixiano para que le hicieran algo así? ¿O simplemente se encontró en el peor lugar en el momento menos indicado?

     

    Al igual que yo Jessie desconocía el paradero de sus compañeros de planta, desde luego estaban completamente desaparecidos, me habían asegurado que hacía prácticamente un mes estarían de regreso, pero después de todo aquel tiempo..., seguía sin tener noticia de ellos. Sabía que había echo bien en devolver la normalidad un poco más tarde, asegurándome de que realmente estarían de vuelta.

     

    - ¿Crees que les habrá pasado algo? Intenté ponerme en contacto con ellos, pero no tuve demasiado éxito.

     

    En seguida Jessie se acercó con una sonrisa hacia Arya, la cual parecía estar muy desorientada y no sabía lo que había ocurrido. Me acerqué a ambas para ver que tal se encontraban, comprobando que sus pupilas reaccionaran sin problema y que sus pulsaciones estuvieran en orden. De momento estaban un poco aceleradas, pero era algo normal en aquellos casos.

     

    - No sabemos que pasó, solo que apareciste aquí muerta. Tenías la ropa y el cabello lleno de arena blanca, como de playa. ¿Eso te hace recordar algo?

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  19. QUINTA PLANTA - Con Jessie esperando a que Arya y Elvis reaccionen.

     

    Cuando llevaba un rato trabajando en los pacientes escuché unos pasos que se acercaban a mi posición. De todas formas no levanté la cabeza, estaba demasiado atenta a los dos pacientes y la chica no tardó en hablar, con lo que la pude reconocer. Al parecer al final había logrado salir de su oficina y pasear por donde se encontraban los pacientes. Aquello me alegraba, significaba que la planta volvía a estar en buenas manos.

     

    - Hola Jessie, si quieres quédate conmigo a ayudar, además, el caso de Arya es extraño, no le atacaron mortífagos ni fenixianos, la atacó otra persona, una cualquiera, mira sus daños, casi todas producidas por morphos.- le comenté a mi compañera. - El caso de Elvis es más normal, está claro que es un ataque de los mortífagos.

     

    Miré a los chicos, no tardarían en despertar, aunque cuanto más tardase más doloroso sería su despertar minutos más tarde. Preparé una poción para solventar ese dolor, pero esperaba que fuera suficiente.

     

    - ¿Has conseguido hablar con Lud o con Tea?- le pregunté a la jefa de planta.

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  20. QUINTA PLANTA - Esperando que Elvis responda y viendo a Arya.

     

    Elvis tardaba en reaccionar, sabía que iba a sentir bastante frio a causa de la crema que tenía extendida en todo su cuerpo, pero al menos eso le estaría aliviando del ardor de las quemaduras. En un cuarto de hora aproximadamente podría retirarle aquel mejunje del cuerpo, aunque el chico debería pasarse un par de día cuidándose del sol y echándose cremas para que no le quedara ninguna cicatriz en su cuerpo.

     

    Fruncí el ceño al ver que el chico tardaba tanto en reaccionar, por lo que tomé de nuevo mi varita y apunté con convicción a su pecho pensando "Envernate", con aquel hechizo esperaba que el joven Gryffindor volviera a respirar y su corazón volviese a mandar la sangre por todo su organismo. Si no respondía a aquello podría ser que mis esfuerzos hubieran sido en vano, que hubiera estado demasiado tiempo muerto y ya no se pudiera hacer nada por él, pero desde luego yo no era de las de darse por vencida.

     

    - Señorita directora, Arya apareció en una de las camillas y no hay nadie que la atienda, aunque no ha llegado de una forma tan convencional como los demás, parece que ella no fue atacada por nadie que perteneciera a alguno de los bandos, si no simplemente por otro mago más.- me informó uno de los celadores. Aquello si que no me lo esperaba.

     

    - ¿Y a qué estás esperando?Traedla al box de al lado, no puedo alejarme mucho de Elvis hasta que no reaccione, pero tampoco la puedo dejar a ella fallecida sobre una de las camillas sin que nadie le esté prestando atención.- le dije al celador que se había presentado ante mi sin el cuerpo de mi compañera de trabajo. Mientras lo veía alejarse me giré hacia Elvis, esperando que el chico reaccionara. - Vamos, despierta, me vais a terminar estresando entre todos.- susurré al cuerpo inerte de mi antiguo amigo.

     

    Escuché el roce de las ruedas de la camilla con el suelo a cada vuelta, había que arreglarlas, una de las cuatro ruedas chirriaba demasiado, un poco de aceite sería más que suficiente para arreglar ese problema. El golpe contra la puerta me indicó que ya estaba en el box de al lado, por lo que me quité los guantes con los que había atendido al Gryffindor para ponerme otros nuevos para ir junto a Arya.

     

    Con la mujer habían usado morphos, estaba más que claro, le faltaba gran parte de su vestimenta. Limpié la arena blanca de playa que la manchaba sacudiéndolo un poco, aunque no pude evitar que parte de ella siguiera enredada en su pelirroja cabellera, más adelante le pediría a alguna de las enfermeras que peinara su pelo para quitarle todo rastro de tierra.

     

    - Tranquila Arya, pronto estarás de vuelta.- dije acariciando su cabeza con cariño, a pesar de que sabía que ella era miembro de la orden, no podía evitar seguir sintiendo cierto cariño hacia ella. Aún me preguntaba si sería capaz de atacarla en caso que fuera necesario. Por suerte ella no sabía nada de mis inclinaciones hacia el bando tenebroso. - ¿Ya tienes enemigos sin necesidad de que sean de la Marca?

     

    No buscaba respuesta a esa pregunta en esos momentos, ella estaba muerta y no podía responderme, pero no pude evitar decirlo en alto mientras comenzaba a curar sus heridas, cuando estuviera un poco más recuperada habría muchas cosas de las que hablar y que tratar. Al final le hice beber la poción que le devolvería la vida, me preguntaba quien despertaría antes, si Arya o Elvis, pero sabía que no había terminado con ninguno de los dos.

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  21. QUINTA PLANTA - Con Jessie y atendiendo a Elvis tras las 24 horas desde su llegada sin ser atendido.

     

    Mi compañera parecía no responder, no sabía si es que me había equivocado de habitación, pero estaba casi segura de haberla visto, quizás tras los papeles, quizás tras el armario, la verdad es que la estancia estaba algo desordenada con pilas y pilas de papeles debido a los informes de alta que se le habían estado acumulando durante la ausencia de su puesto de trabajo. Yo me había ocupado de que visualmente la planta no se viera abandonada, pero el papeleo..., era algo completamente distinto, siempre lo había rehuido y por ello estaba aún ahí, esperando a la jefa de la planta.

     

    - Si encuentras a Jessie entra la pila de papeles dile que estoy atendiendo a un paciente que acaba de llegar.- le pedí a un elfo doméstico. Cuando llegaba un paciente no podíamos perder el tiempo, cada segundo contaba para que no se nos complicara más el trabajo a la hora de devolverle a la vida.

     

    Me alejé del despacho rumbo al primer box, donde el cuerpo de un antiguo compañero se encontraba tendido sobre la camilla. Si hacía caso a los rumores, podía presuponer que los que le habían atacado habían sido mis compañeros de bando, aunque yo no tenía la seguridad de que aquellas acusaciones fueran del todo ciertas, solo podía estar segura de las que se decían sobre Adryanie y pocos más que lo habían confesado ante mi y lo habían demostrado.

     

    Me había costado reconocerlo bastante, su piel estaba completamente chamuscada, desde luego le habían dañado más de la cuenta, probablemente no había recibido ningún apoyo por nadie de la Orden del Fénix y mis compañeros estaban claro que no habían marchado solos.

     

    Sin pensarlo dos veces empecé a realizar mi trabajo, primero con cuidado retiré la ropa que esta cerca de las quemaduras, con cuidado de quitar las que estaban pegadas a la piel, tenía que tener mucho cuidado para que no hubiera infecciones, limpiándolo con agua para que se despegaran sin arrancarle la piel, con ayuda de la magia y luego estirando una crema para que la piel se curase mucho antes, sin que quedaran cicatrices sobre su piel.

     

    - Menos mal que está muerto, si no sus gritos se escucharían por todo el hospital, no solo en esta planta.- dije en voz baja.

     

    Puse pequeñas gasas sobre la piel para que no se infectaran, bajo ellas estaban su piel con la crema echada, esperando que empezara a hacer efecto. El chico había quedado prácticamente desnudo, solo con su ropa interior, que era una de las pocas zonas que no estaban quemadas de su piel.

     

    Tomé la poción para hacérsela tragar al joven y que así recuperara la vida en unos segundos.

     

    - Vamos Elvis, despierta.

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  22. QUINTA PLANTA - Recibiendo a Jessie tras su viaje.

     

    Sabía que podía respirar más tranquila, y la confirmación me llegó en forma de memorandum, firmado por parte de Jessie. La jefa de planta ya se había vuelto a incorporar a su puesto de trabajo. De echo yo me había adelantado a los acontecimientos y había avisado al resto de los trabajadores que no tenían que estar ya pendientes de esa planta, que de nuevo había alguien que podía hacerse cargo. De los que seguía sin saber absolutamente nada era de sus compañeros, ellos si que estaban completamente desaparecidos en combate.

     

    Miré a mi alrededor, sabía que pronto tendría que ponerme con el papeleo propio de cada fin de mes, pero en aquellos momentos si tenía tiempo para reunirme con Jessie y ver que tal se encontraba. Ella solía ser una chica muy trabajadora, y cuando no podía era porque algo se lo había impedido en contra de su propia voluntad.

     

    Salí del despacho, cerré la puerta tras de mi y me marché hacia la quinta planta. Aquella planta en la que había estado prácticamente viviendo el último mes para solventar las bajas de todos los empleados, aunque lo cierto es que no me había importado, siempre era agradable poder salir de entre el papeleo y estar trabajando con los pacientes, era para aquello para lo que me había preparado como sanadora, no para estar detrás de una mesa, sin la emoción de poder salvar vidas.

     

    Sonreí al darme cuenta de que toda la planta estaba de nuevo en movimiento, desde luego la Potter Black no iba a dejar que nadie se durmiera en los laureles y que estuviera de brazos cruzados. Ella tenía que ponerse al día, y serían los sanadores y enfermeros la que tuvieran que indicarle lo que había sucedido en su ausencia.

     

    - ¿Se puede? - pregunté tras golpear la puerta de la habitación donde se encontraba la jefa de la quinta planta.

  23. ABANDONANDO LA QUINTA PLANTA

     

    Me había quedado sola de nuevo, pero esta vez parecía que ningún paciente me iba a salir de entre las piedras para reclamar mi atención, de todas formas sabía que Jessie estaba a punto de llegar, una lechuza mañanera me había avisado de ello, aunque no sabía hasta que punto iba a poder aguantar el trabajo dentro de la planta. De todas formas dejaría a un elfo pendiente para que me avisara con cualquier novedad, que si un paciente estaba esperando durante demasiado tiempo el ser atendido subiría de nuevo.

     

    - Tendría que subir a la sexta planta a ver como van, pero creo que mejor iré a tomar algo a la cafetería para recuperar fuerzas.- pensé mientras me alejaba por los pasillos rumbo al ascensor.

     

    La planta se había quedado sumamente tranquila, sin pacientes esperando ser atendidos de urgencia ni familiares desesperados, aquello tenía otra pinta, incluso parecía una planta fantasma si no fuera por el continuo movimiento de los empleados para asegurarse que los pocos pacientes que estaban descansando y recuperando fuerza antes de volver a casa estuvieran bien atendidos.

     

    En la cafetería se podía notar algo más de actividad. Los sanadores que tenían sus minutos de descanso tras varias horas de trabajo habían tenido mi misma idea, al igual que los familiares que no podían estar dentro de la habitación con sus allegados, allí abajo esperaban para recibir noticias.

  24. QUINTA PLANTA - Viendo marchar a Bel

     

    Se veía a la McGonagall muy contenta de estar de nuevo viva, al parecer estaba prácticamente perfecta, casi como si no la hubieran atacado, pero yo sabía que debía de encontrarse algo baja de fuerzas. Era lo normal, volver de la muerte no era un viaje tranquilo, y desde luego podía dejar a cualquier cuerpo fatigado, y tenía que acostumbrarse nuevamente a portar su alma.

     

    - Realmente muchos prefieren no denunciar, aunque no se el motivo, si es pereza, miedo o simplemente que tienen algo que esconder y que si los aurores comienzan alguna investigación podrían verse desvelados alguno de sus secretos y amantes.- bromeé al final de la frase para hacer un poco menos lastimero el tema de conversación.

     

    Pero la joven tenía razón, rara vez los aurores hacían algo para encontrar a los atacantes, ya fueran miembros de la Orden del Fenix o de la Marca Tenebrosa, en Londres aquellos crímenes al final siempre quedaban impunes.

     

    En cuento Bel se hubo recuperado abandonó la planta en compañía de su elfina, me daba que esta, al igual que Sira, volvería a su puesto de trabajo en lugar de irse a su casa a reposar. En San Mungo casi todos eran así.

  25. QUINTA PLANTA - Dando el alta a Bel

     

    Sonreí en el momento en el que noté que las mejillas de la McGonagall recuperaban su color rosado, indicando que la sangre volvía a fluir por su cuerpo. Noté que su corazón ya no necesitaba ayuda para seguir latiendo, y que podía respirar por si misma, por lo que dejé de emplear mi magia sobre su cuerpo.

     

    La dejé unos segundos sin atosigarla, para que se fuera haciendo de nuevo al ambiente, pudiera abrir sus ojos y darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor, tiempo que aproveché para preparar las pociones restablecedora de sangre y otra revitalizante. Aquello le ayudaría a no marearse, a recuperar así toda su sangre y con la otra le daría fuerzas.

     

    - ¿Te encuentras bien?- le pregunté mientras esperaba a que se incorporaba un poco, entregándole las dos pociones para su pronta recuperación. - La verdad es que me alegro de que ya estés recuperada, cuando llegaste no tenías una buena imagen.

     

    Me volví a dar la vuelta mientras ella tomaba la medicación, yo aproveché para firmar el alta y rellenar el parte de lesiones. Estaba como siempre en la obligación de realizarlo para que cualquiera pudiera denunciar a las personas que le habían atacado.

     

    - Siempre entrego este papel con las lesiones sufridas, aunque claro..., creo que nunca sirve de mucho, puesto que creo que nunca sabéis quien os ataca. Aunque la verdad hace un rato si que vino una que me dijo el nombre de sus agresores...- respondí pensativa. - En cuanto quieras puedes marcharte, pero te aconsejo de que esperes a tener un poquito de fuerza para no perder el conocimiento en el camino, y sobre todo no realices esfuerzos.

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