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Anna T. Ryddleturn

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Mensajes publicados por Anna T. Ryddleturn

  1. Jock decidió que era mucho más divertido asustar un poco más a Jessie en lugar de intentar tranquilizarla, aunque eso podría ser peligroso, puesto que si se encontraba con alguno de nosotros en el laberinto podría terminar atacándonos como acto reflejo debido al miedo. Parecía que el echo de ser madre y sanadora me había vuelto muy protectora.

     

    El reto del laberinto sería interesante, no sabía si sería capaz de encontrar la salida, no sabía si habría dentro un minotauro que viniera a por nosotros, pero la verdad es que tenía mucha curiosidad por conocer lo que me deparaba aquel día.

     

    Tomé mi varita y seguí a Adryanie, la cual se adentró por el pequeño túnel. Me sentía un poco agobiada, no me gustaban los lugares pequeños y mucho menos bajo tierra, pero habría que hacer un esfuerzo. A cada paso la oscuridad era más notable, yo avanzaba pasando mis dedos por la pared, para asegurar el paso, por lo que no tardé en notar inscripciones en ella.

     

    Mientras nos adentrábamos, la profesora se encargó de informarnos de lo que podríamos encontrar dentro del laberinto y repentinamente Adryanie nos hizo parar. Era el momento de darnos una breve explicación sobre que era un Boggart y como combatirlo, por lo que quedó más que notable que había uno muy cerca de nuestra posición. Nunca me había gustado aquella criatura, puesto que era capaz de revelar lo que yo más ocultaba dentro de mi a todos los que estuvieran a mi alrededor, lo que significaba revelar mis debilidades.

     

    Sin dejar de observar a la profesora, mordí mi labio. Ya sabía que eso podía ser algo a lo que me iba a tener que enfrentar cuando me apunté a la clase, pero no por ello se me haría más fácil. Por un momento, pude ver una sonrisa fugaz en el rostro de la profesora, se veía que disfrutaba poniéndonos a prueba, y mucho más cuando eligió que yo sería la primera víctima de aquella criatura.

     

    No lo pensé ni medio segundo antes de adelantarme, pasando con cuidado junto a Jessie y Adryanie para ponerme a la cabeza del grupo. La varita, ya desenfundada desde hacía rato, estaba siendo sostenida por mi mano derecha, preparada para lo que tuviera que hacer.

     

    Di otro paso al frente, aquello fue suficiente para que el Boggart me detectara, y sobre todo detectara la fuente de mi miedo. Con una niebla plateada, este dio paso a la figura de un niño de tres años, de cabello anarajado, tumbado en el suelo, sobre un charco de sangre. Sus ojos estaban abiertos de par en par, pero no había signos de vida en él.

     

    Sentí como mi corazón se partía en mil pedazos. Era mi pequeño, a pesar de que sabía que tan solo era una trampa lo sentía demasiado real, y por un segundo me quedé completamente paralizada. Apreté los dientes con fuerza y con mucha dificultad logré levantar mi varita y apuntar hacia el "cadáver".

     

    - Riddikulus- dije mientras intentaba reponerme, apuntando al cuerpo. De repente una niebla rodeó el cuerpo y este se transformó en un perrito vestido con un gorrito naranja persiguiéndose la cola. Tras aquella visión una sonrisa se dibujó en mi rostro e hizo que se me olvidara la imagen de mi hijo tendido sobre el suelo.

     

    Tras aquello giré la cabeza para mirar a la profesora, esperando su aprobación, para poder retirarme y dejar paso al siguiente de mis compañeros o a que ella siguiera con su corrección a como lo había hecho o con una nueva lección.

     

    Me había tenido que contener sobre manera para no cargarme a aquella asquerosa criatura, pero aquella era una clase de defensa, y no de ataque, seguro que la profesora no hubiera visto con muy buenos ojos que la hubiera atacado y haber hecho que el suelo se hubiera llenado de sangre de verdad.

     

    - ¿Lo hice bien?

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  2. El día de trabajo en San Mungo estaba resultando tranquilo, muy pocos pacientes habían llegado para ser atendidos y no había nada del otro mundo, por lo que había aprovechado para adelantar el trabajo de oficina, siempre que comenzaba un nuevo mes suponía revisión de salarios y actividad de los empleados. A continuación quizás habría que hacer llamados de atención.

     

    Tras dejar a un lado la carpeta de una de las aprendices, de la que no estaba muy segura si contaríamos al mes siguiente a causa de su graduación, vi una carta de parte de la Universidad. Las clases ya habían dado comienzo y la profesora nos estaba esperando. Miré el reloj, iba a llegar un pelín tarde, pero llegaría. Recogí la mesa, guardé los papeles y me quité la bata y de ahí a la Universidad.

     

    No tardé mucho en encontrar la clase, ya había asistido el mes anterior a otra y me había dado tiempo de reconocer el lugar. Además, no podía evitar sonreír, me libraría del turno de noche y podía que tuviera tiempo de descansar al llegar a casa y darle de desayunar a mis hijos, seguro que se llevarían una grata sorpresa.

     

    Con cada paso, mi capa se ondeaba. Mi cabeza se encontraba oculta bajo la capucha, no me gustaban las noches frías de Londres, nunca me acostumbraría a pesar de todos los años que llevaba viviendo ya allí.

     

    - Buenas noches - saludé a modo de respuesta a la profesora. No tardé en reconocer a mis otros dos compañeros, ambos eran compañeros de bando, Jessie además hacía años que trabajaba conmigo en San Mungo, y a Jock lo conocía desde que habíamos empezado juntos la academia, hacía ya demasiados años.

     

    Miré con un poco de desconfianza la mano de Adryanie, sabía lo que aquello significaba y odiaba las desapariciones conjuntas, desde que yo podía aparecerme y desaparecerme por cuenta propia, siempre era preferible. Respiré hondo, coloqué mi mano sobre la de ellos y cerré los ojos. En ese momento noté como el suelo desaparecía bajo mis pies y segundos más tarde volvía, hasta que no lo sentí, no volví a abrirlos.

     

    No pude evitar contemplar con admiración el laberinto que se alzaba a nuestro lado, me encantaban aquellas construcciones antiguas y majestuosas, y lo que más me gustaba era el que la iba a poder ver por dentro e inspeccionarla. Los comentarios que me hizo la profesora no me asustaron, estaba acostumbrada a tratar con objetos oscuros y conocía las maldiciones imperdonables, pero esta vez no podría defenderme con magia oscura, tendría que ser única y exclusivamente con magia buena. Tendría que tener mucho cuidado, aunque el trabajar en San Mungo me había enseñado a controlar esos instintos.

     

    - No te preocupes Jessie, seguro que puedes con todo, te he visto enfrentarte a cosas peores.- animé a mi compañera antes de volver la mirada a la profesora. - Yo si estoy lista, ¿entramos ya?

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  3. Si Beltis, es que si tuviera más tiempo pues no me importaría que fuera alguien un poco menos activo y al que tuviera que enseñar, pero en épocas de estres es complicado y al final haría aún menos que estando sola por agobio y saturación, por lo que me vendría mejor alguien en quien pudiera apoyarme. Además, que si me estreso me pongo muy borde y eso no me gusta, XD.

     

    Yo ayer acosé a todos los mortífagos por skype, lo malo es que como no tengo mucho tiempo solo les pude dejar el link diciéndoles que se pasaran, a ver si hoy tengo más tiempo, abrimos multi social con alguno de mis compañeros y así es como que "se sienten más obligados a participar" También haré llamamiento dentro del escuadrón para que se dejen ver, ya se que dos personas mas me dijeron que intentarían pasarse también y con otros sirvió mi miniacoso, XD.

     

    Yo creo que no habría ningún problema en lo de que miembros del escuadrón apadrinen a los nuevos, además, entraron 4 y más de 4 en el ES si se que podrían participar y ayudar, les preguntaré ahora a ver quienes se animan. Así luego lo pondría también en lo de la bienvenida para que ellos lo supieran, lo único malo al final de eso es que luego no sigan manteniendo el contacto, quizás no tanto pero si algo, porque es como que se sienten abandonados y es peor, pero ya les daré la charla a los chicos antes.XD Ahora mismo me paso por el ES y sugiero a ver quienes tienen tiempo, que eso lo recalcaré bien.

     

    Lo de las actividades..., sería una buena idea, a ver si me sugieren jueguecitos interesantes y quizás si me responden desde ya podríamos hacerlo hasta esta semana, pero si lo veo pillado les diré que mejor la que viene y la última del mes.

     

    Y me parece buena idea eso de premiar, incluso puede que intente hacerles un blink de activo en el mes de..., como hacíamos antes.

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  4. El profesor parecía estar satisfecho con la velocidad y la forma en la que estaba haciendo la tarea, me resultaba mucho más agradable terminarla cuanto antes y así no tener más preocupaciones que rondaran mi mente. Los casos eran la mayoría conocidos por mi, por lo que no tenía que pasar demasiado tiempo pensando en ellos, ya los había tratado en más de una ocasión.

     

    Asentí levemente cuando él me dijo su puntualización con respecto a lo que yo había puesto en el pergamino, se lo agradecí y esperé a que les hiciera las correcciones al resto de mis compañeros de clase. Íbamos para largo, no iba a ser sencillo terminar el curso sin un poco de esfuerzo. Tenía miedo de la última tarea, ya estaba un poco cansada, pero tenía que terminar, de echo, estaba pensando en apuntarme a otra asignatura para el siguiente mes, me había gustado volver a estudiar algo que me gustaba.

     

    Estuve bastante atenta a las correcciones que les estaba haciendo a los demás compañeros, debido a que así podía aprender muchas más cosas. No sabía exactamente que casos les habían tocado a ellos, pero cuando tenían fallos el profesor los explicaba en alto para que todos los conociésemos, cosa que agradecía.

     

    Tras estar todas las tareas respondidas y resueltas el profesor propuso que expusiésemos nuestros casos ante la clase, sería una forma adicional de la tarea que nos iba a proponer, y aún no tenía del todo claro que la fuera a cumplir o no, eso lo pensaría más tarde, después de atender a la lección de los hechizos.

     

    A pesar de que los conocía todos, no siempre los ponía en práctica, era reacia a usar hechizos cuando no fuera absolutamente imprescindible, rara vez paralizaba a un paciente si podía evitarlo, pero era cierto que dentro de San Mungo siempre había otros medios menos radicales para hacer que se calmaran, si no siempre me quedaba la opción de amenazarles con alejarles de su ser querido y no dejarles verle hasta que se calmaran, era algo que solía funcionar en la mayoría de los casos.

     

    La práctica que el profesor nos planteaba ahora era la de realizar curaciones exclusivamente con hechizos. Yo ya no estaba tan acostumbrada a ello, siempre había ido más por libre realizando las curaciones, me sentía mucho más cómoda curando a mi antojo, según tuviera el día, pero la tarea era para practicar aquellos hechizos, y debería hacerlo lo mejor posible. El maniquí que había aparecido ante mi tenía nada más y nada menos que catorce flechas y mucha sangre. Estaban en malos lugares, dos en la cabeza y una en el corazón, esas eran las que más me preocupaban.

     

    Muchos seguramente preferirían estar con maniquíes, obviamente eran mucho más silenciosos que los pacientes de verdad, pero sus quejas te ayudaban a orientarte por si algo no estaba yendo bien. Me coloqué unos guantes, saqué mi varita y comencé a trabajar. No retiraría todas las flechas de primeras, puesto que no quería que se desangraran.

     

    Empezaría por la más complicada de todas, por la que tenía en el corazón. Tenía cierto reparo en activar el corazón, saldría más sangre del resto de sus heridas, aunque teniendo en cuenta que las flechas taponaban las salidas..., no sería peligroso, no se desangraría, por ello tenía que enfrentarme a las heridas una a una, y la que más me importaba en aquel momento era la del corazón.

     

    - Evanesco- murmuré haciendo que la flecha del pecho desapareciera. Realmente yo no necesitaba ya nombrar los hechizos, tenía demasiada práctica con ellos y con solo pensarlos tenían su efecto, pero en aquel momento quería hacerlo todo paso a paso, como una novata.

     

    La sangre comenzó a emanar a borbotones, por lo que rápidamente tuve que emplear un "Episkey" sobre el corazón. Uno solo sabía que no serviría, pero tenía que hacer que la hemorragia fuera mínima. La repetí por segunda vez, ya casi no salía sangre a través de la herida, pero necesitaba limpiarla bien.

     

    - Tergeo- con aquel sencillo hechizo limpié mi visión de la sangre que había estado saliendo de su pecho. Hice un tercer "Episkey" en su corazón, sanándolo por completo, ya se le veía fuerte, para luego realizar un "Episkey" más sobre su pecho, curando por completo esa zona.

     

    - Vale, ahora que su corazón está sanado toca curar las otras trece heridas, primero las del cuerpo, necesita contener la sangre que le queda para poder soportar una intervención más larga en la cabeza.- tras aquellas palabras todo estaba prácticamente listo, fue muy rápido el momento de sanar cada una de las heridas, haciendo desaparecer las flechas con el hechizo "Evanesco" y finalmente cerrarlas todas con uno o dos "Episkeys" por herida. Me enfrenté a ellas una a una, a excepción de las que estaban demasiado cercanas y me ahorraban trabajo curándolas a la vez.

     

    Ahora me tocaba la parte más peligrosa de toda aquella operación, la cabeza. Debería de tener mucho cuidado con lo que iba a hacer, puesto que una mala ejecución podría suponer la muerte del paciente por un derrame cerebral, o que alguna de sus capacidades se viera afectada.

     

    - Petríficus totalus- dije apuntando al maniquí, al quedarse los músculos inmóviles, la sangre se movería mucho más lenta, por lo que se evitaría algún problema. Ahora tenía que actuar muy rápido y sobre todo sin miedo, pronto estaría la práctica finalizada. Eso si, en ningún momento me había dado por levantar la cabeza mirando lo que hacían mis compañeros, tenía que centrarme como siempre en la víctima.

     

    Sonreí al darme cuenta de que no le había afectado ninguna zona peligrosa, ni siquiera le había roto el nervio ocular, aunque había pasado muy cerca. - Diffindo - dije cortando con mucho cuidado las flechas para que no me molestaran al trabajar pero sin sacarlas, después hice un corte con el mismo hechizo al rededor de la zona para poder ver mejor.

     

    Comprobé que ambas podían sacarse sin peligro para la víctima, ni siquiera estaban muy profundas, pero tendría que actuar rápido. - Evanesco, episkey.- una flecha retirada y la hemorragia cortada, de inmediato volví a emplear el hechizo "episkey".

     

    A continuación volví a emplear el mismo procedimiento para retirar la otra fecha, el trabajo ya estaba finalizado, ahora debería de escribir el procedimiento en la pizarra, para que se supiese todo lo que había echo, paso por paso. Puse los ojos en blanco, odiaba los informes.

     

    - Ennervate- dije al final, haciendo que volvieran de aquella manera las fuerzas al paciente, si hubiera sido un humano, hubiera recuperado la consciencia.

     

    PROCEDIMIENTO LLEVADO A CABO

     

    El paciente había sido herido por 14 flechas, una de ellas se había incrustado en su corazón, dos en el cráneo, las otras 11 estaban distribuidas por todo su cuerpo.

     

    Se comenzó con la herida del pecho, la que más urgencia requería pare evitar que terminara desangrado. Para ello se retiró la flecha con el hechizo Evanesco, evitando de esa forma realizar más destrozos al retirarla, y a continuación se usaron varios episkeys directos al corazón. Con el hechizo Tergeo se limpió la zona para poder tener mejor visión, pudiendo cerrar completamente la herida del corazón y del pecho con el hechizo episkey.

     

    A continuación se procedió a la curación de las 11 heridas dispersas por todo el cuerpo. Solo fue necesario hacer desaparecer las flechas con el hechizo Evanesco y sanándolas a continuación con el hechizo Episkey. También se limpió la zona con Aguamenti. Las heridas se fueron atendiendo por separado, una a una, para evitar la desangración del paciente.

     

    Por último se procedió a atender los dos impactos de flecha de la cabeza. Para evitar que saliera más sangre del cuerpo del paciente, evitar los movimientos musculares involuntarios o espasmos se usó el hechizo Petrificus Totalus. Con el hechizo Diffindo se cortó la flecha, dejando la punta aún en el interior y también para cortar la piel alrededor de la herida para poder mirar. Al comprobar que se podía trabajar en la zona, que no era peligroso, se hizo desaparecer las flechas una a una con Evanesco y rápidamente varios episkys, evitando así que la herida se hiciera más grande afectando a otras zonas, y curando la piel.

     

    Con el hechizo Ennervate se le devuelve fuerza al paciente, logrando así que recupere la consciencia. Necesitaría también al ser posible una poción reabastecedora de sangre. Tras varios días de internamiento para que se recupere, si no se produce ninguna lesión adicional, se le podría dar el alta.

     

     

    Por fin había terminado mi trabajo, estaba cansada, y no sabía que más nos quedaría por hacer, si había alguna tarea adicional, y aún dudaba si realizar la tarea adicional o no. Bufé, tenía que empezar cuanto antes.

     

    -Bueno, voy a exponer los casos que me tocaron en el ejercicio anterior para mis compañeros, pero la verdad no se me da muy bien explicar estas cosas, soy de poco hablar.- dije con una leve sonrisa, preparada para empezar.

     

    Me puse en pie, delante de todos, preparada para contar por encima los dos casos que el profesor me había propuesto en la segunda tarea.

     

    - Mi primer caso se trataba de un niño que había sido alcanzado por una maceta en la cabeza, había perdido el conocimiento. La madre le había lanzado la maceta, se sabe porque no es la primera vez que sus hijos ha llegado herido, con heridas que no son explicables por accidentes normales.

     

    >> Lo primero que deberíamos hacer es separar a la madre del niño. Un golpe en la cabeza donde se pierda la consciencia no es algo que debamos de pasar por alto así como así. Son muy peligrosos. Como el paciente está inconsciente nos será un poco más complicada la atención, pues no tendremos ayuda por su parte. Deberíamos cortar la hemorragia y limpiar la herida. Habrá tierra dentro de ella, por lo que sería fácil que hubiera una infección. Fregoteo sería un hechizo muy útil. Al final como siempre emplearemos episkey o costuras mágicas si la herida es demasiado alargada.

     

    También se le realizarán unas placas, para comprobar que no hay derrame y tendrá que pasar la noche en observación, despertándole cada dos horas para asegurarnos de que no pierde la consciencia y cae en coma. También llamaríamos a un defensor al menor que estudiara el caso al mandarlo a casa.<<- dicho aquello tomé un trago de agua.

     

    No sabía si debería de tomar un descanso o dejar que algún compañero hablase entre medias, pero viendo que nadie se animaba seguí con el segundo caso.

     

    - El segundo caso que tuve que resolver es el de una pelea entre dos magos, era un caso muy sencillo, pues solo había sido afectado por el hechizo Lusentium, primero el tacto y luego la vista. Cuando ingresó ya tenía prácticamente el sentido del tacto recuperado, y solo teníamos que esperar pacientes a que recuperase la vista, su efecto se pasa en un rato.

     

    Por fin había terminado toda la tarea que tenía pendiente, creía que quizás me había excedido y no me había explicado bien, pero esperaba no tener ningún problema. Regresé a mi sitio y esperé que continuara la lección.

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  5. Paso a dejar mi inscripción para el mes de marzo, tengo que ser una buena estudiante para ponerme al día con los conocimientos dignos para mi nivel(?)

     

    Nick: Anna T. Ryddleturn

    ID: 46696

    Conocimiento: Defensa contra las Artes Oscuras

    Nivel de Magia: XVI (16)

    Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78416-boveda-de-anna-t-ryddleturn/

    Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78399-ficha-de-anna-t-ryddleturn/

     

    Creo que eso es todo, saludos.

  6. Comprendí que mis compañeros no sabían por donde empezar. A mi me había costado bastante trabajo encontrar dos buenos casos sobre los que escribir, y pasaba los días y días trabajando con los enfermos, viendo día tras día los distintos casos. De todas formas me sorprendió que se demorasen tanto tiempo en entregar la tarea, se les habría ido el santo al cielo, pero estaba segura que para la siguiente tarea se pondrían las pilas.

     

    Para evitar el aburrimiento tomé un trozo de pergamino, anotando ciertas cosas que tendría que hacer durante el trabajo, dudas que les surgirían a mis empleados con los nuevos cambios, y anotando como les respondería. Odiaba perder el tiempo. Obviamente no pude evitar sonreír al darme cuenta de que todos mis compañeros habían terminado con su trabajo, ya podríamos continuar con la lección. Cuanto antes terminásemos antes podría regresar a casa y al trabajo.

     

    - Gracias profesor Keaton- le respondí al ver la nota que me había puesto. Poco a poco los distintos pergaminos fueron llegando al resto de mis compañeros, cada uno con su nota y calificación.

     

    Ahora tocaba seguir con el temario, el profesor no parecía muy contento por el retraso a la hora de entregar la tarea, por lo que haría la tarea en cuanto nos la diera, era mucho mejor que no le diéramos más motivos para que se enfadara con nosotros y nos bajara de aquella manera la nota. Por orgullo necesitaba terminar el curso con una buena calificación.

     

    Me senté correctamente, prestando atención a la nueva lección que estaba impartiendo el profesor. Aquella clase era sencilla, ya la había puesto en práctica en una infinidad de ocasiones. De todas formas, el último paso solo lo tenía en cuenta si había acumulación de pacientes, para saber por cuál de ellos comenzar a atender. De todas formas copié la lección tal cual en un trozo de pergamino para tenerlo a mano, sería importante para las prácticas, en ellas mi método no era importante, si no el suyo, sería sobre ello sobre lo que me calificarían.

     

    A continuación el Ravenclaw propuso un ejemplo de como atender a un paciente que llegara a nuestras manos debido a un envenenamiento. Un niño, al que le costaría trabajo estarse quieto y no quejarse, aquel envenenamiento, como la mayoría era bastante desagradable y yo sabía bastante bien que no se podría tratar bien a alguien que estuviera nervioso. De todas formas no pude evitar mostrar una leve sonrisa cuando comentó el método que emplearía él. Yo por lo general siempre empleaba el contrario a no ser que ese no surtiera el efecto deseado.

     

    En el segundo caso Keaton difería de lo que yo había propuesto, era cierto que la poción reabastecedora era más rápida, pero siempre era complicado hacer que alguien la tragara si no estaba consciente, por lo que en muchas ocasiones me había acostumbrado a una transfusión, además que solía tener más existencias en San Mungo. Pero era bastante claro que la solución del docente era mejor.

     

    Ahora comenzaba la segunda tarea, para lo que el profesor nos entregó una tarea distinta a cada uno de nosotros. Leí lo que me tocaba, tenía que diferenciar si se trataba de una emergencia o una urgencia y darle un tratamiento adecuado. Tenía treinta minutos para ejecutarlo, miré mi reloj, tocaba ponerse manos a la obra.

    Anna T. Ryddleturn

    SEGUNDA TAREA. PRIMEROS AUXILIOS.

    1.- Dalila es una mujer muy enérgica, educa a sus hijos con la más dura disciplina, sin embargo, a veces se le pasa la mano y logra lastimar mucho a sus hijos. En una de esas ocasiones, a Timmy, su hijo más pequeño, le lanza una maceta en la cabeza que logra causarle un descalabro considerable haciéndole perder el conocimiento. Al llegar a San Mungo, desde luego la mujer miente y dice que Timmy, por andar jugando, se tiró dicha maceta en la cabeza.

    Al tratarse de un golpe fuerte en la cabeza estaríamos hablando de una emergencia. Los golpes en esta parte del cuerpo son muy peligrosos, aunque siempre será una buena señal que el niño no haya perdido el sentido en ningún momento, aunque esto sea así, no se puede descartar que haya un derrame cerebral.

    Como primer paso se comprobará que el paciente es capaz de hablar y que sus pupilas reaccionan. Si es capaz de comunicarse él nos informará del tipo de dolor que tiene y nos contará por si mismo como se hizo las heridas. Siempre él, nunca la madre que deberá esperar fuera del box para evitar molestias y poner más nervioso al paciente.

    Si Timmy se encontrara inconsciente y no pudiera comentarnos que es lo que le ha ocurrido tomaríamos en cuenta la información disponible y se realizaría un reconocimiento de las heridas. En este caso todo sería visual, tendríamos que limpiar un poco la zona ensangrentada para no tener estropeada la visión de la zona afectada.

    Lo primero sería cortar la hemorragia, limpiara las heridas producidas por el golpe de la maceta. Para ello se limpiarán las heridas con fregoteo, agua y a continuación se empleará el hechizo episkey y costuras mágicas que cicatrizarán con mayor rapidez, sin dejar cicatrices. Habrá que tener cuidado de limpiar muy bien la zona para que no haya infección a causa de la tierra. Durante la primera noche deberá de ser despertado cada dos horas para asegurarse de que no haya problemas, de le realizarán también algunas placas para comprobar si hay hemorragias internas.

    Como probablemente haya informes a cerca de los accidentes habituales que tienen los niños, habría que aconsejar que un psicólogo hablara con la familia para ver la razón de tantos accidentes y si fuera necesario ponerse en contacto con un defensor del menor.

     

    2.- En una disputa entre dos magos por el amor de una bruja, ambos deciden batirse en duelo para ver quien es el merecedor de la mujer, por lo que se citan en una paraje solitario y comienzan con el duelo. Al cabo de un par de hechizos, Marius, uno de los magos, recibe un certero Lusentium de parte de su oponente, Niccolas. Pierde de inmediato en sentido del tacto, seguido, tras un par de turnos, de la vista. Decide darse por vencido e ir a San Mungo.

    Dado que el paciente se encuentra consciente, primero le preguntaremos que le ha sucedido. Una vez que conozcamos el hecho de que su problema viene de un duelo y de la pérdida de sentidos le pediremos que nos describa que sentidos ha perdido.

    La pérdida de sentidos a causa de unos hechizos es algo leve, por lo que estaríamos hablando de una urgencia.

    El tratamiento sería dejarlo en observación, el hechizo se desvanecerá por si mismo en muy poco tiempo. Habrá que asegurarse de que la recuperación evoluciona bien. No sería necesario tomar medidas a no ser que en un par de horas no estuviera recuperado. De hecho el sentido del tacto lo tendría que haber recuperado al poco de llegar al hospital.

     

     

    Tras terminar de rayar el papel con aquellas palabras, dando mi opinión se lo entregué al profesor. Siempre se me daba mal explicar las cosas, era más de llevarlas a cabo y no quería escribir más de la cuenta. Tenía que aprovechar el tiempo libre para seguir ordenando mis asuntos, y no quería que se me pasara el tiempo de entrega de la tarea.

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  7. Anna T. Ryddleturn, Directora de San Mungo. Con Juve.

     

    Los nuevos puestos ya habían salido, iba a conservar mi puesto de Directora de San Mungo, lo que suponía un gran esfuerzo y muchas horas de trabajo, tenía que acostumbrarme al nuevo cambio, enterarme de como sería todo exactamente y sobre todo, enseñarle a mis empleados como deberían de moverse para que el caos no nos ganara la partida y pudiéramos volver a tener nuestra marca de buenos sanadores. Rápidos y eficientes.

     

    Antes de que pudiera encargarme de aquellos asuntos una carta de mi hermana llegó ante mi, necesitaba con urgencia consejos médicos y no se fiaba de nadie que no fuera yo, quería mantener oculto el incidente lo más que pudiese, al menos hasta estar segura de lo que realmente le ocurría.

     

    Aparecí en las calles de Ottery, cerca de la vivienda de mi hermana. Hacía una eternidad que no pisaba la mansión Malfoy, prácticamente desde que había decidido dejar de vivir allí. ¿Habría cambiado mucho el lugar? Seguramente si, los castillos y mansiones no solían durar mucho tiempo igual debido a los asaltos y redadas, era renovarse o morir, bueno, o mejor dicho vivir entre escombros.

     

    Me acerqué a la puerta, y la golpeé con el dorso de mi mano. Luego esperé pacientemente hasta que uno de los elfos domésticos atendió a mi llamado, abriéndome la puerta e invitándome a pasar mientras se disculpaba, avisándome de que iría a buscar a Juve. Probablemente mi hermana ya le hubiera avisado de que estaba esperando mi llegada.

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  8. Otto notó mi nerviosismo por recibir noticias a cerca de en qué trabajaría a partir de aquel momento. Lo que más me preocupaba no era precisamente el que yo fuera directora o no, aunque en gran medida algo dentro de mi lo necesitaba. Trabajar en San Mungo era algo importante para mi. Pero justo en ese momento llegó la carta donde estaban apuntados los puestos de cada uno de los empleados del nuevo ministerio.

     

    - Mira, si me aceptaron en el puesto, y a ti en el departamento de misterios, me da que no tuviste suerte de entrar en la oficina de Inquisidores. Lo siento.- le dije al chico pasándole el papel, no sin antes asegurarme de quienes serían mis nuevos empleados. - No me metieron ningún sanador ajeno a San Mungo, solo a los aprendices, así que a ver que tal se da el trabajo de todos juntos y con el nuevo plan, creo que eso será lo que más nos costará, volver a la rutina.

     

    Me recliné en mi asiento mientras miraba a mi compañero, leer la lista de los nuevos empleos. Yo por otra parte estaba tomando un buen trago de mi bebida para aclarar la voz, así me iba acomodando poco a poco.

     

    - Tranquilo, no me preocupa el dinero, de momento creo que tengo para vivir cómodamente, e incluso para darle algún que otro capricho a mis hijos, que no está nada mal, pero con mi puesto de trabajo, me da que no voy a tener ningún inconveniente. ¿Y desde cuando yo soy mala? Siempre he sido un cacho de pan, solo que un poco..., como lo diríamos..., inquieta. Pero tienes razón, me gusta cuando tienen esa edad, me hacen reír mucho.

     

    Cuando preguntó por si era mejor la niña tuve que ponerme pensativa, porque la verdad es que eran distintos.

     

    - Bueno, si te refieres a que hace menos trastadas si que es más buena. ¿Y entonces no sabes que aconsejarme tomar?- le pregunté.

  9. Contemplé como el profesor me prestaba bastante atención durante mi presentación. Tenía la costumbre de ser bastante observadora, mi trabajo me había obligado a ello, y suponía que todos tendrían la misma curiosidad en saber porqué estaba en aquellas clases. Siempre me había gustado ser más autodidacta que realizar las cosas de manera oficial, pero si quería seguir conservando mi puesto de trabajo debería de seguir las normas preestablecidas.

     

    Mostré una leve sonrisa cuando el profesor pareció estar contengo con la explicación que le había dado de las diferencias entre urgencia y emergencia. Agradecí sus palabras con un leve asentimiento y presté mucha atención a lo que tendrían que añadir mis compañeros. Siempre había algo que añadir, aunque fuera alguna cosa leve a la que se había llegado por experiencia personal, y mis compañeros así lo hicieron. Era muy bueno que hubiese más personas en clase, así también podría renovarme con distintos puntos de vista que ya tras tantos años podría llegar a pasar por alto o darle menos importancia.

     

    Mientras se presentaba Ästartèa, pude percatarme de la cara de asco del profesor cuando esta empezó a relatar lo que había visto entre los muggles. Yo obviamente prefería sanar con la magia y sobre todo hacer mis pociones, pero era cierto que en alguna ocasión me había visto obligada a emplear sus métodos, por lo que ya hacía bastante tiempo que no ponía cara asqueada y no podía quejarme de esos métodos de sanación, una persona tenía que adaptarse a las circunstancias y en ocasiones no había desmemorizadores disponibles en la zona como para poder usar la medicina mágica delante de los muggles.

     

    Tras las presentaciones el profesor volvió a tomar la batuta y continuó con la clase, por ello intenté borrar cualquier distracción de mi cabeza desde aquel instante. Al entrar por la puerta de clase tenía que dejar fuera los problemas de San Mungo, como confiar que mis sanadores no se metieran en lios. Sabía que no sería algo sencillo, además, llevaba días esperando saber si podría seguir trabajando en el Hospital y saber cuales de mis compañeros seguirían conmigo, de todas formas me forcé a atender al Ravenclaw.

     

    El ejercicio estaba lanzado, y ahora era el turno de los estudiantes de responder. Con mucha calma tomé una pluma, me retiré el pelo dejándolo caer sobre uno de mis hombros y que no me molestara y mojé la pluma en el tintero, apoyándola posteriormente con suavidad sobre el pergamino nuevo, realizando trazos que se convertirían en letras, y estas... en palabras.

     

    Anna T. Ryddleturn

     

    EJEMPLO DE URGENCIA Y DE EMERGENCIA

     

    URGENCIA: Una urgencia sería un envenenamiento leve. Hay miles de pociones mal realizadas que pueden ocasionar vómitos, diarreas e incluso cambios de la forma del afectado. La mayoría no son emergencias puesto que no suponen la vida del paciente, pero si se dejan pasar el tiempo los vómitos y diarreas podrían llegar a deshidratarlo si son continuados y provocarle la muerte, y en algunas ocasiones las malformaciones o cambios de forma podrían extenderte, haciendo imposible eliminar algunas de ellas por completo.

     

    EMERGENCIA: Un caso de emergencia podría ser una persona que ha sido atacada con el hechizo Morisoseo Ánima. Los cráneos fantasmales habrán provocado al paciente graves heridas sangrantes, requerirá atención sanitaria de emergencia y aún así probablemente después necesite varias transfusiones de sangre para poder recuperar la fuerza.

     

     

    Tras releer lo que había escrito en varias ocasiones y comprobar que la tinta estaba ya seca, me levanté de mi sitio y me dirigí hacia la mesa del profesor para dejar la primera tarea sobre su escritorio. Odiaba la parte teórica, odiaba expresarme, lo único que me gustaba de la medicina en si era la atención al paciente y investigar por mi cuenta, sobre todo haciendo pociones, cosa que allí no se realizarían.

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  10. Tocaba volver a los estudios, ahora tendría que demostrar todo lo que había aprendido durante mucho años convalidando mis estudios. Había decidido comenzar con Primeros Auxilios. ¿Quién se pondría si no bajo mi curación en San Mungo si no tenía un título impreso en papel que lo demostrara? Obvio la mayoría de personas me conocía y sabía que bajo mis cuidados estarían a salvo, pero siempre era mejor guardarse las espaldas.

     

    Había tomado unos cuantos pergaminos, mi pluma y me había puesto en marcha tras haber besado la frente de mis hijos y marcharme. No sabía si estaba aún preparada para estudiar, no sabía ni si tenía tiempo, pero tenía que intentarlo, no podía quedarme atrás y me gustaba la idea de aumentar mi currículum con estudios. Respiré hondo, estaba nerviosa, pero tenía que lograr entrar como fuera en esa clase sin que me temblaran las piernas. Se supone que para mi tendría que ser sencillo, no había motivos para estar nerviosa.

     

    - Buenos días.- dije al entrar en la clase. El profesor ya se encontraba dentro, pero ninguno de los alumnos. No sabía si estaría sola o habría más compañeros, tendría que esperar para comprobarlo.

     

    El lugar era precioso, bien iluminado, con las mesas de operación. Por lo visto realizaríamos las prácticas en el mismo lugar en el que se darían las clases. Me acerqué hasta una de las mesas, dejando mis cosas sobre la placa metálica. Los demás compañeros hicieron lo mismo conforme fueron llegando. Cuando había pasado el suficiente tiempo y todos estábamos listos en nuestros lugares el profesor comenzó a hablar presentándose. Tras él era nuestro turno.

     

    Como parecía que nadie se animara aclaré mi garganta y comencé a hablar.

     

    - Hola a todos, yo soy Anna Ryddleturn. Como algunos sabrán soy Directora de San Mungo, por lo que supongo que os parecerá un poco extraño que esté en esta clase, hasta hace poco tenía este conocimiento, pero con los nuevos cambios me he visto obligada a convalidarlo asistiendo a clase. Mi vida es curar y cuidar a la gente, por ello mi prioridad de ser este conocimiento el primero que convalidara.- dejé de hablar durante unos segundos para tragar saliva y seguir respondiendo a lo que el profesor nos había pedido para nuestra presentación. - La Emergencia y la Urgencia son términos muy similares, puesto que ambos son momentos de peligro para la salud de una persona de forma inesperada, pero en el caso de la emergencia debe ser atendido en el momento, en una urgencia también es importante al atención temprana, pero se puede esperar incluso horas sin que el paciente fallezca, puesto que no se encuentra en peligro su vida.- respondí.

     

    No sabía si era exactamente lo que el profesor estaba pidiendo, pero si quería ser escueta en mi respuesta y no marear a nadie y hacerme entender, esa era la única manera que tenía de hacerlo.

     

    Mi presentación había llegado a su fin, y ahora tocaba esperar a que mis compañeros realizaran su aportación a la clase.

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  11. Miré mi reloj mientras que Otto dijo que estaba esperando al igual que yo conocer en que puesto de trabajo estaría a partir de ahora. Mis dudas eran entre dos lugares, o volver a mi puesto de Directora de San Mungo o estar en paro. San Mungo era mi vida, y no me veía en otro lugar.

     

    - Queda muy poco tiempo para que den las listas definitivas y sepamos en que puesto destaremos, al menos si seguimos como antes..., deberían estar en nada los puestos.- le dije a mi amigo, seguramente podríamos respirar más tranquilos cuando supiésemos donde trabajaríamos. - ¿Y como que te ha dado por cambiar? Se que algunos cambiaron porque sus puestos desaparecieron con la nueva norma, pero por lo general casi todos decidieron regresar a sus antiguos empleos.

     

    Lo que me sabía mal de aquella situación era que tendría que despedirse de mucha gente con la que había estado trabajando hombro con hombro. No se acostumbraría nunca a todos los cambios que aquello supondría, pero tendría que empezar a hacerse a la idea.

     

    - Es renovarse o morir, tenemos que seguir estudiando día a día. Menos mal que tengo dinero para pagarme los estudios, sería algo incómodo que alguien tuviera que pagármelos, el haber estado trabajando tanto tiempo ha sido una buena idea.- le respondí al Black en aquellos momentos. - ¿Y yo que corazón voy a romper? Nunca rompí ni uno, no creo que vaya a empezar ahora.

     

    Otto parecía solo recordar que tenía un niño, pero no que tenía también una niña pequeña, aunque probablemente es porque nunca me había llegado a ver con ella, pasaba demasiado tiempo en casa, no me había gustado sacarla cuando era demasiado pequeña.

     

    - Valen está muy bien, como siempre revoltoso. Ahora que regresamos a casa se pasa tirando de las orejas a los elfos domésticos. Además, anda molestando a su hermana pequeña, aunque de los demás la protege muy bien como buen hermano mayor. ¿Y qué pasó con el bebé que esperabas?- le pregunté. Desde que me había contado aquella noticia no sabía nada más.

     

    - Yo si quiero también tomar algo de comer, me ruje el estómago, ¿qué me recomiendas de este lugar? Nunca había venido.

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  12. - Menos mal, porque además, con las reformas y demás..., ya sabes que todo está patas arriba, y cualquiera sabe si de un momento a otro pueden estar llamándome para una urgencia. ¿Te imaginas que tuviera que presentarme tambaleándome de un lado para otro? Sería demasiado cómico y me terminarían perdiendo el respeto, más teniendo en cuenta que no tengo mi puesto de trabajo para nada asegurado.- le conté al Black. La verdad es que aquella situación me tenía un poco de cabeza, aunque me habían asegurado que mi puesto no corría peligro, si el de varios de mis empleados, puesto que los recortes de plantilla serían considerables.

     

    Mientras me quitaba la capa y la dejaba reposando sobre el respaldo de la silla Otto me contó que a él también le tenía algo desorientado todo lo que estaba sucediendo. Él incluso se había atrevido a pedir un cambio de planta. Según había escuchado algunos de los departamentos iban a desaparecer, y no sabía si el suyo se vería afectado o simplemente eligió un cambio de aires.

     

    - Yo, como comprenderás después de tanto trabajo pienso quedarme en San Mungo, e incluso me he atrevido a estudiar en la Universidad para aumentar mis conocimientos y mejorarlos. Se que es una locura más teniendo en cuenta el poco tiempo del que suelo disponer, pero no me quiero quedar atrasada, los estudios siempre hacen bien.- comenté - Fuera de eso no tengo mucho que contar, estuve casi un mes fuera, perdida un poco, necesitaba desconectar y encargarme de arreglar ciertos asuntillos en la península, y ni te imaginarías la sorpresa que me llevé al regresar a Londres y encontrarme con tanto cambio. Tuve suerte de que mi hermano me avisó por una lechuza para que no estuviera tan asustada con mi vuelta, pero aun así..., no es sencillo de asimilar.

     

    En ese momento uno de los camareros se acercó a nuestra mesa, instante que aproveché para pedir que me sirvieran un Nesteé, con eso estaba segura de que se me calmaría la sed y me dejaría un sabor agradable. - ¿Qué tomarás tu?

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  13. Le dediqué una leve sonrisa a mi amigo cuando llegué a su lado, hacía una eternidad que no habíamos tenido oportunidad de quedar, vernos y hablar, el trabajo en San Mungo era agotador, saber que los negocios iban mal no ayudaba aunque tampoco es que perdiera mucho mi tiempo pensando en ellos, y luego estaban los niños, a los que tenía casi todo el día encerrados en La Torre del Dragón, pero muy pronto los llevaría de nuevo a la Ryddleturn, cuando lograse ordenar las cosas, ponerme al día con todo. Ya tenía noticias de que todos estaba volviendo al orden en el castillo, ahora solo quedaba que yo me acomodara, pudiera respirar un poco y volver allí, o eso esperaba.

     

    - Ala, no digas eso, yo no te dejaría plantado, no al menos sin un buen motivo y avisándote, como que me hubiera atropellado el autobús noctámbulo o algo así.- bromeé. Asentí con la cabeza ante su invitación de pasar al interior del establecimiento y evitar que nos congelásemos. La verdad es que era de agradecer el calor del interior del local, odiaba el frío de Londres en aquellas fechas, y tanta humedad, días nublados, lloviendo..., no era lo mio, por ello me había criado en el sur de España, amaba el sol y el buen tiempo.

     

    Era la primera vez en mi vida que me adentraba en el Elviris Pub, de echo hacía siglos que ni siquiera pisaba un Pub.

    - Habrá algo más que bebidas alcohólicas aquí, ¿no? todavía es un poco temprano como para empezar ya con unas copitas.- le pregunté a Otto mientras tomaba asiento. - ¿Qué ha sido de ti en todo este tiempo que no te he visto?, ¿cuantos hijos secretos tienes ya desperdigados?

  14. Me inscribí en el otro lado, pero como vi que eso es del antiguo y tal vengo aquí a inscribirme de nuevo para que no haya problemas luego ni confusiones.

     

    Nick: Anna T. Ryddleturn

    ID: 46696

    Conocimiento: Primeros Auxilios

    Nivel de Magia: 16

    Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78416-boveda-de-anna-t-ryddleturn/

    Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78399-ficha-de-anna-t-ryddleturn/

     

    Creo que eso es todo, saludos.

  15. Creo que radicalmente van a decender mi número de conocimientos, pero ya estudiaré en la academia algunos para cuando salga de mis exámenes v.v, que creo que por ahora tengo suficiente con estudiar en mi día a dia como para estudiar aquí también.

     

    Enlace a Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78399-ficha-de-anna-t-ryddleturn/

    Conocimientos: Conocimiento de Maldiciones y Pociones.

     

    Creo que eso es todo, ahora me voy a intentar conservar mi trabajo *huyo*

  16. DESPACHO DE DIRECCIÓN - planta baja.

     

    - Necesito urgentemente un descanso - me dije a mi misma mientras me reclinaba hacia atrás en el asiento de mi despacho. Hacía días que no tenía ni un segundo de relax, y sabía que me quedaba un mes por delante demasiado complicado, más de lo que quizás podía controlar. Las ojeras me llegaban prácticamente hasta los pies, mis horas de sueño se habían reducido prácticamente a la nada, sobre todo después de que los dos niños se pusieran enfermos y necesitaran de mi a cada momento.

     

    Bufé, justo a la par que vi un avión de papel sobre mi mesa en la cual no había reparado hasta aquel momento. Eso quería decir que probablemente fuera una nota que llegara desde el ministerio o más probablemente desde alguno de los trabajadores del hospital.

     

    Me mordí el labio, no quería abrirla, casi siempre implicaban más trabajo y no se si estaba preparada para recibir una noticia como esa, pero tarde o temprano tendría que hacerlo, y cuanto más tardara en abrirla, más problemático se podía volver el asunto, había que atajar todo cuanto antes, así que hice de tripas corazón y alargué el brazo para tomar la nota y poder así leerla.

     

    En cuanto la vi reconocí la letra de una de las subdirectoras, aquello hizo que se me abrieran los ojos de par en par, sobre todo cuando leí lo de su ausencia, todas mis fantasías de desaparecerme por completo de San Mungo se habían volado de una bofetada, sin ninguna de las dos subdirectoras para ayudarme en mi marcha..., tendría que hacer todo lo posible para dividirme y seguir presente, tendría que esperar a que fueran los sanadores los que me echaran una pequeña mano para no volverme loca y pedirles que intentaran no provocar problemas durante aquel mes.

     

    Arrugué el papel y lo lancé a un lado, quería responderle, pero no sabía a donde, probablemente ya se había marchado de la institución, me tocaría esperar a su regreso, de todas formas no sabía si lo que pudiera decirle la podría animar, había una parte de mi que siempre seguiría resentida con ella mientras siguiera apoyando al bando Fenixiano.

  17. http://i.imgur.com/ttz5H.png

     

    El Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas fue fundado por Mungo Bonham, para atender a los magos y brujas que necesitasen apoyo. Continuando con este legado de tan desprendido mago, el Hospital San Mungo continúa su labor de atención médica a los habitantes del Mundo Mágico, siempre con la calidad y el servicio del que ha hecho gala por mucho tiempo.

     

    El edificio se encuentra en el centro de Londres, cerca de una de las paradas del metro subterráneo, para permitirle a aquellos magos que viajan a pie un acceso rapido y fácil. Para evitar a los muggles, el sistema de seguridad del edificio hace que a la vista de un “No Magico” tenga la apariencia de un edificio ruinoso, con grandes ventanales tipo aparador, sucios y opacos, donde varios maniquíes lucen ropas antiguas y polvorientas. Uno de los Maniquíes, centrado entre los ventanales, es el que permite que los magos puedan ingresar, cuando dejan claro lo que son y a lo que van; esto permite que nadie no autorizado pueda llegar al interior del hospital.

     

    Una vez autorizado el ingreso, se puede acceder a través de la ventana que, aunque a primera vista no ha cambiado, se puede cruzar dando la sensación de pasar a través de una cortina de agua. Este es otro de los medios de protección del Hospital para impedir a las personas con malas intenciones el que puedan acceder; el Banco Mágico Gringotts cuenta con un sistema similar.

    En el pasillo de entrada, pueden apreciarse dos filas de sillas de madera acojinada, sirviendo de improvisada sala de espera para los recién llegados. Enfrente, dentro de su cubíc***, se encuentra la recepcionista y detrás de esta, entre dos cuadros de Directores, se puede ver la lista de los pisos y sus encargados.

    Al lado derecho de la entrada, una pequeña puerta blanca se alcanza a percibir con una plaquita de metal arriba "Sólo Emergencias", custodiada por dos guardias. En esta pequeña habitación se pueden permitir en ocasiones MUY excepcionales Trasladores y Apariciones.

    Al fondo de este lado, unas puertas mágicas de cristal indican la entrada a las Direcciones de los encargados del hospital, donde sólo los autorizados con su huella mágica pueden atravesar los cristales; del otro lado, se alcanzan a ver dos elevadores, que los llevan a sus respectivas oficinas, de acuerdo al cargo y piso que ocupan. Al lado izquierdo se ven los cuatro elevadores para los pacientes y sanadores y a su lado una hilera de 5 chimeneas de mármol blanco y oro permiten el movimiento a aquellos que tengan acceso a la Red Flu, tanto de entrada como de salida. Sólo el elevador primero a la izquierda tiene acceso a las Mazmorras, ubicadas en el sótano del edificio.

    ****-----****

    Por la presente le informo que San Mungo contara con una red de 5 chimeneas de marmol dorado y blanco, ubicadas en la primer planta, al lado de los elevadores, para permitir el ingreso de los trabajadores y el mago común, que así lo necesite o requiera; esto con la intención del flujo ordenado y limpio de los magos y brujas al recinto.

    Mas sin embargo y por este mismo motivo, de mantener un orden por sobre todas las cosas, los trasladores y la aparición estarán restringidas, trasladores unicamente por el director y los dos subdirectores del hospital y la aparición, a al director, subdirectores y jefes de piso del hospital, haciendo una excepción a esto ultimo, unicamente cuando una situación de extrema emergencia o necesidad (muerte inminente, nacimiento prematuro o connato de aborto) se haga presente, en el cual, una habitación vigilada por dos guardias, al lado de la entrada de emergencias, dejara el paso de un traslador o aparición a la vez, siendo revisados por los vigilantes para asegurarse que no se de un mal uso de esta implementación.

    Los trasladores y las apariciones permitidas, al director, los subdirector@s, y jefes de piso, estarán remitidos a sus oficinas inmediatas, con la intencion de igual manera, de mantener un orden.

     

    Reglas sobre Plantas Especiales

    Mazmorras (mortífagos)

     

    • Área Libre.- En esta parte de las mazmorras, se tendrá lo que viene siendo un pequeña hall, así como las habitaciones en donde estarán los “pacientes” de menor jerarquía, se podría decir que gente para despistar, magos normales que ni siquiera ellos sepan que es lo que realmente se hace dentro.

       

    • Área Nivel 2.- Este lugar está destinado a todas aquellas pruebas y experimentos en donde solo se tiene acceso especial, pero de la misma forma aún no se tiene un conocimiento de las curaciones mortífagas.

       

    • Área Nivel 3.- En esta zona es donde ya se encuentran las habitaciones en donde se realizan todas las curaciones con respecto a los mortifagos. El acceso por ende es demasiado restringido, en donde solo pueden estar sanadores mortifagos, así como Subdirector Mortifago.

       

    • Área de Salas Especiales. – En este sitio se encuentran las salas o habitaciones en donde se practican tratamientos especiales, como son casos de: Licántropos, vampiros y alguna enfermedad que pudiera dispersarse como plagas o epidemias.

     

    Cabe aclarar que la seguridad de esta planta se regulará a partir del subdirector Mortifago y Jefe de planta y al ser el mismo, es obvio que solo una persona tiene permitido poner dicha o quitar la seguridad.

    El acceso a las Areas de las Mazmorras quedarían asi:

     

    Area Libre

    • Director
    • Subdirectores
    • Jefes de Planta
    • Sanadores
    • Aprendices

     

    Area Nivel 2

    • Director
    • Subdirectores
    • Jefes de Planta
    • Practicantes Mortifagos

     

    Area Nivel 3

    • Subdirector Mortifago
    • Jefes de Planta (solo Mortifagos)
    • Sanadores (solamente Mortifagos)

     

    Area de Salas Especiales

    • Director
    • Subdirectores
    • Jefes de Planta (en donde se presento el problema)
    • Sanadores (en caso de solicitarlos por el Director, Subdirectores o Jefe de Planta

     

     


    Planta 6 (Fenixianos)

    • Área Libre.- Donde se encontrarían ciertas habitaciones de uso para los pacientes, donde podrían ser visitados y la seguridad tiene un cierto nivel como para que no se cometan fácilmente actos de terrorismo contra pacientes de algún bando. Esta seguridad podría verse flaqueada pero en situaciones especiales donde se acuerde algún tipo de rol con el Jefe de Planta predeterminado. Hasta aquí podrían entrar pacientes, sanadores, aprendices y visitantes.
    • Área Restringida.- Para uso exclusivo de los que trabajan en esa Planta y para Jefes con Alta Jerarquía. Ahí se encuentran la Botica (donde se guardan pociones, vendajes y todo elemento para uso médico) y un pequeño Laboratorio (donde se hacen pociones para los pacientes de la Planta, y por último un Archivo con los expedientes de los pacientes y sanadores de la Planta.
    • Área Nivel 3.- Ahí se encuentran la Sala de Resurrección (sin acceso para los Aprendices y para toda persona ajena al bando). El nivel de seguridad es alto, por lo que no se pueden cometer actos ilícitos dentro de este lugar.
    • Oficina Jefe de Planta. – En este lugar se encuentran dos recintos: el primero en donde se tendría el escritorio del Jefe de planta, así como el material necesario para revisar a los pacientes que lleguen. Después viene una Sala de Conferencias, a la cual se puede acceder desde la oficina del Jefe, o de una puerta que esta sobre el pasillo.

     

    Cabe aclarar que la seguridad de esta planta se regulará a partir del subdirector auror y Jefe de planta. Por lo que ellos son los únicos que pueden quitar o poner la seguridad del lugar, nadie más.

    El acceso a las Areas de la Planta 6 quedarían asi:

     

    Area Libre

    • Director
    • Subdirectores
    • Jefes de Planta
    • Sanadores
    • Aprendices
    • Visitantes

     

    Area Restringida

    • Director
    • Subdirectores
    • Jefes de Planta
    • Sanadores de Planta.

     

    Area Nivel 3

    • Subdirector Auror
    • Jefes de Planta (solo Aurores)
    • Sanadores (solamente Aurores)

     

    Oficina Jefe de Planta

    • Director
    • Subdirectores
    • Jefes de Planta (Aurores y/o los que sean solicitados por el Jefe de Planta o Subdirector Auror)
    • Sanadores (en caso de solicitarlos por el Director, Subdirectores o Jefe de Planta)

     

     

     

     

     

    • Al salir herido de un asalto/redada, los personajes en cuestión tienen el deber de acudir a San Mungo a realizarse las curaciones de tales ataques. De lo contrario no podrán participar en un siguiente combate.

       

       

    • A pesar de que un personaje tenga los conocimientos necesarios de curación, NO PODRÁ auto-sanarse, tendrá que esperar a que algún sanador de la planta le realice dicho proceso.

       

      El proceso para que sea válida una curación/resurrección, es el siguiente:

      1er Rol – Llegada a la planta mortifaga o fenixiana por medio de un encantamiento.

      2do Rol- Proceso de transición entre la vida y la muerte.

      3er Rol – Heridas sanadas. Pueden salir del hospital.

       

      Estos roles deben de estar de la siguiente forma. Recuerden, nadie podrá rolear una curación solo, siempre tiene que ser con la compañía de un sanador de su planta real, de modo que la distribución de los roles será la siguiente:

      Rol 1 - Llega paciente lesionado

      Rol 1 - Atiende la llegada un sanador/comienza la curación

      Rol 2 - Proceso donde se comienzan a sanar las heridas

      Rol 2 - Termina la curación y le da el alta

      Rol 3 - Termina la curación y sale.

       

      Mortífago/Fenixiano herido

      Sanador (real) atendiendo

       

      Cada sanador tiene permitido en caso de escaseces de personal, curar a dos heridos en sus posteos.

       

     

    Los mortífagos/fenixianos heridos con máscara/luz, irán a la planta correspondiente a su bando, los demás irán a la planta de neutrales.

     

    Todos los posteos dentro de San Mungo deberán comenzar con la planta a donde se dirigen, y a ser posible se resaltarán los nombres de los participantes dentro del rol.

     

    http://i359.photobucket.com/albums/oo33/Lacrimosa_08_2008/HL01/05.png

    SAN MUNGO: 19

    12. Directora de San Mungo: 1 ---> Anna T. Ryddleturn (B: 78416) - Cambio 08/11/12

    12.1. Subdirectora Fenixiana: 1 ---> Arya T. Macnair (B: 102193) -Cambio 06/10/21013

    12.2. Subdirectora Mortífaga: 1 ---> Valkyria (B: 85332) - Cambio: 11/02/2014

     

    12.3. Mazmorras (Heridos y Resurrecciones del Bando Mortífago).

    - Jefe de Planta: 1 ---> Valkyria (B:85332) - Cambio 11/02/2014

    - Sanadores: 4

    ---> Sira Loveless Haughton (B: 102957) - Alta 11/02/2014

    ---> Radamantys (B: 80666) - Alta 10/07/2014

    ---> León Crowley (B: 94122) - Alta 07/08/2014

    ---> Lucia12 (B: 103814) - Alta 07/08/2014

    ---> Vacantes: 1

    - Aprendices: 1

    ---> Isabella Rexdemort Xtrong (B: 96242) - Alta 09/09/2014

    ---> Vacantes: 4

     

    12.4. Hospital Mágico

    - Jefe de Planta: 1 ---> Bodrik (B: 84100) - Cambio 12/12/11

    - Sanadores: 3

    ---> Hades Ragnarok (B: 86948) - Cambio 07/12/12

    ---> Luz del Carmen Gryffindor (B: 86432) – Alta 05/05/11

    ---> Alessandra G. Delacour (B: 98704) - Alta 11/02/2014

    ---> Vacantes: 2

    - Aprendices: 0

    ---> Vacantes: 5

     

    12.5. Planta 5 (Heridos y Resurrecciones de Neutrales).

    - Jefe de Planta: 1 ---> Jessie Stabolito (B: 92275) - Cambio 07/08/2014

    - Sanadores: 0

    ---> Vacantes: 5

    - Aprendices: 0

    ---> Vacantes: 3

     

    12.6. Planta 6 (Heridos y Resurrecciones de Aurores).

    - Jefe de Planta: 1 ---> Arya T. Macnair (B: 102193) -Cambio 06/10/21013

    - Sanadores: 5

    ---> Allen Joe Walker (B: 93712) - Alta 10/06/2014

    ---> Leya Malfoy Rambaldi (B: 97207) - Alta 07/11/2014

    ---> Bel Evans McGonagall (B: 90386) - Alta 07/11/2014

    ---> Cye Lockhart (B: 78480) - Cambio 07/11/2014

    ---> Morrighan McKenna (B: 104620) - Alta 07/11/2014

    ---> Vacantes: 0

    - Aprendices: 0

    ---> Vacantes: 5

     

    NORMAS DE SAN MUNGO

     

    GENERALES

    • Cualquier persona que rolee en San Mungo deberá indicar en el encabezado del posteo en que planta se encuentra.
    • También deberá ser remarcado de alguna forma los nick o nombres de personajes con los que se está roleando, ya sea al principio del posteo o en él con algún color o negrita.
    • Ningún sanador podrá atender a un paciente de otra planta a no ser que hayan transcurrido 24 horas sin que fuera atendido.
    • Se tomará como única excepción de la regla anterior que esa planta no tuviera en ese determinado momento sanadores activos, por lo cual los demás sanadores serían avisados por la Directora de San Mungo de que tienen permiso para atender a los pacientes sin esperas.
    • En las zonas de resurrección de los bandos solo tendrán acceso los pacientes y sanadores del bando, incluyendo aspirantes (siempre y cuando vayan acompañado de por un miembro del bando).

     

     

    CURACIONES Y RESURRECCIONES

     

    ¿A qué planta debes de ir?

    • Cualquier personaje perteneciente a un bando tiene la completa libertad de ir a la planta de su propio bando o a la de neutrales, todo bajo su responsabilidad; se aplica también para aquellos que hayan ingerido la poción multijugos.
    • Un aspirante puede de igual manera ir a la planta del bando al que apoya, siempre y cuando vaya acompañado de un miembro de dicho bando, de lo contrario que vaya a neutrales.
    • Los personajes secundarios, por defecto, deberán ir a Neutrales, pues entendemos que estos no se encuentran activamente dentro de un bando. En todo caso si desea ir a una planta específica del bando, de igual modo deberá ir acompañado. Mismo caso que el de aspirantes.

     

    Los pacientes tendrán que poner al comienzo de su rol la planta en la que se encuentran y sus etapas de curaciones, es decir:

    • Llegada a San Mungo, o esperando ser atendido.
    • Siendo atendido por X sanador
    • Dado de alta o saliendo de San Mungo

    No tiene que ser exactamente así, pero si algo por el estilo que lo defina de forma adecuada.

     

    Los sanadores tendrán también que indicar adecuadamente la etapa de la curación en la que se encuentra, es decir:

    • Atendiendo a X paciente
    • Dando el alta a X paciente.

     

    No tiene que ser exactamente así, pero si algo similar que quede definido adecuadamente.

     

    Estos dos puntos anteriores vienen también explicados en San Mungo.

    • Un sanador podrá atender como máximo a dos pacientes por posteo. Estos posteos deberán ser bastante más largos que si atendiera a uno solo.
    • La única razón por la cual un sanador distinto al inicial le diera el alta a un paciente sería que hubiesen pasado 48 horas desde el segundo posteo del paciente y el sanador no diera señales de vida en el hospital.
    • Solo los sanadores pueden atender a los pacientes, los aprendices no pueden sanarlos ni dar el alta, únicamente ayudan al sanador.
    • El tiempo máximo para editar un posteo será de una hora, pasado ese tiempo si es editado la curación o sanación de ese posteo será inválido.
    • En caso que un herido o fallecido edite su posteo, empezarán a contar las 24 horas para que le pueda sanar un sanador de otra planta desde el momento de la edición, y no cuando se posteó.
    • Un sanador no podrá atender a nadie mientras esté pendiente de ser atendido al ser herido en un asalto o redada, tendrá que hacer como todos sus tres posteos obligatorios y en ninguno de esos tres podrá atender a un paciente que venga de un asalto. (si podrá atender partos, enfermos y demás, pero nunca heridos en asaltos).
    • Habrá un personaje auxiliar Sanador en la planta de Mazmorras y otro en la Sexta planta que podrán manejar exclusivamente los subdirectores y director de San Mungo con la norma de las 24 horas.

     

     

    Sanadores comodín;

    Sanador Sexta planta (solo podrá ser usado por subdirectoras y directora de San Mungo)

    http://i.imgur.com/dsfX54K.png

    Nombre: Josué Laurie
    Edad: 45 años
    Nacionalidad: Inglés u_ú (?

    Descripción Física: Alto, 1,80 aproximadamente, ojos celestes extremadamente claros, casi bordeando el gris u verde agua, pestañas cortas, facciones marcadas, rostro afilado, una fina capa de barba canosa cubre la zona de la barbilla y sus mejillas hasta los pómulos, labios pálidos y finos, dientes blancos, sonrisa reluciente, voz profunda y raspada como la de todo cantante de Jazz. Abundante pero corto cabello castaño oscuro, buen vestir, siempre acude a San Mungo de Traje y corbata, no importa la ocasión o que la sala se esté llenando de personas heridas y corra el riesgo de mancharse con sangre, zapatos costosos, perfume importado, como cualquier buen galán.

    Dato curioso (?) : Se apoya sobre un bastón de madera labrado y barnizado al cual si le prestas atención se le logra ver una Mamba negra enroscada en toda la longitud del bastón, puesto que a la edad de 25 años sufrió una fuerte caída de su escoba cuando practicaba Quidditch.

    Descripción Psicológica: Demasiado callado para el gusto de las personas que lo rodean, suele estudiar mucho la situación antes de articular siquiera una palabra, con sus compañeros de trabajo cruza simples "Hola" y "Adiós", cuando se logra verlo fuera de su oficina, quizás en la sala de descanso o escondido en alguna zona del Hospital poco concurrida, siempre es con un libro en la mano. Nadie ha logrado quitarle la manía de fumar dentro de San Mungo, aunque lo hace a espaldas de Anna *-* xD
    Poco habla con sus pacientes al igual que con el resto del mundo, al momento de sanar se mantiene callado y concentrado en su labor, pero todo aquello tiene un secreto, tiempo atrás, antes de su accidente, cuando solo era un novato dentro de San Mungo, conoció a una muchacha que había sido víctima de un Fuego Maldito, cuando se había visto en medio de una redada entre ambos Bandos; se enamoró, y ella "también" de él, reconocido jugar de Quidditch de la casa Slytherin, lo único bueno que sacó de esa mala elección del Sombrero, pero cuando cayó de la escoba y ya no pudo volver a jugar, puesto que el verse manteniendo el equilibrio en el aire le causaba mucho dolor, además de un trauma que a nadie quiere admitir, sobre las alturas, ésta joven lo abandonó.

    Miembro de la Orden del Fénix [creo, no? xD] pero poco activo por no concordar con ciertos aspectos, fiel y avocado a la labor de salvar a sus demás compañeros, está enamorado de Anna secretamente desde que la conoció.

     

     

    Sanador Mazmorras (solo podrá ser usado por subdirectoras y directora de San Mungo)

  18. PLANTA BAJA - Avisando a todos del comienzo de la cena de navidad.

     

    Caminé alrededor de la larga mesa, deslizando mis dedos sobre los cubiertos, comprobando que estaban bien colocados. No pude evitar probar un trozo de jamón recién cortado que me llamaba desde uno de los platos. Se me deshizo en la boca tras tomarlo. Todo parecía estar perfecto. Sobre la mesa había bebidas y copas, dispuestas para que cada uno se sirviera lo que más le apeteciese tomar. Sonreí, ya era hora de avisar a todos los trabajadores para que se bajaran si es que su trabajo se lo permitía.

     

    - Atención a todos los trabajadores, pacientes y familiares que se encuentren ahora mismo en San Mungo, el aperitivo navideño está preparado en el Hall de entrada, y todo el que quiera será bien recibido.

     

    Tras aquellas palabras volví a apuntar hacia mi garganta, para hacer que el tono de mi voz volviera a su estado normal y no se escuchara ya por el resto del hospital, no sabía si bajarían muchas personas, pero yo ya estaba preparada para recibirlas. Había dado buenas indicaciones a las enfermeras para que estuvieran pendiente de que los enfermos no tomaran cosas que les estaban prohibidas en su estado, no queríamos que su estado se empeorase si se podía evitar, y era normal que aquello fuera una tentación para ellos.

     

    - La verdad no se si vendrán muchos trabajadores, creo que los que están trabajando andarán demasiado ocupados y los que no se habrán ido a sus casas a pasar el día con la familia tranquilamente.

     

    Poco a poco pacientes acompañados de familiares que los llevaban en sillas de ruedas comenzaron a aparecer. El primero tenía unas manos enormes, al menos ya era lo único que tenía enorme, su cuerpo estaba hinchado por completo el día que llegó a San Mungo, fue hasta complicado lograr meterlo en una habitación, seguramente en una semana estaría de nuevo en casa como si nada le hubiera ocurrido. Además, por cada cinco pacientes, había un sanador por si ocurría cualquier problema. No nos la podíamos jugar.

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  19. PLANTA BAJA - Preparando fiesta navideña.

     

    No encontré a ninguno de los chicos por todo el centro sanitario, así que miré mi reloj para terminar dándome cuenta de que se me había hecho sumamente tarde, la fiesta ya debería haber comenzado y ni siquiera me había dejado caer para arreglar los últimos preparativos. ¿lo habrían echo bien los encargados que dejé? ¿Se habrían liado de donde tenía que ir cada una de las girnaldas? ¿O simplemente se habían marchado a casa para pasar el día con sus familias, escaqueándose del trabajo que les había encomendado?

     

    Esperaba que me dieran una grata sorpresa, no tenía el día para tonterías, odiaba tener que estar pendiente de la organización de tantas cosas a la vez, más porque parecía que nunca terminaba de rodearme de gente que realmente me fuera a ayudar en aquel proceso. Respiré hondo justo cuando la campanita del ascensor me avisó de que ya me encontraba en la planta baja, temiéndome lo peor al salir de él.

     

    Para mi sorpresa el árbol estaba perfectamente decorado, y una mesa cubierta de un lindo mantel y platos a rebosar de comida decoraban la entrada principal del centro hospitalario, queríamos que también los familiares y pacientes que pudieran moverse pudieran celebrar aquel día junto a nosotros. De todas formas, ellos si que no estaban por gusto allí.

     

    - Dios, gracias chicos por darme esta alegría, está mucho mejor de lo que me había imaginado.

  20. QUINTA PLANTA - Viendo marchar a Andrew y Alba

     

    - Pero no era un momento para mentir, podíais decir simplemente que eras amigos y ya está, de todas formas que hubieras sido familiar tampoco permitía que pudierais estar dentro mientras la paciente es atendida, pueden producirse muchas complicaciones y sería peligroso, desconcentraríais a los sanadores, y eso pondría en peligro al paciente.- le expliqué con tranquilidad.

     

    Con el paso de los años me había encontrado durante muchas ocasiones en situaciones similares, y había tenido que aprender a manejarlo y entender lo mejor posible a los pacientes, a pesar de que no era la mejor en psicología, mi rotación en aquel área había sido muy breve, sabía que entender a los pacientes no era lo mio, y por eso me había especializado en virus y en pociones.

     

    Tras aquella pequeña conversación vi como el chico decidió que era hora de marcharse, sin ni siquiera hablar con la paciente, por lo que supuse que no la conocía, que quien la conocía era solo Antoni, el cual no veía, quizás había ido a la máquina para tomarse algo o alguna enfermera estaría intentando tranquilizarlo hasta que Alba estuviera recuperada.

     

    - Dice que lo hizo para ayudar a su amigo Antoni, al que por cierto no se donde se metió.- le respondí a mi sobrina antes de que se marchara, quitándole importancia a haberla curado y asegurándole que ya se podía marchar. La abracé, le di un beso y la vi alejarse. Ahora me tocaba buscar a Jessie y a Antoni.

     

     

     

    http://i.imgur.com/dsfX54K.png

    SEXTA PLANTA- Josué dándole el alta a Catherine.

     

    Josué permaneció paciente, apoyado sobre la camilla que había justo al lado, jugando con su bastón mientras Catherine comenzaba a reaccionar tras la ayuda que le había suministrado la enfermera, estas ya no eran tan incompetente, se había logrado librar de las más torpes con el paso de los años, ahora, las que quedaban, tenían casi formación médica de un sanador, si no no las aceptaba bajo su cargo. Tanto la jefa de planta como la directora habían tenido que ceder para no volverse locas.

     

    Los penetrantes ojos azules del sanador seguían cada uno de los movimientos de la fenixiana, sin mediar ni una sola palabra. No es que fuera hombre de demasiadas palabras, y estaba seguro de que aquella mujer ya habría pasado por la planta en más de una ocasión. Casi todos los pacientes eran reincidentes, era raro alguno que fuera su primera visita, a no ser que acabasen de entrar en el bando.

     

    Cuando la joven le pidió la poción reabastecedora de sangre el Laurie ni se inmutó, y con mucha calma empujó con ayuda de su bastón el carrito que había junto a él, sobre él había una única poción, que era el que la chica quería, y junto a ella el papel del alta firmada.

     


    - Cuando la bebas podrás marcharte, deberás descansar y todas esas bobadas que te dicen siempre los sanadores, pero por mi como si te corres un maratón tras salir, no soy tu padre. Que tenga un buen día.- dicho eso el hombre se dio la vuelta y abandonó la estancia apoyándose de vez en cuando en el bastón para dejar el peso de su cuerpo. Lo que le molestaba aquella tomara...

  21. QUINTA PLANTA - Esperando que Alba acepte el alta y hablando con Andrew

     

    Alba seguía sobre la camilla, la había ayudado a incorporarse un poco para que pudiera tomar la poción que le acababa de entregar, la cual estaba contemplando pensativa. No sabía si había visitado antes San Mungo, si en alguna ocasión se había visto obligada a tomar la poción, pero suponía que no, porque desde luego todo el mundo sabía que aquella era bastante más agradable de tomar que la que te devolvía de nuevo a la vida, aquello si que no había forma de beberlo, por suerte se estaba muerto cuando la mayoría de la poción rozaba las papilas gustativas, pero siempre se quedaba aquel sabor sobre ellas durante un largo rato.

     

    Me giré a mirar hacia la puerta, donde se asomaba aquella persona a la que nunca antes había visto y me había intentado hacer creer que se trataba del padre de mi sobrina, cosa que estaba bastante claro que no era así. Me disculpé unos segundos con ella y me acerqué a la entrada, no me hacía mucha gracia que entrara de nuevo a la habitación de Alba sin el consentimiento de la misma.

     

    - ¿Se puede saber porqué quería hacerme creer que era el padre de mi sobrina?- le pregunté al muchacho interponiéndome en el camino para que no pudiera acceder a la estancia. - No puedo dejarle acceder a la sala sin el consentimiento de la paciente, y si no me equivoco ni si quiera se conocen, ¿no es así?

     

    En los primeros momentos solo había decidido ignorar su comentario, era la forma más sencilla que tenía de que se marchara, que le hubiera dicho desde un primer instante que sabía que era un impostor solo me hubiera causado problemas y no me habría permitido curar a mi sobrina como era debido, pero ahora que ella estaba a salvo podía intentar arreglar aquel problema.

  22. QUINTA PLANTA - Dándole el alta a Alba y hablando con Antoni y Andrew

     

    Noté como Antoni salía avergonzado de la estancia, pero no podía hacer mucho más ni darle unas palabras que lo animaran, en aquellos momentos mis atenciones tenían que centrarse única y exclusivamente en Alba, para que cuanto antes estuviera recuperada y pudiera seguir con su vida. Con el tiempo que llevaba trabajando en San Mungo ya conocía de más y de sobra cuando había sido un ataque de mortífagos y cuando de fenixianos, aunque también me ayudaba saber cuando alguien estaba dentro de mi bando y cuando mi bando sospechaba que alguna persona no nos apoyaba y se ponía en nuestro camino.

     

    Me alegré de ver a mi sobrina respirar de nuevo por si sola, sin mi ayuda, respondiendo a mi pregunta de si me escuchaba, todo parecía haber salido a la perfección. Comprobé como se dilataban sus pupilas con la ayuda de mi varita, reaccionaban a la perfección. Parecía que todo estaba perfecto, que ni sobrina no tenía ninguna secuela de lo que le había sucedido.

     

     

    - Tranquila, no te quedará ninguna cicatriz.- dije mientras comprobaba mi reloj, viendo que solo quedaban unos segundos para que la pomada hiciera por completo su efecto, por lo que aproveché para tomar un trapo, mojarlo en alguna y retirarle la pomada, limpiando su piel, para que comprobara que las heridas se habían sanado por completo. Los cortes se curaban mucho más rápido que las quemaduras. - ¿Ves? Perfecta, parece la de un bebé.

     

    Tras decir aquellas palabras me retiré los guantes y comencé a rellenar los papeles de lo que le había pasado, de las heridas, un parte de lesiones por si quería denunciar y firmé la hoja de alta, no había ningún inconveniente en que se pudiera marchar ya del hospital.

     

    - Tomate esta poción, te ayudará a recuperar las fuerzas, y después puedes marcharte tranquilamente a casa, pero ya sabes, hoy nada de hacer esfuerzos, tienes que descansar. Por cierto, hay dos chicos esperándote fuera, de uno no me fio, intentó hacerme creer que era tu padre.- le advertí.

  23. QUINTA PLANTA - Recibiendo a Alba y hablando con Antoni y Andrew

     

    - Me parece bien que sean familiares, pero no pueden estar aquí, si no no se le podrá atender como es debido, lo siento, pero deben de dejarnos espacio para que podamos trabajar. Si se llegan a acercar o interponerse en nuestro trabajo me veré obligada a llamar a seguridad para que los saquen de la estancia. ¿Me entendieron?- les pregunté.

     

    Sabía de más y de sobra que aquel chico no era el padre de Alba, Alba era una Ryddleturn al igual que yo, y que yo supiera desconocía la identidad de su verdadero padre, y por ello vivía con nosotros, bajo el amparo de mi hermano Cillian, al menos hasta que nos quedamos sin vivienda...

     

    - No hace falta que te disculpes, pero deberíais saber que no está permitido irrumpir de esta manera en los boxes, hay que conservar la intimidad de los pacientes, ¿lo entendéis? - realmente no sabía porqué seguía informando de aquello, sabía que nunca me harían caso, y por desgracia San Mungo no tenía suficiente presupuesto como para gastarlo en seguridad, demasiado teníamos que gastar en arreglar algunos desperfectos.

     

    Miré a mi alrededor, buscando a Jessie, pero no la encontré. Ya ni me molestaba en intentar averiguar donde se encontraban sus compañeros de planta, a ellos directamente se los había tragado la tierra, así que sin perder ni un segundo más me puse los guantes de látex en las manos para ser quien empezara a sanar a mi propia sobrina.

     

    - A partir de ahora nada de molestar, ¿entendieron?- les dije como aviso tanto a Antoni como a Andrew

     


    El cuerpo de la joven estaba recubierto de cortes, había perdido bastante sangre, por lo que le coloqué una vía antes de ponerme a cerrar toda y cada una de las heridas. Me centré en las profundas, en las que podían hacerle perder más sangre, para luego encargarme de las más superficiales.

     

    La magia de mi varita no sería suficiente para evitar las cicatrices futuras, pero para eso teníamos otro remedio, pociones, aquellas que nos suministraba Hades de vez en cuando, estaba orgullosa de mi antiguo aprendiz, desde luego se había convertido en un excelente maestro de las pociones. Extendí las mismas sobre las heridas profundas y la dejé actuar antes de buscar la poción que le devolvería la vida.

     

    Fruncí la nariz nada más destaparla, tenía un olor nauseabundo, y aún no me había acostumbrado a él. Por suerte era raro que yo tuviera que atender a los fallecidos, pero últimamente se estaba volviendo una práctica bastante frecuente. Con cuidado levanté la cabeza de Alba y se la volqué en la boca. Mientras la dejaba caer de nuevo para atrás aferré mi varita, obligando que el líquido llegara a su estómago y de ahí a su corriente sanguíneo y por último golpeé sobre su corazón para que este volviera a latir.

     

    - Alba, ¿me oyes?

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