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Orión Yaxley

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Mensajes publicados por Orión Yaxley

  1. Recibió el encendedor y prosiguió a prender el sahumo mientras reía por el tema de la videncia. Ya entró en comunión con esta idea “Oh, ¿eres vidente? Anda, ¡predíceme el futuro!” y cosas así. Si bien, el tercer ojo lo tenía abierto, no funcionaba tan directamente, no podía poner los ojos blancos, levitar con aura oscura y soltar palabras al azar con una voz de ultratumba. Esas cosas ocurrían cuando debían ocurrir, para que suceda eso, o todo lo contrario. El futuro es caprichoso y… Orión sabía como tratarlo. Ese era su secreto.

     

    - No te preocupes amor, ni yo sé qué es lo que nos depara en nuestra pequeña excursión. Igual, seguro es algo tranquilo –sonrió levantando la derecha con el símbolo ok, luego se acercó a Niko y bajó la cabeza para susurrarle a un costado-. No es que un ejército de arañas de proporciones descomunales nos vaya a querer comer en dos patadas – le pegó un codazo un poquito fuerte en las costillas-. ¿Eh? ¿Tengo o no tengo razón?

     

    Volvió a su instrumento improvisado que de a poquito comenzaba a tomar fuego.

     

    Justo Candela bajó con información nueva. Esa, sumada a los Augureys que había traído a colación Zoella, parte de sus sopechas eran ciertas y lo que había preparado era justo la solución.

     

    - Estupendo, y, Zoella, si estás drogada, le compartes a tu abuelo. Ahora, simplemente necesito invocar un par de runas que nos marcarán directamente el camino a los Centauros y pronto estaremos en nuestro destino.

     

    Orión volvió al sendero que los dirigía hacia el norte. Los pinos comenzaban a ser más numerosos, ocultando con facilidad cualquier rastro de sol. El aire se volvió más pesado. Inclusive había un leve tono a carne putrefacta en el aire, uno que sólo Gatiux podía percibir. De ahí que sin cuidado recitó para sí, como si fuera un mantra, eihwaz. De a poco, del humo del que se iba desprendiendo del paquete en su izquierda salieron motitas de luz azulada. Como si fueran esporas, iluminaron los alrededores y de a poco lo que tenían en frente.

     

    - ¿Ven? ¡Fácil! –dijo, mientras se daba la vuelta y vio que toda la comitiva estaba con varitas en alto y semblante serio. Entrecerró los ojos, los tenía a unos metros de distancia, así que no entendía bien qué estaba sucediendo… hasta que él se dio vuelta.

     

    Las motitas iluminaron algo que no estaba ahí antes. Algo enorme, peludo, con 8 patas y varios ojos.

     

    - A veces pienso que fui un desgraciado en mis vidas pasadas. Sino, realmente esto no se explica -desenfundó la varita- Bueno, terminemos con esto ya.

  2. Holiii

     

    ID: 46902
    Nick (con link a la ficha): Orión Yaxley, http://www.harrylatino.org/topic/78282-ficha-de-orion-yaxley/
    Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) http://www.harrylatino.org/topic/78333-boveda-de-orion-yaxley/
    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/108859-boveda-trastero-de-orion-yaxley/
    Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): ---
    Fecha: 2020-12-29

    Objeto: Astrolabio
    Puntos: 20
    Precio: 1000 G

    Objeto: Aletiómetro
    Puntos: 160
    Precio: 8000 G

    Total de puntos: 180
    Total de Galeones: 9000 G

    Graciaaaas!

  3. Tirada

     

    Subió las escaleras salteándose un par de escalones. Cuando encontraba un desafío era difícil bajarle la emoción. Se paró de repente frente a la primera puerta, en el primer piso. Gracias a su conjuro con las runas pudo revelar el mecanismo de la puerta. El brillo natural iluminaba un rostro curioso. De a poco fue conociendo el cerrojo mágico con la yema de los dedos, buscando algún relieve o pista para llegar a la solución. Estaba básicamente atento con todos los sentidos en alto.

     

    Se trataba de algo simple, había unos símbolos brillantes en toda la puerta y un orificio justo para una varita pero que estaba cubierta por una fina capa de gas blanquecino, del mismo color de los símbolos. Al momento de tocar uno se movía de un lado al otro. Soltó un gruñido, como sorpresa y a la vez, meditativo. Dio un paso atrás y observó de forma más global el mecanismo con el que estaba lidiando. Parecía de esos puzles de encajar. Empezó a jugar, moviendo los círculos, cuadrados y triángulos de lugar.

     

    Fue simple, sólo tenía que llenar los espacios para que toda la puerta quedara iluminada, del mismo tono que la capa gaseosa que custodiaba el cerrojo. Cuando todo estuvo en orden, sólo tuvo que insertar su varita de turno y con un leve giro…

     

    CRACK

     

    - Bien, bien, ¡bien! Primera página, bastante fácil –soltó casi que cantando victoria. Abrió de par en par la puerta y nada, sólo una sala vacía con un pedestal y una hojita esperando a ser robada.

     

    Pasó, la sacó y salió. Fácil entrar, fácil salir.

     

    Cuando salió del primer piso, sintió como la puerta se cerró de golpe y los símbolos desaparecieron. Se detuvo a ver la página, pero aún las letras estaban indescifrables. Capaz, si conseguía las que faltaban, el mensaje se volvería algo, bueno, algo más legible. Suspiró, la próxima seguramente no sería tan fácil. O sí, tenía que confiar en su suerte. Comenzó a subir las escaleras para el segundo piso. El brillo de la puerta, en este caso, era mayor, y se trataba de una frase.

     

    - Seguramente un acertijo. Ahora, cómo diablos haré para leerlo –porque, al igual que la página encontrada, estaba casi que indescifrable.

  4. Se volvió reír con su chiste de trampa para osos. Porque, él es animago oso y una trampa para osos sería… bueno, fatal. Le tendió la mano para ayudarla a levantarse y seguir con la excursión. Con disimulo y mientras saludaba al resto, se acercó a Gatiux mientras le clavaba el índice en las costillas. Ella se había adelantado igual, guardando el mapa y cualquier otro tipo de ayuda que podía inclinar la balanza hacia la pareja en caso de emergencia. Después de todo, el Yaxley pensaba lo mismo que ella: podían servir de carnada siempre que fuera necesario. Pero era demasiado tonto y viejo y seguramente los terminaría rescatando, por un precio obvio.

     

    La Selva Negra, esa región frondosa al suroeste de Alemania, con fama de misticismo sólo para quien estuviera dispuesto a ver y escuchar. Y, a diferencia de Gatiux, él iba caminando más con cuidado y buscando algún indicio que les indique hacia dónde ir.

     

    - ¿Sabes que viene muy bien para los bichos? El Fuego. Es un remedio muy efectivo.

     

    Los ojos azules de Orión se abrieron inmediatamente y con cierta emoción, aún caminando hacia delante, se giró casi como búho para Gatiux. Su cara se asemejaba a la de un perro con ganas tremendas de jugar con una pelota. Y claro, no lo habían pensado antes. El fuego servía para revelar y eso era lo que necesitaban hacer en el bosque. Jugar con las propias reglas del escenario.

     

    - Cuidado con esa rama –soltó la Malfoy.

     

    - ¿Con la qué? –Respondió Orión girando incrédulo y ¡PAF! Se detuvo, escupiendo un poco de hojitas del pino. Se sobó un poco la frente, que estaba colorada por el golpe-. ¡JA! Esto va a servir.

     

    Con un giro rápido de muñeca la arrancó del árbol. Mientras seguían caminando, sacó de su monedero Mocke un hilito de algodón, ramitas de lavanda, menta y jazmín. Con cuidado iba trenzando las remas y las iba atando en lo que parecía un sahumo bastante casero. Una solución casera para coordinar su tercer ojo con el bosque.

     

    - ¿Alguien tiene fuego? Siento que si intento prenderlo yo quemaré toda Alemania.

  5. Ah, una bella mañana de invierno. El fuego en la chimenea, sus pantuflas de felpa preferidas y el nuevo ejemplar de Astrología Avanzada para el 2021, lleno de anotaciones y señaladores de páginas de colores. Al parecer, su nuevo hobbie era hacerse de libros berretas de Astrología, Adivinación y Runas y llenarlo completamente de correcciones. Era su extraña versión de llenar crucigramas y sopa de letras. Era su mañana de descanso y pereza, como casi todas en su semana. Incluso había enviado una pequeña misiva comunicando que estaba enfermo y faltar a su trabajo ministerial. Sí, claro, enfermo de emoción porque estaba esperando una carta muy importante de un informante sin importancia.

     

    Su mente divagaba… profecía, astros, visiones, todo lo que iba en su enorme cabeza estrellada. Hasta que su pareja cruzó como relámpago frente suyo.

     

    - Alístate que nos largamos. Te lo explico por el camino. Lleva calzado cómodo para correr, por si acaso, nos vamos a explorar. Ya sabes cómo va esto.

     

    Y así como llegó Gatiux, actuó él. Se incorporó de repente, dio una patada al aire con la izquierda y luego con la derecha para enviar su cómodo calzado a volar por toda la sala. Se quitó los pantalones en medio del lugar y acercó con magia unos de gabardina. Su saco de viaje, su monedero Mocke lleno de tonterías y… comenzó a palpar los bolsillos. Faltaba casi que lo más importante. Al menos para casi la totalidad de magos y brujas.

     

    - Amoooooor, ¿viste dónde puse la varita? –se rascó un poco la cabeza mientras veía por todo el hall. Suspiró, siempre la estaba poniendo en donde no debía. Tomó la taza de té que estaba a un lado y se terminó el líquido ambarino. Sin mucha esperanza metió la mano entre los cojines del sillón tanteando hasta que… - ¡No te preocupes! La encontré.

     

    Cuando vio que se acercó con su característica mochila y sonrió de oreja a oreja. Ella le tendió la mano que aceptó con gusto, mientras se quitaba las gafas de lectura y las ponía en uno de los bolsillos del saco. Y luego, la típica magia del gancho en el ombligo. Remolinos, colores varios y ¡Crack! Uno mágico y luego, otro natural, de las ramas quejándose ante el peso de los dos mortífagos.

     

    Orión moviendo la cabeza le pidió que la acompañara por la selva. Estaba fresco, olía a pino y su aliento se transformaba en vaho.

     

    - ¿Y bien? ¿Qué robaremos hoy?

     

    La bota pisó de lleno el cabello de Candela y Orión, un poco incrédulo levantó lentamente.

     

    - Vaya, hasta preferiría haber caído en una trampa para osos –ironizó y se volvió a Gatiux y guiñándole el ojo le dijo: – Parece que tenemos competencia

  6. Donde había algo valioso, ahí estaba Orión con las ganas de obtenerlo. La costumbre se le pegó de Gatiux, donde todo lo que no estaba atornillado caía en sus bolsillos. Así se hizo de varios objetos valiosos, como libros encantados, profecías por cumplir, incluso una pequeña colección de varitas de repuesto. El gran libro de Dumbledore no era la excepción y una pequeña excursión para despejar la mente nunca venía mal.

     

    Cruzó los brazos observando la torre, arrugando un poco la camisa blanca que llevaba puesta. Se desabrochó un par de botones, igual, hacía calor en Papúa Nueva Guinea… y en plena jungla obviamente. La edificación se alzaba con frente a él, un poco imponente, otro tanto en ruinas. Después de todo, estaba un poco deteriorada con el paso del tiempo.

     

    - Bueno, al menos algo tan viejo no va a tener tantas… trampas –dijo un poco esperanzado, pero mayoritariamente sarcástico.

     

    Esos lugares SIEMPRE tenían trampas.

     

    Procedió con cautela con la varita de turno en la mano. Empujando lentamente la puertecilla de madera se hizo del hall de entrada. Era pequeño de piedra oscura y alguna que otra vegetación colándose en las rajas. Pasó los dedos por la superficie de las paredes y luego frotó la yema de los dedos, «hollín», pensó. Luego su atención se desvió a la escalera de caracol. Con la punta de la varita la tocó por si pasaba algo. Decidido a develar cualquier tipo de dispositivo que impidiera su continuación, empezó a realizar signos en el aire.

     

    - Eihwaz. Algiz –runas antiguas, ¿podía ser el tipo más ñoño? Entre tantos hechizos para revelar y… usar siempre la misma técnica.

     

    Ah, pero funcionó. Un haz de luz inició desde el esqueleto de la torre de caracol y subió por toda la estructura. Cada puerta de los pisos subsiguientes quedó iluminada.

     

    - Bingo –encontradas las protecciones mágicas… bueno, ahora había que sortearlas.

  7. Ingredientes y Reliquias Disponibles

    Ingredientes Normales:


    Nombre: Hojas de Peonia
    Cantidad: 5

     

    Nombre: Ajenjo
    Cantidad: 5

     

    Nombre: Antimonio
    Cantidad: 5

     

    Nombre: Azufre
    Cantidad: 5

     

    Nombre: Escamas de Basilisco
    Cantidad: 20

     

    Nombre: Escamas de Dragón
    Cantidad: 20

     

    Nombre: Ojo de Tritón
    Cantidad: 5

     

    Nombre: Pelo de Gato
    Cantidad: 5

     

    Nombre: Espinas de Rosa
    Cantidad: 5

     

    Nombre: Hierba de Plata
    Cantidad: 5

     

    Nombre: Verrugas de Sapo
    Cantidad: 5

     

    Ingredientes de rareza media:


    Nombre:
    Cantidad:

    Ingredientes raros:


    Nombre:
    Cantidad:

    Reliquias:

     

    Nombre: Hilo de Luna
    Cantidad: 1

     

    Nombre: Plata Maldita
    Cantidad: 4

     

    Nombre: Flor Lunar de Nueva Zelanda
    Cantidad: 1

     

    Nombre: Huevo de Ashwinder ciega
    Cantidad: 1

  8. - ¡Ya está!

     

    Pasó su antebrazo por la frente, secándose el sudor y luego aplaudió satisfecho. Un trabajo bien hecho llenaba de orgullo a cualquiera. Sobre todo si se tenía que trasladar un armario evanescente desde el hall de entrada de la Manor, hasta el subsuelo, por la puerta trampilla debajo de las escaleras. Lo bueno es que tenía fuerza física. Lo malo es que era más bruto que talón de oso. Porque es animago oso, ¿entienden?

    Bueno, la cosa es que llevó el armario ahí para llegar más rápido a su nuevo y flamante Laboratorio. Cualquiera diría que le copió la idea a Candela, pero no, porque su armario no tenía llave. Y el de ella sí. Y su armario estaba en su casa. Y el de ella andá a saber dónde.

     

    Uno que ya explotó un par de veces.

     

    Era un poco espacioso, con ventanales que daban al bosque que rodeaba la escuela norteamericana. Tenía una larga mesa de trabajo y varios estantes con un par de libros sobre ingredientes y pociones. Había un viejo aparador con puertas de cristal con frascos vacíos, todo para ubicar sus ingredientes así. Las paredes, antes blancas, estaban manchadas de negro por un par de fuegos involuntarios que había conseguido apagar si ir a mayores.

     

    - Ahora, a conseguir las cosas.

     

    Y cuando hablaba de conseguir, claramente se refería a robar.

  9. Nick 1:
    Link al perfil: Orión Yaxley
    Nivel del Personaje: http://www.harrylatino.org/topic/78282-ficha-de-orion-yaxley/

    Link a la ficha: 25
    Link a la bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/78333-boveda-de-orion-yaxley/

     

    Mazmorra:

    Título de la Mazmorra: Torre del Dragón
    Link al Topic abierto para realizar la Mazmorra: http://www.harrylatino.org/topic/114847-torre-del-dragon/

     

     

    ----

     

    Creo que hice algo mal porque no se pegó bien el code :c

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    Mazmorra: Torre del Dragón
    Nivel mínimo: 2
    Participantes: Máximo 1 (modalidad individual)
    Repeticiones: Una vez por semana (los roles tienen que ser diferentes, no se admiten copias)
    Experiencia: Por cada vez que se realice completa da 1 punto en el apartado de Mazmorras.

    En 1897 Albus Dumbledore fue reconocido con el Premio Barnabus Finkley de Hechizos Excepcionales. Por entonces, era un destacado alumno de Hogwarts, íntimo amigo de Elphias Doge. Desconocemos qué hechizo inventó Albus Dumbledore que le hizo acreedor de tan notoria distinción a tan temprana edad. Lo que sí sabemos es que el antiguo Director de Hogwarts fue alguien de extraordinario poder mágico, con una mente muy brillante. Sin duda alguna, no todos los hechizos que inventó a lo largo de su vida, trascendieron a la opinión pública.

    Después de graduarse de Hogwarts, en junio de 1899, Dumbledore iba a realizar el tradicional "Gran Viaje" alrededor del mundo con su amigo Elphias Doge. No obstante, la muerte de su madre, Kendra Dumbledore, la víspera del viaje, por causa de una explosión de la incontrolable magia de Ariana, impidió tal propósito. Doge marchó sólo a aquel viaje, pero su rumorea que llevaba consigo un libro escrito por Albus Dumbledore, con todas sus investigaciones durante sus años en Hogwarts. Lamentablemente, Elphias perdió aquel libro en Papúa Nueva Guinea, en circunstancias muy poco claras.

    No hace mucho, funcionarios de MACUSA descubrieron el libro en poder de una tribu de salvajes, pero aunque lograron recuperarlo, el libro tenía muchas páginas arrancadas. Algunas de ellas, fueron descubiertas en la Torre del Dragón, un misterioso lugar en Papúa Nueva Guinea, donde habita un poderoso Opaleye de las Antípodas, modificado al parecer con los poderes del libro de Albus Dumbledore.

    Ayuda al MACUSA a recuperar las páginas perdidas y a controlar al Gran Drakan, el misterioso Opaleye que habita en la Torre del Dragón. A cambio recibirás importantes recompensas.


    Hitos de la Mazmorra:

    Debes hacer 5 posteos de rol (total 10 posteos) (mínimo 15 líneas cada posteo).

    Los objetos del Magic Mall que se piden, deben estar en la ficha de personaje al momento de comenzar esta mazmorra. No se gastan, una vez en ficha, pueden usarse todas las veces que se quiera para realizar la mazmorra.

    Hay que tener en cuenta las instrucciones para el manejo de dados. No nos hacemos responsables si los dados cambian de valor por no haber seguido bien las instrucciones indicadas.

    Te recomendamos leer bien los hitos de la mazmorra que se detallan a continuación.

    Primer posteo (rol): Entras en la Torre del Dragón y encontrarás un pequeño hall de pequeñas dimensiones, de donde nace una escalera de caracol que se eleva hacia arriba. La escalera lleva a varios pisos, cada uno de ellos con una puerta cerrada. En el primer posteo, entrarás a la Torre investigarás la escalera. Observarás que las puertas cerradas de cada piso tienen un mecanismo mágico y un símbolo que las identifica.

    Segundo posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del primer piso. Debes lanzar 1 dado de 2 caras.


    [roll]1d2[/roll]
    • Si el resultado es 1, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección y entras en el primer piso sin problemas.
    • Si el resultado es 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico y entras en el primer piso, pero la sala está llena de doxys.

    Tercer posteo (rol): Entras en el primer piso. Si sacaste un 2, deberás exterminar a las doxys para poder hacerte con 1 de las páginas del libro de Albus Dumbledore. Para ello, deberás llevar contigo Doxycida (comprado en el Magic Mall). Si sacaste un 1, encontrárás la primera página del libro sin problemas.
    Una vez encontrada la página del libro, sal del primer piso, hacia la escalera de caracol y sube hasta el segundo piso.

    Cuarto posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del segundo piso. Debes lanzar 1 dado de 2 caras.


    [roll]1d2[/roll]
    • Si el resultado del dado es 1, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección y entras en el segundo piso sin problemas.
    • Si el resultado del dado es 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico, pero en el segundo piso hay un fuego que no se apaga con nada.

    Quinto posteo (rol): Entras en el segundo piso. Si sacaste un 2, deberás recuperar la segunda página del libro de Dumbledore, pero el incendio que hay dentro está a punto de destruirla y no se apaga con nada. Debes introducirte en el incendio y recuperar la página antes de que se destruya. Pero al hacerlo, te quemarás y deberás usar Remedio para Quemaduras comprado en el Magic Mall. Si no lo usas, morirás antes de llegar al cuarto piso (el tercer piso, podrías hacerlo). Si sacaste un 1, encontrarás la segunda página del libro de Albus Dumbledore sin problemas. Una vez encontrada la página del libro, sal del segundo piso, hacia la escalera de caracol y sube hasta el tercer piso.

    Sexto posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del tercer piso. Debes lanzar 1 dado de 5 caras.


    [roll]1d5[/roll]
    • Si el resultado del dado es 1 o 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección y entras en el tercer piso sin problemas.
    • Si el resultado del dado es 3 o 4, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico y entras en el tercer piso, pero una nube tóxica te impide respirar. Usa un hechizo que te abra las vías respiratorias y otro que te permita pasar sin respirar al piso para recoger la tercera página del libro de Albus Dumbledore.
    • Si el reultado del dado es 5, el mecanismo explota y te deja malherido. Deberás abandonar la mazmorra. Podrás intentarlo otra vez en una semana, volviendo a repetir la mazmorra desde el principio. Sólo tendrás opción a la recompensa por las páginas encontradas en los pisos primero y segundo.

    Séptimo posteo (rol): Si has sacado 1, 2, 3 o 4 puedes continuar con la mazmorra. Rolea en consecuencia, en función del resultado del dado que te haya salido. Recuerda, si has obtenido un 3 o un 4 rolear los dos hechizos que se piden de forma correcta. Márcalos en rojo. Si no haces bien este paso, la mazmorra no se te contará como correcta y no obtendrás las recompensas. Una vez recuperada la tercera página del libro de Albus Dumbledore, avanza hacia el último piso.

    Octavo posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del cuarto piso. Debes lanzar 1 dado de 5 caras.


    [roll]1d5[/roll]
    • Si el resultado del dado es 1, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección, entras en el último piso y encuentras al Gran Drakan, el misterioso Opaleye de la Torre del Dragón. Además, justo ante ti, nada más abrir la puerta, observas que hay una página adicional del libro de Albus Dumbledore.
    • Si el resultado del dado es 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección, entras en el último piso y encuentras al Gran Drakan, el misterioso Opaleye de la Torre del Dragón. No encuentras ninguna página más del libro.
    • Si el resultado del dado es 3 o 4, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico, pero encuentras, que no hay suelo bajo tus pies y el Gran Drakan está volando. Deberás derrotarlo desde el aire y necesitarás una escoba voladora comprada en el Magic Mall (sirve cualquiera).
    • Si el resultado del dado es 5, el mecanismo explota y te deja malherido. Deberás abandonar la mazmorra. Podrás intentarlo otra vez en una semana, volviendo a repetir la mazmorra desde el principio. Sólo tendrás opción a la recompensa por las páginas encontradas en los pisos primero, segundo y tercero.

    Noveno posteo (rol): Si has sacado 1, 2, 3 o 4 puedes continuar con la mazmorra. Rolea en consecuencia, en función del resultado del dado que te haya salido. Para vencer al Gran Drakan, debes usar 5 hechizos de la lista de neutrales y no se pueden repetir (márcalos en rojo y negrita).

    Décimo posteo (dados): Lanza los dados una última vez para determinar las recompensas otorgadas por el Gran Drakan y por el MACUSA. Lanza 1 dado de 30 caras.


    [roll]1d30[/roll]
    • Si el resultado es < 6 -- 2000 G
    • Si el resultado es 6 - 10 -- 1000 G
    • Si el resultado es 11 -- 25 -- 500 G
    • Si el resultado es > 25 -- 0 G

    Recompensas:

    Por cada página del libro de Albus Dumbledore:

    • Primer piso superado y encontrada la página: 500 G.
    • Segundo piso superado y encontrada la página: 500 G.
    • Tercer piso superado y encontrada la página: 500 G.
    • Cuarto piso, si sacaste un 1 y, por tanto, encontraste la página adicional: 1000 G.

    Por vencer al Gran Drakan: 500 G + drop según el resultado de la última tirada (posteo Décimo).

    • Si el resultado es < 6 -- 2000 G
    • Si el resultado es 6 - 10 -- 1000 G
    • Si el resultado es 11 -- 25 -- 500 G
    • Si el resultado es > 25 -- 0 G

    Posteo opcional:

    Si has completado la mazmorra, puedes hacer un posteo adicional roleando las recompensas y el reporte al MACUSA de lo que has descubierto en la Mazmorra, entregándole las páginas del libro.

  11. Y sí, un evento como el destape del estatuto secreto iba a causar ese tipo de discrepancias hasta en las organizaciones más altas como lo eran los ejércitos nacionales. Era la oficial intentando calmar una nueva formación de tipos y tipas armadas hasta los dientes, esperando la orden para abrir fuego. De pronto la oficial salió a parar cualquier intento de acribillar a los dos mortífagos de la carpa.

     

    La nieve comenzó a caer, como si le importara un bledo todo lo que estuviera sucediendo en la explanada.

     

    Orión aprovechó la pequeña pausa y dio un vistazo rápido a la carpa. Los instrumentos de medición seguían titilando con cierta cadencia. Impresoras escupían papeles de vez en cuando, algunos terminaban en el suelo. Habían quedado sin custodia. Nuevamente, se hizo de la situación: se llevó el índice a los labios para guardar silencio y de a poco se levantó para recuperar esos documentos. Levantó las cejas y le acercó el papeleo a Gatiux.

     

    - Mira, aparentemente lograron quitarle la magia a la gente

     

    Tenía activado el anillo, obviamente, no era tan est****o. Y ese tema obligaba a romper el pacto silencioso entre la pareja. El papel contenía los nombres de un montón de gente desconocida y códigos de protocolos. Sin embargo, el título llamaba bastante la atención Desarrollo del antígeno mágico por Genetics Corpration Ltd. El abstract del paper aclaraba cualquier duda. Claramente el documento iba para la oficial.

     

    - ¿Qué crees que deberíamos hacer? Si escapamos ahora sospecharán y no recuperaremos la Manor… Enviarían más tropas a buscarnos. Pero cada minuto que nos quedamos nos arriesgamos a un paso en falso.

     

    Sabía que Gatiux recién volvía de viaje. Al igual que él, ansiaba un poco de paz: salir de compras por Diagón y compartir una taza de café, dormir la siesta como gata y oso frente la chimenea, robar un collar de una casa de joyas internacional… Ya saben, salidas bellas de pareja. También era consciente que este tipo de decisiones tenían alto riesgo… pero altos beneficios. Intentó levantarle el ánimo. Se trasladó de un lado de la mesa, donde le estaba indicando la información más importante del documento, a detrás de la silla de la Malfoy. Sus manos se posaron en sus hombros y lentamente se fueron deslizando por su torso hasta que Orión apoyó su mentón en los trapecios de Gatiux.

     

    - Piénsalo como una aventura. En caso que ya no quieras… con un chasqueo volveríamos a la Fortaleza. La Manor no es importante –lo último que susurró le partió un poco el corazón, pero es que había una verdad absoluta-. Donde quieras que estés, ése será mi hogar. Guarda el documento, capaz nos sirva más adelante.

     

    Escuchó voces provenientes de la puerta de la carpa. Al parecer la Oficial Gutierrez había llegado a un acuerdo con el capitán de la comitiva un tanto asesina. El mortífago se incorporó como si todo lo que hubieran hecho recién fuera lo más normal del mundo. Bueno, lo eran, los estaban acusando de algo… que sí, verdad y todo, pero con sus consecuencias.

     

    - Mil… mil disculpas por lo ocasionado. Les hemos arreglado un hospedaje en Londres para que pasen unas semanas hasta que el gobierno les dé una solución a su problema… habitacional. Seguramente necesitaremos de su asistencia, de todas maneras, ¿conocen Scotland Yard?

    • Me gusta 1
  12. Suspiró un tanto desilusionado cuando el profesor le explicó del hechizo de protección. Sí, capaz, el hechizo indudablemente no tenía nada de peculiar. Pero capaz así lo introducían a la defensa contra las artes oscuras. Bueno, no.

     

    Este. Tipo. Habla. Demasiado.

     

    Era lo único que pensaba Orión mientras lo escuchaba con la boca cerrada. Su mente comenzó a divagar un poquito. Como si tuviera un ojo prestándole atención al locutor, y el otro observando la supuesta bóveda. Capaz había algo que se podía robar. Algún regalo de viaje para Gatiux o un lindo adorno para la vieja Yaxley. Pero ni un solo objeto le llamaba la atención. Nada brillante tampoco. Aparte estaba la puerta esa que no se abriría si Orión optara por el camino de la cleptomanía.

     

    Si tuviéramos que resumir toda la reflexión del uso de la magia en el Yaxley sería así: él hacía lo que quería. Punto.

     

    De ahí en más prestó toda su atención cuando Hessenordwood lanzó la pregunta. Y sus compañeros contestaron, siempre acertados, sí. Entendió que le pusieran tanto énfasis a las intenciones de dañinas de cualquiera que prefiera usar las artes oscuras, o, en este caso, las maldiciones imperdonables. Y… estaba a punto de tirar un chiste sobre las intenciones oscuras y un psicólogo, pero sabía leer la situación. Esta no era una de ellas. Un poquito solemne todo. Tampoco quería que le tiraran con lo que el profesor tenía en la mano. Tenía que contestar algo.

     

    - Bueno, para el Imperius se necesita un nivel mágico superior al… sujeto. El cruciatus es como la voluntad pura de infligir dolor. Y el hechizo asesino, bueno, saber las implicancias reales de su impacto ¿no? –Lo había dicho todo con mucha frialdad y se dio cuenta. Tragó saliva y cambió un poquito de tema-, ahora, si ponemos el foco en las intenciones ¿la defensa contra las artes oscuras encuentra su razón en el instinto de supervivencia?

     

    Cruzó las piernas y se relajó.

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  13. - No creo que sea posible detener a personas intrusivas en sí, pero siempre puedes guiarles a la salida. Ya sabes, por la puerta trasera… o por donde entraron.

     

    Se encogió de hombros y sonrió de lado. Orión había salida desde el matorral como podía, incluso tuvo que pegar una estirón porque su bota se quedó enganchada en una de las ramas de un arbusto. Dio golpecitos a su abrigo largo y oscuro, con felpudo dentro, para sacarle un par de hojas que le habían quedado encima. Se acomodó el cabello cobre con canas y carraspeo para retomar el discurso.

     

    - Creo que la energía mágica siempre tiene pequeños surcos, cortes. Además, toda fortaleza es inquebrantable si se sabe cómo entrar… -Orión hablaba desde la experiencia-. Lo importante es saber qué hacer cuando ingresan.

     

    Sonrió mientras levantaba las cejas. Por un lado, se sentía triunfante de haber encontrado a la que consideraba Arcana: había viajado sin tener un destino muy claro, más que una visión de una isla volcánica en medio de la nada y… bueno, la necesidad de encontrarla. A diferencia de Hessenordwood, el Yaxley no había pasado tanto tiempo caminando. Simplemente emprendió camino por un sendero desde la escuela japonesa y siguió los murmullos del bosque, casi que por instinto. Por otro, haber ingresado a la conversación sin avergonzarse así mismo, como cayendo de bruces al suelo.

     

    Se sorprendió, claro, había salido de la nada.

     

    - Perdonen mi intromisión, tengo el mal hábito de meterme en donde no me llaman –soltó levemente una risa, considerando la contradicción entre entrometerse y la Oclumancia-. Estaba buscando a la Arcana Aailayah, infiero que es usted. Soy Orión y me preguntaba si podríamos charlar en algún lugar un poco más… cómodo ­–miró a su alrededor, ¿un claro?

     

    Sus experiencias tanto con Suluk como con Sajag se habían desarrollado en ambientes más amables, con una taza de té y comida de por medio. Salvo por la última parte de Animagia, bueno, él prefería no hablar mucho de eso. En este caso, él no buscaba aprender Oclumancia. Sólo quería entender qué diablos le había sucedido en esos últimos años. Y, si alguien entró efectivamente en su mente, saber qué fue lo que se llevó. Hasta podríamos pensar que, d alguna manera, Hessenordwood y Orión contaban con el mismo objetivo: acercarse a lo que les fue quitado.

     

    Le sorprendió un poco el aspecto de la Arcana. Parecía una muchacha joven, de unos veinte tantos, lejos de lo denotaba Animagia y Videncia. Mantuvo distancia. Algo de ella no encuadraba del todo. Aprendió a la fuerza que en el Mundo Mágico, la confianza era todo. Tuvo que entrecerrar los ojos porque la quiso volver a ver. Esta vez, la luz tenue era demasiado brillante para él. El diseño de las telas de Aailyah lo comenzaban a marear. Se llevó la izquierda a la nuca para sacarse un poco el sudor. Juraba que ese día no había tomado alcohol, entonces ¿por qué se estaba sintiendo así?

  14. Le indicaron subirse a la camioneta y él un poco torpe accedió. Se giró para darle un último vistazo a la Manor y suspiró. Por un lado, ya sentía el dolor de cabeza de dejarle el hogar que construyeron juntxs a un grupo de Muggles. Por el otro, había una seguridad que la Manor sabía defenderse de todo ente intrusivo, después de todo la maquinaria rúnica estaba funcionando debajo de la fuente. Aun así, la sola posibilidad de sus cosas revisadas por manos ajenas lo sacaba de su eje. Quince años atrás hubiese desenfundado la varita y explotado cada una de las camionetas sin medir las consecuencias.

     

    Pero ahora, un poco más viejo, había algo que no cuadraba. Vio de reojo a Gatiux y luego el espejo retrovisor. La oficial se escondía en su uniforme, gafas de sol y un conjunto de cables de acá para allá al que él intuyó que era un dispositivo de comunicación. La camioneta era espaciosa y estaba por demás cómodos. Los vasos descartables seguían humeando con los palitos para remover. Parecía que todo estaba específicamente diseñado para que no pasaran ningún tipo de incomodidad.

     

    - ¿Sabes a qué hora llegaremos?

     

    - Pronto –respondió seca la conductora. No tenía autorización para hablar.

     

    Orión volvió a activar el anillo de oídos indiscretos.

     

    - Gracias por confiar –buscó la mano de Gatiux para entrelazar sus dedos-. Claramente hay algo que no cuadra, ¿sabes? No sé si nos creyeron demasiado rápido o simplemente están jugando con nosotros. Mira, estamos llegando.

    Señaló a su ventana. La camioneta giró y entró por un camino de tierra. El predio no era tan ámplio y parecía una operación más improvisada que otra cosa. Había exactamente tres carpas dispuestas un tanto al azar. Operativos iban de un lado al otro con documentos o café con comida. Otrxs simplemente cambiaban de guardia. La camioneta se detuvo y le abrieron la puerta pidiéndole que se bajen. Le indicaron que siga a uno de los oficiales a la carpa principal. La cantidad de objetos muggles lo chocó un poco. Computadoras, instrumentos de medición y separaciones con pantallas den nylon para salas de reuniones. El caos no se dejaba escapar. Esta situación había tomado por sorpresa al todo el ejército. Pudo reconocer en un mapa el valle donde se encontraban la mayoría de las casas mágicas. Soltó un alivio cuando notó la ausencia tanto de la Black, como de la Malfoy.

     

    Capaz estaban haciendo un rastrillaje del terreno. Pero, ¿quién les dio la información que allí podían encontrar hogares mágicos?

     

    - Soy la oficial Dana Gutierrez, espero que se encuentren bien. Disculpen las molestias, ¿podrían pasar por aquí y seguimos hablando? ¿Quieren algo para beber?

     

    - Oscar Thomson, un gusto –le ofreció la mano a la que la oficial ignoró-. Muy amable, ya nos ofrecieron en el viaje. ¿Cuándo podremos volver a nuestra casa? Tenemos que empezar todas las refacciones para navidad, ya sabes, ¡vienen nuestros sobrinos de visita!

     

    - Lo lamento Sr. Thomson, pero la propiedad ahora pertenece al estado inglés, pero no se preocupe, me encargaré personalmente que reciba el resarcimiento que merecen. Mientras, cuéntenme, ¿vieron o sintieron algo extraño en la propiedad? ¿Qué me pueden decir de la persona que les vendió la propiedad? ¿Alguna persona extraña portando una varilla de madera?

    Sacó un par de fotos de lo que parecían ser varitas mágicas. Tragó saliva.

     

    Capaz estaban buscando información. O podían estar haciendo tiempo para buscar refuerzos y apresarlos. O simplemente eran demasiado est****os como para darse cuenta de lo que tenían en frente. Los ojos de Orión se desviaron a lo que parecía ser un oficial de civil hablando por celular, cruzaron miradas y el tipo rápidamente buscó salir de la carpa.

     

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  15. Tampoco tenían muchas opciones. Y, aunque desconocieran el contenido de las balas –esas que quitaban el poder mágico-, sabían de por sí que los pasos en falso estaban fuera de discusión. A cada persona de la primera fila se le evidenciaba el miedo todo tatuado en su rostro. Un tanto parecido para Gatiux y Orión, más tirando al desconcierto. Era como si ninguna de las partes quisiera estar verdaderamente ahí, pero había una obligación. Es más, tras la demanda de Gatiux, el tipo del megáfono ni siquiera se animaba a acercarse.

     

    Tampoco es que iban a ceder así como así.

     

    - ESTE ALLANAMIENTO AUTORIZADO POR EL GOBIERNO DE INGLATERRA ESTÁ FIRMADO POR MÁS DE 20 PAÍSES. SEÑORA, LE PIDO QUE PONGA SUS MANOS ATRÁS DE LA CABEZA Y NOS DEJE HACER NUESTRO TRABAJO.

     

    Orión se llevó la mano a la boca, ¿la habían llamado señora? Luego su atención fue a parar a la autorización del gobierno. Los países firmantes lo hacían pensar un poco. No era una operación cualquiera y, por alguna razón, estaban en la Yaxley específicamente. Recordó la función de la Manor en la Segunda Guerra y toda la peripecia de Near y Apolo. Ahí fue cuando su cabeza dio un click ¡tenían que estar conectados!

     

    - ¿Nos dan dos minutitos? –sonrió lo más amable que pudo y dio medio giro dándole la espalda a la operación. Activó el anillito contra oídos indiscretos porque magia y le susurró a Gatiux-. Podemos desaparecer perfectamente que no nos pasará nada. Pero… algo me dice que no nos buscan específicamente. Te puede parecer una locura pero, -se separó de ella para guiñarle el ojo- confía en mí.

     

    Acto seguido levantó las manos y se las llevó a la nuca. Con cada paso que dieron, operativos reaccionaron con nerviosismo. Había estado en varias batallas y, obviamente, a punto de ser acribillado y sabía por experiencia que las armas y los nervios nunca se llevaban bien. Llegando hasta la primera fila fingió toda la preocupación que pudo.

     

    - Disculpe oficial, mi nombre es Oscar Thomson y con mi pareja llegamos hoy para refaccionar esta casa que compramos hace un mes, ¿pasó algo? ¿Rusia declaró la tercera guerra mundial? ¿Trump envió las bombas? Perdone es que no tenemos radio en la casa y no llegan las redes ¿en qué podemos ayudar? ¿Quieren una taza de té? Si pongo cuatro teteras creo que alcanzará para… -empezó a contar medio volado la cantidad de cascos- Disculpa, ¿te gusta con leche? ¿Azúcar? –le preguntó a una que le estaba apuntando en la cabeza.

     

    - No hace falta, ¿no ha visto las noticias? La magia existe y estamos en guerra. Tenemos órdenes de buscar artefactos terroristas en esta vieja mansión, ¿dicen que la compraron?

     

    Se mordió la lengua casi hasta sacarse sangre. No podía creer lo que estaba escuchando.

     

    - Sí oficial, en una casa de subastas en Bristol. Fueron los ahorros de toda la vida. La remataba una señora con un nombre extraño, ¿cómo era cariño? Santina… Sagotas… ¡ah! Sagitas, Sagitas Potter –si ella seguía llevando Accidentes Mágicos, de seguro estaba vinculada con el tema- pero, espere, ¿magia? ¿Qué tiene que ver con nosotros?

     

    El tipo del megáfono se giró hacia uno de los oficiales y sacó una cajita chiquita negra con una antena.

     

    - Oficial Gutierrez, tenemos dos civiles en escena, procedemos a transportarles a la estación.

     

    El asistente del tipo les abrió la puerta de la camioneta que estaba detrás. Les ofreció unas mantitas y café caliente. Orión se giró a Gatiux mientras subía a la camioneta ¿realmente estaba sucediendo esto? No entendía bien si eran prisioneros o… ¿refugiados?

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  16. Nos pusimos moralistas, pensó. Se llevó la mano a la boca medio impresionado con lo que dijo David. ¿Muerte? ¿Sufrimiento? Intentaba no reírse. Igual se había sentado atrás de sus dos compañeros justamente para evitar que se le escapara cualquier gesto de desdén al discurso ajeno. Bueno, eran sus experiencias y, ¿quién era Orión para negarlas? Luego, cuando el otro muchacho habló, sobre historicismo, se acomodó y cambió la mano. Fingía estar shockeado por lo que estaban contando.

     

    - ¿Artes Oscuras? ¿Yo? Para nada –mintió, inmutado. Volvió a acomodarse en la silla para reincorporarse un poco-. Ahora, si las Artes Oscuras tienen una connotación social, entonces ¿por qué la destrucción sólo causa sufrimiento y muerte? ¿La destrucción no puede ser algo positivo? Después de todo, me atrevería a decir que para los ojos muggles toda magia es oscura.

     

    La tiró al aire. Tampoco esperaba respuesta. No era él el profesor, ni mucho menos tenía la paciencia para filosofar un poco en ese momento. Que, a ver, la magia es magia. No es ni buena ni mala. Ni blanca, ni oscura. Es magia, punto. Un rayo de sectusempra puede tener todo rojizo y no por ello la gente usa el concepto de magia roja. El porqué de su adjudicación histórica de esa categoría (oscuro u ocultismo) era otro debate.

     

    Orión se encontraba en una situación particular. Tal como dos fenixianos habían tomado la decisión consciente de adquirir un nuevo conocimiento en pos de su bando; él, por el contrario, dejó su elección al azar. Literalmente puso papelitos con las clases disponible en Casteloruxo, los mezcló y sacó uno así cualquiera. No necesitaba defenderse de las artes oscuras. O bueno, capaz que sí.

     

    El viejo Yaxley, entonces, vestido simplemente con su traje ministerial (porque señor con trabajo normalito) se encontraba un poco escéptico a la vez que un poco entusiasmado de hacer la clase. No conocía a ninguno de los tres y ¡siempre se podía aprender cosas nuevas! Por lo que enterró todo lo que pudo su lado sarcástico para estar genuinamente interesado en la lección. Sus ojos azules divagaron por el salón. Le fascinaba cuando puertas se abrían sólo cuando querían… y se cerraban con el mismo criterio. Mejor si daban portazos. O cuando el profesor lanzaba un encantamiento protector así porque sí…

     

    - Disculpe, profesor Hessensorsood –frunció la nariz cuando se dio cuenta de su error y no quería volver a preguntar-. Profesor, ¿qué hechizo acaba de realizar ni bien entramos? ¿Deberíamos preocuparnos por algo?

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  17. Hola! Vengo a actualizar mi fichita! Seguí el formato que piden para actualizar, y como es toda la ficha, bueno, intenté hacerlo en spoilers separados. El formato general ya está puesto en la actualización (6 enters entre sección y sección y 3 entre el título de la sección y su contenido ahre), es sólo copiar y pegar.

     

    Le debo una firma a la persona que me lo actualice xd. Entiendo si hay algo que no se pueda hacer, fui bastante osado en la personalización de mi fichaaa.

     

     

     

     

    Necesito la actualización del campo Datos Personales

    Dice asi:

     

     

    Datos Personales:

    Nombre del Personaje: Orión Black

    Sexo: Masculino

    Edad: 23

    Nacionalidad: Británico-Irlandés

    Familia(s):
    * Black
    * Yaxley - Patriarca

    Padre(s) Sanguíneo: Fernando Black

    Padre(s) Adoptivos:

    Trabajo: Inefable

     

    Debe ser:

     

     

     

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    "(...)si me domésticas, mi vida se llenará de sol."

    saint exupéry

     



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    Nombre del Personaje: Orión

    Sexo: Masculino

    Edad: 47

    Nacionalidad: Británico

    Familia(s):
    * Yaxley - Patriarca
    * Black


    Padre(s) Sanguíneo: Fernando Black

    Padre(s) Adoptivos:

    Trabajo: Inefable

     

     

     

     

    Necesito la actualización del campo Poderes Mágicos

     

    Dice así:

     

     

    Poderes Mágicos:

    Rango Social: Dragones de Oro

    Bando: Neutral

    Rango dentro del Bando:

    Puntos de poder en objetos: 2710

    Hechizos adicionales:

    Puntos de poder en criaturas: 310

    Criaturas controlables en asaltos y duelos:

    Habilidades Mágicas:

    * Animagia (Oso)

    * Videncia

    Conocimientos Especiales:
    * Adivinación
    * Artes Oscuras
    * Astronomía.
    * Aritmancia
    * Runas Antiguas
    * Historia de la Magia
    * Encantamientos
    * Idiomas

    * Leyes Mágicas

    * Estudios Muggles

    Medallas:
    * Medalla por Aprobación del Curso Libro de la Fortaleza: 2000 puntos
    * Medalla por Aprobación del Curso Libro de la Sangre: 4000 puntos
    * Medalla por Aprobación del Curso Libro del Equilibrio: 6000 puntos
    * Medalla por Aprobación del Curso Libro del Druida: 8000 puntos

    Total experiencia en Medallas: 20.000 puntos

     

     

     

     

    Debería decir:

     

     

     

     

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    Rango Social: Dragones de Oro

    Bando: Mortífago


    Rango dentro del Bando: Mago Oscuro

    Puntos de poder en objetos: 2710

    Hechizos adicionales:

    Puntos de poder en criaturas: 310

    Criaturas controlables en asaltos y duelos:

    Habilidades Mágicas:


    Conocimientos Especiales:

    Medallas:

    • Medalla por Aprobación del Curso Libro de la Fortaleza: 2000 puntos
    • Medalla por Aprobación del Curso Libro de la Sangre: 4000 puntos
    • Medalla por Aprobación del Curso Libro del Equilibrio: 6000 puntos
    • Medalla por Aprobación del Curso Libro del Druida: 8000 puntos

    Total experiencia en Medallas: 20.000 puntos

     

     

    Ahora el campo Perfil del personaje

     

    Dice así:

     

     

     

    Perfil del Personaje:


    Raza: Humano.


    Aspecto Físico:

    El aspecto de Orión cambió con el correr del tiempo, producto de su pubertad, de la vida como Mortífago y por último de exiliado.

    A grandes rasgos, él es alto, de unos 1.85 cm y de tez clara; tono heredado por sus padres de las islas británicas. Si comenzamos por su cara, es coherente decir que tiene el perfil un tanto tosco, como cuadrado, pero nada exagerado; con una nariz suave, normal y proporcional. Tiene ojos azules claros que muestran compasión, sus labios son de término medio y sus dientes están perfectamente corregidos gracias al milagro de la ortodoncia en los tempranos años de su primera década. Tiene una voz normal tirando a gruesa, con un fuerte acento irlandés por los últimos años vividos en el país.

    Su cabello es en realidad de color cobre; pero en vistas a la inmanente aparición de las canas; Orión entró en pánico negado por el paso del tiempo y por lo que sabemos, un hechizo estético salió mal y resultó en un azul eléctrico en toda su melena, cosa que quedó por bastante tiempo y resultó icónico en su transcurso como mortífago. Aunque actualmente, luego de su exilio, los tonos originales comenzaron a salir de a poco. Este es grueso y lacio y tiene un ciclo que se repite: cabello tipo fauxhack, luego un poco largo y hasta que no se pueda atar una cola de caballo en su nuca, no se lo corta y solo lo hace “a la katana”. Se deja la barba de varios días, y es en ella donde más se nota las raíces y algún que otro reflejo pelirrojo por su ascendencia irlandesa.

    Solía ser mucho más grandote y atlético. De por sí, sus genes irlandeses en cuestión corporal se marcaba por encima de los Black: es robusto por naturaleza. El trabajo en la Marca además era duro y eso cultivó su cuerpo. Cuando fue Mago Oscuro se descubrieron los nuevos hechizos y el manejo de las Necrohands en su estado experimental requerían trabajo físico y mental. Luego como Nigromante, era el encargado de cargar los cuerpos más importantes de los miembros de la Órden del Fénix en cada asalto. Con el uso de la pesada varita, su brutal katana y los banquetes que se daba como Ángel Caído luego de cada asalto; sus brazos llegaron a un tamaño considerable y llego a pesar 97kg en su mejor momento

    Sin embargo, por la falta práctica, nula actividad física y mala alimentación, el Black fue perdiendo peso y masa muscular. En la actualidad y luego de su exilio, su figura no es muy diferente de la media. Podemos ver que el mago conserva un poco de su cuerpo, pero no de la misma forma que antes, está flaco, sin agilidad ni estado físico y con una increíble mínima de 69kg, considerando su altura; con ojeras por las noches en vela y una barba un poco arreglada.

    Está limpio de cicatrices y marcas en la piel, más que nada por los cuidados y las grandes cantidades de hechizos y cremas de protección solar de sus hermanas, primas y tías, producto de la sobreprotección de las mismas. Se dice también que ningún auror, ni miembro de la Órden del Fénix lo pudo tocar, pero eso es mentira, porque el Black sabía bien a qué sala específica de San Mungo acudir luego las batallas.


    Cualidades Psicológicas:

    Orión tuvo un ambiente psico-social como cualquier persona normal. Bueno, normal para las condiciones que estaríamos todos considerando normales. Primer hijo varón de su generación en los Black, fue sobreprotegido y un tanto mimado por sus familiares y parientes mujeres. Era un tipo socialmente incómodo, incompetente de seguir orden alguno, incapaz de aprender bajo el sistema escolar o de las primeras enseñanzas de vida en el seno familiar. También el primer Black de su generación en entrar a la marca, hijo del gran líder Fernando y de su oscuro, y también gran líder, tío Glenin, indudablemente un peso simbólico que lo tiraba para abajo de vez en cuando.

    Cuando entró a la Marca era un poco oscuro, frío y directo, le ordenaban y él, ejecutaba, por miedo a tener un error que le costaba la vida, o peor, su cabello. Pero su obsesión con seguir órdenes no quitaba su incapacidad para ser una persona con la cual uno podría tener más de una conversación coherente. Con el correr del tiempo y sus asensos en su bando lo volvieron menos histérico-social.

    Adquirió un leve tono irónico, con gran sentido del humor, calmado y de bajo perfil. Los pocos años de vida le enseñaron a relajar, a soltar un poco de acá y de allá, de disfrutar las pequeñas cosas de lo cotidiano y de aceptar sus visiones y adivinaciones por lo que eran, como parte de la vida misma.

    Ahora es más tranquilo, desapegado de muchas cosas, pero en búsqueda de encontrar el equilibrio entre los dos polos. No se exalta ni entra en euforia muy a menudo, a menos que algo dispare sus viejas experiencias en la Marca. Muy de vez en cuando reacciona negativamente. Sigue con su ironía, pero es más humana y no tanto en búsqueda de destruir a su otro-ajeno.

    Motivación en la Marca:
    La motivación de él nace por sus ansias de libertad. La imposición del Ministerio de Magia, los departamentos, la burocracia y la simple clasificación entre los magos le aborrecen, aunque sabe que son las ideas del juego y hay que seguirlas. Su bando, lo toma como una herramienta para la liberación, personal y social, en tanto y cuando pueda hacer y deshacer sin prejuicio.
    Admira el chaos y su carácter ontológico como proceso creativo, como contra posición a el (¿la?) orden.

     

     

     

     

    Debería decir:

     

     

     

     

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    Raza: Humano.

    Aspecto Físico:
    Es alto, de unos 1.86 cm y de tez clara. Tiene un perfil un tanto tosco, como cuadrado, así tipo rudo. Ojos azul claro, sus labios gruesos y dientes perfectamente corregidos gracias al milagro de la ortodoncia en la pubertad. Tiene una voz gruesa y un poco seca. Su pelo es de color cobre, lo suele llevar tipo french crop con canas, predominando en la sien y por encima del corte. Suele llevar barba a juego con tonos blancos de la vejez. Es bruto y no puede manejar la mayoría de las cosas delicadas. Tiene dedos gordos con callos. Corpulento como pocos. De joven, cuando le empezaron a salir canas, Orión entró en pánico y buscando taparlas, un hechizo estético le salió mal y quedó un color azul fuerte, icónico en su transcurso como mortífago. A sus cuarenta y pico ya no se molesta -tanto- por su aspecto.

    Usa pantuflas, ropa interior de vaquitas, y batas viejas para andar de entre casa. Necesita gafas de lectura. Si tiene que salir, una camisa, pantalones de vestir y zapatos son su elección más cómoda.

    Cualidades Psicológicas:

    Orión es calmado, cálido con su familia y de bajo perfil. Tiene un gran sentido del humor y una risa profunda. El tiempo le enseñó a soltar un poco de acá y de allá, de disfrutar las pequeñas cosas de lo cotidiano y de aceptar las visiones y adivinaciones por lo que eran, parte de la vida misma. Más sabe por viejo que por vidente. Busca pasarla bien, hacer lo que quiera siempre.

    Motivación en la Marca:
    La motivación de él nace por sus ansias de libertad. La imposición del Ministerio de Magia, los departamentos, la burocracia y la simple clasificación entre los magos le aborrecen, aunque sabe que son las ideas del juego y hay que seguirlas. Su bando, lo toma como una herramienta para la liberación, personal y social, en tanto y cuando pueda hacer y deshacer sin prejuicio. Admira el caos y su carácter originario como proceso creativo, como contra posición a el (¿la?) orden.

     

     

     

     

    Ahora el apartado historia

     

    Dice así:

     

     

     

    Historia:

    Esta es la tragicómica historia de un pobre Black, castigado y bendecido por su sangre, del cual vivió y transitó, lo mejor que pudo y con las pocas herramientas que su plana vida le había dado. En sí, él mismo configuró sus propios sufrimientos y ataduras, y podemos deducir que todo tiene coherencia, su nacimiento, su “don”, su personalidad o accionar, pero eso se lo dejamos al ávido lector para que descubra.

    Sin más palabras bonitas y empezando desde el principio, se sabe que su nacimiento ocurrió en una pequeña capilla en los campos del oeste de Irlanda, pegado al mar Atlántico. Su parto fue tranquilo, casi sin dolor, teniendo en cuenta que su madre biológica estaba completamente drogada en el suceso. Para ella fue como si nada hubiese pasado, como un trámite para registrar a un perro en el Ministerio. Así de inservible e innecesario fue. Pero iba a tener un Black como hijo y eso era lo importante. Era su ticket de salida de esa pocilga que la madre de Orión llamaba: “lugar-para-tirarse-después-de-no-hacer-absolutamente-nada”. Fernando, quien fuera su padre y un pervertido (pero altamente reconocido) mortífago de la Marca Tenebrosa, era la posibilidad de riqueza ilimitada para la recientemente llamada “Señora de Black”.

    Todo se resolvió esa misma semana. Orión fue destetado por disgusto de su ella, quien había jurado tener una vida de libertad y un hijo no estaba en sus planes, además de que ya se había aburrido. Fernando se también se hartó de la mujer, tomó lo “más mejorcito” (como él lo llamaba al principio) de esa tóxica relación y la abandonó para volver a Inglaterra. Como si a esta mujer le importase en realidad.

    La cuestión es que Fernando llegó al Castillo Black con un bebé en sus brazos a la semana de nacer y fue la luz del hogar por varios meses; lo mejor que le había pasado a la familia en los últimos años a los ojos de sus primas y tías. Su padre aclamaba orgulloso sobre el alto atractivo que sacó por su lado: “Serás un ganador, todas las noches un romance diferente”. Su tío, en cambio y con su gran porte oscuro, le replicaba: “Por fin vamos a tener otro Black, masculino, serio, centrado y que lleve con orgullo el apellido de la familia”.

    Nadie nunca estuvo tan equivocado, nunca jamás.

    Creció en el pueblo de Ottery, en el castillo Black, y fue en una tarde de su cuarto verano donde llorando como si el cielo se estaba cayendo, puesto a que una de sus primas le tiró un chorrito con Aguamenti –porque antes estaba llorando por el calor-, tuvo su primera visión; la muerte del ministro de magia; después lloraba por la muerte de un mago, que ni conocía y ni le importaba. Desde ese entonces, el futuro siempre lo persiguió en todas las formas posibles a lo largo de su juventud, ya sea en sus sueños, los escapes nocturnos, los restos de la chocolatada en los 5 o´clock tea (siempre tan especial él), los granos de su pubertad o por la palma de una mano cualquiera.

    Según las historias oficiales asistió a Hogwarts por tres años hasta su retirada. Dicen que como quedó en Ravenclaw, su padre no pudo aguantar la vergüenza a la familia, aunque a nadie realmente le importara. A todo esto, nos encontramos a un Orión al inicio de su pubertad, con imperfecciones faciales, vellos en lugares extraños, barba despareja, voz en pleno cambio y las típicas preguntas existencialistas que no aportaban nada a su vida cotidiana, más que noches sin dormir y fuertes resentimientos. No sabía de donde venía y culpaba a su padre por la inexistencia materna. Es que Fernando, bajo lo que actualmente sabemos, había hecho una cosa como acto puro de amor padre-hijo: ocultar todo el pasado de la mujer que le dio a luz, para no destruir su autoestima.

    Y obviamente, Orión nunca lo apreció. A sus 16 se viajó a Ilvermorny, donde por su desorden psico-social, la ceremonia le ofreció lugar de las cuatro casas y decidió quedarse en la Serpiente Cornuda, para intentar saldar su cuenta con la casa homóloga británica. Terminó sus estudios y se vio inmerso plenamente en las artes de Adivinación y Astrología, en búsqueda de respuestas a su videncia.

    Su primer día de clases empezó en desastre cuando se dio cuenta que se había olvidado su varita de Álamo, teniendo que “pedir prestada” una de madera de serpiente que encontró en uno de los armarios de la escuela. Al recibirse, descubrió que se encontraba con una reliquia de la mismísima Violetta Beauvais

    No se destacaba demasiado en los duelos. Trataba de recordar una y otra vez, las contiendas que batían sus familiares en los jardines del castillo, pero seguía sin cazar la idea. Según su tío Glenin, su técnica no era la mejor y la puntería…“más peor”, pero de alguna forma u otra, salía del todo bien de las peleas, aun estando borracho.

    Tampoco había forma de que pudiera cortejar a una noble dama. Era obvio que le interesaba más estos contactos humanos que los que tenía con los libros, pero de lo único que hablaba cuando conocía a una joven era sobre, Venus o Mercurio y de cómo su perro iba a ser devorado trágicamente por un dragón al día siguiente; pero siempre recalcando que iba a ser una bella mañana, como si esto fuera a salvar sus pésimas cualidades de discurso.

    Así decepcionó a sus dos figuras masculinas. Fernando y Glenin tenían esta costumbre de golpearse la cara con la mano en simultáneo cada vez que Orión actuaba públicamente, porque era obvio que en privado el mago no hacía otra cosa que distraerse con su varita y su bola de cristal.

    Una noche, su tío Glenin lo sacó con la varita (la de madera de roble si hace falta aclarar) al cuello de la biblioteca Black. Resulta que tenían que hacer un viaje de negocios a Italia. Orión todavía era joven, nunca había dejado el país y sus ganas eran equiparables a la castidad de Fernando, pero al menos las maletas estaban en el hall del Castillo, listos para salir.

    Según su oscuro tío, era una misión importante de algo que él iba a entender después. La familia Triviani no hacía más ofrecer una buena hospitalidad para los dos. Pero a decir verdad, para Orión fue como un invierno más, no salió del castillo por el horrible clima y el excesivo miedo que le tenía a Venecia: demasiada agua decía.

    Glenin tuvo un romance intenso con una de las matriarcas y Orión no servía más que ser un tercero en discordia. Una noche se quedó en un sillón, cambiando el color del techo con su varita; porque su tío no aparecía y no tenía para hacer, cuando una persona muy parecida a la matriarca se acercó a él y lo invitó a recorrer el castillo. Muchos dicen que esa noche, él perdió algo más que su aburrimiento, pero la realidad está en que la mujer le tiró encima uno de los relojes familiares y nunca supo bien qué pasó.

    A la vuelta, Fernando lo recibió como “un hombre finalmente” y viendo el orgullo del mismo, decidió callar la verdad. Nueve meses después se entera que supuestamente tuvo una hija con la misteriosa mujer, noticia que lo dejó anonadado por sus susodichas capacidades reproductivas. Igual, él sentía que algo estaba mal, ni la chocolatada de esa tarde de lluvia le había dicho algo al respecto, pero lo decidió ignorar; mientras que no lo veía no era su problema.

    ¿Todavía no sabía que prácticamente toda la estructura social que lo rodeaba era mortífaga para ese entonces? No, no lo sabía y seguía lejos de saberlo. La cuestión radica en que, el joven mago concentraba su atención en sus visiones, sus relaciones frustradas, los problemas familiares y no veía lo obvio, lo que tenía en sus narices; las relaciones intensas con familias selectas como la Malfoy, la riqueza ilimitada de los Black sin que ellos movieran un pelo, hasta los restos de sangre ajena de las prendas de sus tíos cuando los elfos domésticos hacían la limpieza los viernes a la noche.

    Aunque no había grandes avances en duelos, por fin empezaba a entender para que servían los Episkeys, su gran trabajo en la Adivinación llamó la atención de la cúpula de la Marca, impulsado además por las recomendaciones de Fernando, quien seguía con las esperanzas de que el mago haga algo importante en su vida.

    Fue una noche de verano, de esas en las que la humedad traspasa toda prenda y se mezcla con el sudor. Estaba su tío, su padre, alguno que otro mortífago y los otros dos líderes. No sabemos mucho de lo que pasó antes, solo que recién, en el preciso instante en el que le estaban haciendo el tatuaje de la marca en su bicep izquierdo, Orión comenzó a conectar los puntos. Veía como la tinta iba corriendo por encima de su epidermis formando una delgada línea que dibujaba tres ángulos en zigzag con la terminación en triángulo(1), y bueno, se desmayó, así sin más, resultando en sus dos familiares Black, con un increíble y sonoro golpe en la cara con sus manos, en signo de frustración y vergüenza.

    De todas maneras, ahí no termina la historia de nuestro pequeño Orión. Comenzó, de a poco, a armar reportes para los Magos Oscuros y Nigromantes, sobre la gente que él pensaba que podrían unirse al bando teniendo en cuenta sus visiones; y también de vez en cuando sobre actividades de la Órden del Fénix.

    Había pasado la pubertad y comenzó a entender que era efectivamente en la Marca en la que debía estar. Por sus visiones sabía en dónde y cuándo iba a comenzar un asalto o una redada. Era él, de los primeros en entrar, con varita en mano, a hacer lo que se podía, tirar un par de Sectusempras y asistir con su orgullo hecho hechizo, los Episkey´s. Su mente se programaba para escuchar y ejecutar.

    Se sorprendió cuando lo ascendieron al siguiente rango. Pocos recuerdan cuando el joven de pelo azul se levantó de su asiento en la Junta Administrativa, su estatura había impresionado a todos: había pegado el último estirón llegando a un metro-ochenta-y-algo. Pero como su tío era más alto, siempre pasaba desapercibido, y como seguimos entendiendo, no fue algo que trascendió tampoco en los cotilleos mortífagos.

    Con la aparición de las nuevas armas tenebrosas, Orión ya comenzaba a entender la dinámica, sobretodo de los nuevos hechizos. Fue el primero en manejar correctamente las Necrohands de su camada, superando a sus colegas Malfoy’s Nathaniel y Carlomagno. Comenzó un duro régimen de entrenamiento físico bajo la tutela de su tío y los nuevos trabajos no tardaron en aparecer. Su posición como “informante” se reemplazaba con la de su trabajo como ofensiva directa, teniendo no solo este canal de visión, sino uno que otro espía dentro de la Orden.

    Dejaba de hablar de perros muertos, para pasar a hablar de Fenixianos muertos, generalmente por llamas. Se ganaba considerable reputación ayudando a los Mortífagos Base y Tempestad, y apoyando a los Magos Oscuros para su desarrollo duelístico. Por momentos, su bajo perfil le ganaba y pasaba inadvertido, hasta que por necesidad de la estructura organizacional del bando, adquirió el puesto de Nigromante. Comenzó a estudiar las Artes Oscuras con varios colegas más antiguos, hasta una noche tuvo una conferencia con el mismísimo Crazy Malfoy.

    Su posición en la batalla comenzaba a tornarse más de liderazgo. Cada vez disparaba menos rayos y pocos Absorveres. Comenzaba a efectivizar más Episkeys y Fortificums. Cubría y coordinaba, indicaba y aseguraba. Él cree que nunca fue derrotado en un asalto o redada, y lo toma como un simple mérito puramente personal.

    Había llegado la hora de celebrar el segundo TTTT, torneo de duelos llevado a cabo dentro de los bastiones de la Marca. Tras dos meses de sangre, sudor y muchas, pero muchas lágrimas, Orión se llevó el primer puesto, posicionándose como uno de los Mortífagos más peligrosos si con varita en mano se tratase.

    Así como Ángel Caído se convirtió el azote de la Órden; casi todas las semanas se encargaba de destruir la moral fenixiana. Cambió el mango de su varita para balancear el peso que le causaba su Katana. Así con sus colegas, protegían los negocios y las pobres familias de las garras del Ministerio y la Órden del Fénix.

    Generalmente, el Black descuidaba su propio pellejo para salvar al que tenía al lado. Varios Mortífagos lo seguían en sus ataques, su compañero infaltable, Axel “Fraenger” Rexdemort, era todo lo que Orión no era y se complementaban muy bien. Sin embargo, por más que se llenara de trabajo en la Marca, no se podía sacar a alguien de la cabeza y eso lo molestaba más que los spoilers que sus visiones le daban de sus series favoritas.

    A pesar de sus pocas capacidades sociales para entablar una relación sana con cualquier persona, de cualquier género, pudo tener una relación con Gatiux Malfoy, era en gran parte su motivación para seguir dentro del bando y a la vez, una de las llaves para entender su razón de ser dentro del bando.

    En su vida familiar, se le adjudicaron varios hijos, pero el Black nunca se hizo verdaderamente cargo de alguno. La verdad era que no tenía lazo sanguíneo con ninguno y trataba a estos familiares más como sus hermanos menores. Tampoco reconocía hermanos sanguíneos. Con Luisa (Luisitha M. Black) y Gabrielle Delacour entabló una relación más adoptiva.

    Buscaba libertad. Libertad de sus relaciones familiares, de sus amigos, de sus obligaciones con trabajos o estudios, libertad de sus adivinanzas, libertad de absolutamente todo lo que pudiese atarlo a un lugar, un pensamiento que no fuera suyo o a lo ajeno en sí. Decidió simular su retirada, en una misión, simplemente desapareció. Lo creyeron muerto, y así comenzó a perder peso en la historia de la Marca, simplemente se esfumó.

    Se fue a la tierra vecina, Irlanda, a buscar sus raíces y desconectarse de su tercer ojo. Así pasaron cinco años de su exilio, perdiendo la habilidad de la visión, con el cuerpo tan destruido como su alma sanada, para volver a su hogar y encontrar el balance perdido.

    • . Algunos tienen la teoría que la marca realizada por el hechizo se adapta a la personalidad y su visión de la marca.

     

     

     

     

    Debería decir:

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

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    J2RkRHW.jpg Esta es la tragicómica historia de un pobre Black, castigado y bendecido por su sangre, del cual vivió y transitó lo mejor que pudo con las pocas herramientas que su plana vida le dio. En sí, él mismo se armó sus propios sufrimientos y ataduras. Hasta podemos decir que todo tiene coherencia, su nacimiento, su “don”, su personalidad, pero eso se lo dejamos a la perspicacia de la lectora para que lo descubra.

    Sin más palabras bonitas y empezando desde el principio, se sabe que su nacimientfo ocurrió en una pequeña capilla en Escocia. Su parto fue tranquilo, casi sin dolor. Claro, su madre biológica estaba completamente ida en el proceso. Para ella fue como un trámite para registrar a un perro en el Ministerio. Más de eso no se sabe. No se sabe, hasta yo quiero saber pero no sé.

     

    La cuestión es que Fernando llegó al Castillo Black con un bebé en sus brazos a la semana de nacer. Fue la luz del hogar por varios meses: lo mejor que le había pasado a la familia en los últimos años a los ojos de sus primas y tías. Su padre aclamaba orgulloso sobre el alto atractivo que sacó por su lado: “Serás un ganador, todas las noches un romance diferente”. Su tío, en cambio y con su gran porte oscuro, le replicaba: “Por fin vamos a tener otro Black, masculino, serio, centrado y que lleve con orgullo el apellido de la familia”.

    Nadie nunca estuvo tan equivocado, nunca jamás.


    Una tarde de su cuarto verano, llorando como si el cielo se estaba cayendo -puesto a que una de sus primas le tiró un chorrito de agua–porque antes estaba llorando por el calor--, tuvo su primera visión; la muerte del ministro de magia. Después lloraba por la muerte de un mago, que ni conocía y ni entendía sus implicancias. Desde entonces, el futuro lo persiguió en todas las formas posibles a lo largo de su juventud, ya sea en sus sueños, las poluciones nocturnas, los restos de la chocolatada en los 5 o´clock tea (siempre tan especial él), los granos de su pubertad o por la palma de una mano cualquiera.

    Según las historias oficiales asistió a Hogwarts por tres años hasta su expulsión. Dicen que como quedó en Ravenclaw, su padre no pudo aguantar la vergüenza a la familia, (aunque a nadie realmente le importara). Terminó sus estudios desde casa sin pena ni gloria. No se destacaba en duelos. Las criaturas lo odiaban, las pociones se le quemaban y toda planta que tocaba moría.

     

    Al inicio de su pubertad, con granos, vellos en lugares extraños, barba despareja y voz quebrada Orión se refugió en el nihilismo. Si le quitaba importancia el ser mediocre, entonces todo dolía menos ¿no? Sólo quedaban noches sin dormir y fuertes resentimientos sin salida. No sabía de donde venía y culpaba a su padre por la inexistencia materna. Es que Fernando, bajo lo que actualmente sabemos, había hecho una cosa como acto puro de amor padre-hijo: ocultar todo el pasado de la mujer que lo parió, para no destruir su autoestima. Y obviamente, Orión nunca lo entendió.

     

    Tampoco había forma de que pudiera cortejar alguna chica… o chico. Era obvio que le interesaba más estos contactos humanos que los que tenía con los libros, pero de lo único que hablaba cuando conocía a alguien era sobre, Venus o Mercurio y de cómo su lechuza iba a ser tragada trágicamente por un dragón al día siguiente; pero siempre recalcando que iba a ser una bella mañana, como si esto fuera a salvar sus pésimas cualidades sociales.

    Así decepcionó a sus dos figuras masculinas. Fernando y Glenin tenían esta costumbre de golpearse la cara con la mano en simultáneo cada vez que Orión actuaba públicamente. Era obvio que en privado el mago no hacía otra cosa que distraerse con su varita y su bola de cristal.

    kZpuoqM.jpg ¿Todavía no sabía que prácticamente toda la estructura social que lo rodeaba era mortífaga para ese entonces? No, no lo sabía y seguía lejos de saberlo.

     

    Fernando, quien seguía con las esperanzas de que su hijo sea ALGUIEN en la vida tomó una decisión. Una noche de verano, de esas en las que la humedad traspasa toda prenda y se mezcla con el sudor, el líder le explotó la puerta de su habitación en pleno acto íntimo y lo desapareció hacia la Fortaleza Oscura. Fue el preciso instante en el que le estaban haciendo el tatuaje de la marca en su bicep izquierdo, Orión comenzó a conectar los puntos. Primero se largó a llorar. Y después se desmayó.

     

    Gracias a todo lo bueno en el mundo, la pubertad no dura una eternidad y cada día dejaba un poquito más la angustia adolescente para entender que era en la Marca dónde debía estar. Sus visiones eran claves: sabía en dónde y cuándo iba a comenzar un asalto o una redada. Tímido con varita en mano, entraba a hacer lo que se podía: un par de Sectusempras y asistir con su orgullo hecho hechizo: el Episkey.


    Las cosas no tenían sentido de por sí, sino que él se las daba. Su posición como “informante” se reemplazaba con la de su trabajo como ofensiva directa. Y de repente lo ascendieron.


    Dejaba de hablar de lechuzas muertos, para pasar a hablar de objetivos cumplidos generalmente por llamas. No era el mejor duelista, pero sus armas respondían a cómo él le daba sentido al mundo. Su bajo perfil le ganaba y pasaba inadvertido, hasta que por necesidad de la estructura del bando, adquirió el puesto de Nigromante.


    Llegado el momento del TTTT (torneo mortífago) yt ras dos meses de sangre, sudor y muchas, pero muchas lágrimas, Orión (por pura suerte) se llevó el primer puesto. Al mismo tiempo, su posición en la batalla se tornaba más al de liderazgo y descuidaba su propio pellejo para salvar a quien tuviera al lado. Cada vez disparaba menos rayos y Absorveres. Efectivizaba más Episkeys y Fortificums. Cubría y coordinaba, apoyaba y aseguraba. Así nunca fue derrotado en un asalto o redada. Más por incompetencia fenixiana que por otra cosa.

    De todas maneras, aún era el mismo inadaptado social con mucho entusiasmo por sus lecturas de té y cartas astrales. En las fiestas no hacía mucho más que jugar con su trago y mirar de lejos a la gente divertirse. Una noche vio a una joven de su misma edad que le movió el piso: Gatiux Malfoy. Desde ese momento, hizo de todo para llamar su atención… sin muchos resultados. Hasta que ella se fijó en él y el resto es historia.

    Años de utilitarismo llevó su tercer ojo a un punto de no retorno. Orión ya no podía ver el futuro. Y con eso perdió su propio rumbo. No conocía la vida sin esa maldición. Se volcó más al ocultismo para llenar ese vacío. Una misión mortífaga salió mal y lo desaparecieron.

     

    Lo desaparecieron figurativamente. Tuvo que huir para que la maldición que estaba por encima de él no afectara a nadie de su familia.

     

    Volver no fue nada fácil. Enmendar años de ausencia, sobre todo con Gatiux, lo llevó a ser honesto consigo mismo y encarar sus demonios internos. El primer paso fue convivir con la ausencia de la videncia. El segundo, hacerse cargo de su viejx enemigx.

     

    Encontraron en la Manor un refugio luego de un inminente ataque a la Black: una magia antigua repelía la salvaje y vengativa. Su problema se convirtió en el de todxs. Una maldición de sangre que trascendía decisiones personajes o errores del pasado. Pero, años de negligencia llevaron la vieja casa a la ruina. Y había que ponerse a trabajar. Desde cambiar el tejado, pasando por las cañerías del año del pedo, hasta limpiar sucesivas capas de polvo. Todo sin elfos domésticos y sin mucha magia de por medio. Era como una película de terror para cualquier mago contemporáneo.

     

    Al mismo tiempo, Orión se hizo cargo del Departamento de Cooperación Internacional, haciendo lo suyo: destruir el sistema desde adentro sin hacer nada. En el bando, ascendió hasta Nigromante nuevamente, gracias a su experiencia en el bando y una perspectiva más de tras de escena. Misiones encubiertas, capturas fenixianas, cumplir objetivos reales para el bando.

     

    LXhlMm1.gif Con el pasar de los meses y adoptando una costumbre más simplista en Ottery, sintió un impulso visceral de reencontrarse con su tercer ojo. Decidió visitar a Sajag en busca de una guía para recuperar aquello que fue. Por esas condiciones extrañas, o más bien, comunes en el Mundo Mágico, se encontró con una tormenta de nieve. Llegó a la cabaña de Suluk quien le propuso un camino nuevo. Ese impulso visceral fue la puerta de entrada a un aspecto que él ignoraba por completo. Un portal lo llevó a los bosques de Alaska.

     

    Sajag podía esperar, tenía otras cosas de qué preocuparse. Y en ese paraíso de verde oscuro y nieve intermitente encontró una comitiva Muggle enfrentada a una comunidad de osos en peligro. Un té alucinógeno y las ganas de pelear por sus ideales fueron el puntapié para entregarse a la habilidad. Sumemos a que casi lo mata una serpiente marina, lo estuvieron cazando por una tarde entera y en el laberinto liberó sus limitaciones humanas, todo eso mientras cuidaba de un cachorro oso. Ah, pero la prueba. La prueba sí que fue de otro nivel.

     

    Como todo lo que hace Orión ¿no es así? Porque estaba sólo, con la representación mágica de él mismo, debatiendo sobre dónde estaba su espíritu animal. Sacarlo nunca fue fácil, porque la única persona que se limitaba era él mismo. Y cuando lo descubrió y entabló conmunión con su espíritu salvaje, la prueba lo expulsó.

     

    Ahora era un animago oso galáctico que toma té y duerme siestas. Y cómo olvidar, padre adoptivo de un cachorro. Al tiempo amaneció ciego. Su cuerpo le estaba pasando factura de los años sin la relación con la videncia. Era momento de encontrarse con Sajag. A diferencia con Suluk, su aprendizaje fue más ameno. Empezar a ver significaba ir de a poco, con pasos seguros y valorando su don desde lo que és. La prueba de la habilidad fue un salto categórico en su propia valoración. Se vio así mismo, un Orión-joven, que lo empujó hacia nuevos límites. Así mismo se presenció como él-Sajag podría morir en cualquier momento y a su vez pasar a ser el nuevo Arcano. No fue el mismo luego de la prueba.

     

    Al tiempo, Gatiux desapareció sin ninguna notita ¿y qué iba a hacer él? Pues buscarla, obvio. Dos años más tarde y con muchas lagunas mentales. Se encontró en la Manor, nuevamente con ella y su familia sin saber que algo lo había acechado todo ese tiempo. Un viejx enemigx.

     

     

     

     

    Ahora el campo Pertenencias. Es solo agregarle el título y acomodar el formato de cada subtítulo. Los objetos no los pongo porque no es algo que pueda modificar. Pero lo separo por si las.

    Donde dice:

     

    Pertenencias:

    Objeto Mágico Legendario:


    Objetos Mágicos:

     



    Debería decir:

     


     

     

     

    BTWKskh.gif


    Objeto Mágico Legendario:

    Objetos Mágicos:

     

     

     

    ---

     

    Donde dice:

     

     

    Pociones Mágicas:

     

     



    Debería decir:

     

     

    Pociones Mágicas:

     

     

     

    ----

     

    Donde dice:

     

     

    Criaturas Mágicas:

     

     

     

     

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    Debería decir:

     

     

    Criaturas Mágicas:

     

     

     

    Donde dice:

     

     

    Criaturas en la Reserva:

     

     

     

     

    ---

    Debería decir:

     

     

    Criaturas en la Reserva:

     

     

     

     

     

    Casi penúltimo xd, el apartado de poderes:

     

    Donde dice:

     

     

    Libros de Hechizos:

     

     

     

    Debería decir:

     

     

     

     

     

     

     

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    Libros de Hechizo:

     

    Poderes de Criatura:

     

    Consumibles en Batalla

     

     

     

     

    Penúltimo, el apartado de Registros (desde Elfos)

     

    Donde dice:

     

    Elfos:
    * Elfo 1: --
    * Elfo 2: --


    Licencias, Tasas y Registros:

    Licencia de Aparición: Aprobada.

    Licencia de Vuelo de Escoba:
    Aprobada.

    Registro de XXX:
    -

    Personajes Secundarios:

     

     



    Debería decir:

     

     

     

     

     

     

     

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    Elfos:

    • Elfo 1: --
    • Elfo 2: --

    Licencia de Aparición: Aprobada.

    Licencia de Vuelo de Escoba: Aprobada.

    Registro de XXX: -

    Personajes Secundarios:

     


    AHORA SÍ, el último, i swear :c, otros datos:

     

    Donde dice:

     

     

    Otros datos:
    - Varita mágica, madera de Mayhaw, 30 cm, flexible, núcleo de pelo de Rougarou, gris oscuro, con fino nudo gordiano en la base. Tiene un mango pesado, para un mejor balance.

    Cronología de cargos:

    -

    Premios y reconocimientos:

    -

    Links de Interés Referentes al Personaje:

    Link al Perfil de Comprador MM: 287
    Link a Bóveda Personal:
    Bóveda nº 78333
    Link a Bóveda Trastero: Bóveda Nº 108859
    Link a Bóveda de Negocio:

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Black
    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda N° 109997 Familia Yaxley

     



    Debería decir:

     

     

     

     

     

     

     

     

     

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    Otros Datos:

    • No tiene paciencia, está viejo.
    • Le quedó una sola bola de cristal, el resto las rompió todas por bruto.
    • Tiene una bolsita de runas que es la envidia del consejo de Runas Antiguas (donde es el único miembro).
    • Quiere liberar cada elfo doméstico que conoce.

     

    Cronología de cargos:

    -

    Premios y reconocimientos:


    dCAfRZV.png

     

    Link al Perfil de Comprador MM: 287

    Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 78333

    Link a Bóveda Trastero: Bóveda Nº 108859

    Link a Bóveda de Negocio:

    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda N° 109997 Familia Yaxley
    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda N° 97834 Familia Black

     

     

     

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    Graciaaaas!



     

    • Me gusta 1
  18. - Volveremos juntos de Londres, ¿verdad? Tendría que comprar un par de pergaminos por Diagón, pero seguro los termine robando del Ministerio.

     

    El aroma a café recién hecho era moneda corriente para las mañanas tranquilas en la Manor. Como si fuera un pequeño ritual sólo para dos, Gatiux y Orión compartían un pedacito de normalidad antes de partir a su primer día de trabajo en el Ministerio. Ella como desmemorizadora, él como inefable. De alguna manera, los dos se habían puesto de acuerdo en que esa era la mejor forma de volver a la normalidad luego del rapto mutuo.

     

    Irónico, porque la coyuntura los estaba por embestir como Erumpent en celo.

     

    Así, casi sin darse cuenta, Orión levantó la mirada para la ventana que daba al jardín. Se quitó las gafas de lectura y entrecerró sus ojos. No entendía que estaba viendo. Era como un grupo de gente uniformada, con dispositivos oscuros en sus manos. Cascos, chalecos y vehículos que desafiaban cualquier realidad mágica tanto de Gatiux y Orión. No es que él no conociera un arma, o una camioneta de asalto. Sino que, era muy surreal ver todo un pelotón frente a la precaria fuente.

     

    Se levantó con cautela y le indicó con la cabeza a Gatiux para que analizara la misma situación.

     

    - TENEMOS UNA ORDEN INTERNACIONAL DE ALLANAMIENTO EXPEDIDA POR LA ONU. LES PEDIMOS POR FAVOR QUE SALGAN CON LAS MANOS EN ALTO. SOMOS EL EJÉRCITO DE LA OTAN.

     

    Acto seguido, la misma voz pero en francés.

     

    - Te juro que yo no fui. -Orión soltó como quien no quiere la cosa.

     

    La OTAN no había esperado ni siquiera el voto de Naciones Unidas que ya estaba desplegando operativos en varias casas de Ottery. Orión nunca se hubiese imaginado en esa posición. Vamos, que la Manor se podía pasar por alto sin problemas en comparación de las mansiones de la zona.

     

    Se puso el saco de invierno sobre la camisa blanca y pasó de la cocina a la puerta de la sala de estar. Abrió con cuidado. Acceder a esa demanda era lo más sensato que se le ocurrió. Todavía no recuperaba sus fuerzas y… bueno, no era la primera vez que tenían que improvisar alguna estupidez para salir con la suya. Era casi su trabajo a tiempo completo, mentir sobre su identidad, ¿qué le haría una mancha más al tigre?

    Abrió despacio y asomó la cabeza por la abertura. La primera línea cargó sus rifles y lo apuntó descaradamente. El Yaxley mordió su labio. Toda la situación le parecía una comedia griega. Quería reir. Pero sabía que si lo hacía, bueno, lo llenaban de plomo.

     

    - ¡Buen diiiiia! ¿Cómo les va señoras y señores de la…?

     

    - OTAN. LAS MANOS EN ALTO –dijo el tipo con el megáfono. Orión se aturdió y obedeció.

     

    - Llegan justo para el desayuno, ¿gustan pasar por una taza de té? –sonrió lo más forzado que pudo.

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