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Samy Lestrange

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Todo lo publicado por Samy Lestrange

  1. La expresión burlona y jocosa de la joven bruja se borró completamente de sus rasgos cuando un borrón de tela negra se lanzó contra ella, haciéndola parpadear con desorientación. Una sonrisa aún más grande apareció en su rostro mientras jalaba a su prima más cerca para apachurarla a gusto. - Hablando de oscuras historias de exhibicionismo familiar...- la risa de la pelirroja volvió a su expresión cuando se fijó en lo escasamente vestida que iba la otra muchacha. - Eso se parece a un traje de Halloween que vi una vez... Ni la mirada ni la sonrisa de la Lestrange cambiaron en absoluto, pero en el fondo de su mente hizo una lista de doscientas preguntas que hacerle a la Lupin, un extenso interrogatorio sobre sus últimos paraderos, su desaparición y su prolongada ausencia. Sabía que exteriorizar su preocupación y ponerse a gritar ahora no ayudaría en nada, ya que con eso sólo lograría que su prima saliera huyendo nuevamente antes de que pudiera atraparla. Sí, mejor ponerse a gritar luego... cuando la tuviera amarrada y desarmada, y estuviera segura de que no podría volver a abandonar el castillo. - ¡Llegas justo a tiempo para el picnic! - dijo manteniendo el tono alegre de voz, al ver a Haydie aparecer con la típica canasta llena a rebozar de comida. - Justo a tiempo, Haydie; estaba comenzando de verdad a pensar en el canibalismo...
  2. Riéndose aún de la expresión de su madre, la muchacha dejó que la arrastrara nuevamente al suelo y se acomodó sobre sus piernas, apoyando los codos sobre sus rodillas y la cabeza sobre una de sus palmas, arrancando briznas de césped con su otra mano. -No deberías traer visitas fácilmente impresionables a un picnic si no pueden lidiar con ello, ma... -respondió aún con una sonrisa en el rostro. -Además, si tuviéramos extraños gustos en alimentación, los rumores ya habrían corrido por todo Ottery hace mucho tiempo... Descruzándose de su cómoda posición, se movió estirando las piernas frente a ella y apoyando sus manos a sus espaldas, inclinándose levemente hacia atrás y componiendo la expresión más seria de la que fue capaz. -No es como si, llegado al caso de que nos volviésemos caníbales, fuéramos a consumir a cualquier muggle anónimo que anduviera vagando. No puede ser bueno para una correcta digestión. Y comer alimentos de dudosa procedencia- recorrió al invitado de su madre con una mirada de soslayo - no es muy higiénico tampoco. Su expresión seria se rompió con una carcajada alegre, esperar a que Haydie trajera la canasta de picnic no tardaría demasiado y así su madre podría tranquilizar su conciencia y demostrar que allí sólo había sandwichs, pasteles, helado y manzanas por montones. - Una abuela elfina, un abuelo demente, oscuras historias de desaparecidos y otras aún más oscuras sobre exhibicionismo.. Definitivamente uba familia no "convencional"[/]- hizo la lista con sus dedos mientras le guiñaba un ojo a su madre, eran una rara familia voluble...pero la mejor que existía en el mundo.
  3. Ver pasar las nubes y observar sus formas era algo que la joven llevaba mucho tiempo sin hacer... Era una de sus actividades en la lista de "cosas para perder el tiempo", aunque no estaba de las primeras en su ranking. Ladeando su cabeza para observar una esponjosa forma blanca con la forma vaga de un hipogrifo, se preguntó qué había sucedido con el viejo animalucho emplumado de Mel... Y dónde estaría esta vez el frasco de galletas que siempre custodiaba tan celosamente. Cuando la nube pareció mutar sobre sí misma luego de un rato, un suspiro triste de la pelirroja irrumpió el silencio que parecía abundar a su alrededor. Llevaba tiempo sin saber absolutamente nada de su familia... algo extraño teniendo en cuenta que cada extravagante miembro de los Gaunt tenía su manera ruidosa de llamar siempre la atención a lo largo de todo el pueblo... La voz de su madre la sacó de sus pensamientos y la hizo sonreír ampliamente al verla llegar. La bruja agradeció la interrupción levantándose rápidamente y saltando sobre su madre para saludarla con un beso y un abrazo. - ¡Mamy! Mucho gusto... ummm - dijo con una sonrisa antes de mirar hacia las manos de su madre, detrás de los recién llegados y al suelo con confusión. -¿Acaso decidiste cambiar de dieta sin avisarme, y volverte caníbal, ma? -preguntó arqueando una ceja al darse cuenta de que no había ninguna canasta de picnic a la vista.
  4. La impaciencia comenzaba a invadirla mientras esperaba a que la respuesta a su nota llegara a ella de alguna manera. Seguía tumbada sobre la alfombra, pero ahora sus piernas se apoyaban sobre la pared verticalmente mientras sus brazos y su torso yacían sobre la alfombra. Contando silenciosamente desde veinte hacia atrás, su respuesta llegó cuando el conteo llegó a uno. - ¡Justo a tiempo! -murmuró mientras atrapaba la nota y sonreía al leerla. Volvió a doblar el papel y lo envió nuevamente a su destino. Esta vez no con una nota, sino para que estallara sobre su madre después de lanzarle un beso de papel. Se vistió rápidamente y se apartó el cabello del rostro mientras comenzaba a correr hacia las escaleras y bajaba a toda velocidad hacia el lago. Sabía qué camino tomar para llegar rápido y sin chocar con nadie en su loca carrera, lo que era una ventaja de vivir tantos años escabulléndose y dando vueltas por el castillo a solas. Casi sin aliento se detuvo junto al lago, sus ojos absorviendo rápidamente la vista que tenía frente a ella. Se dejó caer sobre el pasto y comenzó a lanzar guijarros sin ton ni son a la amplia superficie del lago, esperando que su madre y Haydie tuvieran a bien no hacerla esperar demasiado...
  5. Lanzando otro pequeño avión de papel al aire, la joven Lestrange observó la trayectoria del corto vuelo mientras éste planeaba alrededor de la habitación y se estrellaba junto a un baúl de madera oscura situado a los pies de su cama, donde una pila de aviones caídos en desgracia yacían abandonados. Un suspiro abandonó sus labios mientras pensaba en cómo desaburrirse ese día. -Veamos, veamos...- Levantándose rápidamente de la cama, rebuscó en su escritorio por una pluma y algo de tinta. Sus pies, enfundados aún en calcetines, se movían perezosamente al ritmo de una melodía inexistente. Cuando encontró lo que buscaba, se dejó caer sobre sus piernas en la mullida alfombra, el largo cabello rojo de la muchacha revoloteó a su alrededor por unos instantes debido a sus rápidos movimientos. Tomando un trozo de pergamino casi nuevo, garabateó una nota rápidamente con su pluma favorita: Dobló rápidamente el trozo de papel con la nota escrita hasta formar un pequeño y bonito avión y escribió el nombre de su madre en una de sus alas. Abrió la puerta de su habitación y lo envió hacia el pasillo, redirigiéndolo para que diera con su madre y pudiera darle su mensaje. No se le ocurría nada mejor para pasar un buen rato, y Haydie siempre era más que rápida a la hora de prepararlo todo para que no faltara comida... ¿Qué idea mejor podría haber?
  6. - ¿Ama? ¿Ama? La joven bruja sintió un sacudón en su hombro, un movimiento repentino que interrumpió la bruma del sueño que la mecía suavemente en sus garras. Intentó arrebujarse nuevamente para volver a dormir, pero no consiguió lograrlo, ya que sintió algo frío y áspero contra su mejilla y su cuerpo se sentía duro como piedra en aquella posición. El llamado se repitió un par de veces más hasta que, aún adormecida, la pelirroja abrió un solo ojo para enfocar a Haydie, que la miraba desde su pequeña estatura con sus grandes ojos preocupados. - ¿Qué sucede, Haydie?- levantando la cabeza suavemente y parpadeando un par de veces para ubicarse, se llevó una mano a la boca mientras bostezaba. Se había quedado dormida sentada en la mesa del comedor, al parecer. - ¿Por qué me sacudes? Sabes que no me gusta... Sólo debes sacudirme si el castillo se está incendiando de nuevo o algo así, y dado que no huelo a humo ni hay sangre en las paredes, he de suponer que no ha sucedido nada... ¿o me equivoco? Frotándose la mejilla para devolverse un poco de calor, Samy miró hacia abajo, hacia los álbumes de fotos que habían servido como pésima almohada para su cabeza. Frotó con suavidad sus dedos por el borde de una de las tapas de cuero, mientras pensaba en todos aquellos recuerdos encerrados en la encuadernación. Momentos atrapados en una fotografía, todas las sonrisas, los ceños fruncidos, las miradas traviesas, los dramas, las bodas, los cumpleaños y navidades... Tanto y tan poco a la vez, imágenes felices que traían esos recuerdos a la mente pero no permitían que los volvieras a vivir una vez más... Estaba mal vivir de recuerdos y lo sabía, pero su nostalgia a veces hacía que la melancolía se despertara y se abrazara a ella con suficiente fuerza para asfixiarla. -Ya es de día ama... Y necesitamos la mesa para servir el desayuno. - ¿Otra vez? No me digas... Esta mesa es demasiado requerida- respondió con una carcajada y poniendo los ojos en blanco mientras se levantaba de la mesa con un saltito. Se frotó las piernas enérgicamente para entrar en calor, se había quedado dormida con sus jeans favoritos y un sueter negro, pero sentía algo de frío y eso ayudó a despertar a su cerebro un poco más rápido. - ¿Me preparas mis galletas favoritas, Haydie? Tenía ganas de desayunar fuera... Quizás se pueda patinar un rato en el lago.
  7. -Eso depende… de a qué muertos levantemos. No todos los muertos son divertidos- como su abuelo, por ejemplo. Llevaba mucho tiempo sin estar entre los vivos pero ella aún no dejaba de estar enfadada con el tipo. Le debía el haber conocido a su familia adoptiva y a personas que amaba, claro, pero eso no quitaba que estaba mejor muerto. Era algo que ni todo el tiempo del mundo lograba erradicar de su ser. Echando su cabello detrás de su hombro, le frunció el ceño a la ristra de campanas que acababa de encontrar entre los adornos. ¿De dónde habían salido esas cosas tan feas? Arrojándolas a un lado, las descartó sin una mirada atrás. - ¿Crees que vaya a querer traernoslos a todos, o deberíamos sobornarlo primero?- Haciendo un puchero infantil, se sentó cómodamente en el brazo del sofá, apoyando sus codos en las rodillas y descansando su mentón en sus manos. Su mirada siguió la de su madre, esperando que los deseos pudieran mover montañas y convertir a hipogrifos en gatitos. O al menos cambiar su plumaje por pelo. Pero probablemente necesitarían un milagro navideño del tamaño del castillo para poder reunirlos a todos.
  8. Sam hizo un puchero infantil mientras abrazaba a su madre con fuerza, pensando en la cantidad de árboles que rodeaban el lago. Tal vez un hechizo para multiplicar los abetos decorados que ya había dentro del castillo… Sí, eso debería funcionar. -¿Acaso no todas lo son?- Era un pensamiento tonto pero aún así era lo suficientemente bonito para mantener su ilusión navideña cada año. -Una navidad única y puramente Lestrange… Sólo aquí podría suceder. Y sin gente extraña arruinándola, quizás este año pueda ser aún más especial- Susurró con una sonrisa dulce pero no sin malicia, era como la prefería y siempre lo haría. Sabía que las familias tenían que crecer y reproducirse y todo eso, pero le costaba mucho acostumbrarse a la gente extraña en su entorno. Sólo quería un pequeño momento con las personas que amaba, algo tan escaso últimamente que se había vuelto casi un sueño imposible. Aquellas personas que habitaban en su corazón eran pocas pero tan difíciles de juntar como dos piezas de rompecabezas imposibles de ensamblar entre sí. Pero ella tenía unas buenas tijeras y estaba demasiado cansada de la soledad de su hogar como para rendirse ahora. Suspiró nuevamente mientras seguía escarbando entre los adornos, buscando aquellos que fueran mejor con la decoración de este año. -¿Crees que si comenzamos a secuestrar gente desde ahora, llegaremos a tiempo para la nochebuena?- Le preguntó a su madre mientras veía a Haydie colgar más y más luces en las ventanas. Ésta sería definitivamente una brillante navidad. Sonrió mientras imaginaba a su hermana encerrada en una bolsa detrás de un trineo. Probablemente los haría volar en pedacitos antes de que llegara la navidad… Extrañaba a su chiflada, sobre todo en esos momentos cuando no sabía nada de ella, ni dónde estaba ni si se encontraba bien. ¿Qué estaría haciendo? -Deberíamos amarrarlos y obligarlos a quedarse aquí. Es navidad, es su obligación venir aquí y abrazarnos… Poly ni siquiera ha venido a colgar dulces para Santa en sus medias navideñas…
  9. Con una sonrisa de oreja a oreja, la pelirroja escarbó en una de las cajas para encontrar uno de sus adornos favoritos, las galletas de jengibre parlanchinas que bailaban colgadas en una delicada cinta dorada. Sonrió mientras utilizaba su varita para colgarlas todo el camino escaleras abajo a través de las barandillas, le encantaban esas pequeñas cosas tontas que siempre la hacían sonreír, un bello detalle infantil. Adoraba la navidad, era la época del año en la que su niña interior brillaba con más fuerza con el puro encanto de los festejos. Regalos, decoración, mucha comida y, generalmente, su familia junta. Sinceramente ¿qué podría ser mejor? Sonrió e hizo una mueca cuando las pequeñas galletas comenzaron a cantar un villancico todas a la vez, pero la segunda a la derecha desafinaba terriblemente sus notas. Vaya horror. Tomando una de las galletas que Haydie le había preparado, comenzó a comérsela mientras amordazaba a la galleta desafinada para evitar que ésta la dejara sorda. -Oh sí, muchos arbolitos, ¡pero que sean de los más grandes!- le respondió a su madre mientras brincaba hacia ella. Una idea cruzó su mente mientras observaba a los elfos preparar la decoración para el resto del castillo- ¿Me darás un regalo por cada árbol de navidad que haya en la casa? - le preguntó con travesura brillando en sus ojos. Puso su mejor expresión de niña dulce a su madre, preguntándose si podría arrancar algunos árboles de fuera y traerlos dentro para conseguir más regalos. Sabía que su madre no le negaría sus regalos, siempre hacía un buen trabajo consintiéndola, pero probablemente no le gustaría que convirtiera el castillo en un mini-bosque de interior. Mmm, tendría que hacerlo mientras todos durmieran… y lejos del rango auditivo de Haydie, preferiblemente, ya que la elfina tenía cierta tendencia a acusarla cuando la veía haciendo algo que creía que no le gustaría a su madre. Debería reclutar a Asturión y Amicus para que le ayudaran, eran mucho más obedientes y nunca la contradecirían…
  10. "Tal vez debería comenzar por colocar cortinas de chocolate, y luces de dulce". Ese fue el primero de muchos pensamientos que surgieron en la atareada mente de la joven Lestrange cuando comenzó a descender por las escaleras, guiada por un fuerte deseo de galletas con chips de chocolates. Muchos chips de chocolate. "Y flores de azúcar para los jarrones de la sala. La temporada navideña siempre ponía de buen humor a la muchacha, era definitivamente su época favorita del año. Porque navidades significaba otra oportunidad de redecorar nuevamente su hogar, de desechar aquellas horribles cortinas borgoña que no la simpatizaban, de deshacerse de aquellas calabazas de Halloween que aun no había acabado de desechar… Murmurando para sí misma sobre la nueva distribución de los muebles que deberían usar este año, se encaminó hacia el comedor del castillo, preguntándose dónde podría conseguir un árbol navideño que hiciera juego con las cortinas. Frunciendo el ceño ante los atareados elfos que preparaban la cena, estiró distraídamente las mangas de su vestido lila, que llevaba con sus cómodas medias negras y las botas bajas que había encontrado en algún rincón recóndito debajo de su cama. A diferencia de otros días, había sujetado su largo cabello caoba en dos coletas a cada lado de su rostro. -Haydie, ¿puedes conseguirme galletas con chips de chocolate?- preguntó desde el umbral de la puerta, a la elfina que se afanaba en colocar la mesa, aunque ella no veía a muchos seres vivos en los alrededores en esos momentos, a excepción de los ocasionales elfos. Aquélla era la elfina favorita de su madre, podría decirse que era casi una madre para su madre, o algo así de extraño. ¿Quién sabe? Había visto cosas aún más extrañas por doquier. Al menos la elfina ya no la regañaba por comer galletas antes de la cena, era imprudente intervenir entre una Lestrange-Gaunt y sus galletas. O chocolates. -¿Dónde esta todo el mundo? Esto parece un pueblo fantasma, realmente. No es que sepa realmente cómo se ve uno…
  11. A lo largo del camino que bordeaba el lago, en las cercanías del castillo, la joven Lestrange podía disfrutar de aquellos momentos tranquilos de pereza que tanto la alegraban. Por desgracia, aquel no podía calificarse como un momento "pacífico" para la pelirroja, que ese día se encontraba atareada y con su mente puesta en pensamientos que aterrizaban y se iban tan pronto como habían llegado. La muchacha caminaba sin siquiera prestar atención a dónde la dirigían sus pasos. El moño con que llevaba sujeto su cabello se había deshecho en algún momento de su profunda conversación consigo misma, dejando que los largos mechones cobrizos enmarcaran su rostro ovalado, moviéndose desordenadamente con la brisa que soplaba de a ratos. -Que no, una estatua de hielo tal vez sería demasiado… Demasiado visto. Si de algo nos acusaran, al menos no sería de trilladas. Necesitamos… algo… original-. Remarcó cada palabra con un toquecito de su dedo índice en la barbilla, mientras mordía su labio inferior con indecisión. Usualmente las ideas extravagantes para las fiestas venían a ella casi por obra de pura magia, sin necesidad de que hurgara demasiado en su cerebro, pero últimamente andaba bastante corta de nuevo material, quizás necesitaba alguna nueva fuente de inspiración que alimentara sus ideas. De a momentos su atención se dispersaba y comenzaba a tararear alguna pegajosa melodía, siguiendo el ritmo con sus caderas y sus brazos en algún baile inventado, mientras intentaba dar con la idea perfecta. -Una calabaza gigante que de lecturas del tarot. O quizás sellar el castillo y llenarlo de agua, para hacer una fiesta submarina. Pero no, mis chocolates y galletas no son a prueba de agua… ¿o sí? Probablemente no. Tiro al blanco con elfos… ¡Aciértele a Sunev y gane! Eso suena mejor. Levantando la mirada, se dio cuenta de que sin notarlo se encontraba ya en la entrada al castillo y decidió que buscaría a su madre. Quizás ella pudiera ayudarla con sus planes. O desenredar la maraña de sus ideas con mejor tino.
  12. Volver a su casa siempre despertaba en ella emociones que muchas veces no lograba ni comenzar a entender. Ver otra vez aquellos muros, el camino que llevaba hacia la entrada, el lago. Cada rincón siempre despertaba sus recuerdos, haciéndola sonreír aunque aún ni siquiera hubiera entrado al castillo de la familia. Era bueno volver, aunque cada vez fueran menos los Lestrange que vivían allí. Se podría decir que su familia estaba casi en peligro de extinción, pero eso podría decirse de muchas otras aquí en la población de Ottery. Tal vez no fuera coincidencia que perteneciera a dos de ellas, quién lo sabría. Le quedaban sólo unos pasos para llegar a las puertas. Corriendo hacia allí, las empujó para abrirlas, frunciendo el ceño al entrar a prisa y enfocar en primer lugar las feas cortinas que habían estado en otra época abandonadas en algún lugar polvoso del castillo, colgadas descuidadamente en las ventanas. Haciendo un repaso más lento del lugar, no notó nada más escalofriante que aquello, salvo la falta de... vida, de su hogar. Quizás fuera sólo su imaginación, pero la falta de cuadros desparramados sin orden por las paredes, las revistas del corazón de su madre, los libros de hechizos abiertos sobre la mesa o las manzanas fuera de la cocina, hacían que todo se sintiera apagado y muerto, tan diferente de cuando se veía cálidamente habitado. -Creo que esto ya es un deja vu masivo pero, ¿hay alguien ahí? ¿Hoooola? -Esperando que ningun alienígena se hubiera comido a los habitantes de la casa o que alguien con un horrible gusto por las cortinas se hubiera adueñado de ella en ausencia de todo el mundo, la joven esperó allí, mordiéndose el labio inferior impacientemente por el silencio reinante.
  13. Nombre del Personaje: Samantha Lestrange Gaunt. Nick: Samy Lestrange Rango Social: Unicornios de Bronce. Sexo: Femenino. Edad: joven. Nacionalidad: Inglesa. Padre(s) Sanguíneo: Sol L. Black, padre desconocido. Familia Sanguínea: Lestrange Lupin. Patriarca/Matriarca: si (**1). Padre(s) Adoptivos: Mel Black. Familia Adoptiva: Familia Gaunt. Raza: Humana. Trabajo: Bando: Neutral Rango dentro del Bando: Habilidades Mágicas: Conocimientos Especiales: Leyes Mágicas y Encantamientos. Objeto Mágico Legendario: Objetos Mágicos: Varita de sauce, veintiséis centímetros de largo, núcleo de nervios de corazón de dragón. Objetos Mágicos: Certificados por el Ministerio de Magia. Objeto: Varita de sauce, veintiséis centímetros de largo, núcleo de nervios de corazón de dragón. Clasificación: AA Puntos: 20 Total de puntos: 20 Licencia de Aparición: - Licencia de Vuelo de Escoba: - Mascotas: No. Aspecto Físico: 1.70, delgada y piel blanca. Cabello castaño rojizo, largo y lacio hasta la mitad de la espalda. Ojos cafés. Cualidades Psicológicas: Su carácter es intermedio entre el de la adolescente traviesa e infantil y el de la bruja decidida y perseverante. Es muy apegada a su familia y puede ser decididamente molesta cuando alguien o algo no le cae bien. Tiene lo que en su familia llaman “la elegancia Lestrange”, aunque sus formas sociales se ven algo empañadas por su infantil comportamiento y su extraña capacidad de lógica. Sus pensamientos usualmente divagan entre locuras. No tiene, a drede, un conocimiento exhaustivo de lo que son el bien y el mal. Dado que se crió sin importarle mucho el asunto, su razonamiento es básico e inquebrantable, lo que es bueno para los suyos debe ser bueno sin duda. Tiene la invaluable afición de hacer todo lo contrario a lo que los demás piensan/dicen/esperan de ella. Historia de Personaje: Samy nació en el seno de la familia Lestrange Lupin, hija de Sol L. Black. La identidad de su padre aún le es desconocida. Cuando su abuelo, Lord Alexandre Lestrange, se enteró de que su única hija había dado a luz, se apropió de la pequeña, alejándola de su madre. De ese modo, Samantha acabó en la residencia de los Gaunt, donde siguió su vida desde ese momento, acompañada de su algo psicópata pero adorada nueva madre adoptiva. Conoció allí a la que se convertiría luego en su hermana y mejor amiga, una hija también adoptada por la familia Gaunt, Liliana McDougall. Junto con la Lugat, compartieron durante años el resto de su infancia y adolescencia. Ambas convivieron junto con su madre en una franquicia familiar: el Manicomio de las Arpías, y pasaron juntas por los momentos que más recuerdan: la Academia de Magia, su graduación, su entrada a la Marca Tenebrosa, la muerte de su madre, su salida del bando y su entrada a la Órden del Fénix, sus travesuras, las tardes de galletas, y los innumerables días en la cabaña Gaunt. Durante su estadía en la Marca Tenebrosa, pasó por diversos rangos mientras llevaba sus días entre las tareas a las que se había acostumbrado y los dramas familiares en los que adoraba participar, sobre todo a la hora de pescar las galletas escondidas de Mel en cualquier lugar de la cabaña de los Gaunt. Fue mortífago Base, Mago Oscuro y Nigromante hasta que una decisión casi sin precedentes de ambas hermanas Gaunt las llevó, tras la muerte de la bruja que las había unido, a dejar su sitio allí y vagar por diferentes países, para después volver a buscar suerte en otro sitio, esa vez en la antítesis del primero, en la Órden del Fénix donde ambas brujas fueron Initiés, no por mucho tiempo. Actualmente vive en el castillo Lestrange Lupin, donde reside con su madre, Sol, y pasa su tiempo en la cabaña Gaunt haciendo travesuras y quejándose con su prima/sobrina de la última boda de su madre. Otros Datos: - Tiene un tatuaje de ying-yang en el hombro derecho, producto de una maldición que la mantiene unida a su hermana Liliana. **1. La Lestrange Lupin posee tres matriarcas: Samy Lestrange, Sol L. Black y Polyta Lupin. Link a Boveda Personal: Bóveda de Samy Lestrange Link a Boveda de Negocio: - Link a Boveda Familiar Principal (La Sanguinea): Bóveda Lestrange Lupin --------------------------------------------------- En rojo los cambios a realizar. Me faltaban también las bóvedas o.o Gracias ^^
  14. http://i.imgur.com/kgZiky6.jpg?1?9453 Datos Personales: Nombre del Personaje: Samy Lestrange Sexo: Femenino Edad: 19 años aprox. Nacionalidad: británica. Familia(s): * Familia sanguínea: Familia Lestrange (Matriarca) * Familia adoptiva: Familia Ragnaventus Padre(s) Sanguíneo: * Madre: Sol Lestrange Black R * Padre: Irrelevante Padre(s) Adoptivos: Muertos/desaparecidos. Hermanos Adoptivos: * Liliana McDougall (desaparecida) * Hades Ragnarok Trabajo: Poderes Mágicos: Rango Social: Unicornios de bronce Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Puntos de poder en objetos: 20 Hechizos adicionales: -- Puntos de poder en criaturas: -- Criaturas controlables en asaltos y duelos: -- Habilidades Mágicas: * -- Conocimientos Especiales: * Leyes mágicas * Encantamientos Medallas: * * * Perfil del Personaje: Raza: Humana Aspecto Físico: 1.70 de estatura, complexión delgada, de piel blanca. Cabello pelirrojo, largo y lacio hasta la mitad de la espalda. Ojos cafés almendrados, grandes y expresivos. Suele usar vestidos largos hasta la rodilla y sin tirantes, y botas de caña alta y tacón alto, aunque puede llegar a vérsela en jeans y zapatillas cuando no está en su humor más sociable. Sus colores preferidos para vestirse son el púrpura, verde, negro y rojo. * Tiene un tatuaje de ying-yang en el hombro derecho, producto de una maldición que la mantiene unida a su hermana Liliana. Cualidades Psicológicas: Su carácter varía entre el de la adolescente traviesa e infantil y el de la bruja decidida y perseverante. Es muy apegada a su familia y puede ser decididamente molesta cuando alguien o algo no le cae bien. Le molesta conocer gente nueva, así que intenta hacerlo lo mínimo posible e indispensable. Tiene lo que en su familia llaman la elegancia Lestrange, aunque sus formas sociales se ven algo empañadas por su infantil comportamiento y su extraña capacidad de lógica. Sus pensamientos usualmente divagan entre locuras. No tiene, a drede, un conocimiento exhaustivo de lo que son el bien y el mal. Dado que se crió sin importarle mucho el asunto, su razonamiento es básico e inquebrantable, lo que es bueno para los suyos debe ser bueno sin duda. * Tiene la invaluable afición de hacer todo lo contrario a lo que los demás piensan/dicen/esperan de ella. * Detesta los relojes, así que suele ser impuntual ya que mide el paso del tiempo según cosas completamente arbitrarias, como la hora de la comida o de la puesta de sol. * Piensa que una dieta correcta debe incluir abundantes manzanas y chocolates. No cree en la comida saludable, una comida sólo es adecuada si hace que te sientas alegre después de ingerirla, como es el caso del chocolate. * Le gusta destruir cosas, y lo hace constantemente usando como excusa la "redecoración" de su hogar. Historia: Samantha nació en el seno de la familia Lestrange Lupin, hija de Sol Lestrange Black R. La identidad de su padre aún es desconocida. Cuando su abuelo, Lord Alexandre Lestrange, se enteró de que su única hija estaba embarazada, exilió a la bruja a Francia para, luego del parto, hacer desaparecer al bebé alejándola de su madre. Lord Alexandre dio en adopción a la niña creyendo que nadie jamás podría relacionar a ese pequeño bebé pelirrojo y sonrosado, fruto del pecado, con su respetable familia. La cedió, sin mirar atrás y sin arrepentimientos, a una familia que poco y nada tenía que ver con la suya y con la que sabía que nunca tendrían relación él ni su preciosa hija, por lo que jamás tendría que volver a preocuparse por su existencia. La niña fue consentida y protegida en la familia Ragnaventus por su hermano adoptivo, Hades Ragnarok, que se hizo responsable de darle todo lo que necesitaba para que creciera sin mayores preocupaciones, sin conocer nada de su pasado ni de la triste historia de su nacimiento. Pasaron años antes de que, lamentablemente, la profesión y las ansias de conocimiento del patriarca lo llevaran a seguir con sus viajes de investigación, lo más importante de su trabajo. Demasiado pequeña para ser dejada al cuidado de otra persona, Hades decidió que un internado sería la mejor opción para su hermana y buscó el mejor que podía encontrar, confiando en que Samantha se divertiría con otras niñas de su edad y estaría segura en aquel lugar. No muchos tiempo después, el internado en el que la pequeña pelirroja había sido alojada sufrió un accidente terrible, donde el fuego había destrozado buena parte de las instalaciones del lugar. Contando sólo ocho años, ella como tantos otros niños fue llevada a un hogar de acogida mientras los responsables de la institución se hacían cargo de intentar encontrar a los familiares, pero en su caso no hubo nada de suerte. Nadie podía dar señas ni lograba encontrar a alguien que pudiera responder por la niña. El hogar de acogida acabó convirtiéndose, poco a poco, en su nuevo hogar. Su nueva madre adoptiva, una algo psicópata pero adorable bruja, se hizo cargo de su educación y de su crianza. Conoció allí a la que se convertiría luego en su hermana y mejor amiga, una hija también adoptada por aquella familia, Liliana McDougall. Años más tarde, la joven se enteró de la jugarreta realizada por su abuelo, después de la muerte de éste. Enfadada e irracional como de costumbre, la pelirroja no lograba hilar los detalles que iba conociendo ni encontrar las suficientes pistas para dar con la verdad. Conservaba muy pocos recuerdos de sus primeros años y ninguno de su familia biológica. No sabía por qué, al parecer, estaba destinada al abandono. Su abuelo se había librado de ella, no había vuelto a ver a su hermano... y tras un trágico evento en la familia, tanto su madre adoptiva como su adorada hermana siguieron los mismos pasos, desapareciendo o huyendo sin mirar atrás. Encontrar a su familia biológica fue duro y difícil, pero la búsqueda fue recompensada con el reencuentro en el castillo Lestrange, aquel que nunca había pisado por culpa de Alexandre. Desde entonces, Sam vive en el castillo de la familia Lestrange Lupin con su madre, donde comparte el matriarcado con ella y donde destruye y redecora incansablemente el lugar. Pertenencias: Objeto Mágico Legendario: Objetos Mágicos: Objeto 1: Varita de sauce, veintiséis centímetros de largo, núcleo de nervios de corazón de dragón. Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Pociones Mágicas: Objeto: Clasificación: Puntos de Poder: Criaturas Mágicas: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: Criaturas en la Reserva: Criatura 1: Clasificación: Puntos de poder: Libros de Hechizos: Libro: Nivel: Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas: Nombre: Descripción: Categoría: Elfos: * Elfo 1: Asturión Licencias, Tasas y Registros: Licencia de Aparición: -- Licencia de Vuelo de Escoba: -- Registro de XXX: Personajes Secundarios: Otros Datos: Cronología de cargos: Premios y reconocimientos: Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 89663 Link a Bóveda Trastero: -- Link a Bóveda de Negocio:.-- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda 97133 [Lestrange]. Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda 88988 [Ragnaventus].
  15. Sin spam? Oks sin spam xD Y yo que ya me preguntaba por qué las veía azulitas o.O hace días me pasé buscando si había algún aviso o algo pero nada xD ñam nada, felicidades *-* Kata de mode *O* mi gemela malvada! se que harás un trabajo estupendo, xq estás loca y las locas siempre molan en todos lados xD Y Vero es un búho con superpoderes Felicidades a las tres (: [aunque a Animaga no la conozco personalmente pero si la veo por el foro cuando anda por ahí xD] Y no se me ocurre nada más, sólo FELICIDADES xD Y que no se estresen(?)

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