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Evedhiel

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Todo lo publicado por Evedhiel

  1. El cielo azul de la yaxley vaticinaba la llegada de la primavera, aún lejana pero imparable hacia los terrenos de la casona. La mañana había pasado tranquila en los jardines de la residencia y el atardecer sorprendió a algunos gnomos de jardin rehaciendo algún que otro hueco en el cesped que el patriarca Yaxley había mandado arreglar hacía solo unas semanas. Lo cierto es que la casona era un cúmulo de cosas a medio terminar: el tejado parecía nivelado por un sastre ciego y evedhiel aún se sorprendía que los cimientos de la casa no se diesen por vencido mandando las diferentes plantas de la Manor hacia el suelo. El encanto de la Yaxley se focalizaba en la apariencia de pertenencia desde el primer palmo de la tierra hasta el último centímetro que colindaba con el valle cercano a Ottery. La calidez de la bienvenida residía en las personas que integraban la familia y en el hecho de que viniese quien viniese y llegase cuando llegase siempre había algo particular que hacía que quisieses quedarte. El tiempo solo dependía de las ganas de misterio que tuvieses. Para Evedhiel, en aquel momento, el vislumbrar el tejado de la manor fue respirar certitud y seguridad. Mysha pareció no saber donde exactamente aterrizar en los terrenos de la Yaxley, y pese a las indicaciones de Evedhiel, y teniendo en cuenta que la ridgeback noruega y ella misma llevaban poco tiempo coniciendose el estruendo que causaron al aterrizar fue directamente proporcional al miedo de la chica ante el descubrimiento de los patriarcas de los daños causados por el aterrizaje forzoso. -Mysha... mucho mejor, al menos esta vez no quemaste nada- dijo Evedhiel camuflando una sonrisa y apagando disimuladamente parte de su pelo en llamas.- Ahora..- dijo la chica acariciando a la dragona que no estaba muy contenta ante aquel gesto pero lo toleró- No creo que puedas quedarte aquí. Al menos no por ahora- lanzó una mirada a los destrozos del aterrizaje rezando para que la estatua del ciervo estuviese intacta- pero volveremos a vernos pronto vale? Quizás mañana podamos sobrevolar Ottery. La dragona tenía sus propios planes y había alzado el vuelo, contenta de dejar a su dueña en tierra firme y poder volar libre siguiendo sus instintos. Se alejó de la Manor hasta que no fue más que un punto oscuro en el cielo de atardecer. -Ahora...- dijo Evedhiel acercandose a la fuente. Su gesto entró en pánico al descubrir que parte de las fauces del dragoón habían dañado la cola de la estatua en forma de ciervo y buscó el trozo que faltaba entre los demas escombros entrando en pánico al no encontrarlo.- quizás... nunca se den cuenta. Al fin y al cabo quien va a mirar la retaguardia de un ciervo?- rió nerviosa. La estatua en el centro de la fuente la miró con aires de enfado y atuzó la plataforma en el centro de la fuente como haciendo el amago de correr y empujar a Evedhiel hacia la pared. La bruja leyoó los signos de violencia de la estatua olvidando que aunque animada, no podía moverse del sitio y se apresuró a entrar en la manor cerrando la puerta tras de si. -Ufff- respiró hondo, aliviada El aroma de canela la guió hasta la cocina, y la visión de Gatiux sirviendose una taza del contenido de la tetera de donde procedía el olor la saludó. -Pon otra para mi,gracias - dijo, usando su varita para mover una de las tazas y situarlas hasta donde una desprevenida Gatiux vaciaba el contenido en otra taza similar.- Que tal estas? - dijo animada.No veía a la bruja desde su aventura en el desierto y aunque breve, Evedhiel sentía que habían compartido tiempo preciado. Podría decirse que la había echado de menos, aunque no diría eso en voz alta por miedo a asustar a la bruja. - Espero que hayas podido quitarte toda la arena de encima...- añadió- yo aún encuentro retazos en mi pelo de cuando en cuando. Se llevó la mano a uno de sus mechones de cabello cobrizo ilustrando lo que decía y se dió cuenta de que era el que acababa de chamuscar al aterrizar con Mysha, asi que lo ocultó con una carcajada nerviosa. @Gatiux
  2. Evedhiel relajó sus tensos hombros ante el hechizo de salvaguarda del mago, tranquila de saber que ambos entendían la gravedad del asunto, por pocas piezas de información que hubiese decidido prestarle. Los acordes de la ultima canción del grupo que animaba la sala rompieron el silencio mientras Evedhiel intentaba desentrañar los pensamientos de Eobard. Su gesto tranquilo parecía, sin embargo.. curioso? había captado la curiosidad del mago? Intrigado quizás ante la imagen en una de sus manos de un triangulo preciso del que el mago, solo conocía una de las puntas. Al menos por ahora. El mago realizó unas florituras con una varita que la chica conocía y Evedhiel dió un trago a su vaso, esperando exactamente el efecto de aquel encantamiento. Nada. Eobard parecía contrariado ante la inutilidad del specialis revelio y sin embargo Evedhiel atisbó un cierto gesto de decepción en sus ojos. La bruja agarró una de las asas de la bolsa, impaciente y a la vez molesta. -Ese fue mi primer intento. También nulo, por cierto- dijo, abriendo la bolsa despacio mientras el mago volvía a hablar preguntandole sobre el contenido de la bolsa y su relación con horrocruxes. La pregunta del mago acerca de los objetos fue la confimación que necesitaba. Sus palabras aceptando aquella aventura no fueron más que aderrezzo en aquel momento. Finalmente abrió la bolsa, metió la mano en ella sacando el primer objeto. Se mordió el labio y suspiró intentando controlar sus pensamientos y la llamada de lo que acababa de agarrar con la mano. Sobre su capa de viaje, Evedhiel depositó el objeto. Para la chica tomaba forma de un libro con sus iniciales en la portada de cuero. La portada magullada estaba manchada en porciones de su propia sangre, pero Eobard no necesitaba saber aquello. Al menos no por ahora. El libro pulsó sobre las palmas magulladas de Evedhiel exigiendo el pago que le había negado desde hacía varias horas y Evedhiel se esforzó por hablar y aislar su cabeza de los llamados del objeto. -Nuestro encuentro en el Sahara no fue mi primer recorrido por el desierto.- empezó a decir la bruja, jugueteando por los bordes del objeto mientras hablaba- mi antiguo trabajo en MACUSA exigía ciertos recorridos esporádicos- continuó sin darle mucha importancia e intentando no entrar en detalle- el ultimo de los cuales fue especialmente duro y acabó con el desierto- sonrió para si misma ante el eufemismo que usó para nombrar a Xander Carrow- se despojó de estos tres objetos. Observó a Eobard, como atesorando fuerzas para seguir. En el pasado había sido muy protectiva con el libro, y nunca antes había dejado que nadie más pusiese sus manos sobre él. La mezcla entre la vergüenza ante su ingenuidad, temor a lo que el objeto pudiese desvelar sobre ella, el miedo de que el objeto pudiese... poseer a alguien y la necesidad por otra parte de explicar que había estado inundando su mente desde que se decidió a compartir aquello con Eobard inundaba su cabeza y necesitó fijar de nuevo la mirada en su acompañante para continuar. -Este primero..- dijo finalmente y como si verdaderamente le costase esfuerzo apartar sus manos de él- toma forma de libro desde que lo encontré. Sin embargo, y por lo que he podido descubrir acerca de él no tiene más forma que aquello con lo que lo asociemos. Así que por lo que sé tu podrías estar viendo un objeto totalmente distinto a lo que yo veo.- sonrió acercandoselo al mago mientras notaba como el libro se enervaba y enfurecía ante aquel gesto simple. -Me preguntabas qué sabía acerca de Horcruxes..- añadió Evedhiel- Antes de esto... nada. Ahora, prácticamente todo.- rió irónicamente- Aunque no creo que esto sea un Horcrux. Por lo que he podido adivinar y... me ha dejado descubrir- dijo hablando del objeto como si tuviese vida- Tiene una particularidad bastante...curiosa- añadió esperando la reprimenda mencionando su ingenuidad y como debería haber sabido más que aquello y como se había podido meter en aquel embrollo- Requiere pago por cualquier información que proporcione. Evedhiel movió sus dedos a una de las cicatrices casi desaparecidas de sus manos, intentando no hacer obvio su gesto pero lo suficiente como para que el mago entendiese la vinculación de ella a aquel objeto y el porqué quizás no fuese totalmente de fiar en aquella ocasión. El gesto del mago era díficil de leer y la chica agradeció que la iluminación en aquel bar fuese tíbia pues el odio hacia si misma por la torpeza de las elecciones que había hecho y su debilidad nublaba sus ojos y gesto. Como si estuviese totalmente expuesta y acabase de confesarle sus miedos más profundos antes de que el objeto los revelase. Mostrando su vulnerabilidad, la peor pesadilla de la chica. Tragó saliva y dejó que el mago inspeccionase el libro preguntándose que forma tomaría para él y de que manera lo intentaría atraer a que, como la chica, pagase para entenderlo más.Volvió a meter la mano en la bolsa y sacó los otros dos objetos restantes: Un giratiempos plateado algo magullado y deformado por el paso del tiempo y una moneda acuñada con el símbolo de Hogwarts. -Estos dos últimos objetos no han captado tanto mi atención- dijo tras su pausa- al menos no hasta hace dos semanas. Verás, pensé que la mayoría de giratiempos habían sido destruidos, por eso me extraño encontrar este. La otra peculiaridad del giratiempos, aparte de estar hecho de plata, es que no esta en su posición neutro. Calculando el eje de rotación con respecto al eje de base yo diría que hay 5 vueltas en él. - Pasó el objeto a Eobard y una voz en su cabeza pensó que así podría recuperar su libro. Evedhiel la ignoró. -Después de los efectos del libro entenderás que he sido reacia a aventurarme a donde quiera que lleve aquellas vueltas sola- Se sonrojó de nuevo, preguntándose si la vulnerabilidad emitiría un halo enorme alrededor de su cabeza- De la moneda apenas tengo ninguna información. La multitud rompió en aplausos y vítores,irónicamente justo cuando la chica terminó de hablar. Al parecer la banda tocaba uno de sus clásicos. Evedhiel no podía estar menos interesada en la multitud o en la banda. Sus ojos iban de cada uno de los objetos a Eobard y de nuevo a los objetos, de manera tímida. Daría parte de su bóveda en Gringotts por leer la mente del chico. Especialmente en aquella ocasión. -Suficiente interesante para tu mente curiosa?- dijo intentando romper el silencio y la tensión en aquel rincón del bar. Acabó su copa tentada ahora del contenido de la del mago. @
  3. Hola! vengo a comprar un lindo puffo ( x2 porque soy asi de molona y negada para las compras) ID: 50395 Nick : Evedhiel Link a la Bóveda Trastero: - Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Evedhiel. link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): -- Nivel Mágico: II Fecha: 2019-03-11 Criatura: Micropuff Puntos: 10 P Precio: 500 G Total de puntos: 10 P Total de Galeones: 500 G Gracias! ps: Orianthi te adoro
  4. Hola! vengo a comprar un lindo puffo ID: 50395 Nick : Evedhiel Link a la Bóveda Trastero: - Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Evedhiel. link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): -- Nivel Mágico: II Fecha: 2019-03-11 Criatura: Micropuff Puntos: 10 P Precio: 500 G Total de puntos: 10 P Total de Galeones: 500 G Gracias! Ps: Matthew te adoro <3
  5. Hola!! Vengo a darle trabajo a Matthew Comprar cosas hermosas ID: 50395 Nick (con link a la ficha): Evedhiel Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) - Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Evedhiel Nivel Mágico: II Fecha: 2019-03-11 Objeto: Botas de las siete leguas Puntos: 40 P Precio: 2000 G Total de puntos: 40 P Total de galeones: 2000 G Gracias
  6. Casi había acabado la canción y Evedhiel aún la tarareaba en su mente, como mofandose de ella misma por dejar que aquel grupo de desafinadores se entrometiese en su cabeza. El perfume conocido entre almizcle y la substancia agradable que aún no había podido identificar y que asociaba con Eobard delató al mago antes de su voz. Con los brazos abiertos, y una sonrisa enigmatica en la cara, su acompañante saludó a la chica y Evedhiel se quedó a medio camino de levantarse a darle un abrazo del que ni ella misma había esperado cuando el mago se sentó frente a ella, adornando la bebida con una uva. La chica disimuló su posición a medio camino entre sentada y de pie ajustando la capa de viaje que reposaba junto a ella, preguntandose a si misma porque siempre tenía que ser tan rara. El mago parecía a grandes rasgos, contento de verla, aunque si algo había aprendido de sus aventuras con el chico esque Eobard era una persona dificil de interpretar. Quizás fuese justo aquello lo que Evedhiel consideraba atractivo del tiempo que compartian. Sin embargo, parecía no estar muy cómodo ante el lugar que habían escogido, y la propia bruja se encontró teniendo que alzar la voz para saludarlo, algo molesta y sin embargo contenta ya que era justo aquello lo que había querido. -Me sorprende que hayas contado con tanto esmero el tiempo desde nuestro último encuentro, mister tiritas- dijo la chica, guiñándole un ojo a modo de broma- Pero sobre todo, me sorprende que te hayas aventurado a venir despues de que la última vez casi morimos a manos del fuego maldito- añadió. Dió un sorbo a su bebida, para iluminarse con la idea del hechizo perfecto: -Muffliato- Dijo, apuntando alrededor impidiendo que el resto de los presentes de la sala pudiese oir de que hablasen. Alzó de nuevo su varita y su hechizo siguiente redujo el volumen del grupo de música y los demás magos y brujas que llenaban el bar. -Perdón por la elección del sitio- dijo algo abochornada- Como comprobaras en breve, el motivo de nuestro encuentro requiere la menor atención posible, y no pude imaginar un sitio donde la atención este más focalizada en un punto ajeno a nosotros que en un...- se paró un poco forzándose a si misma a no llamar aquello música- espectáculo así. Evedhiel no añadió la segunda razón de su motivo de reunión en un sitio aglomerado. Sabía que los conocimientos del mago lo llevarían a entender el porqué en el momento que terminase su historia, se giró levemente hacia donde reposaba su capa de viaje, que camuflaba la bolsa de piel de topo y movió su capa sobre la mesa sirviendo de muro improvisado a miradas curiosas. -No esque necesite un motivo para querer reunirme contigo-dijo sonrojandose e intentando mantener un tono de voz tranquilo mientras sonreía.- Sin embargo, y en esta ocasión necesito tu ayuda- enfocó por primera vez su mirada gélida directamente en los ojos del mago y añadió:-si quieres prestármela- Pausó por un momento su discurso, intentando no dejarse llevar por la tendencia Yaxley al misterio, pues sabía que precisamente un Black Lestrange no apreciaría el trazo hereditario de aquella acción. Bebió un poco del contenido de su copa, alegrandose de que no hubiese alcohol alguno que nublase sus palabras. -En esta bolsa hay tres objetos.- dijo finalmente- Me temo que no sería prudente para mi exponerte a ellos sin motivo así que puedo entender que no estes dispuesto a otra aventura, y si es así puedes acabar tu copa e irte- dijo, apenada ante la idea de ver la figura de Eobard marcharse por donde vino- Si estás tan loco para quedarte- dijo sonriendo intentando quitarle peso a la situación- deberás saber que al menos uno de los objetos es muy peligroso- hizo una pequeña pausa debatiendo si contar cuánto de peligroso, y acariciando de manera instintiva la parte de la bolsa que contenía el objeto del que hablaba, el más grande de los 3- Y que yo no puedo controlarme por demasiado tiempo ante su presencia, así que no puedo asegurar al 100% que vaya a ser de mucha ayuda... durante parte de nuestra aventura-finalizó. Los ojos de la chica reflejaban auxilio silencioso y su mente luchaba una batalla interna para salir del bar y marcharse a los requisitos del libro de nuevo o quedarse allí y pedir ayuda por primera vez en 5 meses. Eligió la segunda opción, temiendo haber asustado a su acompañante con tanta charla y aún así esperando que Eobard hiciese lo mismo. @
  7. Holi! ID:50395 Puntos: 5.188 Dejo algunos guardaditos. Gracias
  8. La única señal de aparición de la bruja en el callejón fue el propio reflejo de la misma sobre uno de los charcos que plagaba el camino conectando las tiendas. Hacía horas que la noche había caído sobre Diagon y la luna iluminaba levemente los pasos de la chica a medida que esta avanzaba acomodando su capa de terciopelo gris sobre sus hombros, resguardando la pequeña bolsa de piel que portaba. En algún momento de su creación la bolsa había tenido un color marrón aperlado caracterítico del topo al que había pertenecido, pero el paso del tiempo la había ennegrecido haciendo que resaltase entre su capa de viaje pese a sus esfuerzos por no llamar la atención hacia ella. Lo cierto es que poco le importaba. Aquel que decidiese aventurarse a robarle aquello vería truncado sus esfuerzos al descubrir que ella y solo ella podría abrirla- una de las tantas cualidades de aquella piel- y Evedhiel no dudó en que quien quiera que se atreviese a robarlo, devolvería tal macabro contenido en cuanto... bueno en cuanto los efectos empezasen a hacerse presente. Un letrero mal iluminado, entre tantos otro bares del callejón llamó la atención de la bruja. No tanto por su aspecto hogareño sino por la promesa de música en directo de bandas poco conocidas que diesen algo de falsa privacidad ante una muchedumbre, seguramente un tanto embriagada, como para interesarse por los quehaceres de la chica. La chica y su acompañante, pues esperaba que este último hubiese recibido su mensaje habitual en forma de posavasos. Mientras entraba en el local y sus oídos se inundaban de los acordes de una canción desconocida, pensó en la última vez que había decidido aventurarse a un bar. Apenas unos meses y aún así lo suficiente como para poder ser otra persona. -Afortunadamente- dijo mientras elegía una de las mesas algo alejadas del escenario, en una de las esquinas. Se quitó su capa de viaje y antes de acomodarse en la mesa a esperar a Eobard, se acercó a una de las barras a pedir algo de beber. -Un elixir burbujeante de frutas del bosque- dijo, pensando en su ultimo encuentro con el mago y los efectos del alcohol intentando evitar pensar en cualquier posible efecto que la bebida pudiese ejercer sobre ella y decidiendo finalmente sobre la opción más segura- La mesonera la miró con un ceño poco agradable, entre sorpresa, incredulidad y molestia. -Y... algo de ese licor- dijo la chica, señalando a la misma botella de la que había robado un trago al vaso de Eobard en el barco de las arenas- Cuando tuvo ambas bebidas se sentó en la mesa, esperando situando el contenido azul al lado de la suya propia color violáceo. Estuvo apreciando un rato la música en directo, algo molesta por la falta de entonación de cuando en cuando en cuanto tocaban alguna de las canciones que Evedhiel conocía. Pasados dos minutos , sin embargo, su mente curiosa se alejó un poco de las canciones y de manera obnubilada empezó a pasar un dedo por las cicatrices de su mano izquierda, apenas visibles ya gracias a la magia experta de alguno de sus parientes, pero aún apreciables al tacto. -Le dije a Zoe que me pasaría por su local- pensó distraída, como regañándose a si misma. Quizás la noche los llevase allí. Quién sabe? >>>And I've missed your ginger hair.... why don't you come on over... Vaaaaaleeer..<<<<- El sonido de la versión de la canción de la banda muggle The zuton's inundaba el bar @
  9. Holaaa dejo mi ficha por aquí!! Nick: Evedhiel Conocimiento que quiere dar: primeros auxilios Motivo: me gusta rolear, creo que tengo mucha imaginación y podría hacer las clases interesantes y educativas a la vez. Cargos y responsabilidades desempeñadas con anterioridad y actualmente en el foro: -profesora de bando y perfil 2010, -jefa de planta san mungo 2008-2009, -sanadora san mungo: febrero-junio 2018 Estado del plan de estudio: (Enviado o en proceso): Enviado
  10. Oh no!! Bueeeeno pues entonces tendré que hacerlo algo más simple: Subtitulo deseado: ~•Mardy Bum•~ Premio obtenido: Ganadores competencia de rol Espero que así valga. Gracias!! <3
  11. Holis! vengo a por mi premio : Subtitulo deseado: ∙Mardγ βum∙ premio obtenido: Ganadores Competencia de Rol Llave (Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin, Ilvermorny o maestra): Ravenclaw Gracias!!
  12. ID: 50395 Nick: Evedhiel Link a la Bóveda Trastero: - Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Evedhiel Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): Ganadores Competencia de Rol "La Fuente de la Buena Fortuna" Nivel Mágico: 2 Fecha: 2019-02-24 Criatura: Ridgeback Noruego Puntos: 160 P Precio: 8000 G Criatura: Puntos: Precio: Total de puntos: 160 P Total de Galeones: 8000 G
  13. Orión pareció entender a la perfección la tirada de la chica, a pesar que ella no dijo nada que pudiese involucrarle en en su pregunta. De hecho, la pregunta no había sido formulada y el mago sin dar señales de que quisiese interrumpir la linea de pensamientos que Evedhiel llevaba en la cabeza supo exactamente que decir en el momento adecuado y sugerió que guardase su tirada. -Supongo que tendré que hacerte caso.- Se mordió el labio inferior indecisa y el contacto con las runas al agarrarlas de nuevo en sus manos le dio el coraje necesario para pronunciar por primera vez la palabra que las mismas runas le habían mostrado -Al fin y al cabo, eres mi padre. - dijo y clavó sus ojos de hielo en la mirada similar del mago. Como dando sentido a lo que había obviado desde que lo descubrió en octubre. No necesitó decir nada más, pues así se entendian. Evedhiel tenía sin embargo muchas preguntas que hacerle al mago, y todas y cada una parecían volcarse en las runas que temblaban en sus manos. Pero la chica no las contentó y antes de que escapasen de sus manos al tapete y en un intento inútil de camuflar otra pregunta est****a la chica dijo: -Encontraré el amor verdadero?- Sabía que su pregunta est****a no iba a engañar a Orión. La acompaño con una risita nerviosa. El interés sentimental que Evedhiel pudiese tener era nulo o inexistente. Tampoco engañó a las runas que parecieron burlarse de su pregunta con una respuesta incluso más irónica. -Gebo,... amor. Mi amor verdadero vendra...Ehwaz: Transporte... en un caballo Ferhu: Dinero, abundancia y suerte ... Y será rico con dinero y abundancia.- Interpretó la chica sin poder evitar una carcajada y admitiendo que las runas podían sin duda tener su punto de diversión. Se olvidó de pensar que aquello también significaba algo y aquello fue simplemente lo más importante de aquella clase hasta ahora: No podías engañar a las runas. @Orión Yaxley
  14. -Dos pisos más y llegamos- gritó el hombrecillo de gafas de media luna mientras tomaba de nuevo el control del carromato de metal que llevaba a Evedhiel a visitar por primera vez su bóveda trastero. Hacía una hora que viajaba y hacía exactamente 45 minutos que la chica había perdido la noción del espacio y tiempo, y por supuesto la dirección y situación exacta donde la bóveda se escondía. Los esfuerzos más aventajados de la chica por seguir la pista a la serie de maniobras que el duende realizaba en un intento bastante certero de seguir las estrechas franjas que guiaban el medio de transporte habían resultado totalmente inefectivas, y la chica no había persistido en la tarea, dejándose llevar finalmente y rezando por que su estomago se acostumbrase al traqueteo de aquel carrito. Sinceramente, nunca lo hizo. Cuando los intentos nulos por situarse en su lugar feliz habían sobrepasado la imaginación de la chica, y había olvidado de su esos dos pisos que mencionó el duende eran abajo o arriba el sonido de metal contra metal la hizo agarrarse con fuerza y de manera casi refleja a los cabellos del duende que maneja.. -Hemos llegado señorita Yaxley- dijo el duende mientras hacía esfuerzos por zafarse de los puños cerrados de la bruja contra sus despeinados cabellos blancos- Si me disculpa... El duende abrió la puerta de pasajeros y una aún no segura de sus pies Evedhiel hizo intentos de parecer elegante al bajarse y tocar roca firme. para disimular intentó acicalar su vestido de seda violáceo que se había arrugado en la trayectoria. -Ahora, señorita necesito que este muy muy callada. Su bóveda esta custodiada por... y no deberíamos hablar a no ser que... no no... nada de magia- Dijo el duende al ver que Evedhiel intentó iluminar el camino con su varita mientras invitaba a seguirle a través de una serie de pasadizos estrechos. Evedhiel le siguió el ritmo - brujas...- rechinó entre dientes. La chica empezó a preguntarse cómo unas piernas tan pequeñas podían recorrer tanto espacio en tan poco tiempo mientras le seguía la pista hasta llegar a un muro de piedra en particular sin nada en especial. -Ahora- Dijo el duende- Al ser la primera vez que entras en tu bóveda necesitas establecer un ultimo, y mas complejo método de seguridad. Algo que nos asegure que eres tú y sólo tú quien entra en ella...- esperó impaciente ante las palabras de Evedhiel. Por respuesta la chica le tendió su mano derecha y dejó entrever una pequeña cicatriz en forma de estrella en su muñeca, así como una extensión de la prominencia de sus huesos. -Perfecto, - dijo el duende tomando la muñeca y apretándola contra la pared- Esto debería ser solo un momento... Alrededor de un medio circulo invisible y sobre el muro en cuestión una serie de runas se fueron iluminando trazando la figura de una puerta que no estaba allí hacía 4 minutos. Cuando los resquicios de los trazos de la puerta acabaron, la estructura pareció ceder y con un estruendoso traqueteo se abrió lo mínimo para dejar entrever algo de luz. -Adelante. Le dejaré unos segundos a solas. -añadió el duende cronometrando un reloj de arena que sacó de su bolsillo. El aspecto rocoso y casi primitivo del exterior de la bóveda había quedado en un segundo plano ante la exaltada visión del interior: Las paredes lisas estaban cubiertas de un mármol grisáceo y rosado que envolvía la sala reflejándose sobre si misma. El suelo, de cerámica también grisáceo no era opaco, sino translucido, y bajo el un manto estrellado iluminaba los pasos de Evedhiel. La chica miró al techo, esperando ver el cielo que se reflejaba bajo sus pies, pero se topó con la inmensidad del vacío cubierto de estatuas de mármol con gestos desafiantes. Acercó su mano a una de las paree preguntándose donde iba a almacenar sus objetos y al contacto con su piel, el mármol pareció abrirse sobre si mismo hileras definidas como un acordeón dejando ver huecos inmensos y distintos mostradores donde anotar todo lo que en ellos estaba contenido. Evedhiel dio un ultimo vistazo a la pared del fondo. Una simple mesa de ornamento curtido y acabada de manera elegante precedía a una silla, dando impresión de un despacho. En la mesa rollos de pergaminos con alguna que otra tinta y plumas. En una de las esquinas un talonario vacío. La chica sonrió, dejando lo que había venido a traer y sintiéndose pequeña ante la intensidad de los muros. Dejó su simple incienso de canela en dos de las esquinas de la habitación cerciorándose de encenderlo con magia incandescente e infinita y suspiró inundando sus pulmones del rico olor antes de salir. -Lista?- Dijo el duende, avanzando de nuevo hacia el carro que les trajo. -Sí- mintió la chica mirando como tras de si y en el momento en el que salió del habitáculo, la pared se había cerrado sobre si misma dejando tras de si simplemente un muro de roca robusto que se fundía con la gruta. Perfil de Comprador MM: 323 Indice de Bienes Objetos Mágicos Pociones Mágicas Criaturas Mágicas Libros de Hechizos Poderes de Criaturas Consumibles en Batallas Fecha de próxima actualización: --
  15. Luisitha había empezado su propia tirada con las runas mientras Evedhiel pensaba en los resultados de la suya. Orión parecía embelesado en su propia mente y la bruja no quería volver a tirar hasta que el mago le diese alguna señal de que era lo correcto, o hasta que las runas, viejas compañeras pero extrañas amigas, volvieran a buscarla, o al menos en su mente. La habitación de la yaxley parecía haberse vuelto algo fría, las llamas del hogar cercano había pasado a ser ascuas y un escalofrío recorrió los brazos de la joven que decidió levantarse a avivarlas esperando la reacción de Orión. Pensaba en la siguiente pregunta que iba a hacerle a aquellos dados.No pensaba dejar que el azar de nuevo guiase lo que aquellas runas le decían, al fin y al cabo era ella la que tenía que controlarlas. Saco su silabario de runas de uno de sus bolsillos, intentando descifrar algo de misterio en los simbolos que le habían tocado en sus tiradas iniciales cuando verdaderamente se dio cuenta de la furia que había en ellas, prometiendose calmarse en la proxima tirada. Esperó al patriarca Yaxley intentando memorizar las runas en su cabeza para perfeccionar su propia lectura. @Orión Yaxley .
  16. Orión se había acercado a las brujas y por alguna razón el rincón de la Yaxley donde habían decido llevar acabo aquella clase pareció hacerse mas hogareño, más cercano, mas silencioso y sobre todo más intimo. El mago saco de sus ropajes el bolsito de cuero que contenía las runas. Evedhiel lo reconoció instantáneamente y un nudo se poso en su garganta, nerviosa por lo que le deparaban aquellos dados. Las ordenes del mago fueron precisas y claras y la chica creyó oportuno empezar. Tomo los objetos con sus manos y la extraña sensación de pertenecer la inundó en cada palmo de su piel, como si las runas la hubiesen echado de menos. Las paso de una a otra de sus manos visualizándolas aunque mantenía sus ojos cerrados, focalizando su mente en todas las carillas que bailaban entre sus palmas indecisas, vibrantes. No necesitó formular la pregunta. Evedhiel sintió que las propias runas habían decidido por ella y cuando el momento exacto llegó a su mente, abrió los ojos como en un trance y dejó caer tres de las runas sobre un cojin con un tapete rojizo. -Isa,pertho, Algiz.- leyó la bruja. Suspiró profundamente y después de un segundo se dirigió a Orión: hielo, misterio, escudo. Me están advirtiendo de algo... malo?- Dijo sorprendida... pero contrariada. Posó su mirada de nuevo en las runas intentando contestarse a si misma. Cuando pensó que Orión finalmente iba a responderle añadió, cortante: -No.- hizo una pausa leve y agarró de nuevo las runas en sus manos apretandolas un poco más fuerte en sus manos-Me están describiendo. No esperó que su maestro la guiase en aquella ocasión. Sentía la necesidad de tirar otra vez, necesitaba canalizar el poder que se acumulaba en sus manos, No era ella quien hacía las preguntas, no en aquella ocasion: Las runas simplemente le estaban dando respuestas y ella era quien tenía que identificar a cuales de las preguntas de su mente: -Berkana, Laguz...- Una de las runas se desplazó lateralmente y de manera sutil hacia la posición de Orión reteniendose por un momento entre dos de sus aristas, entre dos posibilidades hasta finalmente caer mostrando a Gebo. Agarró las runas, taciturna y con las defensas algo mas bajas y se las entregó a Orión. Tenía una leve idea de que querían decirle, pero no lo expresó.
  17. A veces se preguntaba si los planetas habían decidido alinearse y turnado uno o uno para evitar que Evedhiel, cansada de esperar respuesta sobre su clase de runas, perdiese todas las posibles oportunidades para preguntarle a Luisitha, con quien sabía que la iba compartirlas, que tipo de preparación estaba haciendo antes de empezarlas. La confianza de Evedhiel en las runas había mermado un poco desde la ultima vez que había estado frente a ellas y la ambigüedad de las respuestas la había dejado la sensación de estar perdida en un mar de conjeturas. Al menos hasta halloween. Evedhiel no estaba orgullosa de su propio comportamiento en la posada Yaxley. Pero por otro lado, el vodka de fuego había hecho estragos en su memoria y apenas recordaba más allá de la tercera copa que compartió con Zoella. No todas las memorias habían sido borradas, sin embargo. Orión parecia haber decidido dar toda su atención a cierta tetera que humeaba emitiendo el olor típico del té recién hecho. Frente a ella Luisitha había llegado ya a la improvisada clase, y como Evedhiel parecía encontrar raro incluso divertido el comportamiento de Orión. Orión padre de Evedhiel. Orión con el que sin embargo había construido un muro de cristal y no había cruzado media palabra desde descubrir su parentesco. El mismo Orión que tendría que decidir si aprobaba o suspendía aquella clase. Evedhiel dió un golpe de varita e hizo aparecer dos puffs de terciopelo rojo se acomodó en uno de ellos y le dedicó una sonrisa taciturna a su compañera invitándola a que se adueñase del Segundo. Iba a ser una clase larga. En tiempo real y Oriónico. Que mínimo que se pusiesen cómodas.
  18. La destartalada cocina de la manor había conocido tiempos mejores, y la decisión rotunda del patriarca de no usar elfos como mano de orden podía apreciarse en el cumulo de utensilios de cocina que se acumulaban aquí y allá almacenados y limpios pero sin orden alguno. El olor a canela de su te había transportado a Evedhiel momentaneamente fue de los terrenos de la Manor, mas allá del estanque de juncos y el temblo perdido-re-encontrado por ellos mismos- no hacía mucho. La voz de una recien llegada la sacó de su ensimismamiento. Evedhiel no la conocía pero había algo en el gesto de la chica que le resultaba extrañamente familia. Le esbozó una media sonrisa que como de costumbre no se reflejó en sus ojos gélidos. La chica rezó mentalmente porque la recien llegada no tomase su apatía como un signo de mala educación. Antes de que aquellos pensamientos la abandonasen por completo dos cosas muy diferentes pasaron casi al mismo tiempo: Luishita, a quien Evedhiel había escuchado y visto a veces por el castillo pero nunca presentado formalmente, había tomado sus manos en determinación de sanarlas. O al menos acabar con la capa de sangre ya reseca sobre sus llagas y heridas. Evedhiel, tomada por sorpresa no se resistió demasiado. Ella misma había intentado sanarse en varias ocasiones de manera poco exitosa. Alargo sus manos posicionandola frente a ella y dejo que Lu las inspeccionara con el ojo clínico que ella misma poseía. Al mismo tiempo y aprovechado el desliz de la chica, Martín había tomado el libro con el deseo de inspeccionarlo. Evedhiel apenas si se percató de los movimientos del chico y el momento exacto en el que el mago tocó el libro algo pareció desengancharse - de manera figurada- de la chica. Como si un peso enorme que ni siquiera sabía que llevaba se hubiese hecho liviano y pudiese por un segundo respirar mejor. La ira se apoderó de la bruja, que se debatía entre la sensación de haber perdido algo que le hacía falta y la necesidad de encontralo y que nadie as pudiese desentrañar los pensamientos que había vertido en el. Retiró las manos de barreño con agua y avanzó decidida a Martin posicionándose a varios centímetros del mago agarrando una de las manos del chico de manera restrictiva y buscando con la otra su libro, pero para entonces el ya lo había dejado sobre el aparador cerca de Evedhiel. -Creo que sé cómo ayudarte — susurró Martín aprovechando la cercania a la chica. La chica lo miró fijamente por unos segundos que se alargaron en su mente para finalmente sonrojarse por la situación y su reacción. No se había percatado hasta ahora de la ferocidad de los ojos grises del chico. Soltó la mano de este cautelosa y se separó un poco de él intentando disimular su repentino ataque de ira alcanzando la taza de te y dando un sorbo de nuevo. Necesitaba ayuda. Fijo su mirada en el libro mientras analizaba sus posibilidades. Era la segunda vez que Martín insistía en menos de 10 minutos. Posó su mirada en el mago de nuevo. Algo le decía que no era alguien a quien se le convencía con palabras. -Digamos que...- añadió distraidamente, su voz eclipsada por el resto de conversaciones en la cocina,- considero el hecho de que puedas ayudarme- Le dedicó una mirada feroz preguntándose a si misma por que no relajaba su guardia- Qué sugieres que hagamos?- zanjó relajando su gesto No estaba segura de si estaba dispuesta a confesar al chico los detalles de como el libro llegó a sus manos ni que exactamente lo mantenía aun con ella. Al menos no aún.Pero había decidido dejar que le prestase ayuda. Quizás por miedo que su encuentro momentáneo con el libro le hubiese mostrado demasiado de la bruja. -- La ventisca se había hecho violenta en los terrenos de la Yaxley. La nieve seguía cayendo estrepitosamente sobre los árboles. La fuente principal parecía la muralla sobre un reino helado y las nubes que cubrían los alrededores no presagiaban buen augurio. Una figura encapuchada en una capa de viaje visualizaba la manor desde las sombras. Alzó por un momento su varita y la tormenta pareció corresponderle incrementando la nieve que caía en cortina, acumulandose en la fachada de la manor y dificultando la visión en las ventanas y puertas que iban poco a poco y sin que ninguno de los Yaxley se percatara imposibilitandoles la salida del edificio. -Tik...tok..- susurró la figura encapuchada.Y cuando estuvo lo suficientemente lejos se desapareció con un leve clak -
  19. Un sordo "clack" fue el único sonido que vaticinó la aparición de Evedhiel. A dos metros de ella, un local de aspecto abandonado parecía responder los deseos de la chica. Alguna que otra luz proyectaba sombras en las ventanas del edificio, mostrando la quietud sombría del callejón y atrayendo a la chica hacia la puerta de entrada del local -" The cawing crow".- leyó la bruja en su mente No estaba segura de si sus acompañantes habían estado antes en aquel bar, y el aspecto dejado y medio ruinoso de la fachada lugar, y mientras algún que otro pensamiento cruzaba la mente de la chica, el sonido de música rock inundaba sus oidos: primero sutil y mas y mas perceptible a medida que abría la puerta y finalmente se embriagaba de retazos de letras de canciones que conocía. El recibidor principal se abría hasta un lounge con una decoración sobria y que invitaba a quedarse: o al menos eso habían echo el grupo de magos agazapados en una de las esquinas, y alguna que otra pareja enredadas en conversaciones lo suficientemente interesantes, o importantes como para obviar el estruendo de la gran portazona de entrada al abrirse y dejar entrar a Evedhiel. Buscó con la mirada algún rostro familiar pero su busqueda murió al descubrir que ninguna de las miradas que se cruzó en el camino era conocida. -Vaya... no llego tarde..- dijo pensando que siempre había una primera vez para todo. La chica decidió situarse en la esquina opuesta al grupo de magos y con un golpe de varita unió dos mesas acomodando es espacio. Cuando adecentó las sillas situandolas alrededor de la mesa se quitó su chaqueta de cuero con remaches de cadenas plateadas mostrando un simple vestido negro entallado a su figura. Había dejado sus cabellos cobres sueltos hacia un lado de su cara, cubriendo buena parte del torso y acabado casi justo donde su escote- algo más acentuado de lo que acostumbraba a llevar- acababa. Sonaba "you only live once" de los strokes, y la chica se sorprendió al reconocer la letra de un grupo muggle en un bar mágico. El buen humor inundó sus pasos sobre los tacones de aguja mientras se apresuraba a la barra. Esperó que alguno de los empleados la atendiese echando un vistazo de cuando en cuando a la puerta esperando por fin la llegada de las chicas Yaxley. Cuando uno de los camareros se acercó a tomarle nota la chica se percató de dos cosas; No sabía exactamente cuantas iban a aparecerse en esta noche improvisada: 2- No sabía exactamente que bebía cada una. - Mmm vamos a empezar suavecito- le dijo al mesero, que le sonrió picaro- Digamos.. 12 aguas alegres- dijo distraida... y un whisky de fuego.- Dejó algo de dinero sobre el mostrador y señaló las mesas donde se iba a sentar. Cuando por fin se había decidido a marchar de nuevo hacia su sitio volvió a girarse mientras se dirigía al mesero- Hazlas doble!- añadió y añadió algunos galeones a la cuenta mientras guiñaba uno de sus ojos de hielo. Una vez en su mesa se sentó en una esquina ojeando de cuando en cuando a los grupos de personas alrededor y tarareando en su mente alguna de las canciones, esperando a sus acompañantes. @@Gatiux @ @Oriánthi @Zoella Triviani Yaxley
  20. Una violenta ventisca parecía estar levantandose en el horizonte, y la bruja pareció percatarse a medias de un rastro de nieve fuera de los terrenos de la Yaxley, levantado por algun objeto al avanzar. Los escasos minutos en los que la mirada perla de Martín analizaron a Evedhiel parecieron durar años; décadas: y el misterio que envolvía su inescrutable mirada la trasladó a la mazmorra donde se conocieron: A los intentos inútiles de la chica de impresionarlo en un área que no dominaba. A la paciencia inmensa del chico dibujando una y otra vez nociones de duelo en el aire de las que Evedhiel apenas había comenzado a entender. A alguna que otra conversación pendiente. Las mejillas de la bruja se tiñeron de rosado y algo nerviosa intentó focalizarse en la pregunta del chico, buscando las palabras adecuadas para contestar. -Ja...- balbuceó la chica..-Mmmm digamos que cualquier resultado es apreciado- Dijo con media sonrisa- Vienes a desarmarme?- Añadió en un intento sutil de hacer que el mago recordase su ultimo encuentro , con una sonrisa burlona en los labios. Una ola de nieve la borró sin embargo antes de que pudiese identificar de dónde provenía. Una bruja de aspecto jovial aunque algo molesta por su contratiempo se presentó ante ambos. Evedhiel apreció aquella interrupcion y agradeció mentalmente a la recien llegada que captase toda la atención de ambos. -oh no!- dijo Evedhiel al escuchar la explicación de la nueva visitante- siento tu contratiempo… Yo no se mucho de artilugios mágicos, dijo langineando su mirada por un Segundo en el libro que tenía en sus manos y sintiendo la de Martīn haciendo lo mismo.- Pero quizás alguno de mis parientes pueda ayudarte..- Abrió la Puerta finalmente y el calor del hogar mezclado con el olor de desayuno y café recien hecho la recibió -Los Yaxleys estamos orgullosos de fabricar el mejor café Irlandés de todo Ottery, y la especialidad de Orión son los Haggis… aunque bueno…- dijo mientras los guiaba hacia la cocina- Siendo ambos Black Seguro sois algo orgullosos en reconocer que nuestro café irlandés es mejor que el vuestro- dijo de manera burlona, quedandose atrás un poco en el pasillo y dejando que sus invitados entrasen en la cocina. La intención de la chica era rezagarse y avanzar hacia su habitación para desaparecer como en las ultimas semanas. Al fin y al cabo el libro la llamaba y la aparición de los ojos en el Seguro que requería pago inmediato… siempre podia tomar su tan ansiado te de canela más tarde si tan solo.. Las palabras de Martin la sacaron de sus pensamientos. El chico parecía haber adivinado su plan y la chica no sabía si de una manera educada o preocupada le brindaba su ayuda. La bestia interna del orgullo de la chica rugió consternado, imaginando todas y cada una de las presumpciones que el chico estaba hacienda en su Cabeza tras ver los intentos nulos de Evedhiel en la nieve. Su parte menos irracional.. pedía a gritos ayuda. -Soy una bruja lo suficientemente independiente como para que…además estas presuponiendo que..- Respiró, contralriada como intentando ver las intenciones de Martin.- Nadie puede ayudarme- dijo finalmente. La figura de Orión rodeado por sus demás parientes en la Yaxkey vació su mente de pensamientos. Los ojos del mago parecían estar recubiertos de algo opaco parecido a una tela. Evedhiel olvidó sus planes y avanzó a la cocina, sumida en la preocupación y los intentos de no reirse ante el comentario de Martīn. -Que te ha pasado?- dijo mientras se acercaba a los fogones y agarraba tazas con un contenido humeante. La nieve azotaba en las ventanas como iniciando el principio de una tormenta. Las nubes tapaban cualquier resquicio de sol y hacía que el aspecto de Orión pareciese aún mas fantasmal. Evedhiel le sirvió una tazade café irlandes a Goshi y a Martin y dejó algunas mas sobre la mesa para sus familiars. -Hacia donde te dirigías?- preguntó a Goshi, mientras Orión era analizado por Gatiux y sentado en uno de los sillones de madera Dejó el peso del libro a un lado de la mesa por primera vez en dos meses tan solo para agarrar con ambos manos doloridas el calor de su taza de te de canela. Dirigió una mirada rápida a Martín preguntandose el motive de su visita. Y finalmente sumergió sus labios en el té
  21. Holaaa! Vengo a inscribirme Nick: Evedhiel ID:50395 Conocimiento: Runas Nivel mágico: II Link a bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/78322-boveda-de-evedhiel/ Link a ficha; http://www.harrylatino.org/topic/78189-ficha-de-evedhiel/
  22. Justo cuando la lluvia había decidido borrar todos los rastros de nieve de entre el camino rocoso hasta la Manor, el frío pareció celar el contacto de los copos con las estructuras destartaladas de la casona y una nueva oleada de nieve y vie to había cubierto por completo y casi de manera fantasmal la Yaxley. Evedhiel llevaba exactamente 58 días sin salir de su habitación. La ansiada rutina y la conexión del libro con la chica parecía haber nublado el pasar de los días y cuando despertó de su trance, con las manos doloridas y ensangrentadas, el volver a tomar aire fresco de los terrenos de la manor no pareció impresionarle menos que el hecho de estar vagando por ellos descalza. Su primer pensamiento fue directo a él causante de sus pesadillas y la realización de que las palabras Yaxleys podían ahora leerse claramente quedó eclipsada por la figura inconfundible de... dos ojos. Dos ojos en la portada del mismo.La bruja no reconoció su mirada fría en ellos sino una sospechosamente familiar. Avanzó enfadada hacia la puerta principal de la manor con cada poro de su cuerpo erizado por el frío bajo su vestido violeta. Los pensamientos se arremolinaban en su cabeza y lejos de sentirse atada a aquel artefacto, la ira inundaba cada centímetro de su piel, mientras recorría los metros que la separaban dela entrada encontró una roca cercana, como si hubiese estado allí situada para ella sola. Posicionó allí el libro, y buscó tiritando a Nïnde en uno de sus bolsillos. Se alejó un metro del objeto que parecía llamarla a voces y luchó en su mente apartando cualquier pensamiento otro que su rabia ante aquello. -incendio- [/] murmuró apuntando a aquello, pero las llamas que salieron de Nïnde parecieron perecer al contacto con las páginas. Evedhiel apretó el puño, clavando sus uñas en las heridas de sus manos y lanzando otro hechizo sin pensarlo demasiado - Diffindo! . Pero de nuevo el hechizo rebotó en el objeto y lo lanzó cerca de la puerta de entrada de la Yaxley. Evedhiel avanzó hacia el con sus ojos de hielo cargados de furia e incendiada por ella dejando algunas pisadas sobre la nieve manchadas con pequeñas gotas de su propia sangre, sus cabellos cobrizos desordenados por el viento que agitaba su vestido mientras se maldecía una y otra vez. La chica no supo a ciencia cierta cuando se dió cuenta de la figura alta que esperaba frente a la puerta, sus ojos recorrieron la silueta desde sus pies hasta encontrarse con una mirada familiar y serena distante a la rabia de la suya. Tampoco supo cuánto tiempo llevaba allí y si había visto los intentos nulos de la chica de deshacerse de aquello, y el peso de su propia locura cayó sobre sus hombros, pintando de rojizas sus mejillas y llevándose la rabia que había mantenido la sensación de frío en un segundo plano. Agarró el libro con sus ensangrentadas manos antes de dirigirse al mago. - Qué clase de loco sale de visita en un día cómo esté! - Dijo finalmente conteniendo los violentas espasmos de frío. Acto seguid se movió hasta estar cobijada por las paredes de la manor y se dispuso a abrir la puerta.- Bienvenido a la Yaxley - y le dedicó media sonrisa que no alcanzó sus ojos, deseando encontrar las fuerzas adecuadas para terminar su tarea y finalmente entrar a la casona.
  23. La paz de las primeras nevadas, el silencio de la nieve virgen sobre los árboles y el cielo rojo rabia, rojo pasión oscureciendo el ceño de l bruja aún más a medida que el manto de la noche hacían que la figura delgada que se aproximaba a los terrenos de la Potter Black pareciese aún más maquiavélica que lo que en un principio Evedhiel hubiese querido aparentar. Llevaba El Paso lento, apesadumbrado, como si el mero hecho de levantar sus tacones uno tras otro para avanzar ahora sobre el pavimento que llegaba a la puerta principal de la mansión fuese una lucha interna. El maquillaje no había podido ocultar el violáceo de las ojeras bajo sus ojos fríos y su semblante, inexpresivo y casi resignado solo se rompió por una mueca casi grotesca a visualizar, tras su entrada guiada por el bullicio sordo de los presentes,el ataud blanco desde el cual Adriano hacía burlas a los presentes. Evedhiel no pudo negar el encanto y el guiño a su personalidad de aquel encantamiento, y justo aquello fue lo que hizo que la chica por fin rompiese a llorar en silencio, sintiéndose observada, avanzó hasta posicionarse a unos palmos del cuerpo de su compañero de batallas y le susurró mientras se limpiaba alguna que otra lágrima de su mejillas: - Escúchame maldeeeto- -Dijo con voz ronca, como si cualquier sonido que rompiese la fragilidad de aquel momento fuese ruido extraño e innecesario- La primera vez que nos vimos- paró en seco y susurró aún más, tanto que se preguntó si lo había dicho o pensado- Sí, cuando aún no éramos desplumados, y no... ahora estás mucho más guapo- asintió como respondiendo a una intervención del propio Adriano- En nuestros primeros duelos y redadas,Nos prometimos que celebraríamos todas y cada una de nuestras derrotas con una botella de champán.”Loosing in style”o algo así dijiste.. _ Evedhiel ensordeció una carcajada nerviosa -Yo accedí... ilusionada y pensando que estaba dispuesta a perder todos y cada uno de nuestros duelos como aprendices o magos expertos si eso significaba que ambos podíamos compartir momentos de risa tras ellas Evedhiel sacó una botella de entre sus ropajes y con gran dificultad y emitiendo una sonrisa que acabaó en un sollozo: -Y.. pues bueno... como de costumbre hoy lo hiciste una vez más y como siempre solo soy yo la que bebo sola... - con un golpe de varita hizo aparecer una copa que llenó del contenido de aquella botella. La alzó frente a la cara de Adriano, que pareció sonreír en la mente de la chica como brindando con el y con el agrio sabor de las despedidas bebió el contenido de un sorbo componiendo una mueca de desagrado. -Te voy a echar de menos, amigo.- Dijo sintiendo sus mejillas de nuevo mojadas por lágrimas. Evedhiel llenó su cabeza de imágenes del chico en los casi 7 años que habían compartido amistad y una pequeña sonrisa se apoderó de sus labios y se sintió obligada a no reprimir su instinto y alzar de nuevo su varita como pintando figuras en el aire. Acto seguido las figuras tomaron form de unicornios rosados que de manera independiente decidieron colocarse alrededor del féretro del mago, bailando acompasados y dejando tras ellos un halo de purpurina. Evedhiel ahogó un suspiro y se alejó del centro de la sala. Reconoció varias caras, ninguna lo suficientemente familiar como para confortar el deseo de la chica de un abrazo, así que se sirvió otra copa de champán y decidió sentarse en una De las esquinas de la habitación. Ahogando el deseo irremediable de desaparecerse a cualquier otro lugar que no fuese allí e inevitablemente llenando su mente de todas y cada una de las conversaciones que había compartido con su amigo, y de todas aquellas cosas que nunca jamas había podido decirle.
  24. La rutina de los días tan solo era rota por la llegada de la noche tras ellos. Las primeras nieves no habían robado el interés de la chica que desde hacía meses había hecho de las cuatro paredes de su habitación las mejores amigas. Estaba pálida, más de lo normal y los huesos de sus pómulos protuberaban mas de lo habitual de su enfatizando las pecas de sus pómulos pero también el violáceo de las ojeras bajo sus ojos de hielo. No recordaba la última vez que había dormido mas de 3 horas. Seguramente el mismo día que consiguió tomar más de tres bocados de un mismo plato. Cansada de la mirada indignada y cansada de los gnomos domésticos y familiares de la Yaxleys, la chica decidió pasar el uúltimo día del año fuera de su habitación y antes de que se diese mucha cuenta se había enfundado un vestido ceñido negro con un corset de ribetes violaceos y su capa oscura de viaje. La imagen del espejo le devolvia la sensación hetérea pero casi acetada de un fantasma y sin pensarlo dos veces ni saber exactamente donde iba, salió de la Yaxley hasta que pudo desaparecerse. El gélido viento que la recibió desordenando sus cabellos rojizos la hizo cuestionarse si aquella había sido una buena decisión y la calidez de la luz proviniente del Elviris le pareció suficiente tentación como para dejarse llevar hacia el loca, no sin antes llevarse la manos al pequeño bolso que cargaba cercionandose de que llevaba su varita y.. el causante de sus ojeras y perdida de apetito. Cuando la tranquilidad de saberlos a salvo en el bolso le atenuó la intranquilidad avanzó al club. Zeta la recibió con una sonrisa afable que Evedhiel respondió con la mirada perdida y un leve: Algo que caliente mi alma.acto seguido emitió una media sonrisa que no traspasó a sus ojos, más para contentar al mesero que para ella misma. Hace algunos meses Evedhiel hubiese bromeado sobre cuanto había pasado desde que el mesero no le regalaba una conversación interesante, o quizás hubiese bromeado con el sobre si la mitad de los licores envejecía igual de bien como el. El golpe seco de las bolas abriendo una partida en el billar la sacó de sus pensamientos, y antes de girarse a contemplar la partida Evedhiel bebió el cotenido de su copa de un sorbo, pidiendole a Zeta que lo rellenase. El mago que había decidido jugar al billar magico esperaba el resultado de su tirada mientras las bolas peleaban sobre la mesa eligiendo la alineación correcta, como intentando quedar lo mas alejadas posible de la bola blanca, esparciendose sobre la mesa ante la atenta mirada del aparente desconocido. Evedhiel se fijó en las facciones del mago, que parecía bastante mayor que ella y que sin embargo y a juzgar por las poses mientras tiraba en el juego, bastante más agil de lo que aparentaba. Se acercó al mago un poco más con el objetivo de quizás incomodarlo y hacer un poco más interesante su hasta ahora, perfecto juego. Con la maldad de hacerle perder alguna que otra tirada. El anillo de metamorfo-piedra quemaba en su dedo y una fragancia conocida envolvió a la chica. -Almizcle y algo que no puedo recono...- Sonrió de manera enigmatica y se acercó a la mesa de billar, divertida. Reposó su cadera en uno de los lados de la mesa de billar y sin importarle mucho la reacción del desconocido agarró uno de los palos de billar y le robó el siguiente tiro al mago. -Supongo que ganar contra ti mismo no tiene mucha gracia- dijo Evedhiel, ansiando reconocer la voz que le contestase. @
  25. Los copos de nueve se acumulaban en la ventana de la habitación de Evedhiel. La ventisca los movia de un lado a otro hasta que finalmente acababan muriendo derretidos por el calor del hogar entre el cristal de la sala y la temperatura gélida del exterior. Los días parecían haberse transformado en noche cerradas con un amago de luz e intento lunar de poner claridad a la serenidad que solo la nevada virgen podía dar a los terrenos Yaxley. Hasta la fuente central parecía taciturna, y Evedhiel casi desde el mismo sitio donde se sentaba ahora enredada entre mantas había visto como hace apenas dos semanas, cuando comenzó la gelidez, dos figuras, en su continuo duermevela Evedhiel pareció reconocer a Zoe y a Leo, ponían una bufanda al ciervo que la coronaba en un intento de contentar los amagos de la estatua de tiritar. En cualquier otra situación la chica se les habría unido. Incluso iniciado una guerra de bolas de nieve para aumentar la temperatura. Pero el cuerpo de la chica lidiaba su propia guerra, y su frío, lejos de pasar desapercibido entre copos de nieve, helaba sus huesos y se calaba en cada uno de sus pensamientos. Había olvidado la ultima vez que comió y los intentos nulos de los gnomos domésticos-idea de Orión el domesticarlos, por supuesto- de que la chica se nutriese se acumulaban en la puerta hasta que alguno se aventuraba a entrar y limpiarlos. Un 90% de las veces Evedhiel miraba furiosa a las criaturas que para su molestia habían decidido volverse festivos y parecian haberse adornado como arboles de navidad con bolas colgando de sus orejas y alguna que otra verruga. El otro 10 % y dependiendo de cuanto ruido llegase a la habitación de la inminente construccion justo enfrente del pasillo, Evedhiel solía ser algo mas sarcástica que de costumbre y comparar la graciosidad de los esfuerzos de los gnomos de animarla con el peor de los insultos. Nada importaba a la chica. Nada excepto el libro que llevaba tiempo escondido en su cajón y al que solo sacaba una vez al día. Los problemas en la Yaxley parecian esconderse entre alcobas, y Evedhiel se sintió enferma al pensar en la reacción de sus familiares al descubrir que aún no se había deshecho de aquel objeto. Y la decepción en el rostro de todos al ver que había estado tramando en el sótano. La visión de Orión en pantuflas sobre la nieve llamó su atención. Tan solo unos segundos pudo verse al patriarca que cerró la puerta principal tras de si, como dejando entrar a alguien a quien Evedhiel no consiguió ver. Se arremolinó entre su manta ocultando su nariz y dejando solo al descubierto algún mechón de sus cabellos y sus ojos. El hielo del alfeizar de su ventana tenía envidia de la gélidez de la mirada de la chica.

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