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Evedhiel

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Todo lo publicado por Evedhiel

  1. El cielo sobre la cabeza de ambos magos parecía querer alargar las escasas horas de oscuridad que le quedaba a la noche. Algunos pájaros habían comenzado a despertar, y el arrullado piar de los animales sirvió de concertina mientras el traqueteo de la montaña rusa que había tomado los hechiceros recorrīa la cuesta arriba. Eobard parecía haberse tomado la respuesta ambigua sobre el tatuaje de la chica a modo de reto, como si verdaderamente le interesase cualquier historia que Evedhiel tuviese que contarle. La chica, por su parte peleaba internamente consigo misma en un intento vano de desvelar demasiado sobre ella, y decidió dejar el tema en el aire, sabiendo que lo retomaría cuando la sonrisa del chico se hiciese más habitual en su dïa a día. De igual manera, y por alguna razón, sabiía que acabaría sonsacandoselo. -No saquen manos ni pies, mantengan sus extremidades dentro del vehículo en todo momento.- la voz neutral del chico imitando a una azafata de vuelos la despertó de nuevo de su propia mente. -No hay salida de emergencia, y el uso de saeta de fuego queda reservado a expertos que no tengan miedo a las alturas- añadió la chica, continuandole la broma, y a la vez se sintió desconocida... Una barra de metal cubrió su pecho y espalda, evitando que saliese despedida. Antes de que se diese cuenta, se vieron envuelto en un revoltijo de curvas y tirabuzones. Subidas y bajadas...el cosquilleo producto de la adrenalina se apoderó de nuevo del estomago de la chica, que no podía dejar de reir de manera nerviosa agarrando con fuerza las alas de aquel improvisado dragón. En algún punto de aquel ir y venir, Evedhiel giró su cabeza hacia Eobard, quien parecía haberse mareado un poco, pues su piel lucía un poco más pálida que de costumbre. Por algún motivo aquello activó aún más los nervios de la chica, y su risa pasó a ser carcajadas. El cabello de la hechicera se movía como si tuviese vida propia, y Evedhiel pensó que iba a enterrar al mago en sus rizos, cuando alcanzaron la última pendiente del recorrido. La velocidad de la atracción alcanzó su zenit, y la adrenalina hizo gritar a Evedhiel mientras cerraba los ojos hasta que de pronto: El viento pareció tornarse liviano, y los pies de la chica parecieron sentir una reducción de la gravedad. Abrió primero un ojo, apartando una de sus manos que había usado para taparlos, a su lado, Eobard había cambiado su palidez por un gesto de diversión y asombro. Evedhiel le siguió y sacó sus manos del carrito, copiando el trayecto de las alas del animal y alzandose un poco de su asiento. -No somos estrellas!- dijo, señalando al fuego del dragón que dejaba un halo dorado tras de ellos- somos cometas!- Eobard le respondió guiñandole un ojo, y de nuevo, sus mejillas enrojecieron ante el gesto sincero del mago. -Podrías acostumbrarme a esto- dijo una vocecilla en su mente. Pero no duró mucho. Ambos se vieron envueltos en un velo casi tan transparente como el propio aire, pero com la densidad suficiente como para saber que estaban cruzando alguna linea imaginaria. El dragón cambió su pacifica trayectoria bajando en picado y por lo que parecía... sin frenos. @
  2. Una de las palomas corrió despavorida al vislumbrar el rayo que salió de la varita de Evedhiel. Alzó el vuelo y se perdió en el horizonte sin que la chica o el mago al que había decidido desafiar al duelo tuviesen la curiosidad de saber hacia donde iba. Si lo hubiese hecho, sin embargo, posiblemente podrían haberse percatado de las dos intensas nubes negras que se habían formado de la nada y no vaticinaban noche abierta. Vamos a darle un toque interesante a esto... si gano por fin me dirás tu nombre real. - respondió una voz acercándose entre las sombras que se apresuró a inclinarse en una reverencia formal. El cabello blanco de su contrincante destacaba entre las sombras en la que la torre que Evedhiel había elegido estaba sumida. De hecho, aquello fue lo primero que la chica vio, antes de que el escudo protector del mago absorbiese su sectusempra guardando al mago de daño alguno. Evedhiel esbozó un gesto de conformidad y puso los ojos en blanco ante la condición de Near. -Pensé que como buen Yaxley estabas acostumbrado al mihterio- añadió y antes de que el mago pudiese pronunciar un nuevo hechizo, la chica susurró- Morphos- Apuntó al pañuelo que cubría la boca del chico, que se transformó en una serpiente posicionada alrededor del cuello del mago a la que Evedhiel ordenó tapar los labios de Near con la compresión de su cuerpo alrededor de su boca, provocando así que el chico no pudiese mover su mandíbula para articular ninguna palabra Evedhiel se acercó un poco a su contrincante, como curiosa por su próximo movimiento. -Me parece un trato justo, Nelliot.- dijo esbozando una sonrisa burlona- Más interesante aún, teniendo en cuenta que si gano yo... quizás no sea tan diligente con lo que pida.- terminó su frase con una leve inclinación, copiando los dejes de su oponente. Sin perder más tiempo, y observando como la serpiente seguía oprimiendo la mandíbula del mago, tornándola de un color rojizo, la chica hizo una floritura con su varita mientras pensaba: -Seccionatus- Con la intención de herir al mago con 12 medias lunas cortantes. Evedhiel clavó su mirada gélida en los ojos violetas del chico, esperando su siguiente jugada.
  3. Eobard parecía dolorido mientras aceptaba la mano de la chica para ayudar a ponerse en pie. El chico parecía estirar los músculos y articulaciones entumecidas, y realizó algunas flexiones para cerciorarse de que no se había roto nada. -Me temo que no es una habilidad especial. Eso no evita que haga uso cada que tengo la oportunidad. -dijo, como apesadumbrado por la revelación -Ahora me siento culpable por el asunto de los Nfflers, pero al menos estamos bien. Lo estás, ¿cierto? - añadió abriendo los ojos. La preocupación del mago la envolvió de nuevo en una sensación cálida en sus brazos y mejillas. - No te sientas culpable! Nos sacaste de una situación complicada de manera concienzuda.Yo estoy bien- dijo mientras se le acercaba.- Deberías preocuparte por ti. Tu aterrizaje fue más forzoso- dijo y sin esperar reacción del mago y con la mirada concentrada, agarró la cabeza del mago con ambas manos y la movió levemente hacia la suya y luego de arriba abajo, como escaneándolo en busca de heridas o posibles indicación de un trauma grave. Cuando pareció haberse dado por satisfecha retiró un poco sus manos de la cabeza de Eobard y por un instante sus ojos azules se posaron en los del chico, percatándose de que había invadido quizás demasiado su espacio personal.Carraspeó.- Si, ejem... parece que no hay signos de contusión, ejem...- añadió liberándolo y llevándose la mano a su muñeca izquierda, nerviosa. Cuando Evedhiel pensó que no necesitaba actuar más como sanadora, se percató de un hilero de sangre en uno de los brazos de Eobard.Guiada por la costumbre, agarró el brazo de este descubriendo un tatuaje un poco particular que incluí una calavera y una serpiente. Lejos de asustarse de aquella particular marca,Evedhiel lo recorrió con la yema de sus dedos, interesada para rápidamente completar diciendo: -Episkey- El corte no muy profundo en el brazo del chico parecia dejar de sangrar y cerrarse- No deberiía dejar cicatriz.- Dijo, buscando en su bolsillo hasta sacar una de sus propias tiritas y ponerla sobre la pequeña herida, a modo de burla. Acto seguido, soltó el brazo y se separó del mago,dirección a la montaña rusa. Aunque maltratada por el tiempo, el amasijo de hierros y metales parecía estar en funcionamiento, y de cuando en cuando uno de los railes emitiía un sonido sordo como de frenos alcanzando el final e inicio de la trayectoria. Los railes se perdían de vista después de 90 metros approx, y el vagón con ellos y volvían a aparecer unos 5 minutos después a tiempo para comenzar el recorrido. Evedhiel sospechó que algún tipo de encantamiento debía transportarlos a otro sitio en plena caida en picado. Quizás los nifflers habían aprovechado aquello para esconder allí su tesoro. -¿Y por qué no contamos estrellas, mientras intentamos no morir en el trayecto? Digo, conmigo fungiendo de trébol camaleón, podemos tentar a nuestra suerte. - Dijo Eobard, como leyendole el pensamiento. - Podríamos SER estrellas- añadió la hechicera, señalando el tramo del rail donde desaparecía en aquel instante la vagoneta que hacía efecto de estrella fugaz.- Espero que no te asusten las alturas.- dijo divertida. Eobard abrió camino hacia la construcción apartando una de las vigas metálicas que roídas por el tiempo emitió un sonido chirriante. Ambos se miraron entendiendo que necesitaban moverse rápido si no querían ser descubiertos. -Ojalá no haya más de nuestros amigos ahí dentro. En una de esas, encontramos su alijo y podemos llevarnos un tesoro a manera de souvenir. -Así, quizá pueda saber el significado de tu tatuaje.- Dijo el mago, tomando desprevenida a la chica mientras posicionaba la pieza de metal de manera que pareciese que había caído por su propio peso. Como para indicarle a que se refería Eobard señaló su propio cuello. Evedhiel se llevó la mano al suyo propio como acto reflejo y se echó el cabello a un lado descubriéndolo, y pareció notar un deje sonrosado en el chico, Casi tanto como el que ella había intentado ocultar cuando comprobaba signos de concusión minutos antes -Es..- Evedhiel paró en seco su explicación, como percatándose de algo.- Sabes? Mejor te dejo con la duda.- Dijo divertida traspasando cerca de la taquilla de entrada a la atracción.- No querrás revelar todos mis secretos en nuestro primer encuentro, verdad Mister Tiritas? Quizás el alcance de tu trébol no sea lo suficientemente amplio como para que te cuente- le guiñó un ojo. -En cuanto a nuestros amigos... con suerte y encontramos su alijo de joyas y tesoros. No estoy muy segura que eso les haga muy felices, así que mejor ten tu varita a mano- Emitió una carcajada nerviosa al percatarse de su juego de palabras, y rezó en su mente para que el chico no encontrase raro reirse de sus propias bromas.- Mientras tanto... disfrutemos del viaje.- finalizó la chica. Sus palabras parecían haberse acompasado con el ciclo de la montaña rusa, pues en ese momento, uno de los vagones se detuvo frente a ellos, invitándolos a entrar. Evedhiel se animó a entrar primero y una vez estuvieron ambos acomodados, el vagón se elevó del suelo, levitando y empezando su recorrido. Evedhiel miró a su acompañante y se agarró con fuerza a uno de los lados del vagón que había tomado la forma de un colacuerno húngaro. Un leve cosquilleo se apoderó de su estómago. @
  4. Evedhiel

    Awkward.

    El reflejo de la luna en el Támesis hubiese pasado por la copia idéntica de la misma si no hubiese sido por las pequeñas ondas que lo enturbiaron.Las estrellas habían decidido no aparecer aquella noche, al menos no todavía, dejando la quietud sorda de la ciudad encendida como única iluminación de la zona que Evedhiel había escogido. No era fácil sorprender a su contrincante; De hecho pocas veces en el tiempo que llevaban conociendose ( demasiado, por cierto) había conseguido sonsacarle un gesto de sorpresa a la leyenda mortífaga. Tan pocas , que de hecho había dejado de intentarlo, y su mera obsesión con la grandiosidad de los escenarios se basaba en la idea de intentar darle al mago la menor ventaja posible. Como si eso fuese una opción. Evedhiel lo esperaba apacible observando cada uno de los diminutos coches bajo ella en la torre norte del Tower Bridge. A su alredor, practicamente nada: Algunas cadenas rotas que posiblemente hubiesen escapado de uno de los antiguos amarres del puente y olvidadas habían ahora aceptado un futuro de abandono; Tres palomas acurrucadas una encima de otra, como intentando mantener el calor entre ellas y entrecerrando los ojos y la sombra de la bandera que parecía discutir sin ondeaba o no en la torre sur, a unos 40 metros de distancia. Evedhiel había aprovechado alguna que otra hendidura en las obras de la torre, que daba un terreno lo suficientemente plano como para moverse con agilidad pero suficientemente estrecho como para vigilar donde pisabas. Su pelo ondeaba suelto al compás de la bandera, y su chupa de cuero ocultaba una camiseta en blanco y negro con la imagen de una cantante muggle que la chica detestaba. CC. Unos simples vaqueros rotos completaban su vestimenta. En su mano derecha, Niïnde. -Ya se que no he venido a ganar.- le dijo a la figura que acababa de notar a pocos metros de ella en el edificio. - Pero con suerte aprendo algo.- Se giró dando ahora la espalda a londres, y afrontando a su contrincante. -Sectusempra- dijo casi en un susurro, con la intención de impactar en @Near El puente parecía haberse dado por aludido abriéndose por la mitad ante las indicaciones sonoras de un barco cercano. @Near
  5. La luz cegadora la había hecho retroceder mas de lo que creía pues la voz de Eobard la sorprendió mas cerca de su oido de lo que hacía escasos minutos había calculado. Los Nifflers avanzaban cautelosos pero a paso ligero, y como acto reflejo, Evedhiel empuño a Nïnde con su mano izquierda, protegiendo así su anillo de metamorfopiedra que tomaba forma de perla en su mano. La chica buscaba mil posibles vías de escape en su mente, ninguna de ellas lo suficientemente efectiva. Estaba a punto de intentar aparecerse de manera conjunta de nuevo, a pesar de que sabía de la adversión por ello de su compañero cuando este dijo: -Pido perdón de antemano por esto. - La chica solo tuvo de articular un gesto inquisitivo, no sabiendo muy bien que esperar de aquellas palabras, antes de sentir la mano del chico en su cuello, que se tensó y de manera refleja la chica agarró el brazo de Eobard con su mano libre, como si respondiese a un ataque no esperaba. Su tensión re redujo un poco a medida que la señal de alerta posible ataque se convirtió en la incertidumbre de sentir que el suelo se movía bajo sus pies.Aflojó el agarre del brazo del chico ahora solo estabilizando su posición para evitar quedarse atrás. -Estamos volando?- se dijo a si misma, incrédula y buscando sin éxito alguna escoba donde agarrarse. El viento le despeinaba los cabellos y la mano del chico firme en su cuello la guiaba...- Estamos corriendo!- pensó entonces fascinada. Pero sus piernas no parecían moverse, mas bien flotaban casi sin esfuerzo en un intento de seguir a las de Eobard que parecían tener algún encantamiento.- Los pies del chico derraparon y la montaña rusa apareció entre ellos, el tablón carcomido de la taquilla amortiguó de manera grácil su frenado, y cuando la chica pareció volver a identificar el suelo que pisaba y la sensación de estar flotando pareció desaparecer buscó a Eobard con la mirada. Una media sonrisa se apoderoó de sus labios cuando lo encontró tumbado bocarriba a unos palmos de la atracción. - Menos mal que no te dejé trucarme en la carrera desde la cantina hacia aquí- dijo posando una mano en su cadera, que estaba un poco dolorida después de su frenado de emergencia contra la valla- Ahora entiendo tu alegría ante tal proposición.- La chica se acercó algo más al mago, mientras se adecentaba la camiseta que había dejado al descubierto uno de sus hombros.- Jamás he visto tantos nifflers furiosos juntos. Digo... ni siquiera habíamos empezado a buscar sus tesoros... gracias por sacarnos de allí. Olvidaste mencionar rápidez entre tus habilidades especiales- dijo adecentándose ahora el cabello- tomo nota. Cuando estuvo a unos 30 cm del chico miró la mullida hierba donde el había caído y se debatió entre tumbarse a su lado a mirar las estrellas o ayudarle a levantarse.Después posó la mirada en el chico por unos segundos antes de decir: -Mira quien encontró una rareza entre malezas esta vez!- le dijo comparándolo con el trébol que sorprendentemente aún estaba prendido del polo del chico y tendiéndole la mano a Eobard- Espero que no te tiñas de violeta- -Supongo que no va a haber un mejor momento para comparar tus pasos con la velocidad de la atracción- añadió. Hizo una pausa y sin saber muy bien porqué volvió a ruborizarse- A menos que prefieras quedarte contando estrellas.- @
  6. -¿Otras habilidades? No creo que saber preparar pociones en una taza, o conocer de las Artes Oscuras cuente mucho en un juego de habilidad.- dijo el mago chasqueando los dedos y señalando a Evedhiel- Es un grave error mostrar tu mejor jugada al inicio. ¿Qué tal y tú tienes un as bajo la manga que yo no espero?- añadió, como exasperado. -No preguntes.- dijo la chica en tono serio- Asume que siempre tengo un as bajo la manga- añadió intentando sonar segura de si misma en tono de burla.- Además las pociones en una taza estan subestimadas.. La sensación calida volvió a recorrer los normalmente helados dedos de la chica, quien empezó a pensar que la mort subite de la cantina no tenía nada que ver con aquello e intentó buscar mil enfermedades mágicas a manera de excusas en su mente. Los brazos alzados en señal de derrota de Eobard la transportaron de nuevo allí. El chico parecía entre dolido y divertido mientras que el grifo al que había intentado derrotar quedaba henchido de orgullo pavoneandose de un lado al otro de la tarima, mientras las cuerdas de la varita de Evedhiel impactaban en uno de los dragones distraidos. -¿Lo ves? Terminaste dándome la vuelta. Nada está escrito aún, así que tendríamos las mismas probabilidades. - añadió su contrincante. La hechicera abrió mucho los ojos, contrariada, como si no pudiese creerse que su hechizo hubiese funcionado y buscase algún tipo de trampa en el mecanismo. A duras penas vió el tercer rayo de Eobard dirigiendose a uno de los Occamy. El hechizo impactó de lleno en la criatura que voló hacia el stand superior donde el dragón encarcelado de Evedhiel aún se resistía a las cuerdas. La onda expansiva impactó tambien en la chica, que se tambaleó casi perdiendo el equilibrio. Evedhiel no era una bruja patosa, de hecho sus movimientos eran agiles y certeros, como si la elegancia fuese una de las cualidades natas de la chica, por ello un intenso rubor se apoderó de su cara y brazos al creerse a punto de caer. Mientras tanto, el occamy miró a su alrededor y cambió su tamaño para acomodar aquel del dragon que tenía al lado. El marcador lo siguió con un leve sonido y los numeros volvieron a cambiar esta vez reflejando un puntuaje curioso: 200-150. -Já! eso te pasa por hablar tan rapido! Tu plantita esta funcionando...-dijo la chica divertida con cierto rubor aún en sus mejillas-Ha adoptado el puntuaje de los dragones... muy listo señor tiritas- añadió Evedhiel caminando alrededor del mago para posicionarse algo mas cerca a el pero justo al otro lado de donde el se encontraba, como si quisiese atraer la suerte del trébol. Irónicamente su tiro resolvería el juego. La chica se había olvidado por completo de su necesidad de ganar porque verdaderamente estaba disfrutando aquella partida, así que para ella el puntuaje no era importante. -Petrificus totalus- dijo levemente apuntando a nada en particular, y esperó sin fijarse en si su hechizo impactaba o no. Giró su mirada al mago para ver su reacción ya que estaba segura de que sería mejor manera de saber. Sin embargo, el rostro serio del mago cortó la sonrisa de su labios. -Creo que estamos siendo vigilados. En el mejor de los casos, son los guardias. - dijo este, con su varita en la mano en señal de peligro inminente Evdhiel se giró y adoptó también posición de defensa. Frente a ella miles de figuras pequeñas, no mas grandes que montículos de tierra, habían rodeado el edificio donde Eobard y ella habían pasado la ultima hora. La chica dio algunos pasos al frente para intentar adivinar de que se trataba. Lo primero que se le vino a la cabeza eran topos pero...por qué aquel inmenso numero y de manera tan organizada. Cuando casi estaba convencida de su propia hipótesis e iba a guardar su varita, la única luz que los iluminaba, la de la luna llena , fue oscurecida por una nube cercana, sumiendo a los magos en total oscuridad. Un escalofrío recorrió la espalda de Evedhiel, y cuando la nube volvió a desvelar la luz lunar esta se proyectó en todos los montículos que los rodeaban, reflejando distintos objetos que las criaturas agarraban dirección a los magos, y dirigiendo la luz con intensidad a los ojos no acostumbrados de la chica. Cegándola. -No habrá necesidad de buscar a los Nifflers, Eobard- dijo la chica, protegiendose los ojos con uno de sus brazos y girandose a ciegas buscando refugio de la luz directa. @
  7. ¿Qué decías acerca de mi suerte, hace rato? Tú misma lo dijiste, soy un anciano, que además tiene problemas de astigmatismo. No soy el más apto para elegir el premio, por eso te lo confío a ti. Si es que lo logras. - dijo el mago, con tono frustrado. Evedhiel sintió remordimiento, pues si broma quizás hubiese herido los sentimientos del chico, que se apresuró a buscar canas en su cabello. Justo cuando iba a intervenir y decirle que era una broma. Eobard dejó estallar una carcajada. -Al menos tiene mi mismo sentido del humor- se dijo a si misma recomfortandose.- ya pense que iba a tener que estar explicando todos mis chistes malos... Lo que parecía iban a ser 50 puntos para el mago, acabó siendo de ventaja sobre Evedhiel tras la certera respuesta al acertijo de la esfinge. Evedhiel apretó su varita entre los dedos. No le gustaba perder. De hecho la mayor parte de sus discusiones consigo misma habían sido justo y por aquella costumbre suya. La vida la había hecho aprender a perder muchas veces, pero la chica aún atesoraba algun que otro ramalazo de competitividad. Sin embargo,el Black Lestrange era aún un nuevo conocido. No podía dejar que sus debilidades apareciesen tan fácilmente. Al fin y al cabo, era solo un juego, y aún podía remontarlo. El trebol de 5 hojas parecía haberse vuelto mas azul en el cuello del polo de Eobard. El chico conjuró un hechizo del que Evedhiel solo tuvo constancia por el pequeño remolino que escapó de la punta de la varita dirección a uno de los grifos. Los revoloteos de este se convirtieron en feroces batir de alas a medida que el torbellino se acercaba envolviendolo y lejos de arrastrarlo en la corriente inmensa de aire, el animal parecía bailar dentro de él, moviendo sus patas con agilidad hasta que el efecto del hechizo se hizo inapreciable y finalmente desapareció. El grifo pareció guiñarle un ojo a los magos en gesto de burla. El marcador permaneció 100-50. -¿Y si lo dejamos a dos de tres? Como dije, mi puntería no es tan buena, aún sin ingerir una gota de alcohol- añadió. -Me parece bien, siempre y cuando no seas humilde sobre tu puntería. Me llevas 50 puntos de ventaja! donde deja eso a la mia! Además al parecer no todo es puntería en este juego, y estoy segura que tienes otras muchas mejores habilidades- bromeó la bruja, apartando algunos cabellos de sus ojos y focalizando su mirada en sus objetivos. Parte de ella necesitaba concentrarse si queria ganar al mago. Por otro lado, Evedhiel prefería divertirse viendo la cara de frustración del chico mientras ambos se veían burlados por 3 animales del tamaño de un roedor. Decidió relajar sus hombros, y lanzar un hechizo al azar. -Incarcerus- dirigiendolo esta vez hacia uno de los dragones, con el objetivo de atar sus alas y hacerle caer a la tarima donde se encontraba el marcador. A unos 50 metros de ellos, pequeñas sombras parecían haber despertado al unísono y recorrían el camino por el que ambos magos se habían aventurado hacía menos de una hora olfateando el rastro que los magos habían dejado. Ninguno de los dos se percató de aquello. Sin embargo, las pequeñas criaturas parecían estar organizándose en un intento de formar filas alinieadas entre ellas. @
  8. El mago ayudó a Evedhiel a estabilizarse, y tras las palabras sinceras de la chica el contestó: -Es extraño. Quizá no estoy acostumbrado a compartir mis victorias, ni dejar que contribuyan a las mismas, porque ese alguien ha estado ausente los últimos veinte y algo años.Sobre aviso, no hay engaño. Alguien normal pensaría en un Juramento Inquebrantable, pero ya que aceptaste correr el riesgo... - Dijo el mago, evitando el contacto directo con los ojos de la chica. Evedhiel se sorprendió a si misma leyendo entre lineas las palabras del mago. La ausencia de un ser querido. Quizás una esposa? Una hija? un amigo? Estaba claro que quien quiera que fuese había causado impacto en su vida. No sabía si ahondar en aquella frase. Como persona reservada sabía que las palabras poseían gran significado, y solo cuando se pronuncian por voluntad tienen el efecto de unir a las personas. Así que decidió no ahogar la confianza del mago con preguntas. Quizás en otro momento, el decidiese contarle. - Juramento inquebrantable!- dijo riendo- mmm digamos que soy mujer de palabra. Además... que aburrido! No hay nada mejor que creer en alguien sin cadenas. Sin vincuios que aten a ese alguien a cumplir con su palabra. Lo suficientemente libre como para volar en cualquier momento, pero tambien lo suficientemente ..- la chica paró un momento analizando el doble sentido que podría tener su frase y ruborizandose ante ello- fiel como para mantenerse a tu lado sin ataduras.- finalizó Minutos después de aquello, Eobard pareció pausarse en el camino y se agachó hacia la maleza. Evedhiel giró su cabeza y fruncioó sus ojos, contrariada. Quizás hubiese encontrado uno de los Nifflers, o una pista que pudiese llevarles a ellos. Observó a su acompañante con curiosidad. Antes de que Evedhiel pudiese preguntar qué pasaba, lo que a Evedhiel le pareció un insecto primero, voló hacia ella. Con un gesto agil de su varita, Evedhiel paró el objeto en el aire. Un trebol de cinco hojas. -Oh!- susurró la chica, incrédula. Dió unos pasos alrededor de trébol que seguía flotando en el aire. El color de la planta pasó a ser de un verde intenso a un violeta pálido cuando entró en contacto con la mano de la chica.- Un trébol camaleón...Pensé que no existían!- añadió- Y no solo eso... 5 hojas. Cuando era pequeña algunas de las cuidadoras del...internado nos decían que cambiaban de color según el aura de la persona que los tocasen. Obvio siempre pensé que eran cuentos de hadas- Dijo esbozando media sonrisa. Se acercó al mago mientras el se ponía de nuevo en pie aún mirando la planta cuyo color se había intensificado ahora a un malva intenso mientras se la tendía en su mano al mago. -Se ve que tu suerte está a punto de cambiar.- susurró.- Además creo que no necesitas esas gafas- añadió componiendo un gesto incrédulo por como el chico había distinguido el trêbol de entre las demás malezas y reparando en los grandes ojos del chico que se empequeñecían por la montura. El callejón mal iluminado se había convertido en lo que en su día podría haber sido en area de diversiones. La proposion de jugar de la chica parecía haber sido aceptada y el mago puso de excusa su mal pulso. -Oh! vamos, anciano!- bromeó Evedhiel risueña mientras se acercaba a la zona de disparo de la diana- Esa es tu mejor excusa para explicar como voy a ganarte? Además, te he visto vaciar un shot de vodka de una sentada- añadió.- Tu pulso no titubeó entonces. Si no se hubiese oido a si misma, Evedhiel no hubiese pensado que aquellas frases ácidas hubiesen salido de sus labios. Hacía tanto que no dejaba ver aquella parte de si misma que hasta la propia bruja había olvidado su propio sentido del humor. Además no entendía muy bien por qué en aquel momento. Por qué aquella confianza desmedida hacia aquel mago. Como si lo conociese de antes. O no importase lo que pensase de ella mañana. Se apoyó en la barra jugueteando con su varita mientras el mago se posicionaba paralelo a ella listo para usar su primer hechizo. La hilera de Occamy era la más cercana, y un puntuaje marcando 10 se posicionaba al lado de la fila. La segunda la componían un par de esfingues que se movían continuamente y parecían emitir rugidos. A su lado puntuando 50 otro cartel se situaba justo debajo de la siguiente hilera, los grifos, con el mismo puntuaje, que revoloteaban cuando uno de los hechizos pasaba cerca. Por ultimo en lo más alto, pesados dragones emitían fuego constantemente complicando cualquier ataque con un cartel al lado de ellos en el que habían dibujado un 100. -Reducto. - dijo el chico, y un rayo rojo salió de su varita.. -¿Qué habrá para el vencedor? O vencedora. El hechizo del mago se desvió impactando en una de las esfinges que pareció componer un gesto molesto y se escondió detrás de una de sus compañeras. -Já! tan seguro estas de que vas a ganarme, mister tiritas!??- dijo la chica alzando una ceja- Se giró hacia el mago y dijo- La ganadora elige el premio- dijo enfatizando la chica mientras una sonora carcajada escapaba de sus labios.- aunque no se si seraá un poco injusto teniendo en cuenta que acabas de encontrar un trebol camaleón de 5 hojas.-añadió pensativa. Justo antes de que la chica tuviese opción de lanzar su hechizo, la esfinge que Eobard había derribado salió de su escondite. -"Si tu puntuaje quieres doblar, este acertijo has de adivinar"- se aclaró la garganta: "Soy tan delicado que si me mencionas, me rompo. Qué soy?- Evedhiel dejó al mago pensando, mientras ella apuntaba a uno de los grifos: -Aquamenti- murmuró y un chorro de agua salió en dirección donde revoloteaba uno de ellos. Evedhiel miró al mago de reojo, intentando enfocaser en si su hechizo daría en la diana, pero al mismo tiempo curiosa de ver si el mago conseguía adivinar el acertijo. @
  9. Un gesto serio se poso en el semblante de la bruja al escuchar las palabras de Eobar sobre su tendencia a los lios. Lo cierto es que por una razón u otra la chica tampoco parecía estar libre de problemas en su vida. No estaba segura de que tener eso en común fuese algo bueno o malo. Al menos no todavía, pero le agradaba tenerlo de su lado. -Ser amigos es una empresa peligrosa, así que debes estar segura. No ofrezco muchos beneficios, salvo que soy un imán de líos. En retribución, lo más probable es que intente sacrificarme en lugar tuyo. -Estoy dispuesta a correr el riesgo- añadió.- pero a cambio tendrás que hacerte a la idea de que odio los silencios incómodos y que soy tan cabezota que seguramente intentaría convencerte de que sacrificarte por mi no vale la pena.- añadio.- Además... se cuidar de mi misma. - dijo finalmente con un gesto entre burlón y orgulloso. El chico pareció interesarse por las razones que Evedhiel le dió acerca de la elección de su destino. Parecía tener amplio conocimiento en aquellas criaturas, lo que decidió escucharle y con suerte, poder trazar un plan. -Por lo que entiendo, esas criaturas buscan cualquier cosa brillante....-El lugar debió tener gran cantidad de premios en metálico hace años. Yo apostaría porque se encuentra en el centro, dónde curiosamente está la montaña rusa. - dijo el chico mientras traspasaba la verja y seguía a la chica. La espalda de la bruja se había pegado a la pared que los resguardaba de los guardias. El desnivel entre la verja y el resto del muro los dejaba a un subnivel con respecto a los guardias que parecían turnarse. A su lado el mago había adoptado la misma postura y se situaba a menos de 4 cm de su hombro, tan cerca que la chica podía oler su perfume. -Almizcle? -pensó- con unas notas de...- Evedhiel estaba orgullosa de sus habilidades para identificar perfumes. Lo necesitaba para la fabricación de pociones curativas y de manejo del dolor en su puesto de trabajo en San Mungo. Pero por alguna razón las notas basales del perfume, o esencia del mago bloqueaban el pensamiento inmimente de la chica, que por un momento había olvidado a los guardias, su corazón latiendo por la adrenalina y que su acompañante seguramente esperaba alguna reacción por su parte. -¡Imperio!- Las palabras del mago la sacaron de su ensimismamiento. La elección del hechizo había delatado al mago. Evedhiel no se extrañó de aquello, sin embargo no pudo evitar mirar a su alrededor acercando su varita a su rostro, vigilando por la presencia de alguien externo al que no hubiesen visto y que necesitase ser hechizado. La suerte de ambos parecía intensificarse en equipo, pues nadie mas les oyó y el parque volvió a sumirse en un silencio sordo solo azotado por el continuo traqueteo de la montaña rusa en el centro. -No ha estado mal. -dijo el mago, más para el que para la chica.. -Tu amistad resultaría interesante, ¿quién sabe, y en una de esas terminamos siendo cómplices en actividades poco usuales? Evedhiel sonrió mientras de nuevo sus mejillas se encendian. -Si quieres que nuestra amistad sea algo más que salvar a damiselas en apuros, te recomiendo que la próxima vez compartas tus victorias... y al menos me dejes formar parte de tu diversión- dijo bromeando mientras invocaba con su varita varias cuerdas que ataban la puerta por la que habían entrado los guardias a las taquillas a modo de candado. Como una estrella fugaz los ojos de la chica parecieron iluminarse por un momento. El chico extendió ambos brazos, y Evedhiel le correspondió agarrando ambos para impulsarse y salir del escondrijo donde se había resguardado. La luna había salido a iluminarles el macabro camino ahora que las nubes se habían alejado. La única ayuda luminosa que el satélite recibía provenía de una farola que tintineaba esparciendo sobras de distintas atracciones a medida que ambos avanzaban por el parque. Se podía apreciar el intento de renovación del lugar, y aunque aún parecían quedar sombras marcadas por el tiempo, la hierba estaba mas o menos cuidada, y algunas atracciones habían pasado el periodo de reparaciones y parecían estar en funcionamiento. Buscó entre la oscuridad algún cartel que indicase su posición exacta. Eobard había mencionado el centro del parque como lugar apropiado para esconder tesoros, sin embargo la chica estaba disfrutando aquel paseo. No tenía muy claro si era el licor malo de aquella cierta taberna, o que quizás el caparazón armadura de su acompañante no era tan impenetrable como el pensaba, pero Evedhiel creía que el mago también estaba disfrutando un poco de misterio y aventuras. O al menos eso esperaba. Estaba molesta que aún tuviese el aroma en su nariz y no pudiese identificar que era exactamente aquello que se mezclaba con el almizcle, pero decidió que no le molestaba tanto como para frustrarse. Olía bonito, y eso es lo que importaba. -Que te parece si aparcamos por un momento a los Nifflers, y me enseñas que tan buena puntería con tienes con tu varita?- Evedhiel avanzó hacia lo que parecía un local abandonado de tiro de escopeta, pero remodelado a la versión magica. @
  10. Quizás la aparición conjunta no había sido tan buena idea al fin y al cabo. Eobard parecía haber tomado aquella accion como un imprevisto y Evedhiel se sintió culpable al ver como el mago necesitaba un segundo mientras se doblaba, nauseabundo. Como acto reflejo se acercó al mago y puso sus manos en su espalda, en un intento de estabilizarlo. -Descuida, estoy bien... dijo Eobard, respondiendo a una pregunta que la chica estba a punto de dejar salir de sus labips - La Aparición Conjunta me revuelve el estómago, pero sobreviviré.- añadió. Cuando el chico pareció incorporarse Evedhiel se retiró del mago, dejandole espacio pata recuperarse. -¿Maic Lanp? Suena a lugar de terror. Me gusta; al menos, si morimos, dirán que fue desafiando a una de las fuerzas de la naturaleza. - -Yo no pienso morir hoy, señor tiritas- dijo Evedhiel analizando como entrar en el sitio- y como tu amuleto, no pienso dejar que muera tampoco.- añadió.- Digo... imaginate que dificil sería explicar porque estabamos aquí a tan altas horas de la noche cuando te encontrasen!- Evedhiel se arrepintió de sus palabras nada más terminar de decirlas. El mago, por su parte, se quitó las gafas de sus ojos en gesto serio, como buscando algo. Aunque antes de adentrarnos, quisiera saber qué te orilló a traernos aquí. ¿Puedo llamarte Eve? Me agrada esa abreviatura, aunque no sé si a ti también.- dijo el chico. -Uff...- dijo la chica llevándose un dedo a la barbilla pensativa- Depende- respondió al fin- significa eso que puedo difuminar la raya de conocidos y encasillarte en...- se paró en seco de nuevo- proyecto de amigo.?- dijo al fin. -Y bueno este lugar...- continuó- Evedhiel metió la mano en su bolsillo y sacó un ticket desgastado- Encontrê este ticket en uno de mis paseos por el callejón. Investigué sobre este lugar y leí que al ser abandonado se convirtió en una colonia de Nifflers.- explicó Evedhiel- Aparte de comprobar cuanta adrenalina puedes soportar- dijo a modo de burla- pensé que sería interesante intentar encontrar los escondrijos donde los Nifflers guardaban sus tesoros. Quién sabe? Lo mismo y no solo ganas una nueva "amiga" esta noche. Quizás también salgamos ricos de aquí.- finalizó Evedhiel. Para sorpresa de la bruja, Eobard se había aproximado a una de las vallas cercanas. Evedhiel se percató de los huecos en ellas y como lanzando al aire una pregunta silenciosa, el Black lestrange la miró como retándola.El corazón de la chica latía con fuerzas mientras avanzaba hacia uno de esos huecos. Inundado en la posibilidad de ser pillados y a la misma vez envuelta en la sensación de estrés del que realiza algo ilegal. Evedhiel miró a ambos lados y se recogió el cabello para evitar enredarlo en los trozos rotos del alambre. Cuando estuvo segura de que no había nadie alrededor, tiró levemente de la camiseta del mago, indicandole que la siguiese y acto seguido pasó una de sus piernas al otro lado del parque, seguida de la siguiente. Una vez al otro lado, su corazón seguía acelerado y se puso a cubierto mientras esperaba que Eobard cruzase donde ella estaba. Cuando este lo hubo hecho, le instó con la cabeza a seguirla hacia un muro cercano donde resguardarse de posibles guardias en la entrada. La chica no creía que un lugar como aquel tuviese muchos más vigilantes.Una vez que pasasen aquel punto, estarían libres con el parque para ellos. -Pero... Cómo lo harían?- @
  11. "Clank" El sonido de ambas fuguras apareciendose en la puertas de los terrenos rompió el silencio de la noche. La lluvia había amainado un poco y dejó tras ella la quietud que quizás avecinaba la tormenta. O no. Tan solo podrían esperar. Los avances en las obras del parque de atracciones cercano a donde se habían aparecido casi habían hecho de su aspecto oscuro y siniestro un lugar un tanto oculto del resto del bullicio del callejón. Lo cierto es que la chica llevaba tiempo queriendo entrar en aquel lugar. Y los rastros del alcohol que había bebido en la cantina quizás le habían dotado del valor que en otras circunstancias habria olvidado atrás de su cabeza. Esperó la reacción de su acompañante. La chica temîa que el tope de rarezas hubiese quedado solapado en su mensaje en un posavasos, y lo miraba entre curiosa y temerosa de que el chico decidiese irse. Las ventanillas estaban sorprendentemente abiertas a aquellas horas de la madrugada, por lo que después de secarse el cabello con un golpe de varita, avanzó hacia ellas, dejando a Eobard un poco atrás. -Querías velocidad, no? - dijo instando al mago a seguirla- Creo que no hay nada más rápido en ottery,-y señaló a la montaña rusa que se sumía en luces lúgubres. @
  12. Cordelia llevaba más de 95 años con el mismo vestido. El azul turquesa, casi cielo había parecido oportuno aquella mañana de junio pintada en planes del verano por venir. La chica.. quién dijo chica? mujer, con enaguas y corset. Con tocado y perfume, y labios color carmesí. Parecía salida de una obra de Shakespeare... sería aquello ironía? Lo cierto es que llevaba 80 de aquellos años con esa pregunta sin responder. La dama velaba , fugaz, sin rumbo desde aquel día soleado. Lo curioso, para ella, es que no recordaba haber dormido desde las altas horas de aquel sábado, y el estanque cercano en el que amaneció con dolor de espalda al día siguiente, fue su única casa por lo que parecieron siglos. Hasta, por supuesto, la construcción de la Yaxley. Cordelia se escondía por el día, tras un árbol, en la montaña, detrás de las sombras de los magos constructores... en cualquier sitio donde su presencia etérea pareciese camuflarse. Pero la noche... Oh! La noche era de ella. Y de su búsqueda de tesoros que precabida almacenaba en cualquier trampilla de la cimentada casa aún no terminada. Porque dejemos claro una cosa: La única falta en la cara angelical de la doncella era su tendencia curiosa, casi maquiavélica de apropiarse de bienes ajenos. irremediablemente, y para sorpresa de la chica, Adelaida fue la sorprendida al encontrar a la dama errante en su cocina buscando sobres de gelatina mágica para añadir a su lista de utensilios de la casa. Adelaida, ni corta ni perezosa le ofreció el paquete entero. No mediaron ni media palabra, y desde aquel día, año y hora Cordelia se proclamó protectora de la familia. Al fin y al cabo qué otra función tiene un fantasma en una Manor? Escucha atento, curioso lector!:Pues la única condición que la bruja Adelaida dejó bajo su colchón fue que se mantuviese en secreto el puñal clavado como un cejo entre los omoplatos de la pobre Cordelia. La dama así se cree dormida en un sueño eterno, siendo en realidad una mas en el mundo de los muertos.
  13. El acompañante de Evedhiel pareciía saber de lo que la chica hablaba. Y soprendentemente a ella no le preocupó el hecho que el también tuviese como meta volver al presente. Tiró de su antebrazo firmemente, y la chica entendió aquel gesto de guía. El mago tomo del suelo un cachibache con cuenta atrás y pareció observarlo frustrado. A qué esperaba? La chica se impacientaba, pasando su mirada del aparato a Near y de Near de nuevo al aparato. Acaso era un translador? Si era así, por qué había querido el mago venir a este punto justo del pasado? ¡Deja mi reloj! idi°ta!- El segundo mago al que Evedhiel había perdido de vista al entrar en la mansión Yaxley parecía salir de la nada y apenas tuvo tiempo de salar en el halo de luz que envolvió a Evedhiel y Near. La chica sintió como una mano se posaba sobre su hombro y supo lo que se le avecinaba. No importaba cuantas veces usase aquella manera de transportarse, jamás se acostumbraria a la sensación de pérdida de control y ganancia del mismo en menos de una milésima de segundo. Antes si quiera de que la bruja pudiese esbozar una mueca de disgusto ante aquel movimiento brusco, su s brazos ya dolían. Abrió los ojos para encontrar todo nevado de nuevo frente a ella. Su vestido se había enredado entre zarzas cercanas y su brazo había quedado colgado de una de ellas. Algunas espinas se había clavado en el brazo izquierdo de la chica que lucía rojo y sangraba de una herida no muy porfunda en el centro. -Genial... Alguien deberia enseñarle a aquel chico como usar objetos mágicos- pensó enfurruñada mientras adecentaba su vestido, retiraba algo de nieve de sus cabellos y su cara y daba un leve vistazo a su herida. A unos 10 metros de ellas los dos cuerpos que la habían acompañado en su viaje parecían haber caido mas o menos juntos cerca de la muy cambiada Manor. Un bloque de nieve enorme los separaba de la fuente, y a la chica le pareció visualizar al menos 3 figuras más aproximandose donde el mago del pelo blanco había aterrizado. La chica se dirigió hacia ellos con paso seguro, aún molesta por la herida de su brazo, dejando un reguero de sangre mientras avanzaba.
  14. Se encontroó con su amigo Ishaya cerca de la puerta de madera de entrada. La pasión de la batalla se había sumido a sus ojos y lanzaba hechizos por doquier mientras reía con risa malefica. -Vamos, vamos... Ya nos divertimos demasiado.- dijo la chica cogiendo a Ishaya del brazo cual colegiales. Ambos caminaron juntos como en los viejos tiempos sobre el camino de piedra que les llevaba a la reja frontal de la mansioón griffindor. O al menos lo que quedaba de ella. -Una noche perfecta para pasear, no crees, amigo mio. Venga, te invito a un trago en el caldero. -dijo la chica mientras pasaban a caminos externos a los de la mansión. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos y la verja parecía mas una valla pequeña tras de ellos, ambos se desaparecieron con un click.
  15. La chica se desvió de su camino, rodeando el edificio por detrás topandose con un cementerio. En el centro de este se veían varias estatuas y el aspecto maquiavelico de la visión de campo santo apuró a la chica. -Confringo- dijo la chica dirigiendolo a una de las estatuas. la chica corrio despues de aquel acto sintiendose despiadada. -Igual eran feas... quizás y le viene bien un poco de remodelacioón. Andoó ahora si a la entrada de la mansión dejando atras fuego y destruccioón.
  16. - ¿Tendrán mascotas o algo por el estilo? Sería bueno dejarles un regalito a esas criaturas... pero nada horripilante, solo conjuros que las vuelvan locas durante unos días o algo así que no se esperen... Ishaya miró justo a la chica, que asintió con aprobación. Evedhiel observó alrededor de sus compañeros buscando el escondrijo de los elfos domesticos. Apenas giró su cabeza y vió como algunos de ellos se percataban de la presencia de los mortífagos y corrían despavorido direccion al invernadero. -Obscuro- dijo la bruja, y una cinta oscura se posoó sobre los ojos de uno de ellos , que empezó a perder su camino y correr sin destino alrededor de los mortífagos. Evedhiel los siguió hasta el invernadero, divertida. - Que coleccción de plantas tan bonitas.. -pensó la bruja, mientras uno de los elfos intentaba esconderse tras una de las macetas... - Incendio- dijo la chica apuntando a un lazo del diablo, que prendió fuego esparciendo las llamaradas alrededor de las demás plantas. Evedhiel regresoó con sus compañeros mientras el invernadero ardia.
  17. YyIEl sol se había puesto entre las copas más altas de los árboles cercanos. El silencio del atardecer apenas se vió interrumpido por la presencia cercana de la luna y leves movimientos casi inapreciables de pies posándose en la tierra seca. No había llovió en varios días y el tiempo se habīa vuelto liviano a medida que la tarde avanzaba. Evedhiel se había aparecido junto al grupo de encapuchados.El corazón le latía rápido. En su mano derecha, su varita, medio oculta por la manga de su túnica negra que ocultaba una camiseta roja de tirantes y unos simples vaqueros.La chica se había acostumbrado rápido a la máscara que cubría su cara y le daba neutralidad a su aspecto camuflandola entre el resto de sus compañeros. Había algo en todo aquello que la hacía sentirse bien. Apenas se acostumbraba a la sensación cuando se giró para divisar la puerta de metal que los separaba de su objetivo, frente a ella. -vamos de paseo...- dijo en un tono melódico, casi infantil mientras sonreía. La chica se echó a un lado para evitar los trozos de metal de la verja que estallaron al contacto de las bombardas de uno de los mortifagos que iban con ella.
  18. -1914...- todas las demás palabras se habían enmudecido. La sala se quedó sorda y Evedhiel pensó rápida . Su varita la había traído al pasado. Por alguna razón aquella realidad no le pertenecía pero sin embargo debía ser suya, puesto que sino por qué diablos se encontraba allí?? Adelaide parecía irritada con su mera presencia y había algo en los ojos de la bruja que le resultaba casi tan familiar como si los hubiesen estado esperando toda la vida. Su compinche en la mentira la sacó de su ensimismamiento. Parece estar todo en orden ...Solo, inspeccionaré los alrededores para verificar que la descripción del edificio detallado en los papeles el correcta. Me reuniré con usted en .. las afueras... jefa- dijo el chico de pelo blanco. Evedhiel lo miró, confusa. Parecía que había visto un fantasma. A la chica no le havía gracia quedarse a solas en una casa donde no era bien recibida pero.. Entonces lo vió. El tapete familiar colgado en la pared justo enfrente de la chica. Tan descarado que hubiese podido darse de bruces con el si lo deseaba. Esperándola quizás y sin embargo parado ahí por Dios sabía cuanto tiempo. Charlotte Longbottom la observaba con cara afable y mirada gélida, casi tanto como la de la propia Evedhiel. A su lado, Jude Yaxley parecia lanzarle una mirada de admiración y la línea infranqueable entre ellos notaba parentesco, presumiblemente matrimonio. Evedhiel no había antes visto aquella mirada altanera sobre el nombre de Charlotte.Es más, la única línea que la guiaba a ella era su firma emborronada en sus papeles de ingreso al internado francés. -Tantos años tras tu pista- pensó la chica- tirando los papeles de la obra al suelo- y siempre estabas tan cerca. Aquel era su hogar. Por eso Nïnde la había llevado allí en tiempos de necesidad. Porque tú cabeza puede estar en mil sitios pero tú corazón solo llama hogar a aquello que verdaderamente lo es. Evedhiel se acercó al tapete y acarició disimulada la cara de la bruja, que agarró su dedo en gesto de bienvenida? Casi se había olvidado del tiempo, y aún así tuvo que volver a la realidad de aquella habitación en el pasado donde dos personas la miraban con gesto tosco y confundido -Bueno... todo está en orden- dijo carraspeando su garganta.- Gracias por su participación. Perdonen las molestias y...tendrán su nuevo permiso conforme a las restricciones 435.6 en el plazo de dos semanas. El elfo doméstico la acompańo a la puerta. Más que andar, Evedhiel flotaba. Acababa de poner la última ficha al puzzle de su vida. Apellido a su nombre solitario. -Yaxley- gritó asombrada cuando secreyó sola en la inmensidad de los jardines . Delante de ella sin embargo, el mago de pelo blanco parecía aún confundido. -Debemos volver al presente- le dijo la chica, mientras deshacía su tocado dejando caer su pelo en los hombros y se quitaba la formal chaqueta metiéndola en su bolsillo. En cuanto a la chapa de MACUSA. Jamás hubo mejor momento para deshacerse de ella. Así que extasiada por la alegría del descubrimiento la tiró lo más lejos que pudo. Dejándola para siempre en su pasado .
  19. Yo puedo ayudarte en lo que haga falta, soy hijo de la dueña del negocio.Ten cuidado, no se puede tocar las obras, ¿eh?- Advirtió el mago con seriedad pero con una sonrisa en los labios. Evedhiel frunció el ceño contrariada y herida por la suposición del mago de que ella no sabía como comportarse en un museo. —Sí, sin duda es obvio lo que ha querido decir a la sociedad el autor con esta maravillosa obra de arte.Sin embargo en este negocio somos partidarios de que nuestros visitantes descubran el significado por sí solos... ¿qué crees tú que significa este cuadro?- añadió. Desde luego estaba claro que el mago quería jugar a las adivinanzas con ella, y Evedhiel no estaba segura de si eso le gustaba o no, asií que se acercó al chico, posicionandose a su misma distancia del cuadro y despues de dedicarle una mirada inquisitiva al mago con sus grandes ojos color glacial, dijo: -Creo que... el autor intenta crear argumento en una obra que no lo tiene. Que justo esperaba que yo me desesperase intentando saber por que esas tres lineas, por que esos tres colores. Y creo también que justo él esperaba tu intención de sonsacarme información de manera sigilosa. - la chica le dedicó una risa burlona al mago. Se hizo el silencio y Eve@@Ashura Lestrangedhiel se giró al darse cuenta que alguien más se les había unido. Sus mejillas se tornaron rojizas al preocuparse por si había ofendido al mago o a la bruja que había escuchado como divagaba entre los significados del cuadro. Su gesto se volvió aún más rojo cuando percibioó las manchas de pintura en una de las manos de la bruja que los observaba, y penso que quizás aquella mujer fuese artista, y el escuchar sus opiniones sobre las pinturas habría enervado su sensibilidad. - Yo... -dijo, hablando esta vez para ambos.- Bueno... solo divagaba.- dijo, girandose un poco para dirigirse a la siguiente pintura. @ @@Ashura Lestrange
  20. El mago realizó justo lo que la chica esperaba que él hiciese y el efecto del protego que el mago acababa de invocar comenzaba a materializarse cuando la chica pronunció su segundo hechizo, vaticinando el siguiente ataque del Yaxley. -Silencius.- dijo Evedhiel. Las palabras absorvere quedaron enmudecidas en la boca del mortífago, que sorprendido esperaba una reacioón distinta a la que estaba pasando. Posiblemente el mortifago se alegró que su mascara no revelase el gesto tosco de sus labios intentando vocalizar el hechizo, pero nada mas que aire escapó de su boca. La varita de Evedhiel temblaba en su mano.Hacía tanto tiempo que no se batía en duelo, que el corazón le latía fuerte. No perdioó tiempo, y aprovechó el silencio temporal del mago para lanzar su siguiente hechizo. -Expelliarmus- dijo la chica, y un rayo de luz se dirigió a Orión, buscando la separación del mago de su varita. Una carrerita para recuperar tu varita te hará entrar en calor.- pensó Evedhiel, mientras avanzaba algunos pasos retirandose de debajo de las escaleras de metal que les rodeaban.
  21. La mente de Evedhiel volaba entre trazos de grafitis adornados con pintura. Cada mural tenía un significado distinto, y aunque la chica no los conocía todos, se vio a si misma acercandose y alejandose desde distintos planos para admirar la inmensidad de muchas de las obras. Podría parecer que su mente se había vuelto loca, y la chica miró alrededor para cercionarse de que estaba sola en la habitación. Se sonrió, aliviada. Siguió andando por la habitación fascinada por todas las obras y lo poco o mucho que sabía de alguna de ellas. La chica se paroó en seco frente a una en concreto e hizo una mueca de confusión, casi frustrada, inflando sus mejillas en gesto casi infantil y luego soltando el aire en un intento de dar sentido a lo que veia. Nada. —¿Qué? ¿Disfrutando del arte?. No todo el mundo puede comprenderlo, es difícil para ciertas personas que sólo ven las obras pero no entienden su significado. — Las palabras del mago la sacaron de su cabeza con un sobresalto. Evedhiel se giró para enfocar su mirada gélida en un mago alto con cabellos castaños y un acento que le recordaba a paises del este. La chica no supo muy bien donde situarlo exactamente. -Eso mismos pensaba- dijo jugueteando con un mechon de su pelo.- Suerte que tu parezcas conocer bien el significado y puedas poner un poco de sentido en mi mente sobre este- la chica señalo a uno de los cuadros cercanos al mago mientras se aproximaba a él- Numero 6: Violeta, verde y rojo de Mark Rothko.- leyó Evedhiel en voz alta, divertida. @
  22. Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 78189 Nick (con link a la ficha) Evedhiel Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla)- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Nivel Mágico: II Fecha: 2018-3-4 Objeto: Espejos comunicadores Puntos: 40 P Precio: 2000 G Total de puntos: 40 P Total de Galeones: 2000 G -.-'''''' Apenas se notó que es mi primera compra no? Gracias por tu paciencia.
  23. upsy! Es lo que pasa cuando escribes primero en word... sorry. Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 78189 Nick (con link a la ficha) Evedhiel Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla)- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Nivel Mágico: II Fecha: 2018-3-4 Objeto: Espejos comunicadores Puntos: 40 P Precio: 2000 G Total de puntos: 64 Total de Galeones: 4393 Mejor? Gracias de nuevo.
  24. Bueeenas Dejo mi ficha con la compra que deseo Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 78189 Nick (con link a la ficha) Evedhiel Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla)- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 4/3/2018 Objeto: Espejos comunicadores Puntos:40 Precio: 2000 Total de puntos: 64 Total de Galeones: 4393 Gracias Dejo chocolates :3
  25. El sol había decidido salir aquella mañana, y aunque sus rayos hacían el mejor de sus esfuerzos por calentar los huesos de Evedhiel, el continuo entrar y salir de las tiendas y sus calefacciones había cansado a la bruja. Dirigió una mirada a las 4 bolsas que caragaba sobre sus manos y tendrían que haber sido 2 en su cabeza antes de salir de casa.Los dedos se le habían entumecido y cuando ya casi había decidido que era hora de volver se topo con un edificio que no recordaba haber visto antes. "Requiem" El nombre no fue lo unico que le llamó la atención y pancartas en la puerta anunciando uno de los pintores que exponía aquel mes en el edificio captó su interes. La chica dió un golpe de varita haciendo desaparecer sus bolsas y decidió premiarse con un rato de arte. Asií que dejó la calle a sus espaldas y sus pasos se encaminaron hacia la primera planta. E A la entrada de este, un elfo recogió su abrigo y le tendió un panfleto con información sobre lo que iba a ver: "La ironía de las pesadillas" Leyó en su mente. Bansky, Maya Hayuk, Faith47 & Clare Rojas. Evedhiel se sonrió parecía que aquella exposición la hubiesen preparado para ella.Los botones de su vestido de seda burdeos incluso parecían adaptarse a la tonalidad de la sala. La habitacion había sido organizada de una manera bastante astuta. Grandes murales caían representando fachadas de edificios donde las obras de los artistas estaban expuestas. Al lado de estos enormes paneles, la descripcion detallada de ellas resonaba en tu cabeza si decidias pasar tu varita sobre el stand, a la vez que el nombre de obras relacionadas. "Call an airstrike-B" era la primera a la derecha. La bruja se dirigió hacia ella mientras jugaba con sus cabellos cobrizos, expectante. Que suerte la suya de haber dado con tan gratificante establecimiento.

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