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Felias Snape Triviani

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Mensajes publicados por Felias Snape Triviani

  1. A pesar de que su hermano no había hecho comentario alguno sobre su actitud de desnudar con la mirada a aquellos jóvenes, podía ver su desacuerdo con claridad. Pero aún así, respetaban sus gustos. Y al parecer, pertenecían a los Karasjok Kites, el último campeón de la copa de Quidditch. Era una lástima que se hubiera perdida las festividades porque, de haber participado, habría visto una buena colección de adolescentes eufóricos y entregados. Un banquete completo.

     

    -Black no tiene porqué enterarse con quién me enredo. Sus asuntos personales no me interesan, y tampoco debería inmiscuirse en los mismo- aquella mañana había tenido la grata oportunidad de conocer a la Directora de la Villa, una mujer con vicios que no parecía congeniar con gente de poca racha. Y Agatone parecía ser uno de ellos. "Novato", como le llamaba.

     

    Siempre le había gustado el Aingingein, pero solo para verlo. A veces resultaba aburrido, pero ciertos partidos lograban tornarse lo suficientemente agresivo como para despertar su entusiasmo. ¿Y los últimos habían terminado por incendiar todo? Estaba llegando a la conclusión de que hubiera sido mejor ingresar en el Ministerio el año anterior para no perderse semejantes partidos pero, siendo sinceros, ya era demasiada suerte que lo tomaran en el Departamento a pesar de su edad.

     

    -Vaya, parece que los jugadores de Aingingein no se dan por vencido fácilmente. El hermano de CariDee juega, ¿verdad?- comentó.

     

    -Es verdad, jugó la temporada anterior de parte del equipo perdedor. Fue bastante avergonzante lo que hicieron.-

    Luego de salir del territorio de la cancha principal, llegaron a la periferia donde se ubicaban los terrenos aledaños. La hierba bien cortaba, el arome a césped húmedo y la casual arboleda parecían estar detalladamente trabajados, no solo para un delicado aspecto sino para mantener el prestigio del mismo.

     

    -Vaya, no me lo imaginaba así- declaró cuando entraron a la cancha. Era más grande lo que imaginaba y totalmente diferente a una de Quidditch. Sonrió con entusiasmo y buscó alrededor el armario de las escobas. Necesitaba probar esos nuevos toneles que, según podía ver, eran importados. -¡Dime que puedo probarlos!- quiso saber. -No tomaré ron si me das una escoba. O al menos, por unos días- sonrió.

  2. Aquella voz tan conocía los saludó desde abajo de las escaleras que CariDee y Agatone estaban descendiendo; había dado una vuelta por la cancha del estadio, notando no solo que los encantamientos estaban en su lugar, sino que se habían aplicados unos cuantos otros, por seguridad. Mientras que una sonrisa se dibujaba en el rostro de su hermano, los rasgos de CariDee aún eran indescifrables. Claramente, Agatone notó que nunca había mencionado tener no un hermano mellizo, sino dos.

     

    -Lisy, sabes cómo soy. Primero el trabajo- le extendió una pálida mano mientras la misma sonrisa se posaba en su boca y, al estrecharla, lo pujó del apretón hacia si y le dio un rápido abrazo. -Al parecer doblaron las protecciones muggles aquí. ¿Algún accidente del que no me he enterado?- bromeó.

     

    Era lo que se hacía habitualmente. Si ocurría un accidente de cualquier índole, se doblaban las protecciones. Llegaba un punto en que la cantidad de encantamientos que se aplicaban causaban dolor de cabeza, literalmente. Hasta que Tanya Parkin tuvo la brillante idea de diseñar un hechizo que contrarrestara aquel doloroso efecto secundario. Y al parecer, allí había mucha magia en el aire.

     

    -Te presento a CariDee English, compañera de mi oficina. CariDee, Lysander, mi hermano-

     

    Comenzaron a caminar dentro de los pasillos que daban a los palcos, rondando una vez más el estadio para llegar a las oficinas que se encontraban del lado opuesto. A pesar de sus similitudes, había grandes diferencias entre ambos jóvenes; mientras que el cabello de Lysander era largo y bajaba por su espalda, Agatone lo llevaba corto, solo con un largo flequillo. Aunque el rasgo que los caracterizaba a ambos tenía una leve diferencia. Agatone llevaba su ojo derecho de color naranja cuya pupila semejaba a una rendija; en el caso de su hermano, era el izquierdo.

     

    CariDee permaneció en silenció varios segundos, pareciendo asimilar la situación de estar frente a dos personas que no solo eran idénticas, sino que ambas trabajaban para el noble deportes de los magos: el Quidditch.

     

    -Bueno, un gusto Lysander. Hemos venido aquí simplemente para asegurarnos que todo estuviera en orden antes de que comience la Copa. No sabía que usted... bueno...-

     

    -Ya déjalo CariDee, no hay problema- le interrumpió Agatone deteniéndose a mirar un grupo de adolescentes no mucho mayores a ellos que, con el torso desnudo, pasaban en dirección contraria a ellos luego de una serie de entrenamientos.

     

    -Bueno, la verdad es que no creo que haya muchos más qué hacer. ¿Qué dices Tone?- volteó a verle -¡AGATONE!- El aludido volvió su mirada de los jóvenes a quienes observaba y, con una sonrisa torcida le clavó sus ojos.

     

    -Ya. ¿Tienes algo qué hacer, Lisy? Puedes enseñarme las canchas de Aingingein mientras me invitas un ron. Lo sé, cambié por el ron- aclaró, sabiendo que le cuestionaría su repentino cambio de bebida favorita.

  3. Era un día perfecto para aquel tipo de trabajos. El Departamento de Juegos y Deportes Mágicos había tomado la decisión de realizar rondas en los estadios y comprobar que todo funcionara con normalidad; desde los encantamientos que tenía el techo del estadio para ver el cielo diurno, como comprobar cada hechizo de las diferentes canchas más pequeñas que comprendían todo aquel complejo arquitectónico. Se había construido hacia ya varios atrás por quien entonces ocupaba el cargo de Director del Departamento, Sabugo Batería Armstrong. Aquel complejo también incluía canchas de Stichstock, Aingingein, entre otros.

     

    Pero ahora, con la copa de verano en la punta de sus narices (no tan literal), la oficina de Cuidados Antimuggles quería corroborar que todas las protecciones estuvieran correctamente asentadas y sin fallo alguno. Cualquier tipo de error podía suponer la presencia del Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes con su delegación de desmemorizadores, situaciones que hacia años no se daban y el director actual, Mirshka Dupont, quería evitar a toda costa para mantener limpio su referéndum de accidentes mágicos.

     

    El cielo destellaba en plenitud, con un sol matutino que parecía retrasar cada centímetro de ascenso por el firmamento. CariDee English, de la oficina de Cuidados Antimuggles llevaba gafas de sol que se ajustaban automáticamente a la luminosidad del exterior, incluyendo a la oscuridad. Su cabello rubio en una coleta se mecía con cada paso que daba sobre la húmeda gravilla, movimiento que incluía su tosco vestido marrón con flores.

     

    -¿Tu crees que Black accederá a la propuesta de Mirshka?- preguntó Agatone, el joven de cabello platinado que acompañaba a CariDee, ambos de la misma oficina.

     

    -No lo sé Tone; si Black accede a que nosotros realicemos las pruebas de arbitraje, será un hito en la historia. Pero quien sabe, es una mujer que nunca veló por los intereses del Departamento de Juegos, y mucho menos por los del Ministerio-

     

    Permanecieron en silencio durante unos segundos, tiempo que gastaron recorriendo la zona periférica del estadio hasta llegar a las oficinas de reuniones. En el trayecto, el Lestrange ocupó el tiempo fumando un cigarro mágico que exhalaba volutas de humo en círculos y repletos de un aroma a manzana que hacía juego con su propio perfume. Al ingresar, notaron que no eran los únicos presentes. Al parecer, la cercanía de la Copa Cedric Diggory había hecho que muchos asistieron con antelación a aquel estadio, dispuestos a realizar entrenamientos, pruebas técnicas e incluso, llenar los almacenes de los restaurantes pertenecientes al estadio. Si, tenía de todo.

  4. La conversación ahora rozaba únicamente entre directores. Jefes y empleados, excluidos. Aún tenía en la cabeza varios temas pendientes, laborales y no laborales, pero intentaba mantenerse dentro de la conversación que estaba siendo tomada, aprendiendo tanto del trato de Mirshka como de las actitudes de Black, una mujer que acababa de conocer y parecía ser, según Mirshka, "astuta e inteligente".

     

    -Me gustaría aclarar qué, teniendo en cuenta el motivo por el cual la Villa se ha regido bajo sus propias leyes durante los últimos años, nosotros buscamos enlazar nuevamente el departamento de juegos con la villa, sin llegar a incluirlos del todo o al menos, no de momento. Entiendo que sería un paso difícil para ustedes estar nuevamente bajo el mando del Ministerio de Magia, algo que no nos interesa. Y por eso, buscamos tomar la alianza que se mantuvo desde el inicio de nuestra departamento, tiempos de antaño-

     

    Y Mirshka agregó la idea que Agatone había tenido hace unos días, realizar ellos mismos las Evaluaciones General de Arbitraje como había sucedido tiempo atrás, realizando exámenes minuciosos que podrían ofrecer árbitros más cualificados que nunca en la historia. Y por sobre todo, habría una unanimidad entre ambos entes que sería de gran ventaja, trayendo más cantidad de magos y brujas a cada evento como interesados en un puesto de trabajo.

     

    Agatone se sorprendió, segundos después, cuando directamente Mirshka le ofreció un puesto de trabajo en el Departamento. Aquello si era un tema que no se había discutido previamente, o al menos, sin incluir al Lestrange. ¿Estaba improvisando? ¿O de verdad quería ver a Amber Black trabajar con ellos? Personalmente, Agatone creía que el lazo que ya mantenían estaba bien, pero no quería tener a ese tipo de mujeres en su lugar de trabajo. A decir verdad, no quería mujer alguna. Con Mirshka estaba bien.

     

    Dejó sus pensamientos de lado, intentando que la lista de restaurantes de Diagon que aparecía en su cabeza no le interrumpiera la concentración. Sirvió nuevamente su vaso de ron tanto como el de Black, y se puso de pie.

     

    -Mientras ustedes terminan de decidir ese último punto, CariDee y yo partiremos. Debemos hacer revisiones y control en los estadios, comenzando por el Estadio New Trafford-

     

    -Señorita Black, Mirshka, Ariane- fueron las únicas palabras que dijo CariDee antes de salir de la oficina, seguido por Agatone, quien no se privó de mirar intensamente a su jefe. Después de todo, le debía una respuesta en cuanto a la carta que le había dado. Su pedido de ascenso.

  5. Mirshka tomó rápidamente la palabra, realizando un detalle propicio para la duda que el Lestrange había formulado. Serían elfos quienes realizaran la distribución de la publicidad, un método muy eficaz que nunca se le hubiera ocurrido al joven. Luego de entregar el vaso de ron, sirvió dos más, dado que a los pocos minutos Ariane había hecho acto de presencia, y según las actitudes de Mirshka, aprovecharía la ocasión para realizar un anuncio.

     

    -Si mi permite decir algo, el Departamento de Juegos y Deportes Mágicos siempre se ha hecho cargo de la asignación de los árbitros que estarían al frente de un partido, o al menos, desde que se creó esta planta en 1762. Ahora nos gustaría retomar esa vieja costumbre qué, de hecho, podría ofrecer ventajas en los árbitros elegidos-

     

    Sabía que estaba actuando mal, hablar como si todo aquello lo acabara de leer en un libro de historia (algo que en realidad había hecho hace dos días atrás, leyendo "Conocimientos Básicos para Empleados Básicos: Departamento de Juegos y Deportes Mágicos"), pero había poco que podría decir y no quería mantenerse al margen de aquella situación. ¿Por qué? Porque quería ascender y no vivir como un pobre empleado. Jefe de oficina, árbitro; era indiferente para él, solo quería demostrar qué podía hacer. Entregó el vaso de ron a Ariane quien lo tomó con agrado y, dedicándole una sonrisa a modo de saludo, aprovechó la distracción de Black al leer la nota para acercarse a Mirshka.

     

    -Lo he escrito esta mañana. He recapacitado tu oferta, y quiero decirte que me apunto- le hablaba en un susurro al oído, lo más privado que podría ser, después de todo, no quería gritarlo a los cuatro vientos, no por ahora. Le entregó una pequeña nota en la mano sin evitar el roce de su piel, y se alejó.

     

     

    Peinó su platinado cabello hacia atrás y, tomando distancia de la poco que existió entre ellos los últimos segundos, y volvió al lado de CariDee, quien parecía volver a interesarse en la situación. ¿Algo que unía las tres oficinas con la Villa? Aquello haría historia.

  6. Cuando Mirshka ingresó en la oficina, Agatone suspiró resignado. Sirvió un gran vaso de ron el cual parecía aguarle la boca a aquella mujer, y se lo entregó. Ahora, no tendría que hablar con aquella mujer sino que su jefe se haría cargo de todo. Se había sentido humillado con el comentario sobre su uso de palabras pero, ¿qué culpa tenía él por el tipo de crianza que había tenido? Intentó camuflarse con la pared, algo que CariDee parecía hacer estupendamente.

     

    -Espero le guste; es un Captain Morgan- explicó mientras le entregaba el vaso.

     

    En ese momento CariDee levantó la mirada, y se le hizo agua la boca cuando vio la botella. Agatone la ignoró; si ella quería mantenerse al margen de la conversación con la señora Black, tampoco tomaría una sola gota de aquella bebida. Escuchó la conversación que ahora tenían Mirshka con Black, ruborizándose casi inconscientemente (y ya con costumbre) cuando él dijo "atractivos". ¿Lo sería de verdad? Al menos para él, lo que le interesaba.

     

    Comenzó a pensar en donde irían a comer; no podía evitar pensar en que había aceptado ir al Callejón Diagon a almorzar algo juntos, una pequeña comida, un tentempié; no importaba qué. Se hizo una lista mental de cuantos lugares habría para elegir, aunque recordó que apenas conocía uno. Eso estaba mal, debía investigar ese temita.

     

    Por ahora, Mirshka parecía saber llevar muy bien la conversación con la directora de la villa, dado que ya no se veía molesta por el trato de Agatone. Claro, era el director, tenía experiencia. Se relajó, dado que ahora su puesto ya no correría peligro.

     

    -¿Por todo Ottery?- intervino cuando la mujer tuvo la sensacional idea de publicitar la copa en aquel pueblo de magos -Es una idea estupenda que atraería mucha gente pero, ¿cómo podríamos hacer eso?- quiso saber.

     

    Sin duda, múltiples lechuzas no sería la respuesta. ¿O si?

  7. Gracias a una chica de aspecto carnoso, se había dado cuenta que sus bolsillos estaban demasiados llenos y no podría seguir aunmentando su bóveda, a menos, no por esa noche. Tomó la botella de ron que la camarera llevaba y se puso de pie, para partir del lugar y regresar, quizás, en varias noches después. Lamentablemente nada había resultado como hubiera querido.

     

    -Bueno, es todo por hoy. Tienes razón Lucrezia, ya no soy bienvenido- Y sin más, salió del local, esperando que el grandulón llegara a llevarse a todos a Azkaban, si es que existía todavía (?).

     


     

    Maldición, había olvidado el límite xDD Supongo mis dos últimas jugadas se invalidan :wacko:

    Invalidado 1

    Invalidado 2

  8. Pensar que en noches anteriores le había ido muchísimo mejor, y ahora, para abrir una noche de un día ajetreado, nada peor que una mano totalmente vacía. Frustado, bebió su vaso completamente pidiéndole con un grito a una camarera que le llenara el vaso. Sabía iba en el mismo camino que hacia varios días, pero ya no le importaba.

     

    -¿Dónde están quienes me acompañaban hace unos días? ¿Acaso han abandonado?- le preguntó a la mujer.

     

    Sabía no era así, que seguramente podría verlos cualquiera de los días siguientes, tanto a él, como el tal Ollie.

     


     

    Nick del usuario: Agatone Lestrange

    ID del usuario: #54044

    Link a la bóveda: N° 80665

    Galeones disponibles en bóveda: 88865 G

     

    Juego elegido: Póker

    Apuesta: 500 G

  9. Aquella noche Agatone no se sentía con ganas de nada. Había tenido un día terrible en la oficina y lo que menos quería hacer era tener más preocupaciones. Todo lo contrario, sabía que en l juego y el azar podría encontrar esas diversiones y desintereses que no veía en ningún otro lado. O al menos, por ahora.

     

    El viejo grandulón no se encontraba en la puerta, por lo que no le costó ingresar. Aquella noche estaba repleto de gente, distribuidas en todas las meses de juegos y donde el más popular era nada menos que el póker, ese juego de azar que tanta suerte le había traido. Y decía bien, había.

     

    -Buenos noches, señores- saludó generalmente, mientras se servía generosamente una copa de ron.

     


     

     

    Nick del usuario: Agatone Lestrange

    ID del usuario: #54044

    Link a la bóveda: N° 80665

    Galeones disponibles en bóveda: 88865 G

     

    Juego elegido: Póker

    Apuesta: 500 G

     

  10. Agatone Lestrange

    Oficina de Cuidados Antimuggles

     

    La respuesta de su jefe fue más que satisfactoria para Agatone, quien no pudo evitar mostrar una suave sonrisa en sus labios, alegre de poder concretar una cita. Bueno, una cita laboral. ¿Quién sabe? Pero aún así, para él era estupendo. Y mucho más, porque irían a Diagon, un lugar al que solo había visitado tres veces en su vida por lo que le resultado tan desconocido como exótico. ¿Qué excéntricos lugares podría hallar?

     

    -Perfecto, nos vemos allí, entonces- concluyó, mirando detalladamente los movimientos que realizaba mientras se recargaba en la pared, y sin tener cuidado de que Mirshka lo viese.

     

    Babila regresó unos minutos después, anunciándole que podría ingresar en su despacho. Le agradeció con la mirada y un guiño de ojos por el perfume que le había vendido, y mostrando con tal gesto que podría confiar en él. Nunca diría dónde lo había consegido. A menos que alguien también quisiera comprarlo, claro.

     

    Ingresó a la oficina dónde se encontraba Sagitas con dos personas más a quienes desconocía totalmente. Pero lo más extraño que le llamó la atención eran los globos parlanchines que murmuraban entre ellos. Estaba seguro que hacian comentarios sobre él. Se adelantó unos pasos y situándose frente a la mujer les saludó, a todos (incluyendo los globos).

     

    -Buenos días- dibujó una sonrisa y tomó unos pergaminos de la carpeta que traía en su mano derecha -Vengo a traerle el permiso en el que estuve trabajando. Espero no haya ningún tipo de problema-

     

     

    -Nos hemos tomado un tiempo dado que hacia mucho tiempo no entregámos este tipo de Permisos. Lamentablemente, no hay muchos magos ni brujas que estén interesados en este tipo de actividades muggles. Pero ya lo sabe, si conoce a alquien que le interese, nos avisa o simplemente le indica por donde pasarse- concluyó -¿Alguna pregunta?-

  11. Durante los segundos siguientes, Agatone quiso avadearse la sien. ¿Cómo había confundido a la directora de la Villa con una simple capitana de equipo? Conocía su nombre, lo había leído montones de veces. Amber Black por aquí, Amber Black por allá; cuando solicitó los estadios en los cuales se jugarían los partidos de la copa de verano el nombre salió muchas veces, pero en ningún lado había una imagen de ella. ¿Cómo esperaban que la reconociese?

     

    -Yo... lo siento señora- intentó disculparse mientras sus mejillas se tornaban sonrosadas.

     

    Miró a CariDee, quien se golpeaba la frente con frustración. Ella lo sabía y no le había dicho, podría haberle hecho alguna señal más "entendible". ¿Que tenía que ver el póster de los murciélagos si ya no era jugadora? Dejó que la mujer entrara en la oficina y, ante la pregunta de si podía fumar, se limitó a no responder.

     

    -Perfecto. Yo...- comenzó mientras rebuscaba unos papeles que tenía desperdigados sobre la superficie del escritorio -...esta mañana solicité a Mirshka los estadios que se usarían este verano para controlar las protecciones. Supongo su recado le llegó de forma raudal-

     

    Recordó el comentario que el director le había dicho; nunca faltar el respeto, pero tampoco dejarse menospreciar. ¿Acaso no había sido su hermana, Sagitas, quien le trató estupendamente y él había actuado como un idi***, dejándose manipular tan fácilmente? Si había algo que podría llegar a concluir, era que mantendría su postura.

     

    -Tengo entendido que se incluirán Dorset, Easton y Chard. ¿Es así?-

     

    Y la camaradería. Nunca estaba de más. Se acercó al mini bar que CariDee había hecho instalar dos meses atrás y destapó la botella de ron Captain Morgan que él mismo había incluido en el repertorio.

     

    -¿Puedo ofrecerle un vaso de ron?- Quiso saber. Por su lado, CariDee parecía demasiado ocupada en un libro de Creaothceann.

  12. Estuvo la última hora releyendo y cambiándole palabras al telegrama que había escrito, con las intermitentes interrupciones de CariDee, cuyos comentarios se basaban en qué vestiría para el partido de la Copa Cedric Diggory, o a cuantas personas le mostraría que había conseguido tickets gratis. Unos suaves golpes se oyeron en la puerta y ambos levantaron la mirada. Pero a los diez segundos, ninguno se había puesto de pie.

     

    -¿Qué?- quiso saber CariDee con hastío -No pienso pararme-

     

    Bufando, el Lestrange se puso de pie y caminó hacia la puerta, llegando a la conclusión de que aquel trabajo podía ser hartante, incluso cuando hacia apenas tres semanas que llevaba en él. Si era Ume quien golpeaba la puerta queriendo saber por qué le había dado una carta remitida a Mirshka, se encabronaría demasiado. ¿Tan incompetente podría ser?

     

    Pero del otro lado no estaba Ume, sino una joven mujer de aspecto... playero. Tenía el cabello rojizo levantado en una coleta y acompañaba su silueta con un vestido azul cuya tela en onda recordaba a una masa de agua agitada.

     

    -Buenos días- canturreó en forma de saludo -¿En qué puedo ayudarle? Si viene a retirar los permisos de Competencia en Actividades Muggles, le informo que...-

     

    -¡Tone!- le interrumpió CariDee desde atrás.

     

    El aludido se volteó encarando a su compañera de oficina, notando que su miraba lo acusaba de haber cometido un delito bastante grave. Con los ojos entrecerrados señaló a la mujer de la puerta y, luego, a un póster que había en la pared, donde los jugadores de los Murciélagos de Ballycastle sonreían y bromeaban entre ellos, echando vistazos a la cámara cada cierto tiempo.

     

    -Yo... lo siento- se disculpó -Viene a registrar un equipo de Quidditch, ¿verdad?-

     

    Acomodó su platinado cabello hacia atrás con una nerviosa mano y esperó que su error no le costara su puesto de trabajo.

  13. A pesar de que le pidió al jefe que le diera los datos de los partidos para la Copa Cedric Diggory que comenzaría a fin de mes, Agatone tenía la cabeza en muchas cosas como para preocuparse por ello. Principalmente, la posibilidad de postularse como jefe de aquella oficina y así, ocuparse totalmente de las tareas que hubiere. Y para agregar, podría firmar los documentos con su propia firma, detallando ser el Jefe de la Oficina, y no un mero empleado. ¿Qué diría Mirshka sobre eso?

     

    -¡Buen día!- saludó con vehemencia y una sonrisa de oreja a oreja la silueta de CariDee.

     

    La mujer ingresó a la oficina con una felicidad que no se transmitía al joven vampiro. Dejó su abrigo el cual tenía una insignia de un equipo de Quidditch (el cual desconocía por completo) y tomó asiento en su escritorio. Lo primero que hizo fue servirse una taza de café humeante, ofreciéndole una a Agatone.

     

    -Buenos días CariDee, ¿cómo estás?-

     

    -¿Cómo estoy? ¿¡QUÉ CÓMO ESTOY!? ¡Saltando de la alegría!- y así parecía, dado que abría los brazos con ímpetu y se movía nerviosamente por toda la oficina -Tengo entradas para los primeros tres partidos de la copa Diggory, en el mejor palco. No lo puedo creer-

     

    Bueno, aquello si que eran noticias espectaculares. El Lestrange siempre había querido poder asistir a un partido, pero la verdad era que nunca lo había hecho. No tenía quien lo acompañase y le daba terror ir solo. Pero estaba seguro que ahora siendo parte de este Departamento, tendría muchas oportunidades para ir. Como CariDee, seguramente.

     

    -Te felicito, es una idea fantástica. Estoy seguro que me invitarás a mi para ir, ¿verdad?-

     

    La aludida puso cara seria y pensó unos segundos. Luego dijo -Uh, la verdad es que iré con mi novio. Pero... bueno, podría darte un par de tickets. Después de todo no podré asistir a los tres partidos-

     

    ¿Era posible que existieran buenas noticias después de todo? Sonrió con verdaderas ganas y volvió la vista al pergamino que tenía frente a él, mientras CariDee comenzaba su trabajo diario. Agatone comenzó a pasar la pluma por el papel, escribiendo la carta para el futuro ascenso. Cuando viera a Mishy, se lo entregaría.

  14. Agatone Lestrange

    Oficina de Cuidados Antimuggles

     

    No sabía por qué, pero Babila pareció confundir la poción para la resaca con algún tipo de fragancia o perfume exótico, porque a los segundos había sacado una colección de perfumes y filtros aromáticos para venderle, una colección muy difícil de ver en otra parte de Londres. ¿Podría un fuerte aroma de aquellos alejar el dolor de cabeza? No lo creía; tantos olores juntos comenzaron a darle picazón en la nariz.

     

    ¿Y quién mandó Odín para seguirle? A él. Le saludó con una alegre sonrisa hablándole con una confianza fuera de lo normal. Seguramente al no estar dentro de los límites de las oficinas de Juegos y Deportes, aquel hombre podía mostrar una confianza mucho más... aceptable... y encantadora. ¿Qué pasaría si se encontraban en un restaurante?

     

    -Buen día, Mirshka- saludó Agatone devolviéndole la sonrisa -No sabía vendrías aquí abajo. Podríamos volver juntos - volvió la mirada al hombre negro y su lista de perfumes de gran aroma -¿Tienes uno con algún tipo de fragancia a... manzana? Me gustan esos olores.- quiso saber.

     

    El negro rebuscó durante unos minutos hasta que le mostró uno a gusto; Agatone lo olfateó extasiado y pagó un Galleon gustoso. Que barato eran las cosas de mercado negro, a diferencia de si uno compra un par de armarios evanescente a sesenta mil Galleons. ¡Qué barbaridad! Babila atendió a Mirshka y, luego de mirar con perplejidad la imagen en movimiento de aquel simpático elfo, salió en busca de la Directora.

     

    -Y dígame, jefe. Ya casi es hora de almorzar. ¿Le parece si... tiene pensado dónde irá a comer?-

     

    El color sonrosado había vuelto a sus mejillas, momento que aprovechó para interesarse demasiado en las volutas que exhalaba un sahumerio delicioso. ¿Dónde los harían? Casi olvidaba por el motivo que se encontraba allí.

  15. Aquella mañana Agatone ingresó en la oficina con la imagen del día anterior, la pequeña e improvisada reuión a la que su jefe le había dispuesto. El movimiento de sus manos, la forma de hablar, los casuales roces de los que fueron testigos. Movió su cabeza de forma negativa, dado que no se podía permitir el lujo de pensar en aquellas cosas. Y aparte, se sentía extraño. Nunca había tenido una pareja, o si quiera había dado un beso. Sus escasos diecisiete años los había llevado demasiado... inocente, siendo la Academia el único lugar donde tuvo contacto con otros humanos. No literal.

     

    Pero ahora, comenzaba a sumergirse en el área laboral, un mundo totalmente diferente, de adultos, de relaciones complicadas, fugaces y, por qué no, extensas en algunos casos. Cualquiera fuese el caso, Agatone las desconocía. Durante la noche en su hogar llegó a la conclusión de que se sentía atraía por su jefe, sentimiento que debía reprimir si quería salir exitoso en su puesto de trabajo y poder obtener el puesto de jefe de oficina. No quería ser un empleado para siempre, ¿verdad?

     

    -Buenos días, Ume- canturreó al ingresar a la recepción cuando el ascensor se hubo detenido.

     

    -Buenos días Lestrange- respondió la aludida, quien no quitó los ojos de encima de él. -¿Mala noche?-

     

    ¿Era acaso tan evidente? Agatone siguió su camino sin prestarle atención hasta tenerla en frente, y simplemente negó con la cabeza. La verdad era que tenía una resaca terrible. Pasar noches en lugares de juegos de azar no era algo bueno para un chico de su edad, pero digamos que no estaba siendo educado por las personas con mejor ética.

     

    -Simplemente dormí mal. ¿Tienes idea si tengo trabajo pendiente?-

     

    -¿Pendiente?- repitió la mujer con una leve sonrisa -Nunca hay trabajo pendiente, pero siempre hay algo qué hacer. Si quieres puedo...-

     

    -No importa Ume, muchas gracias- le interrumpió cansado.

     

    Retomó su camino e ingresó en la oficina donde tenía su escritorio, el cual estaba totalmente vacío. La única persona aparte de él que podría llegar a estar era CariDee, aunque brillaba por ausencia. Vamos, aún era temprano. Se sentó en el escritorio recordando la misma acción que había realizado el día anterior al sentarse en la oficina de su jefe, y se ruborizó. Rebuscó entre varias carpetas y encontró lo estaba buscando.

     

    -La lista de árbitros actuales, perfecto. Ahora solo necesito saber cuándo se realizarán los próximos partidos.-

     

    Seguramente Mirshka tendría la respuesta; era el director y estar informado de los partidos era su deber. Pero no se sentía con ganas de pasar nuevamente por otra situación incómoda. Tomó un pergamino y, pasando la varita sobre él, comenzó a escribir.

     

     

     

    http://i680.photobucket.com/albums/vv161/Felias/Logo.png

     

    Para: Mirshka Dupont, Director

     

    De: Agatone Lestrange, empleado de la oficina de Cuidados Antimuggles

     

     

    Buenos días jefe Mirshka

     

    Lamento tener que recurrir al mensaje escrito, pero este día quiero dedicarme al trabajo pendiente que tiene mi oficina, dado que es bastante. Siento haberme comportado como lo hice ayer, pero como puede suponerlo, era mi primera reunión y los nervios pudieron conmigo.

     

    Me gustaría saber si puede facilitarme las fechas en las que se jugarán los partidos de la Copa Cedric Diggory, dado que necesito verificar las protecciones muggles y aplicarlas en caso de que no estén. O claro, enviar a alquien que haga tal tarea.

     

    Un abrazo,

     

    Agatone Lestrange

    Oficina de Cuidados Antimuggles

     

     

    Había escrito y borrado demasiadas veces, temiendo ser demasiado confiado si lo tuteaba, pero muy formal si lo trataba de usted, luego de lo que había pasado el día anterior. Creyó que así estaba bien, simplemente lo que quería, por lo que cerró el pergamino con un golpecito de su varita de ébano, y lo mandó a volar a recepción. Ume se encargaría de entregárselo. Y él, por ahora, se encargaría de beber una buena dosis de cafeína.

  16. Agatone Lestrange

    Oficina de Cuidados Antimuggles

     

    Su cabeza le dolía demasiado como para que fuera a trabajar, pero no podía dejar de realizar sus tareas laborales y mucho siendo empleado nuevo. Ya habían pasado varios días y comenzaba a habituarse a los labores, y si había algo que estaba seguro no debería hacer, era salir por las noches y embriagarse si al día siguiente trabajaría. La cabeza le explotaba, necesitaba alguna poción. Salió del elevador con una mano en su frente, intanto que la luz de la recepción no le diera en los ojos. Su ojo azul estaba casi rojo por su estado físico, mientras que el anaranjado, marca de su linaje maldito se encontraba tan normal como todos los días.

     

    -Buenos días- saludó con dificultad.

     

    El hombre sin calzado se encontraba detrás de la recepción, seguramente haciendo algo muy poco importante. Agatone se acercó al mostrador, intentando mantener la mirada hacia el suelo, lugar que podría no provocarle la vista.

     

    -Buenos días Babila- Bueno, para él no era buen día. ¿Primer día de la semana y se encontraba así de destruido? -Necesito... Necesito hablar con Sagitas por favor. Es sobre el evento de este Departamento, por lo que supongo es importante-

     

    Deseaba que aquel encuentro fuese rápido, dado que regresaría para poder descansar un poco. O tomar una poción herbovitalizante. El problema era que no disponía de una y debería ir al Magic Mall. ¡Por Odín!

     

    -Y, por favor Babila, ¿no tendría un poco de poción para la resaca? No le diga a nadie por favor-

  17. Saludos!

     

    Vengo por lo mismo que los usuarios de arriba :S

     

    Posteo de compra de objetos: AQUI

    Extracción en bóveda: AQUI

     

    1) Compré dos insignias de sinsajo, y solo me adjudicaron una. Por lo que sería tanto el doble en gasto como en puntos.

     

    2) A pesar de que solo pusieron una, la suma es incorrecta. Son 8300 con una sola insigna y en la bóveda descontaron 8350. Pero el importe correcto a descontar, teniendo en cuenta DOS insignias, es de 8550.

     

    Por favor revisarlo :wacko:

     

    saludos y desde ya gracias!

  18. La situación se estaba tornando demasiado acorde a lo que el vampiro siempre había querido, aunque en un ámbito poco usual. Su "jefecito" había reemplazado el trago faltante mas sin recriminarle su acto, sino todo lo contrario; parecía divertido con el juego. Las ansias y el alcohol no dejarían que Tone terminara todo allí, a pesar de que ya era tarde y lo más seguro fuese... ir llendo.l

     

    -Podrías perderlos en cualquier lugar- respondió, acercándose peligrosamente al cuello palpitante del hombre, justo donde la sangre latía con más velocidad, pasión... -¿Sabes dónde más podrías perderlos?- agregó casi en un susurro, dejando que su aliento acariciara su mejilla pálida y suave al tacto. Si, al tacto, porque no sabía cuando, había alzado la mano para realizar aquel acto tan... fuera de si.

     

    -Creo que dejaré de apostar, me ha ido bien a veces, mal en otras. Pero sin dudas, hasta aquí he llegado-

     

    Comprobó la distancia que los separaba, notando que era casi nula. Él había avanzado ese famoso 90%, faltándole a su jefe si quería completarlo, seguir el otro díez. Pero quién sabía, era una noche bizarra, de alcohol, azar, demasiado karma. El día siguiente nadie lo recordaría.

     


     

    Último rol del día, lo prometo :| Harry querrá asesinarme >_>

     

     

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    Link a la bóveda: N° 80665

    Galeones disponibles en bóveda: 88865 G

     

    Juego elegido: Póker

    Apuesta: 500 G

     

  19. Luego de la última vuelta de la ruleta del casino, el jefe lo tomó de los hombros aseverando que podrían ganar algo más en la mesa del póker, de vuelta a donde Agatone había comenzado. Sintió su hombro arder ante el contacto de aquel individuo, dejándose llevar a la mesa y por un momento creyendo que volaba. Claramente, era el alcohol. ¿No?

     

    -Me agrada tu propuesta-

     

    Replicó, sonriendo tontamente y dejándose caer en la misma silla que había ocupado con anterioridad. Las monedas tintinearon en su bolsillo y algunas cayeron al piso. Pero no se molestaría en levantarlas. Porque en ese momento observaba con detenimiento el movmiento de su mandíbula, adrede o no, el cual provocaba al vampiro más de lo que esperaba.

     

    -Creo que llegamos a cierto punto, en el que no existen ese tipo de... - ¿Cómo los había llamado? -...movimientos-

     

    Le quitó el vaso luego de que sorbiera, y bebió lo último que quedaba, separándoles únicamente esa pequeña distancia repleta de silencio, fervor y cinco pares de cartas entrometidas.

     


     

     

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    Juego elegido: Póker

    Apuesta: 500 G

     

  20. Ya no sabía qué era la suerte; ganar en la ruleta o esperar que su jefe se aprovechara de él. De todas formas, estaba seguro que al día siguiente no recordaría nada. Suerte. Si dejaran de hablar de suerte... En realidad era el karma por lo que estaban regidos; y él tenía buen karma, o al menos esta ahora.

     

    -¿Quieres que apostemos el mismo número, jefecito?- le dijo sonriendo tontamente casi tocando sus oidos con los labios.

     

    Anotó el mismo número en el papel mientras el croupier hacia girar la ruleta. Quizás pensar en él le daría suerte... suerte, suerte.

     


     

     

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    Juego elegido: Ruleta, número 12

    Apuesta: 200 G

     

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