Felias Snape Triviani

De las papeletas del doble o nada pasaron a la ruleta, que prometía más diversión. Más posibilidades de perder claro estaba, pero al menos no morirían de aburrimiento. Agatone miró la apuesta que hacia el hombre, notanto que era la primera vez que se encontraban en un lugar tan... ¿tan informal?

-Distracciones... Claro, nos distraen de ciertas cosas pero nos apegan a otras- sonrió.

Se meció hacia aquel hombre, aunque ya no sabía qué hacia de forma conciente y qué de forma insconciente. Se preguntaba si recordaría todo ello siendo su voto un si. Suerte de principiante; aquella noche podría llegar a recordarla como una de suerte. Ganaría muchas cosas.

-Pues empecé bien, y la verdad ahora me va mal.- le miró de arriba a abajo deteniéndose en en ciertas partes, sonriendo -A ti te va muy bien, según veo- y terminó su vaso de ron.

-La suerte se escapa de mis manos- dijo en voz pendiente de la figura del hombre que acaba de entrar allí, su jefe.

A pesar de que había ganados tres veces, ya llevaba dos perdiendo. Comenzaba a ir para atrás pero no podía dejarse perder. Iba a probar otro juego, dejando de lado el póker. ¿Cómo estaría su suerte en aquel tan interesante juego de doble o nada? Casualmente, antes no se había interesado por ese juego, solo ahora. ¿Por qué podría ser?

-Buenas noches, se...señor jefe- saludó, intento no parecer demasiado fuera de sus casillas.

Debido a que poco podía mantener su postura rígida, se vió meciéndose hacia los lados, rozando al hombre cada vez que se movía a un lado. Bebió de su ron que no dejaría por nada en el mundo y llenó la papeleta para jugar.

-Es mi primera vez, ¿sabe?- ironizó con una sonrisa tétricamente sensual.

Esta vez la tirada fue como la de Oliver. Tristícima. Comenzó a balbucear indignado por haber perdido, aunque a decir verdad era la primera apuesta que perdía. Tenía quinientas monedas en contra pero tres mil a su favor. ¿De qué se quejaba? Acompañando el dolor de Oliver comenzó a cuestionar la forma de armar los juegos del señor Harry.

-¡Está todo arreglado!-

Bebió nuevamente de su ron, cuando pudo ver la figura de un hombre conocido, en otra mesa. Le costaba enfocar su imagen teniendo en cuenta que a esa altura era demasiado pedir que mirase tres metros más allá. Pero ese cabello rubio, su aspecto jovial, su voz. ¿Podría ser acaso, el señor...? No, imposible. ¿Cómo podría encontrarse a su jefe, allí?

Sintió sus mejillas arder, parte por el alcohol, parte por lo que acaba de ver.

-Más, quiero más- exclamó sin saber a qué se refería. Golpeó la mesa dejando más monedas y volteó su mirada, para volver a verle.

Aparentemente, la racha que ahora llevaba Agatone no era del agrado de Oliver, quien a los gritos comenzó a culpar a Harry de su mala suerte. Pero era seguro; en ese tipo de antos baratijas, todo estaba arreglado; si ganabas mucho, misteriosamente comenzabas a perder sin parar.

-Oliver, cálmate- exclamó Agatone, pero en realidad tenía una sonrisa en su boca y disfrutaba del espéctaculo.

Bebió nuevamente de trago de ron que la camarera se había dignado a traerle no permitiendo que dejara de tomar, mientras el croupier volvía a repartir las cartas. Esta vez, Oliver parecía dispuesto a quemar el lugar con lo que fuese que tuviera a mano si no le tocaba una buena mano. ¿Bombas molotov, quizás? Ya había tres botellas de whiskey vacías, y la ron iba por el mismo camino.

-Veamos que nos tocó esta vez, Ollie. Si vas mal, no te vayas. ¡Una más!-

Si mi tributo se entera que gasté todos nuestros ahorros aquí, me matará luego de salir de la arena

Pudo notar la incomodidad de su jefe al cambiar de tema, cuando se suponía que debía ser al revés. ¿Acaso prefería... flirtear con él antes que hablar de trabajo? Quizás fuese simplemente porque estaba cansado de tanto trabajo y quería descansar un rato, hablando de trivialidades como de dónde provenía el vampiro Lestrange. Quizás, después de todo, no sería tan malo y dejaría involucrarse personalmente mesclando lo privado con lo laboral.

-No es ningún inconveniente. Sé que usted es... un hombre muy ocupado- enfatizó la palabra "hombre" tomándose más tiempo de lo normal en formularla, acompañado de una sonrisa que esperó fuera del agrado de aquel ñato -Seguramente ha estado teniendo mucho trabajo por lo que su ausencia en la visita de Sagitas no ha sido problema alguno-

Agatone se detuvo a mirar el movimiento de la mano del hombre la cual, con raudos y limpios movimientos, firmaba los papeles con una prolijidad alarmante. Sonrió para si mismo, no seguro del por qué, y acomodó su cabello platinado hacia atrás mientras relamía su labio interior. Extrañamente, se vio a si mismo deseando que lo viera en vez de aquel pedazo de pergamino.

Pero cuando terminó, el vampiro supo que el director no parecía dispuesto a seguir con el juego irónico de palabras y roces, algo que Agatone recién comenzaba a disfrutar sin inhibiciones. Solo deseaba que Dupont no lo tomara como un pervertido; debido a su situación laboral no estaba en posición de dejarse despedir. Todo lo contrario, haría todo lo que su jefe le encomendase, dispuesto a ganarse un ascenso con ello.

-Creo que no, es todo para mi. Ahora mismo le llevaré estos papeles a su hermana dado que el evento de ellos está cerca y no quiero que por mi culpa se vean imposibilitados en algo.-

El director se puso de pie, con su aspecto tan juvenil y se acomodó la túnica, movimientos que Agatone no pudo pasar desapercibido, incluyendo la pequeña visión que tuvo de su torso cuando la túnica se movió de lugar. Ruborizado, se puso de pie y abandonó la sala, con la imagen de los fornidos jugadores de quidditch de los pósters, quienes no paraban de mostrar sus músculos bien desarrollados.

-¡Un cuba libre por favor!-

Se sentía eufórico. Haber sacado una pierna, la primera de la noche, lo hizo alegrarse. O como le decían las personas de aquel lugar, un trío. Sonrió con suficiencia mientras miraba a su compañero, sabiendo que le carcomía la envidia. ¿Pero qué podía hacer él? También se había sentido envidioso, pero era cuestión de azar, no su culpa.

-Si que tienes mala suerte, mi buen amigo- agregó, al ver luego la segunda mano que Ollie había sacado. Y peor, era casi póker.

Recibió el nuevo vaso que ahora contenía Ron escocés con un leve goteo de la bebida que, mugglemente, denominaban "coca cola".

-Vamos bien; yo te presto dinero, Ollie (?), ¡pero no dejes de apostar! Sigamos jugando-

Vamos, ya van tres malas Ollie! Te doy energías positivas (?) xDD

-Bueno, parece que su racha si se está acabando, Ollie- agregó con una sonrisa.

Sabía era el alcohol lo que hacía que hablara de esa forma, pero no había marcha atrás. Se había olvidado de su tributo, de que tenía el antídoto en su bolsillo esperando ser entregado en la arena y que debía dejar de tomar. A pesar de ser vampiro, todos tenían un límite. Y claramente, Tone iba directo hacia él.

-Yo no quiero más pares. ¡No más pares!- comenzó a exclamar con ímpetu revoleando el vaso de whiskey que ya estaba vacío -Quiero pierna, póker, color. ¡Y usted!- intentó señalar a la mujer que repartía tragos -¿Por qué has dejado que mi vaso se vacíe?-

Estaba haciendo el ridículo, y más ahora que tenía un compañero de mesa, Ollie. Le sonrió con suficiente y se acercó para susurrarle -¿Seguimos apostando?-

Boca cerrada? No veo porqué xD

Horas después, pero temprano para que culminara la noche, una señorita se acercó para pasarle el número de monedas que había ganado. La verdad, no era mucho, simplemente había doblado el total de su apuesto. Pero no se sentía conforme. Sabía había muchas más formas de conseguir una buena cantidad de monedas, pero todo dependía del azar... Azar, como lo odiaba. Si fuera por inteligencia, estrategia o incluso sacar trucar el mazo de cartas, estaba ganado. Pero ahí, cuando no se podía estafar al croupier. Levantó su vaso de whiskey barato y bebió un largo sorbo.

-¡Vamos Oliver! Deja algo para los demás- le prendió cuando supo que él había ganado mucho más que cualquiera.

Le vio jugar la última mano, notando que no esa vez el póker no estuvo de su lado. Prendió un cigarrillo rojizo el cual comenzó a emanar volutas de humo en espiral, y se preguntó cuánto apostaría esta vez. ¿Cuánta suerte tendría si cambiaba de juego?

-Probemos una vez más-

Te quitaré el dinero, Oliver xD

Vacas gordas; ese era el dibujo que se veía en un cuadro de las paredes. Escobas, pósters, criaturas... Pergaminos. Si, Agatone intentaba evitar la mirada del director quien, en un extraño comportamiento que no hubiera espero de un hombre de su posición, le ofrecía amable tomar asiento. El joven se sentó, tomando nota de la comodidad de la misma, el color del a mesa, la piel del director que parecía reflejar lascivia. ¡Tone, detente!

-No hay problema, puede tutearme señor- respondió el aludido cuando el director lo mencionó. La verdad, Tone prefería no hacerlo porque aquello sería más difícil de llevar. ¿Por qué simplemente no hablaban de lo importante y se iba? -Bueno, yo soy de Ottery Saint Catchpole como muchos otros, pero aún soy...bueno, joven como para darme demasiados lujos, no es que me conozca mucha gente- balbuceó jugando con una pluma en su mano.

La verdad era para lo único que había salido del castillo Snape era para cursar la academia. Bueno, y también aquella gran excursión que terminó con su humanidad, medio convirtiéndolo en esa bestia que residía en su interior. Aclaración, media bestia. Se dignó a levantar la mirada, clavar sus ojos en los orbes del joven que, frente suyo, le devolvía la mirada con determinación, demasiada amistad como para recién conocerse.

La palabra "somos el único equipo" rebotó en su mente varias veces antes de que pudiera entender su significado, incluyendo también la unión que usó para referirse a ambos. Acomodó su cabello hacia atrás dejando ese tema de lado y volvió a la conversación, aunque tuvo que evitar la sarta de emociones que le recorrieron al ver aquel guiño de ojo. ¿Una señal de tranquilidad? ¿De amistad? ¿De...

-Intento seguirlo señor Director pero... creo que a veces se me complica. Creo que debería decirle, su hermana Sagitas me entregó hace unas horas unos certificados-

Gracias a Merlín, Odín, Quetzalcoatl y Zeus por haber podido evitar aquel tema tan... recurrente. Tomó una carpeta que había armado ese mismo día con la ayuda de Ume y es la entregó. En él, se encontraban los certificados que la jefa del equipo de Reversiones de Accidentes Mágicos y Comité de Excusas para los Muggles le había entregado, detallando quienes poseían Certificado de Competencia en Asuntos Muggles, obviamente, incluyendo a Sagitas, la aludida.

http://s6.tinypic.com/207tkdg_th.jpg http://s6.tinypic.com/qybmvr_th.jpg http://s6.tinypic.com/1039y5j_th.jpg http://s6.tinypic.com/34zblnl_th.jpg http://s6.tinypic.com/ffcsjp_th.jpg

http://i54.tinypic.com/oh4txx.jpg <-- (Link al post de entrega de certificados!)

-Ahora que ya tenemos esos pergaminos, y la carta de la Profesora de Estudios Muggles alegando que Sagitas es competente en el tema, podremos darle el permiso y así habilitarla para utilizar actividades muggles-

Sentía que el director no lo escucha, prestando más atención quizás a él mismo que la perorata dicha por Agatone. Sintió un escalofría recorrer su espalda y se preguntó qué podría llegar a perder si daba el brazo a torcer. ¿Su puesto de trabajo? Después de todo era empleado, no es que tuviera mucho. ¿Y si, al revés de cómo pensaba él, sería una ventaja laboral? Dejó ver sus ojos bicolores y, con sinceridad, dejó exhalar una sensual sonrisa.

-¿Qué le parece si firma, señor director?- concluyó.

Durante la noche, más personas comenzarn a llegar, notando que el pokér era el juego más popular de lobreguez. Claro, seguramente más tarde comenzarian con la rolueta o blackjack, pero por ahora, el famoso juego de cartas sería el que llevaría a todos a las ruinas. Bueno, o por ahora, no al joven Agatone, quien había ganado ya dos tiradas de cartas sacando pares. Aunque sintió demasiada enviada cuando sus compañeros sacaron doble par o peor, una pierna.

-¡Maldición!- se quejo, habiendo perdido contra sus nuevos oponentes, unos aquienes llegó a conocer como Dylan y Oliver. -Dame un juego de color. ¡Odio el azar!-

Le indicó al croupier que volviera a tirar la mano de cartas y se vació el vaso de whiskey. Al ser vampiro le costaba alcanzar la ebriedad, pero despues de varios vasos ya lo veía cerca. Amaba chupar sangre de magos, y mas cuando estaban repletas de alcohol. ¡Una delicia! (?)

-Vamos chicos, no me dejen perder- aunque ahora, una chica también se había unido a la batalla de apuestas. Paú.

Vamos, no quiero más pares xD Dame una pierna

Agatone había podido tomar una gran bolsa de monedas de oro aquella mañana, no de sus ahorros, sino los que había ganado en las apuestas y el azar de la noche anterior. Aun recordaba los juegos de póker que habia jugado y las buenas manos que le habían tocado. Y por eso ese día se dio el lujo de ir a comprar unos objetos nuevos, objetos que sabía le serían de utilidad.

Lo primero que notó y que le llamó la atencion fue el arco. Sin duda sería lo mejor para la Armeria de su tio, pero el problema era que la Armería se encontraba cerrada hacia años. ¿Cuánto tiempo había pasado ya desde aquel día, los días oscuros del cataclismo cuando todo cambió?

Suspiró con resignación y comenzó a recorrer el local, sabiendo que no tenía mucho para gastar, ni mucho menos demasiadas monedas de oro.

-Llevemos solo un poco de cada cosa-

 

ID: 54044

Nick: Agatone Lestrange

Bóveda: N° 80665

Fecha: 2012/07/21

 

 

Nombre del producto: Arco con Flechas Everdeen

Objetos, Criatura o Poción: O

Catalogación: AA

Puntos por unidad: 20

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 750G

 

Nombre del producto: Báculo de la Invisibilidad

Objetos, Criatura o Poción: O

Catalogación: AAA

Puntos por unidad: 40

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 2500G

 

Nombre del producto: Traje de Combate GreyHard

Objetos, Criatura o Poción: O

Catalogación: AAA

Puntos por unidad: 40

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 1800G

 

Nombre del producto: Insigna de Sinsajo

Objetos, Criatura o Poción: O

Catalogación: A

Puntos por unidad: 10

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 250G

 

 

Precio total: 5300G

Total de Puntos: 110P

 

Compra por propietario o propiedad: Propietario.

Agatone Lestrange

Oficina de Cuidados Antimuggles

El joven no tuvo que esperar mucho, dado que el entusiasta hombre sin calzado lo arribó pocos minutos después. Hablaba hasta por las orejas, y se preguntó por qué lo hacía como un elfo. Hablaba en tercera persona, refiriendo su nombre como si fuera alguien más. ¿Estaría dentro de sus cabales? Llegó a la conclusión de que toda persona nueva que conocía tenía un aspecto que lo hacía poner nervioso.

-Yo... este...- intentaba hablar, pero no fue capaz de hacerlo hasta que el negro terminó su rápida perorata. -¿Patroquear el evento? No no, señor Babila, yo no necesito formulario-

Se detuvo unos segundos pensando en aquella palabra: patroquear. Sin duda era una palabra extraña, quizás de procedencia africana. Pero aquel hombre la utilizaba con total normalidad, por lo que se hizo una nota mental para averiguar en los libros bilingues del Departamento su significado. En la recepción, las otras tres personas estaban rellenando los formularios, esos de los que Babila tanto hablaba. El bicho de la curiosidad le picó y se preguntó para qué serian.

-Pensándolo bien, ¿podría darme un for...?- pero no pudo terminar la frase porque alguien lo interrumpió.

-Anda, mira, qué bien, así te puedo dar toda la información sin subir a Juegos. Toma.-

Agatone sonrió de lado con nerviosismo; la intromisión de la Directora en aquella charla tan informal le hacía poner los pelos de punta. Pero después de todo, había bajado hasta la tercera planta precisamente para hablar con ella. Intentó serenarse y le saludó con un ademán de su mano. ¿Demasiado informal?

-Muchas gracias señorita Potter Clue- aferró con fuerza el pergamino que le entregaba el cual traía varios más, y agregó -Precisamente bajé para preguntarle si ya tenía los Certificados. De esta forma hoy mismo su hermano podrá firmarle el permiso-

Tomó el pergamino y comenzó a leer. Primero estaba la carta que ella le había escrito con una caligrafía demasiado alzada; detrás, el certificado de la Profesora de Estudios Muggles y para concluir, los certificados de la Oficina de Reversiones y Excusas Muggles (adjuntando no solo el de la directora sino el de todo el persona que tuviera dichas facultades).

-Con esto será suficiente. Le entregaré todo al director para que tengan el permiso lo antes posible. Después de esto usted podrá hacer de la suya- bromeó -Y si, le hice llegar a su hermano lo solicitado.-

Pero antes de que pudiera pensar en qué hacer a continuación, vio como la mujer notaba la presencia de las otras personas en la recepción. Tomó del brazo a una mujer y la empujó hacia una oficina cerrando la puerta detrás. ¿Por qué había enloquecido así? Seguramente esas personas eran viejos conocidas de Sagitas, personas a quien ella no quería ver. ¿Viejos amores? ¿Amigos traicioneros? ¿Familiares indeseables? Quien sabía. Solo sabía que debía volver, por lo que intentó ignorar los comentarios de Babila y, raudamente, tomó nuevamente el ascensor.

A los pocos minutos un hombre se sentó en la misma mesa, también preparado para jugar aquel vicio de entretenimiento, algo que si uno no lo controlaba podía llegar a ser perjudicial para la salud. ¿Pero qué podía llegar a ser un poco de diversión? Agatone miró con el seño fruncido al hombre dado que le había mirado las cartas. Por suerte la mano había terminado, pero no podía dejar que eso pasara desapercibido.

-¿Desea usted señor, acaso, jugar una partido de pocker?-

Le hizo una seña al croupier para que repartiera las cartas, lo que hizo en un rápido movimiento de su mano. Repartió cinco cartas a cada jugador y Agatone procuró que nadie las viese. Lo que faltaba en aquel momento, era un buen vaso de whiskey de fuego. Cerca de la mesa había una pequeña mesa repleta de bebidas las cuales, obviamente, no eran gratis.

Agatone pagó unas monedas de oro por una botella de whiskey y volvió a su juego, sabiendo que con sus dos vicios, la bebida y el azar, podría olvidarse por un momento del dolor de perder a sus hermanos. Porque aunque la arena aun estaba en pleno apogeo, ya se hacía la idea de que Tara y Lysander morirían.

-Apuesta, hombre extraño, y juega- anunció. Bebió de la botella y miró sus cartas.

A ver mis cartas ahora xD

"Peligro"

Eso era lo que señalaba el Reloj Mágico de pulsera que llevaba desde hacia años, recordando haberlo comprado en una vieja subasta antes del cataclismo. Hacia mucho tiempo que las agujas del reloj indicaban aquello, y más desde que Lysander entró en la arena. Y hoy no era una excepción. Ahora, se encontraba a la deriva cuya sangre manchada de veneno intentaba surcar sus venas con tormento, desgarro, juntando los años de aflicción que el pueblo londinense había sufrido luego de que el Capitolio tomara el tomar. No necesitaba escucharle, no necesitaba saber su dolor: lo conocía. Le habían dicho que el veneno de acromántula era un suplicio tan fuerte que uno preferiría la muerte. ¿Sería acaso igual de doloroso que la metamorfosis de un vampiro? Lo recordó, y supo que no había nada que pudiera causar más dolor.

No le dejaban entrar en la arena, eso estaba prohibido. Pero sí podía sobrevolar a una altura considerable. Las escobas eran cosas de ricos; Nimbus, Estrellas de Plata o incluso las baratas Barredoras. Eran medios de transporte con los cuales Agatone solo soñaba. Pero si tenía una Alfombra L. Ville, no tan rápida ni tan cómoda como una escoba pero lo suficientemente útil como para realizar aquello. El frío de la noche helaba sus frías mejillas, aunque no sentía picazón alguna. El aire que provenía de la arboleda debajo suyo creaba imágenes siniestras que solo provocaban duda e incertidumbre. Miró con detenimiento debajo a la oscuridad, lejos, pequeñas figuras que se movían de un lado a otro, algunos tan quietos que seguramente dormían o, quizás, ya estarían muertos.

La alfombra voladora lo había llevado a buena altura, pero no podía descender más. El límite de la arena llegaba hasta allí por lo que tendría que emplear su plan B. Visualizó a un cuerpo sobre un pequeño claro y apoyado contra un árbol, moviéndose con dificultad luego de beber de una botella. Por su cabello platinado brillando a la luz de la luna y su inconfundible hedor a perro mojado, supo que lo había encontrado.

-David- susurró en medio de la noche, debajo de la luna. Hubo una llamarada a su lado y el fénix apareció reluciendo en la lobreguez. Era el fénix que Lisy había poseído toda la vida, el mismo animal que le había ayudado en la entrada para el Desfile de los Tributos. Estaba tan atrás ese día...

-Necesito que entregues esto a Lysander. Es importante- no necesitaba más, el fénix era inteligente.

Agatone tomó el ANTÍDOTO PARA PICADURAS VENENOSAS que llevaba consigo, y el cual había procurado no perder luego de la hora que había pasado en La Suerte del Sinsajo apostando sus monedas de oro. Lo ató a una pata del fénix mientras la alfomra se mecía suavemente a unos cien metros de altura, y lo dejó ir.

-Su vida depende de ello. Y, por favor, vigila a Tara-

Hubo una segunda voluta de flamas, y el fénix desapareció. Sabía que encontraría a Lysander para entregarle el regalo y, posiblemente, le trajera información de su hermana.

Buenas!!

Sé que no pasó el tiempo de edición, pero noté unos errores en la ficha :S Así que venía a dejarlos aquí para que los editen por favor.

1) Tengo 4 conocimientos (dos de ellos adquiridos) pero solo dos figuran en el perfil. ¿Podrían agregar los otros dos por favor? ^^ Son Pociones y Primeros Auxilios.

2) En el perfil figura el Trabajo mas no en la ficha. Agregar en el primer post, en el ítem trabajo, lo siguiente: Empleado en la Oficina de Cuidados Antimuggles - Departamento de Juegos y Deportes Mágicos.

Y una duda aparte, ¿esto cuenta como edición mensual?

Muchas gracias!