Felias Snape Triviani

Había salido del local con el antídoto para venenos en su mano. Sabía que Lysander lo necesitaba urgente, pero aún no podía congeniar en un método para entregárselo. Aparte, aún tenía a Rocío, aquella mentora que estaba trabajando con él. Quisiera o no, sus tributos estaban juntos y ellos a su vez, debían ayudarse. Tributo por tributo, mentor por mentor.

Pero la puerta abierta de La Suerte del Sinsajo mostraba la muerta luminosidad que salía del interior, un lugar tan pulcro como las alcantarillas del capitolio. Pero para Agatone, aquellos lugares eran su hogar. Después del cataclismo había vivido en la miseria junto a sus hermanos Lysander y Tara, luchando cada día por salir adelante. Claro, él y Lisy al ser vampiro y licántropo respectivamente, tenía más posibilidades de encontrar recursos para vivir el día a día.

Había escuchado que un matón, un mago fuerte y con varita se apostaba en la entrada de aquel seudo casino, un mago que impedía que ciertas personas ingresaran. Por suerte, ese día brillaba por su ausencia. Curioso, Agatone guardó el antídoto en su pantalón de mezclilla desgastado y roto (dado que el Capitolio solo le proveía prendas lujosas cuando salían en público) y se acercó a la puerta de La Suerte del Sinsajo, para comprobar que el lugar estaba abierto para todos.

-Es mi oportunidad de hacer más dinero- susurró para si.

Los objetos en la arena cada vez eran más caros, y Agatone temía que sus monedas de oro no fueran suficientes para sacar vivo a Lysander. O a Tara, era lo mismo. Él los quería vivo. Y si la suerte estaba de su lado y sobrevivían, las monedas de oro restantes podrían usarlas para tener una vida más lujosa.

Ingresó al local, comenzando a inspeccionar las diferentes mesas. Había pocas, pero suficientes para él.

-¿Pocker? Una sola vez jugué; veamos cuanta suerte tengo- acarició suavemente su ojo anaranjado, marca de su linaje maldito, y tomó asiento preparado para jugar.

Nick del usuario: Agatone Lestrange

ID del usuario: #54044

Link a la bóveda: N° 80665

Galeones disponibles en bóveda: 88865 G

 

Juego elegido: Pocker

Apuesta: 500 G

Odiaba todo lo que había sucedido. A pesar de que el público había parecido estar de nuestro lado en el desfile de tributos, y luego, habiendo salido ileso de la primera prueba, ahora todo se complicaba. Agatone había observado cada segundo de la segunda prueba, viendo como intentaban sortear a la Acromántula que, piadosamente, el capitolio les había mandado a acribillar.

El joven vampiro ingresó en aquella sala la cual solo había visto en una oportunidad, dado que no necesitó cosas. En el inicio de los Juegos en la arena Lysander se había hecho con muchos objetos y pociones que podrían mantenerlo con vida por muchos días, pero resultaba que la cura para la picadura de Acromántula no estaba entre sus pociones, y un poco de Herbovitalizante y Díctamo no serían suficiente. Y lamentablemente, ya era tarde para usar un poco de Felix.

Reconoció a otros mentores en aquella gran tienda destinada para ellos, para la compra de objetos que los tributos podrían llegar a necesitar. Desde las cosas más insulsas hasta las más delicadas e importantes. Se acercó al palco de las pociones, a aquel lugar que no había visitado anteriormente y buscó entre ellos la poción que necesitaba: Antídoto para picaduras venenosas.

-Esto será suficiente. Ahora solo tendré que pensar como hacérselo llegar a Lisy lo antes posible. ¡Maldición!-

Insertó las monedas de oro en la ranura, para que un pequeño potecito se materializara sobre la superficie reluciente. El antídoto necesario allí estaba, dispuesto a salvarle la vida a Lysander. Igual que Agatone.

Agatone Lestrange

Oficina de Cuidados Antimuggles

No era para nada mal visto que fumara cuando nadie lo viera, pero si estaba mal que lo hiciera en el elevador, a escondidas. Pero no podía resistirse; le dio unas raudas pitadas al cigarrillo que exhala volutas de humo violeta en espirales y lo lanzó al suelo, mientras las puertas se abrían luego de que el incesante traqueteo se detuviese. Una dulce pero humana voz de mujer anunció que se encontraba en la tercera planta del Ministerio, planta que ya sabía pertenecía al Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes. Por algún extraño modo, se sintió incómodo conociendo dos Departamentos en su primer día de trabajo. ¿Qué le esperaba para el último día de la semana?

Entró a la recepción de aquella planta, encontrándola más concurrida de lo que hubiera esperado. Quien parecía ser el encargado de recepción era un hombre de mediana edad, y negro. Agatone permaneció viéndolo varios segundos dado que muy pocas veces había visto un hombre de procedencia... ¿De dónde provenía? Pero los rasgos de aquel nombre no eran los ordinarios de gente negra que él conocía. Pero lo más extraño, era que no llevaba calzado.

Avanzó con pasos dubitativos, mientras acomodaba su cabello platinado hacia atrás, ese extraño movimiento que realizaba casi inconscientemente. Allí ya había otro hombre de cabello rubio aunque no tan claro como el de él, largo hasta la mitad de la espalda quien hablaba con el recepcionista, junto a otro hombre de aspecto conocido. Agatone juró haberlo visto en algún lugar. Su presencia allí no demandaría mucho tiempo, simplemente venía a hacer entrega de un permiso que previamente se encargó de preparar minuciosamente. Su único temor era que estuviese mal formulado.

Como todos parecían ocupados, se rezagó a un costado, esperando poder hablar con alguien o simplemente entregar el permiso, no le llevaría mucho tiempo. Y en aquella espera, oyó con detenimiento y claridad, que los dos hombres que hablaban con el negro venían a aportar unos datos de sus negocios. ¿Para patrocinar? Se preguntó qué podría ser y para qué, pero desechó esa idea llegando a la conclusión que no le importaba.

-Odio la burocracia- susurró más para si, deseando no haber sido oído.

La experiencia de aquel hombre, o mejor dicho, de aquel joven se hizo notar a la brevedad. Luego del informe que Tone le había pasado sobre la directora de la tercera planta, Mirshka supo qué hacer en el instante, aludiendo a la posibilidad de su propia presencia en dicha planta. Aquello tomó por sorpresa al neófito vampiro, quiero sabía tendría mucho que aprender.

-La verdad me sorprende que el Ministerio me haya confiado esta tarea a pesar de que estoy dispuesto a hacer lo necesario para un desarrollo óptimo de la misma. Y, aunque sea poco lo que deba aprender, estaría encantado si fuese usted quien me... me meta tales conocimientos- sonrió socarronamente mas ruborizado, sin poder evitar el juego de palabras que, muy impropia de él, parecía salir con naturalidad. Revolvió su platinado cabello por segunda vez y escuchó el comentario del director.

El pedido de una pequeña reunión podía ser tan bueno como malo aunque, siendo ese su primer día laboral, era poco lo que podría salir mal. Y tenía razón, ignoraba no solo su vida privada (de dónde provenía o dónde vivía, por qué a pesar de estar en la Academia de Magia y Hechicería estaba trabajando con aquel puesto en el Departamento de Juegos o, sin duda alguna, qué le impedía aprender las cosas correctamente) sino los conocimientos que tenía, los cuales eran nulos. Agatone pensó unos momentos en la inminente reunión y se preguntó si aquel joven (seguramente de menor edad que él) le trataría como un inferior. ¿Sería muy arrogante? ¿Lo trataría como a un igual? ¿O su despótica posición haría tratarlo como esclavo?

Ariane se despidió, siendo ella una mujer mucho más experimentada en los trabajos ministeriales y pudiendo, seguramente sin problema alguno, trabajar desde cero en su oficina sin la ayuda del Director. Se alejó con un ademán de mano, imagen que Agatone no perdía de vista temiendo volver los ojos al director, hasta que supo no podía seguir postergándolo.

-¿Señor Lestrange?-

Volvió su mirada, donde Mirshka, apostado en el umbral de la puerta, le exigía el ingreso a la sala. Agatone tomó fuerzas e intentando por todos los medios y la ayuda del mismísimo Odín quitar de su mente las lascivas imágenes que comenzaba a correr en su mente, avanzó con paso apesadumbrado. Su mano en el bolsillo del pantalón de mezclilla rozó el abdomen del hombre, roce que ardió en plenitud. Se ubicó rápidamente cerca de un escritorio mas sin tomar asiento, tomando la precaución de no cruzar mirada.

-Yo... esta... es una oficina muy bonita- declaró sin prestarle real atención a la sala. Solo notó unos póster de equipos de Quidditch estampados en las paredes, donde parecían resaltar más de lo normal, la piel humana.

Aquella mujer, quien esperaba detrás de la puerta del director resultó ser la nueva enviada por el Ministerio para ocupar el puesto vacante en la oficina de al lado cuyo nombre Agatone ni siquiera pudo recordar. La mujer sonreía con dulzura como si pudiera comprar a cada empleado, algo que Agatone notaba considerablemente.

-Ah...- caviló unos segundos -Un gusto señorita Selena... Serena. Yo también soy nuevo aquí, en la oficina de al lado, por lo mucho no podría guiarte. De todas formas cuando el director nos reciba podremos consultarle lo que queramos-

En ese momento se dio cuenta que no solo no conocía al director, sino que no sabía su nombre, su edad o incluso si era hombre o mujer. Había escuchado que se llamaba Mirshka, pero a decir verdad, ese nombre tan peculiar no le daba conocimiento de se de una mujer u hombre se tratase. Con tal nombre, debería tener más de cincuenta años, vestirse de forma anticuada y, seguramente, ser una persona severa. Agatone tragó saliva y llegó a la conclusión que no quería conocer al director. ¿Y si decidía que él no era apto para el departamento, despidiéndolo en su primer día de trabajo? Volvió sus ojos temerosos a los de la mujer, Selena (aunque estaba seguro que su nombre real era Serena), para que una voz los interrumpiera.

-Buen día- saludó Agatone, temiendo tener que atender a más clientes. Pero en este caso, su temor se había hecho realidad. Un niño explorador. Solo le faltaba el pañuelo sobre su pulcra piel en la garganta y un gorrito colorido sobre ese brillante cabello.

-Mirshka Dupont, lamento la tardanza...-

Y ahí fue deseó apuntarse con su varita de ébano en la sien y murmurar el hechizo asesino. Ahora si que no sabía qué decir, qué hacer, dónde mirar o incluso qué pensar. Aquel joven que parecía incluso más joven que el mismísimo Agatone siguió hablando una suave perorata, anunciando que era el jefe directos de ambos. Una trémula mano se extendió por el aire hacia el neófito, quien dudó unos momentos en tomarla. Observó aquellos desconcertantes ojos tan superiores a él y, sin dudarlo, estrechó su mano con fuerza.

-Un... un gusto señor Dupont- respondió Agatone en un suave canturreo, inseguro si aquello era suficiente. Lo único que sabía con respecto a los jefes era que debía caerles bien, hacer lo que fuese necesario para estar bajo su mano. ¿Cómo decían algunos? Chupar las medias; un término bastante fuera de lugar, pero acorde a la situación.

El director parecía demasiado joven para su puesto de trabajo, quizás inexperto, pero después de todo, había una explicación por la cual el mismo Agatone tendría, eventualmente, la misma apariencia que tenía en ese mismo momento. Quizás no fuese tan inexperto y aquella apariencia de twink fuese solo una fachada. El tal Dupont comenzó a hablar sobre la actividad en las oficinas, algo que en ese momento a Tone le parecía lo más superficial. Se concentró en el movimiento de sus labios que movían los músculos de todo el rostro, su cabello, sus ojos. Pasó una rauda mano por su platinado cabello acomodándolo hacia atrás, dejando ver su ojo color anaranjado.

-No se preocupe señor, cualquier problema acudiré a usted- se sentía extraño hablando de manera tan distante a un hombre tan joven, pero debía contenerse; y estaba seguro que no acudiría a él solo por trabajo.

-Ahora yo... Lo único que tengo para comentarle es que su hermana Sajetas Potter Clue ha estado aquí. Necesitaba un permiso para incluir actividades muggles en una fiesta de Ottery. No sé si hice bien pero, consulté el libro "Conocimientos Básicos para Empleados Básicos: Departamento de Juegos y Deportes Mágicos" el cual dice que ella requiere un permiso para utilizar este tipo de actividades. Al ser la Directora del Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes no creo que necesite tanto trámite. ¿Podría usted firmar el permiso para habilitarla a incluir este tipo de actividades? Podría enseñarme que cosas tener en cuenta-

Dio una leve sonrisa y miró a Ariane, sabiendo desde el primer momento que ya conocía al director. ¿Tendría ella un trato especial por conocerla previamente? Por un momento sintió rabia; a pesar de haber sido asignado a aquel departamento con anterioridad, seguía siendo el nuevo. Recién le conocía y tenia demasiado para aprender. Necesitaba un vaso de whiskey de fuego, sin duda.

Ya se puede escribir? Bueno, como mentor me presento aquí para poder ser partícipe de la eleccion de Equipos los cuales batallarán a muerte (?). Ok, no, solo intento subir las dos líneas xD Y me da muuuucha intriga saber quien será el Tributo especial que saldrá en la primera tirada, de 1d33, jaja.Será genial.

Creo que ya es suficiente, no?

Me quedo por aqui

Buenos días Otto!

No soy de la escuela de diseño, pero como veo que necesitas ayuda postearé igual Yo sé usar Corel porque trabajo con él, en mi trabajo muggle, pero uso Corel Draw 12, supongo servirá. El problema es que si quiere que haga algo por ti no podré hasta mañana .__. Si necesitas consejos o ayuda para usarlo, con gusto

Mi msn es felias.snape@hotmail.es

Puedes agregarme o hablarme por MP

Saludos y suerte! ^^

Sin duda aquella conversación no solo se estaba extendiendo mucho más de lo normal, sino que Agatone ya se había resignado a cualquier cosa que pudiera ocurrir. ¿Acaso vendría ahora el Director a realizarle un examen sobre sus conocimientos notando lo básico que es? ¿Llegaría un Comité de niños exploradores queriendo saber el por qué de la existencia de aquel Departamento? Ese, no era su día.

-Estoy seguro que todo eso servirá. Hagamos lo siguiente; sé que usted debe estar ocupado y no quiero hacerle perder más tiempo. Ahora vaya tranquila, solo envíeme un sumario de la Jefa de Exclusiones Muggles, empleada suya, para que yo la incluya en el permiso. Si es necesario personalmente me escribiré con la profesora de Estudios Muggles. Yo me haré cargo del permiso y se lo haré llegar a la brevedad, ¿le parece?- concluyó con una sonrisa, sabiendo que ahora podría aligerar el trámite de la mujer.

En ese momento vio a una mujer que se acercaba a la puerta del director golpeando varias veces en ella. ¿Quién era? Seguramente alguien importante como para acudir directamente a él y no registrarse en la recepción. La tal Ume debería hacer bien su trabajo y no dejar entrar a cualquier. Miró nuevamente a la pelivioleta y se excusó.

-Si no tienes más consultas, creo que todo. Envíeme ese papel y yo sacaré el registro. ¡Un gusto!- y se alejó a grandes zancadas, en parte para dejar de hablar tan incómodamente, y en parte, para interceptar a la otra mujer. -Disculpe. ¡Disculpe!- canturreó con alta voz. -¿Qué puedo ofrecerle? Mi nombre es Agatone Lestrange, de la Oficina de Cuidados Antimuggles-

Muy buenos días a todos! (si, estoy seguro que es temprano en todos lados )

Vengo por dos temas. El primero es una sugerencia; se la comentó a Don Ekioso pero solo para hacerlo oficial lo pongo aquí. Creo que estaría bueno, en la mayoría de los casos, postear las Pruebas una o dos horas antes de su comienza para que los usuarios tengan tiempo de leer las reglas y adaptarse a ella, por consiguiente, teniendo ese margen de tiempo para postear dudas o consultas. Esto fue lo que se hizo en muchos de los Juegos en los HL Awards en el año 2010 (el Torneo de los Piratas) dado que estábamos probando con juegos totalmente nuevos y por temor a que hubiera problemas, se optó por dar un margen de una/dos horas entre la visibilización del topic OFF de la Prueba y el comienzo de la misma.

Sería bueno para despejar dudas antes de la Prueba y que no hubiera problemas

Segundo, es una duda. Según el Ranking general de los tributos, el tributo Lysander Lestrange aparece con 2800 monedas de oro seguido de Danyellus Triviani Malfoy con 2000 monedas, pero estos números no coinciden con los inventarios de cada uno, dado que tienen en total 3900 y 3700 respectivamente (sé que aún no están actualizados los Inventarios, pero ese sería el número). Entonces, supongo que en el Ranking se pusieron, únicamente, la cantidad de monedas de oro ganadas sin tener en cuenta los 3000 iniciales, sino la cuenta no da. ¿Se usó se criterio? ¿Se tienen en cuenta únicamente las Monedas Ganados en el juego?

Eso solo,

Muchas gracias! ^^

Agatone caminaba raudamente hacia la zona que, según se rumoreaba, había sido seleccionada para restaurar parte del Concilio de Mercaderes, un supuesto grupo de magos mercaderes que habían sido, tiempo atrás, los encargados de manejar el Magic Mall, un negocio mágico e inmenso dedicado a la venta de los más variados objetos, pociones y criaturas, encargados así también de representar a los negocios y su correcta comercialización.

Claro, eso era antes, era lo que contaban los libros de historia, detallando el nombre de un tal Marco Livua como vampiro secundado por otros semejantes; Snape, Macnair, Haughton, Lestrange... Nombres de viejos miembros del Concilio de Mercaderes, que llevaron a Diagon a su auge, el mejor. ¿Y ahora? Solo era una callejuela en escombros y ruinas, con la única construcción visible preparada en esta ocasión para los Stands del Concilio de Mercaderes.

Se notaba que era improvisada, y aún así, no perdía majestuosidad. Los alfombrados estantes para las pociones, el humo que emanaban de sus calderos de muestra, los carteles tallados en oro. Cuando del Capitolio se trataba, no había gastos máximos.

-Espero que estas pociones me sean de ayuda. Y a Lisy- susurró, sabiendo que el único motivo por el que estaba allí, era para sacar a sus hermanos con vida de la arena.

Ingresó a la tienda y comenzó a buscar entre los estantes, sabiendo que quizás sea la única oportunidad que tuviera en la vida de ver semejantes filtros burbujeantes. Eran únicos.

ID: 54044

Nick: Agatone Lestrange

Bóveda: N° 80665

Fecha: 2012/07/17

 

 

Nombre del producto: Poción Enérgita Licántropa

Objetos, Criatura o Poción: P

Catalogación: A

Puntos por unidad: 10

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 400G

 

Nombre del producto: Purificador de agua

Objetos, Criatura o Poción: P

Catalogación: A

Puntos por unidad: 10

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 500G

 

Nombre del producto: Poción purificadora

Objetos, Criatura o Poción: P

Catalogación: AA

Puntos por unidad: 20

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 900G

 

Nombre del producto: Poción Curativa

Objetos, Criatura o Poción: P

Catalogación: AAA

Puntos por unidad: 40

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 1200G

 

 

Precio total: 3000G

Total de Puntos: 80P

 

Compra por propietario o propiedad: Propietario.

Buenas!

Genial, ya esperaba que sacaran una subasta o algo similar, sino ya los trataría de vagos (?) xD! Tengo pocas dudas.

Subasta: Me gustaría saber más o menos cuando será la fecha de ambas subastas y, supongo, no coincidirá con ninguna prueba de los Juegos del Hambre, verdad? xD Y apoyo la emoción de la minina de poner aunque sea dos bienes por persona Va, después de todo son pocos bienes, que se yo xD

Stands: Supongo habrá un topic especial; 4 bienes por días, entendido. Y apoyo la duda sobre la bóveda trastero. ¿Podremos seguir comprando? Yo estoy casi en el límite.

No creo que sea bueno vedarnos las compras al sobrepasar el límite, porque como son bienes especiales que solo saldrán ahora, algunos no podremos comprarlos al no tener trastero De todas formas esperaré que digan que se hará con respecto a esto.

Saludos!

Luego de aquella charla, dejó que Lysander descansara el último tiempo que le quedaba. Por su parte, Agatone necesitaba realizar algo antes que los tributos fueran sentenciados a muerte en la arena. No había visto a Ty desde la cosecha ya hacia muchos días y la noche del desfile solo pudo vislumbrar su gran vestido blanco y la carroza que la llevaba. ¿Acaso debería dejar las cosas así?

Fue al recinto privado en el que se encontraban, viendo primero a su mentora, quien respondía a Brardolla Black. No le conocía y tampoco le había visto nunca, pero necesitaba que le diera unos minutos para hablar con Tara. Desconocía si la Black estaba al tanto de su parentesco pero, mirándolo con detenimiento, seguramente hilaría los detalles por ella misma.

-Saludos, señorita Black. Mi nombre es Agatone y me gustaría hablar unos minutos con su tributo-

Puede que haya reconocido sus rasgos, que haya visto la desesperación detrás de sus bicolores ojos o que simplemente se resignó a lo que el mentor quisiera, pero Black simplemente se hizo a un lado y dejó la silueta de Tara frente a él, con un traje mucho más cómodo y ligera que el vestido que había portado hacia varias horas, con la mochila colgando en su espalda y el cabello largo, diferente al día en que se había conocido.

-Tara...- susurró con pesar, no pudiendo impedir que le temblara la voz -Nada de esto fue mi intención, no quería que esto sucediese-

Su garganta luchó con él, las palabras salieron atropelladas mientras un sollozo inevitable exhaló desde lo más profundo de su pecho. Su ojo anaranjado permanecía impertérrito, ajeno a la situación, mientras que su ojo azul brillante emanaba una secuencia de débiles lágrimas, mostrando la parte humana que le quedaba dentro.

-No importa que sea el mentor de Lisy; te prometo aquí y ahora, bajo el nombre de los Lestrange, que haré todo lo que esté en mis manos para traerlos de regreso, a ambos- miró de costado a la mentora, a Brardolla, para que supiera que era verdad y que necesitaba trabajar con ella. Mentor con mentor, codo a codo; dos personas saldrían vivas de la arena cueste lo que cueste.

Se lanzó a sus brazos, temiendo no poder verla nunca más. Ya sufría sabiendo que uno no volvería, y sería peor si ambos morían en la arena. Necesitaba recordar su última figura, ver sus ojos idénticos una vez más, su vivo reflejo que tanta impresión le dio la primera vez que se vieron ese día soleado en la mansión Snape.

-Ty, solo recuerda una cosa. Cuando estés en la arena, recuerda quien es el verdadero enemigo- enjugó sus lágrimas y se alejaron. -No lo olvides-

Se dirigían al castillo, con la indicación dada por un Avox de que sus habitaciones se encontraban en la Sala Común de Gryffindor, una torre que Agatone se había dispuesto a conocer con anterioridad. El último comentario de su hermano resonaba en su cabeza como un sonido molesto, sabiendo que a pesar de su temor de perder a uno de los dos, no lo podía evitar. ¿Y que era mejor? ¿Qué luchasen uno contra otro para mantenerse con vida, o dejar de lado esa rivalidad que el Capitolio les imponía para luchar codo con codo contra aquellos obstáculos que los Vigilantes dispusiesen? No lo sabía, y tampoco quería pensar en ello, porque sabía ya era tarde para echarse atrás.

La tortuosa caminata hacia la torre Gryffindor duró más de lo esperaba, surcando entre escaleras con vida propia y sinuosos pasillos que murmuraban por lo bajo. Sin duda aquel lugar guardaba una magia mucho más poderosa de la que Agatone haya visto en su vida. Los enormes retratos parlantes, las escaleras, las esculturas que respiraban; era un lugar especial.

-He conseguido algunos objetos para que lleves en la Arena a pesar de las restricciones. Siempre ha estado prohibido ingresar con cualquier tipo de objeto pero el Vigilante en Jefe de este año parece haber dado el brazo a torcer-

Llegaron a la séptima planta para verse obstaculizado por el gran retrato de una señora bien gorda quien, mordiendo varias bayas con emoción, pidió la contraseña. "La Magia es Poder" repitio el joven, dejando que la Dama Gorda se hiciera a un lado dejando a la vista la entrada a la Sala Común.

Cruzaron hasta llegar al otro lado, pasando por una lujosa sala de brillantes paredes rojizas. Extrañamente, toda la decoracion era escarlata y dorado. La escalera caracol del otro lado llevaba al primer piso y desembocando en un gran pasillo lleno de puertas. Cruzaron la que tenia el nombre de ambos y, automaticamente, todo quedó en silencio. Era acojedor, definitivamente, pero nada en aquel momento hacer de Agatone un momento llevadero. Se sentó pesadamente en un mullido sillón de cuero rojo y cerró los ojos, cansado. Un fuego ardía suavemente en el centro de la habitación, cuya pavesa ascendía formando círculos perfectos danzando entre ellos.

Al lado del sillón había una gran caja con tres candados, los cuales fueron quitados una vez depositada en la pequeña mesa de roble que se aliñeaba del lado opuesto a la puerta. Agatone comenzó a sacar cosas y acomodándolas con cuidado en la mesa. La MOCHILA sería lo más importante sin la cual no podría portar los otros objetos. Sacó una LINTERNA pequeña y negra de peso ligero, un CUCHILLO de doble filo que podría usar para cualquier eventualidad, incluso para cazar y por último, un SACO DE DORMIR, necesario para protegerse del frío durante la noche. Tomó otro paquete que estaba aparte, y le entregó dos raciones de COMIDA (x2) y dos de AGUA (x2).

-Espero sean cosas útiles; de todas formas durante los Juegos intentaré darte lo que necesites. ¿Qué opinas?-

Pasó la última hora rodeando aquel seudomercado de compras, ese centro donde los mentores adquirían los objetos que le entregarían a sus tributos. Ya identificaba, no solo a los tributos porque salían en cámaras y entrevistas, sino a varios mentores. Esperaba, con suerte, poder trabajar a la par con algunos de ellos, especialmente con Brardolla Black, quien según había escuchado, sería la mentora de su hermana Tara. La desesperación lo haría hacer cosas precipitadas, pero su único debe sería devolver con vida a Lysander y a Tara. A ambos.

Ya había adquirido un Saco de Dormir, una de las cosas esenciales, pero necesitaría varias cosas más incluyendo una mochila si pretendía que Lysander anduviese en la arena con varios objetos. Sin duda alguna le daría algunas raciones de agua y comida, pero no podría darle lo suficiente para sobrevivir todo el torneo. Pero le agregaría un cuchillo, y para complementar, una linterna. Hubiese querido más cosas como fósforos, hilo, nylon, soga; pero debía conformarse con lo que había esperanzado de que en el futuro habilitaran más objetos.

-Con tan pocos objetos, será difícil moverse en la arena- murmuró mientras se acercaba a un pedestal.

Comenzó un rápido recorrido para terminar con las compras, depositando el dinero en las ranuras indicadas y obteniendo los objetos. Debía volver al centro de entrenamiento para hablar con Lysander y ponerse al día con todo, sin mencionar la estrategia en la que habían estado planeando los últimos días. Sin más, seguir con vida.

Nick con Enlace a tu inventario: Agatone Lestrange

Elemento a comprar o vender: Mochila

Cantidad: 1

Monedas de Oro totales: 200

 

Nick con Enlace a tu inventario: Agatone Lestrange

Elemento a comprar o vender: Linterna

Cantidad: 1

Monedas de Oro totales: 200

 

Nick con Enlace a tu inventario: Agatone Lestrange

Elemento a comprar o vender: Cuchillo

Cantidad: 1

Monedas de Oro totales: 500

 

Nick con Enlace a tu inventario: Agatone Lestrange

Elemento a comprar o vender: Agua

Cantidad: 2

Monedas de Oro totales: 200 * 2 = 400

 

Nick con Enlace a tu inventario: Agatone Lestrange

Elemento a comprar o vender: Comida

Cantidad: 2

Monedas de Oro totales: 200 * 2 = 400

 

Total de compra: 1700 Monedas de Oro

Saldo actual: 3100

Era la peor noche de su vida. Y la mejor. Tenía suficientes motivos para determinar ambos sentimientos, que peleaban conjuntamente para salir a flote. La peor noche porque, a falta de un hermano que participara en los Juegos del Hambre Mágico, ese torneo cruel y sin pena ni gloria que el mismo Capitolio había creado siete años atrás, dos eran los hermanos de Agatone que lucharían por sus vidas. Y lucharían entre ellos. Un escalofrío irritable y molesto surcó la espalda del joven, quien sollozó en silencio. Su deber era traer de regreso a Lysander, aquel joven cuya pulcra imagen reflejaba la vida de él mismo, lo perdido, lo encontrado, lo vivido y el por venir. Pasados siete años desde su reencuentro, ese hombre que como única diferencia física llevaba una cabellera más larga que la de Agatone, mas del mismo color platinado como si fuesen sus propio soles. Pero traer de regreso a Lysander de la arena, nombrado Gran Mago y victorioso significaría la muerte de Tara, el complemento del trío.

Si no se hubiera inmiscuido en los Juegos del Hambre, quizás ninguno de los dos habría salido con vida. Pero se vio en la obligación de entrar, de ayudar a uno de ellos, de mantenerlos con vida. ¿Podría, de alguna forma posible, traer también a Tara? Como si el Capitolio lo permitiese. ¡Ja! Dos vencedores, ¿a quién se le ocurriría fantasear de tal forma? De una u otra forma saldría perdiendo; con la victoria de Tara, con la victoria de Lysander, o con la muerte de ambos.

Caminó apesadumbrado mirando el suelo, acercándose al círculo del final del recorrido, donde los tributos de la pasada cosecha se reunirían luego del desfile. Le había preparado el transporte a su hermano, un medio especial que sabría conocer su significado. Valentía, perseverancia, fuerza, lealtad; era todo lo que un fénix representaba, el animal perfecto para acompañarle en la entrada triunfal. ¿Y quien más que su propio David? Sabía que su presentación fue especial y memorable, porque los aplausos, la ovación y los vitores así lo anunciaban. Sin duda alguna, el voto del público iría a por él.

Aun sentía el calor que el cuerpo de su hermano le había dado luego del abrazo, un contacto tembloroso que irradiaba miedo, dolor, vergüenza, y sobre todo, odio. Odio al Capitolio, a ese ente que despreocupadamente mataba a todos esos tributos cada año. Cualquier niño del mundo mágico podría correr la misma mala suerte. Ya había dejado correr demasiadas lágrimas, había buscado escapes sin sentido. Era hora de aceptarlo, estaban allí, en el último aliento de vida que les permitirían exhalar.

-Sin duda te recordarán- fue lo único que sus labios pudieron decir cuando se cruzó con la mirada de Lysander. Sin duda, las palabras sobraban y las miradas estallaban con pesar.

Corrió la vista mirando el pulcro suelo, evitando el dolor que cruzaría entre ellos. Tantos años de búsqueda y soledad, para llegar a esto, de nuevo al final. A un corto final. Tara, a lo lejos, hablando con su mentora quien sabía era una tal Brardolla Black, fue suficiente para quebrantarlo. Sus ojos se humedecieron cruzando la línea entre lo vampírico para entrar en lo humano, cayendo nuevamente en esos sentimientos mundanos tan sentimentales.

-Haré todo lo posible, Lisy, por traerlos de vuelta. A ambos- lo rodeó con sus brazos, como si abrazara un espejo, exhalando un audible sollozo que acompañó la canora melodía que el público entonaba. -Y tengo algo para ti-

Lysander Lestrange | Agatone Lestrange

Lysander 17 años (Gonza 21) | Agatone 17 años (Feli 20)

Lugar de nacimiento de ambos:

Motivo por el que participan:

Tenemos ganas de reiniciar parte de nuestra historia dentro del foro. Para eso necesitamos volver a la luz participando de prestigiosos eventos, como el que hoy nos convoca, con la expectativa de conseguir algún logro dentro de la competencia.

A la vez tenemos grandes amigos dentro de los juegos, tanto mentores como tributos (más que nada, vienen en pareja), que irán por el mismo objetivo y sabiendo que uno sólo podrá conseguirlo, nos obligarán a enfrentarlos y comprobar quién es el más apto.

El motivo por el cual Agatone participa es para intentar sacar a su hermano con vida de la arena, siendo su opinión a primera mano mantenerse al margen de los Juegos dado que siempre ha estado en contra de su desarrollo.

Relación entre ambos fuera de LJDH o causa que los llevó a estar relacionados como tributo-mentor.

Dentro del foro, supimos ser hermanos prácticamente desde inicios de nuestra vida rolística, incluso llevando el apodo "Fratellos" (Palabra italo-española que vendría a significar "Hermanos") a la vida real. Desde Thanatos y Felias, los hermanos Snape Triviani, llevamos una vida que ligó a ambos personajes, y a la vez a nosotros como personas dentro y fuera del juego, creciendo y conociéndonos paralelamente para seguir enlazando era relación de fraternidad, de amistad.

En búsqueda de un reencuentro con este juego que siempre apreciamos, decidimos arriesgar un poco más nuestra jugada y, junto con una usuaria que actualmente se presenta como contrincante en esta competencia (Carla/Tara), decidimos formar una imagen completamente nueva para nosotros: Los trillizos Lestrange.

Esto significaba perder cierta libertad en nuestra imagen, nuestros movimientos y nuestros rasgos en general. Sin embargo supimos llevarlo y poco a poco comenzamos a tomarle el gusto a esta nueva experiencia rolística, con nuevos nombres: Agatone y Lysander Lestrange.

Como Felias y Gonzalo, somos amigos desde inicios de nuestra etapa foril, luego de uno de los tantos encuentros de HL Buenos Aires allá a principios del 2009. Tuvimos etapas de ser sumamente allegados, hasta momentos de distancia poco prolongados; desde cruzar algunas ciudades para encontrarnos, hasta vivir bajo el mismo techo, pasamos muchas cosas juntos y las valoramos como a pocas cosas.

Breve reseña de la temática del grupo de apoyo y motivo de la misma. El nombre que hemos decidido ponerle a nuestro grupo de apoyo, Titanes Lestrange se basa en la fuerza que siempre hemos demostrado para seguir adelante aún cuando parecía no quedar nada de ella; es una muestra de optimismo, de lealtad, de perseverancia. Algo que en nosotros nunca hará falta. Siempre con la frente en alto seguiremos avanzando para enfrentar nuestros desafíos dando todo lo que esté en nuestras manos y más para salir victoriosos.

¿Algo que añadir?

Jajaja! Es genial Lisy!!! Jajaja! Ya me pongo a re armar el primer topic para agregar esa imagen y los blinkies que me regalaron De a poco vamos a demostrar de lo que estamos hecho... De madera (?) xDDDD

Yo dirìa que de apoco vayamos posteando, comom si nos conociéramos y nos quisiésemos muuucho mucho. xD

saludos gentuza xD

El joven se había dado cuenta que aquello era demasiado para él. Las preguntas que la mujer le hacía cada vez con una dificultad más profunda, como si lo estuviese probando para aquel puesto. ¿Sería acaso que su hermano, ese tal Ichaya, le había encomendado la tarea de probarlo para saber si era el indicado para el puesto? Ante esa idea, Agatone se puso rígido, intentando tomar el control de la situación mientras abrazada el libro con fuerza contra su pecho, su recién adquirida guía de rescate.

-El permiso que se le ha de otorgar le habilita a que utilice juegos y actividades muggles. Al recibir el permiso, usted debe firmar un libro en el cual asienta que es responsable de cualquier accidente que pueda ocurrir, aunque después de todo, cada suceso sería manejado y resuelto por el Ministerio según corresponda. –

Hizo una pausa, intentando leer el libro disimuladamente, simplemente para estar de acuerdo en lo que decía. Estaba seguro que aquella mañana había leído ese capítulo por lo que no habría errores, pero estaba lo suficientemente nervioso como para decir cualquier cosa. Ignoró el mechón de pelo platinado que le cubrió el ojo anaranjado y continuó con la explicación.

-Y por favor, tenga en cuenta que no escribo las reglas, se lo pido encarecidamente- algo de drama, tenía entendido, siempre era bien recibido –Yo solo le comento lo que dicen las reglas del Departamento; apenas llevo unos días aquí. Como le decía, los cursos de un día son pequeñas clases en las que se imparten medidas de seguridad en actividades muggles o puntos a tener en cuenta cuando se trabajan con muggles, con el único fin de mantener en vigencia y respetar el Estatuto Internacional del Secreto de los Brujos.-

Hizo una segunda pausa, intento pensar en cada una de las cosas que ella comentaba. ¿Montaña rusa? Se preguntó que sería aquello dado que las montañas en todo el mundo era iguales; unas más altas, otras más pequeñas. Según tenía entendido el Everest era más grade que cualquier montaña de Rusia. ¿Dónde quería llegar? Estaba seguro que esa tal Potter Blue era una mujer extraña.

-Hay excepciones, señorita, en los que no es necesario los cursos. Un profesor, un jefe de departamento o un mago con un cargo importante tiene los suficientes recursos y conocimientos como para maniobrar cualquier circunstancia que pueda ocurrir, desde un accidente como un avistamiento. Según ha comentado usted, es directora de la tercera planta – Departamento cuyo nombre Agatone desconocia olímpicamente, pero estaba seguro que era el Departamento de Transportes –Por lo que estoy seguro que con solo el permiso podrá estar en libertad de hacer lo que desee-

Movió su mano suavemente y un vaso con un líquido ámbar oscuro voló a sus manos. Bebió un sorbo largo para suavizar su garganta luego de hablar, para luego sonreírle a la mujer quien ya parecía frustrada. Notó que no le había invitado nada para beber.

-No se preocupe, una vez tenga el permiso del Departamento de Juegos y Deportes Mágicos, podrá hacer lo que desee. El problema es que hasta donde sé, no tengo permitido entregar tal permiso- ¿Harakiri? Era buen momento para hacerlo.

Hola Alia!!! Gracias por Pasarte!! Y te has dado cuenta de lo perseverante que somos xD No solo él, todos estaremos detrás de la Arena intentando mantenerlo con vida.

...This is madness? THIS IS. Ok, no xD

Estoy un poco eufórico jaaja.

Un gusto teneros aquí, a la brevedad le diré a mis asistentes que te agregan a la lista del Grupo de Apoyo

Saludos a todooos!