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Perenela Arya Grindewald Potter Blue

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Todo lo publicado por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

  1. -Dime de verdad que el festín no tiene forma de genitales. .. Sean, la idea de casarnos es compartir con la gente, anunciar a todo el mundo mágico que estamos juntos y que eres mío y soy tuya... No escandalizarlos. Suspiré sintiendome abrumada, no sentía que casarme fuera una buena idea: estaba tan poco preparada. -faltan los padrinos, la torta, mi vestido, las invitaciones, los recordatorios, los anillos... - seguí haciendo la lista de todo lo que faltaba y el pánico volvió a subir - no tengo quien me entregue en el altar...
  2. Me quede allí clavada en mitad de los jardines con Sj aun dormido en brazos sintiendo el pánico que me provocaba la estrafalaria boda, me sentía hiperventilando y no sabia si el aire entraba muy rápido a mis pulmones o no entraba en absoluto. Aun no había fecha, no sabia que había decidido Sean sobre la boda, las invitaciones, el lugar, quienes estaban invitados, que iba a vestir yo pero sentía que estaba contra el reloj y el pánico se acrecentaba en mi pecho y las ganas de correr se hacían mas impetuosas dentro de mi. Estaba a punto de dar media vuelta y regresar por donde había venido cuando vi a Sean en la puerta caminando con las piernas abiertas como si tuviera un mal caso de priapismo o como si alguien le hubiera metido un palo por donde no le daba el sol... era tan ridículo verlo caminar así, verlo vestido con un traje que pretendía ser formal que no pude contener la risa allí en medio de los jardines, sabia que no me escucharía pero aun así en medio de carcajadas le dije: -Te... ves... tan... ridiculo...
  3. Me levanté de la tina amarrando mi cabello arriba en un moño para evitar mojarlo, baje la vista hacia la carta que reposaba sobre el borde y sostuve entre mis dedos la carta que había leído tantas veces que ya las esquinas estaban mojadas y la piel de mi brazo chorreaba con una linea de tinta. Arrugue la frente mirando fijamente las lineas sin leerlas y haciendo una mueca: -Esto es un desastre... una no puede poner una prueba de compromiso a su prometido porque lo convierte en un bacanal sin sentido. Salí de la tina y me vestí lo mas rápido que pude con lo primero que encontré en mi maleta, una túnica negra, fresca y nada elegante. miré a la cama donde SJ dormía profundamente, me daba pesar tener que levantar a mi hijo pero debía regresar a casa, empaque lo mas rápido posible y desaparecí de la habitación del hotel de vuelta a mi casa, me quede mirando la imponente casa señorial mientras fruncia el ceño: -¿Como se supone que voy a casarme...? - mire los jardines y tuve ganas de ir a la tumba de mi padre pero me contuve - ¡Dioses! ¿Como demonios voy a casarme?
  4. Edito porque no me cargó los dos ultimos posteos y los vi hasta esta mañana lo siento @ @ mi error chicos... no me odien Mansion Ojo Loco El beso de Sean me desarmo, hizo que mi preocupación mi rabia y mi miedo bajaran eclipsado en lo mucho que lo amaba pero también hizo que bajara mis defensas lo cual lamente. Ese nanosegundo que me descuide fue todo lo que necesito mi futuro marido para atarme, y llevarme escaleras arriba y dejarme en la cama como un atado. En circunstancias normales eso me encendería pero ahora... lo único que estaba encendiendo era mi rabia. Grite de impotencia al verme atada y SJ empezó a gritar conmigo y a aplaudir, el único error de mi marido había sido atarme con mis armas encima, empece a empujar mis manos hacia atrás segundo a segundo ganando espacio hasta que logre alcanzar la hoja plana que tenia en la parte baja de mi espalda, sudaba y aunque el agua me ayudaba a moverme un poco mejor también evidenciaba que estaba perdiendo tiempo valioso. Miré con una mezcla de rabia asesina y mucho odio a mi futuro marido y sentí el latir de las defensas de la mansión que estaban enlazadas al árbol que estaba enterrado sobre la tumba de mi padre, el pulso de magia sacerdotal estaba advirtiéndonos del ataque, a cualquiera que tuviera la sangre de Sagitas corriendo por sus venas. Lance muchas palabras altisonantes frente a mi hijo que empezó a repetirlas a media lengua, y así sin más Sean volvió a soltarme las amarras. Fruncí el ceño cuando las cuerdas desaparecieron. Me dirigí a la ventana de mi habitación donde podía ver los jardines y evalué la posibilidad de salir por el ventanal del segundo piso para no tener que volver a bajar y discutir con Sean, mire el reloj de la pared y me di cuenta que había perdido quince minutos, así que había mandado el mensaje a mi madre hace veinte, una sensación fea de odio y ardidez me atenazaba porque me había quitado la oportunidad de ayudar a mi madre, al menos había podido advertirla y eso la haría ir con cautela. Respiré el aire fresco del jardín tratando de calmarme, un segundo un solo segundo y podría redirigir toda esa ira que tenia acumulada, Sean revoloteaba alrededor y tomé a Sj en brazos que jugaba con chispas y hacia sonar mis mejillas como un tambor repitiendo el ritmo del pulso de la advertencia del árbol, baje las escaleras corriendo enfurruñada y siguiendo a mi futuro marido, deje en el suelo a mi hijo mientras buscaba mi varita que aun sostenía mi cabello y lo empuñaba con fuerza y buscaba una de mis dagas para tener ambas manos ocupadas. Sean estaba dando ordenes a Harpo que lo miraba con una ceja arqueada, al parecer el elfo compartía un poco la opinión de mi madre de mi futuro marido pero no desobedecería una orden directa, metí la baza para aclararle al elfo donde debía llevar a los niños: -Llévalos al circo con el enano gruñón y le dices que si le pasa algo a mi hijo y a mi hermano despellejaré una a una a sus criaturas - miré fijamente a Sean que se puso en la primera linea de defensa atacando a la horda que se nos venia encima y volví la vista hacia el elfo - Si el circo no esta en pie llévalos a la casa de los Malfoy, buscarás única y exclusivamente a mis abuelos o a mi tía y te quedarás con ellos. Me uní a mi marido y empecé a lanzar hechizos a esas cosas que se nos venían encima, no era igual de ducha que él con la varita pero compensaba mi falta de experiencia en duelos con todo el daño que hacia con las armas, aunque con las armas solo ralentizaba el avance de los muertos. El collar que me dio Mackenzie para mi madre empezó a latir haciéndome sentir mas poderosa y cada una de las lecciones que mi madre intento impartirme de su magia sacerdotal volvieron a mi como recuperadas en mi memoria. Sonreí: La magia solo podía combatirse con magia, las armas no les harían mucho daño por muy imbuidas de magia que estén y si bien era cierto que tenia el genio y el temple de Sagitas también era cierto que era hija de mi padre y que no había heredado de él solo el cabello negro, la tez pálida y los ojos claros sino una parte importante de mis genes y como demonio que era tenia ante mi un arsenal de magia que mi marido había olvidado. Solté la daga sintiendo la afilada hoja hacer ruido al caer al suelo y con la mano libre creé una bola de energía que lancé hacia el muerto mas cercano, deje fluir mi ira, mi preocupación, mi miedo y también mi amor por mi familia hasta que sentí el calor de mis manos, en un principio solo era electricidad lo que salia ahora era fuego, lo malo de esos trucos de magia demoníaca natural era que agotaban mis reservas de energía rápidamente pero el pulsar del collar me hacia sentirme imparable. Sonreí con fiereza a mi marido, sintiéndome renovada, una buena pelea siempre mejoraba mi animo pero no por eso había olvidado a mi madre, esperaba que estuviera bien y en cuanto hubiéramos tratado de controlar esta situación iría en su busca, solté una retahíla de palabrotas cuando me di cuenta que esto nos podía llevar un buen tiempo, cada vez que hacíamos cenizas a uno, otros dos ocupaban su lugar, a este ritmo no duraríamos demasiado sin ayuda... Esto sin duda era obra de alguien poderoso, pero no me achacaría por eso, no me dejaría vencer... no sin antes haber dejado hasta la ultima gota de sangre en el suelo. Se lo debia a mi familia y lo haría por ellos.
  5. -¿No saldré? - le dije calculadamente fría, impasible y mirándolo fijamente, muy fijamente - ¿y punto? - casi no había escuchado el resto de la diatriba que me había lanzado, la sangre me corría caliente y espesa y se me estaba subiendo a la cabeza, ellos estaban protegidos aquí, SJ tenia a su padre, a su tío y a su prima para cuidarles y necesitaríamos esa protección porque aun esperábamos a todo el resto de la familia: -Tu estarás para cuidar de nuestro hijo, tu te harás cargo de él Sean porque es tan tuyo como mio y tu tienes mi corazón por completo pero mi madre es única y es lo único que nos mantiene juntos, nos mantiene en pie y me mantiene cuerda si la llego a perder no quedara de mi sino un cascaron vacío lleno de ira con el que tendrás que cargar el resto de tu vida - saque una de las dagas largas de caza y la hice girar en el aire sintiendo en control mis músculos, mis manos y lo hice sonar cortando el aire, acerque el rostro al de Sean y le dije muy claro y despacio: -Voy a salir de aquí, con tu permiso o sin él, pero de ti depende si me llevo a SJ conmigo para quitarte la preocupacion de que SJ este sin su madre
  6. Terminé de revisar mis armas dos veces y me quedé estupefacta mirando fijamente a mi prometido, al padre de mi hijo y el amor de mi vida y no me podía creer la sarta de palabrería que salio de su boca: él de todas las personas que habían en el mundo no podía estarme diciendo eso, él que entendía el sentimiento y la lealtad, la magia y la sangre y todo lo que me unía a Sagitas, a mi madre no podía estar pronunciando esas palabras. Alcé lentamente la cabeza y lo miré fijamente y con fiereza, ira y todas las emociones que nunca debería sentir por mi marido, o mi futuro marido: -¡Sean Linmer! tu... - dije remarcando cada palabra con un golpe de mi dedo en su pecho - no.. puedes... decirme... eso... - lo miré fijamente con fiereza a punto de asestarle un golpe en su linda carita - ¡Es mi madre! y es la única de mis padres que me queda viva y seguro como que hay un infierno no la perderé por una guerra, no la perderé por un puñado de arrancados agrandados que la quieran matar y seguro como el infierno que no la perderé porque tu no me dejes salir de aquí, así que guárdate tu arrogancia y tus pretenciones de cuidarme y protege la maldita casa y cuida de SJ mientras estoy fuera. Miré fijamente la puerta, sintiendo el paso de los minutos muy lentamente sintiendo la ira que me embargaba y que de seguro la iba a descargar con el primero que se me atravesara y por su bien y el mio esperaba en todo lo que fuera divino que no fuera Sean
  7. Mansión Ojo Loco: Sabia que había apabullado a Mackenzie a preguntas pero me estaba embargando una sensación horrible de impotencia, mi madre como siempre se tomaba a la ligera su propia seguridad preocupada por otros. Afortunadamente mi prometido había demostrado una gran cantidad de educación haciendo pasar a nuestra invitada. Me mordí la parte interior de la mejilla mientras escuchaba a Mackenzie y bufé cuando me imaginé a mi madre haciendo campaña: -Esta alagada por el nombramiento pero la verdad no se si le interese el puesto, en cuanto supo de su nominación mando a llamar a toda la familia aquí, subir todas las defensas y salio a recorrer sus negocios para cerrarlos, dijo que pasaría a sacar dinero de Gringotts y después de todo volvería aquí. Eso si, había mandado a Babila a averiguar por que medio podía hacer llegar su discurso de campaña pero la verdad es que no se... No se si quiera meterse en el barullo de la carrera política, o va a renunciar a su candidatura, pero sigo pensando que es muy mala idea que haya salido. Empecé a caminar de arriba abajo sintiéndome enjaulada, la preocupación me carcomía y empezaba a pensar lo peor. Pero por mi salud mental y el bienestar de mi familia debía recordar que mi madre era una bruja poderosa, una sacerdotisa consumada y sobretodo una mujer de muchos recursos para salirse con la suya. Empecé a sentir el olor ácido del afán de Mackenzie y la miré fijamente, estaba cavilando algo como si necesitara resolver esto antes de irse o como si tuviera algo que hacer en otro lado, pero no podía juzgarla, estábamos en tiempos de guerra y al igual que todos necesitábamos estar pendientes de los nuestros, proteger lo nuestro a capa y espada por lo que agradecí y me enterneció su gesto de querer proteger a mi madre. Todo el olor corporal de Mackenzie una mezcla de bayas, secuoyas y miel cambió tornándose agridulce, lo que estaba haciendo le dolía a sobremanera y era duro para ella desprenderse del collar mas hermoso que había visto nunca, estaba pulcramente tallado, desprendía poder y aunque tenia cierto recelo al tomarlo su luz pura y su vibración me llamaban, emitía su magia propia, abrí la boca para decir algo pero no salían de mi las palabras, Mackenzie aprovecho mi estupefacción para despedirse de prisa y salir casi que a la carrera, me recupere y le di alcancé para agradecerle sin palabras sino con un abrazo lo que hacia por mi madre, por su seguridad... Atesoraría eso, esa muestra de bondad que las lagrimas evidenciaban que era duro para ella. No me fije en si desapareció de la mansión sino que regrese sobre mis pasos y seguí de largo sin mirar ni dirigirle una palabra a Sean o a Xell que estaban en la parte baja, salí corriendo al trote al tercer piso, donde estaba el cuarto de mi madre y mi salón de té, esa única concesión que mi madre había hecho a la crianza que mi padre me había impartido y donde atesoraba o único que había traído conmigo de Mahoutokoro: mi colección de armas. Tomé dos dagas de caza larga y las crucé en mi espalda, una serie de cuchillos rodeaban el cinto y un conjunto de dagas mas pequeñas estaban colocadas estrategicamente en la parte baja de mi espalda, a la altura del muslo y en la parte baja del tobillo y cubrí todo mi arsenal con una capa de viaje larga. No era muy buena en los duelos pero seguro como el infierno que sabia usar un arma y pobre del mortal que se atravesara ahora en mi camino. Baje trotando las escaleras y miré a Sean fijamente: -Voy a buscar a mi madre, cuiden de los niños - les dije sobretodo mirando a Xell - pongan las defensas que mi madre indico, Sean sabe donde esta todo, voy a buscarla primero en Gringotts, cada vez que revise un lugar mandaré un mensaje a casa para que sepan en todo momento donde estoy o si la he encontrado - solté mi cabello tomando mi varita y sonreí mientras conjuraba un patronus dirigido a mi madre: Diez minutos, diez minutos era lo que necesitaba para salir de Ottery, tomar el tren y enfilar a Diagon, revisé nuevamente todo mi arsenal tratando de mirar si estaba cubierta y lista..
  8. Sean intento calmarme pero tenia los nervios crispados, le seguí a nuestra habitación donde tomamos el baño mas rápido de la historia y sin importar los mimos y el cariño que nos hacíamos uno al otro no estábamos de humor para entretenernos mas... o al menos yo no estaba de humor para ello pero Sean lo entendía, estaba mas pendiente de lo que hablaban por la radio y de la voz que nos indico que mi madre y Aaron habían pasado a la siguiente ronda y mi estomago se revolvió con una preocupación alarmante por la seguridad de mi madre.. Bajamos minutos después y presté mas atención al discurso "político" de Aaron, casi que estaba incentivando a una revuelta entre el mundo mágico y el mundo muggle, lo sentía mas como si en vez de querer la paz y el fin de esta guerra quisiera azuzarnos para que nos dispusiéramos a luchar unos con otros, a levantar las varitas y las armas y matarnos, a desconfiar del otro por nuestro origen, por donde venimos, por la sangre que corriese por nuestras venas y eso me llenó de rabia, pero me quedé congelada en el puesto cuando le escuché gritar ante todo el mundo que mi madre era Española. Me detuve en medio de una respiración y sentí el frío correrme por la espalda, asentí a la declaración de mi futuro marido y me puse una mano en la garganta, estábamos en grandes problemas y debíamos ir a por ella, bien sea a gringotts o a los negocios y traerle asi fuera a rastras a casa, pero todos mis pensamientos se fueron cuando Sean abrió la puerta y un olor familiar y lejano me llegó a la nariz, me acerqué a mi marido y miré a la recién llegada con cara de susto por sus palabras: -Hola señorita Mackenzie, soy Perenela la hija menor de Sagitas... - hice una pausa y una mueca, tal vez ella no me recordara - y de Reiven... Creo que la ultima vez que nos vimos fue hace unos diez años atrás cuando mi padre aun vivía ¿quien quiere asesinar a mi madre? - la abordé sin miramientos - ¿como sabes eso? ¿Podemos detenerlo? ¿quien o quienes están en busca de su cabeza? ¡Tenemos que avisarle! Miré a mi prometido que estaba al lado mio y le apreté la mano. Tenia mi varita a la mano y podía ir a buscar mis armas pero seguro como el infierno que sola no iba a poder hacer nada, es mas ni siquiera estaba segura de que mi prima, los elfos, mi prometido o la familia me dejara salir de casa pero ahora solo tenia la seguridad de mi madre como única constante en mi cabeza. @ @ @@Mackenzie Malfoy @@Xell Vladimir Potter Black
  9. Hola zapatines con cola. Bueno como dije en la ronda anterior y en la anterior a esa mi voto es para @. por todos los motivos dichos anteriormente, por toda la trayectoria que ella lleva, sus logros, su dedicación y empeño y de verdad quiero ver el ministerio de magia regido por una payasa española. Si llega a quedar Aaron en el puesto de Ministro espero poder rolear con él aunque dudo que nuestros personajes lleguen a cruzarse pero seria interesante interactuar contigo, no tengo la oportunidad de conocerte ni en on ni en off así que seria bueno expandir mis horizontes. Besos
  10. Mansión Ojo Loco: Estaba nerviosa, no me gustaba que mi madre saliera de casa, no importaba cuan fuerte e importante fuera ella, no importaba cuan experta era en la magia avanzada ni que tan bien fuera como sacerdotisa, ni tampoco lo experta que hubiera sido ni que hubiera pasado la mitad de su vida luchando primero en la marca con mi padre y sus aliados y ahora con los de la orden. Para mi seguía siendo mi madre y después de las noticias, las explosiones y todo lo que estaba ocurriendo fuera estaba nerviosa a mas no poder. Miré a Sean con los ojos grandes: mas por preocupación que por sus palabras... ahora mi cuasi marido también iba a salir, empezaron a temblarme las manos. Sabia de sobra que Sean podía cuidarse solo en cualquiera que fuera el tiempo que estuviéramos pero sabia de sobra que cualquiera que fuera aliado o cercano a mi madre podría ser un objetivo sobretodo ahora que había sido nominada como uno de los candidatos a ministro de magia, me levanté de la silla para agarrar la mano de mi marido. Respiré tratando de calmarme y le besé como la primera vez que lo había hecho, sabia a tostada sin jalea, manzana verde y amor del bueno, solté la mano de mi prometido cuando escuché la voz de Xell, sonreí: -Creo que lo mejor será que te quedes con nosotros, los niños y los elfos no saben defenderse si no es con magia instintiva y yo lo tengo fatal en un duelo como para siguiera intentar proteger sola la casa, no tengo arsenal para defender este lugar y me vendría bien alguien con buenos conocimientos de duelos. @ @@Xell Vladimir Potter Black
  11. Estaba enfurruñada, me habían interrumpido un buen encuentro romántico con mi futuro marido y eso me molestaba. El dolor de cabeza entre la interrupción y las noticias que mi tía Hayame nos estaba dando me tenían de mal humor, sin contar siquiera con la cocofonia de olores que inundaba el recinto; aparte de los olores habituales de la gente que estaba alrededor y uno que otro rastro antiguo de los accidentosos que estuvieron antes en la oficina o de los transeúntes que pasaron y que andaban por el lugar pero había un olor particularmente dulce como si un unicornio hubiera vomitado amortentia que me tenia mareada. Toqué levemente el brazo de Sean para anclar mis sentidos a una sola persona pero me quede viendo alrededor buscando mas problemas, mas cosas de esas... después de esto iba a aborrecer a los ositos de peluche. Volví a tocar a Sean indicándole una de las pocas columnas que tenia la oficina y una pequeña masa rosa que estaba escondida detrás con lo que parecía una tijera punta roma en la mano y un ceño poco amigable: -Eh ¡Sean! - le dije a mi casi marido cuando vi que mi tía Hayame se marchaba - ¿No podemos matar a esas pequeñas cosas? Porque tengo una a tiro detrás de la columna.
  12. Mi voto es para la payasa de mi madre: @ Por su dedicación y todos los años que le ha dado al foro, por todas sus ideas locas y sus modos casi poco ortodoxos para crear roles de la nada, porque sin importar que tan largo sea su día siempre entrar aquí a inspirarnos y a incentivarnos a seguir en el rol día si y día también. Pienso que los demás nominados son excelentes pero imagino como seria un ministerio de Magia con Sagitas en la cabeza y de seguro eso dará mucho de que hablar, siempre habrá algo novedoso para hacer y revivirá este foro que ha estado con el paso de mis años (Casi diez) cada vez mas y mas caído e inactivo. Sagitas... Los accidentosos te apoyamos!
  13. Un momento estaba en un fogoso abrazo con mi futuro marido, sintiendo la cercanía de su piel sin la chinchosa y molestosa presencia de mi madre, quien cada vez que podía empezaba a renegar de Sean o de nuestras unión y ahora en otro momento después estaba golpeando mi cabeza contra el suelo sintiendo el peso de mi marido encima mio. Empecé a ver estrellas del golpe y escuche la voz de mi marido pero no entendí lo que decía. Froté la parte de atrás de mi cabeza y alcé mi cuello del suelo para frotarlo, miré a Sean e hice una mueca a medio camino entre el dolor y el fastidio: -¿Que demonios ha sido eso? ¿Se puede saber porque me has tirado al suelo? ¿Que esta pasando ahora Sean?
  14. En la mansión Ojo Loco Con Sagitas, Xell, Babila Estaba jugando con Ithilion y puse los ojos en blanco cuando mi madre empezó otra vez la retahíla de no querer casarme con Sean. Puse los ojos en blanco y mi hermanito me imitó. No es que mi madre estuviera en contra era que simplemente era una preocupona y con todo lo que pasaba no se me ocurría un mejor momento para casarme que ahora, cuando todo se estaba yendo al garete. Pero antes de que pudiera empezar a replicarle a mi madre llegó Xell pegando gritos, la miré fijamente con una ceja levantada y cuando me vio se cayó. No era un secreto para mi que mi madre hacia parte de la Orden, lo que me tomaba fuera de base era que Xell aparentemente también lo era, era un giro interesante dada la historia de mis padres y sobretodo la de mi familia paterna, sonreí aunque no comentáramos esas cosas en casa ni entre nosotras mi madre sabia que yo sabia, era su hija después de todo y por muy atolondrada que pareciera no quería ser que lo fuera. Mi madre entro en modo caos total y empezó a dar ordenes a Babila, pero se había silenciado cuando empezó a tener visiones de nuevo, hice una mueca y esperé a que mi madre empezara a impartir ordenes de nuevo, la miré fijamente y por un largo rato, viendo como Babila se iba puse a Ithilion en la silla y tomé la mano de mi madre: -¿Que has visto?
  15. Acababa de ayudar a Sean con un cargamento especial de cosas que podíamos necesitar en casa, que mi futuro marido me incluyera en la parte no peligrosa de su trabajo me enternecía porque se preocupaba por mi y bueno porque con los contactos de mi madre me era fácil vender los "artículos de trafico de alto riesgo" pero por mas que le suplicara que me llevara en sus expediciones no había logrado que diera su brazo a torcer, sin importar que tan buena fuera con las armas blancas para el llevarme con el era un NO rotundo, aun así le ayudaba con lo mas importante, con lo que el no podía estar implicado y bueno sacábamos una buena tajada por ello y en estas épocas de crisis me era fácil pasarle una lista por debajo de cuerda para abastecer la casa. Entré a la mesa del comedor donde mi madre bebía su café mientras despotricaba por lo que sea que tenia el mensaje, sonreí y cargué a Ithilion para darle un beso mientras le daba otro a mi madre en la cabeza: -¿a donde se fue mi abuelo Crazy? - le dije medio distraída mientras dejaba al niño en la silla y robaba la taza de café de mi madre, sonreí al sentir el aroma del café importado por mi cuasimarido y me dirigí a la cocina a buscar una taza para mi y a darle un mensaje bajo al encargado de la cocina de donde podría encontrar los suministros. volví a la mesa a escuchar a mi madre todo lo que no debía decirle a mi prometido y me eché a reir mientras disfrutaba del café, le repliqué: -Los suministros de la casa ya están cubiertos pero olvide por completo los suministros de las criaturas, voy a hacer una incursión con el enano gruñón para que me de una lista y no se la pasare a @ para que se encargue de eso, no demorara en bajar
  16. -Nadie tiene el poder de des-invitarte de la boda porque es mi boda y si eso es una excusa para no quierer ir ni oficiarla entonces devolveré el baúl con trajes que compre para ti, eso incluye los trajes de payasa mas extramboticos que encontré en España, París, y sin contar con el traje de sacerdotisa que te mandé a hacer con una Celta con quien me hice amiga - grité desde la escalera al escuchar la explosión de mi madre, que era mas peligrosa que sus rabietas y pataletas por estar totalmente calmada, era de pánico absoluto sentirla así - y lo de los gastos no nos preocupa madre... te dejamos cubrirlos porque así te hacemos feliz pero perfectamente puedo usar la herencia de papá. Le dije mas para chincharla y que explotara y se retractara que verdaderamente fuera a hacerlo, la verdad era que no imaginaba una boda sin mi madre pero no había terminado de llegar y ya el conflicto entre Sean y ella me estaba volviendo a latir las sienes, vi correr a SJ por el rabillo del ojo en dirección al hall con la bamba verde que le dio mi madre en la boca, mordiéndolo y tironeando de los cordones mientras se reía... esperaba que el niño no fuera a hacerle prender fuego, pero con SJ y sus cambios de humor tan propios de mi madre no podía confiarme. Agarré fuerte la mano de Sean y me detuve a medio camino en las escaleras, me latían las sienes y los ramalazos de dolor me llegaban, como si algún ser estuviera llorando o sufriendo, volví la vista alrededor y me senté en medio escalón poniendo mi cabeza entre las piernas tratando de aclararla esperando que el dolor amainara, me quedé ciega del dolor un momento y luego todo dolor se disipo dejándome con una sensación de frío, de desorientación y de pánico, veia las escaleras inclinadas pero no podía ponerle lógica a lo que estaba viendo
  17. ¿atacado? ¿a que se refería mi tía con ello? pero no alcance a preguntar porque me vi envuelta en los brazos de mi futuro marido, sonreí con malicia y deje que me besara. Había extrañado a mi ladronzuelo, había dejado a SJ con mi madre y había venido a ofrecer mi ayuda a la oficina de Accidentes pero verle allí me había revivido otras ideas en la mente... Me deje llevar por mi marido a una de los oficinas y también sonreí con ganas, me subí a uno de los escritorios y subí un par de centímetros mi falda para revelar las medias de ligero que tanto ponían a mi futuro marido: -He vendido todo el lote que trajiste, no quedó ni un solo artefacto sin cliente - le dije mientras le besaba y pasaba las manos por el cuello, el pecho, y bajaban hasta sacarle la camisa - he puesto un cero de mas a varios productos, los vendí por mucho mas de lo que habías previsto... pero tambien me dejaron varios encargos de... diferente calibre mi amor - le dije mientras me sentaba a horcadas sobre él y pasaba la lengua por su cuello, aunque tenia mucho tiempo sin beber de él era mas apremiante sentirle que beberle
  18. Tenia los auriculares puestos de un artefacto muggle que me encantaba, la música en el reproductor me facilitaba el explotar de seguido con el caos de la ciudad, había estado fuera cuando la declaración de guerra pero mi madre me había puesto al tanto y decidí que mientras celebraba la boda con Sean lo mejor era volver al trabajo y echar una mano. Ajusté mi falda plisada y sacudí un poco el polvo de mi blusa que aparentemente era blanca. Ya no mas gracias a la cantidad de polvo y gente que estaba en la estación, suspiré y agache la cabeza mientras caminaba hacia la entrada de lo baños del ministerio... o lo que fuera que con tantos cambios e ires y venires no sabia ya que era lo que estábamos haciendo. Aunque seguía siendo parte de Accidentes así que de algo debería servir y tratar de justificar el sueldo. No preste mucha atención a la gente que iba a otros pisos sino que me concentré en la música que bombeaba en mis oídos y pegué un buen brinco de susto cuando Hayame explotó algo en el pasillo, la masa sanguinolenta pringo un poco mis zapatos y retiré los audífonos de mis oídos a punto de replicarle a mi tía, pero la presencia de mi casi-marido mató la replica en mi garganta. Tan concentrado estaba que ni se percató de mi presencia y aproveché para colgarme encima de él por la espalda y darle besos en el cuello: -Mi prometido ha venido a trabajar... justo a tiempo, tengo noticias para ti, noticias muy a-doradas para ti - había vendido el ultimo cargamento de la mercancía que traía Sean y de seguro mi cuasi-marido querría su parte, pero no por ello quería que el resto de mi familia se enterara que yo también le ayudaba a limpiar el dinero obtenido...
  19. Arrgggggg ¡Que los Dioses nos libren de una madre celosa! Fue el único pensamiento que cruzo por mi mente mientras veía a mi madre desfigurarse de lo celosa que estaba, su pataleta y su berrinche hicieron que quisiera haberme guardado el hecho de que había usado el dinero de mi padre en uno de los vestidos de novia… bueno eso y que había usado una buena cantidad del dinero de ella en otro vestido, pero seguir usando el dinero de Sagitas en las cosas de la boda con todo lo que había que costear me había parecido un abuso, por muy mi madre que sea, era un abuso, aunque se dará cuenta cuando le llegue las cuentas de Gringotts. Deje que Sean me reconfortara con sus mimos y sonreí a pesar de que el dolor de cabeza empezaba a martillearme producto del berrinche, abrí los ojos a Tama intentando que no le diera mas ánimos a mi madre de los que necesitaba pero cuando iba a replicar fue Sean el que metió la baza, amaba a mi futuro marido y le adoraba con pasión y locura pero en vez de conciliar y tranquilizar a mi madre lo que hizo fue imponerse ante ella y de seguro eso iba a terminar en la destrucción de mi paz y tranquilidad y de mis compras. SJ empezó a morder la bamba con la que mi madre le había dejado en su berrinche, sonreí ante mi hijo y me acerqué a mi madre, acaricié su cabello violeta tratando de calmarla: -Compre cinco vestidos, tres de ellos con mi dinero, uno con el tuyo y uno con el de mi padre y los compre mas compulsión e indecisión que por que sean el definitivo, a parte de todos los vestidos de dama de honor, el traje de SJ, los trajes que compre para ti, un traje para Sean, varios trajes de circo y la mayoría de eso salio de tu dinero y del mio... que lo que dejo mi padre sea usado en una nimiedad como esa no me parece que amerite un escándalo como este... sobretodo porque le das demasiada importancia. Le di un beso en la cabeza a mi madre y agarré la mano de Sean para dirigirme escaleras arriba a mi... No, a nuestra habitación a escuchar su propuesta de Catering que sabiéndolo bien era otra cosa que escandalizaría a mi madre
  20. Puse los ojos en blanco viendo que mi madre estaba en una pataleta por lo que había usado el dinero de mi padre, solté el aire despacio como si me desinflara y apoye la cabeza en el pecho de Sean para oír el golpeteo de su corazón, le miré a la cara y no pude evitar pasar mis manos por el rastro de barba que le crecía en las mejillas. le conteste a mi madre: -Gaste parte del dinero de mi papá en mi vestido de bodas, para uno de los 5 que compre, no podía costearlo con mi dinero porque fue excesivamente caro y fue lo ultimo que compre ya después de haberme gastado casi todo lo que tenia en las otras compras y no quería usar el tuyo, no me chilles por usar mi herencia y que mi padre contribuya en los gastos. volví a apoyar la cabeza en el pecho de sean esperando que me abrazara, tenia la sensación de necesitar un abrazo de mi cuasi-marido, frunci el ceño y volví a gritarle a mi madre: -Nada de esparcir sangre y tripas de mi cuasi-marido antes de consumada la noche de bodas, no quiero ser viuda antes de casada
  21. Bajaba la escalera quitando a Sj de estar mordisqueando la pata de la mesa donde había tumbado el jarrón, suspiré no llevaba ni un par de minutos en casa y ya estaba sintiendo la presión de toda la familia junta. Aun así no pude evitar sonreír ante los gritos de mi madre y los de Haya, tomé mi varita y reparé el jarrón para dejarlo acomodado donde estaba mientras los elfos y las elfinas seguían enfilando hacia mi habitación: -En realidad gasté parte del dinero que mi padre dejo para mí, no lo uso y prefiero usarlo para esto que dejarlo en el banco y si no hay pastel entonces pongamos unas tartas y estaré feliz siempre que estén todos allí en mi boda – le di un beso en la mejilla a mi madre mientras acomodaba a SJ en sus brazos – LE están saliendo los dientes y aprendió a correr, no lo dejes en el suelo porque romperá todo o morderá todo… Hola mami, es bueno verte, tengo un par de sorpresas para ti, uno de esos baúles es exclusivamente tuyo así que no me regañes tanto. Me dirigí hacia la entrada donde Tamarindo entrada y le di un beso mientras iba a la sala de la chimenea y le daba un beso a mi tía haya y abrazaba con fuerza a Sean y estampaba un buen beso en su boca: -Veo que te sigues portando mal… voy a tener que castigarte – mordí un poco sus labios y sonreí con malicia – tal vez debería esposarte a la cama ¿tú qué opinas?
  22. Abrí la puerta despacito tratando de no hacer ningún ruido. Esta vez no había dado ninguna excusa para escapar ni alejarme de la casa pero nada mas el hecho de ver que mi madre y Sean estaban en el tira y afloja de los preparativos para la boda me ponía los pelos de punta. No es que lo tome a mal y no es que la situación fuera incontrolable, es solamente que en mi infinita paciencia no tenia la suficiente para tratar con los dos al mismo tiempo y aunque me enternecía que estuvieran haciendo un esfuerzo sobrehumano y magico para llevarse lo suficientemente bien para organizar la boda, no queria hacer parte de esa discusion. Así que siendo así las cosas tome a SJ, un equipaje de emergencia que siempre tenia preparado y salí sin rumbo fijo lo mas lejos y lo mas rápido que pudiera andar... Aunque conociendo a mi familia seguro habían notado que había desparecido a la hora o al día de haberme ido. Pero como nada es eterno ni placentero decidí que lo mejor era aprovechar esas mini-vacaciones que me había tomado e irme a recorrer las mejores ciudades de la moda en busca de los ajuares mas exclusivos no solamente para mi sino para mi madre y para las que decidiera fueran mis damas de honor. Abrí lentamente toda la puerta tratando en vano que no chirriara y me hice a un lado al mismo tiempo que ponía en el suelo a SJ que empezó a correr de un lado a otro y se perdió dentro de la habitación, la caravana de elfos domésticos cargando baúles y baúles con trajes me dijo que tal vez había exagerado un poquito en los modelos, pero siendo sincera no me había podido decidir por solo uno por lo que me traje alrededor de 15 baúles de ropa... ¿o había sido 21 la ultima vez que los conté? Escuché el estropicio de SJ moviendo una mesa y el florero de mi madre haciéndose añicos en el piso, suspiré, SJ estaba en la etapa de correr y destruir todo lo que se le atravesara, casi que me daban ganas de encadenarlo a un poste pero dado que podía derretir las cadenas (si, ya lo había intentado y si ese fue el resultado) mejor anunciaba mi llegada: -Hola familia ¿Hay alguien en casa?
  23. Hola zapatones con cola Yo vengo a postular a @, @@antoni Ryvak y a @@Matt Blackner por su trayectoria en el foro, su experiencia en el rol, lo dedicados que está al foro y a hacer de esto el mejor juego del mundo, la creatividad que tiene para montar historias largas duraderas y entretenidas y su actividad en ministerio, diagon y ottery Si queda de ministro o ministra de magia nos dará mucho para lidiar y correr...
  24. Nick: Perenela Arya Grindewald Potter Blue Link a la Bóveda: 91847 Rol de Personaje: oficialmente miembro de Oficina Publica de Accidentes Mágicos Información Adicional: extraoficialmente ayudo a mi futuro marido a hacer conexiones para vender los "artículos del trafico de alto riesgo" y a mi madre en el circo con los actos de malabares y entretenimiento para magos y brujas que visitan el circo
  25. Mi madre y Sean estaban discutiendo al mismo tiempo, estaba absolutamente alagada por la propuesta de Sean, estaba enternecida por la protección que mi madre me estaba dando y su apoyo, pero entre tantos me estaban abrumando. Mi madre seguía sin ver a Sean como un pretendiente adecuado y yo concordaba con Sean e irónicamente concordaba también con mi madre. Para mi mas que tuviera dinero y posición, lo mas importante era como me tratara que me diera mi lugar y que velaran por mi hijo, que quisieran a mi hija, que amaran a mi familia tanto como yo lo hacia y que me demostraran que iban a estar allí para mi. Sean era leal, me amaba, tenia nexos que beneficiarían de un modo u otro a mi familia y aunque mi madre no quisiera admitirlo ella le tenia aprecio. Agradecí cuando Matt se llevó a mi madre de la sala de la chimenea, y me quedé a solas con Sean de nuevo, le sonreí profundamente y me quedé allí de pie mirándolo: -Yo acepto con una sola condición... que sea mi madre que oficie nuestra unión... ¿te parece?

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