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Perenela Arya Grindewald Potter Blue

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Todo lo publicado por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

  1. Abrí los ojos al escuchar el "hola" tan impersonal de alguien lanzo desde uno de los sillones a mi lado, una pelirroja había llegado casi al mismo tiempo que yo arrugue un poco el ceño y por costumbre baje las mangas de mis brazos para evitar que vieran las cicatrices de la tortura que viví y la larga recuperación que estaba teniendo desde que volví. Traté de sentarme derecha y apreté los dientes para evitar realizar una mueca de dolor al sentir los puntos tirarse, alisé la falda larga que llevaba tratando de mirar si había alguna mancha de sangre en ella, respiré profundamente y traté de sonreír a la recién llegada: -Hola, ¿Estas buscando a alguien? ¿Te puedo ayudar en algo? - miré el mango del bastón que me había traído mi madre Sagitas e hice una mueca de nuevo, sintiéndome desvalida. De verdad detestaba ese bastón. @*Minimin Skeeter*
  2. Llegando a la mansión. Miré con rabia el bastón que usaba para apoyarme, me hacia sentir vieja, aunque fuera resistente y estable me disgustaba tener que usarlo, aun cuando mis piernas y mis brazos estuvieran resentidos, sin contar mi espalda que trabajaba 24 horas al día, los 7 días de la semana en la recuperación de mi cuerpo, poco a poco. Odiaba tener que caminar, odiaba tener que ver aun sobre la piel las heridas y las cicatrices de lo vivido, pero si quería recuperarme y si quería salir a buscar venganza tenia que estar a punto y aun no era capaz si quiera de poder coger una espada, no digamos pelear. Caminé paso por paso pendiente del camino de entrada para no tropezar con nada, para no tener que humillarme a mi misma intentando levantarme del suelo. Apreté los dientes y alce la vista hacia la entrada de la mansión viendo como se acercaba paso por paso, sonreí con rabia intentando impulsarme poco a poco para poder desplomarme en uno de los sillones de la entrada, mis piernas quemaban, los puntos que me habían tomado en la parte interna de los muslos se sentían tirantes y los músculos ardían. -Llegué! - masculle en victoria sintiendo la respiración un poco agitada por una caminata de menos de un kilómetro, apreté los dientes nuevamente y me desplomé en la silla, no creía tener la energía para tocar la puerta... a lo mejor, me quedaba acá admirando el paisaje.
  3. Sentí mis manos hormiguear, sobretodo la derecha, trate de moverla para quitar la sensación pero era dificil. Mis ojos estaban cerrados y mi piel hervía un poco... ¿Porque no podía mover mis manos? ¿Podría mover las piernas? Lo intente pero lo mismo que retenía mis manos de ser movidas estaba sugetsndo mis piernas. ¿Sean había decidido por fin atarme la cama para jugar? Sonreí con una pizca de picardía y empecé a moverme contra las sugeciones a medias intentando resistirme, deseando estar en mi forma demoníaca para usar las cadenas y frotarme contra ellas. Intenté no abrir los ojos y espere a sentir la respiración acelerada de mi marido o el olor de su excitacion, un siseo e imaginé como se vería su cara al verme retorciendo contra las sugeciones. Espere a que abriera la boca: -señora Limner - la voz que salió no correspondía a la de sean, fruncí el ceño y me detuve de golpe - debe guardarse para su marido - me envare y empecé a pelar contra las sugeciones pero mi cuerpo ya no respondía, no había nada que me sacara de la pesadilla, era un espectador más esperando a que el Carnicero tomara las pinzas y empezará a arrancarme la piel Grité, grité y grité tan fuerte en mi cabeza que de seguro todos me escucharían en el pozo, los rostros de mi madre, mi marido y mi hijo se desdibujaron de mi memoria mientras el dolor y la agonía me marcaban. Abrí los puños cuando las garras intentaron cortar las sugeciones de los brazos, después del primer golpe del dolor el resto se hizo menos agónico, tal vez porque ya tenía los nervios destrozados y no estaba sintiendo mucha reacción del área, los brazos y las piernas respondían, mi torso seguía suministrando sangre y oxígeno al resto de mi cuerpo, mis garras salieron y aunque mis alas y cola eran inexistentes tenía suficiente armamento para salir, solo necesitaba una oportunidad. Carnicero se volvió para buscar otra herramienta en la mesa pequeña, y sentí más que escuche el plop que hizo las correas de cuero romperse ante la presión, sentí el hormigueo en mi brazo pero me negué a moverlos, me negué a hacer cualquier cosa que no fuera emitir un sonido lastimero. -¿puedes seguir resistiendo señora Linmer? ¡Oh!, veo que nuestra señora de Azul viene a visitarnos... Excelente - la sonrisa viciada de su rostro, me hizo gritar más, pero aunque estaba libre de mis ataduras, seguía sin poder moverme...
  4. Kiwi, elfina al servicio de Perenela, junto a SJ - ubicación indeterminada. La elfina se atizo las orejas y escondió un siseo de dolor, volvió la vista primero hacia adentro de la cueva donde acampaban para ver si el Amo SJ se había despertado por el ruido que había hecho y luego hacia la entrada a ver si el sonido había traído a algún curioso hacia donde ella estaba. Miro detenidamente los cuerpos de los hombres que habían venido a por ella y el Amo SJ después de que el amita Perenela se hubiera quedado a luchar, chequeo de nuevo con la vista hasta la más mínima o ligera respiración. Ninguno se movía. El Amo SJ en un arranque de quedarse sin su madre les había arrancado partes del cuello, corazones y una que otra cabeza, había sido una sorpresa ver ese nivel de ira y rabia en un ser tan dulce y pequeño pero si esa era la magnitud del poder del Ama tal vez ella también se salvaría. La elfina se atizo nuevamente las orejas para que dejarán de sangrar, uno de los muggles en un intento desesperado de salvar la vida había cogido a la elfina de las orejas y se lo había presentado como si fuera una ofrenda. -indignante- susurro la elfina mientras alistaba un pliegue de su vestimenta y le daba un puntapié a la cabeza del muggle, quien SJ no había dudado en decapitar. Esas rabietas, ese nivel de matanza hacía recordar a la elfina al amo Reiven, pero la elfina decidió dejar cerrado el baúl de los recuerdos al notar que el sueño de SJ se hacía más ligero. La elfina chasqueo los dedos sin ocultar la cara de asco intentando limpiar el desastre dentro de la caverna, aunque nada podía hacer con la sangre en sus ropas, o en las del Amito, se sentó al lado del pequeño y esperó a que la naturaleza circundante se calmara. Habían pasado horas y aún los muggles los buscaban, aún no era seguro salir o desaparecer
  5. Deje a mi madre hacer, escuchaba sus palabras y aunque estaba bajo el efecto de las pociones no pude evitar un siseo de vez en cuando. El roce de mi espalda con la sábana fresca me hizo escoser y cada vez que mi madre colocaba un poco más de dictamo en mi cuerpo el ardor y la piquiña se apoderaban de mi, la deje hacer. Bebí los brebajes que ponía en mi boca y a pesar de que no podía evitar hacer una mueca no me quejaba, estaba recordando que ella también hizo algo parecido cuando la estaba cuidando y examinando hacía dos años, probablemente debía hablarle de mis heridas aunque me daba vergüenza. No pude evitar que el llanto silencioso saliera de mi, ella tenía más fe que yo en que mi cuerpo Sanaria, me daba cuenta que probablemente su mente estaría maquinando todo lo que iba a hacer para lograr mi recuperación, yo en cambio solo iba a esperar a estar lo suficientemente fuerte y entera para empezar a entrenar, para ser más fuerte, más dura, más implacable porque como seguro era el infierno le iba a devolver a todos y cada uno de ellos lo que me habían hecho e iba a disfrutar de cada grito. Aterricé mi mente de nuevo cuando sentí la voz de mi madre respondiéndole mi pregunta, si llevaba un mes fuera quería decir que estuve secuestrada alrededor de 15 a 20 días ya que había pasado con Sj y Kiwi una semana en Francia y de allí partimos a galés y fue en el viaje donde nos separamos. Fruncí el ceño, aún cuando kiwi hubiera tenido que regresar a pie con SJ 20 días era más que suficiente para regresar a casa de mi madre, volví la vista y la mire: -traaaaataaaaa deeeee llaaaaaamaaaaaar aaaaaaaaa kiiiiiwiiiii, fueeeeeee ceeeerrrrca Deeeeee galeeeeeeeeees doooooonnnnndeeeeee loooooooooos peeeeeeeeerddddiiiii... - trate de pasar saliva pero tenía la garganta rasposa y los potingues me habían dejado la boca seca y enredada, tal vez por la falta de.comisa, agua y sangre, trate de continuar. -siiiiiiiiiin exaaaaaaameeeeeeen innnnnnnteeeeeeeeeernnnnnoooooooo, ellllloooooooooos nooooooooo meeeeeeeeetttttttieeeeeeeerrrrrrroooooooonnnnnnnn naaaaaaddddaaaaa alllllliiiiiiii.... Leeeeeeeeeessssssss daaaaaabaaaaaaa mieeeeeeeeeedddooooooo peeeeeeeeerrrrrrddddddeeeeeeeeeerrr laaaaaa zooooonaaaa. - mi madre me dio a beber otro trago de otro frasco y no supe en que momento perdí la consciencia.
  6. Mi madre empezó a ladrar órdenes, quería limpiarme de todo lo vivido, SJ estaba vivo, lo sentía en mis huesos, en mi piel. Mi hijo estaba vivo y estaba bien, pero no lograba saber dónde estaba. Deje que mi madre empezará a limpiarme aún cuando el proceso de limpiar, sanar y cerrar cada herida traía a la memoria como me lo había ganado. Los cortes pequeños habían sido gracias a mi gran bocota, me gustaba sacarle los demonios a mis cuidadores y muchos habían aprendido que yo no estaba debil: odiaban que los hiciera sentir placer de las cosas más raras o que estuvieran excitados por sus compañeros, los incomodaba hacerlos sentir sus más oscuros deseos y muchas veces para obligarme a dejar de jugar con sus mentes y deseos enterraban hojas de cuchillo o vidrios en mi piel, más por el placer de la agonía que por el verdadero daño. Me dejaban sin comer días enteros y sus noches y luego me traían la comida más rancia que hubiera, esa que ni siquiera un perro se comería, totalmente llena de alucinógenos y aunque lograba rescatar lo que podía trataba de no tocarla y en las luchas me alimentaba de toda la sangre que podía. Todos me preguntaban por Sean o por SJ. Luego cuando se dieron cuenta que yo no solo los mordía por el placer de arrancarle las garganta sino por el suministro de sangre fue cuando empezaron a inyectar dosis grandes de drogas en los cuerpos de mis torturadores o de la gente con la que me ponían a pelear. Se hicieron más fuertes a mi costa, algunos hablaban de usar mi sangre como un anabólico para hacerlos más grandes y mejores pero también se dieron cuenta que eso era una mala idea cuando empezaron a morir desfigurados y envenenados. Sentí las manos de mi madre darme la vuelta con ayuda, sus dedos temblaban y eso me hacía recordar al Carnicero, sus manos siempre temblaban de anticipación tocaba mi cuerpo con reverencia por la máquina de matar que era, el tenía la idea de que cuando quebrará mi espíritu iba a hacer de mi una vientre de cría para una raza superior a cargo de su jefe, dejaría a todos los hombres que pudieran tomarme hacerlo pero aún no había llegado al punto de dejar a un hombre acercase lo suficientemente a mi sin perder el orgullo de su anatomía. Aunque Carnicero era mi compañía habitual habían muchos otros que llegaban a las sesiones, sádicos llenos de placer por la tortura que hacían que yo fuera una Amateur, se quedaban y se encendían cuando yo empezaba a gritar, descubrí que si gritaba mucho no eran demasiado duros y lo usé a mi favor, gritaba en niveles de dolor bajo para que no se esforzarán y eso me dejaba con la suficiente fuerza para sobrevivir otra ronda pero Carnicero lo descubrió así que él era más duro, más implacable y más creativo a la hora de hacerme sangrar. Sentí el dolor de lo que mi madre me estaba haciendo en la espalda y recordé como me tenían atada con cadenas sobre mi cabeza mientras carnicero sostenía mis alas, admirando las por lo grandes y voluminosas y rompía la membrana fina que mantenía el plumaje. Llevaban horas trabajando en mi cuerpo demoníaco no haciendo mella ni en mis cuernos ni en mis garras, aún cuando lo intentaron. Por eso se concentraron en las partes más blandas, mi cola prensil y mis alas, los orgullos de todos los demonios y jugaron con ellos al principio tirando tiras o plumas, luego carne y piel y por último quitando las todas hasta que solo eran muñones y me drogaban para que no pudiera volver a mi forma humana a sanar, después de que se dieron cuenta que mi forma demoníaca era más resistente muchos perdieron el interés de jugar con mi cuerpo humano, no les satisfacía arrancarme el cabello, el cuero cabelludo o las uñas, aunque muchos seguían disfrutando de meter trozos de vidrio en la piel porque sabían que me escucharía después hurgando en la herida tratando de sacar los trozos. Obligue a mi mente a dejar de pensar cuando mi madre me envolvió en las sábanas que ya estaban manchadas de sangre, y escuche sus palabras, el corazón se me encogió tal vez kiwi no había llegado porque no estaba en un lugar seguro para desaparecer, tal vez sentía que estaba comprometiendo la vida de SJ al trasladarse y sabía que el niño no podía hacer las desapariciones conjuntas muy seguidas, tal vez solo había pasado días desde que nos separamos... -¿Cuanto tiempo estuve fuera? - interrumpí a mi madre intentando hacer cuentas de cuánto tiempo estuve cautiva y cuánto tiempo llevaba desaparecido mi hijo, mi estómago gruñó e hice una mala mueca llevaba alrededor de 86 horas sin comer nada, lo que me había llevado caminar desde el último punto donde apareci hasta llegar a casa
  7. La oscura mirada de mi madre me dijo más que sus palabras. Habia visto mis recuerdos, había visto las marcas en mi piel y su expresión,las lágrimas en su rostro me hicieron sentir sucia, indigna, desechable. Ni quería que me viera así. Trate de tragarme mi orgullo, pero las lágrimas corrían por su rostro y el mio. El recuerdo de su rostro me mantuvo cuerda y a flote, y aunque mi memoria no le había justicia podía ver lo hermosa que era. Sentí el ruido de la puerta pero no aparte la mirada de su rostro aún cuando quitó el torniquete de mi brazo y sentí el cosquilleo de la sangre volver a fluir. Tenía miedo de preguntar qué tan la estaba mi cuerpo, la única herida sería era la del brazo, pero tenía otro millón de heridas menos graves y serias recorridas en el resto del cuerpo, lo peor fin duda sería la espalda y me daba miedo las cicatrices que me recordarán todo el tiempo lo que pasó. -Sj estaba con kiwi... La elfina tenía la orden de traerlo aquí, luche para darles tiempo de escapar, de desaparecer, ni podía ganar contra tantos hombres pero podía poner a salvo a mi hijo... ¿Donde esta mi hijo, mami? ¿Donde esta SJ?
  8. La puerta se abrió y el pelo violeta de mi madre apareció ante mi, trate de sonreír pero la fuerza que me había impulsado para dar un paso a la vez hasta llegar se me había ido, sentí las rodillas doblarse cuando mi madre empezó a gritar llamando a Sean. Mi madre me había cargado para desaparecer dentro de la mansión, debía de estar muy delgada entonces ¿Había perdido peso? ¿O la adrenalina y el miedo le habían dado a mí madre más fuerza para cargarme? Sentía mi mente divagar y los pensamientos arremolinarse en mi cabeza. Sentí algo suave debajo de mi y el dolor que antes no había sentido empezó a abrumarme y a llegar en oleadas tratando de noquearme pero no quería volver a la oscuridad ni siquiera la bendecida oscuridad de la inconsciencia, me daba miedo que esto fuera producto de mi imaginación y que aún estuviera en ese pozo, atada, torturada. Mire a mi madre que le temblaba la voz mientras los suministros médicos bailaban sobre su cabeza y sus manos preparadas y listas estaban trabajando en mi brazo herido, le dije a bocajarro: -tu también estuviste en un pozo - recordé, que ella también había sido secuestrada, torturada pero ella había sido violada y embarazada en un pozo mientras buscaba a mi tío Adrian, por fortuna a mi no me violaron, pero eso no les impidió que me torturaran con la parte más delicada de mi anatomía, aparte la mirada de su rostro, no quería que se diera cuenta que estaba recordando lo que me hicieron. "Estaba acostada sobre mi espalda en una plancha de metal, tenía sugeciones en los brazos y mis piernas estaban separadas, mi tunica estaba rasgada y hecha jirones en la parte baja pero al menos cubría lo suficiente para no sentir el frío en el cuarto. Uno de ellos entro y confirmo que las sugeciones fueran seguras, ellos habían aprendido de muy mal modo lo que pasaba si lograba soltarme, sonreí profundamente al ver la cicatriz aún rosada que le atravesaba la cara cortesía de una de mis garras. Habian aprendido que yo no era una bruja indefensa y sin recursos si me quitaban mi varita, había aprendido a luchar y si los alcanzaba a agarrar lograba mantenerlos ocupados o si sentía mucho dolor mi parte demoníaca tomaba el control y les daba regalos como el que ahora ostentaba mi compañero de cuarto. El problema era que siempre lograban reducirme, ellos también jugaban sucio y en ocasiones yo misma les daba más herramientas con las que jugar conmigo, como la vez que le quitaron todos los nervios a mis alas mientras estaba consciente y no dejaron que me sumiera en la inconsciencia, sentí cada vez que la pinza tocaba un nervio y era arrancado de mi espalda, para luego seguir con las alas. Habían descubierto el modo de que no pudiera transformarme de regreso y sentí todo el dolor de la recuperación y la regeneracion, mis alas ahora eran las de un bebé, no podrían soportarme para volar y ese pensamiento había hecho que deseara morir pero recordaba a mi madre, a Sean y a SJ. -Sagitas, Sean, SJ... Sagitas, Sean, SJ - la letanía empezó a repetirse en mi boca como un talismán, como un seguro, mientras mi acompañante se acercaba a una mesa pequeña que no había reparado, empecé a temblar contra mis sugeciones y mi boca seguía repitiendo los nombres. -Ahhhh señora Limner - nunca les había dicho que había cambiado mi nombre al de Sean, ellos habían asumido que al estar casada lo había hecho, pero escuchar su apellido me recordaba porque debía resistir: - veo que ya ha despertado- mire la odiosa sonrisa en la cara de mi torturador - vamos a tener la honrosa compañía de su Deamon. ¿O me tendré que conformar con usted? Amo lo que usted resiste cuando se pone... Azul. El odio bombeo mi sangre pero estaba tan debilitada que no tenía suficiente odio para transformarme, mi torturador también lo esperaba, lo veía en sus ojos, hasta que estos brillaron en decepción: -una lástima, tendré que conformarme con usted, pero créame vamos a disfrutar esta sesión juntos - sus palabras me sonaron lascivas así que apreté los muslos, no me iban a violar, Volaria este estupido pozo conmigo adentro si era necesario, pero no dejaría que ningún otro hombre me tomara en contra de mi voluntad como si fuera un perro, mis pensamientos debieron de verse en mi cara porque negó con la cabeza: -no señora, usted es una mujer casada, con un hijo, no la tocare así, pero créame que me aseguraré de que no disfrutes de nuevo el placer con su marido. Apretó las sugeciones de mis piernas un poco más dejando separadas mis piernas revelando la parte más delicada de mi, mi ropa interior había desaparecido y en su mano había una pinza que no vi coger de la mesa. Empezó a mirarme en la parte más expuesta de mi y sus dedos pasaban por encima la piel delicada, no esperaba las caricias estaba a la espera del primer golpe del dolor pero este no llegaba, sentía la sangre bombear por mis piernas de lo fuerte que estaba amarrada y mire la pared a un lado evitando mirar al hombre que me estaba tocando, no quería que viera la vergüenza que tenía mis mejillas: -oh, todas las mujeres son iguales no importa como las toques todas florecen bajo tu mano, aún cuando no deberían - sentí el toque del acero frío de la pinza recorrer la piel pero la herramienta no estaba siendo usada para lastimarme, aún no - recuerde señora Limner usted es casada debe reservarse para su marido.... Ahora si nos dice dónde está nosotros podemos matarlo y yo puedo librarla de ese compromiso. Mi boca no emitía ahora sonido alguno pero mi mente seguía repitiendo los rostros y los nombres de mi madre, mi esposo y mi hijo -ni una palabra... Vamos a escuchar sus gritos - me dijo mientras de un tajo arrancaba trozos de piel y carne mientras seguía acariciandome y todo lo que se prologaba el tiempo, siendo horas" Volví a la realidad del cuarto, mire el rostro pálido de mi madre y sentí la humedad de las lágrimas correr por mis mejillas. -no les dije nada- murmuré en voz débil más para mi que para ella, para recordarme sin importar lo mal que me trataran, lo duro de la sesión, lo fuerte de los latigazos y golpes nunca salió de mi boca una sola palabra del paradero de Sean o de SJ, mi espalda era testigo de lo malas que se ponían las sesiones pero nunca dije una palabra.... -¿SJ? ¿Donde esta mi hijo, mamá? - quería escuchar que estaba a salvo, que kiwi había logrado ponerlo a salvo.
  9. Regresaba a casa hecha un guiñapo, había perdido la noción del tiempo y no sabía exactamente cuántos meses había estado fuera ¿O eran días? ¿Habían sido años? Los únicos pensamientos conscientes que habían hecho que no perdiera la cabeza habían sido por mi madre, mi marido y mi hijo, ninguno de los tres podrían estar solos y gracias a los Dioses Kiwi se había llevado a SJ lejos, no sabía si mi elfina había alcanzado a llegar a la casa de mi madre con el niño. De verdad esperaba que lo hubiera logrado, esperaba lograr llegar a casa y encontrar a mi niño allí, ver la sonrisa pícara de mi marido y la cara de preocupación de mi madre, esperaba lograrlo. La cabeza me daba vueltas, el torniquete que había logrado sujetar encima del tajo de estaba desprendiendo del brazo, la sangre goteaba por todo el camino de la mansión y cuando logré ver mi brazo alcance a ver el blanco del hueso de mi brazo derecho, sentís el escozor de las otras heridas de mi cuerpo, pequeñas heridas hechas para torturarme, para darles información de Sean, de Sj, nunca preguntaron por mi madre como si no la conocieran como si ella no fuera el objetivo sino mi marido. Tenía la sensación de estar drogada, la debilidad manifiesta no era solo por la pérdida constante de sangre y magia, algo debieron de hacer, algo debieron poner en mi que me tenía tan lenta. La casa se veía grande e imponente, lejana y tenebrosa... distorsionada, pero me obligué a poner un pie sobre otro hasta que pude sentir bajo mi mano la puerta, intenté abrirla pero mi brazo derecho no me respondía, intenté llamar: -¿Mamá? - ¿Esa era mi voz? Se escuchaba tan débil... No iba a ser capaz de lograrlo. Lo intente de nuevo -¿Mamá?
  10. Abrace a mi madre sintiendo su aroma natural a naranjas que ya para mi significaba seguridad, sonreí ante su comentario y sin duda en estos momentos no me escandalizaba por ello, no con la rabia que tenía hacia mi esposo en estos momentos. Mire de nuevo a la muchacha de arriba abajo de un modo más apreciativo. Si, tenía curvas; sí, estaba de buen ver. Demasiado afrancesada para mi gusto pero nada que una buena dosis de perversión no curara. Además las francesas tienen un gusto innato hacia las perversidades, sino miremos no más a María Antonieta o a las Bolenas, que de recatadas solo tenían las apariencias. -No madre a la muchacha la encontré nerviosa en la entrada y para responder a tu pregunta no formulada Sean me dejó en el crucero porque le llamaron para una misión no-se-en-donde, alegando que era "demasiado peligroso para mi estar allí" -le contesté a mi madre remarcando las comillas de sus palabras, no iba a negarlo me había herido el orgullo- cuando regrese a casa voy a abrirle las tripas en canal solo para demostrarle cuan "delicada y frágil" es su esposa.-respire profundo para quitarme un poco la frustración y cambie de tema- ¿Donde esta SJ? Aparte la mirada de mi madre y miré el estado del resto del salón, abrí los ojos viendo que en definitiva la casa parecía como si hubiera sido un campo de batalla: -¡Por todos los Dioses! ¿Que demonios paso aquí?
  11. Regresaba a casa. Habia estado fuera por alrededor de dos semanas, tal vez un poco más pero Sean se fue a una misión sólo porque "esto era muy peligroso para mi" pareciera que se le olvidaba a mi marido que yo era capaz de manejar un buen número de armas sin contar con el resto de mis habilidades. Pero no, al señor aparentemente me volví frágil con el hecho de ser su esposa. Ya vería cuando regrese cuan "frágil" era en verdad. Ajuste la maleta en la mano mientras con la varita hacia levitar un par de baúles del viaje. Me emocionaba ver de nuevo a mi madre y a SJ que se había quedado a su cuidado para que pudiéramos disfrutar de una luna de miel. Me acerqué a la mansión y noté que había alguien en la puerta, fruncí el ceño porque se me hacía conocidas sus facciones pero no recordaba de donde el parecido. -Hola... Disculpa buscas a alguien - deje la maleta en el suelo y abrí la puerta de la entrada, sonreí a la chica- ¿Quieres pasar? Soy Perenela hija de Sagitas ¿y Tú? Entre dándole paso a la chica y bajando los baúles al lado del recibidor, deje la maleta en el piso junto al resto del equipaje y grité: -Familia!!!! ¿Alguien vivo en casa? ¡He vuelto!
  12. -No es un golpe bajo Marido - dije saboreando la palabra contra sus labios - míralo de este modo, vas a tener que encontrar formas mas creativas de salirte con la tuya y si no lo logras te esperara un castigo en la cama - le di una mirada sugerente para que supiera a que era lo que me refería y aun así no pude evitar la sonrisa picara que se extendía por mis rostro. Estos eramos el y yo, sin importar a que caminos nos llevara el cielo y el infierno sabíamos que siempre íbamos a regresar al otro, sin importar con quien coqueteara Sean para lograr hacer su trabajo, sabia en mi sangre y en mis huesos que el siempre volvería a mi y eso era lo único que me importaba. Baje la capucha del vestido y me eche a reír cuando de mi pelo salieron miles de mariposas de colores como si de un hechizo se tratara, volví a ver a mi madre @@Sagitas Potter Blue y le sonreí, sabiendo que esto era cosa suya para agradarme y hacerme feliz, tendría que esperar a que la ceremonia acabara para poder darle un abrazo, pero me moría de ganas de abrazar a mi madre. Acaricie la mejilla de Sean sintiendo la piel lisa sin vello y volví a besarle, contestando la pregunta que vi bailar en sus ojos a un volumen bajito: -Debemos esperar a que acabe la ceremonia y saludar a todos nuestros invitados antes de escaquearnos a una habitacion... Marido.
  13. Es la primera vez en toda mi vida foril (cerca de 12 años) que Leo un tópico completo y si mujer me has hecho reír, enterarme de dramones y levantar la casa a gritos, tanto que @Sean Di Spinneto IV se tuvo que ir a dormir al sofá porque no lo dejaba dormir... En fin, leí todos tus números y he de decir que te adoro!!! Ya soy tu fan, con justa medida mujer que no se te suba a la cabeza No quiero hacer spam, esperaré el siguiente numerito con ansias...
  14. Estaba extasiada. Mi madre nos casaba, mi hermano estaba allí, mi familia y mis amigos también, incluso mi primo Anthony había venido, aun cuando sus emociones estaban a flor de piel y no todas eran congruentes con la boda... debía recordar abrazarlo fuerte después de la ceremonia. Me bebí todas y cada una de las palabras de orgullo de mi madre y no pude evitar derramar un par de lagrimas cuando me di cuenta de todo lo que tuvo que recorrer mi madre para tener cada uno de los ingredientes donde sembraríamos el árbol familiar que íbamos a realizar Sean y yo y del cual el primer fruto ya había germinado: nuestro hijo SJ. Me abanique la cara tratando de secar las lagrimas mientras mi madre y Xell continuaban la ceremonia juntando las tierras de nuestras casas y plantando la semilla a la cual ya había escogido el lugar donde la sembraría. El mismo lugar donde vi a Sean la primera vez: Bajo mi ventana... ahora nuestra ventana, no pude evitar sonreír ante ese hecho y trate de concentrarme en lo que mi madre decía antes de que mi mente volara mas allá de donde estaba permitido a estas alturas de la ceremonia. Rebosaba de amor, por mi familia, por mi marido... deguste la palabra en mi boca: "Marido" Ahora la podría decir con propiedad. Por eso no dude ni un solo segundo de tomar el anillo después de que Sean pusiera el suyo en mi dedo sin dejar de sentir la puya que le lanzo a mi madre y fue la malicia de su acto lo que me hizo sonreír y decirle: -Con este anillo yo te desposo y te ato a mi en cuerpo y alma, soy tuya y eres mio hasta que el cielo o el infierno nos reclame - puse el anillo en su dedo anular viendo como calzaba y sabiendo que aun cuando Sean quisiera el no se lo podría quitar, ninguna mujer mas tocaría a Mi Marido sin que yo lo supiera y eso me hizo sonreír aun mas, le bese con todo el amor que sentía por el y con toda esa sensación de posesión recorriendo mis venas y queriendo marcarlo con mi cuerpo, mi sangre, mi sudor y mi piel, pero me controle y simplemente rompí el beso para mirar a nuestras familias allí reunidas.
  15. Me sentía inestable con esos tacones mientras caminaba sobre el terreno pero no me quejaba, no mucho la verdad ya que la euforia corría por mis venas mientras caminaba del brazo de mi hermano, alce la vista hacia donde mi madre me esperaba junto a Xell y vi de cerca a mi futuro marido... sonreí ampliamente viendo lo sexy que estaba en el traje y por mi mente en un momento fugaz se cruzo las mil maneras en que podía quitárselo de encima, sonreí con fina coquetería mientras caminaba a paso lento hacia el altar. me quede allí mirando a Sean mientras daba los últimos pasos hacia el, me volvi a mi hermano y le di un beso en la mejilla y le di un breve abrazo antes de darle la mano a mi marido, a la espera de que mi madre empezara la ceremonia, le susurré a Sean: -Te ves muy apuesto futuro marido...
  16. Sonreí viendo a mi madre marchar y sentía el corazón lleno de esa alegría que no tiene precedentes, le revolvi el cabello a mi hermano pequeño y enganche el brazo a mi hermano mayor, temblando ligeramente, me aclare la garganta un par de veces tratando de apaciguarme. -No permitas que tropiece - le dije a Matt mientras veía a mi madre ponerse al lado de Xell y mirarnos, Ithilion ya había empezado a caminar unos pasos por delante de nosotros sacudiendo las hadas para que brillarán, miré a Matt y sus ojeras y aún así sonrei: -¿La niña te está dejando dormir hermano? - estaba haciendo charla nerviosa mientras subía la capucha del vestido y lo acomodaba como un velo sobre mi cabello teniendo cuidado con el tocado que mi madre había hecho y daba unos pasos con tacones sintiendo mis pies algo inestables, apreté con un poco de fuerza el brazo de Matt: -no me dejes caer, no se caminar muy bien con tacones - le dije mientras emprendimos la marcha hacia donde nos esperaba mi madre, nuestros invitados y mi futuro marido
  17. Me miré en el espejo y casi no me reconozco... Mi rostro brillaba haciendo juego con la sonrisa grande que nunca tenía en mi rostro o aue nunca ostentaba, mis ojos tenían color enzalzando el azul natural de los mismos, mis mejillas tenían un tono porcelana que hacía más sutil la palidez de mi rostro y mis labios eran frescos de un rosa suave... Me veía etérea y me sentía hermosa. La voz de Matt se escuchó abajo y la emoción se me aglopo en la garganta, esto era real, me iba a casar con la bendición de mi madre, iba a ser llevada por el hombre vivo más importante de mi vida y ser acompañada por las personas más importantes de la misma... Nunca ni en mis más locos sueños había pensado que me iba a casar, que iba a tener la oportunidad de ser la novia, respire un par de veces y enganche mi brazo con el de mi madre para sostenerme al bajar de las escaleras mientras llevaba mi ramillete de rosas azules y blancas en la otra y bajaba sintiéndome la mujer más feliz, dichosa y bendecida de todo el mundo mágico. Llegamos al primer piso y allí al lado de mi hermano mayor y mi madre no pude contener la emoción: los atraje a los dos en un abrazo apretado luchando contra las lágrimas que desafiaban con salir: -chicos... gracias, gracias, gracias... Los amo -pase saliva tratando de que la voz no se me quebrara - los amo, gracias por hacer realidad esto. Gracias por estar aquí y acompañarme hoy en este día... @@Sagitas Potter Blue E. Potter Blue @@Matt Blackner
  18. Me quede allí con mi madre abrazada un buen rato, hasta que había sacado de mi sistema todas las emociones contrapuestas que tenia dentro, volví la vista hacia los vestidos y en definitiva me decidí poner el vestido de las sacerdotisas, para mi no era solo una oportunidad sino un honor que me había dado mi madre. Ella al igual que Reiven había intentado enseñarme su arte y aun cuando no yo no era 100% buena tenia un sentido de rectitud y de honor que ni siquiera la educación demoníaca que me dio Reiven pudo quitarlo de mi y eso se lo agradecía a mi madre también. Toque con la punta de los dedos las costuras del vestido y una sensación de felicidad me embargo por completo, empece a desanudar la pieza del maniquí y lo acomode todo en la cama mientras con una sonrisa en la cara me iba poniendo pieza a pieza del vestido, las manos firmes de mi madre me ayudaron a acomodar los lazos que se ajustaban en la espalda y a acomodar los pliegues para que tuvieran una caída natural, mi rostro seguía siendo un desastre por todo el llanto que había tenido pero nada que no pudiéramos arreglar, camine hacia el balcón de mi habitación para probar la tela y saber que cantidad de movimiento podría hacer, el vestido era hermoso, cómodo y nada restrictivo así que podría bailar y moverme con libertad toda la tarde y la noche si quería. Me asome un poco por el balcón y vi que ya la gente empezaba a llegar, vislumbre a mi futuro esposo entre la gente hablando con Xell me gustaba el corte de su traje y sonreí muy profundamente al verlo tan apuesto, también a mi madrina Ariane, Cye e incluso mi primo Antony estaban entre los presentes, volví la vista hacia mi madre y le sonreí: -Te amo, nada de esto hubiera sido posible sin ti mami, gracias - volvi a abrazarla y respire profundo su aroma natural de naranjas - Ahora hay que terminar de arreglar el desastre de mi rostro, no podemos hacer esperar mas a los invitados - un elfo entro tímido en mi recamara con una tetera de parte de Cye y sonreí: -Gracias, dale las gracias a la tía Cye de mi parte, avísales a todos que en cinco minutos empezara la ceremonia - el elfo se retiro y me volví a mi madre: -¿Crees que puedes poner presentable mi rostro en cinco minutos?
  19. En un principio se me apretó la garganta con las ganas de salir corriendo pero vi la mirada divertida de mi madre y traté de no hiperventilar cuando volvió a hablar sobre los vestidos y sobre los modelitos insulsos que también traía, sentí las lagrimas correr por mi cara por el sentimiento de felicidad absoluta, me había quedado con un nudo en la garganta y sentía que el trabajo que mi madre había hecho limpiando mi rostro se echó a perder porque otra vez sentía el raudal corriendo por mis mejillas y mojando mi bata: El vestido de blonda y gasa azul era absolutamente precioso, me sentía flotar con solo verlo y aun no había puesto un pie en el, parecía etéreo y de una princesa, iba a levantarme cuando mi madre mostró un vestido aun mas precioso que el anterior: la pedrería que cubría cada centímetro del vestido lo hacia reflejar como su fuera una estrella, era delicado, brillante y llamativo y me dejo con la garganta seca pero fue el vestido de sacerdotisa que puso en frente mio, con un soplo de su mano, el que me dejo sin absoluta respiración. Me sentía segura, protegida, poderosa, aun sentía las lagrimas caer por mis mejillas y de seguro que tendría la cara roja y llena de churretes pero tenia permitido llorar este día, aun no podía pronunciar palabra pero no por ello podía dejar de expresar lo que sentía, por lo que me levante de la silla y abracé a mi madre con fuerza, la apreté a mi y no quise soltarla mientras expresaba todo lo que las palabras no querían salir: -Gracias mami - fue lo único que pude atinar a decirle al oído mientras volvía a mirar el vestido de sacerdotisa que brillaba sutilmente.
  20. Sabia que mi madre no iba a dejar a Sean en paz, ni siquiera por ser el día de nuestra boda pero tanto como para meterle un runespoor me parecía excesivo, negué con la cabeza, de seguro mi futuro marido se las podría arreglar solo por un día y de seguro ya sabia que esperar de mi madre. Deje de mirar a mi madre por el reflejo del espejo y me volvi para mirarla de frente cuando hizo entrar el perchero con su elección de vestidos: amaba que mi madre hubiera pensado en mi y supiera de antemano que la decisión del vestido adecuado no era fácil. Tomé un respiro profundo cuando empezó a hablar de los diferentes vestidos y me quedé momificada y petrificada en el asiento cuando sacó el primero: sentía que los ojos se me agrandaban y la miré horrorizada con la versión de un tampón gigante que mi madre quería que me pusiera por vestido de novia, me sentía como uno de esos muñecos de la televisión muggle: un teletubo o como sea que se llamara. Sentí que me quedaba sin aire con cada uno de los que sacaba, parecía inverosímil pero cada nueva elección era mas horroroso que el anterior, tanto asi que casi me daban ganas de ponerme el tampón gigante que había sacado al principio, la miré fijamente: -Creo que me quedo con los vestidos que traje mami... no te hubieras molestado... - me quedé mirando la puerta fijamente pensando si aun seguia siendo mala idea salir corriendo
  21. No pude evitar reírme ante la teatralidad de mi madre, sabía que estaba haciendo todo para que me serenara y tomara el día con calma y la amaba por eso, por dejarme expresar mi miedo y ayudarme a encontrar una solución cuerda y sensata y que no me hiciera perder la cabeza, la miré revisar los vestidos uno a uno y desestime su comentario con un movimiento de la muñeca, le dije: -No me gusta ninguno, ninguno expresa el hecho de que soy hija de una sacerdotisa, que soy una Ojo Loco y ninguno expresa el hecho de que soy una novia que está orgullosa de su procedencia, orgullosa de su familia y orgullosa de casarse, pero dejaría eso en tus manos si crees que puedes hacer algo con eso – le dije señalando la pila de vestidos de todos los talles que ella había arreglado, aun así le sonreí: -Quiero perlas hoy, nunca las uso pero son símbolo de buena suerte – por primera vez en un buen rato me separé del balcón y me acerqué a mi tocador para abrir cada una de las cajitas de accesorios apartando los que tenían perlas para que ella escogiera lo que se me veía mejor y sonreí con verdadero deleite y felicidad cuando me mostro los cuatro bouquets que tenía preparados para mí, cada uno más bonito que el anterior, las lágrimas anegaron mis ojos de nuevo pero esta vez de alegría, sonreí lo mas ampliamente posible escogiendo el ramo N° 1 y oliendo la fragancia de las flores azules, por primera vez en todo este tiempo estaba verdaderamente contenta: ¡Era el día de mi boda!
  22. -No, no es por Sean, es por mi - suspire intentando sin éxito d tener las lágrimas, aún así mi madre se acercó como movida por ellas, trate de sonreírle pero me sentía rota tal vez por haber estado llorando.- Amo a Sean como jure que no amaría a nadie. Aún a pesar de sus particularidades o más bien gracias a ellas le amo y me hace feliz cada vez que estoy con el y cada vez que veo más cosas de el en SJ. Me acepta como soy, con mis ausencias y escapadas, complementa mi perversidad, sabe calmar mi genio y ensalza mis emociones como nadie más lo hace, o como no dejaría que nadie más lo hiciera. Baje la cabeza tratando de pensar lo que mi madre decía del matrimonio y sabía que era verdad, nunca me había sentido preparada, no me sentía lista y aún así queria hacerlo, quería casarme con el que era el amor de mi vida y el padre de mi hijo, volví la vista hacia el balcón mientras mi madre arreglaba mi cabello y bebía sus palabras como un sediento que encuentra un oasis en el desierto, necesitaba escucharlo y mi madre siempre tenía el buen tino de saber cuándo ensalzarme el ego y el amor propio, era una de las cosas que más amaba de ella, nunca desestimaba mis emociones o sentimientos y siempre estaba allí conmigo en los mejores y peores momentos. Sentí su beso calentar un poco mi cuerpo y me di cuenta que ella había recogido el desorden de los vestidos, ninguno era adecuado, no me gustaba ninguno. Bebo cada palabra que salía de su boca y su confianza, le dije: -No, a mi padre déjalo en el infierno, lo extraño y lo amo pero no quiero que mi boda sea una batalla campal entre ustedes o entre el y sean por no querer aceptar que me caso con un "Ladrón de mala muerte" como le dijo la última vez que le vi, y no te disculpes por haberlo matado, fue un excelente padre pero no fue la mejor persona que hayamos conocido y lo que quiero es no tener que ir sola al altar, quiero que alguno de los hombres de mi familia a los que verdad le importe me entregué a la persona que amo, quiero sentir ese respaldo y sé que no lo tendré en Reiven. Deje que mi madre siguiera en su diatriba de todos los preparativos que hizo, me gustaba la idea de las hadas y de mi hermanito dejándolas salir en mi paso al altar, su comentario de las flores me recordó que no tenía un buqué e hice una mueca por ello. -Ninguno de los vestidos que traje me gusta lo suficiente para llevarlo, o son muy escotados, o son del color incorrecto, en cambio tu te ves esplendorosa y espectacular... - volví a mirar al balcón rastreando con la mirada a Kiwi que ya llevaba en brazos a SJ que se reía en los jardines y clave la mirada en las rosas azules de mi madre: -quisiera un ramillete de tus rosas, soy una ojo loco, hoy se casa una ojo loco me gustaría llevar las flores distintivas de nuestra casa, mami... Y espera un poco más para matar al novio, aún no es su hora.
  23. Sentí los golpes en la puerta. Me quedé allí mirando aún el jardín sin querer atender pero fue la voz de mi madre la que me saco un poco del círculo depresivo en el que estaba, ni me levanté sino que abrí la puerta con un movimiento de varita. No volví la cabeza para ver a mi madre que de seguro se vería esplendorosa, ni para ver que revelaba su rostro del descomunal desorden de mi cuarto, o de los vestidos en el suelo o de mis ojos llorosos y rojos. -Deberia cancelar todo... No estoy lista, no seré una bella novia, no tengo quien me lleve al altar y ya va a empezar la ceremonia y aún estoy en bata... Cancela todo mami, no me casare así.
  24. Me senté en frente de la ventana de mi habitación viendo hacia el balcón con solo una bata cubriendo mi cuerpo, había dejado que Sean me convenciera de mis miedos, mis temores y aun así habían cosas que me preocupaban, aun cuando los demás lo desestimaran. Volví la vista hacia el piso de mi habitación donde arcones y arcones de vestidos blancos de novia cubrían cada espacio libre alrededor de mi cama. Miré de soslayo el espejo del tocador viendo el rededor de mis ojos que estaba rojo por el llanto casi histérico que tenia: No tenia nada digno de ponerme para mi propia boda, no tenia a mi padre para que me entregara en el altar y aunque Reiven no siempre fue el mejor de los hombres siempre había soñado que mi padre me entregaría a mi marido. Todos los demás habían ayudado con los preparativos para que esto se realizara y aunque me sentía bien y emocionada por casarme finalmente con Sean algo en mi interior me hacia sentir poco preparada para dar este paso, me hacia sentir sola, me hacia sentir... en pánico. Volví a mirar el río de vestidos blancos en el suelo y clave la mirada en el balcón donde todo el mundo corría, me sentí pequeña así que me quede allí mirando sentada.
  25. -es que no lo entiendes amor... Esta boda no es sólo una mera formalidad, esto es importante no sólo para mí madre y mi familia sino también para mi. Esto era importante para mi, era importante para mi padre y el no está aquí y era el quién me iba a entregar. Abraze más fuerte a SJ sintiéndome abrumada,desolada y triste, me gustaba que mi familia estuviera colaborandonos con los preparativos pero aun así, sentía que todo hacia falta.

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