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Ela Karoline

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Todo lo publicado por Ela Karoline

  1. http://i.imgur.com/aoAUVIM.png La sonrisa de la rubia abandono por un momento sus labios cuando el mago la saco a bailar, eso era fantástico no recordaba desde cuando no lo hacía, obviamente no desde que él se fuera de viaje, y una relámpago fugaz ilumino sus ojos plantando una pregunta no deseada ¿Cuándo volvería a partir? Pero eso, eso no lo pensaría aquella noche, no con una velada que prometía tanto. —Jajajaj, seguro que sí, juntos somos los mejores— bailar era una de las cosas favoritas que adoraba de ambos mundos, muggles y mágicos se divertían practicando movimiento al compas de la música, a veces lentos, a veces rápidos, pero con una métrica que les permitía separarse y volver a unirse, y su marido era un bailarín experto, la guiaba a las mil maravillas y la hacía sonreír además de besarla y por supuesto ella no se oponía y correspondía con amor. —Claro que si Monsieur, será un placer— agrego riendo y estiro la mano libre cual dama aristócrata en baile de sociedad, con toda delicadeza, levanto la barbilla en gesto altivo y volvió a reír, lo único que le faltaban eran los guantes, un abanico y un vestido largo y con mucha tela, además de aquellos peinados elaborados, la imaginación de la bruja era muy vivida, y él la avivaba con cada detalle y con cada momento que compartían. —Cada vez que estamos juntos— se acerco sin que sus miradas se extraviaran —Siento como si naciera de nuevo, ¡gracias!— y a sus palabras le siguió un suave y dulce beso como si en el quisiera entregarle toda la dulzura que poseía, cuando separo sus labios de los del mago, sus brazos descansaban sobre los hombros masculinos y sus manos acariciaban la parte baja del cabello. ¿Qué había pasado con la música? Pues nada seguía sonando aunque ella durante aquel instante ya no la escucho.
  2. http://i.imgur.com/aoAUVIM.png La Lockhart se sentía tan feliz, tan plena al sentirse cerca de aquel mago que desde la primera vez que le viera se había adueñado de su corazón y ella por supuesto no había intentado luchar contra aquel sentimiento tan grande que día a día se hacía más fuerte, más sublime. Ahora se dejaba conducir hasta una mesa apartada en el establecimiento, la música era agradable, las luces aunque brillantes en la pista de baile daban cierta intimidad en el área de las mesas, fue la primera en sentarse, luego de dejar sobre el espaldar del asiento el chal que había tomado para cubrirse pero que no había usado hasta ahora. —No más que yo Corazón— dijo antes de sentir los labios de Ishaya sobre los suyos y luego se perdieron por un par de segundos entre aquel beso y una mirada que pretendía decirlo todo, saberlo todo, robarlo todo y que fue interrumpida por la llegada de la botella que se había pedido. —Y porque tengo a mi lado a la mejor persona, al más dulce amigo y al esposo más maravilloso que bruja alguna pueda soñar— la sinceridad de sus palabras era total, antes de Ishaya soñaba con el amor, pero él se lo había mostrado y seguían descubriendo juntos aquel milagro tan maravilloso de pertenecerse el uno al otro, sin egoísmo, entregándose plenamente y haciéndose uno al lado del otro más completos y mejores seres en lo individual y en lo familiar. El tema de fondo era hermoso y tapo el sonido de las copas al chocar en aquel brindis, todo se conjugaba para darles esa noche especial. —Desde que estas junto a mí, no hay sueño que no me cumplas, deseo que no sacies, a pesar… de que mis expectativas son muy altas y crecen día con día— después de tomar un sorbo de la bebida, Cye un poco reflexiono y otro poco jugo, luego de hacer la pausa y de levantar una ceja y rosar desde los labios hasta la barbilla del mago con su dedo índice lento muy lento.
  3. http://i.imgur.com/aoAUVIM.png —Umm lo que te pongas seguro te quedara bien, aunque si usas una túnica tendré que cambiarme yo también— dijo haciendo un puchero que él no pudo ver, había estado esperando el momento adecuado para estrenarse el vestido que ahora lucia. Estaba feliz, por fin tendrían una noche para ellos, desde el regreso de Ishaya a Ottery, por eso quería lucir lo más bella posible, había tenido todo el cuidado para su piel y también al seleccionar su atuendo, que constaba de un sencillo vestido de seda negro, de cuello redondo, sujeto apenas por dos finos tirantes que subían hasta sus hombros y cruzaban su espalda descubierta para unirse a la falda justo a la altura de la cintura, el largo, el adecuado para una noche veraniega, entre formal e informal, pero sobre todo romántica y elegante. El atuendo lo completaba unas zapatillas de taco alto y nada más hasta el momento que salió del vestier luego de calzarse. Se quedo parada a unos cuantos pasos de la cama y de su esposo, dio una vuelta despacio dejándose admirar y ante su expresión de encontrarla bonita respondió —Gracias, tu también luces muy apuesto— pero su contemplación al mago fue interrumpida no solo por su cercanía, sino por el beso tierno que deposito en sus labios y un estuche monísimo que puso en sus manos, Cye contemplo la caja y la abrió con sumo cuidado quedando al descubierto un hermoso collar de amatistas montadas en plata cuya forma era la de un cisne, el animal preferido de Cye y el patronus de ambos, aunque con ciertas diferencias. —¡Wuaooo, esta exquisito, gracias!— sus ojos se clavaron en los de él, siempre la sorprendía con detalles lindos a pesar del tiempo que llevaban casados, Ishaya tomo la joya y ella se giro de espaldas a él para que pudiera colocárselo, completando el atuendo, iba perfecto con el cuello redondeado y el hecho de que no llevara ninguna otra joya más que su anillo de bodas para que así las amatistas fueran las protagonistas. —Te amo— susurro al volverse de cara a su esposo sintiéndose atraída por dos brazos que luego la abrazaron, ella puso sus brazos alrededor del cuello y la magia se hizo presente, se sentía en las nubes, sin suelo bajo sus pies, eso debido al beso y también al hecho de que habían abandonado el Castillo Lockhart para ir a posarse en las afueras de una prestigiosa Disco que llevaba por nombre "Dumbledore's Night"
  4. Lock la hermosa lechuza blanca de la matriarca Lockhart se dirigía a un destino especifico, uno que conocía bien, era el local de la nieta de Cye, por lo que su vuelo era rápido, certero, aunque no menos placentero en aquellos días a finales de abril donde la primavera reinaba. Pronto diviso la estructura y sabiendo por donde colarse, el ave fue a dar al mostrador donde acaparo algunas miradas, pero la lechuza apenas blanqueo los ojos y movió la cabeza en dirección a su objetivo: Bodrick la propietaria del lugar. Volo hasta ella, sin intimidarse por hayarla en compañía de un mago, ululo se poso en el borde de la mesa. http://img856.imageshack.us/img856/5240/invitaciones.png Volvió a ulular en dirección a Bodrik y luego levanto el vuelo, sabía que cuando los magos o brujas comían no podía pedir semillas, así que no hizo su acto de caminar y ulular para que le dieran alimento y menos siendo la nieta de su ama, aunque Lock era un animal, era de lo más inteligente y bien entrenada. Luego de haber cumplido con su misión voló por el salón y busco de salida el mismo lugar por donde había entrado, en poco menos de un minuto ya estaba fuera “The Arabic Place” y volaba a su hogar.
  5. Loida Forland —Alemán ¿cierto?— aplaudió la peliplatadeada al escuchar al mago hablar, celebraba descubrir su nacionalidad, celebrara que fuese un huraño de mal talante, ella celebraba todo, que al fin y al cabo en eso andaba celebrando la vida en medio de sus vacaciones de primavera. —Y además con lindos ojos— esa observación hubiera querido que fuera para ella sola, pero su boca siempre la hacía poner en evidencia, aquel día el carmín abandonaba solo de ratitos sus mejillas, porque allí estaba de nuevo, pero vamos si la indiscreción era el tema de moda para la francesa desenfadada. —Loida Forland, Jajaja pues muchas gracias por lo que a mi respecta Dietrich— dijo con sonrisa en labios por el cumplido que le acababa de hacer así como la reverencia, aún quedaban caballeros de buenos modales en el mundo moderno, eso era bueno, escucho que le preguntaba lo mismo a la otra mujer pero esta al igual que con ella no respondía. —Allí están los precios— dijo al observar una especie de carta sobre el mostrador del lado del alemán, y sin inmutarse se acerco mucho al mago y paso su brazo por uno de los costados de Dietrich para tomarla, era un juego por supuesto pero quien podía culparla por hacer ameno el tiempo mientras le asignaban habitaciones. —Umm me parece que el precio es accessible, pero no ofrecen alimentos, tal vez debamos dejar el equipaje e ir a comer a otro sitio— ¿Qué estaba haciendo? Eso era una invitación directa y abierta que bien podía el hombre rechazar y ella quedar como un zapato o bien seguía siendo lindo y aceptaba volviendo la situación como que fuera él el que invitaba.
  6. Loida Forland La persona que le atendía se había entretenido con algo en su mesada por lo que no le contesto a la pregunta hecha sobre si la habitación venia con alimentación o solo era hospedaje, la peliplateada iba a decir algo más pero la mirada de la mujer que se había enfocado en la entrada del establecimiento la hizo girarse, allí entraba un mago, aún no podía ver bien sus facciones o el tono de su cabello porque estaba cubierto por una capucha, cosa que le hizo pensar o que era un nómada o que trataba de ocultarse de alguien, todo ello a juzgar solo por lo que sus ojos habían captado en apenas unos segundos. —Me allegro haber llegado antes, si me llego a pasar más tarde seguro no encuentro habitación— dijo sonriendo aunque como se había girado la mujer que le atendía no pudo verla, Loida en cambio se centro más en escudriñar al forastero, “forastero y quién demonios se creía ella, que tampoco era inglesa” con una mueca en sus labios se respondió mentalmente “francesa y muy orgullosa de serlo” claro que eso era un monologo interno que nadie más podía escuchar. —Más vale que se apresure a registrarse o se quedara sin hospedaje mon sieur— se atrevió a decir la bruja, ¿era su temperamento aventurero la que la impulsaba a hablarle a un desconocido que quizás no fuera amigable? O era simplemente que no quería que al mago le pasara lo que a ella, pues este era el cuarto establecimiento al que asistia, parecía haber casa llena en Londres aquel día.
  7. Loida Forland Ahora que ya estaba siendo atendida, la peliplateada se sacaba los guantes que cubrían sus manos, eran sencillos pero de muy buen gusto como todo su atuendo, que desde luego había sido comprador en Francia en una casa de alta costura, No es que la Forland fuese millonaria pero no tenía carencias de galeones y sobre todo se tomaba la vida tal cual venia. También era algo observadora, así que cuando pregunto si tenían referencia sobre un buen lugar para comer y giro para ver al mago que le había cedido el turno pudo apreciar un tono que no recordaba en su rostro, el hecho de que bajara la cabeza significaba o que era muy tímido o que en verdad lo había incomodado. Debía recordar que estaba en Londres y allí la gente era un tanto más conservadora, quizás lo que en Paris y Francia fuese una forma de conocer personas aquí resultara un coqueteo descarado y por supuesto se salía de las normas. —Dígame tienen algún servicio de alimentos a la habitación o es solo hospedaje— giro hacia la empleada que le atendía, para saber más de que le ofrecía el refugio, quería aprovechar al máximo su estadía allí, además parecía ser un buen sitio, con aire limpio que respirar y tranquilidad aún cuando parecía tener bastantes clientes. Noto que el mago tomaba su equipaje y salía del lugar, sin registrarse, soltó un suspiro esperando no ser la causa de aquello, aunque dudaba que alguien dejara de hospedarse por otra persona a la que apenas acababa de ver.
  8. Loida Forland —Setenta y uno, setenta y dos, setenta y…— antes de completar la frase le abrían la puerta, no estaba equivocada al pensar que se había estresado por nada, un elfo amablemente se hizo al lado para que ella pasara tirando del baúl donde estaban sus lindos vestidos de fiesta para los locales nocturnos, sus bikinis para esos días de playa o piscina que pensaba disfrutar en Londres y demás pertenecías. —Gracias— dijo la bruja al pasar cerca del mago que tan caballerosamente le cedía su lugar permitiendo que le atendieran primero, gestos como esos no se veían hoy en día y menos proveniente de un desconocido, una sonrisa cautivadora afloro en los labios de la peliplateada siendo regalada al Potter. Detuvo el baúl unos pasos antes del mostrador de recepción y ella sola se desplazo hasta allí. —Buenas noches, si, si, deseo una habitación, ¿tiene agua caliente?— bueno no es que estuviera exigiendo trato preferencial, pero su piel requería ciertos cuidados y frio solo tomaba los helados y bebidas, volvió a sonreír un poco para evitar sonar presuntuosa. —Bonito lugar, puede recomendarme algún sitio para cenar— pregunto volteando a ver solo por un segundo al mago apostado contra la pared, vamos era una francesa, de vacaciones y no conocía mucho de los lugares en el callejón así que cualquier sugerencia era bienvenida.
  9. Loida Forland —¡Maldición!— si su mentor estuviera allí probablemente estaría rojo de tantas maldiciones que la peliplateada había lanzado en el transcurso del día, pero como no era el caso, la bruja estaba en total libertad de maldecir, quejarse y hasta patear alguna piedra cercana, como lo que tenía más a la mano era la puerta y su baúl decidió darle un puntapié a la pieza que llevaba sus pertenecías. —Cálmate Loida, cálmate— y las largas horas de viaje, además de que llevaba medio día en el callejón tratando de conseguir alojamiento, estaban haciendo mella, y si a eso le sumaba el tener que cargar el baúl de un lado para el otro, pues no hablar por eso su mal humor intento aparecer al no alcanzar aquella puerta para resguardarse de la noche que ya caía sobre todo Londres. —Hola, Hola— se pego a la puerta, escuchando el movimiento adentro, seguramente estaban atendiendo los magos que habían entrado antes que ella y ¿si se agotaban las habitaciones? Ah no ella no daría un paso afuera del refugio mágico así tuviera que montar tienda de campaña y pernotar en plena puerta. Suspiro pensando que estaba haciendo de aquello un drama, en dos minutos más algún amable elfo o quizás algún propietario le abriese la puerta, la condujera a una estancia calentita y le diera la llave de su habitación, si, si, seguramente así pasaría, rio y se dijo mentalmente “vamos Loida donde está tu sentido aventurero, las nubes grises también son parte del paisaje” se froto las manos y empezó a contar mentalmente hasta completar los 120 segundos que conformaban esos dos minutos.
  10. Loida Forland La bruja ya había tenido una fallida visita a un establecimiento, lo que buscaba no lo había encontrado, lo que si es que había coincidido con un mago de nacionalidad asiática y había sido ameno más que penoso el equivocarse. Ahora camina por el callejón en busca de un lugar para hospedarse. Necesitaba descansar, tomar un largo baño y quizás dormir un par de horas antes de salir en su aventura nocturna por el callejón. Algunos pensarían que estaba loca, pero no, había llegado a Londres para disfrutar de la primavera y eso es exactamente lo que haría, claro si es que encontraba donde alojarse, una sonrisa surgió de su rostro al pensar en el mago que dejara negocios atrás, quizás el hubiera tenido mejor suerte que ella. Como fuera ahora arrastraba su pesado baúl a paso lento, cuando de pronto vio una edificación que parecía muy confortable y leyó “El Refugio Mágico” casi brinco de la alegría, es más alguien estaba parado en la puerta quizás esperando ser atendido. Apresuro su andar y medio grito. —Hola, Hola— al notar que la puerta se abría y un mago entraba, ¡Rayos! Otra vez se había quedado afuera, hizo descansar el baúl y acto seguido choco los nudillos de una de sus níveas manos contra la superficie de la puerta varias veces, esperando fuera suficiente para que le oyeran desde adentro y la atendieran.
  11. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/x_Cye_T-p_-1.gif Rol Ministerial: Caso Avión Siniestrado La misión del avión siniestrado llegaba a su fin, favorablemente para todos, podía decirse, así que Cye no quería quedarse atrás, allá con el grupo de compañeros fue a montarse al autobús mágico, ese mismo que les había traído, aunque para ser sincera, el elfo había aterrizado muy bien, comparado con la vez anterior, subió los peldaños en dos salto y entonces se dio cuenta de que quien conducía era Reena. —Con razón, eres buena manejando Reena— agrego la rubia y fue por el pasillo en busca de un asiento, quedando detrás del asiento de Sagitas quien en breve le advirtió que debía quitarle el famoso collar, Cye frunció el ceño pensando si en realidad el objeto se guardaría en el cuarto blanco. —Claro que si Sagitas— En verdad aquello había sido una aventura, muchos de sus compañeros se habían destacado en sus labores, y suponía que los que más lamentaban irse era Xell y Jonh y tras el beso que vio que se daban antes de subir no había que adivinar el porqué, estaba clarísimo como el agua de la pecera que cargaba Eled y el animal aquel. —Reena te toca chequear que Eled no lleve contrabando— obviamente se refería en broma al grindylow, ese que le había salvado la vida a la directora, lo que la volvió al collar de Sagitas quería palpar el objeto reluciente pero ya tendrían tiempo de ello, ahora iban rumbo a casa dejando atrás la aventura y a High Flights Off: Hasta pronto esta rubia se despide y da la gracias. Nos vemos en la tercera planta.
  12. http://i46.tinypic.com/2rn8uue.gif —¡Maldición! Que no voy a poder hacer esto bien— Escucho Feixac que su ama mascullaba entre dientes mientras de la varita de la bruja salía en vez de agua un ramo de flores, claro que si le hubiera pedido a ella que regara la maceta lo hubiera hecho con gusto, pero no, a veces la Lockhart era autosuficiente para hacer ciertas cosas, el problema es que su varita había sufrido un accidente, y estaba algo vencida, era solo una diminuta grieta, pero al parecer afectaba más de lo que cualquiera pudiera imaginar. —Amita, Feixac cree que debe llevarla a reparar, quizás allí radique la falla— la elfina trato de decirlo lo más suave posible, pues sabía que esa varita era especial, era la del núcleo de sacerdotisa ancestral, ósea no podían volver a crearlo, para su sorpresa, la bruja le pidió que trajera su bolsa y su capa de viaje porque irían al Callejón. Quince minutos después Feixac seguía a su ama hacia el establecimiento de varitas más prestigioso de todo Londres el mentado Ollivander´s, la elfina se adelanto para abrir la puerta y luego camino junto a la rubia a quien escucho saludar —Buenas, ¿podrían reparar mi varita?— oyó que decía como a cinco pasos del mostrador, el lugar no estaba solo, estaba la dueña junto con un cliente por eso la cabeza de las dos giraron hacia esa persona y luego hacia la Dumbledore. —¡Gaspar! ¿de compras? Hola ahijada, ¿como estas?— Feixac vio que atinaba a decir la Lockhart para luego centrar su atención en la varita que sacaba de uno de los bolsillos internos de la capa y que luego se quitaba para entregársela a la elfina.
  13. http://i46.tinypic.com/2rn8uue.gif Caballero si resultaba ser el muchacho pensó la elfina al ver que los labios del mago rozaban la mano de su ama, en un cortes gesto de agradecimiento por el obsequio, a ella también le agradaba el chico, pues aquel detalle con su elfo lo hacían crecer ante sus ojos, era educado, atento, y buena persona con su elfo, ah la amita Bodrik si que tenía suerte, mientras que a ella solo le tocaba escuchar al rezongón de Jops, el que también tendría suerte si aquello prosperaba era Martelac. —Ven Salazar, súbete a uno de esos taburetes, y yo me subo a este— dijo la elfina mirando a su ama para ver si esta aprobaba la petición, a lo cual la cabeza de Cye se movió positivamente, el elfo tras la barra le sirvió un bonito trago el cual la Lockhart probo de inmediato. —Esta riquísimo, ¿cómo te llamas? No te había visto antes— quiso saber la Lockhart, y por supuesto la elfina también, quería saber desde cuando el elfo acompañaba a la amita Bodrik, pero a su ama que no se le escapaba ningún detalle, pidió al elfo-barman que le sirviera dos bebidas a los elfos, sin alcohol, y los apuntara a su cuenta. —Yo quiero un zumo de frambuesas y lima y tu Salazar ¿qué tomaras?— Mientras los pequeños conversaban entre ellos pidiendo sus bebidas, Cye se había girado para ver hacia la pista de baile y también los invitados que circulaban por todo el lugar, entonces descubrió a uno de los alumnos de la academia “Dylan” y levanto la mano para saludarle desde allí, la elfina que conversaba con Salazar y con Herpink, no perdía ningún detalle de su ama, por eso sus ojos iban de ella a las personas que miraba y con quienes conversaban, fue así como descubrió que a quien saludaba era al Myrddin.
  14. http://i46.tinypic.com/2rn8uue.gif Su ama le había dicho que se pusiera el vestido nuevo que le había comprado en la tienda muggle, era para niñas pero como la elfina tenía una estatura pequeña le quedaba a la perfección. Era de color azul con lunares blanco y la elfina estaba encantada. Por su parte la Lockhart había optado por uno de color más llamativo, aunque discreto, como estaba por comenzar la primavera, había escogido uno vestido de tiras, que dejaba al descubierto sus hombros, por si acaso, también llevaba un chall de seda casi traslucido con incrustaciones de diminutos cristales y una bolsita donde iba perfectamente guardado el obsequio para el cumpleañero. No es que conociera mucho al mago, a decir verdad, había pasado más tiempo con el pequeño elfo que con el Rambaldi, pero si el chico era importante para su princesa, ella procuraría conocerlo mejor y apoyarla de ser posible. Así que presentarse si un obsequio a un cumpleaños era definitivamente una falta de atención en la que no estaba dispuesta a incurrir, menos siendo su nieta la organizadora y ella amante del detalle y de la etiqueta social. Cuando la elfina abrió la puerta para que su ama pasara, ambas se maravillaron de la decoración, del ambiente alegre que reinaba aquella noche en The Arabic Place”, vio que su ama consultaba el reloj, eran pasadas las ocho, un poco tarde pero no tanto como para que se pensara que no asistiría. Ambas caminaron a la barra donde la elfina miro a un chico que tomaba del talle a la nieta de la rubia, no sabía como se sentía su ama al respecto, pero el rostro de Cye era indescifrable, solo un ligero destello en sus ojos celeste delataba algún signo de emoción. Al llegar junto a la pareja escucho que la sacerdotisa decia. —Buenas noches, espero no interrumpir… demasiado— vio como su amita estiraba la mano con el regalo hacia el chico y le decia. —No sabía que te gustaba, así que espero que le encuentres alguna utilidad, ¡Feliz Cumpleaños Alexander!— extendió una caja con un bonito moño y una tarjetilla en la que se mencionaba el nombre del cumpleañero, dentro, un estuche de madera labrada cuyo interior estaba forrado en terciopelo oscuro y contenía un pluma con incrustaciones de oro y en cuyo mango estaban grabadas las iniciales del joven agasajado, junto con la exquisita fuente de escritura, se encontraban tres boquillas que podían ser cambiadas según se prefiriera el grosor de la escritura. Obviamente la Lockhart no iba a decirle cual era el regalo dejaría que él lo descubriera en cuanto lo deseara, estaba segura que en aquel instante sus ojos y manos encontraban cosas más… interesantes que hacer y no pudo disimular el guiar sus orbes a la cintura de su nieta. No era tonta y sabía que aquellos momentos la compañía de terceros era un tanto… desafortunada, aún ella sentía eso cuando Ishaya regresaba a casa, como podía esperar que aquellos dos jóvenes no lo sintieran. Así que salomónicamente la elfina le escucho decir. —Ahora, espero que alguna de nuestras amistades en común asistan o tu abuelo, tiene un aire de misterio que me intriga, mientras tanto, tomare alguno de esos tragos y ustedes sigan con su conversación imagino que tienen que… circular para ver que todos tengan un poco de su atención— su ama sí que sabía, lo que les acababa de decir era una forma muy refinada de darles oportunidad de desaparecer para hacer esas cosas que hacen los enamorados, Feixac no lo entendía pero vio como un pequeño elfo al que recordaba haber ayudado a atender daba dos pasitos atrás cuando su amo lo liberaba. Entonces llamo la atención de Cye. —Ama podemos decirle que nos acompañe— su la rubia de inmediato contemplo al elfo y asintió con una sonrisa, “Claro que puedes, Salazar acompáñanos si tu amo no tiene inconveniente” escucho que decia con delicadeza la Lockhart al tiempo que pedía al barman que la sorprendiera con alguno de esos deliciosos tragos mexicanos.
  15. Bolinda Elfina de Cye Bolinda, la elfina de Cye, se había demorado más de lo normal en regresar al local, es que su ama le había encargado unas zapatillas de ballet y no las encontraba, vamos que encontrar zapatilla de lunares blancos y magenta era extraño, sin embargo alla estaba de regreso con las zapatilla que estaban atadas entre si y colgadas al cuello de la elfina. Apenas entro se topo con una escena algo inusual, además de la presencia de su compañero Wilmo y de de dos brujas y un mago, su ama era una, la otra su cuñada Sagitas y el caballero, era sobrino del dueño que no estaba. —¿Que ha pasado? Oigan si no les gustaba la decoración podían ponerlo en el buzón, siempre estamos atentos a él, pero esto es…— se quedo callada ante la mirada de Cye, quien le dijo “ni una palabra más” claro estaba interrumpiendo a la bruja de cabellera violeta que parecía haber entrado en un transe y describía un ¿ataque? o promoción de ¿celdas? En algún lugar que no mencionaba. —¡Por la estatua tuerta de la sala de profesores! ¿se llevaron al amito Adrian?— pregunto al fin cayendo en cuenta de lo sucedido, se acerco como pudo a Wilmo buscando la empatía del elfo y también algún detalle más.
  16. http://i46.tinypic.com/2rn8uue.gif La elfina se quedo a cierta distancia del mago cuyo nombre supo después Dagonet, y de su ama, el caballero parecía educado, de buena cuna, y su atuendo llamativo, pero claro la elfina no era una experta ni en modales y mucho menos en moda, eso se lo dejaba a la rubia junto a ella, a quien le escuchaba responder. —Oh— seguramente la mujer pensaba ¿entonces me conoce?, pero claro que no lo puso en palabras sino que permitió que el hombre prosiguiera. —No se preocupe por su traje Dagonet, es de un exquisito corte, no hay una sola hebra en el del que pueda avergonzarse, quizás no estemos tan acostumbrados a verlo en Londres, pero segura estoy de que es moda en la India— las palabras de la bruja estaban basadas a sus muchos viajes y también a su sentido vanguardista de la moda, pero más alla de eso su mente buscaba el lugar donde lo había conocido. —Por supuesto, en la fiesta de cumpleaños de Boo, tuvimos el gusto de conocernos allí… creo que ambos estamos al servicio de nuestra nieta, usted al ser el abuelo materno y yo al ser su abuela paterna y si este es un bonito lugar que pertenece a nuestra nena— la elfina vio como la mujer de cabellos rubios sonreía mientras que un dejo de nostalgia se posaba en su rostro, borrando la sonrisa que antes se dibujara en los labios. —Boo está de viaje, aunque recibí una misiva en la que expresa volver pronto, y puede ubicarla aquí o en el Castillo Lockhart, por allá será bien recibido— entonces la elfina se entrometió. —Siempre que el Señor vaya en son de paz, a mi ama no le gustan los disturbios o los alborotos sin razón— que metida de pata, como se atrevía a intervenir en la conversación, quizás los años de servicio y el acompañar a la Lockhart a todas partes, esperaba que el mago no se lo tomara a mal. Para disimular guio a los abuelos de la propietaria hacia una de las mesas, cruzando los dedos para que no se les ocurriera ordenar nada, fue entonces que vio a dos elfos aparecer y hacerse cargo de la situación, suspiro aliviada la elfina, eso significaba que la pequeña Lockhart no tardaría en aparecer. Aunque la pregunta de Shenk la distrajo un poco. —No, somos los elfos de la amita Cye, yo soy Feixac, y el es Corroló, tratamos de ayudar en ausencia de la ama, pero creo que no lo hacemos bien— contesto con pesar, pero enseguida elevo la mandíbula para no parecer derrotada. Entonces vio que la propietaria se acercaba hacia la mesa a saludar a lo presentes, vio como los ojos de Cye se iluminaron y sus brazos rodearon a la bruja que recién ingresaba, estrechándola en un sentido abrazo, la escucho decir. —Es maravilloso que estés de vuelta, estas Hermosa nena, además es una suerte que llegaras justo ahora, tu abuelo ha venido a visitarte, ¿no es así Dagonet?— pero sus ojos no escaparon a los curiosos adornos que la chica portaba y le daba a guardar a sus elfos. —Por lo que veo habrá fiesta y seguro tendrás mucho que preparar, así que te dejo con tus cosas, eso si invítame que estaré encantada de pasarme, Señor Felagound ha sido un placer saludarte, espero verte pronto, en otra ocasión feliz como esta— aseguro la rubia, luego volvió abrazar a la niña y se despidió del mago, le hizo señas a sus elfos y salió del local feliz, su princesa había regresado.
  17. http://i46.tinypic.com/2rn8uue.gif Los elfos habían estado limpiando todo el local antes de abrirlo para la jornada diaria, aún era temprano, por lo que ningún cliente se asomaba por allí, Corroló el elfo de la Lockhart había terminado de lustrar concienzudamente cada centímetro del piso, junto con las mesas y barras, la elfina por su parte había arreglado vasos, copas y la loza en la cocina estaba pulcra y lista para ser usada, los pasabocas estaban en el horno a punto de salir, y las frutas frescas con las que se mezclaban especias exóticas también yacían listas y jugosas para deleitar a los selectos comensales que visitarían el local de Bodrik y Gitax. Una voz alerto la presencia de un nuevo cliente por lo que el elfo se apresuro a acudir al encuentro del mago. —Bienvenido a The Arabic Place, caballero— pero la pregunta del hombre fue directa, buscaba a la amita Bodrik, ¿qué diría? —Corroló debe informarle que la amita Bodrik no, no, no ha llegado— no podía dar mayor información a un desconocido, la ama Cye se lo tenía prohibido. De pronto la puerta se volvió abrir y tras ella apareció la silueta de la Lockhart envuelta en un vestido de seda color perla que acentuaba la cremosidad de su piel, así como el tono dorado de su cabellera, la cual iba suelta. La bruja como cada día desde la partida de su nieta, se pasaba a darle una vuelta al establecimiento, por si surgía algún imprevisto. Ella desde su posición noto la presencia del mago y la mirada de auxilio que el elfo pedía. —Buenas tardes amita, el caballero pregunta por la niña Bodrik— dijo el elfo cuando Cye se acerco. —Hola Corroló, Buenas tardes caballero, ¿qué asunto le lleva a preguntar por Bodrik?— mientras pronunciaba aquellas palabras con voz suave pero audible, sus orbes celestes detallaban al mago y al aire familiar que este le inspiraba, su instinto de sacerdotisa le indicaba que le conocía ya, pero al posar sus ojos en la humanidad del mago parecía ser lo contrario, tal vez cuando escuchara su voz y mirara sus ojos podría recordar mejor, por ahora su atención seguía las bien cortadas líneas de aquel traje oscuro, es que como diseñadora de modas no pasaba aquellos detalles desapercibidos.
  18. —¡Demonios!— profirió Cye ante la expresión de Sagitas y lo que le decia de efectivamente sus sospechas eran ciertas, el mago estaba en poder de los mortífagos. —Yo si sé a dónde lo llevan— vamos ella también podía hablar con cierta libertad porque como suponía se sentía Sagitas, estaban entre familia. —Y no la debe estar pasando precisamente bien, son tan molestos esos mo… enmascarados— bien, nada, estaban torturándolo, lo habían matado y lo revivían solo por el placer de torturarlo y así buscaban respeto, vaaa, siempre lo mismo, que de original ya no tenían nada. Pero al parecer el cuartel de aurores era negligente en su misión de atraparlos, siquiera de encontrar pistas, y no lo decia por Matt, no, que sabía que el chico trabajaba bien, pero siendo honestos ¿Cuántas denuncias se ponían? Y ¿Cuántos resultados habían? Algo pasaba allá adentro. —La verdad es la primera vez que veo que acuden tan rápido los aurores, a ver si esta vez da algo de resultado, lo siento Matt, no es nada personal, es solo que se dicen… cosas sobre tu departamento y su asociación con quienes cometen estos vandalismos—
  19. Cye tenía mucho sin ir al local en el que colaboraba con su cuñado Adrian, aunque la verdad estaba hecha una vaga allí, pero apenas un rumor llego a sus oídos, cuando compraba un zumo antes de volver al Ministerio, no pudo contener una expresión de preocupación, por los elfos, por los civiles que seguramente estarían en las instalaciones y por Adrian, que sabía había vuelto para meterle corazón al local. Camino tan rápido como pudo para llegar a Ars & Vita, pero los pasos parecían cuadras y las cuadras avenidas, si eso sucedía cuando el corazón le latía fuerte a causa de la angustia. Pero ya, ya veía la puerta de entrada y alguien más se había introducido en ella. Apretó fuerte su abrigo, sabiendo que a la mano yacía su compañera fiel, por cualquier cosa, abrió la puerta y casi golpea con ella a dos personas, una la pelivioleta y la otra Matt, no era común ver a su cuñada en un lugar después de una situación de destrucción… a claro irían a renovar, entonces todo se le hizo claro, al menos dentro de sus propias conclusiones que podían o no estar equivocadas, porque lo otro era que Adrian le hubiera sucedido algo, y esa le gustaba menos. —Hola, ¿saben algo de Adrian? Sé que estaba aquí— pregunto con un hilillo de voz por la carrera que había hecho para llegar allí. Entonces sus celestes pupilas se clavaron en Matt —Sabes ¿quien hizo esto?— para la Lockhart no era desconocido el hecho de que el era uno de los pocos aurores que según su propio juicio no pertenecían a los mortífagos, que hacia su trabajo bien y que no se camuflaba en el desviando cualquier indicio de los responsables.
  20. La Lockhart tenía mucho tiempo que no se pasaba por la tienda ministerial, por lo que decidió revisar la primera planta, donde los objetos mágicos estaban en venta, ataviada de un vestido helénico que la cubría hasta un centímetro por sobre la rodilla y completamente blanco, con el cabello atado en una coleta de caballo y zapatillas altas a juego, entro al recinto, sobre su hombro derecho colgaba un bolsito y dentro de este el monedero de piel de moke que adquiriera el año pasado allí mismo. Ahora que pensaba en el monedero con cualidades especiales, recordó que también necesitaba un par de guantes comenzó a deambular, en busca del artículo y también descubrió otros más de su interés, algunos estaban muy alto y al acercarse al lugar la tabla se elevaba alzándola hasta que el objeto quedaba a su alcance, luego de un buen rato se acerco al mostrador de pagos y registros donde deposito los objetos. —Hola, quiero llevarme todo eso, ¿cuánto es el importe?— por supuesto como buena administradora de su fortuna ella había hecho sus propios cálculos, solo esperaba la confirmación no fuera a ser que algún precio hubiera cambiado. Espero a que la persona encargada le dijese el monto y si la transacción era posible.
  21. http://i630.photobucket.com/albums/uu28/cyelalockhart/Russ.gif Era momento de hacer una de las entregas, por más que le había dicho a su ama que no era un ave mensajera esta había acudido a su bien dotado sentimentalismo y había terminado con un pergamino en sus patas, Russ no era una lechuza, sino un maffiliak dotado de inteligencia y de voz, pero seguía siendo un ave y por eso su ama se aprovecho en aquella ocasión del ave de mediano tamaño y plumaje blanco. Ahora volaba buscando una dirección, según le había dicho era una estructura sencilla, cuyo exterior no mostraba muchas pretensiones pero donde la paz y el descanso se podían percibir a un a cierta distancia, entonces el ave lo vio, con aquel techorrazo color vinotinto y empezó a descender. —No cierre, no cierre— grito desde las alturas pero aun no llegaba y la puerta que había sido abierta para que una bruja entrara volvía a cerrarse, si sus cálculos eran correctos para cuando el llegara a la altura de la puerta esta le daría en pleno pico y no estaba dispuesto a estrellarse por segunda vez aquel día, así que en picada balanceo las patas hacia adelante y dejo caer el pergamino, que con la velocidad que llevaba fue a dar al interior del refugio justo antes de que la puerta se cerrara por completo, pasando de ladito ante la bruja y cayendo a los pues de un elfo (Xenic) en lo que seguramente era la recepción del refugio. http://i.imgur.com/wVEMT.pngDel 01 al 15 de Febrero ¡Dale Click a la imagen para ver el reverso! No era como tenía planificado hacer la entrega pero ya estaba hecho y como bien sabía su ama el no era una lechuza, así que giro en el aire y alzo el vuelo rumbo a su siguiente destino.
  22. http://i46.tinypic.com/2rn8uue.gif —¿Que sucede Corroló?— pregunto la elfina Feixac quien llevaba varios días, casi un mes ayudando a la amita Cye a que el negocio de su nieta Bodrik quien se encontraba de viaje se mantuviera limpio y que la clientela fuera atendida como debía ser, pero Corroló era la primera vez que iba y de paso le había tocado fregar el piso y todavía le faltaba limpiar los objetos de la cultura árabe que estaban esparcidos por todo el local, por supuesto, su mal humor estallo en cuanto la Lockhart, que era quien le había asignado la tarea, se perdía de vista. El elfo contesto meneando un sobre en una de sus manos. —Pues que ha venido una bruja a dejar esto para los dueños, que no está puesto el letrero de cerrado, aun no es hora de abrir— Feixac lo contemplo casi que soltaba una carcajada, nunca había visto a su compañero tan malhumorado, ah pero apostaba lo que no tenía que si aparecía por esa puerta la niña Bodrik, segurito que se desvivía en atenciones y limpiaba hasta cinco veces si ella se lo pedía. —Dame acá eso, yo se lo hago llegar a la ama Cye para que se lo envié por lechuza a la niña Bodrik y eres un rezongón cascarrabias ya te pareces a Jops— grito cuando tenía el sobre en la mano al tiempo que corría hacia detrás de la barra no fuera que le lanzara algo por lo que le decía.
  23. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/x_Cye_T-p_-1.gifRol Ministerial: Caso Avión Siniestrado Todo había resultado mal, desde que se monto tarde al dichoso autobús hasta el preciso momento en que el barbajan del marinero le dejo en la cama y de inmediato unas amarras dieron cuenta de ella. Lo que la tranquilizo fue el hecho de que el hombre salio del camarote dejándola sola. -Si mejor sola que mal acompañada- grito aun en medio del descontento y del mareo que sentía por estar en la mar, es que si llegaba a saber que se iba a sentir así ni asoma la nariz para la misión, ademas que con Ishaya se la había pasado taaaaan bien en aquel velero en su luna de miel que no peso que su cuerpo reaccionaria mal. No supo que paso primero si el sentir la inclinación de la inmersión o el mensaje por alto-parlante de Sagitas donde le explicaba que estarían así atados hasta que fuera seguro, por orden del capitán. Como no había nada mas que hacer ni con quien conversar, cerro los ojos tratando de alejar aquella sensación de vació en su estomago y se quedo profundamente dormida. Unos golpes en la puerta y un grito de "Cye, arriba! arriba! ... si no te levantas no comes" esa había sido la voz de Amya podía jurarlo, se quedo quietecita por un minuto, los pasos se alejaban del pasillo y entonces se dio cuenta que las correas ya no la sujetaban, se puso de pie y todo giro, o ¿solo fue su cabeza? se sostuvo de la pared mas cercana inhalo y exhalo aire levanto la barbilla tratando de mantener la compostura como toda una indebida y dio un paso hacia la puerta, no sin verificar que su varita estuviera en el pequeño bolso que se colgo y agarro con fuerza ignorando la advertencia pues no habia oido el mensaje, menos mal que no fueron dos que sino el marin la estampilla al abrirla de golpe y hacer que la rubia diera un gritillo de sorpresa. Caminaron o mas bien el tipo la persiguió hasta donde estaba sus compañeros, pero cuando llego aquello lejos de parecer un almuerzo era un tiradero. Xell estaba... estaba media desnuda y Adrian sonreía sin razón, Amya ah era normal verle como loquita por algo que Cye no veía y entonces casi tras ella apareció Sagitas y el Capitán. -¡Que bueno que ya nos vamos! gracias por su hospitalidad Capitán y por supuesto la de su.. tripulación- estaba a punto de decir algo grosero pero capaz y se volvían a hundir, mejor calmada, ya con un pie en agua o en tierra les gritaría de todo. -¿Como que no viene con nosotros? es nuestra directora, debe venir, porque de lo contrario todo el Ministerio de Magia buscara este navío al capitan Kum por supuesto, ademas yo no pienso moverme sin Sagitas que tengo esos ataques raros de pánico que solo tu sabes controlar Cuñada- la pregunta fue formulada con tranquilidad, pero el resto lo repitió como una carreta haciendo gestos con las manos y de pronto corrió y se prendió del brazo de su cuñada, la pelivioleta, de allí no la soltaba nadie, una garrapata estaba mas suelta que Cye que había aprovechado la carrera para girar su morral y ponerlo de frente, abrir el cierre y tener su varita a tino, solo que ella le quedaba incomodo tomarla sin soltar a la bruja, pero ésta... solo tal vez pudiera hacer algo al respecto.
  24. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/x_Cye_T-p_-1.gif Rol Ministerial: Caso Avión Siniestrado (Pendiente de Veredicto) Los nudillos de las manos se le pusieron blancos por la fuerza que hacia al sostenerse, mejor dicho aferrarse de la baranda, el barco se movía de forma extraña, ¿como si pretendiera sumergirse? lo que faltaba ¿la ahogarían tan pronto? pero si se había portado bien, a excepcional de los pequeños grititos de hacia cinco segundos había sido un completo ángel, y a decir verdad no era la única que gritaba, alguien más lo hacía por allá dentro hasta que ceso luego de escuchar unos "auch, ayy, nooo, paree, basta, quieta, eh no patee, uiii" si no hubiera estado tan asustada seguro que lo primero que se le venía a la mente era que Amya era la causante de que hombrones profirieran tales quejas y peticiones. -No quiero morir, no quiero- Un mono, o una garrapata estaban más sueltos que ella, y eso lo supieron dos fortachones que trataban de despegarla de la barandilla para llevarla quien sabe a dónde, hasta que por fin uno por cada lada, tomando una mano y el otro la otra la soltaron, tratando de llevarla al área segura pero Cye se resistía así que el más grande la tomo... y la cargo como si de un saco de papas se tratara, aunque estas papas acomodaban de puñetazos en la espalda del marino y mas abajito, que estaba muy, muy durita, con los pies no podía hacer nada porque los tenia sujetos y lamento zarandearse porque una mano fue a dar a su derrier en un intento porque no se cayera, ¿acaso estaban jugando un mano a mano "te toco-me toca". La ira de la Lockhart había rebasado el miedo y sus ojos celestes habían cambiado a dos perfectas esmeraldas flameantes en medio de un rostro muy colorado que decía. -Bruto, es un bruto, falta de respeto, me puso su manota en, en, allí- señalo a la que tenía cerca que era Amya señalando el trasero de la Adler que estaba en la misma posición que ella, es que también la tenían cargada. -Espera que le diga a mi jefe Kevin y a la Directora Sagitas, los volverá papillas, y Eled lo dejara mas vació de lo que ya esta y Amya le hará algo, que es muy peligrosa, lo echara del barco y...- ya no encontraba mas insultos y amenazas que proferir, ¡oh! eso era un comportamiento indebido, una empleada ministerial con semejante gritería, que alguien le echara agüita a ver si se calmaba, pero nada de calmarse, hasta Xell estaba allí igualita de condiciones y cuando el marinero en en medio de la grisapa giro un poquito vio a Sagitas, ella si estaba de pie. -Sagitas usa tu varita, paralizarlos as algo pero rápido, Keviiiiiin- grito al ver que alguien a quien no conocía pero parecía ser el mandamas del barco freno a los marinos diciendo que el se ocupaba de la directora, pronto fue llevada frente a una puerta y al abrirla pensó lo peor, ahora si no la contaba, pero para su sorpresa era un camarote, y la pusieron en la cama dándole instrucciones casi que mímicas de que se quedara allí amarrada o ya vería. La prudencia pudo mas que la ira o el susto y se quedo quietamente, cuando el marine salio, corrió a la puerta a tratar de cerrarla, pero que creen, no tenia como asegurarla por dentro como la mayoría de los barcos los seguros estaban por fuera excepto el camarote del capitán y algunos llamados especiales que no era el caso del que ocupaba la rubia indebida. Y como las historias esas del ser vestido con trae chistoso y antenitas de vinil expreso recostada a la puerta. -Oh y ahora ¿quien podrá defendernos?- si defender a todas las mujeres porque seguro estaban igual que ellas.
  25. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/x_Cye_T-p_-1.gifRol Ministerial: Caso Avión Siniestrado (Pendiente de Veredicto) Pues Cye como para no perder la costumbre había llegado tarde y se había subido al vuelo cuando el transporte arrancaba por la puerta trasera, le dio a penas tiempo de sentarse allí, justo en uno de los últimos asientos, tenía pensado dejar su bolso que aunque parecía pequeño no lo era, dentro tenía de todo, que con los viajes de los accidentados no se sabía que pudiera necesitar, lo cierto es que lo dejaría allí y caminaría por el pasillo hacia adelante a saludar a todos. Ese era su pensado, pero no contaba con que en breve el autobús comenzaría a volar y entonces ella quedaría estampillada al asiento, tan verde del mareo que ni palabra pudo pronunciar. Lo único con vida parecían ser sus ojos, esos que se movían de un lado al otro, cada vez que adelante decían algo como “alguien tiene puesto los chalecos salvavidas” o “están bien”. Definitivamente aquel elfo necesitaba con más urgencia que Corrolo lecciones de conducir y ella que se quejaba de que su camión de helados en manos del elfo pareciera pocillo de locos, ya nunca más lo reprendería, no después de hoy. Cuando la cosa esa al fin se detuvo todos comenzaron a bajar, ella por el contrario se ocupo de desenterrar las uñas del asiento y luego se toco, si se toco la cabeza, los brazos, las piernas, las bubis, todo, todo gracias al cielo estaba en su sitio, así que podía respirar y tal vez hablar, pero na las palabras no le salían. Como pudo descendió del transporte aun después de Adrian y camino con el bolso terciado, mientras sus orbes enfocaban un gigantesco barco, empezó a temblar, y si el viaje era peor, no, no podía ser, además ella sabía nadar y muy bien, adoraba el agua fresquita. Ni supo cuando recorrió el trayecto que la separaba del navío, cuando escalo la rampla hasta el barco, porque casi la levanta a ella en medio, pero quien podía culpar al marinero, si se suponía que todos habían llegado ya, que nadie la extrañaba, jo, pero si había abierto la boca como sabrían que ella también iba. Apenas estuvo en cubierta se quedo pegada a la barandilla aferrada a ella y cuando escucho que Sagitas decías “porque después vais a desear volver a la costa” se giro de cara al agua, y se aferro aquel trozo de algo como si de ello le dependiera la vida, entonces encontró su voz. -Paren, paren que yo me bajo, abordaje equivocado- no solo había encontrado la voz sino que gritaba a vivo pulmón, que pararan aquel endemoniado navío que ella se bajaba y no importaba si Kevin la tenía un mes en la oficina leyendo manual o si Sagitas no le paga sueldo, se negaba a morir ahogada.

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