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toji

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Mensajes publicados por toji

  1. Tazz Malfoy

    Primeros Auxilios 

    Era medianoche y Tazz había recibido una misiva que lo citaba en el polo norte ruso, al aparecer como nuevo secretario de salud los horarios de servicio se veían reducidos en ninguno, estaba sumido en una disponibilidad total, pero no se quejó más bien le motivó un poco por el hecho que era su primera vez como cargo público y tenía muchas ganas de demostrarse a sí mismo que aceptar el puesto era la mejor decisión que había tomado los últimos meses. El pelinegro sacudió su cabeza para despejar aquellos pensamientos y se concentró en ponerse el abrigo negro y largo de plumón, tomando varios viales y productos e ingredientes para pociones sanadoras y remedios para el frío para luego meterlos dentro del maletín de primeros auxilios que llevaría consigo. Guardó la varita dentro de su abrigo interior y desapareció en la oscuridad de la noche. 

    Al instante, Tazz apareció junto a una para de bus vieja y que a simple vista se veía como si nadie la hubiera utilizado en décadas. Era raro puesto que todo estaba cubierto de nieve, era el polo norte. ¿Qué tipo de buses recorrerían esas zonas y en esas condiciones? El Malfoy desconcertado miró a su alrededor para inspeccionar el resto de la zona. A lo lejos, unos cuantos metros más adelante vislumbro la figura de un ser humano, al menos de eso si podía estar seguro, de que se trataba de un humano. Decidido se aventuró a su encuentro sin más plan que averiguar si era amigo o enemigo. —Buenas noches, ¿me podría indicar si esto es Norilsk? — preguntó intentando ver su rostro encapuchado por un gran abrigo de piel de oso. Se trataba de la líder de la expedición, Yuriko Oyama, de quién le habían hablado de que los acompañaría en la misión de rescate que estaban a punto de perpetrar.

    —Buenas noches, señorita Oyama — saludó cuando vio el rostro descubierto de la antes desconocida. Extendió la mano para saludarla, pero se percató que ambos llevaban guantes de protección para el frío y no se podían saludar de forma correcta así que simplemente ambos asintieron con la cabeza a modo de saludo. 

    Al parecer el Malfoy era el primero en llegar a la zona, aparte de la líder de equipo Yuriko quién ya se encontraba en el lugar a la llegada del pelinegro. Tazz dejó el maletín medico a buen recaudo y dio un paso sobre el borde de la extraña cúpula que se levantaba en frente de ellos y que abarcaba la totalidad del pueblo de Norilsk. Repasaba son la seguridad de no acercarse demasiado como para tocarla sin querer, y les habían advertido que era peligroso el contacto directo con dicha barrera extraña. La luz que emitía esta era lúgubre, como si el mismo mal cubriera toda la zona del poblado. —Yuriko, ¿tenemos un plan para entrar por la barrera sin morir en el intento? — El Malfoy fue preso de la duda que más pavor le provocaba esa barrera, pero mantuvo la compostura. 

     

    @ Jeremy Triviani  @ Mica Gryffindor  @ Ludwig Malfoy

    • Love 2
  2. Tazz Malfoy 

    La tarde llegaba a su fin, el ultimo atisbo de sol se abría camino por las grises nubes que se imponían en el cielo londinense. La hora se acercaba y el Malfoy ya estaba preparado para enfrentarse nuevamente al desafío de la magia del Caos, era un claro gigante al que había que dominar y él mismo se veía como el vencedor de la contienda y no solo por el hecho de que aquella era la segunda vez que buscaba hacerse con esa magia poderosa, si no que la motivación venía de más allá, más allá de sí mismo. El pelinegro llevó sus pensamientos hacia las personas que quería proteger y por las que había adquirido aquel compromiso de volverse cada vez más fuerte. Aquel sentimiento inyectó en su persona una dosis de motivación extra para sobrepasar cualquier desafío que el Uzza le haya preparado. 

    A la mañana siguiente un trozo de cuero que suponía a la utilidad del pergamino se le apareció mientras tomaba una taza de café en los jardines de la mansión familiar. Se trataba de la invitación de Bakari, el guerrero Uzza encargado de mostrarle los conocimientos necesarios para controlar el caos, si ello era posible. El maestro le citó en el mismo sitio que la última vez y Tazz esbozó una pequeña sonrisa, el pelinegro no dudo en pensar en lo nostálgico que le resultaba el Uzza al escoger el mismo sitio para su segunda vez con el aprendiz. Quizás el guerrero del Caos pensó que era necesario o conveniente para su formación… quizás. 

    Minutos después, ya en sus aposentos, Tazz se preparó para asistir al encuentro con Bakari. Bajo las escaleras y salió de la mansión Malfoy para desaparecer en los jardines y volver a aparecer cerca de la ladera de la montaña de la Luna, en donde Bakari le esperaba. Caminó hacia el encuentro con su maestro y al llegar allí el anciano le esperaba, idéntico a la última vez que se cruzaron, al parecer el tiempo no pasaba por él, al menos no se le notaba tanto. —Buenas nuevas, maestro— saludó esbozando una sonrisa dibujada en su rostro. —Es un honor para mí que me reciba por segunda vez como su aprendiz— continuó el pelinegro intentando sonar correcto. No quería que el anciano piense que no se toma enserio la magia que venía aprender. —Cuando quiera podemos empezar… o hacen falta tantas formalidades si ya nos presentamos la primera vez— finalizó haciendo hincapié a que estaba deseoso de empezar la clase cuanto antes. 

    @ Bakari

  3. Holi gentecilla de la mazmorra, paso a dejar constancia que ya he acabado la mazmorra. Gracias! 💚

     

    Ficha para indicar que se terminó la Mazmorra:

    Participantes: 
     

    Nick 1: Tazz Malfoy 
    Link al perfil: #82426
    Nivel del Personaje: 30
    Link a la ficha: Toji Fushiguro
    Link a la bóveda: Bóveda #80733

    Mazmorra:

    Título de la Mazmorra: La Torre del Dragón
    Link al Topic abierto para realizar la Mazmorra: Mazmorra

    Link al topic de dados: Dados mazmorra

  4. Fushiguro, Toji 

    EL nipón se puso en marcha hacia las escaleras, aun le quedaba el último piso por investigar y poder hacerse con el manuscrito completo para entregarlo al MACUSA, el empleador que le había asignado la misión de recuperación de aquellas páginas. En el piso que estaba abandonando habían encontrado varios objetos que guardó a parte para su colección personal que luego vendería en la tienda que regentaba en el callejón knocturn. Dichos objetos se trataban de cosas personales de magos y brujas que antes habían vivido en aquella torre, mucho antes que el Opaleye se hiciera con ella y la transformara en su guarida. La os espíritus de aquellas personas se habían quedado dentro de sus objetos personales, proporcionándoles maldiciones muy letales, todo ello había sido intensificado por la magia del gran Draken, el Opaleye blanco. Toji sonreía porque al menos había sacado algo para su alijo personal. 

    —Bien, veamos… — empezó susurrando para sí mismo. —Seguro que esta vez las cosas no serán igual a las anteriores— acabó mientras sacaba su varita del interior del haori gris oscuro que llevaba encima. Hizo lo propio con la puerta para poder descifrar el mecanismo de seguridad de la última planta. 

    Sin haberse dado cuenta antes, al llegar a la puerta, Toji no se había percatado que en el cerrojo había un pequeño objeto de metal, un poco oxidado y casi no se distinguía de la cerradura que también lucía del mismo color cobrizo. Se trataba de una pequeña llave, Toji estaba un poco receloso porque la situación parecía muy obvia. El pelinegro tardó unos segundos en decidirse si se accionara o no la cerradura para comprobar si resultaba en trampa o no, así lo hizo, un poco temeroso de que aquello activase un mecanismo que explote o que le envenene o que incluso incendie la sala sin tener la posibilidad de encontrar la página adicional. La puerta se abrió sin ningún problema, lo que le resultaba muy raro, pero nada ocurrió, la puerta dejó ver la enorme sala en la que descansaba el gran Draken, el Opaleye que ocupaba la torre desde hace unas décadas. El dragón se encontraba dormido hecho un ovillo, la sala apenas le dejaba espacio para moverse ya que el dragón blanco la ocupaba toda con su cuerpo. 

    En una de las patas traseras del Opaleye Toji pudo ver un trozo del pergamino que era parte del manuscrito de Albus. Se acercó poco a poco y la cogió y la guardó junto con las otras en el monedero de piel encantado. Sin más volvió a la puerta para bajar los pisos que había subido y salir de la torre antes de que despierte el gran dragón blanco. 

  5. Fushiguro, Toji

    El nipón esperaba encontrar muchos más objetos aparte de los que le habían solicitado en el MACUSA, sin duda las cosas seguían sin irle como las planeaba, incluso llegaba a pensar que la suerte pocas veces le acompañaba, sobre todo a la hora de encontrar artefactos que pueda vender en su tienda. Se suponía que en aquella torre en la que estaba recuperando las páginas perdidas del manuscrito de Albus, había otros tipos de objetos mágicos de los que beneficiarse, sin embargo, no estaba encontrando nada que le pudiese interesar. Aun le quedaban dos salas más para investigar y hacerse con algún objeto raro o que tenga magia oscura. 

    Toji se acercó a la puerta para indagar sobre el funcionamiento del mecanismo de seguridad, a simple vista todas las puertas eran parecidas, nada las diferenciaba una de la otra y no todas llevaban activada magia de protección y seguridad, y eso imposibilitaba el entrar en la estancia de manera rápida, aunque tampoco las que tenían el mecanismo activado, incluso esas no le habían resultado difícil de sortearlas. Primero, y como ya iba siendo costumbre en aquella aventura, pasó la varita por toda la puerta para detectar la magia que protegía la puerta. Mientras deslizaba la varita Toji recitaba hechizos propios para detectar la magia que la protegía. Y tal como había pasado en la anterior, no había sido capaz de encontrar rastro de magia 

    —Expulso— sentenció el mago apuntando hacia la puerta. Un rayo en dirección a la puerta salió despedido de la punta de la varita de Toji e impactó en la puerta, esta salió disparada hacia el interior de la sala a la que tenía que entrar. El mecanismo le había resultado fácil de sortear, como en la anterior sala. Toji entró en la estancia y esta no era como las demás. Se trataba de una recamara, el dormitorio de quien sea que haya vivido en la torre en algún momento. La sala disponía de una cama en el centro muy pegada hacia una de las paredes interiores, a cada lado de cama una mesita de noche con su respectiva lampara de luz. Unos cuantos cuadros de gente desconocida adornaba las paredes dándole a la habitación un ambiente bohemio. Fushiguro se acercó a una de las mesitas de noche y encima reconoció el pedazo de pergamino que correspondía al manuscrito de Dumbledore. 

  6. Fushiguro, Toji

    El nipón aún se estaba quitando restos de babas y demás fluidos de los Doxys que caían sin vida al suelo de la habitación. Toji se había abierto paso entre tantos cadáveres de Doxys, las botas de viaje las tenía llenas de restos de los cuerpos que pisaba. Casi le produjo vómitos mientras se limpiaba las suelas del calzado. No solía ser tan escrupuloso, pero ya en sí las criaturas, vivas o muertas le provocaban nauseas. —Tendré que bañarme durante dos días seguidos para quitarme el olor a Doxys— masculló lanzando el trozo de tela con el que se había limpiado el último resto de cadáver de las criaturas qué tanto le repugnaban. Recobrando la compostura, Toji puso toda su atención a la puerta que se erguía delante de él. Como ya era de suponer la puerta y la cerradura estaban encantada, justo como la del piso de abajo. 

    —Bien… podríamos intentar lo mismo que hicimos en la puerta de abajo, pero dudo que funcione— el nipón se repensó la estrategia para sortear la seguridad de la torre. La verdad que la anterior puerta le había resultado difícil de abrir, aunque no imposible. Sin embargo, esta vez no tenía todo de su parte, al menos esa sensación se apoderó de él. 

    Al cabo de unos segundos de volver a pensar en la estrategia para abrir la puerta, reconsideró intentar lo mismo que con la puerta anterior, esa técnica siempre le había funcionado. Volvió a sacar la varita del interior de su haori, en donde la guardaba siempre, y deslizó la punta de ella por toda la puerta mientras recitaba pequeños encantamientos reveladores que utilizaba a menudo en su trabajo. Apenas se percibía magia en el mecanismo de seguridad de la cerradura, no estaba tan seguro de que siquiera la puerta se encontraba cerrada mágicamente, cosa que no esperaba. Con las manos, empujo la puerta para ver si estaba abierta pero no ocurrió nada, estaba desconcertado pues que tampoco había rastro de alguna magia protectora. Un pensamiento fugaz le provocó una sonrisa que se dibujó en su rostro. 

    —Bombarda— exclamó aun divertido. La puerta explotó y se hizo añicos delante del mago. 

    Toji entró en la sala y esta era idéntica a la anterior, unos armarios empotrados en la pared llenos de libros polvorientos, sofás y mesitas de lecturas llenos de pergaminos viejos e igual de polvorientos que los libros de las estanterías y armarios. Una chimenea empotrada al otro lado de la pared diferenciaba a esta sala de la anterior. Fushiguro se acercó a la chimenea y no pudo evitar rebuscar entre los libros que estaba apilados sobre ella. De entre esos encontró lo que buscaba, la siguiente página el manuscrito de Albus Dumbledore. Toji la tomó y comprobó que era la correcta y acto seguido la guardó en el monedero de piel encantado junto a la otra página que había encontrado. Ya nada le quedaba por mirar en esa sala así que se puso en marcha hacia la escalera para subir a la siguiente estancia, sólo esperaba que sea tan fácil como le había resultado esa misma. 

  7. Fushiguro, Toji 

    El nipón miró atento la cerradura para encontrar alguna pista que le permitiera abrirla y poder entrar a la siguiente estancia para empezar su búsqueda. A simple vista el mecanismo que bloqueaba la puerta era uno normal y corriente, el típico cerrojo muggle que nunca te hubieras imaginado que pudiera estar encantado, y esa era la parte más complicada de encontrar la manera de abrirla, el hecho de era muggle. Toji sacó la varita del interior de su haori gris oscuro y pasó la punta de esta sobre la puerta y recitando, casi en susurros, encantamientos para descifrar el enigma que escondía la puerta. Fushiguro era habilidoso detectando encantamientos, maldiciones, trampas y demás magia de protección puesta en objetos o incluso en seres vivos. Era parte de su trabajo como contrabandista y rompedor de maldiciones. 

    Un pequeño destello se encendió en un lado de la puerta de nogal que intentaba abrir, aquello de indicaba quizás una pista para poder abrirla. Toji probó uno de sus encantamientos especiales para abrir puertas de seguridad, el nipón apunto con la varita hacia el borde interior de esta y recitó un largo encantamiento en una lengua un poco extraña. De la punta de la varita salían filamentos de color dorado que rodearon la puerta entera y poco a poco se iban introduciendo en la madera hasta hacerla ceder. El sonido de un “Click” indicó que el mecanismo de seguridad había sido desactivado con eficacia y que podía abrir la puerta sin problema. Así lo hizo… lo que el japonés encontró del otro lado de la puerta no le causó tanta gracia, la sala estaba llena de los bichos/criaturas más repugnantes que el nipón se podía encontrar en aquella aventura. Se trataban de Doxys, la peor plaga de criaturas que habitan el mundo mágico. 

    —¡Dios, que asco! — masculló haciendo una mueca de desagrado mientras entraba en la habitación, sigiloso intentando pasar inadvertido y con la esperanza de que esas criaturas no notaran su presencia. No dio resultado, un grupo de ellas que sobrevolaba las estanterías empotradas en la pared se giró y vio de lleno al nipón caminar jorobado entre medio de las mesitas de lectura de la sala. Las criaturas empezaron a emitir un chillido ensordecedor que avisaba al resto de la presencia del mago. El resto de las criaturas, advertidas dirigieron su atención hacia el nipón volando hacia él para atacarlo. Por su lado Fushiguro rebuscó en su monedero de piel de moke, con una sola mano ya que con la otra agitaba su varita lanzando hechizos para repeler momentáneamente a las Doxys. Finalmente encontró el pequeño bote de líquido que contenía un remedio eficaz contra las plagas de Doxys, la Doxycida . Tomó el frasco y lo lanzó hacia arriba y con la varita y un hechizo hizo explotar el contenido para que se esparciera por toda la sala. Las criaturas caían poco a poco hacia el suelo y se morían. 

    Toji aprovechó la ocasión para rebuscar en los documentos que habían encima de la mesa y poder encontrar la página perdida del manuscrito de Albus. Casi exhausto, después de remover pergaminos durante 5 minutos, la encontró, pegado junto a otro pergamino vacío. El nipón comprobó que fuer la correcta y lo guardó dentro del monedero de piel y se aventuró a subir al siguiente piso.  

  8. Fushiguro, Toji 

    Habían pasado solo un par de horas de la llegada del nipón a Londres desde la amazonia brasileña. Su estancia allí no había sido tan fructífera como estaba planeada, es más a su parecer las cosas no podían haber ido peor. Los negocios resultaban ser, en ocasiones, la peor parte de lo que le correspondía preparar a él. Sin duda bajo la mirada del resto de implicados poco a poco iba mejorando, aquellas personas estaban interesadas en que Fushiguro aprenda sobre negocios, política y demás temas importantes para las relaciones internacionales. << ¿Solo es era el interés que tenían aquellos que le protegía? >> Toji no dudó ni un momento en pensar sobre la situación que los había llevado a idear semejantes planes. Todo lo que él hacía era por alanzar un objetivo que cada vez estaba más cerca… eso le empezaba a preocupar de una manera que aún no comprendía. 

    Uno de sus contactos en el ministerio de magia le pasó el dato sobre un trabajo para el MACUSA que tenía que ver mucho con sus recientes adquisiciones en Brasil. Dicho individuo le informó que había que recuperar las páginas del libro de Albus Dumbledore, uno de sus manuscritos famosos y que contenían magia que no podían dejar al aire libre. Toji necesitaba hacerse con una copia de esos manuscritos, obviamente no tenían pensado robarlos, pero si al menos hacerles una copia sin que el gobierno mágico norteamericano se entere. La valiosa información le había llegado en un trozo de pergamino en el que tenía que enviar la respuesta de si aceptaba o no el encargo. —Acepto el encargo, amigo— respondió sin más el nipón. Dobló el trozo de pergamino y lo volvió a atar a la pata de la lechuza que se lo había entregado minutos atrás. 

    Vestido con su kimono de viaje, su haori y con su catana sujetada a la cintura el japonés desapareció entre un haz de luz translúcida para volver a aparecer a las afueras de la torre encantada, más bien resguardaba por el gran Draken, el dragón blanco que custodiaba aquellos tesoros en el interior de la torre. Había escuchado historias de aquel sito, sobre todo las veces que Tazz había acudido para batirse contra el dragón y recuperar parte del tesoro que guardaba en lo alto de la torre. Para el nipón era la primera vez en atravesar las puertas de la torre del dragón, y para ello se preparó como buenamente pudo llevando consigo artilugios y herramientas que pudiera necesitar allí dentro. 

    La estancia de la planta baja era simple, era el salón-recibidor típico de una torre circular, angosta y con apenas muebles que decoraban la estancia. En las paredes unos cuantos cuadros de gente que no conocía y que estaban llenos de telas de araña. Una pequeña estantería empotrada a la pared y que contenía libros que parecía que nadie los había tocado en décadas, o al menos eso decían las varias capas de polvo que se observaban sobre ellos. La escalera de madera que estaba pegada a la pared subía en forma circular. Toji subió y se encontró con la puerta cerrada, al parecer un raro y mágico encantamiento impedía abrirla…. 

  9. 5cs0vSJ.png


    Mazmorra: Torre del Dragón
    Nivel mínimo: 2
    Participantes: Máximo 1 (modalidad individual)
    Repeticiones: Una vez por semana (los roles tienen que ser diferentes, no se admiten copias)
    Experiencia: Por cada vez que se realice completa da 1 punto en el apartado de Mazmorras.

    En 1897 Albus Dumbledore fue reconocido con el Premio Barnabus Finkley de Hechizos Excepcionales. Por entonces, era un destacado alumno de Hogwarts, íntimo amigo de Elphias Doge. Desconocemos qué hechizo inventó Albus Dumbledore que le hizo acreedor de tan notoria distinción a tan temprana edad. Lo que sí sabemos es que el antiguo Director de Hogwarts fue alguien de extraordinario poder mágico, con una mente muy brillante. Sin duda alguna, no todos los hechizos que inventó a lo largo de su vida, trascendieron a la opinión pública.

    Después de graduarse de Hogwarts, en junio de 1899, Dumbledore iba a realizar el tradicional "Gran Viaje" alrededor del mundo con su amigo Elphias Doge. No obstante, la muerte de su madre, Kendra Dumbledore, la víspera del viaje, por causa de una explosión de la incontrolable magia de Ariana, impidió tal propósito. Doge marchó sólo a aquel viaje, pero su rumorea que llevaba consigo un libro escrito por Albus Dumbledore, con todas sus investigaciones durante sus años en Hogwarts. Lamentablemente, Elphias perdió aquel libro en Papúa Nueva Guinea, en circunstancias muy poco claras.

    No hace mucho, funcionarios de MACUSA descubrieron el libro en poder de una tribu de salvajes, pero aunque lograron recuperarlo, el libro tenía muchas páginas arrancadas. Algunas de ellas, fueron descubiertas en la Torre del Dragón, un misterioso lugar en Papúa Nueva Guinea, donde habita un poderoso Opaleye de las Antípodas, modificado al parecer con los poderes del libro de Albus Dumbledore.

    Ayuda al MACUSA a recuperar las páginas perdidas y a controlar al Gran Drakan, el misterioso Opaleye que habita en la Torre del Dragón. A cambio recibirás importantes recompensas.


    Hitos de la Mazmorra:

    Debes hacer 5 posteos de rol (total 10 posteos)

    Los posteos de rol de esta mazmorra deben contener un mínimo de 1500 caracteres sin espacios.

    Los objetos del Magic Mall que se piden, deben estar en la ficha de personaje al momento de comenzar esta mazmorra. No se gastan, una vez en ficha, pueden usarse todas las veces que se quiera para realizar la mazmorra.

    Hay que tener en cuenta las instrucciones para el manejo de dados. No nos hacemos responsables si los dados cambian de valor por no haber seguido bien las instrucciones indicadas.

    Te recomendamos leer bien los hitos de la mazmorra que se detallan a continuación.

    Primer posteo (rol): Entras en la Torre del Dragón y encontrarás un pequeño hall de pequeñas dimensiones, de donde nace una escalera de caracol que se eleva hacia arriba. La escalera lleva a varios pisos, cada uno de ellos con una puerta cerrada. En el primer posteo, entrarás a la Torre investigarás la escalera. Observarás que las puertas cerradas de cada piso tienen un mecanismo mágico y un símbolo que las identifica.

    Segundo posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del primer piso. Debes lanzar 1 dado de 2 caras.

     

     

     

     

     

    [roll]1d2[/roll]
    • Si el resultado es 1, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección y entras en el primer piso sin problemas.
    • Si el resultado es 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico y entras en el primer piso, pero la sala está llena de doxys.

    Tercer posteo (rol): Entras en el primer piso. Si sacaste un 2, deberás exterminar a las doxys para poder hacerte con 1 de las páginas del libro de Albus Dumbledore. Para ello, deberás llevar contigo Doxycida (comprado en el Magic Mall). Si sacaste un 1, encontrárás la primera página del libro sin problemas.
    Una vez encontrada la página del libro, sal del primer piso, hacia la escalera de caracol y sube hasta el segundo piso.

    Cuarto posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del segundo piso. Debes lanzar 1 dado de 2 caras.

     

     

     

     

     

    [roll]1d2[/roll]
    • Si el resultado del dado es 1, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección y entras en el segundo piso sin problemas.
    • Si el resultado del dado es 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico, pero en el segundo piso hay un fuego que no se apaga con nada.

    Quinto posteo (rol): Entras en el segundo piso. Si sacaste un 2, deberás recuperar la segunda página del libro de Dumbledore, pero el incendio que hay dentro está a punto de destruirla y no se apaga con nada. Debes introducirte en el incendio y recuperar la página antes de que se destruya. Pero al hacerlo, te quemarás y deberás usar Remedio para Quemaduras comprado en el Magic Mall. Si no lo usas, morirás antes de llegar al cuarto piso (el tercer piso, podrías hacerlo). Si sacaste un 1, encontrarás la segunda página del libro de Albus Dumbledore sin problemas. Una vez encontrada la página del libro, sal del segundo piso, hacia la escalera de caracol y sube hasta el tercer piso.

    Sexto posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del tercer piso. Debes lanzar 1 dado de 5 caras.

     

     

     

     

     

    [roll]1d5[/roll]
    • Si el resultado del dado es 1 o 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección y entras en el tercer piso sin problemas.
    • Si el resultado del dado es 3 o 4, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico y entras en el tercer piso, pero una nube tóxica te impide respirar. Usa un hechizo que te abra las vías respiratorias y otro que te permita pasar sin respirar al piso para recoger la tercera página del libro de Albus Dumbledore.
    • Si el reultado del dado es 5, el mecanismo explota y te deja malherido. Deberás abandonar la mazmorra. Podrás intentarlo otra vez en una semana, volviendo a repetir la mazmorra desde el principio. Sólo tendrás opción a la recompensa por las páginas encontradas en los pisos primero y segundo.

    Séptimo posteo (rol): Si has sacado 1, 2, 3 o 4 puedes continuar con la mazmorra. Rolea en consecuencia, en función del resultado del dado que te haya salido. Recuerda, si has obtenido un 3 o un 4 rolear los dos hechizos que se piden de forma correcta. Márcalos en rojo. Si no haces bien este paso, la mazmorra no se te contará como correcta y no obtendrás las recompensas. Una vez recuperada la tercera página del libro de Albus Dumbledore, avanza hacia el último piso.

    Octavo posteo (dados): Lanza los dados para abrir la puerta del cuarto piso. Debes lanzar 1 dado de 5 caras.

     

     

     

     

     

    [roll]1d5[/roll]
    • Si el resultado del dado es 1, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección, entras en el último piso y encuentras al Gran Drakan, el misterioso Opaleye de la Torre del Dragón. Además, justo ante ti, nada más abrir la puerta, observas que hay una página adicional del libro de Albus Dumbledore.
    • Si el resultado del dado es 2, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico a la perfección, entras en el último piso y encuentras al Gran Drakan, el misterioso Opaleye de la Torre del Dragón. No encuentras ninguna página más del libro.
    • Si el resultado del dado es 3 o 4, descubres el funcionamiento del mecanismo mágico, pero encuentras, que no hay suelo bajo tus pies y el Gran Drakan está volando. Deberás derrotarlo desde el aire y necesitarás una escoba voladora comprada en el Magic Mall (sirve cualquiera).
    • Si el resultado del dado es 5, el mecanismo explota y te deja malherido. Deberás abandonar la mazmorra. Podrás intentarlo otra vez en una semana, volviendo a repetir la mazmorra desde el principio. Sólo tendrás opción a la recompensa por las páginas encontradas en los pisos primero, segundo y tercero.

    Noveno posteo (rol): Si has sacado 1, 2, 3 o 4 puedes continuar con la mazmorra. Rolea en consecuencia, en función del resultado del dado que te haya salido. Para vencer al Gran Drakan, debes usar 5 hechizos de la lista de neutrales y no se pueden repetir (márcalos en rojo y negrita).

    Décimo posteo (dados): Lanza los dados una última vez para determinar las recompensas otorgadas por el Gran Drakan y por el MACUSA. Lanza 1 dado de 30 caras.

     

     

     

     

     

    [roll]1d30[/roll]
    • Si el resultado es < 6 -- 2000 G
    • Si el resultado es 6 - 10 -- 1000 G
    • Si el resultado es 11 -- 25 -- 500 G
    • Si el resultado es > 25 -- 0 G

    Recompensas:

    Por cada página del libro de Albus Dumbledore:

    • Primer piso superado y encontrada la página: 500 G.
    • Segundo piso superado y encontrada la página: 500 G.
    • Tercer piso superado y encontrada la página: 500 G.
    • Cuarto piso, si sacaste un 1 y, por tanto, encontraste la página adicional: 1000 G.

    Por vencer al Gran Drakan: 500 G + drop según el resultado de la última tirada (posteo Décimo).

    • Si el resultado es < 6 -- 2000 G
    • Si el resultado es 6 - 10 -- 1000 G
    • Si el resultado es 11 -- 25 -- 500 G
    • Si el resultado es > 25 -- 0 G

    Posteo opcional:

    Si has completado la mazmorra, puedes hacer un posteo adicional roleando las recompensas y el reporte al MACUSA de lo que has descubierto en la Mazmorra, entregándole las páginas del libro.

  10. Tazz Malfoy 

    Como una persona puede ser tan cruel como para hacerle revivir sentimientos dolorosos que tantos años le llevó apaciguar. Es antinatural que un padre sobreviva a sus hijos, era un dolor inexplicable que nunca le deseó a nadie y que el Malfoy mismo experimentó al enterarse de la “muerte de su hija”. ¿Por qué ahora, en ese preciso lugar esa desconocida se hacía pasar por su querida y amada hija Valkyria? ¿Puede haber más crueldad en el mundo que recordarle a un padre que ha perdido un pedazo de su propia existencia? El pecho de Tazz se le comprimió, un dolor irrefrenable se apoderaba cada vez más rápido en su interior dejándole sin aliento, sin poder respirar, sin poder… —¡Oh, hija mía! — soltó en un susurro, con su último aliento el recuerdo de la niñez de Val le invadió el pensamiento reconfortándolo ante tanto dolor. Desde donde estuviera el recuerdo de su hija le seguía ayudando…

    —No te permitiré que mancilles la memoria de mi amada hija, eres escoria— masculló Tazz un con mucha dificultad para respirar a causa del gas venenoso que había entrado en su organismo. Debía de poder liberarse enseguida y para ello pensó en el encantamiento <<Anapneo>> y enseguida sus vías respiratorias volvieron a la normalidad. El Malfoy recuperó la capacidad de hablar, pero sin embargo se sentía débil, un par de hechizos de curación. 

    —Acércate un poco más… déjame ver tu rostro— avanzó a decir mientras se retorcía un poco. —¿Quieres hablar? — soltó con desdén, o al menos eso había intentado, le quedaban pocas fuerzas a causa del veneno así que no alargó más el sufrimiento y pensó en el <<Episkey>> y poco a poco las energías volvían a su cuerpo. Enseguida una sensación de confusión se apoderó de sus pensamientos, de todo su ser, no era quién llevaba las riendas de su propio cuerpo en esos momentos así que dedujo que sería a causa de un hechizo lanzado por la desconocida. 

    Trastabilló un poco a causa de la confusión que le había provocado la desconocida, no podía perder el equilibrio, no al menos en este momento en pleno duelo con aquella persona que de momento no había hecho nada más que atacarles pese a las advertencias del Malfoy. Avanzó un poco hasta la tumba más cercana y se apoyó en ella, apenas se leía el nombre de su dueño, tampoco le importaba solo necesitaba un lugar para descansar y poder recuperarse, o incluso morir… eso ya dependía de aquella desconocida que le tenía a su merced. —¿Entonces? — la voz de Tazz sonaba un poco más apagada, apenas le quedaba fuerza física y mental para continuar aquella tortura de la que era víctima. —¿Este es el momento en el que me matas, hija?

     

    @ Kaori M.

  11. Tazz Malfoy 

    La calidez del líquido que se llevaba a la boca tras cada sorbo le infundía una paz y tranquilidad que hace mucho tiempo no experimentaba, al menos no de manera intencionada. Al Malfoy le resultaba curioso que pudiera sentirse así en aquellas circunstancias, desde luego no era esa su intención. Él había llegado con la clara idea de proteger a las personas que quería y la oclumancia era unas de las técnicas que necesita en esos mementos. —Para eso he venido, maestra, necesito aprender a proteger mejor mis pensamientos, no quiero ser un libro abierto… al menos no sin intención— añadió Tazz después del comentario de la arcana sobre la facilidad que tenía él para expresar sus intenciones. El Malfoy ocultaba cosas, como todo ser humano, pero las cosas que sabía no solo repercutían en él sino en más personas, personas a las que quería y había jurado proteger. 

    Ambos se levantaron y se pusieron en marcha hacia una pequeña sala, era acogedora, sencilla y se notaba que estaba diseñada para la función que iba a cumplir, ser un espacio de tranquilidad y relax en donde hurgar en el interior de las personas, como si fuera la consulta de un dentista. En el interior de la pequeña y acogedora sala le esperaba un diván y junto a este un sillón que de seguro era el sitio en el que se podría la arcana al empezar el ejercicio. Poco a poco el efecto de la bebida se apoderaba de su cuerpo, se sentía un poco más débil, más predispuesto y sumiso. Apenas podía escuchar lo que la arcana le explicaba sobre los principios fundamentales para proteger los pensamientos. Simplemente fue directo hacia el diván y se recostó. 

    —Cuando quiera, maestra— soltó así de repente sin estar seguro de si la arcana había acabado su explicación o no acerca del ejercicio que estaban a punto de empezar. 

    Tazz intentó centrarse y seguir las indicaciones que Aailyah le estaba brindando, pero apenas lo conseguía. Quizás sea el medio a que busque demasiado a fondo y encuentre cosas que jamás deberían salir a la luz o quizás simplemente se había pasado un poco con el té. Era un desconcierto, el Malfoy se centraba en poner su mente en blanco, pero no podía evitar tener distraerse en otros pensamientos, en otros sentimientos. Jamás se había encontrado en aquella situación de vulnerabilidad, la sensación era nueva y le provocaba un poco de miedo. Poco a poco fue sintiendo la presencia de alguien… un sentimiento de vigilancia empezaba a recorrer su mente, quizás se trataba de la arcana, quizás no. Tazz se mantenía en silencio recostado sobre el cómodo diván de aquella pequeña sala de tortura mental. 

     

    @ Aailyah Sauda

  12. Tazz Malfoy 

    La mente del joven Malfoy le había jugado una mala pasa, aunque no había entorpecido en nada el desarrollo de la prueba a la que se enfrentaba, había tenido la visión de estar junto al arcano de ese lado del portal, cosa que comprobó que no era cierto luego de haber hecho aquella ofrenda al rio. Tazz había comprendido desde entonces que estaba solo dentro de la pirámide, que nada ni nadie le podía ayudar a superar sus miedos y avanzar en las pruebas y los desafíos que aquella dimensión le había preparado. —Bien… solo debo de poner en práctica todo lo que me ha enseñado el arcano durante las ultimas semanas— se dijo a sí mismo mientras se levantaba del suelo en donde se había recostado junto al árbol. Ese pequeño descanso le había servido al Malfoy para poder sus ideas en orden y poder trazar una estrategia segura para poder sobrepasar las pruebas que le restaban. 

    La puerta a la siguiente prueba se abría en frente de él a escasos metros de distancia de donde se encontraba el pelinegro. Decidido la atravesó, pisando fuerte llegó hasta el otro lado del umbral, este solo tenía árboles frondosos y de un verde tan vívido que no dejaba pie a que otros colores estuvieren por encima de ellos. De pronto, entre dos árboles que se encontraban más alejados de la posición del Malfoy, pudo ver la figura de un niño que jugueteaba solo al parecer. Tazz se desplazó con cuidado entre los árboles, no quería asustar sin querer al infante. Poco a poco se acercó y reparó que se trataba nuevamente de su versión pequeña, este le sonreía mientras sus ojos pasaban de un objeto que llevaba en la mano hasta la cruzarse con los ojos de Tazz adulto, al principio le costó vislumbrar con claridad el objeto que llevaba el pequeño en la mano, pero luego lo vio claro, se trataba de un huevo de tamaño de un niño. Este se lo mostró y se lo dio acercándose sin miedo alguno. —Es tu turno de cuidarla— dijo la versión infantil de Tazz mientras entregaba el huevo en las manos del pelinegro. 

    El pequeño desapareció dejando consigo un nuevo portal, la prueba no le había resultado tan difícil, solo había recuperado uno de los sueños recurrentes que tenía desde que era solo un niño, ahora sabía que era real puesto que el aun mantenía el huevo en sus manos. Tazz cruzó el nuevo portal y con cuidado guardó el huevo de serpiente a buen recaudo porque no podía saber a qué peligros se podía enfrentar más adelante. 

    Unas enredaderas le impedían avanzar a la siguiente estancia, intentó usar la magia para deshacerse de ellas, pero no lo consiguió, debía pensar en una estrategia que no incluya sus habilidades como mago, sino más bien como un muggle. Aquel pensamiento le chocó un poco porque nunca en su vida había tenido la necesidad de ponerse en la piel de los muggles. Durante sus viajes en post de la búsqueda de más conocimientos el Malfoy se permitió vivir como lo hacían las diferentes culturas y tribus de los interiores de la amazonia y áfrica, en donde la magia apenas se hacía visible. En uno de esos viajes había aprendido algo de supervivencia y ahora esa lección era la que le tocaba poner en práctica. Rebuscó por los alrededores un par de piedras lisas que pretendía utilizar como encendedor, las enredaderas no tenían nada que hacer en contra del fuego, así que esa era su estrategia. Así lo hizo, de pronto se vio en frente de una llamarada que se levantaba sobre sí misma consumiendo todo lo que tocaba. En el centro se abrió un agujero por el pasó el Malfoy hacia su última prueba. 

    Antes de atravesar el último portal el huevo que había guardado antes se empezaba a mover, al parecer iba a eclosionar, estaba a punto de salir la cría de la que sería su acompañante en las aventuras venideras. El primer trozo de la cascara se rompió dejando ver la cabeza diminuta de la serpiente, sus ojos rasgados se cruzaron con los de Tazz y por un instante el tiempo se detuvo, habían establecido un vínculo, como el de un padre con su hijo al que ve por primera vez. El color de sus escamas era de un gris perlado que brillaba con la luz del sol que a su vez daba la sensación de cambiar entre varios colores. Se trataba de una mamba negra, la serpiente más letal conocida después del basilisco. El ofidio salió del interior de la cascara y se enrolló en la mano del Malfoy, recorriendo y reconociendo su cuerpo y sus olores. La serpiente no podía traspasar el ultimo portal por lo que por un momento la dejó allí sola para que se alimentase mientras él pasaba por la última prueba. 

    Al atravesar el nuevo portal Tazz llegó hasta los jardines de un templo que se le hizo familiar, se trataba del sitio en donde había rescatado años atrás a su ahora mejor amigo Toji de una muerte segura. Eso solo podía ser el presagio del algo más grande y peligroso, algo a lo que en un futuro no muy lejano tengan que enfrentarse él y su amigo Fushiguro. Poco a poco se deslizó entre las sombras con la varita en mano lanzó maldiciones a diestro y siniestro eliminando así a sus enemigos y los enemigos de su familia, pues eso había llegado a ser para el su amigo Toji. Ya lo había salvado una vez de esos asesinos, y lo volvería a hacer las veces que hagan falta si así puede garantizar su seguridad y el ascenso al trono que le arrebataron. Sin dejar ni uno solo de los enemigos del clan Fushiguro Tazz volvió para recoger a su nuevo amigo al cual no le había puesto nombre. —Te llamarás Dark, en honor a uno de mis mejores amigos que ahora ya no me acompaña— siseo en parsel mientras miraba fijamente a la mamba negra. El portal de vuelta a la cabaña del arcano se abría en frente, ya había terminado todo, las pruebas se habían acabado y solo le quedaba recoger su recompensa, el anillo de la habilidad para quedar vinculado definitivamente a los hablantes de parsel. 

    ¿Y bien, maestro? — interrumpió el descanso del arcano invadiendo la sala en la que habían desarrollado parte de la teoría. —las pruebas estaban a la altura y han resultado un verdadero desafío a superar, le estoy agradecido— finalizó haciendo una reverencia hacia el arcano. Ahora solo quedaba la parte ceremonial del vínculo permanente del anillo y la habilidad. 

     

    @ Lawan Nguyen Thanh

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    Las grandes comitivas siempre se le antojaban desagradables, principalmente eran las largas esperas o los largos silencios que precedían este tipo de eventos. Sin más, Zenin se había apartado del grupo en primera instancia, estaban planeando atacar la Mansión Malfoy y él no iba a participar en semejante sandez. Poco a poco el mago enmascarado se iba apartando del caos que reinaba en el salón de la mansión Gryffindor, él por su parte estaba deseoso de poder secuestrar y torturar a gente y más de atacar a sus enemigos, pero en su interior no concebía a los Malfoy como enemigos, al menos no de momento. Había aprendido con el tiempo a guardarse este tipo de reflexiones para sí mismo, no era apropiado que él en su posición como miembro activo del bando tenebroso siga intimando con traidores y familias de dudosa moral. 

    —Amigos, esperaré a vuestra vuelta— dijo Zenin mientras algunos de sus compañeros iban y volvía de causar estragos en los terrenos de los Malfoy. —… no volváis sin un souvenir para distraerme un poco— dejó caer el comentario mientras se servía un poco de alcohol. 

    El tiempo transcurría lento en el salón, pocos habían sido los afortunados que se habían quedado e la gryffindor para espera la vuelta del resto. Mientras tanto se había organizado una especie de cena en la cual poco aportó en su montaje, no estaba de mucho humor como para estar de fiesta. Cuando fue convocado por la marca se esperaba poder batirse en duelo con sus enemigos, matarlos incluso o desmembrarlos, lo que sea, pero lo que nunca se había imaginado era tener que pasar la velada preparando una fiesta. ¿Dónde habían quedado las batallas, las muertes, etc.…? Quizás los nuevos aires que corrían en la organización eran diferentes en ese sentido, las fiestas, las celebraciones y el colegueo estaban por encima de enfrentarse y someter al enemigo en una batalla abierta. 

    —Buenas noches, Mica— se despidió de la bruja que por lo que se podía observar también estaba agotada de tanta fiesta… bueno y quizás un poco borracha. 

    Zenin esperó a que cada uno de los que quedaban se ausentaran para él hacer lo mismo, se acomodó el haori negro y sosteniendo la catana salió disparado hacia la puerta principal de la mansión para luego desaparecer. Quizás los tiempos cambien… quizás… El mago oscuro no perdía las esperanzas de un nuevo resurgir del bando. 

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  14. Fushiguro, Toji

    Los negocios que se había propuesto para sacar beneficio del certamen deportivo internacional no salieron como estaba planeado, era una de las posibilidades que se habían tenido en cuenta a la hora de confeccionar cada movimiento, pero sin embargo la sensación con la que se quedaba el nipón no eran tan mala. Quizás para el joven belga la experiencia no había resultado favorecedora y sería una pena de ser así porque tenía puestas expectativas grandes en los negocios que puedan llevar en conjunto… Solo el tiempo dirá, quizás el camino de ambos magos se vuelva a juntar y puedan llevar a cabo algún que otro trabajo. 

    Fushiguro se deleitaba mirando como los jugadores que se disputaban la final del mundial, ya tenía todo preparado para su vuelta a Londres y quería en ultima estancia poder aprovechar al máximo los últimos minutos de aquel evento. Le había prometido a su amigo Tazz que al menos iría a ver uno de los partidos del mundial, el Malfoy sabía perfectamente a lo que iba Toji a Brasil y desde luego, Tazz no iba a dejar de preocuparse por su amigo. — ¡Ánimo, Uganda! — alentó desde las gradas sin saber exactamente porque lo hacía, no tenía ni idea de quidditch, simplemente le limitó a imitar lo que hacía el resto. 

    —Muy bien, creo que he cumplido con la promesa que le hice… — se dijo casi para sí mismo. Se levantó de las gradas y se puso en marcha hacia la salida. Ya no le quedaban pendientes en el país, el poco material con el que se iba le resultaba un tanto satisfactorio teniendo en cuenta los acontecimientos previos.

    Sin embargo, no quería irse sin despedirse de su nuevo amigo el belga, así que sacó un trozo de pergamino del interior del monedero de moke junto con un vuelapluma. Toji empezó a dictar la despedida para el deportista, el cual decía… <<Mi nuevo amigo, lamento que los negocios que me trajeron a Brasil no hayan sido del todo satisfactorios, me hubiera gustado poder mostrarte más sobre el negocio que presido, pero no ha podido ser posible y para compensarte, te extiendo una invitación a mi tienda en el callejón Knocturn… quizás tenga otro trabajo para ti, si te interesa.>> EL trozo de pergamino se dobló en varios pliegues y este desapareció para llegar hasta su destinatario. 

     

    @ noe_snape

  15. Tazz Malfoy

    Los acontecimientos por si solos no llegan y menos en orden y de uno en uno, al contrario, vienen a cascada, apiñados unos con los otros y de manera abrupta que desbarata cualquier atisbo de tranquilidad que puedas experimentar en un segundo. Así pues, la llegada al ministerio de magia y hechicería por parte de los Malfoy y acompañantes fue bien recibida, como era de esperar por parte de la comunidad mágica tanto nacional como internacional que se había congregado en el atrio pasar asistir a la ceremonia de cambio de mando del ministro, su padre. Tazz respondió los saludos de Mica y los de su primo segundo Anthony que les habían acompañado desde la mansión en el tren mágico que a Ludwig tanto le gustaba utilizar.

    Una vez allí en el mismísimo atrio, en donde los anteriores ministros y ministras habían dado sus discursos de toma de mando, el pelinegro se situó en el sitio que le habían designado, era parte de comité de bienvenida, lo cual le resultaba irónico ya que la diplomacia no era uno de sus fuertes, eso se lo dejaba siempre a sus hermanas que eran las que más se divertían en este tipo de eventos. –Bienvenidos—saludó estrechando la mano a varios mandatarios internacionales que se iban colocando en sus sitios a la espera que el nuevo ministro de su discurso.   

    EL tiempo seguía transcurriendo y los invitados de más alta posición estaban presentes y a la espera para que el acto de comienzo. El joven Malfoy estaba un poco nervioso, su padre había depositado la suficiente confianza en él como para asignarle una responsabilidad dentro de su gabinete. La cuestión no era sobre las competencias y capacidades que podía o no tener para ejercer el cargo asignado, si no más bien sobre el compromiso que había adquirido al aceptar dicha responsabilidad, el compromiso y la presión de no querer defraudar a su padre. Las dudas e inquietudes iban y venían conforme el tiempo transcurría embriagando al pelinegro hasta el agotamiento. Tazz, en un intento de reponerse sacudió la cabeza para disipar los malos pensamientos, alcanzó a deshacerse de unos cuantos y se conformó con ello.

    Ya había llegado el momento más esperado por todos, era el turno del discurso de su padre. Este se puso en camino hacia el atril y al pasar junto a su hijo lo saludó con un leve movimiento de cabeza. –A por ellos, padre—respondió el pelinegro para darle ánimos. Los aplausos llenaron el atrio  con un ambiente de cálida bienvenida, se notaba como la comunidad mágica había elegido bien a su representante y daban fe de ello con su presencia y entusiasmo hacia el nuevo primer ministro.

    @todes 💚

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  16. Tazz Malfoy 

    La invitación a la velada en la embajada francesa seguía en la mesita de noche de la habitación del Malfoy. Le había costado decidir si asistir o no a dicho acontecimiento, pero las cosas habían cambiado desde que su padre, Ludwig se unió en matrimonio con un Cillian. La representante mágica de los franceses había entrado a la familia Malfoy y sobre el pelinegro recaían ciertas responsabilidades y una de ellas era asistir a ciertos eventos. Miró de reojo la reluciente invitación y por un momento se imaginó pasándolo bien con los invitados, sonrió pícaro y siguió preparándose para la noche que se le avecinaba. 

    —No podría estar mas guapo— soltó mientras se miraba al espejo. Le habían preparado un esmoquin de color negro azabache que le quedaba a medida resaltando sus atributos físicos que tanto cuidaba. Echando un último vistazo a su apariencia dejó la habitación y bajó por las escaleras hacia el salón principal para desaparecer por la chimenea y volver a aparecer en la embajada francesa, dónde se celebraba la ceremonia conmemorativa de la Revolución. 

    —Buenas noches— saludó a quienes se cruzaba. Solo le interesaba hacer acto de presencia y bueno en ultimas instancias quizás disfrutar de la velada. El Malfoy se acercó sutilmente hacia la barra y con un ademán de su diestra pidió al camarero que le sirviera algo para beber. —Vodka por favor… —dijo el pelinegro mientras el camarero le acercaba un vaso vacío. Este volvió con una botella a media y unas pinzas con un hielo, le sirvió la bebida al Malfoy. —Gracias— el Malfoy se dio la vuelta y se mezcló con el resto de los invitados para socializar a la vez que daba pequeños tragos de la bebida que sujetaba con la mano derecha. 

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  17. Buenas gente 

    Yo me apunto a esas cervezas, pasen invitación ;)

    Bienvenido @ Mefistófeles Evil.  es grato saber que se suma más gente de los Ecuadores por estos lados foriles. 

    Y iba siendo hora de que se le quite el polvo a este sitio, la ultima actualización es de febrero xD y eso que hay gente activa en el foro jejeje 

    Saludos gentecilla 

    *saca la varita e invoca a les/lis  spamosess*

    @ Kaori M.  @ Emily Karkarov  @ noe_snape  @ Hobb Graves

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