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toji

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Todo lo publicado por toji

  1. Alexei Levski Le búlgaro quería mostrar su apoyo al equipo ugandés, que se disputaba la final del mundial con nada más y nada menos que la selección brasileña, el mismo equipo que había acogido a las demás selecciones para disputar este tan ansiado primer lugar del mundo, la copa del mundo. Alexei se había quedado en el país incluso después que su selección perdiera en la primera vuelta, sin embargo, había aprovechado el tiempo libre para hacer un poco de turismo por la zona. Era la primera vez que estaba allí en ese país y no iba a desaprovechar la oportunidad para conocerlo ya que le sobraba tiempo. Su única preocupación era asistir a los partidos de las selecciones en las que tenía compañeros, por ejemplo, estuvo en la semifinal que jugó Francia, ya que ahí jugaba su compañera de equipo de los Black Serpents, Ada. A escasas horas de empezar el encuentro entre las dos selecciones finalistas, Alexei se preparó para salir hacia el campo. El búlgaro decidió ponerse la camiseta de los BS como señal de apoyo a los ugandeses, aunque también llevaba un gorro con los colores del equipo africano, para quien no entendiera la referencia. Salió del hotel con los colores de ambos equipos y se apareció en las dependencias del estadio en donde se jugaba la final. —Bien… aquí acaba una etapa y comienza una nueva para quien se alce vencedor— se dijo para sí mismo mientras entraba al estadio. El búlgaro había buscado sitio en lo alto del recinto, era el sitio perfecto para poder ver con perspectiva todo el partido sin perderse ni una jugada, o al menos eso era lo que pretendía. Es cierto que a la hora de la verdad el campo de juego es el cielo, y a veces los jugadores hacen lo posible por no permanecer tan cerca del suelo. Alexei subió las gradas tan rápido como pudo hasta llegar a su asiento que había reservado. Junto a él se encontraban hinchas y varios compañeros y compañeras de los diferentes equipos que ya no jugaban. Levski echó un rápido vistazo y levantando la mano saludó a unos cuantos que apenas conocía. De momento no veía a ningún compañero de los BS, esperaba poder saludarlos y no solo en calidad de capitán del equipo, sino como compañeros. Había que estrechar lazos y que mejor que un partido de quidditch para lograrlo.
  2. toji

    Oclumancia

    Tazz Malfoy Finalmente, la arcana de la oclumancia le dio la bienvenida al Malfoy, el vapor de la tetera gritaba al salir por la tapa, en señal que estaba lista para ser servida, y el olor dulzón que embriagaba la estancia en la que Tazz había entrado, no hacía más que reconfortarlo y con eso las dudas que podía tener poco a poco iban disminuyendo. Sinceramente no tenía todas las de estar en aquella clase, pero era un hito en sus planes que debía de pasar tarde o temprano, y mejor más temprano que tarde. El momento ya había llegado, los planes trazados estaban yendo como habían sido confeccionados, sin embargo, el peligro de que alguien indiscreto pueda hurgar en la mente del pelinegro no le atraía demasiado, guardaba en su mente recuerdos valiosos, importantes y a su vez peligrosos para algunos. —Gracias por recibirme, maestra… es bien sabido que las clases con usted suelen ser de las mejores que hay en Mahoutokoro— Tazz agradeció el recibiendo mientras se disponía a sentarse para recibir el té que la arcana le estaba sirviendo. El Malfoy se despojó de lo que llevaba encima y lo dejó a un lado, tomó la taza de té y le dio un pequeño sorbo. —¡Delicioso! —proclamó el pelinegro. Esbozó una sonrisa en su rostro mientras escuchaba las preguntas que le hacía la arcana. —Mi nombre es Tazz Malfoy…— empezó con la presentación que le había pedido Sauda. —… estoy aquí porque ando en busca de conocimiento, y a medida que avanzo adquiero más, pero a su vez el conocimiento mal empleado puede llegar a ser peligroso… — hizo una pequeña pausa y dio un sorbo al té. — soy un hombre de ciencia, y en mi trabajo guardar información vital puede salvar muchas vidas y la oclumancia me acerca un poco más a poder resguardar la información y el conocimiento que en manos de otros magos o brujas pueda ser peligroso— concluyó Tazz explicando el motivo que lo había llevado hasta allí, pero como toda verdad es contada bajo la perspectiva de quien la cuenta, el Malfoy no iba ser la excepción a esa regla. Volvió a beber más té. —¿Le importaría servirme un poco más? — extendió la taza medio vacía hacia la arcana. Poco a poco se iba soltando y sentía la necesidad de hablar más. —En cuanto a mis sueños… — se quedó unos segundos pensativos. —Creo que marcar la diferencia en el área de la investigación a la que he dedicado estos últimos años… sí, ese sería mi sueño ahora mismo— reafirmó su respuesta con un asentir de la cabeza. Miró a la arcana mientras le escuchaba, su rostro era inescrutable, quizás había quedado contenta con las respuestas que Tazz le proporcionaba, pero no lo mostraba, quizás no, quien sabe. —Soy medimago, aunque actualmente estoy investigando… pero es secreto— sonrió un poco al decir la última palabra buscando complicidad a la broma que había hecho solo lo secreto que eran sus investigaciones. @ Aailyah Sauda
  3. Tazz Malfoy El pelinegro no podía dar créditos a lo que tenía delante. En el cementerio, la imagen de un fantasma se apoderó de su visión, era la única explicación que podía darle lo que estaba sucediendo esa noche en el cementerio. La otra opción ni siquiera la contemplaba, no quería… eso conllevaría un dolor al que no estaba dispuesto a pasar nuevamente. Era mejor seguir pensando que se trataba de alguien ajeno a él que se estaba haciendo pasar por ella, por la niña que perdió hace mucho tiempo, ella jamás le atacaría. —No te conozco de nada— vociferó en un tono de enfado. — No deberías hacerte pasar por quien no eres— finalizó acusándola de suplantar la identidad de su hija Valkyria. Sin dejar de apuntarla, puesto que el primer hechizo que le había lanzado no tenía intención de herirla, tampoco iba a dejar que esa persona le hiera. Así que, sin más el Malfoy pensó en la daga con joyas incrustadas y esta se pareció en la mano izquierda. La apretó con seguridad, sintiendo en la palma de la mano cada una de las incrustaciones de las joyas que poseía en pieza única. La imitadora se dispuso a atacarlo después de haberse defendido del hechizo del pelinegro, así que Tazz rápidamente pensó en una forma de defenderse de lo que le venía. <<Maldición>> pensó el Malfoy y la invocación de la bruja no salió como ella la estaba pensando. —No soy tu padre, mi hija murió hace muchos años— le volvió a gritar desde la distancia. Tazz no quería acercarse mucho a ella, sin embargo, la oscuridad de la noche hacía difícil que le viera el rostro a la perfección, así que no podía asegurar que era ella y que decía la verdad. —Si no me dices la verdad sobre quién eres, no tendré piedad contigo— añadió con el mismo tono de enfado. Tazz apretó aún más la daga que sostenía con su mano izquierda. Había llegado el momento de usarla. —Immolo oppugnare— dijo a la par que se hacía un corte en el antebrazo derecho. Un hilo de sangre corría por la piel desnuda del Malfoy, las gotas caían hacia el suelo tiñendo el césped de rojo. La misma herida se proyectó en la imitadora, haciéndola sangrar de la misma forma. Tazz pensó en la curación y la herida que se había hecho empezó a curarse dejando la piel como si no huera habido nunca un corte. —Será mejor que empieces a decir la verdad… por tu propia seguridad— finalizó el pelinegro decidido a averiguar la verdad. @ Kaori M.
  4. Hola muy buenas ^^ Paso a hacer una consulta sobre la habilidad de parsel. Creo que ya he complido con lo requerido para poder hacer la prueba de dicha habilidad, no se si el arcano está valorando esa posibilidad, han pasado varias semanas, desde el 30 de junio de mi último rol. Gracias 💚
  5. Holi buenas buenas .... Buenas buenas, gentecilla del Concilio ^^ Planilla de compra: ID: 82426 Nick: NoTazz Link a la Bóveda Trastero: Bóveda #110316 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda #80733 Link a Tópic de la clase o a la prueba: Prueba del libro del Druida Nivel Mágico: XXVI Fecha: 2022-07-23 Nombre del producto: Libro del Caos Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizos Nivel (del libro): 20 Precio: 20000 G Nombre del producto: -- Consumible o Libro de Hechizo: -- Nivel (del libro): -- Precio: -- Precio total: 20000 G Gracias 💚
  6. Fushiguro, Toji Astronomía Durante unos minutos, el nipón se distrajo mientras avanzaba delante de la drag queen. estaba maquinando mil y unas formas para poder construir el artefacto que les había encargado Nasha. De momento solo contaban con la madera especial que habían recogido, pero aún necesitaban más objetos, algo como cuerdas o pegamento… y aunque cuentan con magia, la astronomía era una de las ciencias muggles que nada tenía que ver con las cosas mágicas… –Pepé.. – se giró para hablar con su compañera pero ella ya no estaba. Toji no se había dado cuenta de la ausencia de su compañera, estaba tan concentrado en las tareas que les habían encomendado. –¿Dónde estás? – la llamó con la esperanza de que solo se hubiera retrasado. A los escasos minutos apareció Nasha y empezó a hablar con Pepé, intentando guiar de vuelta al camino. –Si nos escuchas, Pepé… –empezó a hablar a la par que Nasha. –sigue las indicaciones de Montpellier. Exhausto, Toji paró de gritar hacia la nada… Él no veía, ni sentía lo mismo que quizás esté experimentando Nasha, quizás ella era la única que podía guiar de vuelta a la drag queen. Un haz de luz de pronto se materializó en frente de ellos, era fría y detrás se escuchaban voces clamando salir, penando por a saber qué asuntos pendientes que no les permitían avanzar hacia “el más allá”. –¡Oh! menos mal que estás de vuelta, Pepé … Me he distraído un momento y has desaparecido– Toji dio la bienvenida a su compañera de aventura. La drag queen traía consigo una pelota y comentó que la podríamos utilizar para la construcción del planetario. –Desde luego, si podemos duplicar la pelota con algún encantamiento para hacer varias copias. –Cuando estemos de vuelta en la mansión podemos buscar algo que nos sirva para mantener flotando los planetas– @ Ludwig Malfoy Haughton @ Rory Despard
  7. Tazz Malfoy La ardua faena que les había supuesto el recuperar los tesoros mientras se defendían de malhechores ladrones que habían entrado al volcán por la misma razón que ellos. Sin embargo, gracias a las habilidades del Uzza y el carisma y las ganas del aprendiz por aprender del guerrero, el dúo de magos salió victorioso con el tesoro a cuesta y eso compensaba los atascos que tuvieron dentro del volcán. –Vaya faena lo de los ladrones, ¿no? – soltó el pelinegro mientras ojeaba por encima el tipo de tesoro que habían rescatado. Una vez fuera, el Uzza indicó a Tazz que la siguiente parte de la aventura consistía en batirse en duelo con él, cosa que se esperaba Malfoy. La magia Uzza se tenía que vincular al aprendiz y una de las maneras más efectivas es mediante el duelo, es allí donde se demuestra las capacidades que tiene el mago aprendiz para el conocimiento de un tipo de magia en concreto. Para ello, el guerrero Uzza abrió un portal a hacia un sitio nuevo, ese era el último conocimiento que faltaba por enseñar antes de iniciar el duelo entre ellos. Ambos magos lo atravesaron mientras Badru explicaba los diferentes usos del hechizo que abre portales y las grandes consecuencias de usarlo sin tomar precauciones. – Lo tendré en cuenta cuando lo vaya a utilizar, será una forma nueva de transporte– bromeó intentando no parecer tan agotado. A pesar de ello al Malfoy aún le quedaban ganas de seguir con la clase, de aprender más y más del maestro Uzza. Llegaron a una playa desierta, en donde el sol era el único que les esperaba allí de ese lado del portal. Y tan pronto se cerró el portal detrás de ellos el Uzza inició el duelo atacando al Malfoy con la arena del hechicero, mismo hechizo que Malfoy mismo había utilizado contra los ladrones. Sus ojos empezaron a nublarse por los efectos de la arena. Tenía que recuperar sus sentidos para poder tener alguna posibilidad contra el Uzza. Sin embargo, se le ocurrió que podía igualar las condiciones y vociferó –Cinaede– y de pronto una nube de gas venenoso cubrió al Uzza y penetró rápidamente en las vías respiratorias del guerrero y cortándolas y a su vez paralizando su sistema nervioso. Debería utilizar un anapneo en su primer turno y curarse la herida grave que le causará 30 de daño. La arena era molesta así que pensó también en deshacer el hechizo y protegerse de futuros. –Cantar de Eleboro– pronunció el pelinegro y recuperó la vista y agudizó el resto de sentidos protegiendolos durante los dos turnos siguientes. @ Badru
  8. Los magos y brujas reunidos allí en frente de la propiedad embrujada estaban cernidos cada uno en la elaboración del amuleto que necesitaban para atravesar la verja y adentrarse en la infestada mansión. Natasha por su parte, seguía dando indicaciones de los progresos de cada uno de los aventureros que le acompañarán en la misión. Toji estaba concentrado en moler con cuidado cada ingrediente que había recolectado para preparar su grisgrís, la mesa de trabajo que había encantado junto a los materiales para la elaboración de pociones cumplían a la perfección la tarea para la que habían sido invocados. –Las estrellas están de nuestra parte, señorita Pepé… ¿Siente la influencia de mercurio sobre nosotros? – comentó, vasto y orgulloso por el desarrollo de sus habilidades en Astronomía, el nipón a la drag queen que también estaba concentrada con sus cosas. al parecer no solo la influencia de las estrellas en el firmamento es lo que sentía su compañera, sino que, según Nasha un espíritu vengativo la acompañaba a causa de alguno de los objetos que la drag queen estaba utilizando para elaborar su amuleto. Nasah añadió después que la siguiente parte de la elaboración del grisgrís consistía en poner parte de nuestra alma en ella. Aquello le recordó a la vez que Tazz intentó crear un Horrocruxe y no pudo acabarlo. ¿Quizás el coste a pagar era demasiado alto? ¿Qué precio tendría el alma de cualquier persona? Fushiguro divagaba entre las diferentes cuestiones que se le presentaban y que no se había planteado hasta este momento, sin embargo algo sí que tenía más que claro, y era el hacerse con la magia más poderosa que jamás haya habido y para eso tenía que adquirir conocimientos a toda costa, sin importarle el precio a pagar. Esa determinación era la que le faltaba a su amigo Tazz. La imagen de Montpellier lanzando los tres saquitos de cuero sacó a Fushiguro de su letargo momentáneo y este se apresuró a coger el que le correspondía. Mientras, volviendo a su mesa de trabajo, Toji pensó en la daga de sacrificio y esta apareció en su mano, brillante y reluciente y de un filo aterrador. El nipón tomó la daga y se hizo un corte superficial en la palma de su mano y dejó caer unas cuantas gotas sobre el resto de ingredientes del amuleto, integró todo muy bien y guardó todo dentro del saquito que les había proporcionado Nasha. El sitio que había escogido para guardarlo era el interior de su haori, en las mangas en donde tenía un bolsillo pequeño en el que solo le podía caber algo no más grande que una cartera. Seguro del sitio en el que había escondido su amuleto, Toji se quedó satisfecho y deshizo su mesa de trabajo y las piedras y demás volvieron a su situación inicial. –Bien, entonces nos ponemos en marcha cuanto antes– contestó a la última de las indicaciones que les había dado Montpellier. –Construiremos un observatorio funcional para poder determinar la ubicación exacta de la luna– finalizó mientras ambos magos se adentraba en las inmediaciones de la mansión e iban en busca de madera de espido. Pepé y Toji siguieron el camino señalado sin salirse de él, no pretendían enfrentarse a más horrores de los que ya tenían por delante. Al final del camino, majestuosos se alzaban los espinos unos junto a otros formando una especie de círculo imponente. –Si estas flores nos podrían ser útiles, pero no creo que solo eso nos ayude a determinar la ubicación de la estrella que buscamos– comentó Toji a la intervención de Pepé. –Deberíamos juntar más flores y más ramas de diferentes tamaños y hacer un planetario con ello… creo que nos será más de utilidad si lo hacemos así… ¿Qué piensas tú, Pepé?-- dejó tiempo a su compañero para meditar la respuesta @ Ludwig Malfoy Haughton @ Rory Despard
  9. Fushiguro, Toji Astronomía Toji seguí a la espera de que Nasha les diera más indicaciones para proseguir con la creación del amuleto necesario para ingresar en la plantación, que era la misión principal de aquella aventura en la que se habían embarcado este particular grupo de magos y brujas. Por su parte, Fushiguro tenía conciencia de la elaboración de dicho amuleto, sin embargo, desconocía los encantamientos y hechizos que había que recitar para completar el amuleto y cargarlo de magia protectora. Podría empezar a triturar y armonizar las hierbas que había recogido minutos atrás. Era una buena forma de adelantar la faena. No le gustaba tener que pasar bastante tiempo en silencio y sin hacer nada. —¡Compañeros! — llamó la atención de Pepé y de Ludwig que también habían vuelto con el material para elaborar sus respectivos amuletos protectores. —Podríamos empezar a triturar y empezar mezclar los ingredientes que se puedan hasta que Nasha nos diga los encantamientos vudús para recitar y finalizar la receta… así vamos adelantando. Fushiguro se quedó pensativo durante unos segundos mientras ambos magos decidían si adelantar o no la receta. Mientras tanto, el nipón sacó la varita y apuntó un montón de restos de ramas y hojas de os arboles del alrededor y las encantó para convertirlas en una par de mesas de trabajo para elaborar pociones. Poco a poco estas se fueron transformando en lo que serían un par de mesas idóneas para trabajar en la elaboración de pociones, dichas mesas eran altas para poder trabajar de pie. Seguidamente, luego de ver como las mesas de trabajo estaban bien colocadas, Toji apuntó hacia un grupo de 5-6 piedras que prácticamente cabían en la palama de la mano. Estas piedras se transformaron en un mortero con su respectivo mazo para mortero, se colocaron cada una simulando un espacio de trabajo para cada uno de los magos y brujas que se encontraban allí. —Creo que para empezar ya tendríamos suficiente— dijo mientras colocaba delicadamente cada vial del material que había recolectado para el amuleto. Antes de continuar con la faena que se proponía a hacer, sacó del monedero encantado que llevaba en el bolsillo, un pequeño telescopio de viaje que le permitía localizar estrellas e investigar el tiempo perfecto y la ubicación para la elaboración del amuleto. Sus dotes en astronomía le servían una vez más para reforzar la magia que necesitaba en momentos concretos. Observó durante un largo periodo las estrellas que les cubrían desde lo alto, Toji se concentró en determinar la posición exacta de las estrellas que le vayan a aportar un beneficio extra a la elaboración del amuleto vudú que les habían encargado. —¡Ahí está! — celebró mientras se apartaba del telescopio y se disponía a machacar las primeras hierbas que había encontrado. @ Ludwig Malfoy Haughton @ Emily Karkarov @ Goderic Slithering @ Rory Despard
  10. Tazz Malfoy La bienvenida que le dio el Uzza fue un poco apresurada y gran parte de la culpa era del Malfoy por llegar media hora más tarde de la hora citada. Las prisas con la que el pelinegro había salido de los terrenos de la mansión no fueron suficiente, al final se entretuvo mientras le daba vueltas a las posibles misiones que el guerrero le podría tener preparado para explicar los diferentes poderes que venían vinculado al libro de los druidas. A pesar de ello, Tazz no pudo dejar de notar las prisas que traía el maestro, por algún motivo, aún desconocido para el Malfoy, le urgía de una manera un tanto sospechosa, pero era algo que al Malfoy no le apetecía hurgar. —Muy bien, maestro Badru, nos pondremos en marcha inmediatamente… he venido más que preparado para sortear cualquier prueba que pueda poner contra mi— respondió el pelinegro al maestro mientras este buscaba un objeto en su bolso. Luego se lo lanzó y empezó a darle indicaciones. El objeto en cuestión no era más que un pequeño frasco que contenía lo que el maestro había nombrado como “polen de lirios de fuego”. Las indicaciones que le dio el Uzza era las de inhalar un poco del polen y rociar un poco del contenido del frasco sobre sí mismo para así estar protegido tanto en el exterior de su cuerpo como en el interior. Puesto que la misión se trataba de adentrarse al corazón del volcán. —Me guardaré el frasco por si acaso lo necesitemos más adelante— comunicó Tazz a Badru mientras guardaba el contenedor del polen de lirios en el interior de su monedero de piel de moke. —¿Tiene alguna información adicional sobre el paradero exacto de los objetos que buscamos? — preguntó mientras caminaba junto al Uzza. Se le veía bien decidido y resolutivo para ser un profesor de la academia… “nunca se sabe con qué tipo de profesor o profesora te encontrarás a lo largo de tu formación” pensó para sí mismo. A los pocos segundos de silencio por ambas partes, el guerrero Uzza le lanzó un pequeño anillo. —Oh vaya… ya entiendo … con esto podemos avanzar más hacia el interior de la cueva sin que nos espíen o nos sigan magos o brujas desconocidos— dijo el pelinegro mientras se colocaba el anillo en el dedo anular de su mano izquierda. Mientras se adentraban más al interior de la cueva volcánica, el calor aumentaba a medida que caminaban hacia el interior. Sin embargo, tanto él como el guerrero Uzza no se veían afectados por el calor ni por el poco oxigeno que seguramente había en aquellos pasillos, todo gracias a los pétalos de lirios de fuego. En una bifurcación, más adelante de su ubicación, vislumbraron la silueta de dos magos que seguramente estaba allí para lo mismo que ellos, hacerse con el tesoro de las tribus y cuidades de la antigua Mesopotamia. Tazz miró a su profesor y este le devolvió la mirada y asintió. El Malfoy rebuscó rápidamente uno de los frascos que había traído en el interior del monedero de piel de moke encantado y sacó la arena del hechicero. Se colgó el frasquito en el cuello y lo abrió dirigiéndolas hacia las siluetas que habían detectado, dichos magos quedarán cegados durante dos turnos, imposibilitándolos para realizar hechizos de efectos e invocaciones. —¿Quiénes sois? — vociferó mientras apuntaba los sujetos ciegos por la arena del hechicero. —¿Qué buscáis aquí? — interrogó. —Incárserus— exclamó el pelinegro y de su varita salieron un par de cuerdas que atraparon a los sujetos que aún permanecían ciegos y despistados porque no sabían con quienes se habían topado. @ Badru
  11. Tazz Malfoy Es misma noche el joven pelinegro no había podido dormir del todo y no solo por el hecho de que tenía que estar sobre las 4 am en una localización que, tuvo que leerla más de una vez porque no se lo creía, le resultaba inverosímil que el cráter de un volcán a punto de hacer erupción fuera el sitio idóneo para dar una clase. Sin embargo, poco a poco se fue haciendo a la idea de que quizás era el sitio perfecto para practicar el tipo de magia Uzza que estaba a punto de cursar. Pero no estaba desvelado por la preocupación de no dar la talla en este nuevo poder a adquirir, eso le tenía sin cuidado desde luego, ya que no le temía al conocimiento… simplemente estaba excitado por la necesidad de empezar cuanto antes a probar ese tipo de magia que particularmente le atraía. Pasado un par de horas de dar vueltas y vueltas en la cama, Tazz decidió que no podía esperar más y se levantó, fue al baño y se preparó para salir de inmediato al sitio en donde había sido convocado por Badru, quien iba a ser su maestro y enseñaría los secretos de la magia de los druidas imbuidos en el libro de magia guerra Uzza. Vistió de lo más normal, no reparó en ganar el máximo de tiempo escogiendo lo primero que vio al abrir el armario. Unos tejanos negros y una camiseta interior negra Slim que se le ceñía al cuerpo, por encima una cazadora tejana y unas botas marrones un poco desgastadas. Se miró al espejo durante unos segundos y dio por aprobado el outfit que había improvisado. Desapareció en la penumbra del jardín de la mansión de la familia Malfoy y volvió a aparecer en la entrada de la cueva dónde le esperaba el Uzza. —Buenos días… si es que se puede decir día a las 4 y 30 de la mañana…— soltó el pelinegro en un intento de romper el hielo. —…aún no ha salido el sol, así que he de suponer que el asunto a tratar es de suma importancia— añadió de seguida. Se acercó un poco más para saludar al maestro haciendo un ligero ademan de con la cabeza. —Mi nombre es Tazz Malfoy, soy su nuevo aprendiz del libro de magia druida— finalizó su intervención poniéndose a la altura del guerrero Uzza. —Un lugar un poco curioso para practicar la magia druida, maestro— después de la presentación el pelinegro no podía seguir en silencio, le urgía empezar a probar los diferentes usos de la magia guerrera de los druidas, estaba ansioso por empezar. @ Badru
  12. Turno 19. Akiki Naigaga. Dado de Golpe Energía consumida: 4
  13. Turno 19 Bwandale Okumu -- Uganda Defensa + Woollongong Shimmy 7+5=12
  14. Turno 18. Bwandale Okumu. Disparo + Disparo de torbellino 10+5=15 Disparos realizados: 2
  15. Turno 16 — Uganda El estadio estaba sumido en la mayor de las euforias colectivas que podía brindar un partido de quidditch. Ambos equipos estaban haciendo lo suyo, sin embargo, los ugandeses estaban sorprendiendo de la manera más gratas a toda la hinchada que le acompañaba en las semifinales. Ya solo el hecho de haber llegado allí les hacía unos claros ganadores, podían volver a sus tierras con la cabeza en lo más alto y llenos de orgullo, pero no se quedarán solo allí, tenían pensado llevarse la victoria, el primer puesto que les pondría como ganadores de la copa mundial de quidditch. Nunca estaba demás soñar… y el equipo ugandés no iba a ser la excepción. Vemos como Lexy O’Neil se hace con la quaffle con una excelente maniobra para adelantarse al resto de los cazadores, tanto de su equipo como los del equipo contrario. La jugada levantó varios silbidos por parte de la hinchada de Uganda que se enfadó porque su equipo perdió el balón. Sin embargo, Akiki Niagaga, la golpeadora ugandesa sonrió al ver a O’Neil volar por delante del resto, la golpeadora vio eso como una oportunidad idónea para lanzarle la bludger. Se preparó y con un majestuoso golpe cañón que va dirigido hacia Lexy, desde su escoba Niagaga ve cómo su golpe va directo hacia ella y vuelve a sonreír con malicia. Pero de pronto los guardianes franceses interceptan el balón con una perfecta exhibición del movimiento “guardianes gemelos”. Lamentablemente Akiki no puede evadir semejante lanzamiento y se lo come dejándola un poco fuera de sí. Auxerre se prepara para recibir el pase de su compañera Lexy. Lo recibe y rápidamente lanza en a la portería con un alucinante disparo de volea. Mientras la hinchada de ambos equipos se levanta y grita cada vez más alto a la vez que los jugadores se acercan a marcar el siguiente gol. Akiki ya recuperada del golpe que le propinaron los golpeadores franceses, con la bludger en mano y con el bate preparado, lanzó nuevamente la bola loca hacia Auxerre que se para la bola con la cara justo después de que este lance la quaffle a los aros ugandeses. Mientras por parte del equipo francés, Ferman lanza su bludger contra la guardiana de Uganda, pero esta evade y se hace con la quaffle impidiendo que el equipo francés marque otro gol. El equipo africano celebra esa atajada de Awor haciendo piruetas y alentando a la hinchada que les vitoreaba.
  16. Fushiguro, Toji Astronomía Poco a poco se acercó a los límites aéreos de la ciudad. Era de noche y el nipón sobrevolaba el cielo de Nueva Orleans en la mota voladora que por tercera vez le había cogido prestada a su amigo Tazz. Atravesaba las escasas nubes que se encontraba de camino, mientras descendía poco a poco hacia la carretera. A partir de allí ya tenía pensado ir por la carretera hasta el punto exacto de encuentro. Para esa ocasión, Toji llevaba su haori corto de verano, puesto que allí la temperatura era tropical y la humedad reinaba en el ambiente, en la parte de abajo, vestía un tejano ajustado que por circunstancia de la vida le resultaban cómodos. Debajo del haori azul marino, Toji vestía una camiseta blanca básica que brindaba comodidad y frescura. —Buenas noches, compañeras y compañeros— saludó el nipón mientras se acercaba a las dos personas que ya se encontraban allí. Por un lado, asintió con la cabeza al padre de su amigo Tazz y seguidamente hizo lo mismo con la que se podría decir que era la guía en la aventura que estaban a punto de emprender. —Mi nombre es Toji Fushiguro— se presentó a la mujer que les esperaba en el sitio. —Sr. Malfoy. Al parecer, según lo que entendió de la explicación de la mujer. Cada uno tenía que recolectar materiales para elaborar un amuleto con el que atravesar la verja al interior de la plantación para repeler a los espíritus. La magia vudú era algo que le resultaba muy curiosa, poco sabía el nipón de ella, pero no por eso había dejado de leer acerca de la misma. Tenía algo de similitud a la magia proveniente de Asia, sus propios ancestros transmitían sus enseñanzas a través de generaciones, de padres a hijos. A través de las supersticiones, con los cuentos de terror, etc… esas similitudes y más que le facilitaban el interés en ciertas artes. —Perfecto… daré una vueltecilla por ahí para ver que encuentro— concluyó el japonés mientras se daba la vuelta y se adentraba en las lindes de los terrenos. Primero, sacó de su bolsillo derecho del pantalón el monedero de piel de moke y lo abrió para rebuscar en su interior unos frascos transparentes para recoger muestras. Era parte de su kit de aventura del que siempre se valía a la hora de salir y lo desconocido. Sacó un par de ellos y dejando el resto guardado en el interior del monedero destapó uno de ellos y con la varita que había sacado del haori, se cortó un mechón de pelo para posteriormente guardarlo en uno de los frascos de muestra. Era el ingrediente principal para preparar el grisgrís que necesitaban para infiltrarse dentro de la plantación y expulsar a los espíritus. Acto seguido, se dispuso a buscar hierbas propias de la zona para intensificar el poder del amuleto. Para ello, Fushiguro se sirvió del conocimiento en Astronomía para observar las estrellas y poder seguir el recorrido de la luz de las estrellas para indicar dónde crecen ciertos tipos de plantas. Pasado unos minutos volvió con varios frascos de muestras llenos de diferentes tipos de hierbas y el que contenía un mechón de su cabello. También había recogido un poco de tierra del cementerio que encontró en el camino de vuelta al punto de encuentro. —Aquí está lo que he conseguido para elaborar mi grisgrís— comentó mientras depositaba los diferentes frascos llenos de los materiales que recogió en las inmediaciones. —He traído un poco de lavanda, hojas de hinojo, raíces de cedro, tierra del cementerio del pueblo y por último un mechón de mi pelo— finalizó enseñando lo que había recolectado. @ Rory Despard @ Ludwig Malfoy Haughton @ Emily Karkarov @ Goderic Slithering
  17. Turno 14 (Penal) Bwandale Okumu — Uganda La temperatura iba en aumento mientras los y las jugadoras de ambos equipos volaban decididas en sus posiciones para hacerse con el balón o simplemente para esquivarlos. Las jugabas que hacían los duetos de golpeadores o el trio de cazadores dejaban a la hinchada con los pelos de punta. Los aficionados, tanto los franceses como los ugandeses que habían llegado al continente americano para acompañar a su equipo hasta la victoria. Sin embargo, el pitido del árbitro que anunciaba el penal a favor de Uganda, todos los jugadores pararon en seco aferrados a sus escobas mientras alzaban las manos en señal de protesta, pero aquello no duró más de dos segundos que cada equipo se reunió para preparar la jugada del penal. Por su parte el ugandés había sido escogido por el resto de los cazadores para cobrar el penal. Con vítores salió disparado en su escoba hacia el centro del campo para agarrar la pelota que sostenía el árbitro y que le estaba esperando a que Bwandale Okumu se prepare para disparar el balón marrón de cuero. Okumu dio un par de vueltas de reconocimiento para hacerse con el campo, era como una especie de ritual que nadie sabía bien bien por qué lo hacía cada vez que cobraba un penal. Finalmente tomó la pelota de manos del árbitro y jugueteó con ella mientras miraba fijo y decidido al guardián francés. Bwandale Okumu, después de escuchar el silbato proveniente del árbitro, disparó el balón con todas sus fuerzas hacia la portería rival y la coló por uno de los aros justo antes de que el guardián francés pudiera pararla. El árbitro volvió a hacer sonar su silbato para indicar que el gol era válido. —Gooooool— se escuchaba entre gritos allá en las gradas. Okumu regresó con sus compañeros de equipo para celebrar el gol que había marcado. Eso dejaba el marcador igualado a 30-30. Mientras los franceses volvían a juntarse en su campo para preparar la siguiente jugada.
  18. Tazz Malfoy El pelinegro miró inquisitivo a la maledictus espero que de alguna mamera ambos pudieran decir aquello que estaban esperando a verbalizar. La cobra real se enrollaba sobre sí misma en señal de apoyo al Malfoy, tanto ella como las serpientes que las acompañaban estaban allí como soporte para que el pelinegro pueda obtener aquello que estaba buscando, fuera lo que fuera. —Ahora ya he sacado una cosa en claro y es las preguntas que se me pasan por la cabeza no tengan las respuestas, o que simplemente carecen de importancia para lo que nos atañe en este momento— el pelinegro se aclaró la garganta y siseó aquello que albergaba en su corazón. —Tu madre fue una mujer extraordinaria, mi pequeño… — contestó ella devolviéndole el siseo. —… pero ella no es lo importante aquí, sino tú— continuó la maledictus mientras miraba al Malfoy a los ojos. Su mirada transmitía ternura y compasión… hacía brotar sentimientos cálidos de amor y confianza mientras las palabras entraban en él. —La familia de la cual desciende estaba era víctima de una terrible maldición y si tu madre no te hubiera apartado de su lado en el momento justo de tu nacimiento, no habrías sobrevivido ni te hubieras convertido el mago que eres ahora— el semblante cariñoso no se desdibujó del rostro de la maledictus mientras relataba la historia familiar del Malfoy. —Me estás diciendo que… ¿mi madre me salvó la vida? — interrumpió el joven Malfoy. — ¿De no abandonarme hubiera muerto? — el corazón se le aceleró durante una milésima de segundo, el siseo de la cobra real que acompañaba a Tazz le dedicó un siseo que hizo que el mago se relajase de inmediato. El pelinegro retomó la compostura y se tranquilizó de inmediato, volvió a prestar atención a lo que le tenía que decir su interlocutora. —Así es, querido… — respondió sin dar más detalles. —Fuiste criado durante los dos primeros años de tu vida por mi— dijo la maledictus señalándose a sí misma. —…y por más miembros de mi familia ofidia— continuó siseando. —Desde el primer día que tu madre te entregó a nosotras, demostraste una afinidad sin igual por la lengua de las serpientes… incluso llegaste a comunicarte con algunas, pero todo eso acabó cuando tu padre vino a por ti para llevarte a la mansión de los Malfoy— aquellas palabras chocaron directo en el Malfoy, igual a una bocanada de agua fría. Le reconfortaba. —Pero siempre hemos estado a tu lado, aquí en este jardín… cuidándote, vigilando y resguardándote de todo peligro… —No lo recuerdo… — soltó Tazz, su siseo denotaba un tono de pena por no recordar aquello que le estaba contando la maledictus. —… solo me resta agradeceros por cuidarme durante todo este tiempo, por no abandonarme y por estar ahí incluso cuando no os veía— aquellas palabras salieron solas, desde el interior de su corazón sentía la necesidad de agradecer a aquellas criaturas que estuvieron a su lado de manera incondicional durante los años más difíciles de su vida. —me gustaría que siguierais a mi lado, acompañándome en mis aventuras… que seáis mis consejeras y las voces de la razón de mi cabeza… no me haría nada más ilusión que poder recobrar aquellos años de estar juntos. De repente Tazz volvió en sí mismo, abrió los ojos y la primera imagen que vio fue a sus amigas serpientes que se enrollaban entre si celebrando la vuelta del mago. —Maestro ya estamos de vuelta… las dudas que nublaban mi corazón han sido despejadas— siseó el pelinegro al arcano, que aún estaba a distancia. —ahora me siento libre para adquirir el conocimiento necesario para desarrollar la lengua de las serpientes… si así usted lo cree oportuno. @ Lawan Nguyen Thanh
  19. Para Libros de Hechizos: ID: 82426 Libro de Hechizos: Libro del Druida Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): Certificación del Libro del Druida Link a la Bóveda: Bóveda #110316 Link a la Ficha: Toji Fushiguro Aunque aun no estén las calificaciones, posteo la matricula del siguiente libro. En caso de no aprobar ya vengo y edito el post. Gracias 💚
  20. Tazz Malfoy La noche fría de verano era el escenario propicio para vagar por las calles desiertas que llevaban hacia el cementerio del pueblo. Eran cerca de las doce de la media noche y la brisa venía cargada con ligeras gotas de agua que refrescaban la humedad expuesta por la altas temperaturas durante el día. Sin embargo, el Malfoy había decidido salir y dar una vuelta por el pueblo que lo vio crecer… que vió crecer a su hija… ¿Habrá sido real? Ya hace mucho que no pensaba en ella, tanto que a veces dudaba si de verdad existió, si de verdad fue parte importante de su vida durante y a la que cuidó desde su nacimiento hasta el trágico momento de su desaparición. El peor momento que un padre puede pasar en toda su vida… perder el ser más valioso y más amado que pueda tener una persona, era algo que jamás le deseó a nadie… solo era comparable con arrancar un trozo de su alma y que ésta jamás vuelva a ser parte de ti, con el vacío y el sentimiento de pérdida que jamás te abandona. Así divagaba Tazz mientras recorría las lápidas cuyos nombres desconocía. Sin saber y sin querer había entrado al cementerio del pueblo. A lo lejos las pequeñas luces de las mansiones y castillos se podían visualizar con algo de dificultad, pero la mansión de los Malfoy se erguía cerca, majestuosa como siempre. Las piedras de las lápidas estaban descuidadas, seguramente debido a la poca visita por parte de los familiares de los difuntos. Unos cuantos árboles se alzaban imponentes alrededor resguardando de la lluvia y del sol a unas cuantas lápidas que descansaban bajo ellos. ¿Qué hacía allí? ¿Qué hacía en el cementerio, bajo la ligera lluvia veraniega? Por supuesto no tenía a nadie allí para visitar… nunca llegaron a encontrar el cuerpo de Valkyria. Solo el dolor era el culpable de haberlo hecho llegar hasta allí, eso sin duda. De pronto, un sonido extraño sacó al Malfoy de sus dolorosos recuerdos. A lo lejos un figura desconocida recorría las lápidas lejanas, apenas se podía distinguir más el pelinegro se alertó por las pisadas que aquella figura desconocida profería. Sacó su varita e inmediatamente cubrió su rostro con una sombra que impedía que lo identificaran. No se podía fiar de nadie en esos momentos, así que lo más seguro era el anonimato. Sin dejar de apuntar con la varita y en estado de guardia llamó la atención de aquella persona que se escondía en las sombras. –¿Quién va? – soltó con seguridad. El silencio se cirnió sobre la noche fría de verano, rebotando cual eco sobre las descuidadas piedras que rezaban los nombres de los difuntos que resguardaban. –Si no te identificas de inmediato, atacaré– amenazó para romper aquel extraño silencio. No obtuvo respuesta. –Desmaius– dijo levantando un poco más la voz. Tazz se había adelantado unos metros hacia dónde había visto la figura por última vez. Apenas vio su sombra, la atacó lanzando un rayo que salió de la punta de su varita que impactaría haciendo que se desmaye y se desplome sobre sí mismo. Con cuidado, acortó más la distancia para comprobar si había funcionado su ataque sin bajar la varita. @ Kaori M.
  21. Fushiguro, Toji La destreza con la que el maestro anciano esquivaba las flechas de fuego dejó al nipón más que sorprendido, aunque si lo pensaba bien, el joven mago al lado de un guerrero Uzza era como una mota minúscula de polvo que agitaba la varita y soltaba lo primero que se le pasaba por la cabeza. Sin embargo, estaba orgulloso de sus avance en cuanto a la utilización de la magia guerrera del equilibrio, cada turno del duelo enseñaba al japonés alternativas diferentes a la hora de encarar el duelo, quizás esa era la razón de ser de la escuela, o tal vez, el propio anciano había visto algo en su aprendiz para querer enseñarle como el ímpetu con el que lo hacía, al menos esa era la impresión que tenía Fushiguro, dada su experiencia con los anteriores maestros guerreros que no les importaba si aprendía o no. Toji se sintió reconfortado por aquellos pensamientos, sin embargo jamás los iba a exteriorizar, es algo que no quedaba bien a su imagen. –No creo que pueda ser tan bueno salvando las flechas como usted, maestro pero eso ha estado bien– hizo una mueca en forma de sonrisa y se preparó para su siguiente movimiento. Para este caso se valdría de uno de los hechizos que nunca llegó a utilizar mientras estudiaba el libro de la sangre, pero que ahora le vendría más que como anillo al dedo. Se trataba de la maldición, cuyo efecto hará que el cineade que está próximo a lanzar. Rápidamente Toji en su mente pensó en el hechizo maldición y este hizo efecto inmediato en el guerrero anciano, provocando que de su boca saliera la forma más ridícula del cineade y a su vez perdiendo la eficacia del mismo. Para asegurarse de que pueda o no hacer otro tipo de encantamientos o hechizos, toji pensó que debería limitar el habla del anciano. –Langlock– pronunció apuntando con la varita al Uzza. El rayo salió disparado de la punta de la varita del nipón y de impactar haría que el maestro sólo pueda lanzar hechizos verbales, dejando así limitado para poder contraatacar de manera más eficiente. Esperaba conseguir algo con ello, pero seguro que el maestro encuentra alguna forma de sortear el rayo, pero el mago no perdía las esperanzas de ponerse por encima del anciano, aunque sea por una ocasión. –Esto, cuanto menos es divertido… no sabía que era posible divertirse mientras te enfrentabas a alguien o en estas clases… – comentó en tono de burla, aunque realmente era algo que pensaba. Se estaba divirtiendo y eso no le había pasado en ninguna de las clases anteriores. @ Bakari
  22. Fushiguro, Toji Ya había llegado la hora de poner en marcha los planes que Tazz y él habían estado planificando desde hace tiempo. Poco le quedaba para proponerle a su nuevo amigo una misión en conjunto un tanto arriesgada para ambos, pero Toji ya había conciliado con todo lo que conlleva si les pillasen, pero el nipón no se podía permitir ser capturado y mucho menos dejaría que Belmont cargarse con las consecuencias de sus planes que van más allá del dinero. Salvo que eso no le podía comentar al belga, en ninguna circunstancia podía hablar de su verdadera identidad con él, ese asunto solo lo podía tratar con el Malfoy… Cruzó las puertas del hotel y repasó rápidamente a su alrededor para comprobar que nadie pudiera reconocerlo, o al menos que nadie pueda asociarlo a ciertos asuntos de dudosa procedencia. —¡Hey! — saludó con la mano cuando reconoció los cabellos platino del joven belga. Fushiguro caminó despacio y decidido hacia su nuevo amigo. Este levantó la mano en señal de saludo y Toji hizo lo mismo, algo en el belga le inspiraba confianza, parecía un chico de orígenes humilde tal como él había sido criado por el clan Zen’nin, herederos de la corona japonesa. — ¿Cómo estás? ¿Cómo va el mundial? — preguntó mientras se sentaba junto a Belmont. Hizo señas al camarero para que se acercara y poder pedir algo para beber… La conversación iba a ser larga, había mucho de lo que hablar y necesitaba hidratarse un poco. —Una botella del mejor sake que tengas y dos vasos pequeños de bambú— pidió al camarero que se había acercado a ellos. —¿Y bien…? ¿Estas preparado para la aventura? — sonrió un poco para quitarle hielo al asunto, la reunión era de negocios, pero el nipón no se iba a saltar las formalidades con su nuevo amigo, quería darle otra buena impresión así que dedicaría los primeros minutos a las charlas triviales que se solían mantener en este tipo de sitios. — ¿Te gusta este sitio? — finalizó el interrogatorio cuando el camarero volvió con lo que había pedido. Puso la botella de sake delante suya y ambos vasos pequeños hechos de madera de bambú, era lo tradicional y lo típico allá donde había nacido. Sirvió la bebida en los dos vasos y acercó uno de ellos hacia el belga. —¡Por las nuevas amistades! — alzó la bebida y se la llevo a la boca de inmediato. @ noe_snape

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