Mia.

El turno había comenzado de manera tranquila, estaba relajada y sabía que así podría seguir o al menos eso era lo que esperaba, porque en cuanto notó como las horas comenzaban a avanzar y con ello el número de jóvenes que iban llegando con la única intención de pasarla bien y disfrutar de lo que quedaba del verano, justo antes de volver a clases. ¿Pero eso era una especie de playa veraniega o algo así? Al parecer lo era, así que eso no hacía más que irritarla, ¿por qué un sitio así? Odiaba a los adolescentes y a los muggles más. Considerando la opción de cambiar su apariencia por la de una mujer más entrada en años, se contuvo a tiempo. Los jóvenes comenzaban a lanzar diversos piropos en su dirección y más, al verla únicamente con el bañador y una playera cubriendo su cuerpo. Si bien, no le molestaba aquello, lo que le fastidiaba era tener que escucharlos sin poder decir nada, porque no quería perder aquel bendito empleo, o de lo contrario sería despedida y adiós conocimiento que le faltaba para dejar de estudiar en aquella sección de la universidad mágica. — ¿Qué no estaban prohibidas las bebidas alcohólicas? —soltó en voz baja, en cuanto notó como estas eran repartidas y bebidas como agua. Debían enseñar a aquellos chiquillos a beber, era lo único que podía deducir y más, a no dejarse llevar pos los impulsos o iban a morir. Pensando en eso, notó como una chica de unos veinte años subía a uno de los trampolines bailando, ¿era en serio? Esperaba no se tirará a la piscina o de lo contrario tendría que meterse detrás de ella y mojarse, algo que siendo totalmente honesta, no le apetecía en absoluto, pero como era de esperarse su ruego a Voldy, no fue escuchado; se tiró. <Gente loca>, fue lo único que pensó antes de quitarse la playera blanca que cubría su traje de baño y tirarse a la fosa de clavados que apestaba a cloro, el cual estaba segura dañaría su piel y su cabellera. Así que dejando de pensar en eso, nadó hasta donde se encontraba la mujer y se sumergió, para sacarla por la cabeza y comenzar a nadar con ella hasta la orilla del sitio. Una vez allí, la ayudaron a sacarla y ella misma salió del agua, al verla acostada negó lentamente, la sentó y permitió que tosiera y sacara el agua que había tragado en su intento por volver a la superficie. Casi había muerto aquella chica, o bueno... no tan así, pero si se estaba ahogando, porque al parecer no sabía nadar y mucho menos flotar, pero le había parecido divertido al calor de la bebida. —Te sugiero vayas a la enfermería y avises a tus conocidos. —soltó, antes de girarse e ignorar a los comentarios que intentaban hacerle de agradecimiento. Había cumplido y eso era todo.

Simplificar el juego a los usuarios, esta bien y muchas veces lo hemos hecho desde el banco hemos dejado pasar cosas y no ha pasado nada, pero hay puntos en donde no podemos hacerlo, porque existen diversos tipos de donaciones: Familias a usuarios Negocios a Usuarios Usuarios a usuarios ¿Podemos obtener los datos del mini perfil? No en todos los casos, así que por eso pedimos los links, los beneficiarios no siempre es el dueño que viene a pedir la fonación o el patriarca, sino algún miembro de la familia o socio del negocio, así como cuando es de usuario a usuario. No se piden los links con afán de molestar, como numerosas veces ha insistido, ¿me han rechazado donaciones a mi siendo la directora? Si, ¿me he enojado? No, solamente es cuestión de aceptar que todos podemos llegar a cometer errores y pues no pasa nada con volver a postear. En fin, ese es mi aporte para que moderación tenga en cuenta. Por otro lado, la opción, que propone Tiberius es viable si, pero sería solo marcar pautas específicas para realizarlo y podría ser funcional, sería como en los bancos reales mientras se tenga la información correcta, no importa que cuenta sea, se puede realizar una transacción.

Sabía que tarde que temprano la arcana intentaría comenzar a ingresar a su mente, así que eso no podía ocurrir. No, quería compartir sus pensamientos, emociones y mucho menos sentimientos, así que continuaría enfocando su mente en mantenerla en blanco, en calma y sin ningún tipo de emoción. No era sencillo, claro que no porque hacerlo requería de cierta capacidad mental, así como de equilibrio emocional, para que no solamente dejarse llevar por aquellos sentimientos y estimulos que la estaban rodeando. Era momento de partir a la prueba para Kaori y Aries, algo que le agradó, así que antes de ver como se fueron. Les regaló una sonrisa y esperó a que estuviesen un poco lejos, para desearles mentalmente éxito y que pronto estuviesen vinculados con aquella habilidad, que sabía conocían y manejaban más que bien. Así que una vez que se quedo sola con la Arcana, le regaló una sonrisa y cerró los ojos. -- ¿Es mi imaginación o esta intentando ingresar a mi mente? --preguntó con tranquilidad, esperando unos segundos su respuesta. La pregunta había venido tras sentir como una energía luminosa se acercaba peligrosamente a su mente, intentando disuadirla y llenarla de paz y tranquilidad. Algo que no estaba segura de querer que ocurriese, así que los muros repletos de color blanco y negro se mantuvieron en su sitio dentro de su mente. Algo que se reflejó en su rostro, al instante en que cerró los ojos. Mantenerse firme, no era sencillo, ¿quizás se estaba imaginando todo eso? podría ser, pero no era algo que le preocupara de momento. Estaba poniendo de su parte, y sabía que era todo lo que importaba de momento, a menos hasta que pudiese tener una guía por parte de la arcana.

La habilidad de Oclumancia lleva 10 días sin respuesta de Sauda, así que vengo a comentarlo porque de acuerdo a las reglas, se requiere un sustituto.

Inscripción a los Mortífagos Nick: Mia. Número de ID: 83845 [ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78258

Un pequeño atisbo de desilusión se reflejó en sus ojos, en cuanto León descubrió la sorpresa que le tenía preparada y no dijo absolutamente nada. Sabía que no debía molestarse por un detalle de esa pequeña magnitud y menos cuando recientemente se habían comprometido y eso demostraba cuanto era el amor que sentían el uno por el otro, a pesar de ser algo que se dijesen a cada oportunidad, más bien intentaban demostrarlo y eso era lo importante. Con ese pensamiento, eliminó de su mirada aquel sentimiento, aunque en su interior no la abandonó del todo, por más que lo intentó. Sin embargo, eso quedó en segundo terminó en cuanto la pasión nubló cada uno de sus sentidos. El deseo era palpable en cada uno de los poros de la piel de los amantes, era como si en el instante en que el éxtasis dominaba sus cuerpos una conexión más allá de lo terrenal los invadía, era como si estuviesen desde aquella primera noche en el despacho del Crowley cuando era director de la Academia de Magia y Hechicería. Justo como aquel primer día en que se conocieron en un ámbito más sensorial, la noche comenzó a abandonarlos y con ella el bailoteó del primer rayo del sol sobre la entrada de la cabaña llegó hasta ellos. Era momento de descansar, estaban exhaustos y no solamente por el hecho de la actividad física que coronó la noche, sino por todo el desgaste emocional que habían tenido, emoción, nervios e incertidumbre, así que era momento de dejarse descansar. Sería el primer descansó que tenían juntos después de haber admitido en voz alta lo que sentían y justo por eso, sintió que aquel momento había cambiado algo en ellos, estaban más unidos. Desde ese momento, eran el complemento del otro y esa sensación, le agradó. No supo cuanto tiempo durmió, ni exactamente en donde estaba, pero se sentía segura recostada sobre el pecho de León y eso la hizo sonreír lentamente, al sentir su respiración pausada supo que continuaba dormido y eso le gustó, porque le permitiría darle un despertar diferente, normalmente al ser la primera en despertar lo dejaba en la cama seguir durmiendo y ella se marchaba al Banco, pero aquel día sería diferente y esperaba que pudiese ser así de adelante en más. Levantándose ligeramente, cubrió su desnudes y pidió a uno de los empleados del hotel que les llevará algo ligero de desayunar. Un poco de fruta con zumo de naranja era lo más adecuado al menos de momento, posteriormente en cuanto le trajeron la bandeja, se levantó un poco y comenzó a besar lentamente el cuello de su prometido y subió lentamente hasta llegar a uno de sus oídos. —Buenos días amor. —soltó con un susurró y acto seguro lo besó tiernamente en los labios— Quise hacer algo diferente. —añadió con tranquilidad, levantándose aún como fue traída al mundo por la bandeja que habían dejado en una de las mesitas de noche y regresando a la cama, para mostrársela a su novio. En cuanto dejó la bandeja sobre la cama, se cubrió con una de las sabanas y llevó lentamente una fresa hasta sus labios y la mordió. Era sensacional el sabor fresco que tenía aquel fruto, y lo poco que podía terminar con el calor de su cuerpo, porque la temperatura no era solamente producto del clima soleado que los rodeaba, sino de las sensaciones que tenía al estar cerca de una cama y su prometido. —Necesitaba un descanso de este tipo, comienzo a creer que me conoces casi por completo. —reveló con un poco de miedo— ¿Es eso posible? Sin darte cuenta o conscientemente, estas derribando cada una de mis barreras y miedos. —añadió mirándolo a los ojos y volviendo a besarlo, demostrando su sentir y sintiéndose completamente cómoda.

Sabía que dar un paseo por el bosque que colindaba con la mansión era una excelente idea para pasar tiempo en compañía de su hija y la recién llegada. Porque les permitiría conocerse un poquito más de manera relajada y amena, visitando a algunas de sus mascotas, las cuales estaba segura que tendrían su vivienda en alguna zona aislada del lugar, con la única finalidad de hacerlos sentir cómodo y mucho más tranquilos que en la ciudad o en el lugar donde antes los tenía la matriarca Black Lestrange. Así que pensando en eso, comenzó a caminar hacía una de las bifurcaciones que estaban cercanas al lago del lado izquierdo, indicándoles el camino, comenzó a meterse de lleno en sus pensamientos, olvidándose por completo de las brujas que la rodeaban. Aún no podía creerse que estuviese comprometida, peor así era y así lo comprobaba el anillo de compromiso con una esmeralda color verde que llevaba en el dedo anular. Así que regalando una sonrisa al aire, pensó en que su vida no podía ser más extraña en esos instantes. ¿Quién hubiese pensado que estaría comprometida después de su fallido primer matrimonio? Nadie, aunque sabía que la noticia, no sería sencilla de asimilar para ninguno de sus hijos, así que comenzaría a darla uno a uno, algo que esperaba fuese suficiente y aunque desearía tener a León en esos momentos a su lado, para afrontarlo juntos, al parecer no iba a ser posible, así que sin darle más vueltas volvió a la realidad, al escuchar la pregunta de Dennis. —Tengo un dragón, esfinges, serpientes cornudas, aves del truno y runespoor, entre otras. —sonrió estando orgullo de sus adquisiciones— Aunque realmente nunca les preste atención, sé que están bien cuidadas por los elfos de la familia, ¿vamos? Después de la pregunta, esperó unos segundos y permitió que las dos brujas intercambiaran preguntas, mientras miraba lentamente los rasgos de su hija, admitiendo que se parecía sobremanera a su padre, compartían los mismos pómulos, ojos e inclusive el tono del cabello. Ashura era totalmente diferente a ella, al menos físicamente, pero en personalidad, se parecía un poco más a ella que a él, y eso le agradaba, porque era señal de que a pesar de no haber estado con ella durante mucho tiempo, influía en su vida. —Cariño, ahora que preguntaste a Dennis sobre su trabajo en el Ministerio… tengo que contarte algo, que quizás te sorprenda. —comenzó con un poco de nerviosismo, algo atípico pero que dadas las circunstancias era lo más normal. Por primera vez, contaría algo de su vida sentimental y privada a la japonesa y estaba presente alguien, que sin querer estaba siendo testigo de ello.

Paso a solicitar mi baja del bando. Fue bonito mientras duró, gracias a las personas que me consideraron una opción para líder xD #LosAmo (?) Gracias a quien edite listas /0/

Había comenzado a caminar lentamente por el contornó del complejo, cuando tuvo que detenerse de golpe, debido a la voz chillona y molesta sobremanera que acaba de preguntarles si venían de parte de Sagitas. ¿Lo hacían? Pues no realmente, estaban allí únicamente porque deseaban aprobar el conocimiento y adquirir más poder mágico, pero no podían decir eso o serían juzgados de ser interesados, negó de manera imperceptible y giró lentamente. Colocando en sus labios una sonrisa, intentó no carcajearse ante el comentario de Pik. —Solo se nos informó que teníamos que estar aquí, así que nuestra culpa no es… —soltó con molestia, pero siguió a la bruja, mirando a su hermana añadió— ¿Cómo le explicó que realmente no me interesa este trabajo? —espero obtener una respuesta, pero como no fue así, continuó con la caminata. Se introdujeron hasta la parte en donde solo personal autorizado tenía ingreso y una vez allí, les pidió que dejaran sus cosas, así que sin otro remedio, así lo hizo y se puso la blusa blanca que le tendió y las sandalias. Al parecer, el traje de baño era solo necesario para entrar a la piscina, pero tenía que usar el resto del tiempo la blusa, al menos su piel no sufriría tanto daño y estaba segura, que ninguno, de lograr que los muggles se mantuvieran lejos de la alberca sino sabían nadar. En cuanto estuvieron cerca del sitio, vio como el Macnair se apañaba la olímpica, algo que no le molestó porque ella prefería irse hasta la fosa de clavados, ahí solamente los que realmente sabían se atreverían a entrar. —Me pido la fosa de clavados. —añadió con tranquilidad. Con zancadas lentas, llegó hasta el sitio elegido y una vez allí, observó la profundidad, de cerca de quince metros, era lo suficiente para algunos buenos clavados y más, para aquellas escaleras que tentaban a los expertos a probarse en valentía y capacidades. Así que dejando que el olor a cloro llegará hasta sus fosas nasales, se sentó en una pequeña silla que estaba cerca de la fosa y esperó pacientemente. Era el sitio elegido, al menos el que le correspondía como guardavidas de aquel sitio.

Al momento en que giró a observar a la arcana, pudo notar el progreso de Mackenzie en la comunicación con las plantas. Sabía que no era sencillo, pero solo requería de un poco de concentración y de saber que no era la misma frecuencia la de un ser humano que la de otro tipo de ser vivo. Cada uno fluía a una frecuencia diferente y los humanos quizás eran más sencillos de leer por el poder del lenguaje, pero los demás al requerir el asociar imágenes a una u otra cosa, era un poco más complejo. —Ayudaré arcana. —soltó con una sonrisa en las manos, acercándose hasta tomar el agua y comenzar a colocar la cantidad exacta en cada una de las masetas, mientras analizaba cuáles eran las que requerían de abono y cuáles no. Era una tarea sencilla, hasta cierto punto. Pero que requería toda su atención, porque aparte de relajarla y hacerla sentir cómoda, le permitía comenzar a conectar mente y sentimientos. Que todo fluyera dentro de sí misma, permitiendo que al estar en una sintonía absoluta y en equilibrio, comenzar a leer las necesidades y excesos de cada una de las plantas que se encontraban en las masetas fuese mucho más fácil y rápido, algo que le sorprendió, porque no se hubiese imaginado nunca que sería de esa manera. No supo cuánto tiempo pasó sumergida en su mente, hasta que las palabras de Rosalía la trajeron de vuelta. Necesitaba que encontrarán algunas plantas para la realización de una poción relajante de músculos, tenía en mente algunas que podrían ser de ayuda, pero no estaba del todo segura así que tendría que basarse en el contacto que estaba teniendo con ellas para que decidieran si confiaban sus cualidades curativas y la guiaban. Además, de saber leerlas correctamente, porque no siempre era lo correcto lo que se interpretaba. Tomando un poco del romero que tenía entre sus manos, le regaló una sonrisa a la planta y agradeció mentalmente el permitirle conocerla un poco mejor y ayudarla a sentirse más cómoda. Girándose, cerró unos segundos los ojos y comenzó a sentir como no muy lejos de donde se encontraba, quizás a un par de mesas al fondo de la vivienda, una planta parecía colocar imágenes en su mente de infusiones con agua caliente y de personas durmiendo. Sabía que era la correcta, o una de las que podría ser usada así que se acercó hasta aquella flor de color lila con hojas verdes. Era la Valeriana, una flor usada por muchos en algún tipo de infusión para relajarse, era conocida sí, pero también era cierto que pocos la usaban, porque no confiaban del todo en la manera en que funcionaba, así que era momento de permitirle demostrar sus cualidades combinada con las de otras flores o plantas. Así que tomó un pequeño ramito, y junto con el romero lo dejo en la mesa delante de la arcana. En esos momentos, notó como la puerta se abría y por ella ingresaba Dennis. Saludándola con una sonrisa en los labios, esperó a que estuviese dentro para dirigirse a ella… pero contrario a lo que se pensaría, lo hizo mentalmente, aprovechando para poder probar si podía llegar a dominar aquella faceta de la legilimancia. —Hola Dennis. —fue todo lo que dijo mentalmente, antes de continuar con sus labores. Quería encontrar alguna planta más, y buscaba una en especifico que parecían pequeñas flocetillas con el centro amarillo y pétalos blancos, pero no daba con ella así que tendría que concentrarse un poco más para conseguirlo.

Encontrarse con la presencia de Aries y Kaori, no era algo que estuviese lista para ver. Pero entendía las ganas que tenían los dos magos de continuar aprendiendo y profundizando sus conocimientos, así que simplemente los saludó con una cabezada y al pelirosa con una sonrisa en los labios y un rápido beso en la mejilla. Sabía que la oclumancia no requería de solamente concentración para bloquear sus pensamientos o mostrar aquellos que eran los deseados, sino que había algo más detrás de ello. Era conservar la calma, permanecer tranquila y con la mente lo suficiente abierta como para no demostrar a los demás que estabas usando la habilidad, por eso es que en esos momentos se sentía capacitada para comenzar a pensar en vincularse con esa habilidad, porque nunca sabría realmente en que momento tendría que usarla y menos en aquella época de guerra que se vivía en Londres, sitio en el que se llevaría acabo la clase y que de momento al estar en los terrenos de la universidad, era seguro pero no podía confiar en que siempre sería así. Observando como la arcana se dedicaba a darles algunas indicaciones e instrucciones a los jóvenes, asintió. No le correspondería cursar la clase con ellos, una lástima pero por otra parte, mucho mejor porque así podría tener la construcción de un conocimiento más profundo de manera personalizada, así que despidiéndose de ellos con una sonrisa, se acercó hasta la bruja y prestó atención a sus palabras. —Dudo que no sepa mi nombre Arcana, pero se lo diré —comenzó con tranquilidad— Soy Mia Black Lestrange. —tras decir aquello permitió que en su mente aparecieran imágenes de varias personas que la buscaban en el banco con ese nombre por ser la directora de dicha institución. —No es que venga a aprenderla, sino a terminar de dominar la habilidad y es importante hacerlo, debido a mi trabajo como funcionaria del banco, el mundo esta en guerra y no puedo permitirme volverme un blanco fácil por no controlar mis habilidades. Aquellas palabras se acompañaron con un suspiro, que dejaba en claro como el interior de la rubia comenzaba a removerse un poco incómoda, al venir a su mente imágenes de algunos duendes causando problemas e intentando debilitar su gestión. Así que, decidiendo que no era bueno brindar tanto acceso a su mente, comenzó a suprimir aquellos recuerdos lentamente, permitiéndose cambiarlos por algunos de ella delante de un escritorio. —La oclumancia es la habilidad para bloquear que una persona indague en nuestra mente, permitiéndonos protegerla y únicamente proyectar aquello que deseamos compartir. No es meramente eso, sino que también tiene una implicación física, porque esta requiere de concentración, tranquilidad y autocontrol. Tras aquellas palabras, permaneció callada y mirando el entornó que la rodeaba. Estaban compartiendo con un bosque, un sitio bastante relajante que permitían el fluir de los pensamientos de manera sencilla y eso, era justo lo que no podía hacer, tenía que mantenerse alerta y controlar todo aquello que cruzaba por su mente.

No sabía cuánto tiempo habían estado esperando en la entrada del centro acuático y no había llegado Sagitas, así que suponía que tendrían que comenzar a resolver por sí mismos la situación. ¿Tendrían que buscar a la encargada o encargado del centro? ¿ellos los buscarían? ¿sabían de su llegada? Meditando aquellas posibles cuestiones, soltó un bufido, hacía un poco de calor y no le era para nada agradable estar en ese sitio rodeado de personas muggles y mucho menos, tener que trabajar más de lo normal. El silencio de su hermana, le inquietaba un poco así que espero a tener un poco de su atención, antes de siquiera comenzar a intercambiar algunas palabras. Tenía mucho que hablar con ella, y más ahora que un anillo adornaba su dedo anular y anunciaba su reciente compromiso. Era tan extraño denominarse así misma una persona comprometida, que soltó una pequeña risotada de nervios y prestó nuevamente atención al lugar en el que se encontraba en cuanto notó como la figura de un mago conocido se acercaba. —Deberían, al menos margaritas para relajar el ambiente… ¿les dijo alguna indicación extra? —preguntó esperando tener un poco más de lucidez en el instante en que arribó Pik. Saludándolo con un rápido movimiento de cabeza, espero a que terminara acercarse, para comenzar a pensar en qué era lo siguiente que tendrían que hacer. Porque era obvio que ninguno de los tres deseaba trabajar, pero quizás podían explorar un poco el lugar y con ello, encontrar algo en que perder el tiempo, ¿sería tan difícil hacer eso? Esperaba que no, así evitaban el motivo por el cual se encontraban allí. — ¿Quieren dar un pequeño paseo? Conozcamos nuestro centro de trabajo. —soltó con diversión en la voz, esperando a que la siguieran comenzó con la caminata.

La tensión del cuerpo de Dennis se estaba disipando, ¿eso era algo bueno? Posiblemente, porque a ciencia cierta, la Black Lestrange poco o nada había entendido porque se sentía intimidada, al menos en su presencia. Sabía que tenía cierta fama, pero intentaba siempre mostrarse amable con las personas y más, por su puesto como directora del Banco Mágico de Gringotts, puesto que desempeñaba con dedicación desde hacía algunos años. —Claro Dennis, aunque me podría llegar a costar un poco de trabajo. —admitió sin problemas, algo que en realidad no era tan cierto, pero que quizás justificaría o disminuiría aún más el nerviosismo de la Delacour.— ¿Conoces de cerca los jardines y el bosque de la familia? Sus palabras tenían la intención de continuar conversando con ella, mientras esperaba que su hija le diese alguna respuesta. Puesto que tenía algo importante que contarle y ahora que estaba Dennis en aquel sitio, quizás también podía ayudarla a brindarle información o la información que requería, porque comprometerse no era un paso fácil, así que tampoco lo serían la realización de todos los trámites en el Ministerio de Magia. — ¿Quieren ir a dar un pequeño paseo por el bosque? Están algunas de mis criaturas y seguramente también las de algunos de los miembros de la familia. —confesó. Esperando que así fuese, porque tenía muchísimos meses que no preguntaba y mucho menos sabía siquiera del paradero de sus animales, a los cuales había adquirido en un arranque ambientalista extraño que la poseyó, porque ciertamente no eran criaturas que le agradaran y mucho menos que le despertaran un interés genuino.

Mia Black Lestrange, Directora del Banco Mágico de Gringotts. Meses antes de la deeclaración de Guerra. El trabajo del Banco era cansado y tedioso a partes iguales, disfrutaba de hacerlo pero había veces en las que únicamente quería retirarse temprano a su casa y disfrutar de la compañía de su familia y seres queridos. Claro, era justamente lo que quería, pero los duendes últimamente no se lo ponían fácil, era necesario supervisar casi todo el trabajo que realizaban, porque estaban poniéndole pequeñas trabas para dejar en claro que no les gustaba que una bruja fuese acreedora del cargo que durante muchos años desempeño la duende Ritta, pero que con su jubilación ella había asumido. Al inicio, habían sido cooperadores y mostraron su apoyo a la Black Lestrange, pensando que era algo temporal pero al darse cuenta que no era así, encabezados por Hera, mostraban cada vez más su descontento, colocando su dirección en una posición complicada de conservar, pero que gracias a la confianza del ministro y la viceministra, había conservado aquel cargo durante casi cinco años, así que obviamente algo estaba haciendo bien, pensando en todas aquellas cuestiones, soltó un bufido cuando ingresó un duende a su despacho y le anunció que quería verla alguien. --Hagan pasar a la señorita Crowley. --pidió, usando el apellido de la familia del que en esos momentos creía o estaba seguro que era algo más que un amigo en su vida. No tenía idea de que era lo que la traía hasta allí, así que lo intentaría descubrir y más, al saber que venía como emisaria del Departamento de Cooperación Mágica Internacional. Así que esperando, se levantó y se acercó hasta la mitad de su despacho, esperando con una sonrisa en los labios. --Bienvenida señorita Crowley, ¿en qué puedo ayudarla? --preguntó de manera directa, invitándola a pasar y tomar asiento-- Perdone que sea tan directa, pero no estoy acostumbrada a recibir visitas. --aclaró con tranquilidad.

~ Duende Hera Meses antes de la declaración de Guerra El Banco Mágico de Gringotts, estaba en declive desde su perspectiva. Desde que la duende Mynerva se había jubilado y el Ministro de Magia impuso a una bruja como directora de la institución, todo estaba en pique. Porque no todos los duendes la apoyaban, claro que no ¿cómo podían siquiera en apoyar a una persona que representaba de la manera más pura y simple el robo de objetos y magia del que habían sido victima durante años? Aunque claro, había unos cuantos que si estaban a favor, porque aseguraban que era una excelente líder y que tenía capacidades mágicas insospechadas. —Tiene que irse, y todo su séquito de magos que ingreso con ella. —soltó, esperando no haber sido oída, porque en caso contrario estaba segura de que tendría problemas, porque si algo era cierto era que Mia Black Lestrange, era cero tolerante cuando alguien cometía un error. Algo que le agradaba, pero a la vez le generaba conflicto, porque ella estaba segura de que debió haber sido la siguiente elegida como directora, era la duende que más tiempo tenía trabajando en aquel lugar y que más conocía el funcionamiento del lugar. Pero eso no le importó al ministerio de magia, a ellos solo les importó demostrar cuanto poder eran capaces de absorber y con ello, a cuantos aliados en sus instituciones conseguían posicionar. Esperaba que los rumores fuesen cierto y los búlgaros pronto consiguieran hacerse con el poder británico, y de esa manera de librarían de los magos y brujas ingleses, pero ¿algo tenían que hacer para apoyarlos? Esperaba que algo se le ocurriese y consiguiera unir a sus compañeros, los cuales en esos momentos estaban trabajando de manera mecanizada, como cada día desde el alba hasta el ocaso.

Al parecer había conseguido su cometido, porque había sorprendido a la Delacour, quien dejo a la vista que no le gustaba mucho ser encontrada así. Así que sin poder evitarlo, al ser su rostro preocupado soltó una pequeña risotada, ¿era la imagen que tenían todos de ella? ¿Qué siempre se enojaría por cualquier detalle? Era posible, siendo profesora era la que proyectaba y disfrutaba de hacerlo, pero no en esos momentos. Porque, estaba en su casa y no había nada que ocultar, otra pequeña ventaja de no pertenecer más a la marca tenebrosa. —Puedes llamarme Mia, estamos en una conversación informal. —pidió la Black Lestrange, mientras se dejaba hacer a un costado de la banca— ¿Te gustan los lagos y los bosques? Debo admitir, que estos son mis favoritos y siempre que necesito pensar o relajarme, son mi sitio elegido. Compartir con la recién llegada algunos de los detalles de sus gustos, le ayudarían a quitar aquella cara de susto que tenía. Por lo que con tranquilidad esperó su respuesta y proceso la información que le estaba otorgando, claro tenía que ser familia de Kaori, no por nada compartían el mismo apellido, tras esa revelación mental que había tenido, asintió y notó la presencia de su hija Ashura, a la cual tenía cierto tiempo sin ver, así que le alegró sobremanera, porque por unos meses pensó que volvería a recluirse en Japón y que demoraría más en volver a Londres. —Hola cariño, es todo un placer verte por aquí… —saludó con un beso a su hija y un rápido abrazo— ¿Cómo has estado? ¿Te quedarás una temporada? —añadió mirando a su primogénita y esperando obtener alguna respuesta. Sabía que nunca había sido una madre muy presente en la vida de sus hijos, pero a todos los amaba y quería lo mejor para ellos, quizás lo único que lamentaba era haber sido madre a tan temprana edad, porque eso le impidió demostrárselos más allá de una buena educación y una familia respetada a la cual acudir. Con esos pensamientos, se quedó en silencio, escuchando el intercambio de palabras entre Ashura y Dennis.

No sabía en que momento había pensado en que cursar Estudios Muggles, durante el mes de agosto sería la mejor decisión. Si la última vez que intentó cursar ese conocimiento, había terminado hospitalizada en un centro médico muggle, en donde en vez de ayudarla casi la matan. ¿Quería exponerse nuevamente a ese riesgo? Sabía que la vida era un riesgo y que morir, en su condición era algo básicamente imposible, pero el punto era que en esos instantes, estaba dudando sobre cursar o no la clase. Meditando sobre las posibilidades que tenía de cancelar su asistencia, negó con lentitud. No podía hacer eso, porque de hacerlo estaría perdiendo únicamente de nuevo dinero y esa no era la idea, así que sería mejor prestar atención a la lechuza que recientemente había llegado con una carta de Sagitas, dando las indicaciones a seguir. — ¿Un trabajo? ¿otro trabajo? Esa bruja esta loca, que cree que tengo tiempo para ir a ofrecer mis servicios a esos tontos muggles. —soltó con frustración. Tenía suficiente carga de trabajo en el Banco Mágico de Gringotts y la idea, de desplazarse hasta el Centro Acuático de Liverpool, no era algo atractivo y no por estar rodeada de indeseables, sino por el simple hecho de tener que retrasar trabajo que tenía en la institución financiera para atender el trabajo que su adorable profesora había conseguido para ellos. La única opción que tenía, era trabajar de noche en el Banco y por el día en aquel sitio. Mirando fijamente el traje de baño de una sola pieza de color rojo que tenía delante de ella, negó con lentitud porque tendría que usar esa anticuada prenda, pero nada más podía hacer, así que en un vano intento de arreglar su atuendo se colocó un short de color negro y dejó que sus rubios cabellos fueran sueldos en diversas ondas, y sus pies, quedaron enfundados en unas sandalias casuales. Era momento de partir, así que en un simple bolso colocó una muda de ropa de color blanca y verde, que seguramente podría usar en algún determinado momento. Aprovechando que no había prohibido usar la magia para llegar, apareció a las afueras del centro deportivo, envuelta en una voluta de humo negro, al ser tan temprano, no existía presencia de muggles y afortunadamente nadie lo notó. —Hermana, que casualidad encontrarte aquí. —soltó saludando a Juve con una sonrisa en los labios— ¿Sabes que haremos exactamente? ¿ha llegado la profesora? —añadió con un intento de tranquilidad que no tenía.

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Se procede a aprobar esta Bóveda con el número 112932 como la única válida para la Familia Munter, esto después de haber descontado el gasto inicial de la bóveda de las matriarca Beltis y Taurogirl Lavigne, quienes comparten el 50% de las ganancias. Adicionalmente, la familia comenzará a cobrar ganancias desde el día en que solicitó su apertura, es decir, desde el 01 de agosto del año en curso. Dichas ganancias, se pagaran de acuerdo a lo estipulado en la Reforma de Marzo del 2019. ​ Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts

Se procede a reabrir esta Bóveda con el número 109061 como la única válida para la Familia Moody, siguiendo el pedido de moderación y la usuaria Eileen Moody. del día 18 de julio del año en curso. En donde se especifica que ella únicamente será matriarca, así que puede disponer de todas las ganancias que se genere. Adicionalmente, el negocio comenzará a cobrar ganancias desde el día en que solicitó su reapertura, es decir, desde el 18 de julio del 2019. Dichas ganancias, se pagaran de acuerdo a lo estipulado en la Reforma de Marzo del 2019. ​ Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.

@ La bóveda sigue siendo la anterior, te dejo el link --> Bóveda N° 109061 Familia Moody