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Alexander Malfoy

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Mensajes publicados por Alexander Malfoy

  1. Era consciente de que entre aquellos invitados él era más un extraño que un viejo conocido al que saludarían con dos besos, un abrazo o una palmada en la espalda, pero Alexander se había acostumbrado a ser uno de los grandes tapados del mundo mágico: uno de aquellos magos que permanecían continuamente en la sombra, amenazantes como lobos gruñendo desde su guarida, pero que en cualquier momento en el que estuviesen dispuestos movían pieza para desatar todo su talento, dejando sin aliento a todos aquellos que alguna vez se permitieron llegar a dudar de ellos.

     

    No esperaba encontrarse con demasiados que pudiesen reconocerlo, pero tampoco le importaba demasiado, pues podía ser que incluso llegase a chocar con algunos, tal vez únicamente. Si se cruzaba con Tauro la felicitaría con sinceridad, y si se le presentaba la oportunidad le diría algo que hacía mucho tiempo que le quería decir.

     

    Acudía a la boda como acompañante de una amiga con la que se había encariñado hacía ya mucho tiempo atrás, y es que Evarela Black se trataba de una bruja que también podía hacerse notar si ese era su propósito, y con el apuesto Malfoy lo había conseguido. Realmente, Alexander conocía tan solo a una de las novias en cuestión, tan solo habiendo oído en alguna ocasión el nombre de la otra, pero había sido invitado por la mortífaga y él era un caballero que no faltaba a las grandes citas cuando era convocado para alguna de ellas.

     

    Espero que hayan encargado alcohol suficiente –murmuró, pensando en la cogorza que se iba a pillar con todo tipo de licores que a buen seguro tendrían allí dispuestos para los invitados, muchos de ellos acostumbrados a largas noches de bebida pero también a duras mañanas de resaca. A él poco le importaba la ceremonia, el convite y mantener la compostura ante el resto de los presentes, pues lo primero que acudía a su mente en aquel instante era beber y disfrutar de un rato agradable con quien pudiera ofrecérselo–. No quiero tener que montar un espectáculo con los elfos domésticos.

     

    Se dirigió entonces a donde se concentraba el bullicio del tan esperado y laureado evento, y ese lugar no era otro que los jardines del Castillo Ivashkov. Caminó con paso firme a través de los senderos, cuidadoso para conservar su traje totalmente impoluto, elegante y adecuado para una ocasión como la que se presentaba, y negro en contraste con la camisa blanca que escondía bajo él, en contraste también con su larga cabellera rubia, recogida en una coleta como pocas veces había hecho. La barba y la perilla las presentaba recortadas, pero aún se mantenían cubriendo parte de su rostro, marcando especialmente su mandíbula.

     

    Que alguien me diga cuál es mi sitio –dijo mientras buscaba con la mirada a algún elfo doméstico, quizás porque tenía ganas de golpear a alguno de ellos. Realmente no sabía si la ceremonia ya había dado comienzo y llegaba tarde a la misma, pero al menos se presentaba a tiempo y antes de que desalojasen a todos los testigos de la unión.

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  2. Bueno chavales, vengo después de un tiempo a quitarle las telarañas a este hilo xDD Me dio por actualizar la ficha, que necesitaba aires nuevos, y realmente estoy muy contento con el resultado final.

     

    La dejo por aquí, así que ya sabéis, cualquier cosa que esté mal o que haya que cambiar tan solo me lo decís y punto. Coloco la ficha completo, porque he cambiado cosillas en casi todas las partes. Si solo fuera en una pondría el apartado en concreto, pero no es el caso xD

     

    Saludos y gracias!

     

     

    http://i.imgur.com/LBMuB.png

    http://i.imgur.com/CroGH.png
    Fotografía de Alexander y Mónica

     

     

    Datos Personales:

    Nombre del Personaje: Alexander Malfoy.

    Sexo: Masculino.

    Edad: Adulta.

    Nacionalidad: Inglesa.

    Familia(s):

    • Sanguínea: Malfoy.
    • Adoptiva: Triviani.

    Padre(s) Sanguíneo: Gatiux.

    Padre(s) Adoptivos: Aland Black Triviani.

    Trabajo: Empleado. División de Bestias. Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.

     

     

    Poderes Mágicos:

    Rango Social: Unicornios de Bronce.

    Bando: Neutral.

    Rango dentro del Bando: --

    Puntos de poder en objetos: 80

     

    Hechizos adicionales: --

     

    Puntos de poder en criaturas: 10

     

    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

     

    Habilidades Mágicas: --

     

    Conocimientos Especiales:

    • Artes Oscuras.
    • Aritmancia.

    Perfil del Personaje:

    Raza: Licántropo.

     

    Aspecto Físico:

     

    http://i.imgur.com/wS0Ee.jpg
    Alexander Malfoy

     

    Es un joven alto y delgado, de complexión atlética y piel de tono intermedio, ni muy morena ni muy pálida, en un equilibrio perfecto. Posee unos hipnotizantes ojos azules de intenso brillo, muy expresivos. Suele afeitarse la barba con frecuencia, aunque siempre mantiene en su mentón una pequeña perilla. Tiene el pelo largo hasta los hombros, de cabellos rubios como el oro, liso y sedoso. En su rostro suele brotar una media sonrisa ante determinadas situaciones que le causan gracia, satisfacción o suficiencia.


    Quienes se encuentran con él con frecuencia, todos ellos dirían que se trata de un joven que siempre anda sumido en su propio mundo, con la mirada perdida en alguna parte de la que no quiere volver. Desde fuera se ve como alguien frío, con movimientos lentos y aún así atractivos, pero cuando pierde el control parece una persona totalmente diferente, tal y como ocurre en los días anteriores a su transformación.
    Cuando es noche de luna llena, su pelaje es totalmente blanco, como si se tratase de un lobo de las nieves.
    

Tiene diversas cicatrices distribuidas a lo largo de su cuerpo, tales como el brazo derecho, el vientre o surcando su mejilla izquierda.
    • Varias de las cicatrices situadas en su vientre son fruto de algunos cortes de espada que Alexander recibió por parte de Silverlyn en una de sus noches de luna llena.
    • Al otro lado del vientre, se encuentra una que surgió a raíz de un corte provocado por las zarpas de un colacuerno húngaro.
    • Tiene otra atravesando su ojo izquierdo, producida por un cuchillo en una pelea callejera en la cual casi se queda parcialmente ciego.
    • En su brazo derecho se encuentra la última, cuyo origen no alcanza a recordar pues se la ganó cuando estaba borracho.
    También tiene varios tatuajes decorando su piel. Cada uno de ellos representa una etapa de la vida de Alexander, y tan sólo él sabe el significado completo que esconden detrás.
    • En la espalda tiene tatuado un ave con las alas abiertas, como si estuviese a punto de echar a volar. Se asemeja a un fénix.
    • Su brazo izquierdo lleva el tatuaje de la Marca Tenebrosa, como recuerdo de todas las veces que fue miembro de los mortífagos.
    • El pectoral izquierdo está decorado con una runa antigua, recuerdo de un amor roto.
    • Su vientre guarda un extraño símbolo indescifrable para cualquiera, pues se trata de una retahíla de números que aparentemente no tienen sentido: “31 21 10 23 21”.
    • En su pierna derecha está dibujada una luna en cuarto creciente. De entre todos los tatuajes, este tiene el significado más obvio.
    La ropa que más utiliza son unos viejos y desgastados vaqueros combinados con una camiseta blanca, y en ocasiones camisas de tonos rojizos o azulados. En invierno suele llevar también un gorro azabache puesto en la cabeza junto con una chupa de cuero o un abrigo de tintes oscuros que protege su cuerpo de las heladas, así como una braga cubriendo su cuello y mitones en sus manos. Detesta las túnicas y demás prendas de ropa usadas dentro del mundo mágico, y quizás sea por falta de costumbre por la que prefiere la sobriedad de los ropajes muggles.

    Cualidades Psicológicas:

     

    Alexander es frío como su mirada. También astuto y reflexivo, aunque puede llegar a ser muy impulsivo cuando se deja llevar en pos de unos sentimientos profundos que siempre oculta a los ojos de los demás. Dichas emociones sólo brotan y las hace dejar ver ante aquella persona a la que más quiere: la mujer que ama. Le cuesta coger confianza con la gente, pues prefiere vivir aislado antes que verse involucrado en cualquier evento social y rodeado de otros magos y brujas, y aunque se encuentre acompañado por alguien de fiar sigue rehusando a mostrar lo que siente. Prefiere pasar desapercibido a ser el centro de atención.


    Con una gran ambición por llegar a ser un mago de renombre, vive a la sombra de su pasado y dominado por una vieja melancolía con la que ha tenido que aprender a convivir. Una oscuridad intensa crece en su interior desde que fue mordido por un licántropo en su infancia, por lo que siempre lleva encima, a pesar de que lucha por ocultarlo, un gran instinto asesino y una sed de sangre que no termina. Para él, cada muerte bajo sus manos es la gloria, cada zarpazo un gozo y cada maldición procedente de su varita un pequeño orgasmo.
    Nunca sabe si actúa correctamente o no y por ello vive preguntándoselo, y en más de una ocasión hace algo de lo que más tarde se arrepiente de forma prolongada, castigándose una y otra vez por cada uno de sus errores. En ocasiones duda de si su lealtad a la Marca Tenebrosa es la mejor opción, pues su cuerpo se llena de una intensa ira con tan solo imaginar que otro mortífago le pone la mano encima a su familia muggle.
    

Lo entrega todo por aquello que quiere hasta que lo consigue, jamás se da por vencido ante nada. Podría decirse que cuando Alexander pierde la esperanza en lograr uno de sus objetivos, es porque es imposible alcanzarlo para otro cualquiera. Quizás a veces peque incluso de egoísta cuando se centra en obtener aquello que quiere, olvidándose de todo lo que hay su alrededor e incluso utilizándolo a su antojo para salir victorioso en sus propósitos.

    Historia:

    Historia de dos ciudades
    Alexander Malfoy nació en un frío y lluvioso 31 de diciembre entre los Malfoy, pero su madre Gatiux lo entregó a una familia muggle para que lo cuidasen como uno más, lejos de los conflictos mágicos que pudiesen hacer peligrar su vida. Así, creció entre ellos y sin conocimiento alguno de que se trataba de un mago descendiente de un noble linaje hasta muchos años más tarde, pues tan pronto entró en su nueva familia siendo tan solo un bebé perdió su apellido y adoptó el sobrenombre de Gallagher.


    Cuando tenía cinco años, un extraño que se hacía llamar Christopher Vega lo fue a visitar a su casa de Londres, quien al conocerlo le acarició la mejilla, transmitiéndole un poder que no pudo reconocer. En el salón de su propio hogar, este hombre sometió a Alexander a una pequeña prueba, alegando que tanto el pequeño como él eran dos magos, y la cual consistía en que el pequeño brujo debía escoger un objeto entre cinco que se le daban a elegir, eligiendo de entre todos una pluma de fénix.
    Ante este hecho, Vega se marchó de la casa de los Gallagher, enojado por la “pérdida de tiempo”, y no regresaría allí hasta mucho tiempo después. Alexander no comprendió entonces qué significaba nada de aquello, ni qué había implicado su elección, y nunca llegaría a saberlo con certeza.
    Más allá de los sueños


    Tras el encuentro con Vega, Alexander comenzó a tener extraños sueños que lo atormentaron cada noche durante muchos años, y en todos ellos aparecían un grupo de personas que no conocía que lo llamaban por otro nombre: Alexander Malfoy. Estos sueños se repetían cada vez que tenían la oportunidad y provocaban un gran sufrimiento e incertidumbre sobre el joven mago, aunque, en una ocasión cuando tenía dieciséis años, un muchacho de cabellos naranja que también era brujo le desveló el significado de las repetidas pesadillas con un acertijo: Encuentra a esas personas, y encontrarás a tu verdadera familia.


    Gracias a la ayuda de aquel misterioso chico, Alexander se pasó semanas buscando a quienes se aparecían en sus sueños nocturnos. Poco después de aquel encuentro fue mordido por una vieja amiga de su infancia, la cual siempre le ocultó su verdadera naturaleza licantrópica. Estuvo a punto de morir desangrado, y sin embargo Vega apareció en el momento justo, salvándolo, aunque al devolverlo a la vida tuvo que hacer un sacrificio; un sacrificio que provocó que en el interior del Malfoy brotase una misteriosa oscuridad que lo acompañaría para siempre desde aquel instante, y que además haría que Alexander olvidase toda su vida pasada. Borrón y cuenta nueva.
    

Años más tarde, una bruja pelirroja de gran renombre se puso en contacto con él y lo contrató como asesino, valiéndose de una espada, puesto que aún no era capaz de controlar su magia, y fue en esta época donde comenzó a adentrarse en el mundo del alcohol y de las drogas para poder evadirse. Si Alexander ayudaba a dicha extraña, ella lo ayudaría a encontrar a su familia, y la bruja cumplió su trato, llevándolo finalmente a la Mansión Malfoy, donde conoció a todos sus parientes que lo estaban esperando, para luego comenzar a estudiar en la Academia de Magia y Hechicería y llegar convertirse en un mortífago. Aquella bruja, cuyo nombre fue revelado finalmente como Alyssa Black Triviani, fue uno de los principales apoyos de los que gozó Alexander y una gran mentora en su camino hasta la Marca Tenebrosa.
    Serpientes, acromántulas y chacales
    

Una vez en Ottery, Alexander tuvo una relación amorosa con Mey Potter Black primero y con Silverlyn después, durando la primera poco tiempo y la segunda mucho más. Silverlyn fue un gran capítulo en la vida de Alexander, un amor loco e imposible que lo marcó y a quien incluso convirtió en mujer lobo, pero que, como todo, llegó a su final, y el Malfoy no volvió a ser el mismo desde entonces, tornándose mucho más receloso con el mundo. Después de ese suceso, se alejó de Londres y de la sociedad mágica en busca de la tranquilidad que necesitaba, desapareciendo así del bando de los mortífagos por primera ocasión, pero siempre profesando lealtad hacia él.
    Durante sus múltiples viajes a lo largo del mundo como ermitaño, se dedicó a hacer un estudio sobre la vida y naturaleza de los dragones así como de otras criaturas mágicas, además de aprender todo lo que pudiera sobre los secretos de la magia. Tras las cortas estancias en exóticos parajes de Finlandia, Mongolia, Tailandia (donde se enfrentó a una poderosa acromántula y se marcó el cuerpo con ciertos tatuajes) o los Andes, Alexander se asentó durante meses en Egipto, más concretamente en un refugio de magos oculto cerca de Luxor.
    Ascenso y caída de Alexander Gallagher
    Fue entonces cuando decidió regresar, con la intención de hacerse un hueco en la sociedad mágica. Abrió un negocio en el Callejón Diagón llamado Passio Arcanum, el cual compartía con Mónica Malfoy Haughton, y buscó un lugar en el Ministerio de Magia desde el Departamento de Control y Regulación de Criaturas Mágicas, deseando por encima de todo retornar cuanto antes al bando mortífago. Tras su vuelta, revivió una historia pasada con su socia, con la que mantuvo una cercana amistad durante toda su vida, y encontró junto a ella la serenidad que durante toda su vida había buscado, compartiendo así un futuro con la bruja, pero la relación finalmente se rompió. El nuevo fracaso amoroso hizo mella sobre él, aunque en el fondo seguía amando a la bruja.


    Tras aquella relación, Alexander tuvo encuentros con otras brujas con las que compartió ciertas noches de cama, pero nunca llegó a ir más allá con ellas. Continuó viviendo en la Mansión Malfoy con la intención de pasar totalmente desapercibido entre sus familiares, sin hacer demasiado ruido, trabajando en silencio hasta que los mortífagos estuvieron dispuestos a recibirlo de nuevo en sus filas.
    Una vez alcanzada dicha meta, Alexander comenzó a crecer rápidamente dentro de la Marca Tenebrosa: alcanzó el rango de Tempestad, y le fueron confiados ciertos cargos como el de Profesor de Generales en representación del bando tenebroso o Líder del Escuadrón de Guardianes en sustitución de Ainé Malfoy. Pasado un tiempo donde su implicación resultaba irreprochable, terminó teniendo un enfrentamiento con la Tríada, más concretamente con Beltis Malfoy, hecho que provocó su renuncia a la Marca de manera indefinida por puro orgullo y dignidad.
    No hay sitio como el hogar
    Retomando sus antiguos viajes, Alexander visitó a su familia muggle en Londres y luego marchó hasta Escocia, frecuentando allí ciertas tabernas donde se ganó cicatrices como la del ojo o el brazo en mugrientas disputas contra otros borrachos. En una de estas tascas se encontró con Evarela Black, una vieja conocida de Ottery St. Catchpole, quien se vio enzarzada en una pelea con un mago que terminó con él muerto. Otros se abalanzaron sobre ella después con intención de vengar a su amigo caído, por lo que Alexander intervino desde las sombras para ayudarla a defenderse, dando muerte a todos ellos entre los dos.
    Este delito público los convirtió en fugitivos a ojos de la Ley Mágica, huyendo juntos de ella hasta que fueron finalmente capturados y encerrados en una prisión que ninguno reconoció como Azkabán ni como Nurmengard. Pasaron allí varios meses hasta que lograron escapar, de nuevo apoyándose el uno en el otro, y el primer lugar al que marcharon al alcanzar la libertad fue la Tetería Karnak, antigua propiedad de Evarela en el Callejón Diagón, y tras una apasionada noche entre sus muebles planearon su regreso al mundo mágico de manera abierta, decididos a recuperar lo que un día perdieron.

     

     

    Pertenencias:

    Objeto Magico Legendario: --

     

    Objetos Magicos:

    Objeto 1: Varita mágica de madera de acacia y nervios de corazón de dragón. 31 centímetros, rígida.
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20 pts.

    Objeto 2: Guitarra mágica.
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20 pts.

    Objeto 3: Pensadero de plata.
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20 pts.

    Objeto 4: Daga de plata.
    Clasificación: AA
    Puntos de poder: 20 pts.

    Mascotas y Criaturas:

    Criatura 1: Halcón.
    Clasificación: X -no mágica-
    Puntos de poder: 10 pts.

    Elfos: --

     

     

    Licencias, Tasas, Registros:

    Licencia de Aparición: Aprobada

    Licencia de Vuelo de Escoba: No

    Registro de XXX: --

    Otros datos:

    Otros datos:

     

    • Tiene un especial temor hacia las arañas, surgido a raíz de un encuentro con una acromántula del cual logró salir ileso. Por otro lado, siente un fuerte desprecio hacia los elfos domésticos, a quienes considera animales.
    • Siente especial debilidad y predilección por los dragones.
    • Siempre odió su condición de licántropo aunque con el tiempo aprendió a aceptarla, acostumbrándose a sus transformaciones sin necesidad de emplear remedios mágicos que pudiesen impedirlas.
    • Es un virtuoso de la guitarra y una de sus mayores pasiones es la música country, de la cual aprendió mucho gracias a su madre muggle Penélope, nacida en Tennessee; también ama el deporte, en especial el quidditch del mundo mágico.
    • Prefiere una buena moto a cualquier otro medio de transporte, incluyendo las escobas mágicas Nimbus, Saeta de Fuego o cualquier otra marca.
    • En el pasado tuvo problemas con la bebida y coqueteó con las drogas más duras, muchas veces dejándolo cercano a la muerte.
    • Siempre lleva encima un frasco con su recuerdo más preciado, atado a su cuello para no desprenderse nunca de él.
    • En uno de sus viajes a Egipto para estudiar a las esfinges, recibió como regalo una misteriosa daga cuyo origen todavía desconoce.
    • En aquel mismo viaje, recibió un mote que aún le dura hoy día: los egipcios lo llamaban Chacal debido a su naturaleza licantrópica. Sin saber ni siquiera cómo se lo ganó, hay quienes también lo llaman Cuervo.

     

    Cronología de cargos:

    • Departamento de Misterios, Empleado de la Oficina Coordinadora Investigaciones Alternas: ¿? - febrero de 2011.
    • Departamento de Control y Regulación de Criaturas Mágicas, Empleado en la División de Bestias: ¿? - marzo de 2013.
    • Academia de Magia y Hechicería, Profesor de Generales: 2014.
    • Marca Tenebrosa, Líder del Escuadrón de Guardianes: julio de 2014 - septiembre de 2014.
    • Mortífago Base: mayo 2013 - julio 2014.
    • Mortífago Tempestad: julio 2014 - diciembre 2015.


    Premios y reconocimientos: --

     

     

    Links de Interés Referentes al Personaje:

    Link al Perfil de Comprador MM: --
    Link a Bóveda Personal: Bóveda Nº 81313
    Link a Bóveda Trastera: --
    Link a Bóveda de Negocio: Bóveda Nº 97727 - Passio Arcanum
    Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Nº 78526 - Familia Malfoy
    Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Nº 78361 - Familia Triviani

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  3. La mujer que ingresaba a la Mansión Malfoy no podía ser otra que Arya, quien acudía en busca de su hija con el todo el amor que sólo una madre podía darle, pues estaba claro que, entre tantos lloriqueos y súplicas, la pequeña criatura no encontraba ninguna protección entre los brazos de un Malfoy como yo. Al fin y al cabo, ¿quién era yo sino un mago intrínsecamente malvado, incapaz de sentir, ni mucho menos de cuidar a un bebé como aquel? Me sentía hasta patético sosteniéndolo entre mis brazos.

     

    La bruja caminaba con prudencia a través del hall, con una mirada lastimera que por un instante rompió cualquier coraza que pudiese llevar encima. Bajo unos nervios que amenazaban con hacerla estallar en un llanto de un momento a otro, totalmente apreciables en el temblor de sus labios y la inseguridad de sus movimientos, se acercó lo suficiente a mí como para poder escuchar con claridad sus palabras, pronunciadas en un hilo de voz que se perdió en el corrompido aire de la Mansión.

     

    No tienes que agradecerme nada –le dije, cortante, sin intención de restarle importancia a aquel asunto en el que yo mismo me había involucrado, sin que nadie me lo impusiese, y aún no sabía bien por qué. O mejor dicho, quizás no quería aceptarlo–. Si he pasado por todo esto, es porque fui yo quien lo ha elegido.

     

    Di un paso hacia adelante y le entregué en los brazos a su hija, cuyo rostro se había iluminado nada más sentir mínimamente cerca el calor de su madre, comenzando a soltar ruiditos molestos con los que buscaba algún tipo de cariño. Era demasiado tiempo separada de su madre y muchos peligros que se habían interpuesto entre las dos, así que en cierto modo podía llegar a entender esa necesidad.

     

    Contemplé la figura de Arya durante unos instantes mientras ella estaba totalmente obcecada sobre su retoño, cuidándola y apretujándola entre sus brazos como hacía mucho que no podía hacer. Sonreí para mis adentros y añadí a mis palabras, travieso:

     

    En realidad, y ahora que lo mencionas... Sí se me ocurre una forma con la que podrías pagarme lo que he hecho por ti –el tono de mi voz delataba mis intenciones, sin saber dónde terminaba la broma y dónde daba comienzo una verdadera proposición–, pero eso ya lo iremos hablando durante estos días. No creo que debas marchar por esa puerta, al menos por un tiempo. Debéis protegeros tanto tu hija como tú de lo que os espera ahí fuera, y no es conveniente salir ahora.

     

    ¿Acaso estaba preocupado de verdad? Más valía que sí, ya que acogerla en la Mansión podría costarme más de una reprimenda por parte de mis familiares.

     

    Ya ha sido imprudente de tu parte venir hasta aquí –la frialdad de mi voz hizo que por un momento se rompiese cualquier ternura que aquella escena familiar pudiese hacer surgir, regresando el helador aliento de los Malfoy.

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  4. La cría no dejaba de llorar, no sabía qué le ocurrir para sentirse así y mucho menos qué hacer para acallarla. Intentaba consolarla lo mejor que podía meciéndola entre mis brazos, susurrándole palabras suaves para hacerla sentir protegida, pero las lágrimas no dejaban de resbalar por su mejilla. Suponía que el ambiente sobrecogedor de la Mansión Malfoy era demasiado para una bebé como aquella.

     

    No llores, venga. Venga –comenzaba a perder la paciencia, tal y como indicaba el impositivo tono de mi voz–. Seguro que tu madre llega pronto, sino te llevaré con...

     

    Sentí entonces pasos a mi espalda, unos conocidos en las profundidades de mi memoria, los cuales me impidieron terminar la frase. Uno tras otro, sucediéndose elegantemente tal y como únicamente podía hacerlos sonar una mujer. Me giré lentamente procurando hacer el mínimo ruido, aunque podía sentir cómo me aprisionaba la mirada de quien quisiera que fuese aquella bruja.

     

    Felicity –sonreí saludándola con alivio tal y como si hubiera coincidido con una vieja amiga, aunque ambos sabíamos que éramos mucho más que eso, más incluso de lo que deberíamos reconocer. Más que cómplices de unas travesuras que no se podían contar–. Me temo que aún no ha llegado el momento de sorprenderte con un primo más. Aunque quién sabe, quizás sea más pronto de lo que pensamos. Lo que no puedo asegurarte es el nombre de la madre... Ya sabes.

     

    La Malfoy se desvaneció tal y como vino, ya que ambos teníamos asuntos a los que atender, aunque me sorprendió la poca curiosidad que había mostrado a la bebé que todavía sollozaba entre mis brazos. No importaba, de todas formas. Tarde o temprano tendríamos que ponernos al día, ya que tras tanto tiempo era lo mínimo que nos debíamos el uno al otro.

     

    Entre sorpresa y sorpresa, el portón de la Malfoy se abrió lentamente haciendo chirriar los goznes, con la inseguridad de una mano que no sabe qué se va a encontrar al otro lado de la entrada. Sentí que la niña comenzaba a transformar su llanto en una tímida sonrisa, embelleciendo su rostro infantil hasta hacerle recuperar la inocencia.

     

    Caminé hasta la puerta y ayudé al visitante a abrirla, aunque no hacía falta mucho más para deducir de quién se trataba.

     

    Bienvenida a la Mansión Malfoy, Arya –mi voz era firme, aunque no podía evitar sentirme algo más relajado.

     

    Y lo que habían sido primero lagrimones, que luego pasó por ser un rostro alegre, se convirtió finalmente en la risita de un bebé.

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  5. Seguí a aquella currita hacia el lugar al que me dirigía, el cual suponía que se trataba del despacho de Heliké en el Ladurée. Procuré no mirar demasiado a mi alrededor, buscando no deprimirme con aquel ambiente tan pasteloso y hospitalario que podría hacer vomitar al más duro de todos, propio de una salita de té como aquella. Al menos sabía que encontrarme con la mujer que regía aquel local significaba gozar de una pizca de diversión.

     

    Aquella bruja llegó hasta una puerta oscura, la cual golpeó con cuidado repetidas veces hasta que respondió una voz femenina que provenía del interior. Me miró con una sonrisa incómoda, y giró el pomo lentamente como si no estuviese segura de lo que iba a suceder. Una vez dentro, nos encontramos a una Heliké demasiado concentrada en su papeleo, quien alzó con pereza la vista de sus documentos hasta clavarla con sorpresa sobre mí, para luego mirar a su empleada con una ceja enarcada.

     

    A ti te estaba buscando, mi querida Heliké. Me alegro de verte –la saludé irónicamente, mientras la tercera en discordia marchaba de la estancia con el encargo de un té con whisky. Tomé asiento antes incluso de que Heliké me invitase a hacerlo, y me recliné sobre el sillón con suma comodidad–. No tiene mal trasero esa mujer que trabaja para ti. Ojalá pudiese decir lo mismo de su jefa... Supongo que son demasiadas horas aquí encerrada, con el culo pegado a la silla.

     

    Observé en silencio cómo la bruja que tenía delante me servía un vaso casi a rebosar de whisky, el cual según ella era el mejor que podía ofrecerme. Tomé el pequeño cristal entre mis dedos con cuidado, y con las altas expectativas aspiré el singular aroma del licor, al cual ya me había acostumbrado a tomar como uno entre mis favoritos.

     

    Solo venía a comprobar cómo te encontrabas y si necesitabas algo de ayuda de un viejo amigo. Hay demasiado papeleo sobre tu mesa, y por tu expresión dudo que tengas algo que celebrar –deslicé la mirada sobre su escritorio hasta detenerla sobre un papel garabateado que reposaba en el extremo opuesto–. Ya sabes que desde hace un tiempo... Podemos confiar el uno en el otro, o al menos es lo que nos exigieron en su momento.

     

    Pegué el primer sorbo a mi bebida, saboreándola en mi paladar como si fuera un dulce al que hay que encontrarle el gusto. Eché un ojo a mi alrededor, observando cada detalle de la decoración, la cual se diferenciaba en bastantes puntos respeto a los otros rincones visibles del Ladurée. Me llamó la atención otra puerta situada entre diverso mobiliario, como si Heliké quisiera esconderla de la vista de los que pisasen su despacho. Alcé la mano y la apunté, curioso.

     

    ¿Acaso escondes algo tras esa puerta?

     

    @Helike Rambaldi Vladimir sos vooooos (no sé si funciona esta shit, me da que no)

  6. Aparecí en los jardines de la Mansión Malfoy totalmente exhausto, sujetando entre mis brazos a una pequeña criatura que continuaba llorando en su continuo lamento. Miré a la bebé para cerciorarme de que se encontraba bien, y suspiré aliviado al comprobar que no había sufrido ningún rasguño, pese a que estuviese montando un pequeño espectáculo de lágrimas en mitad de la noche.

     

    Tranquila, ya hemos llegado –le susurré mientras la acomodaba en mi regazo, sin saber muy bien qué podía hacer para tranquilizarla. Comencé a caminar con paso cansado, mucho más que de costumbre tras aparecerme en alguna parte, sin mirar a la niña a los ojos–. Espero que tu madre esté bien.

     

    Comencé a bordear los setos que poblaban los jardines mientras le daba vueltas a Arya y todo lo que había sucedido en el hogar de los Macnair, tal y como si hubiese ocurrido hace más tiempo del que había transcurrido en realidad. Sin comprender del todo la situación, la había ayudado, aún teniéndolo todo en mi contra, y sin nada que me asegurase que estaba haciendo lo correcto. Tapé a la bebé entre mis brazos, consciente de que si me veían con ella podría germinarse un problema más.

     

    Doblé una de las múltiples estatuas blancas que decoraban los exteriores de la Mansión Malfoy, y me incorporé al largo camino de gravilla que serpenteaba el terreno hasta la entrada. Aceleré el paso con la sensación de que alguien me estaba siguiendo, a pesar de que tras mirar a mi alrededor era consciente de que me encontraba solo.

     

    Llegué a la puerta y con la ayuda de un conjuro la logré abrir sin necesidad de separar mis manos de la pequeña, la cual ya había comenzado a calmarse. Entré, y sin más esperé a que sucediese cualquier cosa, observando a la cría que tenía a mi cargo como si se hubiese quedado huérfana.

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  7. Tenía que parar un instante y reconocerlo, y quizás recapacitar por el descontrol de mis últimos actos. En los últimos tiempos, en los que no podía encontrárseme en casi ninguna parte como si fuera un fantasma, estaba frecuentando familias y locales a los que no debía acostumbrarme, de manera que a buen seguro más de un mago que se enterase de estos hechos se encargaría de que no volviesen a hacer algo parecido.

     

    Normalmente espantaba de aquella clase de gente como si fueran la peste, pues siempre se me había enseñado que un mago de mi nivel debía mantener relaciones con otros a los que poder llamar iguales, y nunca inclinarse delante de nadie, y menos de otros a los que consideraba inferiores. Nunca lo había hecho, aunque sí había roto la primera regla. Al poco de mi llegada a Ottery, me había juntado con una bruja de apariencia débil y pálida, pero fuerte como una roca. Aunque nunca nadie había aprobado aquella relación, ahora estaba volviendo por los mismos derroteros.

     

    Alexander... Has perdido el norte –murmuré, hablando conmigo mismo como tantas otras veces. Torcí una esquina en dirección a uno de las locales del Callejón, divertido ante las expectativas de aquel día y lo que podía otorgarme, olvidándome de todo lo demás–. Aunque ya hace mucho tiempo que lo estás.

     

    Entonces leí en la distancia el cartel del negocio al que me dirigía, y en mi mente se dibujó el rostro de una vieja conocida: Heliké Rambaldi, con quien ya había tenido anteriores encuentros y no precisamente afortunados. Si algo era seguro en aquella noche es que la costumbre se repetiría, y con suerte nos llegaríamos a enzarzar en un duelo del que, como mínimo, saldríamos ambos con un par de huesos rotos. O quizás perdiendo algo más importante.

     

    Entré, y nada más poner el pie en la estancia sentí como una arcada recorría mi esófago hasta a punto de hacerme vomitar. Era un ambiente acogedor, lleno de luz, color y ternura al que no estaba acostumbrado, sumado al tintineo de las tazas de té que se escuchaban en cada esquina del Ladurée. El olor a dulce que captaba con mi olfato licantrópico volvió a revolverme las tripas.

     

    Nada como una buena copa de alcohol para desinfectar las entrañas... –gruñí, mirando a mi alrededor con desconfianza, y me acerqué con cara de pocos amigos a la que parecía ser una empleada del lugar–. Llévame hasta Heliké. Sin más demora.

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  8. Mientras continuaba mirando con desprecio al elfo que tenía delante, escuché a mis espaldas una voz femenina que no necesité de mucho tiempo para poder identificar, puesto que su firmeza, pero gozando al mismo tiempo de armonía, era inconfundible. Esbocé en mi rostro una media sonrisa que ensanchó mis facciones, y sin dejar pasar un instante más giré sobre mis talones y vi allí a Felicity, quien se presentaba más que radiante para aquella ocasión, si es que aquella era la palabra correcta... Porque las que acudían a mi mente eran otras, quizás más acertadas, pero menos galantes en la boca de un Malfoy.

     

    Di un paso hacia a ella y tan pronto la tuve lo suficientemente cerca, la tomé de la cintura para atraerla hacia mí y le planté un beso en la mejilla a modo de saludo que, más que en ese lugar, lo sentí rozar una carne más apetecible, que no era otra que la de sus labios. Por un instante sentí cómo el instinto me obligaba a acercarme todavía más, a besar, a morder y desgarrar, pero me detuve antes de sacar la fiera que llevaba tanto dentro, como por fuera. A veces el lobo tomaba control del hombre, pero, ¿al revés? Más complicado.

     

    Y yo creo que no eres consciente del placer que me produce poder tenerte cerca... –le dije con toda la sinceridad y buen decoro que pude, aunque no se correspondía con lo que me hubiera gustado decir con más claridad. Igualmente, el ambiente se respiraba tenso, como si se pudiese tomar y partir en dos con suma facilidad, pero para nada eso implicaba algo negativo. El aroma que desprendía aquella mujer... Me alteraba–. Y poder sentirte.

     

    La seguía tomando de la cintura, pero esta vez rodeándola más con mi brazo. Clavé mi mirada helada sobre la suya durante un par de segundos, y sin preocuparme ni una pizca por mi descaro, comencé a descenderla poco a poco por su cuerpo, ardiendo por ver qué podía esconderse bajo aquellas prendas que tanto lo realzaban.

     

    ¿Por quién has elegido ponerte tan elegante? –le pregunté alzando la ceja, y al mismo tiempo conteniendo una sonrisa que al final se dejó ver–. No tienes por qué agradecerme haber venido. Nadie me ha obligado nunca a hacer nada, y en esta ocasión tampoco.

     

    En ese momento pasó un elfo doméstico a unos metros de mí, y le indiqué sin mediar palabra que me trajese la copa con mayor concentración de alcohol de la que pudiese disfrutar. Conocía a aquel elfo en concreto, aunque no recordase su nombre. De hecho, tenía suerte de que llegase a recordar las sucias facciones de su cara.

     

    Miré a mi alrededor, y noté que todavía estábamos solos.

     

    ¿Te gustaría dar un pequeño paseo, mientras esperamos al resto de invitados? –le propuse, y luego miré la mesa preparada con la cubertería–. ¿O estás ya preparada para sentarte? Necesitaré que me eches una mano, o quizás dos... Me temo que hay demasiado a lo que echar la boca y comer.

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  9. Di un paso sobre la madera de aquel embarcadero encantado, luego di otro, y finalmente otro más, pero siempre con una carga de impaciencia que retumbaba sobre cada uno de los tablones. Miré a mi alrededor en busca de alguien a quien pudiese dirigirle la palabra y que no se tratase de un repugnante elfo doméstico, bufando en soledad en mitad de aquella noche navideña pero a la vez cálida y confortable. Quizás fuese por la magia que rodeaba aquel lugar tan apartado, donde la luna se presentaba en el cielo como la única compañía agradable, y que todo muggle con algo de juicio evitaría nada más divisarlo en la lejanía de la playa.

     

    Había acudido hasta allí en traslador desde Ottery, vestido de gala como nunca antes, aunque nunca debía haberme dejado la compañía en la Mansión. Eché una mirada pícara a la barra situada al otro extremo del embarcadero y suspiré. Nada como un buen trago de alcohol que sirviese para ahogar la espera de aquel momento, pero debía mantener la compostura al menos hasta que comenzasen a aparecer el resto de los invitados. Ya habría tiempo más tarde para empinar el codo, y mejor hacerlo con alguien más en quien poder ver cierta belleza, aunque fuese con la vista nublada por el alcohol.

     

    Al fin y al cabo, la Navidad, al igual que el resto de las celebraciones, eran una mera excusa para volar de este mundo hacia otro mejor, pero nunca alejándonos de su superficie.

     

    Pasó entonces uno de los elfos domésticos por mi lado, vestido expresamente para la ocasión de una manera tan ridícula que por un momento sentí cómo se me revolvían las tripas. No sabía cómo podían despertar aquel odio en mí aquellos monstruos tan repulsivos. Que hicieran lo que tuviesen que hacer, y que se diesen prisa en esfumarse de allí para no volver. Sucios esclavos desechables, eso eran, por encima de cualquier otra cosa.

     

    Lo golpeé en la cabeza con la palma de la mano y gruñí como si fuera un lobo, pero sin serlo. O al menos aún no.

     

    Date prisa para que todo esté listo cuanto antes –le advertí con severidad, haciendo que su sombrero navideño cayese sobre la madera del embarcadero–. No quiero tener que cargar con vosotros ni un segundo más, torpes y desgraciados.

     

    Exhalé una bocanada que se deshizo en el aire como una respiración helada en una noche fría, aunque no era esa la sensación que transmitía el ambiente. Por muy apropiado que fuese para la época que nos estaba tocando disfrutar en aquel instante, se respiraba tranquilidad y calor, como el que transmitían las brasas de una chimenea en una noche invernal.

     

    Sí, sin duda aquella velada era la típica velada navideña, pero a la vez cálida y confortable. Muy extraño para alguien que odia los encuentros, costumbres como aquella y una dulzura que se le antoja hasta antinatural.

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  10. Mantuve el contacto visual con aquella loba durante unos instantes, como si algo me hubiese atrapado en su mirada, sin dejarme escapar de ella. Algo bello se escondía en lo más hondo de sus grises abismos, algo que me hizo traer de vuelta a mi mente numerosos recuerdos que creía ya olvidados. Todas aquellas imágenes que se repetían una y otra vez en mi cabeza como diapositivas... Sí, alguna vez habían significado algo para mí, pero una vez rescatadas del olvido ya no sabían transmitirme las mismas emociones que en su momento sí pudieron.

     

    Ahora en mi interior tan solo se albergaba odio, una ira acumulada durante demasiados años que por mucho que quisiese expresarse hacia afuera, nunca lo hacía con suficiente fuerza como para desvanecerse. Los ríos de sangre discurriendo por la tierra no la aplacaban, y ni mucho menos algo que no lograse exhalar tanta adrenalina por mis poros. Tenía que aprender a convivir con una furia tan vieja que parecía volverse eterna por instantes.

     

    No tengas miedo de mí, preciosa –le susurré mientras me acercaba a la criatura, consciente de que bajo aquella fachada feroz y salvaje se escondía una mujer que conocía tan bien como los pasillos de la Mansión Malfoy. O que alguna vez llegué a hacerlo–. Sé que no huirás de mí, no puedes hacerlo.

     

    Seguí dando pasos uno detrás de otro, hasta que estuve lo suficientemente cerca como para sentir su respiración contra la mía. Alcé la mano y comencé a acariciarle su pelaje blanco, como si no me pudiese creer que pudiese estar allí, pero en cuanto lo rocé de manera casi imperceptible, retrocedí y eché mano de mi varita, apuntándola con ella hasta que me respondió con un gruñido amenazador.

     

    El pulso no me tembló, y mientras continuaba la punta de la varita clavándose directamente hacia su cuerpo, comencé a murmurar:

     

    Cruc...

     

    Pero antes de que pudiese terminar de formular la maldición, un viento surgido de la nada se levantó a mi alrededor, rodeándome pero sin hacerme mover del suelo ni un ápice. La loba continuaba mostrando sus colmillos, amenazante, y sin parecer percatarse de lo que estaba sucediendo. En ese momento se abalanzó sobre mí, con las garras en alto...

     

    Y entonces todo se fundió a negro, y cuando la oscuridad se desvaneció, me encontraba en un bosque diferente al que me encontraba. Una figura se encontraba en la lejanía, desorientada.

     

    Era Alaine.

     

     

    * * * * *

     

     

    Bueno, pues seguimos aquí, al pie del cañón! Es una pena que seas la única alumna en esta ocasión, Alaine, porque el rol me está pareciendo de lo más interesante, si tengo que ser sincero. La verdad y lo repito, un auténtica pena.

     

    Igual, hay que seguir con las obligaciones (?), así que dejaré un poco de información para la siguiente y última tarea que dejará Arya en el siguiente post. Aparte, he seguido corrigiéndote yo mismo. La calificación la encontrarás al final de todo.

     

     

    Rangos sociales, conocimientos y habilidades especiales

     

    Rangos Sociales: Al ingresar al foro, todos formamos parte de algún tipo de Rango Social, éste, no da ciertos beneficios que podremos utilizar solamente al momento de rol, no en asaltos/redadas u duelos. Por ejemplo, al comenzar, ostentamos el Rango de "Aprendiz", al momento de Graduarnos en la Academia, pasamos a formar parte de los "Unicornio de Bronce". Cuanto más desarrollo tiene uno dentro del foro, más posibilidades hay de ascender en Rango Social, lo cual, como dijimos con anterioridad, te permitirá adquirir ciertas cosas en el Magic Mall, de acuerdo a lo que ostentas, el maneje de ciertas criaturas, y la adquisición de conocimientos especiales.

     

    Los Rangos restantes son: Unicornio de Plata - Unicornio de Oro - Dragón de Oro y Orden de Merlín.

     

    [Link informativo]

     

    Conocimientos: Los conocimientos son otra de las cosas que nos servirán al momento del rol. Como asunto primordial y de mayor importancia, serán los encargados de abrirnos las puertas al mundo Ministerial, puesto qué, al momento de querer ingresar a alguno de los Departamentos como aprendices/empleados cada uno de los mismos tiene mínimos requisitos en materia de Conocimientos. Cuando se gradúan se les permite adquirir dos conocimientos que son los que les servirán al momento de haber escogido un trabajo, y aparecerá en el apartado de su ficha correspondiente al mismo. Luego de eso, y dependiendo el Rango Social, se permite tener más de dos, y se cursan en la Academia.

     

    [Link Informativo]

     

    Habilidades Especiales: Las mismas son similares a los conocimientos, solamente se pueden utilizar en cuestión de rol, pero tienen una especie de singularidad, algo más creativo y que le da más diversión al rol. Un ejemplo claro, puede ser la Metamorfomagia, la Legilimancia, la Nigromancia, etc...

     

    [Link Informativo]

     

     

    Correcciones

     

    Alaine:

     

    De nuevo me vuelves a sorprender muy gratamente. Es realmente gratificante encontrar en esta clase un rol tan bueno como el tuyo, y también bastante excepcional. Limpio, conciso y muy bien estructurado, con todos los elementos que potencialmente distinguen al rol bueno del malo. Continúa así.

     

    En cuanto a la tarea, perfecta en esta ocasión, muy buen trabajo.

     

    Nota: 20 Puntos (Rol) + 10 Puntos (Tarea) = 30 Puntos

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  11. Mis expectativas en aquella clase habían decrecido considerablemente, ahora que habían transcurrido ya varios minutos y tan sólo se había presentado una de las alumnas de la lista. Situado junto a Arya, mi acompañante en el profesorado en aquella ocasión, la invitamos a abandonar las grandes colocadas al fondo del anfiteatro para así acompañarnos durante aquella velada tan invernal, adornada con tantos copos de nieve que comenzaban a cubrir ya el bajo de nuestros pies.

     

    La sonrisa de complicidad que le había dedicado a Alaine se desvaneció rápidamente al escuchar cuál era el origen de su sangre, y tampoco me importo lo más mínimo el mostrársela, sin disimularla un ápice. Arya ya conocía cuáles eran mis ideales y que llegaría a dar la vida por ellos en caso de que hiciese falta, pero, ¿una Malfoy con aquella historia, compartiendo sangre con unos despreciables muggles? Si por mí fuera, la tomaría del cuello y le soltaría una amenaza junto a su oído que jamás olvidaría, dejándole la sangre más helada que nuestro aliento aquella noche.

     

    Pero había que guardar las formas y mantener la compostura.

     

    Bienvenida a tu clase de Generales, Alaine. Bello nombre el que tienes, igual que el apellido, así que espero que seas capaz de defenderlo con todo el coraje que puedas reunir –le advertí, machacándola con la mirada de tal manera que supiese que hacerlo no iba a ser en absoluto una tarea fácil–. Mi nombre es Alexander Malfoy, tal y como te ha indicado tu amable profesora –le dediqué un gesto de complicidad, con una sonrisa que los dos sabíamos qué significaba–. No te olvides de nuestros nombres, y nosotros haremos el esfuerzo de recordar el tuyo.

     

    Entonces Arya nos presentó una cajita a los dos una vez estuvimos juntos sobre aquel escenario desamparado. La miré con curiosidad, intentando adivinar qué era lo que pasaba por su mente durante aquel momento, pero entonces decidí esperar a ver qué podía suceder. Después de la experiencia durante la primera clase que habíamos compartido, donde varios alumnos salieron heridos e incluso con riesgo de morir, quizás era su turno para hacer algún tipo de maldad... Aunque no encajase del todo con su carácter.

     

    Pero antes siquiera de que pudiese alzar la mano y decir algo, un viento nos engulló a los tres hasta transformarlo todo en una oscuridad impenetrable. Me recordaba a viajar en traslador, pero de una manera más peligrosa, más veloz; quizás transmitiéndome aquellas sensaciones al desconocer cuál sería nuestro destino tras la actuación de aquella magia.

     

    Abrí los ojos una vez sentí que todo había terminado, y los enfoqué mirando a mi alrededor. Me encontraba en mitad de un bosque, y aunque el escenario podía haber cambiado, no parecía haberlo hecho la hora en la que me encontraba. El cielo continuaba plagado de estrellas a aquellas alturas de la noche.

     

    Me incorporé con cuidado, sintiendo como si me hubiera partido algún hueso, pero sabía que sólo había sido el impacto de la caída. Miré de nuevo en todas direcciones, intentando encontrar a Arya o a Alaine, pero no había ni rastro de ellas. En aquella ocasión, me volvía a encontrar solo...

     

    O eso pensaba hasta que vi a un lobo en la lejanía, mirándome con unos ojos grises que nunca había sido capaz de olvidar.

     

     

    * * * * *

     

     

    Oh, vaya, oh, vaya (?) Bienvenida Alaine a tu clase de Generales, aunque seas la única alumna con la que estemos contando por ahora! xDD Es un honor tenerte por aquí y ser uno de tus profesores en esta ocasión, así que espero que podamos entendernos bien y hacer de este encuentro algo satisfactorio para todos, que estoy seguro de que sí. Doren, es una lástima que no puedas cursar estas Generales, pero ya verás como para la siguiente que se organiza llegas incluso a alcanzar el Extraordinario en tus calificaciones.

     

    En esta ocasión voy a dejar un cuestionario que se deberá entregar a ambos profesores mediante MP, con fecha tope hasta el 3 de diciembre. Y no se me olvida lo último: el rol debe continuarse en este topic, así que espero muchos derroches de imaginación (?) Dejo además las diversas calificaciones, que estarás esperando, Alaine.

     

     

    Cuestionario

     

    1. ¿ Cuál es la diferencia entre un Moderador Zonal y uno Global?
    2. ¿Cuáles son los Moderadores Zonales que hay?
    3. Mencione al menos 3 Moderadores Globales.
    4. ¿Cualquiera puede abrir un duelo en la Sala de Duelos?
    5. ¿Qué más se puede encontrar en la Sala de Duelos?
    6. A los usuarios que aún no se gradúan de la Academia, ¿qué puestos pueden elegir en el Ministerio de Magia?
    Calificaciones

    Alaine:
    Me ha gustado muchísimo tu rol. De hecho me ha parecido casi perfecto, con una lectura muy fluida que para nada se me ha hecho pesada. Buena introspección de tu personaje y buenas descripciones como sus principales virtudes. Me cuesta mucho sacarle algún punto negativo, así que de momento llevarás una puntuación perfecta. Mantén ese nivel!
    Nota: 20 Puntos (rol) + 7 Puntos (Tarea+Presentación off) = 27 Puntos
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  12. http://i.imgur.com/C8CiiWZ.png

     

     

    Aquel viejo monumento se encontraba ya más muerto que un cadáver, puesto que muchos siglos habían pasado por él hasta convertirlo en un rincón abandonado, y sin embargo sabía mantenerse intacto con el transcurrir del tiempo. Más de un buen espectáculo había tenido lugar dentro de su estructura circular, donde quizás se hubiese llevado a cabo alguna obra de teatro, o la lucha a muerte entre dos púgiles. O quizás ambas situaciones. Unas gigantescas gradas que querían rozar el cielo rodeaban el presunto escenario, desafiantes y firmes pese a su antigüedad, en las cuales hasta incluso se podía sentir como si centenares de espectadores se mantuviesen todavía allí, condescendientes o impasibles según lo que se les pudiese ofrecer.

     

    Caminé por el árido terreno de la arena, levantando polvo con cada uno de mis pasos, y miré al cielo estrellado sobre mi cabeza, esperando por la profesora con la que ya había compartido mi primera clase como profesor (y también algo más), así como por mis nuevos alumnos. Esperaba no encontrarme con rostros conocidos, pues ya habían pasado varias semanas desde mis últimas lecciones, y confiaba en que tanto unos como otros pudiesen haber alcanzado ya al menos las clases Básicas de la Academia.

     

    –Creo que es la primera vez en mucho tiempo que llego puntual a una cita –dirigí la mirada a un colosal reloj de pared que colgaba por encima de las gradas, cuyas manecillas de cobre provocaban eco cada vez que se movían. Estaba a punto de marcar las doce en punto, cerca de medianoche–. ¿Dónde se habrá metido esta mujer? Dudo mucho que con lo que ocurrió la última vez... No tenga curiosidad por volver a verme. Lo dudo mucho.

     

    Esbocé una media sonrisa al recordar aquello, aunque rápidamente la seriedad regresó a mi rostro. No me agradaba tener que seguir esperando, y mucho menos por alguien a quien no le debía ningún tipo de lealtad. Si estaba allí, era por compromiso a una misión que se me había encomendado, y no por nada más. Escupí al suelo con desprecio, intentando rectificar mi gesto anterior, y agaché la mirada en actitud sombría, manteniéndome de nuevo en silencio hasta que algo o alguien se atreviese o romperlo... Y no sería yo quien lo hiciese. Nunca lo hacía.

     

    Varita en mano, seguí esperando, siempre escondido bajo la oscuridad de mi capa negra. El invierno se acercaba lentamente como todos los años, pero podía sentirse ya su gélido aliento acechando tras la nuca, marcando su presencia, cada vez más próxima, en el corazón de Inglaterra; y junto a él caminaba la Navidad, una época que prometía paz y prosperidad dentro de todas las familias, pero que a un alma solitaria tan sólo podía traer desgracia y depresión.

     

    Apreté la varita entre mis dedos y di una pequeña patada al aire al recordarlo. Sin embargo, dejé de rodar aquellos pensamientos en mi cabeza al escuchar unos pasos a mi espalda, y lancé una mirada a la entrada a aquel peculiar coliseo. Mi expresión se tensó todavía más al comprobar quién se acercaba, y giré lentamente mis tobillos para situarme frente a ella.

     

    El reloj marcó las doce, y entonces comenzaron a caer los primeros copos de nieve del invierno sobre mi cabeza.

     

     

    * * * * *

     

     

    ¡Hola a toda la chavalada! Espero que os encontréis con ganas y fuerzas de comenzar la clase de Generales, donde nos encargaremos de enseñaros lo básico sobre el funcionamiento del foro, y de su juego de rol. Veréis que no tiene mucha complicación y enseguida os hacéis a la idea de cómo va el asunto.

     

    En esta ocasión, me ha tocado ser vuestro profesor. O mejor dicho, uno de ellos xD Me llamo Alex y soy de España, exactamente de A Coruña, estoy a punto de cumplir mis 21 y estudio administración de empresas en la universidad. Una de mis mayores pasiones es la música (sobre todo el rap, del cual preparo una maqueta), los deportes, escribir... Pero claro, el rol es uno de mis grandes talentos ocultos, por eso estoy aquí para enseñaros (?)

     

    Obviamente, Alexander Malfoy es el personaje al que me encargo de dar vida. Es un licántropo que siempre lucha hasta la muerte por todo lo que le desea, sin reparar en nada y sin preocuparse por los demás, por lo que es alguien serio y sobre todo muy siniestro. Pero espero que leyéndolo podáis entenderlo mejor, porque es la mejor manera de conocer a un personaje.

     

     

    Lista de alumnos

     

    Alaine

    BrianMalfoy

    Doren Malfoy

    Fany Weasley

    Jelena Malfoy

    Joey Stark

    June Mary Evil

    Sarath

    Sherezade Haughton
    anastacia sm
    hydra
    Killian Lynch
    LunaGreengass15
    Milys
    Miss Peregrine
    PERLA_LUNA
    Phineas Riddle
    sabrii Ibarrola
    Satanas

     

     

    Tareas y organización

     

    Este es el reparto de tareas planificado para la clase:

     

    Primera Tarea: 24 de Noviembre - 28 de Noviembre

    Segunda Tarea: 29 de Noviembre - 1 de Diciembre

    Tercera Tarea: 2 de Diciembre - 7 de Diciembre.

     

     

    En cada semana, tendréis una tarea de rol, y de off rol. En la de rol, deberéis seguir el argumento de la clase, procurando yendo ir en concordancia con ella y ayudando a que todo vaya rodado tal y como si fuera una historia. Podéis contar lo que ocurre con vuestro personaje, qué siente y cómo interactúa con su entorno, que en esta ocasión no es ni más ni menos que un estadio de Quidditch. Procuraremos que salgan roles jugosos, así que aprovechadlo.

     

    En cuanto a la tarea off rol, deberéis rellenar cuestionarios sobre asuntos básicos del foro, relacionados sobre su funcionamiento, o cualquier otro tipo de tareas que os propongamos. No os asustéis, porque cuando las leáis os daréis cuenta de que no son algo nada complicado y podréis solventarlos fácilmente.

     

     

    Las correcciones se miden de la siguiente manera:

     

    Parciales:
    No presentado.
    No apto.
    Aceptable.
    Supera las Expectativas.
    Extraordinario.

     

    Finales:
    No presentado.
    No Apto / No supera la clase.
    Apto / Pasa al siguiente nivel con Aceptable.
    Apto / Pasa al siguiente nivel con Supera las Expectativas.
    Apto / Pasa al siguiente nivel con Extraordinario.

     

     

    Cualquier duda, estamos Arya y yo a vuestra completa disposición. Os dejo ahora la información necesaria para el primer cuestionario:

     

     

    El Ministerio de Magia está compuesto por 10 Departamentos y 4 Entidades Mágicas

     

    Departamentos:

     

     

    Entidades:

     

    A su vez cada departamento o Entidad está compuesto por:

    • Un Director
    • Uno o varios Jefes de Oficina.
    • Empleados
    • Aprendices (estudiantes de la academia)
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  13. Sentí entonces las frías manos de Arya tomándome del rostro, acercándome así al suyo hasta fundirnos en un beso que me hizo erizar todos y cada uno de los cabellos sobre mi piel. Le seguí el juego, dejándome llevar por el calor desprendido por nuestros cuerpos, mientras la acorralaba todavía más contra la mesa, dejándole imposible totalmente escapar a aquel momento. Ahora ya no había forma de echarse atrás, ni de corregir algo que tal vez era un error, o que lo sería. Una sonrisa divertida se dibujó en mi rostro, ensanchando mis facciones, mientras mantenía a la bruja rodeada con mis brazos, apoyando las palmas de mis manos sobre el escritorio que juntos monopolizábamos.

     

    ¿Qué ha sido eso, Arya? –le pregunté mientras clavaba la mirada sobre la suya, manteniéndolas unidas como si fuera un pulso magnético lo que las mantuviese atraídas, la una por la otra, inseparables como el día y la noche. Como el sol y la luna, siempre palpitante, aunque latente, en lo más profundo de mi encarnizado ser–. Pensé que era lo más... "Desagradable", que habías visto nunca.

     

    En cada palabra había una provocación, como si me gustase ver aquel contraste por parte de Arya. Viéndola dudar, vacilante, pero cayendo en una trampa que le había tendido con cada roce, cada susurro, hasta hacerla actuar de una manera ella misma nunca hubiera actuado. O al menos así lo pensaba. ¿Qué podía haber sido? ¿El halo de misterio que desprendía, el hielo escondido bajo mis ojos, o quizás el peligro que pudiese sentir al tener un mortífago tan cerca de ella? En cualquier momento podría adelantarme, tomar la varita de mi bolsillo y... Hacerla callar para siempre. Taparle la boca para que no pudiese gritar, y así nadie se enteraría jamás de su muerte.

     

    Pero no era la hoja ruta indicada para aquella ocasión. Simplemente me abalancé todavía más sobre Arya, tomándola por sorpresa hasta robarle un grito ahogado, y la hice tumbarse sobre la mesa provocando un temblor alrededor, apartando todo libro, pergamino o pluma que pudiese reposar sobre su pulida superficie. La tomé de las muñecas tal y como lo había hecho antes, pero estirando sus brazos sobre la mesa hasta mantenerla totalmente apresada entre mis dedos. Rocé mis labios contra los suyos y deslicé mi nariz por su cuello, olisqueándola, embriagándome con su aroma hasta que tuve que cerrar los ojos... Obligado, sin más.

     

    Mátame ahora si puedes –le dije con fiereza, crujiendo los dientes los unos contra los otros, mirándola con odio tal y como nunca había hecho antes... Aunque el sentimiento no era ese, sino otro radicalmente opuesto. La atracción caminaba por un camino diferente. Apreté las manos sobre su piel, y gruñí–. ¿O prefieres dejarlo para más tarde?

     

    La mordí suavemente bajo el mentón y la hice agitarse, como obligándola a responder, ya que su silencio, interrumpido únicamente por su acelerada respiración, me dejaba abierto a la duda... Y al riesgo.

     

    Mátame entonces.

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  14. Toda aquella clase había cruzado la línea que jamás debió superar, y lo poco que se nos había encomendado a Adryanie y a mí se nos había ido completamente de las manos. Los escombros de la mansión estaban ahora impregnados de olor a muerte, así como de cenizas de un fuego que parecía que nunca se iba a extinguir, aún sin saber muy bien de dónde procedía su nacimiento.
    Mi vista se tornaba cada vez más borrosa, como si el cansancio, el calor de las llamas y los hechizos que habían impactado en mi cuerpo me hubieran hecho cambiar toda mi percepción de la realidad. Algo se movía en mi interior, pero ya no se trataba de aquel instinto animal que ahora se encontraba acallado, sino de pura magia que me hacía retroceder a lo que realmente era: un humano con sentimientos y razón, y no un lobo descerebrado con el solo de deseo de morder carne.
    Me llevé la mano a la boca y pasé los dedos por la comisura de los labios, recogiendo de entre ellos un hilo de sangre. ¿Había probado un cuerpo humano durante mi transformación? ¿Alguno de mis alumnos había muerte entre mis garras? Quizás en otra ocasión me hubiese importado su destino, pero no en aquella, desde luego: no a aquellas alturas. Me había acostumbrado demasiado rápido al crudo sabor de la muerte.
    Desorientado y sin saber siquiera en dónde me encontraba, trastabillé hasta caerme en mitad de uno de los pasillos, alejándome de todo, y de todos. El olor a putrefacción me desagradaba hasta límites insospechados, mientras escuchaba los últimos fuegos crepitar a mi alrededor. La respiración agitada hacia temblar a mi cuerpo desnudo, el cual se retorcía sobre sí mismo tal y como lo haría un cachorro asustadizo en una noche de luna llena, donde estuviese alejado de su madre.
    ¿Qué... Qué está pasando? –pregunté al aire, consciente de que nadie podría responderme, pero aún así con la esperanza de que alguien pudiese contestar a mis broncos susurros. Me eché contra la pared, apoyando la espalda sobre ella, y traté de descifrar qué se hallaba a unos palmos de mi cuerpo–. ¿Qué es lo que...?
    Entonces, todo se repente de nubló, y el espeso humo que poblaba el ambiente hizo que no pudiese ver más allá. Caí sobre un conjunto de tablas de madera calcinada, exhausto e incapaz de exhalar un último aliento, cuando vi a una sombra acercarse a paso lento hacia mí, como si alguien hubiese ralentizado el poco tiempo del que disponíamos en aquel momento. Cerré los ojos, sin nada más que hacer...
    Y entonces todo terminó.
    * * * * *
    Bueno chicos, como todo lo bueno, esto se acaba y llega a su fin. Pero recordad una cosa: lo bueno, si breve, dos veces bueno. Aunque el caso es que tuvisteis que aguantarnos tanto a Adryanie como a mí durante un par de semanas, y eso es algo así como insufrible (?) xDD
    Nah, realmente ha sido un lujazo tener clase con vosotros, y dárosla, obviamente. Habéis demostrado ser un grupo activo, con ganas de rol, y espero que sigáis evolucionando como jugadores y nunca perdáis ese ímpetu que os podemos notar. El rol aquí, en HL, da para muchas posibilidades... Así que no lo olvidéis y pase lo que pase, rolead, hacedlo si de verdad os gusta. Tanto eso, como cualquier otra cosa en esta vida.
    Ese es mi último consejo como padre... Quiero decir, como profesor (?) Ahora os dejaré vuestras calificaciones finales. Suerte a todos chicos, y muy buen trabajo, y en cuanto a PERLA_LUNA... Sé que si hubieras sido constante, habrías aprobado, así que no te desanimes.

     

    Notas Finales

    Extraordinario

    Sherrinford Hound

    30 + 30 + 40 = 100 Puntos

    Laurinda

    30 + 28 + 38 = 96 Puntos

    Deax Black Lestrange

    28 + 30 + 38 = 96 Puntos

    Emilia Malraux

    25 + 25 + 40 = 90 Puntos

    Supera las Expectativas

    Pumpkin

    27 + 20 + 25 = 72 Puntos

    Alexz Malfoy

    20 + 10 + 37 = 67 Puntos

    Juudith

    28 + 0 + 23 = 53 Puntos

    Aceptable

    No supera la Clase

    PERLA_LUNA

    20 + 0 + 0 = 20 Puntos

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  15. A mi alrededor se alzaba el más absoluto caos. Decenas de criaturas mágicas, venidas desde las profundidades del mundo, caminaban sueltas a lo largo y ancho de la mansión, en busca de alguna presa a la que dar caza, e incluso llevar a la muerte... O a algo peor. Armaduras hechizadas caminaban con paso pesado y metálico por los pasillos, retumbando hasta el fondo de los mismos a medida que avanzaban; y para colmo todos aquellos alumnos, a los que presuntamente debíamos de cuidar, se habían escapado de nuestro control.
    Pero el delirio no iba a terminar allí. Miré a través de una cristalera rota que tenía a mi derecha, por la cual había pasado claramente el peso del tiempo, y me vi reflejado en un pedazo de cristal. Algo estaba cambiando en mí. Mi pecho se agitaba más a cada instante, y el corazón sentía que se me iba a salir por la boca con cada palpitación. El pulso cardíaco aceleraba hasta llevarme al extremo, sintiéndome como si alguna droga circulase por el circuito de mis venas.
    La respuesta a toda aquella excitación la encontraría en el cielo nocturno. El sol comenzaba a ocultarse más allá de las montañas del horizonte, dejando al descubierto un majestuoso manto de estrellas que traería consigo la oscuridad... La cual solo era rota por una bella dama plateada que siempre estaba allí, firme pero delicada, observando a todo hombre como una hormiga desde su trono de tinieblas.
    La luna... –susurré mientras una sonrisa diabólica se dibujaba en mi rostro, ahora que ya sabía qué era lo que iba a terminar por traer aquella clase consigo. Tanto Adryanie como yo sabíamos que quizás en aquella jornada se cumpliría la profecía, aquella profecía que cada mes nos hace convertirnos en lo que éramos realmente... Lobos salvajes y descontrolados–. Has vuelto, como siempre haces.
    Primero sentí alegría, que en cuestión de segundos se transformó en la más absoluta tristeza, y finalmente en melancolía. El ciclo era siempre el mismo, y cuando quise preguntarme por qué comenzaba a sentirme débil y alicaído, sentí cómo algo se transformaba en lo más profundo de mi ser, allí donde los instintos más intrínsecos del ser humano se mantenían encerrados hasta que algo los hacía salir.
    Ahora veía mi reflejo, pero, ¿qué era aquello? ¿Realmente era yo? Sí, o quizás no. No sabía qué era aquel lobo, con aquel hocico olfateando todo lo que tenía delante, totalmente cubierto por un pelaje negro que lo hacía ver verdaderamente terrible. Y unos ojos... Unos ojos color ámbar, con una delgada línea celeste rodeando su iris, que derrochaban odio, rabia y sed de una sangre que moría por satisfacer.
    Y salí corriendo de allí, impulsándome con mis cuatro patas como el animal que era. Gruñí mientras sentía cómo la saliva se deslizaba poco a poco entre las hendiduras de mi boca, totalmente enrabietado y cegado por mis ansias de carnicería, hasta que entonces encontré a mi víctima. Una chica pálida, pelirroja, y sobre todo con un acento extraño que no parecía ser inglés.
    Le mostré mis colmillos mientras me apoyaba sobre mis patas delanteras, y me abalancé sobre ella, buscando morderle la carne hasta hundir mis sierras sobre ella. Lo demás no importaba. Sólo dar muerte.
    * * * * *
    ¡Venga chicos, que esto ya casi está! Queda poco para que terminéis vuestra clase de Generales y podáis seguiros moviendo por la Academia, así que espero que ahora que queda el spring final no decaigáis.
    Os dejo parte de las correcciones de esta segunda tarea, mientras os dejo asímismo la tercera para que ya la vayáis haciendo. Recordad:
    • Enviad el cuestionario por MP a ambos profesores.
    • Tenéis como fecha límite el 25 de octubre.
    • Debéis continuar la trama del rol en este mismo topic.
    http://s12.postimg.org/uru6kv7rh/Untitled.jpg
    ACROSS
    2. Una habilidad muy interesante para los cotillas que quieran entrometerse en la mente de los demás.

    4. Sirius podía convertirse en un sucio perro negro gracias a la...
    
5. Rango previo a la graduación en la Academia.
    
6. Te permite o bien ser un parlanchín o bien tener premoniciones y expedir profecías. Según el día.

    7. Esta habilidad te permite desencadenar un apocalipsis zombie.
    
8. Crucio, Imperio, Avada Ledrava! ¿Necesitas saber más?
    
9. Rango que se obtiene tras el paso por la Academia.
    
10. ¿Compartes con Neville pasión por la...?
    DOWN
    1. Conocimiento necesario para la oficina de hechizos y pociones. A Flitwick le encantan.

    3. Ya sean las matemáticas muggles o la ... del mundo mágico, es algo que todos odiamos.
    Correcciones
    Emilia Malraux:
    Tu rol me gusta mucho y sé que lo acabarás puliendo. Tiene muchísimo potencial, aunque recuerdo lo que te mencioné sobre la construcción de las frases. Me gusta mucho la introspectiva que haces de Emilia, que es seguramente lo mejor que tiene. Por otro lado, tu tarea en off está perfecta, aunque una respuesta más acertada a la segunda pregunta sería "Los Líderes de los Bandos, los Duendes, los Diseñadores, los Directores de la Academia y los Moderadores de la Sala de Duelos."
    Nota: 15 Puntos (rol) + 10 Puntos (Tarea) = 25 Puntos

     

    Sherrinford Hound

    Chico, no tengo mucho más que decirte respecto a la última vez. Me encanta cómo describes. Rolea, rolea y sigue roleando, y ya verás que rolero tenemos aquí. Tu tarea en off también está genial, así que perfecto.

    Nota: 20 Puntos (rol) + 10 Puntos (Tarea) = 30 Puntos

    Alexz Malfoy

     

    Nota: 0 Puntos (rol) + 10 Puntos (Tarea) = 10 Puntos
    • Me gusta 4
  16. Disfruta desde mi rincón de todo lo que estaba sucediendo a lo largo de aquella clase. Si no hubiera sido suficiente con el derrumbe del piso superior que yo mismo había provocado, ahora había una completa jauría de dementores suelta a lo largo de la mansión, llenando los pasillos de su gélido aliento de desesperación. Y por si fuera poco, con unos simples encantamientos, las armaduras perdidas por el laberintíco diseño del lugar habían cobrado vida propia, tal y como si bajo su coraza de metal hubiese un hombre de carne y hueso que las estuviese haciendo andar.

     

    Adryanie subió a echar una mano a los alumnos que se habían perdido en el segundo piso, más allá de las escaleras de mármol que aún resistían bajo el lecho de escombros. Un alarido desgarrador y varios gritos de ayuda acudían a mis oídos desde alguna de las múltiples habitaciones, pero ni por asomo iba a mostrar piedad por alguno de los alumnos que corriesen peligro. Pese a sus miradas desafiantes y sus vanos intentos de rebeldía, siempre me mantendría fiel a mis ideales, dejándoles a su suerte y confiando que la vida pondría todo en orden, o quizás lo haría la muerte, eliminando a todo aquel lo suficientemente débil como para luchar por algo que no se merece.

     

    Pero aquel era un pensamiento demasiado complejo de asimilar para todos ellos. Ya lo terminarían aprendido algún día. Incluso el prisma por el que contemplaban todo su alrededor podría cambiar tras aquella clase. Confiaba en que, después de sentir la mano del olvido rozando su hombro, todos valorasen más ese "algo" que quizás no tomasen lo suficientemente en serio.

     

    Condenados despojos –susurré meneando la cabeza, lanzando al aire pensamientos que tan sólo yo podía escuchar, como tantas otras veces. Me acomodé las mangas de la ropa, y eché a caminar dando pasos lentos, pero firmes–. Les queda demasiado para madurar, y que cojan forma.

     

    Me dispuse a subir al piso superior, consciente de que allí abajo no tenía mucho más que ver, ni mucho más por lo que reflexionar. Me dirigí al lugar de donde procedían algunas voces, al final de uno de los pasillos y más allá de donde se encontraba parte de las armaduras, pendientes de abalanzarse sobre el primer incauto que pasase a su lado. Sin embargo, podía sentirme tranquilo, ya que sabía que a mí no se atreverían ni a tocarme.

     

    Una niebla se extendía por encima del suelo, reptando como una serpiente desde lo más profundo del pasillo. Abrí la puerta a la que me dirigía y vi al otro lado aquella especie de neblina ocultando parte de la estancia, volviéndose cada vez más intensa, y que iba acompañada de un olor a podrido que supe identificar rápidamente. Miré a los presentes con un rostro inexpresivo, para luego sonreírles con malicia, sin saber si habían captado mi presencia o no.

     

    ¿Sabéis qué es lo que viene ahora, verdad? –les pregunté. Metí la mano en el bolsillo, y retiré de él mi varita, dispuesta para la batalla como siempre–. Inferis.

     

    * * * * *

    ¡Genial, chicos! Esto está funcionando muy bien y está genial ver tanta actividad por esta clase, me recuerda mucho a la mía de Generales hace ya bastantes años. Espero que sigáis así, dándolo todo, que estoy muy orgulloso tanto por vuestra constancia como por vuestros roles, que la verdad están muy bien en general.

     

    Os dejo ahora mismo la información para la tarea, y las correcciones convenientes. Leed con atención los consejos e intentad aplicarlos en vuestros roles para mejorarlos todo lo posible, y recordad que para cualquier duda o consulta estamos tanto Adryanie como yo a vuestra completa disposición. Recordad lo siguiente, que es básico:

     

    • Enviad el cuestionario por MP a ambos profesores.
    • Tenéis como fecha límite el 21 de octubre.
    • Debéis continuar la trama del rol en este mismo topic.

     

     

     


    Moderadores Globales y Zonales


    Los moderadores son los encargados de velar por el cumplimiento de las normas, esa es su principal tarea. Sin embargo, hay dos tipos de moderadores principalmente:

    • Moderadores Globales: Son los encargados de velar por el cumplimiento de las normas en todo el foro. Adicionalmente, son los encargados de recibir los reportes y de solucionarlos. Junto con la organización del Ministerio y de las galas, son en gran parte las actividades que realizan. En total hay 11 moderadores globales actualmente.
    • Moderadores Zonales: También son encargados de velar por el cumplimiento de las normas, pero en un subforo específico, no en todo el foro. Adicionalmente, no pueden resolver reportes. Hay muchos moderadores zonales, dentro de este grupo podemos encontrar a los Líderes de los Bandos, los Duendes, los Diseñadores, los Directores de la Academia y los Moderadores de la Sala de Duelos.

    Moderadores: En este lugar podrán encontrar los nombres de los moderadores globales y zonales, junto con los administradores del foro. Adicionalmente, pueden ver que subforos moderan los zonales.

    Sala de Duelos Mágicos

    La función principal de esta sala es crear duelos, así que básicamente todo lo que van a encontrar en dicho subforo son duelos. Sin embargo, en la zona de importantes podrán encontrar las reglas del juego de bandos, especialmente todo lo relacionado con los duelos (intercalaciones, hechizos por rango, entre otras).
    Este es un subforo que tiene moderadores zonales y son las encargadas de organizar todo. Además, tienen un
    Tablón de Dudas, que puede ser muy útil.

     

     

    Correcciones
    Emilia Malraux:
    Me gusta tu rol, es bastante bueno, pero le encuentro un par de problemas que están más que nada relacionados con sintaxis y gramática. Te recomiendo utilizar Word o algún editor de textos a la hora de escribir, ya que te señalará los fallos que realices (los que más repites son relaciones con acentos, ya que en muchas palabras que deberían llevarlos las escribes sin él).
    Por otro lado, haces mucho uso de frases largas y el entrecomillado cuando en realidad podrías usar el punto, dinamizando el ritmo de la narración mucho más de lo que está. Luego en otros momentos utilizas la coma cuando no es necesaria. Te mostraré un ejemplo para que te hagas a la idea:
    "Los minutos corrian a prisa, cuando la joven Targaryen, salio envuelta en una toalla, no sabia que ponerse, ya que su madre siempre le exigia buena presencia, aunque para ella el hecho de asistir a una academia, solo la hacia desear irse con lo mas comdo que pudiera encontrar, y exactamente eso hizo, se apuro en sacar unos jeans, sus amadas converse y una camisa Negra manga larga, habia recogido sus largos cabellos rojizos en una cola alta, dejando que las puntas de este rozaran su cintura, no tenia ganas de maquillarse por lo que un poco de color en los labios y las mejillas bastaria, Miro su apariencia unos segundos y se dispuso a salir de su habitacion a toda prisa, llevando con ella bien escondida su varita."
    Ese es tu texto, pero quedaría así mucho mejor a mi juicio:
    "Los minutos corrían a prisa cuando la joven Targaryen salió envuelta en una toalla. No sabia qué ponerse, ya que su madre siempre le exigía buena presencia, aunque para ella el hecho de asistir a una academia solo la hacia desear irse con lo mas cómodo que pudiera encontrar, y exactamente eso hizo. Se apuró en sacar unos jeans, sus amadas Converse y una camisa negra de manga larga. Había recogido sus largos cabellos rojizos en una cola alta, dejando que las puntas de éste rozaran su cintura. No tenía ganas de maquillarse, por lo que un poco de color en los labios y las mejillas bastaría. Miró su apariencia unos segundos y se dispuso a salir de su habitación a toda prisa, llevando con ella bien escondida su varita.".
    Recuerda utilizar mayúscula para nombres propios, y que cada frase entre comas separaba una idea relacionada con el resto que la acompañan, y que el punto separan ideas diferentes.
    Igual, se intuye un buen rol, así que no dejes de escribir porque lo haces realmente bien. ¡Sigue dándole!
    Nota: 15 Puntos (rol) + 10 Puntos (Tarea+Presentación off) = 25 Puntos
    Pumpkin:
    Te recomiendo que cuando escribas, luego le eches una lectura a lo que has escrito, porque es una pena que por varios errores de tipeo se empañe un poco un rol tan bueno, donde lo que más destaca es la introspección que haces de tu personaje, haciéndose preguntas e intentando responderlas. Hay algunas partes donde falta alguna letra, una palabra escrita, o frases que comienzan con minúscula (en los diálogos sobre todo, que siempre deben comenzar en mayúscula).
    En general bien. Continúa en esa línea y tendrás un gran rol.
    Nota: 17 Puntos (rol) + 10 Puntos (Tarea+Presentación off) = 27 Puntos
    PERLA_LUNA:
    Te digo lo mismo que a Pumpkin y a Emilia, curiosamente. Tienes que leer lo que has escrito para retocar los errores que has cometido al escribir, que todos los tenemos aunque en primera instancia no nos demos cuenta. Tienes que utilizar además los signos "¿", "¡" a la hora de abrir determinadas frases, y empezar con mayúsculas tras un punto.
    Además te recomiendo que pruebes a hacer una introspección de tu personaje, intentando adivinar qué es lo que siente y pasa por su cabeza a cada momento, para así plasmar mucho mejor su personalidad; e intenta así que tus roles ganen un punto de complejidad, porque de momento roleas muy sencillo, aunque eso al principio es normal. Igual, tienes mucho margen de mejora y sé que podrás hacerlo muy bien. Muchos empezamos así, y todos hemos sido nuevos xD
    Nota: 10 Puntos (rol) + 10 Puntos (Tarea+Presentación off) = 20 Puntos
    Sherrinford Hound:
    Muy buen rol. Me ha gustado mucho la forma en la que presentas al personaje, que me ha hecho verlo como a alguien cercano. Realmente no tengo mucho que decirte, ya que está en general bastante bien escrito. Continúa en esa línea y terminarás puliéndolo.
    Nota: 20 Puntos (rol) + 10 Puntos (Tarea+Presentación off) = 30 Puntos
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  17. Escuché cada una de las presentaciones de mis alumnos con suma atención, por mucho que desde fuera pareciese que mi mente volaba lejos de aquel lugar frío y desamparado. La punta de mi varita ya no emanaba ningún tipo de resplandor, sino que descansaba en mi bolsillo hasta que hiciese falta echar mano de ella para facilitar un poco las tareas, o incluso arrebatar alguna vida inocente. Al fin y al cabo, no sería la primera vez que obligaba a algún desgraciado a exhalar su último aliento, y no me templaría el pulso si se me presentase de nuevo una oportunidad.

     

    Apoyaba mi espalda contra una columna de la mansión, más antigua que todos los presentes juntos y con un aspecto desgastado que la hacía realmente amenazadora. Un simple toquecito, o la palabra ligada al encantamiento adecuado, y el piso superior caería sobre todas nuestras cabezas, convirtiéndonos en parte de los mismos escombros. Desde allí nadie podía verme, pues una prolongada sombra ocultaba mi figura... Y entonces una sonrisa divertida ensanchó mi rostro tan solo al imaginarme aquella oportunidad, al rememorar el dulce aroma de la muerte; aunque por fortuna nadie sospecharía sobre aquello.

     

    Me aparté de mi refugio de oscuridad, y sentí cómo me revelaba un halo de luz proyectado desde una cristalera situada encima de la entrada principal. Una mueca de desprecio se reflejó en mis facciones, y entonces me dirigí a todos aquellos novatos, respirando el polvo que poblaba aquella atmósfera corrupta:

     

    Ya basta de presentaciones. Ni a mi compañera ni a mí nos interesa algo más de vuestra vida aparte de vuestro nombre, y quizás exagere al decir que recordaremos el de cada uno de vosotros. Probablemente, cuando termine la clase pasaréis a ocupar algún rincón abandonado de nuestra memoria –lancé una mirada helada a todos los alumnos, recorriéndolos a todos como si los congelase con ella–. Sin mencionar a aquellos que mueran aquí mismo, en las próximas horas, o minutos. Aquellos que sobrevivan no merecerán ser recordados, así que los que caigan menos.

     

    Me imaginaba tantas posibilidades, tantos caminos diferentes que tomar en aquella ocasión, que no sabía por cuál decantarme. ¿Aquella sería una noche de luna llena? Ojalá. Así podría desatar toda mi fiereza natural, aquel verdadero yo que todos conocían, y que temían una vez tenían el placer de conocerle. Mentiría si dijese que al pensar en una transformación no se me erizaban los cabellos, puesto que al final de tantos años al fin me había acostumbrado a las mismas, disfrutándolas como debí haberlo hecho siempre. ¿Para qué condenar algo a lo que tan sólo tenía que acostumbrarme a soportar?

     

    Ojalá, pero quizás no.

     

    La primera lección que deberéis aprender, es una muy sencilla. En este juego sobreviven los más fuertes, y quien cae ante ellos no es merecedor de jugarlo. Así de simple, y quien no esté de acuerdo en la crueldad de esto a lo que llamamos vida, puede marcharse por la puerta de esta mansión –levanté el brazo y la señalé. Me dirigí entonces a Emilia y le dediqué una sonrisa siniestra–. No lamentaremos a los que caigan, y tampoco a los que se levanten en detrimento de alguno de sus compañeros. Lealtad por encima del egoísmo propio. No te equivocas, alumna. De eso se trata esta clase.

     

    Entonces lancé una mirada fugaz contra la columna donde había estado apoyado, cargando contra ella la cantidad de magia suficiente para hacer crujir sus cimientos. Se quebró, lanzando una lengua de polvo que nos cegó a todos por un instante, y todo comenzó a temblar cada vez más. Crujía la madera, se rompían las vigas, y los pedazos de mármol que poblaban el suelo contaban a cada segundo con más piezas que harían acrecentar su número.

     

    Corred antes de que quedéis sepultados bajo una tumba de piedra.

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  18. Caminé por los escombros de aquella mansión en busca de algún rostro conocido, pero entre aquellas ruinas tan sólo yacían restos de gloria muerta, restos de un linaje ya desaparecido, y de la decadencia de un nombre que terminó convirtiéndose en la sombra de lo que alguna vez había sido. Entre el polvo, la piedra y la madera carcomida por el paso de las décadas, no se escondían más cosas que melancolía por algo que jamás regresaría a sus raíces. El árbol había sido derrumbado, y con él todo había caído para no volver a levantarse nunca más.


    Continué deambulando entre la oscuridad con la varita alzada entre los dedos de mi mano derecha, apuntando con su punta brillante a los pasillos que se abrían ante mí. Era la única ayuda a mi disposición que me permitiría llegar hasta el viejo hall de la mansión, aunque de todas formas no sabía ni dónde se encontraba, ni dónde me encontraba yo mismo en aquel momento. Los entresijos de aquel lugar me recordaban a la forma de un laberinto, pero con la sensación de que al girar cualquier esquina saldría del otro lado alguna criatura a la que tendría que enfrentarme, echando mano de mi repertorio de encantamientos.


    Entonces, escuché unas voces que no se encontraban demasiado lejos, pero tampoco las sentía todo lo cercanas que me hubiese gustado. Caminé en aquella dirección, dejándome llevar por la ruta que mi intuición me indicaba, apartando diversos obstáculos que me bloqueaban el camino a punta de varita. Continué hasta que me topé con unas grandes escaleras de madera, las cuales me permitían el acceso a la planta inferior de la mansión.


    Bajé por ellas, escuchando crujidos bajo mis pies con cada paso que daba, y más allá de la oscuridad que me esperaba al final de las mismas distinguí un grupo de figuras. Eran un pequeño elenco de personas jóvenes, tanto como lo había sido yo en mi primera clase de la Academia, y junto a ellas una silueta femenina me miró con cara de pocos amigos. Consciente de mi retraso, les dediqué una de mis mejores sonrisas, y sin dirigirme a nadie en específico dije públicamente:


    Lamento el retraso, alumnos. Me llamo Alexander Malfoy, y aunque vuestros nombres sea lo último que me interesa de este mundo, debo escucharlos tal y como vosotros habéis escuchado el mío –me dirigí a Adryanie y la saludé con un sutil gesto–. Profesora...


    * * * * *


    ¡Saludos a todos los alumnos de la clase! Me llamo Alex, soy de España y tengo 20 años, aunque en menos de un par de meses tendré ya los 21. Me ha tocado ser en esta ocasión el profesor de Generales, por lo que me tendréis que aguantar durante unos cuantos días... Para vuestra desgracia xD En esta clase aprenderéis cuestiones básicas sobre el funcionamiento del foro, y para superarla tendréis que pasaros a rolear aquí con cada tarea, y además hacer unos trabajos que tendréis que enviarnos tanto a Adryanie como a mí por mensaje privado.


    Como dije, me llamo Alex, y soy estudiante de administración de empresas en la Universidad de La Coruña, al norte del país... Aunque llevaba unos tres años en informática antes xD Me gusta muchísimo la música (sobre todo el rap), los deportes, escribir historias... En realidad, me apasionan demasiadas cosas, pero como a todos aquí dentro, me encanta rolear siempre que puedo.


    Luego, Alexander es el personaje que manejo. Es un licántropo muy serio, discreto, pero que sería capaz de hacer cualquier cosa para conseguir lo que quiere, porque en el fondo es un hombre ambicioso... Y siniestro. Pero espero que leyéndolo podáis entenderlo mejor, porque es la mejor manera de conocer a un personaje.


    En esta ocasión, os dejo la siguiente tarea.


    Se trata de una sopa de letras. En ella encontraréis palabras relacionadas con todos los Departamentos del Ministerio, y deberéis decir a qué Departamento pertenece cada una. Luego la deberéis enviar a AMBOS Profesores vía MP (si es posible en un solo mensaje con ambos profesores incluidos). Cualquier duda, estaremos a vuestra disposición.


    Además, deberéis dejar en la parte on de la clase un rol que indique vuestra llegada a la mansión, así como vuestra presentación, la del personaje. En la parte off, os presentaréis vosotros como usuario, es decir, quien está detrás de la pantalla.


    Fecha límite de entrega: 17 de octubre


    http://i.imgur.com/c8FpS30.png


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  19. ¿Segura?, pensé pero sin llegar a decirlo, contestando a sus palabras con una sonrisa que ensanchó mi rostro, la cual escondía todos los pensamientos que cruzaban ahora por mi cabeza, siendo ninguno lo suficientemente apropiado como para compartirlos con una mujer a la que apenas conocía, pero que, sin embargo, tenía ahora totalmente amarrada, sin darle siquiera una oportunidad a escabullirse. Tampoco parecía querer hacerlo, sino al contrario: sentía cómo el pulso de su muñeca aumentaba sin detenerse, mientras que su mirada no se despegaba de mí, atrayéndome incluso más a ella.

     

    Pero no iba a caer tan fácilmente ante una trampa. La liberé de la llave que la mantenía cautiva, pero coloqué ambas manos sobre la mesa, a cada uno de los lados de Arya, de manera que aún la mantenía arrinconada contra mí. Clavé directamente mis ojos sobre los suyos, buscando algún indicio que obligase a detenerme, o quizás alguno que me rogase por continuar, pero lo único que alcancé a encontrar fue un brillo bajo sus pupilas que acepté como un desafío. Era realmente excitante saber que algo en ella conectaba conmigo, aún sin saber de qué se trataba... Aunque puede que solo fuese mi ego, demasiado hinchado como para estamparse con un "no" como respuesta. No. Aquello no era una posibilidad aceptable.

     

    ¿Y qué tendré el honor de escuchar de tus labios, querida Arya? –le pregunté acercándome a su oído como ella había hecho conmigo, pronunciando cada palabra con sorna tal y como si me estuviese burlando de ella. Al separarme lentamente de ella no pude evitar rozar primero mi barba contra su mejilla, para luego sentir el roce de mi labio superior contra su boca de manera que hizo recorrer una descarga por todo mi cuerpo, como si fuera un calambre–. Sorpréndeme con algo que nunca antes le hayas dicho a nadie. Sino, me decepcionarás.

     

    Consciente de que ella me había retado a mí, yo ahora la estaba retando a ella, pero nuevamente y como todas aquellas situaciones con las que siempre me acababa encontrado, era divertido, pero más con una compañía como la suya. Podría irme de la lengua y decirle todas las ideas que tomaban forma en mi mente... Pero era mejor hacerlo así, con secretos y mentiras. Compartirlo todo era perder, y más con una mujer con la que se supone que debería estar enemistado, sin olvidarme de que yo era egoísta. Cualquier cosa que quisiese saber, tendría que ir a buscarla.

     

    Dime lo primero que pienses.

     

    Me incliné más sobre ella, sin separar mis manos de la mesa que tenía Arya tras su espalda, obligándola así a echarse más hacia atrás hasta tumbarse sobre la misma. Ahora estaba totalmente encima de ella, y aunque pudiese huir con más facilidad que antes, algo me decía que no lo haría. Volvíamos a estar cercanos el uno a al otro, pero todavía más, a punto de que nuestras pieles se rozasen y nuestros rostros se fundiesen en algo poco apropiado entre un mortífago y una miembro de la Orden.

     

    Mi mano acarició su cadera, subiendo poco a poco por la misma como si se deslizase, y sin hacer fuerza sentí cómo dejaba una marca sobre ella. Se acercaba poco a poco a un lugar prohibido de su cuerpo, pero aún así no me detuve. Siempre descarado, sin vergüenza. Sinvergüenza, más bien.

     

    Luego podré enseñarte algo que quizás te guste, y a buen seguro no olvidarás –le propuse–, aunque sería genial saber en qué piensas cuando te digo esto.

     

     

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  20. ¿Que dónde está él? –repetí su pregunta mientras contemplaba el crepitar del fuego, apoyando mi brazo sobre la repisa de la chimenea. Durante un instante me quedé absorto en mis propios pensamientos, con la mirada perdida en algún punto de las brasas como si entre ellas hubiese algo que pudiese esclarecer todo aquel misterio–. No está aquí, ni en ningún punto de Ottery. Allá donde querrías encontrarlo, sólo alcanzarás a apreciar su ausencia.

     

    Me giré sobre mis tobillos y caminé en dirección hacia Felicity a paso lento, pero aún así escuchando el retumbar de mis botas contra el pulido suelo de la Mansión. Una vez la tuve lo suficientemente cerca sentí cómo mi expresión se ensombrecía todavía más, consciente de que tendría que darle una mala noticia más antes de invitarla a descubrir los rincones de su nuevo hogar.

     

    Adam está muerto. En el árbol genealógico hay un tal Adam Malfoy, el único, y su rostro está borrado. Alguien quemó su cara del tapiz, pero dadas las circunstancias, no es muy difícil descubrir por qué... –dejé caer, señalándola con la cabeza como si fuera ella misma el motivo de su desaparición. Me senté a su lado, lo suficientemente cerca como para sentir su respiración agitada bombear su pecho–. Pero no te sientas culpable por nada de eso. Aquí todos tenemos un pasado del que no queremos hablar.

     

    Posé la mano sobre una de sus piernas, cerca de la rodilla, y la acaricié con suavidad, subiendo poco a poco por ella mientras mi mirada se posaba sobre la suya, sin intención de separarse de ella por mucho que me desafiase. Me acerqué todavía más, con nuestros cuerpos cada vez más cercanos el uno del otro, y entonces comencé a susurrar, absorbido por la oscuridad de la sala en aquella noche otoñal:

     

    Te enseñaré todo lo que quieras saber.

     

    Pero fue en ese preciso instante cuando un ruido a nuestras espaldas interrumpió la conversación. Giré el cuello, contrariado, y vi a Gyvraine caminar hasta un sillón, sentándose en él para leer un libro. No sabía si se había percatado de nuestra presencia, pero haciendo gala de la buena educación digna de un Malfoy la saludé por encima del silencio que ahora enmudecía la estancia entera.

     

    Buenas noches, Gyv. Es buena hora para sentarse a leer, ¿verdad?

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  21. ¿Imposible de encender? –repetí sus palabras, enarcando una ceja con curiosidad y escepticismo. Una sonrisa burlona se dibujó en mi rostro nada más terminar de pronunciarlas, aunque tras ella se escondía otras muchas intenciones. Estaba seguro de Arya sabría leerlas y descubrir de cuáles se trataban–. Eso tendríamos que comprobarlo. Lo tomaré como un reto, te guste o no, compañera.

     

    La bruja continuó escupiendo palabras que no alcanzaba a entender, o quizás es que me encontraba demasiado perdido en su mirada como para poder captar su significado. A juzgar por su expresión y el tono de voz que estaba empleando contra mí, algo la había hecho indignarse hasta límites que nunca había visto en ella, ni siquiera en la clase que habíamos compartido como profesores, donde Arya había jurado tener conmigo una seria conversación sobre lo ocurrido en ella.

     

    Quizás había llegado ya aquel momento, aunque no fuese precisamente en las Oficinas, tal y como ella había indicado. Libros de artes oscuras nos rodeaban, poblando las estanterías, escritorios e incluso el suelo que pisábamos con firmeza; lejos de cualquier mirada que pudiese espiarnos girando cualquier esquina de la librería.

     

    Estábamos solos, sin nadie más.

     

    Vamos... ¿Te atreverás a negarme que fue una clase más que... Interesante? Seguro que te gustó ver a aquel muchacho estrellarte incluso más que a mí... Ni siquiera recuerdo cuál era su nombre –murmuré mientras me sentía acorralado contra la mesa, sin perder aquella media sonrisa que, más que una sonrisa, era pura provocación. La tomé por la muñeca de su mano derecha, la cual me agarraba del cuello, y la separé de mí–. ¿Siempre eres tan intensa, Arya? ¿Siempre?

     

    La agarré entonces de la otra muñeca en un instante, atrapándola sin darle posibilidad de moverse ni un ápice, ni de oponer resistencia alguna. Tendría que hacer mucho más para zafarse de mí y tomar su varita, aunque viendo que aún no había descargado ningún encantamiento sobre mí... Deducía que en ella no había intención de hechizarme. O al menos por ahora. Aquellos ojos llenos de rabia eran la única motivación que necesitaba para seguir jugando.

     

    La giré rápidamente, y en sólo un instante se cambiaron las tornas. Ahora su cadera estaba apoyada sobre el borde de la mesa, con mi cuerpo inclinándose amenazantemente sobre el suyo. El único aire que corría entre ambos era el que nosotros mismos exhalábamos, agitándose nuestros pechos al ritmo marcado por la tensión que cortaba el ambiente. Durante un par de segundos toda conversación se detuvo, y el único enfrentamiento que allí había era su osadía contra mis ganas de verla perder la compostura.

     

    Dime que no te ha gustado –la obligué a decir, acercándome a ella en un susurro que se perdió hasta caer en sus labios. Un fino hilo nos separaba al uno del otro, amenazando con romperse en cualquier momento. Me acerqué más, sintiendo prácticamente el roce de mis labios contra los suyos–. Dímelo.

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  22. Bueno, vengo a pasarme por este topic tal y como nos sugirió Mónica desde Facebook, y meditándolo desde hace unos días he llegado a la decisión de que lo mejor, tanto para mí como para el Escuadrón, es que pida mi baja del mismo. Dicen que una retirada a tiempo es una victoria xD

     

    Estuve un tiempo relativamente activo por aquí, pero desde hace algo más de un mes mi actividad se ha visto muy reducida por varias razones, por lo que no puedo cumplir con la regularidad que por aquí se exige. No sólo ha ocurrido por este lugar, sino por todo el foro en general y tan sólo puedo rescatar un pequeñísimo tiempo al día para dedicarlo a él, hacia la noche, y aunque creía que podría ser activo en el EN, no he podido serlo todo lo que quisiera.

     

    Por eso, prefiero que alguien con más tiempo y la misma ilusión ocupe mi lugar, antes que estar ocupando una plaza que quizás alguien pueda aprovechar mejor.

     

    Sin más, gracias a Mónica por la oportunidad y ánimo a todos mis compañeros de la Marca que andan por aquí, que sé que lo harán muy bien. En cuanto pueda, no dudaré en volver aquí si no hay problema en hacerme un hueco.

     

    Saludos a todos.

  23. Esa era mi intención. En el fondo lo sabes, y por eso lo has dicho –le respondí sin más con una sonrisa, consciente de que aquel pequeño comentario quizás la pudiese hacer encender de rabia un poco más. Siempre me divertía jugar así con la entereza de la gente, sorprendiéndola en el momento más inoportuno con algún comentario fugaz que despertase sus instintos–. Creo que tras nuestra última clase, deberías empezar a conocerme un poco más.

     

    Llevé mi mano al pliegue de ropa donde se había derramado la infusión hirviendo, y mirándola a los ojos murmuré unos encantamientos que harían que se evaporase, además de curar las quemaduras que pudiesen estar afectando su piel. Al fin y al cabo y por mucha maldad que pudiese almacenar en mi interior, siempre buscando el momento más acertado en el que liberarla como un monstruo descontrolado, había un lado caballeroso escondido en lo más profundo de todo hombre, y eso en mí no era una excepción.

     

    Espero que ahora te encuentres bien. Sería un desperdicio verte arder –dije con la más absoluta sinceridad, pero con cierta sorna. Una belleza como aquella no podía perderse entre heridas y cicatrices, sino que tenía que exhibirse en su máximo esplendor para todos los que tuviesen la fortuna de admirarla.

     

    Entonces me incliné sobre mi espalda para recoger todos los desperdicios caídos por el suelo, aún teniendo a Arya delante sin decir una palabra y con su mirada clavada en mí, como de costumbre, aunque podría acostumbrarme a aquello. Me di la mayor prisa posible pero sin mostrarme apresurado, siempre guardando la compostura firme y elegante de todo buen Malfoy que se hiciese apreciar.

     

    Espero que te hayas dado cuenta de lo que acabas de presenciar. En pocas ocasiones alguien de mi familia se rebaja a limpiar algo que debería limpiar un elfo doméstico –en mi rostro se reflejó una expresión de desprecio que tardó en desaparecer–. Pero en esta ocasión he tenido yo la culpa, así que no tiene por qué venir nadie a molestar. Estamos solos, y aquí, seguro que mucho tiempo.

     

    Me acerqué a ella más y apoyé la mano sobre la mesa, en cuya superficie reposaban varios libros viejos que seguramente Arya había estado consultado durante la tarde.

     

    ¿Recuerdas lo que ocurrió hace unos días, cuando nos vimos por última vez? –le pregunté. Sabía perfectamente que me entendía. No se le podría haber olvidado–. En esa ocasión, sí que tuve culpa. ¿Recuerdas? Chasquidos de huesos, gritos de dolor, alumnos apáticos. Fue un show más que interesante, créeme.

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  24. Volvía al escenario donde mis últimas aventuras habían dado comienzo hacía unos meses atrás, y que aún no habían terminado. Todas las ratas de biblioteca se concentraban en aquel nido de saber y de cafeína, leyendo con nerviosismo todos los pergaminos que pudiesen encontrar antes de que otras manos se los robasen de las suyas. Seguro que entre aquellas librerías se escondían muchos más secretos de los que había encontrado, que, por qué no reconocerlo, había sido de pura casualidad.

     

    Pero había una sección de aquel local que me llamaba especialmente la atención. Dudaba que entre sus libros encontrase algo nuevo que no conociese con anterioridad, pero quién sabe si allí pudiese haber algo que escapase del control de la Marca Tenebrosa. Las artes oscuras eran ciertamente atractivas tanto para aquellos que las practicaban como para aquellos que las temían... Quizás por el grado de prohibición que guardaban tan solo con ser nombradas. Todo era tabú en aquella disciplina.

     

    ¿Qué me darás hoy...? –murmuré para mí mismo pero tal y como si estuviese conversando con todo lo que me rodeaba, como si una magia especial llenase mis sentidos al saber que aquel contenedor de saber podía ofrecerme mucho más de lo que pudiese aparentar. Lo mejor se encontraba oculto a los ojos de los mortales–. ¿Qué será?

     

    Doblé las esquinas y pasillos que conformaban aquel pequeño laberinto hasta llegar a la zona menos concurrida de la librería. Allí el silencio impregnaba cada rincón, convirtiendo cada esquina polvorienta como uno los lugares menos transitados por todos los alumnos, profesores o extraños que decidiesen acercase al Hojas de café. Hasta los títulos impresos en los lomos eran tabú en la boca equivocada.

     

    Pero para mi sorpresa, allí había una bruja, una vieja conocida que en aquel instante me daba la espalda. Me deslicé por la oscura estancia como una sombra y me situé a su espalda sin ser oído, susurrando a su oído tal y como había hecho en la última ocasión donde nos habíamos encontrado, a modo de despedida.

     

    Vaya, vaya. Mira a quién tenemos por aquí.

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  25. Estaba disfrutando como nunca con la atmósfera que respiraba en aquella clase. Todo se estaba complicando y sumergiéndose en el más absoluto caos, puesto que, aparte de que nadie parecía atreverse a socorrer a Daniel tras su aparatosa caída, Aaron comenzaba a mostrar algunos problemas a la hora de dominar su escoba. En aquella ocasión mi magia no había intervenido, sino que simplemente aquel est****o palo de madera parecía ser más fuerte que aquel que lo portaba entre sus piernas. Dicho así sonaba triste y patético, pero en ciertas ocasiones las lecciones superaban al alumno.
    No le ayudé. Simplemente me regodeé en la visión que tenía de Daniel, allí abajo, retorciéndose de dolor a causa de todos sus huesos quebrados dentro de él. Volví a sonreír sin intentar disimularlo en ningún momento, sino que incluso hacía gala de mi maldad y era consciente de la misma. Las amenazas de Arya me causaban gracia, siempre intentando sobreponerse a todo con sus bonitas palabras, pero ver cómo el ego de Daniel se había estrellado sobre la hierba del estadio... Era algo superior. Aquel pobre muchacho debía aprender que antes de volar tan alto, uno tiene que saber de primera mano lo que era caer.
    Miré entonces a todos los alumnos, respaldando las órdenes de mi compañera profesora, y descendimos en grupo lentamente hacia donde se encontraba el herido. Una vez allí todos bajaron de sus escobas, acostumbrándose de nuevo a lo que era pisar tierra firme, pero yo me mantuve montado sobre ella, sintiéndome más cómodo en el aire que al nivel que realmente me pertenecía.
    Adelante. Cúrale antes de que sea demasiado tarde –la presioné con un gesto sin dejar de mirarla, obligándola a adelantarse al resto y echar mano de su varita para ayudar a Daniel, aún desorientado y sin saber muy bien qué podía haber pasado.
    Escuché aquel deje de voz que desprendía Arya, rebosante de dulzura y que podría encandilar a cualquiera que guardase un poco de sensibilidad acústica... O a cualquiera lo suficientemente idi*** como para dejarse llevar por aquel espejismo. Detrás de aquella aparente ternura se escondía mucho más, una fiereza y odio mucho más intensos de los que ella misma quería reconocer, y ojalá algún día no demasiado lejano pudiese retirarle aquella máscara.
    Aún tenía algo más que decir, y preferí escucharlo antes de añadir alguna palabra más. Fruncí el ceño tras sus frases llenas de ánimo y esperanza, y entonces decidí darles algún toque de realismo que obligase a los alumnos a no olvidarse nunca de lo que estaban haciendo allí.
    ¿Os puedo ser sincero? Hoy realmente no habéis aprendido nada –comenté, sintiendo como una punzante mirada de Arya se clavaba en mi nuca, aunque realmente no sabía si me estaba ojeando o no–. Mientras uno de vuestros compañeros se moría de dolor en el suelo, los demás os preocupabais más por ver crecer el marcador que por ayudarle, cuando difícilmente podíais dominar una escoba –fulminé a Aaron con la mirada–. Cuando terminéis los estudios en la Academia, os daréis cuenta de que el compañerismo es lo más importante; y en el momento en el que estéis en peligro y nadie tenga la valentía de ayudaros, recordareis estas palabras, pero para entonces quizás estéis muertos.
    Se hizo el silencio, tal y como esperaba, y sin más me acerqué hasta Arya hasta situar mi cuerpo junto al suyo, casi rozando mis labios contra su oído para decirle en un susurro:
    Cuando quiera hablaremos en las Oficinas... Profesora.
    http://dgpcfadu.com.ar/2010/1_cuat/vm06/imagenes/separadores.png
    Bueno chicos, pues hemos llegado al final de la clase, tras unas poquitas semanas aquí roleando entre todos. Me ha sorprendido mucho el nivel de buen rol que os he visto, que como ya dije mejorará mucho con la práctica y a buen seguro seréis una gran hornada de roleros. Ha sido un placer compartir esta generación de Generales con vosotros, así que espero veros por ahí roleando más y más, sin parar ni un instante... Y obvio, para cualquier cosa estaremos tanto Arya como yo a vuestra disposición, tal y como ella ha dicho.
    Os dejo ahora con unos últimos comentarios, y vuestras notas finales. ¡Suerte con todo y gracias por vuestra paciencia!
    Correcciones
    danielotop:
    Has mejorado poquito a poco el rol en cada una de las tareas que has entregado, tengo que reconocerlo. En tema de la puntuación hay una sustancial mejora desde el inicio de la clase hasta el final, supongo que te lo has tomado en serio y aplicaste mis consejos, aunque a veces aún patinas y usas una coma cuando no deberías, y así... Pero no te tomes a mal mis palabras, porque en eso también influye el estilo y las pausas que quieras darle a tu rol. Igualmente, hay unos estándares y normas que siempre conviene respetar. Buscaré algún manual de puntuación y te lo enviaré, para que puedas apreciar bien las diferencias, porque realmente, si ciudades eso al máximo, tendrías un rol más que excelente.
    En cuanto a las tareas, a grandes rasgos están bien, pero en crucigrama te equivocaste en un par de palabras que te comentaré por privado xD En las notas te bajé un poco como ya mencioné, más que nada por la tardanza de la segunda, pero aún así tienes una nota decente.
    Nota 1: 10 Puntos (rol) + 5 Puntos (Tarea) = 15 Puntos
    Nota 1: 20 Puntos (rol) + 15 Puntos (Tarea) = 35 Puntos

     

    Notas Finales

    Extraordinario

    Aaron

    100 Puntos

    Supera las Expectativas

    Rin

    60 Puntos

    Daniel

    80 Puntos

    Aceptable

    Diana

    35 Puntos

    No supera la Clase

    Lifa

    15 Puntos

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