Jump to content

Thanatos L. Lestrange

Magos Expertos
  • Mensajes

    1.021
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    6

Mensajes publicados por Thanatos L. Lestrange

  1. - Ni en Día de muertos vi tanto difunto a pie por el camino - dijo entre risas el otrora patriarca Snape a Cubias, que parecía estar igual o más sorprendido que él mismo de quienes aparecían. Todos parecían sorprendidos, casi como si del despertar de un sueño se tratara. La velada parecía transcurrir sobre una nube de irrealidad, como si todo fuese un poco más lento. - veo que estos años te trataron mejor que a ese esperpento de ahí. - sentenció el pelilargo, señalando las arrugas en la cara de Illidan.

    En ese momento, mientras lo señalaba, vio al rubio haciéndole señas con las manos a unas jóvenes al otro lado del salón. Vio que una de ellas alzaba la vista y tomaba a la otra para arrastrarla a la zona donde nos encontrábamos... Al que se duerme le cabe la maldad...

    Miré a mi izquierda, vi a Ludwig algo ocupado así que desvié mi atención a la derecha. Tanto Cubias como Illidan parecían haberse puesto sus mejores trapos. En cambio Thanatos aún llevaba la capa de viaje bastante raída. Mientras sus compañeros desviaban la atención a la comitiva que se acercaba, se apuró a sacar la varita de su funda y agitarla a su alrededor lo más silenciosamente posible.

    Una especie de vapor caliente lo inundó por un instante... su túnica fue reemplazada por un sobretodo de escamas de Hébrido Negro. Las escamas hacían un juego bastante interesante con las luces a pesar de que el saco era bastante opaco, como si absorbiera la luz en su totalidad. Su pelo enmarañado quedó atado en una larga cola de caballo con un nudo firme a su nuca y hasta su barba entrecana y la cicatriz de su ojo parecían más presentables. El vestuario lo terminaban unas botas y pantalones negros junto con una camisa blanca y suelta, con algunos botones de menos y el aro que siempre llevaba en su oreja izquierda con la esmeralda incrustada.

    La distracción ya se estaba terminando y se adelantó unos pasos mientras Illidan los presentaba a las muchachas...

    - Bonne nuit, Mademoiselle Ada,  Mademoiselle Luna... - dijo inclinando la cabeza como saludo, mientras levantaba un poco su copa en señal de respeto. Acto seguido, tiró su cabeza hacia atrás y derramó el contenido completo del mismo en su boca, lanzó un suspiro con un poco de humo, culpa del Whisky de Fuego y luego de un pequeño "Je m'excuse", sonrió y le dio otra pitada a su cigarrillo mágico. - Soy Ly...Thanatos, Thanatos Snape, a sus servicios. Eh... se supone que esto es una fiesta, ¿No? Aquí el único que parece divertirse es el firuláis.

    Con un movimiento de su varita rellenó su vaso de Whisky de fuego mientras admiraba lo nostálgico de estar en ese lugar después de tanto.

    - ¿Alguien quiere jugar un juego? - con otra floritura, hizo aparecer varios vasos miniatura, perfectos para shots. - Esto se puede poner divertido... - Y sin esperar respuesta comenzó a repartir los vasos entre quienes lo acompañaban.

    @ Ada Camille Dumbledore   @ Luna Gryffindor Delacour  @ Illidan Black Lestrange  @ Lord Cubias

    • Me gusta 2
    • Love 1
    • jajaja 1
  2. La fría brisa recorría el camino empedrado donde empezaba esa calle. Aún sus pies la recorrían por instinto, doblando en callejones y recodos para terminar saliendo al camino principal. Allí todavía podía verla. Una de sus torres parecía haberse caído, probablemente efecto de alguna redada. Llegó a la portezuela de madera, caída y aún sostenida por uno de sus goznes y se quedó quieto. Por un momento, sintió revivir el castillo, las fiestas, a sus hermanos.

    Sus ojos plateados parecieron brillar un poco más de lo normal con el reflejo de la luna, mientras la tristeza y la nostalgia inundaban sus sentidos, parado frente a las ruinas de lo que supo ser su hogar... Incluso le pareció ver un movimiento en la torre en que vio a su fratello por última vez...

    En un instante fue arrastrado a la realidad por unos sonidos de pisadas y vio algunas personas encaminándose a un castillo un poco más allá. Decidió seguirlos, de todas formas no tenía nada mejor que hacer. Sacó uno de sus cigarros mágicos y, sigiloso, comenzó a seguir a pasos cortos a quienes ya se adentraban en los terrenos del que reconoció como el Castillo de la familia Dumbledore. Adentro parecía haber bastante jolgorio y alegría, no entendía qué pasaba, pero imaginaba que solo había una forma de averiguarlo.

    - Ya que... probablemente ya no quede nadie por aquí... - y sin más comenzó a atravesar a zancadas el patio. Su túnica azul marino, un poco raída por el viaje, seguía manteniendo la elegancia que lo caracterizaba. Sus cabellos, otrora alborotados pero controlados, ahora caían en una melena por debajo de sus hombros. También había dejado crecer una incipiente barba en la que se entremezclaban tonos de castaño, rojizo y algunas canas que amenazaban tomar el resto poco a poco.

    Lo único que podría delatarlo era la cicatriz que cruzaba de su párpado hasta su mejilla izquierda, pero imaginaba que nadie se preocuparía por un alma más en esas tierras. Se acercó a una mesa, tomó una copa y se alejó a un rincón, observando a todos los presentes, tratando de no llamar la atención demasiado mientras estudiaba la situación, tratando de encontrar algún rostro conocido.

    No tardó mucho en observar a tres magos decrépitos que parecían hacerse algunas bromas. Reconoció a los tres como si de fantasmas de una vida pasada se tratara, y sin más caminó en dirección a ellos.

    - Cubias, Ludwig, par de suertudos, no envejecieron un solo día... - les tendió la mano mientras se enderezaba a mirar al tercero del grupo. - Hermano... - hacía más de siete años que había desaparecido sin dejar rastro, no esperaba que su hermano reaccionara así sin más, vio su cara estupefacta mientras reconocía sus facciones poco a poco y le tendió su mano también.

    • Love 3
  3. Aún todo orbitaba en flashes a su alrededor cuando la estridente voz de su madre le resonó en la cabeza como si saliese del final de un pasillo largo y oscuro. Se sacudió y levantó la vista ante la bruja, que lo instaba a responder con mirada penetrante. Allí estaba, con sus ojos

     

    - Es que ahora acostumbro bajar las escaleras así.- Mientras se sacudía el polvo, intentando ponerse en pie con la mayor dignidad posible, alzó la vista y puso su mejor cara de lástima- ¿Así me das la bienvenida, madre? - sonrió socarronamente - Definitivamente te sienta mejor ese look sin cajón. Resalta tus ojos.

     

    Había pasado tanto tiempo en zonas remotas, que el reflejo de una cara conocida, sumado a la pizca de intriga que le generaba el pequeño detalle del hecho de ver a alguien a quien había enterrado hacía años atrás, le generó un escalofrío que le recorrió la espalda.

     

    - Así que es cierto que estás de nuevo paseando en tus pies, - La voz, cargada de ironía, y con una media sonrisa en los labios, se silenció y dio paso a un suspiro prolongado.- ¿Acaso piensas contarle a tu hijo que clase de magia estuvieron probando? ¿O eso también lo mantendrás en secreto? - Clavó sus ojos en los de su madre, aún aguardando una respuesta que satisfaciera su insaciable curiosidad.

    • Me gusta 1
  4. -... el significado no está en la carta, si no en el mensaje...- El desdén trascendía el sueño. Todo lo que recordaba era la espalda de su padre, apenas curvada a la izquierda, volviéndose hacia un pequeño Thanatos, que observaba un libro de astronomía que había hallado en la biblioteca del Número 2 de Spinner's End.

     

    Aún habiendo pasado sus buenos minutos concentrado en ello, seguía con la mirada fija perdida tratando de descifrar las palabras que se leían sobre un pequeño círculo con marcas a su alrededor. Sus ojos recorrieron el dormitorio mientras trazaban una copia imaginaria del dibujo que sostenía la portada del libro, cuando dio un salto hacia atrás.

     

    - ¡Chuck, rata inmunda, ¿acaso pensabas quedarte ahí toda la noche?! - Su mirada había encontrado al elfo quieto en el marco de la puerta sin moverse y, envuelto en su mundo, el Snape tuvo que contenerse para no gritar ante su repentina aparición.

     

    - L...Lo S...Si...siento am...mo. Es que s...su madre l...lo busca. - La patética criatura había retrocedido ante el repentino ataque de rabia de su amo, y no parecía nada animada a volver a acercarse. Una vez captó que el mago comprendió el mensaje, aceleró su paso escaleras abajo, tropezó y cayó de bruces hasta el descanso del segundo piso, donde quedó tirado como un montículo de trapos sucios.

     

    - ¿Mamá? - Se preguntó atónito - ¿La misma que enterramos hace años? Esto no tiene sentido. - Enfundó su varita en el cinturón de sus vaqueros y se lanzó escaleras abajo, pateando al elfo en el camino, sin obtener respuesta. Se preguntaba dónde estaría en ese momento, y se recriminó haber olvidado preguntárselo a Chuck, justo cuando un murmullo de voces le llegó desde el vestíbulo.

     

    Cuando finalmente asomó la cabeza con el fin de espiar a los interlocutores, tuvo que aferrarse con fuerza a una lámpara de aceite para no caer al vacío. Años de viajes en búsqueda de respuestas, pensando, añorando, y ¡Ahí estaba ella!, como si el tiempo no hubiese pasado... ni la muerte. Se quedó aferrado a la lámpara mientras se recomponía de la sorpresa y observó a la acompañante de su madre, aunque no logró reconocerla.

     

    - ¿Cómo se supone que me presente ante mi madre renacida? ¿Bastará con un saludo o con una br-aaaaah - La lámpara había soportado su peso durante demasiado tiempo y había cedido finalmente, haciendo que el licántropo cayera rodando escaleras abajo, cubriendo su cabeza en la caída. Finalmente se detuvo en el último descaso entre la primera planta y el vestíbulo. Intentó sentarse mientras el mundo giraba a su alrededor. Tomó aire y suspiró, cansado - Supongo que ya no hará falta.

    • Me gusta 1
  5. Los últimos rayos de sol bordaban el cielo de estelas anaranjadas que se alzaban rebeldes ante el manto oscuro y estrellado de la noche. A la distancia se escuchaban los primeros aullidos de los lobos ante la luna creciente, y apenas algunos gritos de los niños que corrían a sus casas para cenar. El mago detuvo su marcha al llegar a uno de los puntos más altos del camino principal de Ottery. Sin tiempo a nada, una lágrima se escapó de entre sus ojos entrecerrados.

    Ya habían pasado cinco años desde la última vez que sus ojos recorrieran ese entrañable paisaje. Los castillos y mansiones distribuidos por lo ancho y lo largo del pueblo inundaban el lugar de luz, con sus fuentes, faroles e innumerables ventanas, que poco a poco se encendían, en contraste con el cielo nocturno. Se preguntaba qué tanto habría cambiado todo, y qué tan capaz se sentía de volver a integrarse entre ellos.

    - Si tan solo te tuviera aquí conmigo. - durante mucho tiempo había intentado comunicarse con él, de todas las formas que existían y la falta de respuesta le había abrumado el corazón. Desde que decidieran desaparecer del mapa, habían elegido hacerlo por separado. Sin embargo, todos esos años lidió con la sensación de que su fratello no estuviese ahí... ya no. - ¿Y qué se supone que haga yo solo? ¿Volver a casa como si nada? Si ni siquiera mamá está ahí. Esto fue una idea horrible. - el largo viaje por el mundo le había generado la costumbre de hablar consigo mismo.

    Después de destruir el Castillo Snape, solo quedaban ellos dos. Así como todo había empezado, todo terminaba. Y ahora volver... ya sin Felias. Era simplemente duro de aceptar. Tomó su mochila y comenzó a bajar por la pendiente que descendía hasta el camino que lo llevaría a la mansión en la que se habían criado.

    <<Al fin y al cabo es el único lugar en el que aún tengo algo para hacer>> pensó con sorna, recordando que no pisaba el Castillo desde el funeral de su madre; <<definitivamente la bruja más irritante que pisó esta tierra, junto con su hermanita Amber.>>

    Incluso a su propio hermano le hubiese sido difícil reconocerlo, aún teniéndolo en frente. Su apariencia había perdido ese brillo fugaz, y en su lugar ahora lucía un espíritu más salvaje. El despertar de aquellas aventuras por sudamérica lo había llenado de renovadas energías. Aún conservaba las botas de cuero de Vipertooth peruano que le robó a un mago que intentó estafarlo en una taberna camino a Machu Picchu. Su cabellera, más revuelta que nunca, le caía por debajo de los hombros en rizos castaños alborotados, y junto a la incipiente barba, le daban un aspecto mucho más temerario que en otros tiempos.

     

    - Aunque no necesitaba de ningún aspecto para que el resto conociese su lugar. - Rió mientras comenzaba a atravesar la reja que ingresaba a los jardines del Castillo. Sus ojos grises se posaron en el siniestro bosque a su izquierda. Las entrañas de sus antepasados estaban ahí, las raíces de la familia crecían fuertes, como solían hacerlo, y oscuras... - como nuestros corazones.

     

    Apuró el paso y se acercó a las puertas. Alzó su brazo y golpeó tres veces la puerta de entrada. Luego de unos minutos, la puerta se abrió y una pequeña criatura se asomó bajo la luz del vestíbulo. Sus ojos, como pelotas de tenis, se posaron sobre la mochila del mago, con desconfianza, antes de girarse hacia el hombre.

     

    - Buenas noches ¿Se le ofrece a... - Mientras terminaba de abrir la puerta, las luces de la araña captaron fugazmente el brillo plateado en los ojos del mago, dejando al elfo paralizado aún con la boca abierta. Así que ya lo había reconocido...

     

    - Puedes cerrar tu boca, Chuck, maldito inútil. - Sonrió y le pegó un golpe en la coronilla que obligó al elfo a cerrar sus mandíbulas con fuerza, mientras se giraba con aspecto sorprendido y confuso. Se quedó en silencio mientras su amo tomaba sus cosas y entraba en el salón. - Así que... ¿Me extrañaste? Necesito saber novedades. Y también dónde voy a dormir, estoy realmente cansado de mi viaje.

     

    - E...e...el am...mo puede ocupar su habitación en el ala oeste, tanto sus aposentos como los de su hermano... - al parecer el elfo comprendió que había tocado un tema difícil para el mago. - S... simplemente p...puede retirarse a descansar, amo. Le pediré a los Chucks de la cocina que le suban algo de comer.

     

    - Gracias, Chuck, eso será más de lo que merezco, siempre y cuando dejes de tartamudear como un completo i******... es irritante. - Y sin más, subió las escaleras en dirección al tercer piso.

    • Me gusta 1
  6. No sé qué tan constante puede ser uno en estas cosas, pero aún recuerdo cuando esta bella familia me adoptó allá por 2009 :3

    Planilla de Registro:
    
    Nombre de Usuario: Thanatos L. Lestrange
    
    Ficha de Personaje: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78516
    
    Bóveda Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78653
    
    Preferencia sobre por quien quieres ser adoptado: Alyssa Black Triviani :3
    
    Seudónimo Mafioso: Il Lacerato
    
    Trastorno Mental (Opcional): Ezquizofrénico.
    
    Skype: a-t_thanatos
    • Me gusta 1
    • Nick e ID en HL.Org: Thanatos L. Lestrange [85945]
    • Nick e ID en HL.Com: TtaNatT - [205930]
    • Casa en Hogwarts Virtual: Gryffindor
    • País: Argentina
    • ¿Por qué quieres ser árbitro?: Ya lo fui anteriormente y me gustaría darle una mano a los actuales, que se ven atareados :P
    • Experiencia en quidditch: 5 años con uno y medio de "descanso".
    • Skype: a-t_thanatos
    • Disponibilidad horaria: Prácticamente todo el tiempo durante el día de lunes a viernes. (Excepto martes en horario 3+1 en adelante)
    • Me gusta 2
  7. - Liberacorpus - El cuerpo de la muchacha recién vuelta a la libertad (Blackimse), que pendía flotando en el aire, se soltó. Con cuidado la sostuvo al momento de caer, para que la joven no terminara golpeada. - Finite Incantatem - Susurró, mientras posaba su varita sobre el lazo que ataba los tobillos de Blackimse. Este desapareció al segundo.

     

    Miró a derecha e izquierda mientras dejaba a la muchacha parada a su lado. Ya estaban cerca...

  8. - Morphos - La varita de Lysander apuntaba directamente a la capa que llevaba una de las guardianas (Jessie Potter Blue). Esta se transformó en una avispa marina, que al tocar su piel transmitió el poderoso veneno que llevaba en su cuerpo. Pronto estaría muerta.

     

    Notó que la joven intentaba atacar a la recién liberada, tratando de silenciarla, a pesar de tener a la avispa cubriendo su cuerpo.

     

    - Sectumsempra! - El rayo verde salió dirigido al pecho desnudo de la misma muchacha (Jessie Potter Blue). Si no se cubría, moriría en instantes.

  9. Las defensas de la torre cayeron como la noche oscura, en cuestión de segundos. Suspiró aliviado al ver la luz al final del camino; sabía que estaban cerca de lograr su cometido, y no había posibilidades de que los detuvieran. Pero al parecer pensaban intentarlo. Empezaron a avanzar y observaron que algunos aurores empezaban a asomarse.

     

    Apuntó con la varita hacia uno de ellos (Heliké) y se acercó rápidamente mientras alzaba la pequeña rama de madera:

     

    - Silencius – Susurró, y apuntando al auror (Heliké) esperó que hiciera efecto el hechizo lanzado.

     

    - Sectumsempra! – El rayo verde salió directo al pecho de la muchacha (Heliké), que si no se defendía, se encontraría con su pecho abierto en tres enormes heridas sangrantes.

  10. Las puertas de Abaddon estaban frente a ellos y los peligros acechaban a la vuelta de la esquina. Tomó con cuidado su varita y se limitó a mirar a ambos lados mientras no se despegaba del grupo.

     

    - ¡Morphos! – Una enorme roca de su derecha tomó forma poco a poco hasta transformarse en un oso pardo gigante. La orden era clara: Defenderlo de cualquier ataque. Nuevamente alzó la varita y gritó: - Avis! – Una docena de palomas aparecieron de la nada y se mantuvieron sobre la cabeza del joven, defendiendo a su creador y a sus compañeros de indeseados.

     

    Se mantuvo junto al grupo y aguardó. La paciencia no era lo suyo, pero debería mantenerse quieto mientras esperaba que todo terminara…

  11. El muchacho recorría los pasillos de la mansión Riddle con la mirada perdida. Sus pasos retumbaban en la fría mazmorra que se ampliaba a ambas esquinas. Decidió que subiría a tomar algo cuando un tumulto lo hizo concentrarse en la puerta que daba a las escaleras. Un grupo de personas subía en batallón y parecían apurados, por lo que decidió acercarse con cuidado y oír atentamente lo que ocurría. Al parecer iban a rescatar a algún mortífago raptado por los aurores.

     

    <<Es mi oportunidad>> pensó el rubio, que avanzó hacia una recámara y tomó una lustrosa petaca a la que le agregó unos pelos castaños: pelos de su mentor, Thanatos Snape. Una vez se fundieron con el contenido del recipiente, tiró su cabeza hacia atrás y agotó el líquido en un veloz paso hacia su garganta.

     

    Sus cabellos comenzaron a tornarse opacos y perdieron el color dorado para tornarse de un sucio ocre oscuro. Rápida y dolorosamente, comenzó a surcar hacia el cuero cabelludo, quedando de un largo que apenas rozaba los hombros. Se enredó con facilidad y se volvió más ondulado. Sus ojos bicolores perdieron casi toda su pigmentación, tornándose grises plateados, de la tonalidad del metal congelado.

     

    Tuvo que lanzar un hechizo agrandador a su túnica, ya que su cuerpo se estiró unos veinte centímetros. Una vez terminó la transformación, giró hacia el espejo y vio la copia exacta de Thanatos. La cicatriz de su cara había desaparecido sin dejar rastro. Estaba irreconocible.

     

    Escapó siguiendo a todos y miró a ambos lados. Desde la puerta de la mansión pudo distinguir a uno de sus compañeros que le hacía un gesto invitándolo a acercarse. Tomó su brazo y desaparecieron hacia el lugar donde los necesitaban. Al parecer estaban incluso en otro continente… Aún le sorprendía lo fácil que podían moverse aquellos con licencia de aparición… empezaba a replantearse la idea de realizar el examen.

     

    Oklahoma, Estados Unidos. Al parecer ese era el punto de encuentro, y no tardó en observar el destino al que se acercaban. No mucho más lejos, dos mortífagos tomaban una espada que empezaba a irradiar un brillo azulado sorprendente. Corrió hacia donde estaban y tomó la espada, o mejor dicho el traslador. Un gancho invisible tiró de él y lo llevó, lejos, hacia un lugar desconocido.

     

    Nuevamente se habían movido, aunque en aquella ocasión el movimiento no había sido demasiado extenso. Se encontraban en Tulum, una península en Yucatán, para ser más específicos… Hermoso lugar, sí, sin dudas. Siguió al grupo y rápidamente pudo comprender que ya no era tan natural. Ahora estaban frente a las puertas de la prisión mágica que encerraba a los mortífagos capturados en batalla. Habían llegado a Abaddon…

  12. La ventisca azotaba las ventanas de la espaciosa torre. Los puños apretados del mago temblaban ante las turbias pesadillas nocturnas que lo acechaban desde hacía meses. Sus ojos se abrieron de par en par con un trueno especialmente ruidoso, que lo sacó de sus horribles sueños. Estiró uno de sus brazos y se giró, para acercarse a la mesa de luz, en la que reposaba su reloj de oro. Miró la hora: las ocho y cuarto. Dudó unos segundos antes de comprenderlo...

     

    - ¡ALPHAAAAAAAA! - El elfo no tardó en aparecer, alarmado, mientras observaba a su amo ponerse en pie y empezar a vestirse con lo primero que encontraba. - ¿Por qué no me despertaste? Deberías saber que hoy empieza la nueva clase y no puedo darme el lujo de llegar tarde. - Pasó el cuello de la camiseta blanca por su cabeza, mientras intentaba pasar el jean gastado por sus piernas, con el brazo que le quedaba libre. Se puso las botas negras de piel de dragón, mientras le ordenaba a su elfo que le preparara un café. Finalmente, se puso el buzo verde que tanto lo distinguía y salió velozmente de su habitación, bajando las escaleras con suma agilidad.

     

    Observó su mochila tirada sobre la mesa. Todos los útiles estaban esparcidos por ahí y no sabía si en esa clase le podrían ser útiles, por lo que tomó su varita y la agitó, haciendo una fresca floritura:

     

    - Bauleo - Todos y cada uno de los artefactos que reposaban en la mesa, tales como lapiceras, pergaminos y frascos de tinta, fueron a parar a la mochila. Se acercó y la cerró con cuidado, mientras se sentaba, viendo que Alpha volvía con la taza de café en sus manos. De un sorbo terminó la deliciosa infusión y se levantó, ya despierto, listo para partir. - Alpha, necesito que me alcances a la Academia, o se me hará tarde...

     

    El elfo estiró el brazo obedientemente, y el joven Lestrange lo tomó con cuidado. Instantáneamente se escuchó el ruido de un disparo y ambos dejaron atrás la cocina del castillo, para volver a aparecer en los jardines del enorme centro educativo. Lysander agradeció presuroso a la criatura, que se esfumó nuevamente, y corrió hacia la entrada, expresada en una enorme doble puerta de roble, rústicamente tallada. Atravesó el umbral y se deslizó por uno de los pasillos que daban al segundo piso. Sus pasos suaves se transformaron en zancadas, a medida que pasaba el tiempo y no encontraba la puerta del aula.

     

    Unos fantasmas cruzaron la pared que tenía a su derecha y aparecieron delante de él. Lo oportuno sería preguntarles a ellos, que probablemente viesen todo y visitaran continuamente el castillo.

     

    - Ehh... disculpen, eh... señores? - Aguardó un instante y ambos caballeros se giraron hacia donde se encontraba. Un escalofrío recorrió el cuerpo del muchacho al observar a esos espectros con sumo cuidado.- Ehm... Que-quería s-saber... hmm si c-conocen la u-ubicación d-del aula de Ro-rol Básico. - No pudo evitar el tartamudeo ante el temor que le producían los muertos, pero se sorprendió al oír las frías carcajadas de los dos hombres, y eso lo obligó a relajarse un poco.

     

    - Mira detrás tuyo y podrás saberlo.- El muchacho giró la cabeza y su rostro se volvió rojo fuego cuando vio que acababa de pasar por delante de la puerta y no la había visto. Volvió la vista al frente para agradecerle a los fantasmas, pero ya no estaban allí. Volvió su cuerpo hacia el aula e ingresó con cuidado, mirando a ambos lados y observando que varios de sus compañeros ya se encontraban allí. Uno de ellos estaba terminando de presentarse y fue a ocupar su asiento, por lo que supuso que debería seguir sus pasos.

     

    - Hola a todos, soy Lysander Lestrange.- Tragó saliva - Tengo mucho interés en aprender en esta clase, así que espero que podamos divertirnos. - Dicho esto, inclinó la cabeza en gesto de saludo a sus profesoras, y se sentó en uno de los bancos pegados a la pared de la izquierda.

     

     



     

    OFF:

     

    Buenas a todos :P. Mi nombre es Gonzalo, tengo 21 años y soy de Buenos Aires, Argentina. Trabajo de Administrador de Redes y en este momento no estudio, aunque planeo hacerlo el año que viene. Hace tres años y meses que estoy en el foro, y disfruto cada día que paso dentro, así que esperemos que hagamos buenas cosas acá. Me gusta mucho la música, de todo tipo, y en mi familia todos son músicos. Incluso yo canto y toco la guitarra, aunque mis hermanos son mejores :P jajaj. Jugué 9 años al rugby, aunque luego me lesioné y tuve que dejar de practicarlo. Me gusta mucho (al igual que leí a Koa) el chocolate :bb: y mi color favorito es el azul. Y básicamente ese soy yo en la vida real (?). También me gusta leer, salir con amigos, ir al cine, etc...

     

    En cuanto a Lys... Es un tipo raro, que tiene constantes cambios de ánimo y que es muy crítico de todo lo que hacen los demás, sobretodo de sus trillizos (o mellizos, como se diga cuando no se habla de los tres) Tara y Agatone. Es amante del café (aunque a mí nunca me gustó), las peleas y el cigarrillo. A veces suele ser tímido, y otras es tan arrogante que da náuseas. Pronto va a tener algunos cambios, cuando me cambien el nick, porque voy a fusionar a mis dos personajes: Lysander Lestrange y Thanatos Snape, así que quizás cambien algunas cosas.

     

     

    Y creo que eso es todo :P

     

    Saludos!

  13. Bueno, es que particularmente nunca escuché la palabra incontrable. Incluso dudo de su existencia, por lo que esa era la razón de mi confusión, aunque creo que en la saga usaron esa palabra en algún momento, en lugar de "inencontrable", que sería la correcta... En fin, de todas formas, gracias por resolver la duda :P

     

    Ahora hago algún comentario que no tenga mucho sentido para que mi post no sea considerado spam... Y listo!

    • Me gusta 1
  14. Hola a todos, vengo con una cosa que quizás parezca una pequeñez pero que me parece que no está de más avisarlo por si no se notó y el error se mantiene (a menos que esté equivocado yo y eso sea lo que en realidad debería decir).

     

    En fin, cuando miro en mi subnick, puedo observar esto:

     

    http://vvcap.net/db/VT-0yBAoGN9sWbUUGeud.png

     

    Como verán, según el rango foráneo (generalmente decidido por la cantidad de posteos), soy un "Mago incontrable". Sin embargo, estoy casi seguro que en la anterior versión del foro se podía leer "Mago incontrolable".

     

    Supongo que fue un error de tipeo o algún bug a la hora de trasladar la enorme cantidad de cosas de la anterior versión, pero me pareció que no estaba de más aclararlo por las dudas, para que, en caso de que este error sea así y no me esté equivocando yo, se pueda solucionar :P

     

    Saludos y gracias por la atención jajaja.

  15. El rubio observó atentamente mientras la bella joven que lo enfrentaba se disponía a curarse, no se había esperado esa respuesta tan veloz, pero no le quedaba otra que continuar atacando. Alzó su varita nuevamente y, al observar que su compañera parecía volver a la carga, gritó rápidamente:

     

    - ¡Morphos! - Sus bermudas se transformaron en una pequeña y venenosa rana flecha dorada. Ordenó a la rana el ataque urgente y esta, obediente, comenzó a saltar velozmente en dirección a la muchacha. Al mismo tiempo observó a su compañera pronunciar el mismo hechizo. Extrañamente, este no tuvo efecto aparente.

     

    Observó a la rana saltar al cuerpo de la muchacha, sobre el torso desnudo, y su decisión fue inmediata:

     

    <<Disparo de Flechas>> pensó, con la mente puesta en la rana que comenzaba a exudar su veneno, dejándolo escapar de todos los poros de su piel y transmitiéndoselo a Mery Anne, que comenzaba a sentir los efectos del veneno más poderoso del mundo. Doce flechas salieron disparadas en dirección al pecho de la joven, donde la rana se encargaba de esparcir su veneno por el desnudo torso. Si lograban su cometido, le atravesarían el pecho y, la que volaba en el centro de las doce, atravesaría a la rana y la incrustaría en el pecho de la bruja.

     

    - Espero que no te duela mucho - rió un poco entre dientes, aunque aún no estaba seguro de querer acabar con esa muchacha, al parecer era una gran chica y empezaba a caerle bien...

  16. La noche fría cubría el lugar con un aspecto simplemente aterrador. El cuerpo del muchacho se estremecía, a pesar de estar en verano, ya que su único abrigo era una fina musculosa deportiva, junto con unas bermudas. Volvía de practicar quidditch y sabía que llegaba con el tiempo justo, así que mientras se adentraba en el sencillo parque donde se llevaría a cabo el duelo, extrajo su varita y la tomó firmemente.

     

    Se aseguró de mantener distancia de todos los objetos esparcidos por el césped recién cortado y alzó la vista. El único objeto que se mantenía cerca de él, era un enorme banco de plaza, elaborado con cemento y completamente macizo. Sus ojos bicolores se clavaron en los de su compañera de clase, que le devolvió la mirada e intentó hacer un cortés saludo, a pesar de no esperar respuesta.

     

    Un rayo verde salió de la varita de la chica al grito de <<Sectumsempra>>, por lo que el mago decidió resolver de la mejor manera lo que podría ser un inicio fructífero del duelo:

     

    - Morphos! - La túnica que llevaba la chica Haughton comenzó a mutar. En su lugar, ahora había una avispa marina adulta. El efecto fue instantáneo: el veneno de la avispa marina comenzó a esparcirse por el cuerpo de la muchacha en cuestión de segundos. El animal más venenoso del mundo había hecho la suficiente conexión como para traspasar su veneno al cuerpo de la bruja, y ahora esta estaba en verdadero peligro.

     

    Al instante, notó el impacto del rayo en su pecho. Escupió el aire con fuerza, al recibir el choque y mantuvo la calma, a pesar de ver su pecho abrirse en tajos sangrientos. Abrió con fuerza los ojos, mientras estos lagrimeaban, y volvió a levantar la varita, esta vez hacia su propio pecho:

     

    <<Episkey>> Pensó el joven Lestrange. El efecto fue instantáneo, las heridas se cerraron lo suficiente y la sangre dejó de correr, al menos por un rato, ya la trataría después...

  17. http://i.imgur.com/y93hE.png

     

    El rostro crispado del rubio no parecía concordar con la felicidad y algarabía que bañaba la sala en la que se encontraban. Muchas miradas cansadas, rostros con clara evidencia del desgaste, pero todos con una sensación de satisfacción que no emanaba del joven. Se encontraba sentado en un almohadón púrpura, junto a su hermana y el resto de sus compañeros de casa. La noticia de que había ganado el duelo por abandono se había extendido como una brisa de verano, y ahora todos sabían que el joven no había podido valerse realmente de sus dotes duelísticas, ni tampoco haberse quedado con una merecida victoria.

     

    - Espero que no tarde mucho, ansío pisar nuestro hogar de nuevo... - Tara lo miraba con gracia, aunque su hermano comprendió entonces que no se trataba de una simple sorna, burlándose de él: estaba feliz de compartir frustración con alguien. Luego de su duelo con el chico de los centauros, se había encerrado en una recámara y no había salido hasta hacía una hora, cuando tuvo que prepararse para la entrega de premios.

     

    Al final, una de sus jefas de casa se puso en pie y se acercó a la tarima. Alzó la voz, lo suficiente para que la escucharan todos los presentes, y se dispuso a dar un pequeño discurso en el que comentaba lo orgullosa y contenta que estaba con la organización, tanto de los propios como de los alumnos. Lysander, en ese momento, comprendió que no había sido tan malo el hecho de ganar por abandono. Miro a los dragones... Uno de ellos probablemente sería víctima de burlas y enojos, por abandonar el duelo sin estar en condiciones negativas. Un temblor surcó el labio del joven Lestrange, y la comisura derecha se elevó, formando una sutil sonrisa, claro detalle de su cambio repentino de humor.

     

    Los minutos pasaban, y finalmente el momento tan ansiado por todos los presentes llegó: Empezaban a nombrar los resultados del torneo.

     

    - El tercer puesto lo ocuparon los Centauros de Blodwyn - los ojos bicolores del mago, se posaron en el rostro de su melliza. Su mirada irradiaba un júbilo poco común en ella. Era el sabor de la venganza. Observaba con gracia a quien le había sacado ventaja en el duelo. - y el cuarto lugar correspondió a los Dragones de Lancashire. - <<Eso nos deja entre los dos primeros>> una luz de excitación se encendió en el pecho del muchacho... Todo podía ser, y su ánimo cambiaría radicalmente con un sólo detalle. Lo único que necesitaba era saber que...

     

    - Los merecedores del título de sub campeón son los Tritones de Rio Wye para quienes pido una ovación. - Los aplausos no tardaron en llegar. Sus manos chocaban entre sí con fuerza, sus ojos se abrieron de par en par y una sonrisa que dejaba ver todos los dientes blancos se hizo presente en su rostro. Eran los campeones. - Los Campeones de la Novena edición del Torneo de las Cuatro Casas son los Aethonans de Salem.

     

    Se levantó y dio un salto, de la alegría. Estrechaba la mano de sus compañeros, felicitándolos por la gran tarea hecha durante el torneo. Estaba orgulloso de ser un Aethonan. Abrazó a su hermana, que le sonreía como un espejo con pequeños cambios en algunos detalles. Se giró en el momento justo para ver salir un sarcófago que parecía hacer de base de una copa que, sin embargo, flotaba a unos centímetros de este. Miró a sus compañeros y se acercó a la copa, para luego hacerle una seña con la mano a uno de ellos.

     

    - Coco, tú tómala... Eres nuestro prefecto y, como tal, nuestro capitán en esta competencia. - Sonrió, mientras aguardaba que su prefecto alzase la copa, en clara señal de que los Aethonans se hicieron con la nueva copa.

  18. El joven Lestrange se hizo con uno de los pergaminos que el profesor le había entregado a cada uno, y se dispuso a leerlo con atención. Tomó firmemente la varita cuando el otro docente los acompañaba a un claro y los enfrentaba a todos, antes de empezar a lanzar hechizos. Unas cuerdas surgieron de la nada y se dirigían a él con suma velocidad.

     

    - Evanesco - murmuró con calma, observando desaparecer las tres cuerdas que se acercaban peligrosamente. Comprendió entonces, que la tranquilidad demostrada no le había dado puntos a favor, sino que su profesor ahora parecía decidido a atacar en serio. Con un latigazo de su brazo, un rayo verde esmeralda salió dirigido de su varita, y comprendió que era un sectumsempra al instante...

     

    - Protego - El escudo invisible absorbió por completo el rayo verde, antes de desaparecer nuevamente. Al parecer, los embates habían terminado por el momento...

     


     

    El profesor les había dado nuevas indicaciones y procuró escucharlo atentamente antes de ocupar su lugar. Los ojos del joven indicaban que esta vez estaría mejor preparado que la anterior. No permitiría que volviese a tomarlo por sorpresa su ataque. Se limitó a hacer una floritura de su varita y dijo, serenamente:

     

    - Avis - Una docena de pájaros se materializaron frente a él, en el aire. Revoloteaban con sorprendente agilidad y se abrían paso en el tramo que lo separaba del profesor. Un destello azul le indicó que su profesor había sido tomado por sorpresa ante las aves, que desaparecieron al recibir una de ellas el impacto del potente hechizo, que también se evaporó.

     

    - Tarantallegra! - Un rayo violeta salió expulsado con fuerza desde la varita del muchacho. Si impactaba en su objetivo, las piernas de Kris, éste comenzaría a bailar zapateo americano a una velocidad de miedo, que le afectaría la puntería si no lo frenaba antes.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.