Sophie M.

- There's no place like home- exhaló la Haughton luego de aspirar el familiar aroma del Castillo Haughton cuando apareció directamente en los Jardines en donde terminaría por distraerse unos cuantos minutos.

Hacía varios días que no se pasaba por allí, pero es que recientemente tenía más que hacer de la cuenta. Entre su trabajo en el Ministero de Magia como jefa de su oficina, su recién ascenso en la Marca Tenebrosa y uno que otro asunto personal apenas le quedaba algún tiempo para dormir e invertir en los que más quería.

Es por ello que los últimos días se los había gastado en el Castillo Ryddleturn, el cuál había abierto sus puertas para recibir a la tempestad y sus familiares... para aquellos no tenía palabras de gratitud suficientes, pues también se habían comportado más que a la altura. Eran su familia adoptiva, pero casi podía compartir un lazo sanguíneo con ellos, pero no, ésta era y sería por siempre su familia: Los Haughton.

Más optimista de lo que se había sentido la última vez que estuvo allí se encaminó hasta el Castillo, qué le esperaría detrás de aquella puerta era siempre un aventura. Una que valía la pena vivir. Esperaba al menos encontrarse con sus hijas, pues tenía mucho sin saber de ellas, el corazón se le estrujó un poco al notar cuanto les extrañaba.

- No creo que pase muy seguido - contesté a Alba cuando su rostro se veía preocupado del ataque - y bueno sino en San Mungo te atienden muy bien - añadí componiendo una sonrisa.

Sin embargo, era una suerte que pasáramos el tema totalmente retomando el asunto de las visitas.

- Muy bien me gusta la idea de turnarnos, después de todo una vez iniciado ese proyecto hay más que suficiente trabajo para cada una, especialmente si pensamos cubrir el Callejón Diagon también - aunque prefería no preocuparme por ello ahora y centrar nuestros esfuerzos en las mansiones de los magos y brujas de todo Ottery.

- Rueda de prensa - dije pensativa - tal vez quieras tratar de llamarle circo - añadí despectivamente - imagina mi sorpresa cuando llego al Atrio y me topo con una horda de fenixianos revelándose como la gran cosa - aún recordaba los destellos de la dichosa luz que se colocaban en su rostro - y peor aún, el pobre intento de los aurores de apresarlos, los discursos sin argumentos fuertes, en fin - hice un gesto como restándole importancia al asunto - como dice Alba, también me he ido en cuando los hechizos comenzaron a viajar por el Atrio. Desconozco en que habrá terminado y dudo seriamente que haya sido de provecho alguno - terminé con contundencia. - otro distinto a lo mucho que ha dado de hablar.

La respuesta de Alba no se hizo esperar e incluso en pocos instantes le había entregado a Roxanne el pergamino que había elaborado para realizar las visitas, de manera que pudiéramos llevar control y constancia de cada mansión o castillo visitado.

Asentí vehemente y más aún cuando Roxanne mencionó la palabra criminales, la verdad es que eso era exactamente lo que me parecía unos criminales. Y entonces procedí a explicar un poco más en detalle el ataque pues Alba también mostraba algo de curiosidad y sobre todo preocupación en este asunto.

- Pues así, acababa de instalar el hechizo antiaparción en el Edifcio Loveless instalando los servicios para la boda de Kritzai y Sira, de hecho - recordé de pronto - fue una suerte que fuera sola allí ¿Recuerdas que fuimos juntas a los otros lugares? - dije dirigiéndome específicamente a Alba - pues que bien que no estuvieras allí sino también habrías salido lastimada, en todo caso - seguí retomando el hilo de la historia - llegaron tres o cuatro personas - a la fecha no sabía cuantas con exactitud pues todo había pasado muy rápido - y con acusaciones arremangadas comenzamos a tirar hechizos a diestra y siniestra - ni siquiera habría tenido oportunidad de defenderme - muy triste todo esto, la verdad como dice Roxanne como siga esta situación los que salimos a trabajar tendremos que solicitar ayuda del Departamento de Aurores.

Preferí dejar aquel asunto hasta allí, la verdad es que ya era cosa del pasado y solo esperaba que aquellos 'odefos' no se metieran más conmigo, al menos no mientras trabajaba, fuera del trabajo... bueno, seguramente sería al menos divertido pues podría ser tan mortífaga como quisiera o pudiera arriesgar.

- Pues la lista realmente contiene todos los servicios hasta ahora, la idea es ir tanto a los vencidos como a los que no cuentan con servicios - comenté cambiando un poco drásticamente el tema retomando las visitas - pero si van a salir me dejan trabajo a mi también - continué con reproche- no me pueden dejar aquí abandonada. - finalicé diciendo enfurruñada aunque evidemente era bromeando con mis compañeras de trabajo

La parte que menos disfrutaba de asistir a una ceremonia elegante era tener que vestirme a la altura, sin embargo aquella no sería la excepción, así que del fondo del closet en mi habitación del Castillo Ryddleturn extraje un elegante vestido azul marino que dejaba al descubierto media espalda y unos tacones delgados color blanco hueso a juego con la cartera. Apenas observé el reflejo que mostraba el espejo, todo parecía en orden y sino me apuraba llegaría tarde.

Aquel era un día especial y no solo para mí sino para los Ryddleturn en general, aquel día dos de sus integrantes se graduaban de la Academia de Magia y Hechicería. El orgullo que me inspiraba que al mismo tiempo aquellas personas fueran mis sobrinas era indescriptible.

El aspecto del comedor, como siempre que era el anfitrión de aquella ceremonia, lucía espectacular, de no ser por las tantas veces que había asistido hasta allí me habría detenido más tiempo y seguramente llegar a medio discurso de los directores. Pero afortunadamente lo había logrado a tiempo y ahora me encontraba en una de las mesas escuchando y disfrutando de la celebración con todos los presentes.

Lo bueno de todo aquello es que el protocolo era corto y sobre todo me sorprendió que las únicas graduadas fueran ellas, lo que hizo la ceremonia aún más corta. Aplaudí con el resto de los presentes al terminar e inmediatamente me puse en pie para alcanzar a las felices y agasajadas Ryddleturn.

- Chicas- dije cuando estuve suficientemente cerca para llamar su atención luego de que se felicitaran entre sí y con sus compañeros los nuevos prefectos - ¡Felicidades! - añadí entusiasta abrazando brevemente a cada una y acto seguido hice aparecer un ramo de flores para cada una - supongo que ha llegado el momento de divertirse al máximo ¿no? - añadí en tono divertido guiñándoles.

Luego de aquello me alejé un poco para darles espacio de que socializaran más con sus compañeros y otros familiares. Era curioso, pero a pesar de todo las graduaciones conseguían arrancar algo de nostalgia en mi.

Pero ¿es que acaso no había sido así desde que entrara aquel Departamento hace poco más que un año, de pronto me sorprendió aquel dato a mi misma ¡cómo se me iba el tiempo entre las manos!. Pero así era, la Oficina tenía sus altibajos, días de mucho trabajo y otros sin ninguno.

Aparté aquel pensamiento de mi mente, pues el tono que emplearía Roxanne sobre las visitas a Ottery me tomaría por sorpresa, sonaba bastante más seria de lo que acostumbraba, fruncí el ceño y me detuve a pensarlo. En realidad ella tenía razón. Así que procedí a concedérsela.

- Tienes razón, supongo que me tomé demasiadas atribuciones, quizá por ser un proyecto viejo - dije en tono de disculpa dando un sorbo a la bebida caliente - después de todo yo misma he sido víctima de un ataque trabajando. - lo último lo dije con tono displicente, aquel episodio aún no lo superaba. Y de hecho tampoco lo había mencionado antes, pero es que aquel asunto lo había tomado más personal de lo que debía. Esperaba que Roxanne no le diera demasiada importancia, después de todo reconocía que era divertido el riesgo de llevar aquella doble vida, mortífaga y bruja inocente al mismo tiempo.

- Pues sí, aunque Alba ha sido la que tomó la iniciativa así que tal vez nos pueda decir cuál mansión o Castillo ha visitado primero - me giré hacia la Ryddleturn para escuchar atenta su respuesta - yo saldré esta tarde a visitar alguna otra familia - entonces volví a ver a Roxanne - estarás de acuerdo que lo más divertido de esta oficina es ir a visitar los lugares - afirmé dando otro sorbo a la bebida.

- Aburrido - confesé contestando a la Rambaldi que se acercaba con paso decidido hasta la Dirección de Red Flú y, tomando asiento a mi lado, me preguntaba por cómo iba mi día - bueno aburrido tal vez no sea la palabra, voy a decir mejor que desocupado - añadií suavizando mi primera reacción y dirigiendo una sonrisa a la Directora.

- Veo que tu estado tampoco es muy diferente al mío- comenté sin embargo Roxanne no tuvo mucho tiempo para contestar pues en aquel momento los pasos de alguien más captaron mi atención, volví a ver casi con la certeza de que sabían quién era y por ello no me sorprendí al ver a Alba dirigiéndose hasta su estación de trabajo.

- Hola Alba- saludé casi en coro con la Rambalidi. La Ryddleturn nos saludó de regreso extrañada de que estuviéramos allí y es que no podía culparla, no era lo más usual.

Lo usual era que cada uno estuviera en su oficina, quizá con tantos trámites que apenas tenía cabeza para algo más, pero algo estaba pasando en la comunidad mágica pues aquel departamento ni por asomo recibía tantas visitas como en antaño, prefería atribuir todo aquello el buen servicio y por eso la demanda había bajado.

- No, no pasa nada - contesté a su pregunta intentando tranquilizarla - nada - continué con contundencia - creo que es parte del problema ¿Sabes? solo otro episodio más en donde la oficina está menos movida que de costumbre - con mi varita hice aparecer una tetera y tres tazas, si íbamos a esperar sería mejor hacerlo con elegancia. - Es una suerte que hayamos retomado eso de visitar Otterry puerta a puerta - comenté para ambas, pues de hecho no le había informado de aquello a la Directora.

Mazmorras - Rol 3 - Casi dada de alta :3

La habitación se volvió titilante por unos instantes y por un momento todo daba vueltas, mientras Sira regresaba con unas botellas, el contenido que se revolvía dentro no me inspiraba demasiada confianza.

De pronto estuve consciente de la bata que cubría mi cuerpo, era detestable, solté un resoplido, a pesar de ello me sentía infinitamente agradecida del servicio que me habían ofrecido en el Hospital y para mis adentros deseé con todas mis fuerzas no tener que visitarlo más, aunque estaba segura de que en batalla todo era posible. ¡Y como disfrutada de la emoción del duelo! Nada como la adrenalina de poner tu vida en juego. Estuvo a punto de hervirme la sangre, pues recordé que la razón por la que estaba allí no era un duelo, había sido una injusticia realmente casi un abuso de poder.

- Pero esto no se va a quedar así - termine en un susurro apenas audible de forma inconsciente mientras alcanzaba la primera poción que apuré hasta la mitad - ¿Dulces? - pregunté divertida alzando más la voz - Sira, ni siquiera tengo ropa para irme - dije en un tono lastimero aunque realmente estaba de broma - aunque estoy segura de que - volví a beber de la poción ésta vez hasta terminarla. Una sensación reconfortante se expandía por todo mi cuerpo - si salgo con esto - dije agarrando un pedazo de tela verde - me dan uno moneda o dos en la calle y entonces podré traerte dulces- reí, realmente comenzaba a sentirme animada de nuevo.

La segunda poción, si algo, era más asquerosa que la primera, o bien mi cerebro ya estaba preparado para lo que venía y entonces exageró un poco más el sabor. Haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad y decidida bebí hasta acabarla. El efecto era casi inaudito, me sentía como si acabara de levantarme de una larga siesta, completamente revitalizada, aquella vez si pude sentarme sin titubear. Tomó apenas unos instantes mandar a llamar a mi elfo y que trajera consigo un cambio de ropa y estar lista para salir sentada en la camilla mientras la sanadora me entregaba los papeles que autorizaban mi salida del lugar.

- Te agradezco muchísimo tu atención y aunque no cargo conmigo dulces, no estaría de más invitarte a un café, me honrarías mucho si aceptas, además - dije notando el bulto en su estómago - temo que hay mucho que me perdí desde la última vez que salimos juntas - añadí con una sonrisa.

Estaba al fin lista para partir de allí, una vez recuperada los hospitales volvían a convertirse en mis lugares menos favoritos y una vez más admiraba las personas capaces de hacer de aquello su trabajo.

Buenas buenas pues yo paso por aquí a decir que acepto a Liss como hija adoptiva!

ya verán como se encarrila luego en los caminos del mal (?

Así que la invito también a que se pase en cuanto pueda al Castillo a rolear con los genialosos Haughtons!

Y bueno, dicen que es prohibidísimo hacer menos de dos líneas en los post, así que siempre hay que ponerse creativos y llenar esas líneas :hero: Así que solo voy a decir que como Kritzai siga así ... pronto tendrá más hijos que Anne

*escapa antes de que alguien le tire una piedra*

Mazmorras - Rol 2 - Siendo sanada por Sira *-*

Los minutos parecían ser más largos en aquella situación tan extraña, nunca antes había tenido que enfrentarme a la muerte, al menos no de aquella manera tan mundana, pues convertirse en demonio de alguna forma implicaba dejar morir una parte de ti, la más humana. Fue una suerte que para la próxima vez que me digné a ver mi cuerpo inanimado se encontrara una bruja trabajando sobre él. La curiosidad fue más fuerte y entonces me acerqué flotando a como pude, pues no entendía aún bien como se hacía para moverse en aquel estado.

Era Sira la sanadora que comenzaba a realizar verdaderos cambios en el estado de aquel cuerpo que visto desde fuera se sentía algo ajeno y a pesar de ello no pude evitar sentir un poco de pena al verme a mi misma desnuda, de estar viva estaría sonrojada.

- En el Edificio Loveless - contesté y la voz sonaba algo hueca, aquello me gustó un poco menos - llegó un grupo de tres o cuatro personas mientras instalaba los servicios para tu boda ¿qué ironía no? - añadí con una sonrisa a medias - no preguntaron nada, solo acusaron y comenzaron a blandir su varita, cobardes - terminé diciendo con amargura.

La bruja siguió trabajando y encontró la última de las heridas, el resto del cuerpo se encontraba ya limpio ayudada con unos cuantos hechizos y tan pronto el bezoar surtió efecto lo siguiente sucedió muy rápido, primero oscuridad y luego... luego todo se sentía pesado y alguno que otro dolor y adormecimiento, evidentemente no era un fantasma ya pues también podía sentir un calor recorriendo mis ahora sólidas extremidades y la voz de alguien llamándome cerca de mi rostro.

-Hmm- fue lo primero que escapó de mis labios pues los párpados se sentían pesados y la luz quizá demasiado intensa, traté primero de acompasar mi respiración. Tal vez ser fantasma no era tan malo después de todo. Finalmente pude abrir lo ojos - Hola - dije al encontrarme con los ojos de Sira, estaba más que agradecida con ella - gracias - intenté incorporarme y un mareo tomó mi cuerpo- ¡Oh! quizá me queda acostada solo un poco más - dije en tono de broma recostándome de nuevo en la camilla.

Sábado por la noche y la rutina amenazaba con derrumbar todo lo que se encontraba alrededor de la Haughton, de pronto las paredes de su gran habitación en el Castillo comenzaban a cerrarse a su alrededor. No, aquella noche no sería una más para quedarse dentro, sería mejor enfrentarse a la aventura de la calle.

Segundos después aparecía en medio del Callejó Diagon, envuelta en una capa de viaje que cubría el vestido negro casual que se había puesto y unos zapatos aptos para bailar, pues estaba decidida, no sabía al fin en donde iba a parar, aunque no tuvo que preguntárselo por mucho pues ante sus ojos el rótulo de uno de los bares (y que de por si aquel era su destino, un lugar donde comenzar por una copa) anunciaba su aniversario. Parecía prometedor y sus sospechas se vieron confirmadas cuando al ingresar le anunciaron que la primera ronda era gratuita.

- ¡Vaya técnica de mercadeo! - exclamó en voz alta a nadie en particular mientras se dirigía hasta el bar para hacer efectiva su regalía ordenando un whiskey en las rocas, no era lo que solía tomar, pero es que aquella noche ya de por si no era lo usual- ¿Supongo que es cuestión de encontrar ahora la compañía correcta? - dijo de nuevo al aire mientras se giraba para recostarse de espalda a la barra, recorriendo con sus orbes grises el festivo lugar.

Buenas Noches / días/ tardes!

Paso a reportar que he leído toda la junta como se pide y porque además soy bien curiosa.. xD

Ascensos

Felicidades a mi!!!! okey disculpen es que estoy muy emocionada al respecto, la verdad es bastante motivador que te asciendan.. solo provoca querer trabajar más y más (tanto que quisiera uno dejar la universidad y los trabajos y esas cosas *recuerda estar en una junta y se pone seria* ). En fin estoy muy orgullosa y agradezco el voto de confianza pues así veo el ascenso y seguiré trabajando tanto como me sea posible.

Igual felicidades a los demás ascensos, todos son nicks conocidos lo que quiere decir que verdaderamente se "han sudado la chaqueta" para que llegar hasta allí, supongo que será nuestro trabajo y responsabilidad llenar los zapatos nuevos que nos han dado.

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Punto 1:

Aquí es sobre todo donde quisiera hacer mención y énfasis en los importante que me parece este punto, pues a veces es difícil separar la persona del personaje y por tanto se incurre en groserías o discusiones que no tienen caso pues son de una índole personal. La verdad desde que entré a la Marca me di cuenta de que más valoraba no era la potestad de que mi personaje pudiera ir por la vida haciendo maldades, no, lo que más valoré fueron las personas que he conocido aquí y aunque muchas están locas muy diversas (? sé que son personas muy especiales y con las que se puede contar y te tratan con el mismo respeto y cordialidad tanto si te conocen como si no. Así que no puedo estar más de acuerdo en lo expuesto.

Sobre los demás puntos pues también me encuentro de acuerdo y de hecho estoy muy emocionada con respecto a las tutorías de rol.

Y bueno, quedo atenta a los comentarios de los demás compañeros que seguramente aportaran información de valor para todos.

Saludos.

Mazmorras - Rol 1 - Esperando ser sanada.

Por lo que sería la primera vez, el cuerpo de la Haughton apareció en una de las camillas destinadas a los heridos en las mazmorras del Hospital San Mungo para heridas Mágicas, aunque se podía estar seguro de que no sería la última.

Su largo pelo desordenado yacía por doquier en su cara manchado de un sustancia roja y pegajosa que también curbría sus ropas, había sido impactada por una serie de hechizos, todos a mano de un conjunto de personas que se habían apersonado al Edificio Loveless y habían atacado sin motivo alguno y para colmo mientras realizaba labores del Ministerio de Magia, si la Haughton estuviera sana, seguramente estaría chillando los dientes y apretando los puños pero sobre todo, planeando algún tipo de venganza contra las tonterías de la Orden del Fénix. Atacar en horas laborales no podía ser permitido ¿ o si?.

Pero por el momento solo podía estar desmadejada, con las ropas raídas y más heridas de las que un cuerpo humano podría resistir, seguramente alguien no se tardaría en trabajar sobre los vestigios de un sectusempra en el pecho de la Haughton y, si se observaba detenidamente, también había sido vícitima de la picadura de un escorpión, pero para esto había que ser muy observador pues la herida más notoria era la mordedura de un lobo.

Ser fantasma no era ni por asomo tan divertido, mucho menos cuando se tenía la oportunidad de ver tu propio cuerpo casi destrozado, suspiré, o algo parecido, mientras esperaba pacientemente.

¿Cómo había escapado viva de aquel Atrio? Seguramente no lo sabría, pero el espectáculo que había observado era deplorable, al menos la parte a la que me había quedado, cuando las varitas habían asomado era momento de partir, no podía permanecer neutral si veía como atacaban a las personas de mi bando, sobre todo por parte de aquellos que se creían los héroes y de una moral inmaculada, estaba asqueada.

Llegar al Departamento en la sexta planta resultó todo un alivio, me tomé unos segundos para absorber aquel silencio y tranquilidad que se respiraban allí. Tomó un par de suspiros y una taza de chocolate caliente que se me olvidara todo aquel asunto de bandos y todo aquel asunto de la rueda de prensa. Al final sería mi problema y seguro habrían represalias, solo que no allí, ni sin máscara.

- Hola Gladys, estaré en mi oficina - saludé a la escéptica recepcionista que se limitó a mirarme como si no me hubiera puesto un pantalón aquella mañana, pero ni siquiera su mal humor podría borrar la sonrisa insulsa en mi rostro. Caminé de lejos de Roxanne a quíén saludé con la mano y otra chica quién era nueva trabajando en el Departamento por lo que había alcanzado a escuchar.

La Oficina de red Flú, trasladores y control de calidad también estaba vacía, suspiré una vez más, seguramente Alba seguía arriba en el Atrio, esperaba que no saliera herida o la Oficina del Ministro se encontraría con una queja de tamaño descomunal si algo le pasaba a alguno de mis empleados durante aquella situación donde ni siquiera el Cuartel General de Aurores tenía poder. Ocupé uno de los escritorios vacíos junto al suyo, pues así me sentía menos sola que en el interior de mi oficina y además estaría más atenta si casualmente alguien apareciera solicitando servicios.

Hum Hola!! Yo vengo a anunciar que finalmente me estoy en vacaciones (aunque debo aclarar que es posible que consiga un trabajo pronto).

Pero por el momento no lo hago, así que tengo tiempo extra para invertir por lo tanto me ofrezco, si es posible, para ayudar con los MP a los chicos nuevos. Yo nunca recibo MP's difícilmente esté llena. xD :foreveralone:

E igual seguiría escribiéndole a los que se pasan por King Cross tan pronto como me sea posible!

De momento he escrito en las presentaciones de:

Noah McGonagall

Nylea

LumosSolem

Saludos

Argumentos iban y venían de una persona a otra, y cada vez era más grande el tumulto. El tono de los reclamos comenzaba a reemplazar la objetividad por la subjetividad, los ataques se volvían personales. ¿Qué hacía yo? asentía vehemente con cada nueva declaración valiosa, sobre todo aquella hecha por la Directora de San Mungo, me parecía hasta ahora la más justa, si es que en serio no debían nada ¿Por qué no se entregaban y entonces sí podría reclamar como suyo ese título de aves de paz?.

Por otra parte debía reconocer que me sentía mucho más tranquila ahora que algunos compañeros mortífagos aparecían entre las filas, todos por supuesto guardando su compostura de ciudadanos ofendidos, aunque dudaba seriamente que otros no se apersonaran con sus máscaras en cualquier momento, demostrando así lo que nos diferenciaba de la Orden. Si un mortífago quisiera deshacerse de alguien, solo lo hace; porque reconoce su egoísmo y sed de venganza. Ellos en cambio intentaban disfrazar de actos heroicos sus fechorías. No entendía como tenían la cara de tratarnos de hipócritas, cuando era asquerosamente evidente que cegados por ideología de Dioses salvadores del mundo mágico, pasaban por alto su envidia a los motífagos y el libre albedrío que poseíamos de hacer lo que nos viniera en gana, fuese bueno o malo, un poder que ellos nunca poseerían gracias a su careta mártir.

A pesar de todo me mantenía atenta, sigilosa. Con mi varita cerca, aunque no sería tan tonta como para usarla en contra de alguien, mortíago, de la orden o auror; yo estaba allí para jugar a ser la víctima, como una empleada más implicada en aquella situación tan deplorable y fuera de control alguno, aunque no era una idea original, pues todos allí estaban interpretando el mismo papel pero algunos fallaban estrepitosamente. El primer momento preocupante llegó cuando se disparó el primer hechizo al que le siguieron unos cuantos más. Los fogonazos fueron bastante sorpresivos y esperaba que el cuartel de aurores interviniera inmediatamente, arremetiendo con todos, tanto mortífagos como personas de la Orden y demás alboratores presentes, aquel show debía acabarse. Podía imaginar los encabezados del profeta, el Ministerio ridiculizado por las sociedades informales que tanto repudiaban... ¿ O es que acaso debía ponerse mejor? Acaricié mi varita tentadoramente en el bolsillo, pero era demasiado alto el riesgo.

Me alejé un poco del centro de acción, quedando aún así al margen y alcance de los reclamos verbales, estar como observadora me daba la ventaja de leer entre líneas, cada palabra que se pronunciaba ponía en evidencia a quién lo hacía. ¿Quién sería el primero en pasarse de la lengua? No tendría que esperar mucho, parecía que si todo seguía así, para aquella noche los mortífagos y en realidad toda la comunidad mágica, podría repudiar aquellos que se estaban revelando sus identidades sin necesidad de más.

«Gracias» dije para mis adentros con ironía.

- Vaya vaya - dije despacio - quiere decir que se lo han sacado de la manga - me pasaría a la dichosa rueda de prensa luego, convenía saber que tenía que decir la Orden cuando armaban estos espectáculos. De hecho en general, el resultado solo acababa siendo beneficioso para el bando de interés. Pero todo esto solo pasaba por mi mente pues mi semblante permanecía más bien tan sorprendido como el del resto.

Regresamos de nuevo a la Dirección de Red Flú, aunque mis pensamientos seguían divagando en la aparición de aquel patronus, al menos le había puesto algo de interesante a aquel día, debía concederles eso.

- Soy demasiado curiosa seguro que me voy al Atrio a ver de que va - reconocí encogiéndome de hombros - entones Alba tú vas con Roxanne mañana y yo me quedaré cuidando la oficina, pero a la próxima salgo yo que sino muero de letargo - bromée con la aprendiz que poco a poco se había ganado mi confianza, había demostrado en el poco tiempo que llevaba allí ser una compañera más que eficiente.

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Y si alguna vez la pensé había presenciado el Atrio muy abarrotado era evidente que no había vivido suficiente para ver este día. Un murmullo generalizado recorría aquella estancia y los grupos de personas reunidas por allí eran de apariencia bastante pintoresca. Apenas era capaz de reconocer los contrariados jefes, directores y empleados de otros Departamentos y era sobre todo por sus confundidos rostros idénticos al mío.

Aunque el patronus que había aparecido en la sexta planta no fue un misterio por mucho tiempo. Algunos carteles bastante sugestivos con la palabra ‘Mortífagos’ repetida varias veces comenzó a revelarme de qué iba aquel jaleo. Un esbozo de sonrisa apareció en mis labios al posar mis orbes grises sobre la pancarta más grande y vistosa casi coronando la gran fuente en medio del Atrio. ‘La Orden del Fénix’…

Muchas de las sillas en torno a aquel improvisado escenario estaban ya ocupadas y sin que me sorprendiera muchos de aquellos rostros se encontraban ocultos con ‘luz’.

-Hasta esto hemos llegado – murmuré quedamente mientras aventuraba otros pasos en dirección al epicentro. Me era imposible creer la informalidad de todo aquello, era una invasión al espacio laboral de todos allí en el Ministerio de Magia.

El pandemónium no esperó más, un joven alto tomaba la palabra y luego de pronunciar unas esclarecedoras, continuó una pelicastaña, que omitió presentarse, su discurso era, si algo, más vehemente que el de su compañero antes que ella.

-… muchas pérdidas materiales y humanas... – sentenciaba mientras yo alcanzaba la multitud y asentí fervientemente pues llevaba mucha razón en aquel punto. El ceño lo tenía fruncido pues tal era mi concentración y atención en aquel asunto que proclamaba tan importante para todos los ciudadanos de la comunidad mágica – ...nunca vamos a entrar a un lugar solo a matar gente porque si porque queremos ver correr sangre... – ahogué un suspiro ante aquellas palabras tan contundentes y de pronto temí que todo aquello no fuese más que algún atentado y busque horrorizada el cuerpo de aurores a fin de sentir mayor seguridad.

Reí silenciosamente, tanto que solo alcanzó mis ojos que brillaron momentáneamente en rojo, nadie podría haberlo notado, claro que podía interpretar bien mi papel de Jefa de la Dirección de Red Flú y trasladores. Claro que podía fingir una vez más ser una víctima más de la tan llamada ‘justicia’ que proclamaban los fenixianos. Si yo misma hacía pocos días había sido víctima de aquellos intentos fallidos de heroísmo siendo atacada en una de mis visitas mientras instalaba los servicios de una familia.

Pero la oposición no se hizo esperar y pronto comenzaron las preguntas demandantes de más información. La disputa. La polémica. Tomé asiento en una de las sillas desocupadas, esperaría a escuchar más antes de intervenir, quedé expectante de las respuestas creativas que seguramente darían los miembros de la orden ante estas preguntas. Me distraje de pronto con unos panfletos que se repartían por ahí. La mujer fue la primera en tomar la palabra.

Reí contenta de tener a Roxanne allí y justamente en aquella situación tan curiosa, solicitando los mismos servicios que alguna vez ella me enseñara a instalar.

- Debo reconocer aún así que eres mejor cliente que muchos - le concedí buscando uno de los tantos formularios que reposaban sobre mi escritorio, en tanto que ella se salía de la oficina para cruzar algunas palabras con Alba quién como yo sufría de esos momentos de letargo en la Oficina.

- Y dime Cillian ¿qué haces por tus viejos aposentos? - pregunté curiosa dirigiéndome al patriarca Loveless, pues a pesar de la sorpresa de encontrarlo allí y con Roxanne aún no sabía bien cual sería su trámite allí, pero de todas formas era placentero encontrárselo.

Roxanne regresaba al interior de la Oficina solo que esta vez acompañada por Alba, le entregué inmediatamente el formulario y minutos después me lo regresaba completo.

- Pues no parece que no hay errores Señora Rambaldi - y en aquel momento me vi interrumpida por una voz etérea que se escuchaba según parecía en todo el Departamento. Extrañados salimos de la oficina para asomarnos y ver un gran patronus comunicando el mensaje.

- ¿Rueda de prensa? - repetí por lo bajo frunciendo el ceño ante las palabras 'secretos' y 'preguntas' - ¿Sabías algo de esto Roxanne? - pregunté a la Directora y dirigí también una mirada de complicidad a los Ryddleturn.

Un día más que me dirigía la Ministerio de Magia, no sabía en qué momento con certeza se había convertido en un hábito. Era un verdadera fortuna que me gustara mi trabajo pues no me imaginaba haciéndolo de buen agrado si me disgustara en alguna manera, era más posible que me despidieran antes.

Pero no era mi caso, así que respiraba tranquila y caminaba con ritmo hasta mi oficina en donde de seguro podría toparme a Alba, aquello era bastante reciente, mi nueva compañera de trabajo había resultado de gran utilidad para la Oficina, pues permitiría un mejor servicio sin lugar a dudas.

Por fin pasando los escritorios alcancé mi Oficina y no había terminado de instalarme bien en ella cuando Roxanne hacía una aparición inesperada en mi oficina. Alcé la vista contestando a su sonrisa.

- ¿Contratos vencidos? Esa es nuestra especialidad - contesté en tonillo alegre y para mi sorpresa no acudía a solas allí sino que Cillian se encontraba con ella, aquello si que era una sorpresa. - Por favor, adelante - añadí invitándolos a pasar gestualizando con las manos - como si estuvieran en su casa. ¿Acaso ocupas un formulario Roxanne? - pregunté y quedé a la espera de su confirmación.

Caminando de su mano era casi posible olvidar aquel muro invisible que nos separaba, de hecho era bastante sencillo pues sostenía mi mano con ímpetu como si no quisiera dejarme ir. Era fácil pretender que solo escapábamos juntas a bañarnos en el rocío de la noche, alejándonos de todo lo demás como solíamos hacer antes.

Pero no, pues de ser así estaría disfrutando además de su tacto, de su mirada capaz de transportarme sin esfuerzo alguno hasta el mismo cielo y de una que otra sonrisa cómplice. Hoy en cambio sus ojos eran huidizos, esquivos y tampoco fui capaz de descifrar su semblante serio. Entonces, por primera vez, tuve miedo. Un horror terrible que estuvo a punto de paralizarme. Yo que afirmaba conocerla tan bien, tal vez no fuera cierto después de todo ¿Sería posible que ya no le conociera? ¿Tanto lo que había cambiado?

Más pánico enviando impulsos dolorosos a mis terminaciones nerviosas ¿Acaso la había perdido?

- Sigue caminando - fue lo único que salió de sus labios luego de aquella caminata en silencio la cual nos permitió llegar al Basilisco Ahorcado. Era una orden. Mi corazón latía irregularmente y con violencia, un frío sudor comenzaba a empapar mis palmas también frías. Hasta aquel momento había considerado que tuviera que ganarme una vez más su confianza, aquella que la cegaba y le hacía creer en mi, pero nunca había pensando que también debía ganarme su amor. Aquello sería una locura, pues siempre había pensado que más que ganarlo la primera vez, había sido un regalo. Amor por amor.

Por fin alcanzamos lo que parecía su destino final, una habitación con todas las comodidades esperables. Su mano por fin soltaba la mía. Decidí hacer caso omiso de ello y me senté en la cama. Suponía que era su oportunidad para decir más, al fin y al cabo ya yo había hecho lo mejor que podía hacer, poner mi corazón en sus manos. Era su momento, yo no podía hacer más que mirarla y así lo hacía, la miraba como si nunca antes lo hubiese hecho antes, como si fuera mi primera vez a solas con ella.

Sus reproches impactaron en mi tal cual balas, de hecho hubiese sido preferible que me matara allí mismo. Yo no tenía la respuesta a sus preguntas. Lo único que tenía era mi vida para ofrecérsela. Al final había guardado silencio y se cubría con las manos su rostro.

- Tau - le llamé con suavidad acercándome hasta donde ella estaba de pie. No obtuve respuesta - Tau - le llamé de nuevo y ésta vez tomé sus manos intentando apartarlas - puedes quitarme todo, pero no me prives de tu mirada - logré apartar un poco sus manos- ¿Dices no aguantar más? - le pregunté buscando sus ojos y tomando una de sus manos y la puse en mi pecho con la mía sobre la suya - es todo lo que deseo - con la mano libre tomé su mentón obligándola al fin a mirarme - una vez te prometí que solo sabía amarte, que eras mi todo para ser feliz. Te dije una y otra vez que no sabría vivir sin ti, que el infinito no me alcanzaría para demostrarte lo que siento, para intentar hacerte feliz. ¿Recuerdas lo que tú me dijiste? - pregunté esperanzada. - Me dijiste que yo era tuya y tu eras mía.

Ahí estaba yo una vez más, postrando mis sentimientos a sus pies. Completo en sus manos mi corazón, mi vida, todo lo que yo era.

- Mira, sé que te he hecho daño, que nada me da derecho a pedirte una oportunidad más. Que nada cambia el pasado. Sólo te puedo prometer que sería la última - podía incluso ver el reflejo gris de mis ojos en los suyos - pues no pienso volver a alejarme de ti nunca más. - guardé silencio por fin, no sabía como continuar.

Ains y como no la vestiría como orgullo *se pavonea con su firma* me ha encantado, todo al respecto de ella.

Para aquellos que como Balotelli no le conozca Simplemente Keylor Navas

xD Y nada gracias a los artistas involucrados *-* la verdad estoy a full con la fiebre del mundial, yo supongo sobre todo que no soy la única xD.

Muy entretenido el partido Argentina- Nigeria. Fue el único que pude ver hoy

Y repito pues espero que no se le acabe el sueño pronto a mis equipos favoritos xD sino, pues ya de todas formas es historia!

Saluditos!

Hola Hola! Paso a reportar que tengo al día mis post en King Cross.

De hecho temo que gracias a eso Némesis K. Westbrook acabó en la Haughton.

Pienso que el hecho de que la primera persona que les contacte, les escriba y los guíe "conquista" sus corazones y eso los hace decidirse por un bando o por otro.
Lo preocupante es que no muchos parecen estar utilizando King Cross para presentarse, desconozco si es por falta de información o por inseguridad.

Con respecto a Lord_luis como parece que no es nuevo sino que está regresando al foro parece tener raíces en la orden y de hecho sus familias son de la Orden. Igual, voy a seguirlo en su post de King Cross... luego quién sabe.

Yo no he contactado a esos últimos 4 Moni, pues no se han pasado por King Cross pero si gustas me puedo poner a ello.

Creo que no tengo más que decir. Saludos.

Hola! Bueno pues yo vengo a reclamar mías las palabras de Pik.. ya sabía yo que tau no usa calzones ... que sí lo sabía ññ lo dejé en mi inscripción xD

cof cof

eh bueno la actividad la verdad me ha gustado mucho.. siempre disfruto mucho de la presión, de lo contrario no sería capaz de jugar a quidditch. Pienso que hoy fue la oportunidad de entender como era la dinámica pues al principio yo tenía como mil dudas pero para el final le fuimos tomando el truco e incluso lo logramos en el tiempo solicitado.

Me uno a los deseos de que se repita la actividad, ojalá con mens contratiempos que el día de hoy y con todo lo aprendido.

Felicidades a los Calzones de Tau (a poco no suena muy raro y extra gracioso) temed de los Afro's alocados que volveremos más alocados que nunca

Y nada, gracias a las tijeras de Ainé por la motivación y al unicornio de Pik por la diversidad (?

Y a sus respectivos dueños por la dedicación y paciencia!

Saludos!

Afro' alocados rlz