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The Winking Skeever (MM B: 106201)


Vladimir Karkarov
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La noche era fría y oscura, la luna no se veía en el firmamento al igual que las estrellas lo cual provocaba que el ambiente estuviera algo extraño y melancólico; con paso lento y despreocupado me encontraba caminando en medio de las callejuelas del callejón Diagon; las manos en los bolsillos de mi túnica, mi azulado cabello suelto al viento y la cabeza en alto dejando que la briza bañara mi pálido rostro de seguro me daban un aspecto bastante extraño pero últimamente no me importaba mucho lo que pensaran de mí.

 

Al fin había logrado escapar de mi hermana y tenía muchas ganas de pasar un momento por allí y quizás simplemente perder el tiempo haciendo cualquier cosa que me deparara el destino, mis planes eran nulos por lo que solo me dejaría sorprender.

 

Mis pasos me llevaron a la puerta de un extraño y particular lugar, la fachada antigua daba a pensar que el lugar era sede de alguna oficina extraña pero por los espacios de la puerta entreabierta se podía escuchar que el ambiente dentro era todo lo contrario…- ¿Y si me entrego a la juerga y la bebida?- le pregunte en voz alta y rei abiertamente, sentí como mis mejillas se ruborizaron y observe a mi alrededor esperando que nadie me hubiera visto decir eso.En realidad no eran mis verdaderas intenciones pero quizás me ayudaría a pasar un grato momento.

 

Empuje suavemente la puerta de entrada y me escabullí rápidamente por entre la gente y el ruido sujetando con fuerza mi túnica color esmeralda para no enredarme con nada ni nadie y evitar pasar un mal momento, a los pocos minutos logre llegar a uno de los cómodos asientos que se encontraba algo apartados de la multitud y me deje caer suavemente en uno de ellos observando todo a mi alrededor esbozando una suave y amplia sonrisa.

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Luego de sentir como el alma se me escapaba luego de que mi vieja amiga Ania se iba de entre mi corazón, decidí bajar al local cargando mi propia botella de vodka. Me costó un poco dar los pasos en la escalera y tropecé varias veces, sacudiendo mi cabeza para poder despertar un poco, debía decirle adiós así como me lo dijo a mi. Por lo tanto proseguí la vida como si nada hubiera pasado, guardé mi cantimplora en mi bolsillo y posterior me acerqué a la barra con cara neutra. Los elfos algo supusieron ya que no me preguntaron nada.

 

Al pasar las horas, con la noche aún en su plenitud, observé una figura de pelo azul pasar por entre el gentío brioso, me pareció extraño que no se acercara a la barra y pidiera algo, en su lugar, prosiguió con sumo cuidado hacia una de las mesas alejadas del local. Le indiqué a los elfos que yo me haría cargo ya que estaba sin hacer nada importante, tomando un pequeño papel y un vuela pluma para tomar la orden de la mujer. Al acercarme me di cuenta de quién se trata.

 

—¿Laimi?—, dije sorprendido a unos cuantos pasos de la peliazul,—¿Qué haces aquí?—, pregunté doblemente sorprendido ante lo palida que lucía. —¿Te pasa algo? y no pienses mal... pensé que jamás vendrías aquí.— Me acerqué a ella y le di un pequeño abrazo. —Espero no sorprenderte, pero dime, ¿en que puedo ayudarte?—

 

@@Laimi Evans

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El lugar era extraño, pero agradable; me hacía sentir como que era un mundo nuevo y desconocido para mí en el cual jamás me había atrevido a experimentar aunque tuve la oportunidad jamás me llamo la atención.

 

Comencé a jugar distraídamente con la pequeño piedra que llevaba colgada al cuello mientras observaba como tanto hombre como mujeres reían y hablaban a viva voz por todo el lugar el cual parece que los días ni las noches pasaban por él. -¿Cuánto tiempo llevaran aquí…se irán a sus casas y regresaran luego o solo pasaran aquí sin más?- todas esas preguntas se agolparon en mi cabeza hasta que escuche mi nombre y eso me alejo de mis pensamientos.

 

Me voltee para observar quien me había llamado y vi de pie a mi lado a un chico el cual me era familia y al instante me lleno de preguntas.

-Pues...lo mismo me pregunto yo... ¿qué hago aquí?- reí ante mi respuesta mientras me ponía de pie para responder a su abrazo – En realidad mis pasos me trajeron hasta aquí y me dije...¿Por qué no quizás sea divertido- le sonreí ampliamente mientras observaba su rostro en el cual estaba plasmada una expresión entre sorpresa y preocupación.

 

- Todo está perfecto, estoy bien, solo que…el viento estaba algo frio, si me ofreces algo para beber no me caería mal y quizás un poco de buena compañía- le comente al chico de ojos azules mientras volvía a sentarme y acomodaba un poco mi túnica.

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Sonreí al recibir sus respuestas, estaba segura y tranquila, aunque seguramente solamente andaba deambulando por el callejón y se topó por casualidad mi negocio. Me senté frente a ella y aún con una sonrisa de lado a lado le respondí.

 

—Pues agradezco que decidieras pasar—, dije, —La verdad estaba ansioso por volver a verte luego de aquella pequeña fiesta que di en mi agencia. Sí, por raro que suene tengo un contraste de gustos—sonreí ampliamente y proseguí,—Aquí no tendrás ni frio, ni hambre, ni sed. Me encargaré de todo eso. Mientras tanto, ¿Quieres que coloque tu capa en el perchero?—, esperé la respuesta de la joven bruja y mientras tanto toqué la campanilla para que la elfina llegara a mi lugar.

 

—Pinta, por favor, trae hidromiel y bollos de canela para darle a nuestra amiga presente mientras piensa que más quiere. Aparte, sube un poco la hoguera para calentarle un poco más—, la elfina se alejó corriendo hacia la barra para finalizar las tareas de su amo.

 

—Y...¿Qué me puedes decir de ti?—, pregunté tranquilamente mientras esperabamos.

 

 

@@Laimi Evans

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El joven se hallaba recorriendo la hemosa ciudad puesto que aun era ciertamente un turista en ese pais , el traje color miel que el llevaba lo hacia emitir un aura de elegancia propia de un angel , muchas mujeres que pasaban a su lado se le quedaban viendo maravilladas pero el no les hacia ningun caso , los animalillos de la zona habian capturado rotundamente su atencion

 

Luego de un rato de una larga caminta en la que habia sacado muchas fotos con su camara , decidio que ya era hora de tomar un descanso por lo tanto busco con la mirada un lugar donde ir a tomar algo , en eso vio un cafe con la fachada de piedra , lo cual le provoco una sonrisa ya que le recordaba a los lugares a los que el solia ir cuando vivia en su amada Francia

 

Al entrar se dirigio a la barra y situandose justo al lado de un bella dama miro al mesero -pagdon yo quisiega un cafe - pido amablemente , en eso el perfume de la dama capto su atencion

 

@@Samantha Sokal

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                                              "Je suis le diable qui brûlera votre coeur."

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Aun no podía creer que aquel chico era el dueño de aquel local, mis pasos habían sido despreocupados y solos me guiaron hasta allí por extraño que parezca, observe con detención como se sentaba frente a mí y me incline un poco hacia adelante para ver mejor su rostro debía a las tinieblas del lugar, sus ojos eran demasiado azules que me recordaban a las tranquilas tardes en el mar y la sonrisa que llevaba en sus labios le hacía resaltar sus facciones tan demarcadas y varoniles.

 

Sonreí ampliamente al escuchar su preocupación y sentí como mis mejillas se tenían un poco de rubor el cual intente disimular mientras observaba distraídamente la hoguera que ardía en medio del local, le daba un aire extraño pero acogedor a la vez mientras escuchaba como me formulaba una pregunta.

 

-¿Mi capa?...hmm pues claro- conteste mientras volvía a ponerme de pie y me quitaba mi capa de viaje dejando al descubierto la camisa leñadora roja y negra que llevaba debajo de esta mientras me sentí muy torpe al no saber qué hacer con mi capa…no sabía si entregársela o simplemente dejarla en el asiento.

 

Los pedidos estaban hechos y de seguro la elfina no tardaba en llegar con ellos por lo que solo me dispuse a acomodarme en el cómodo asiento acolchado mientras apoyaba mi cabeza sobre mis manos.

 

-Pues…no tengo mucho que contar, siento que toda mi vida es…extraña, como que la perdí y debo volver a recuperarla ¿Alguna vez te has sentido así?- le pregunte observándolo con mis verdosos ojos… -La vida es. Curiosa… pero creo que no voy por mal camino...o eso espero, solo quiero algo de tranquilidad y quizás un poco de diversión – sonrei ampliamente mientras me acomoda más en el asiento.

 

-¿Y tú…que puedes decir de ti?-

 

@@Vladimir Karkarov

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@@gabriel demon rowie | @@Samantha Sokal

 

La elfina amablemente captó la atención sobre dos personas nuevas que habían ingresado al local, si bien estaba bastante lleno, no había demasiado ruido y el especial de esa noche para la música sería un grupo de magos especializados en tocar el kantele y la sackpipa. Darían algo de armonía suave al lugar, para los oídos que no disfrutaban de los estruendos, la música alta y los cánticos, sería totalmente instrumental.

 

—Aquí tiene su hidromiel, señora y... para el joven un café. ¿Algo más?—, preguntó tranquilamente.

 

 

 

 

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@@Laimi Evans

Me sentía demasiado cómodo al hablar con Laimi, sentía que una extraña historia, un pasado, o algo del destino nos juntaba. Era extraño, veía en sus ojos esmeralda algo que veía en los míos, un deje de soledad y el sentirse perdido en un mundo tan cambiante como lo era el nuestro actualmente. Miraba como el tono de su piel cambiaba a algo más rosado, me parecía extraño, esperaba que el fuego no la estuviera incomodando, lo observaba con atención.

 

Tomé la capa con mis manos y la coloqué en un perchero para sombreros y capaz atrás de la mesa donde nos sentábamos. —Aquí todo es extraño... es como si fueramos parte de un mundo virtual. ¿sabes a lo que me refiero?... es como si extrañamente alguien nos manejara o nos usara para sus propositos...—, dije, esperando no asustarla con dichos toques de locura.

 

—Sí, me he sentido así toda mi vida—, respondiendo a su pregunta, —así es la vida, tienes dudas que no pueden ser respondidas...—, suspiré al notar que Pinta justo traía la orden de ambos y podíamos disfrutar de la comida, siendo honesto, el vodka me habría el apetito cada que lo tomaba, era una extraña relación.

 

—Bueno... mi vida ha sido un caos, no quiero aburrirte con cuentos, pero me ha pasado de todo... lo último que supe fue que perdí la memoria, con ella, la mayor parte de mi vida en Inglaterra.... es raro... ahora que lo menciono...—, me quedé observando fijamente uno de los cuencos con sopa, —Ahora que lo menciono... tengo algunos recuerdos de vos... aunque no sé en donde...—, sonreí, volviendo a mirarla a los ojos.

 

—¿Que hay de tu familia?, ¿Eres de la Evans no es cierto, o Delacour?—, estaba inseguro, pero casi que podía recordar que le había conocido en la Evans. Tomé unos cuantos bocados y le observé mientras hablaba.

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Apoye mis codos sobre la mesa que tenía en frente y apoye mi rostro en mis manos mientras le observaba intentando no incomodarle, su compañía me era demasiado grata y eso me gustaba demasiado; le escuche con atención mientras él me hablaba algo emocionado de algo acerca de manejo de personas que de verdad se me iba algo de las manos.

 

-Eso si…asusta un poco ¿no?- comente intentando esconder mi risa detrás de una amplia y limpia sonrisa, estaba a punto de hacerle un comentario cuando la elfina del lugar llego con los pedidos que antes le había hecho Vladimir, todo se veía perfecto y olía genial por lo que de seguro estaba delicioso, eso no podía dudarlo nadie.

 

Luego de observar cada uno de los platillos me decidí por una de los humeantes rollos de canela glaseados que repostaban sobre unos pulcros platos y lo partí con cuidado para llevarme un trozo pequeño a la boca mientras escuchaba como el chico reanudaba su plática.

-¿¡Recuerdos de mi?!- comente tan sorprendida que casi me ahogo con un trozo de comida...- Pues…no lo sé …a veces también creo que he perdido un poco la memoria…pero….-

 

Me quede un momento en silencio, perdida en mis pensamientos y recuerdos, dentro de mi cabeza pasaban miles de imágenes y momentos a una velocidad inimaginable como cuando intentas buscar un archivo específico dentro de una gran base de datos.

 

-…hmm... creo haberte visto en otro lugar pero no recuerdo con seguridad ...¿la academia quizás?..o universidad...bueno..eso como se llame creo que tu me entiendes – dije sonriendo mientras volvía a meter un trozo de pastel en mi boca ya que casi estaba desarmado de todo el tiempo que lo llevaba apretando.

Volví a observar al chico con detención, era bastante extraño como algunas personas pueden borrarse con tan facilidad de la memoria; ¿habrá sido importante para mí?, no estaba segura de ellos pero jamás era tarde para comenzar nuevamente.

 

-Y lo que es el tema de mi familia pues ambas lo son y todos andan muy ocupados en sus asuntos como todos creo… siento que últimamente la vida familiar no se da mucho, solo tengo una hermana que a veces me saca de quicio pero es bastante agradable – comente respondiendo a lo que me había preguntado antes lo cual esperaba no pasar por alto.

 

-¿Y tu familia..todo está bien?-

 

@@Vladimir Karkarov

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Le observo mientras come tranquila, se nota algo distante, pero tranquila al fin y al cabo. No la culpo de sentirse de ésa forma , los tiempos modernos solo dejan un sabor agridulce y a veces insípido en la boca. Imito su movimiento, la comida realmente está deliciosa y no puedo dejar de saborear su agradable aroma, sentir como el azúcar y la miel se expanden en mi lengua, tomo algo de vino en una pequeña botella y trago, para luego contestar su pregunta.

 

—¿Honestamente? —respondo— no tengo idea. La última vez que los vi... fue... —trato de recordar un momento en mi mente, llegan a mi pasadas imágenes —no, honestamente no sé cuando fue la última vez que los vi, pero supongo que deben estar bien—. Finalizo y acto seguido limpio mi boca con una servilleta blanca de tela.

 

Supongo que de algún lugar distante he de conocerla, pero no sabía de donde específicamente, ¿el Ministerio? ¿La antigua Academia?. La noche sigue su paso sin cesar, el fuego empieza a menguar y las voces de la gente en el local se silencian una tras otra, el hidromiel y la cerveza empieza a hacer mella en la gente reunida.

 

—¿Tienes trabajo en el Ministerio? —pregunto— no sé si te agraden los animales, pero yo acabo de ser contratado en el departamento de criaturas mágicas —le digo, tratando de provocar algo de asombro en ella. Quiero verme como el tipo que soy, algo rudo, seguro de mi mismo, capaz de lograr lo que me propongo.

 

—La verdad es que son muy pero muy peligrosos —concluyo.

 

@@Laimi Evans

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  • 2 años más tarde...
Uriel Luxure (marioneta)



La noche era fría y oscura, la luna no se veía en el firmamento al igual que las estrellas lo cual provocaba que el ambiente estuviera algo extraño y melancólico; con paso lento y despreocupado me encontraba caminando en medio de las callejuelas del callejón Diagon; las manos en los bolsillos de mi túnica, mi oscuro cabello suelto al viento y la cabeza en alto dejando que la briza bañara mi pálido rostro de seguro me daban un aspecto bastante extraño pero últimamente no me importaba mucho lo que pensaran de mí. Al fin había logrado escapar de de sus obligaciones como funcionario egipcio y tenía muchas ganas de pasar un momento por allí y quizás simplemente perder el tiempo haciendo cualquier cosa que me deparara el destino, mis planes eran nulos por lo que solo me dejaría sorprender. Por esa razón, se marcho a ese lugar, y así explorar, pero en cierta manera ese ser no era quien se encontraba en se lugar. Y simplemente, era un titiere, donde cuyo titiritero se encontraba en otro rumbo, por tal motivo, se marcho.


-Espero conseguir algo interesante. - Menciono y siguió a su rumbo. - Y ver que aventuras me esperan en ese sitio. - Menciona al ingresar, y ver de lo que pudiera tratar ese ámbito.


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