Encantamientos

[Darla G Dumbledore]

Que la pusieran al medio era algo extraño, se sintió como el protagonista de una canción muggle que había escuchado en uno de sus viajes: no soy de aquí ni soy de allá. Si, así estaba ella, claro que podía elegir ayudar a quién quisiera, aunque más bien parecía que el profesor la había dejado en la obligación de ayudar a quien debiera, ya que le había dicho una vez a uno, una vez a otro. El finite incantatem original de ella y de Katara no habían funcionado como esperaban y al profesor parecía más bien incomodarle que hubieran tenido que utilizar toda la magia del lugar. Claro que podía ser causa del regreso a clases. Se preguntó cómo le iría con eso de la conexión a la Universidad.

 

Mientras pensaba en ello y se decidía por quién sería el elegido para ayudar, Jock se suponía ya estaba atento, so, era hora de que las Delacour disfrutaran de su amabilidad. Por lo pronto pensó que si llegaba a anochecer y no llegaba a casa Seba se preocuparía. Maldijo, cierto que él le había enviado un mensaje de que algo había surgido. Ahora era ella la que se preocupaba, mejor llegar pronto a casa y averiguar con Dash qué había pasado y qué novedades había. Pasó la mirada por los presentes y notó que la castaña ya se estaba descalzando para lanzarse al agua.

 

Muy bien, si ganar la bandera las hacía salir de aquel lugar, ya estaba decidido a quién ayudaría primero.

 

--¿Por qué no ha utilizado un impervius? --se preguntó Darla mientras la veía acercarse al agua.

 

Antes que la demonio se arrojara al lago la apuntó con Edelweiss sin que ella se diera cuenta y susurró un hechizo:

 

--Impervius --la ropa de Katara quedó impermeabilizada al instante, ésto le ayudaría a que la ropa no le pesara por el agua y pudiera nadar más fácilmente.

 

¿Correspondería que impidiera el ingreso de los otros al lago? Pensaba que no, el profesor había hablado de ayudar a uno u otro grupo. Podía invocar un casco burbuja para el elegido o oppugnar grindylows para que no los dañaran a uno u otro. Lo importante es que pronto recuperasen cada uno su bandera, claro que esperaba que ninguno utilizara geminio o tendrían más que problemas bajo el agua.

[Lyra Katara Selwyn]

Alguien me había ayudado desde fuera, algo que agradecí, si bien el hechizo que había usado sería complementario del impervius para evitar el congelamiento, aunque no protegía la ropa del agua, efectivamentente. Un complemento bastante bueno.

 

Todo estaba siendo demasiado tranquilo, ¿dónde estaba todo mundo? No podía investigarlo en ese momento, faltaba mucho para ir al fondo del lago, cuando me fije que un un caballo flotaba en la laguna, pero no era un simple caballo. Era un kelpie, normalmente los mismos engañaban a los viajeros y los metían al fondo de los lagos o ríos para comerselos, una visión nada agradable.

 

-¡Oppugno!- Dije, mientras señalaba a la criatura que se dirigía hacia mi, trepandome en ella.-¡Vamos, pequeño! Llevame al fondo del lago.

 

El profesor no había dicho nada de hacer algún tipo de trampas que nos evitara nadar, así que podía hacerlo. El animal era encantador. De un caballo se convirtió en una enorme nutria, la cual me llevo un largo rato, hasta llegar al fondo del lago, donde realice mis hechizos protectores nuevamente, no sabía el tiempo transcurridos. Parecían ser horas.

 

En el camino hacia el fondo del lago, encontramos varias gentes del agua, aunque estas estaban ocupadas con sus cánticos. Estas parecían ser humanos, más parecidos a los que conocían los muggles, no las criaturas horribles que se veían en el lago de Hogwarts y que esas si daban más miedo. De todas formas tuve que llegar a hacer varios Relaskio empujándolos lejos de mi, agarrando bien la ahora nutria que tome prestada como transporte. Tenía que tener mucho cuidado también de no atorarme con ninguna planta.

 

En ese momento sentí un tirón, algo intentaba quitarme mi varita, pero no lo dejaría. Me fije bien y era una planta, al parecer yo misma la había enredado ahi porque no parecía moverse por si sola.

 

-Relashio- Murmuré, haciendo que de mi varita surgiera agua caliente y la planta se alejo, no quise investigar si en realidad era una planta. Estaba cansada, el silencio empezaba a molestar, los cantos de la gente del agua quedaron atrás mucho tiempo, pero por fin la vi. La bandera. O alguna alucinación. Detuve a la nutria pero no la deje ir, todavía estaría en mi poder un poco más. -Specialis Revelio[/i].

 

Murmuré. Si estaba encantada no me iba a arriesgar de ninguna forma, aunque mi equipo perdiera.

 

-Si hicieron la maldad de irse, me las pagaran.- Murmuré.

 

Al menos alguien estaba fuera al momento de entrar, aunque no estaba segura si fue Darla, no me detuve a ver en ese momento.

[Lisa Weasley Delacour]

Me era inevitable poner los ojos en blanco cuando el profesor hablaba. No solo se creía con más poder que la vice ministra de magia, si no que intenta opacarla de la peor forma posible; con otro reto que yo estaba segura acabaría saliéndose de control como todo lo que habia sucedido desde que salimos de las protecciones de la academia. Escuche por encima, como habia hecho hasta el momento, hasta que nos tocó a los alumnos mover ficha.

Nuestra misión era encontrar una bandera que se camuflaba con el paisaje acuático que teníamos ante nosotros. La laguna estaba encantada y debíamos impedir que esto nos afectase a nosotros a la hora de sumergirnos. ¿Riesgo, donde? Me basto un pequeño vistazo a la superficie congelada para darme cuenta que no pondría en riesgo a la castaña, que sería yo quien entrase allí y quien lograse volver sana y salva con la tela entre mis manos.

¿Por qué aquella decisión? Todo tenía su lógica. Ella era madre de familia, líder de un clan que la necesitaba y más diestra en cuanto a conjuros. Yo, en cambio, una alocada guerrera que daría la vida sin pensarlo un segundo por la familia y mis principios, además de que el agua, como elemento natural de la madre tierra, tenía con mi persona una conexión imposible de romper y la cual usaría en mi beneficio en aquella prueba. Un asentimiento y Mei supo que sería así.

Era otra de las cosas por las que me encantaba trabajar a su lado, no necesitábamos hablar para entendernos. Me situé en la orilla y pronunciando claramente un – Lacarnum Inflamarae – cree una llama que me rodeo el cuerpo, pero sin quemarme y que calentaba con fuerza todo a su alrededor, consiguiendo así que el hielo no pudiese resurgir y atraparme. El fuego era mío, habia nacido con el don de controlarlo – Casco Burbuja – Con eso alrededor de mi cabeza podía respirar.

Y sin más, me tire, comenzando a bucear en cuanto mi torso toco el agua. Tenía la certeza absoluta y confiaba en que la Delacour me ayudase, tanto a impedir que el otro equipo ganase la carrera como a que no me pasase nada. Mis ojos, mejorados por la ponzoña, me daban una visión periférica perfecta – Depulso – Una gran roca se dirigía hacia mí, así que use aquel contratiempo como ventaja. El hechizo tuvo efecto enseguida, yo solo me agarre a ella, haciendo que la fuerza nos enviase hacia el fondo del lago.

Editado 26 de Febrero del 2015 por Lisa Weasley Delacour

[Mei Black Delacour]

No era novedad que la presencia descubierta de Mackenzie Malfoy llamaría la atención del profesor, por lo cual no pudo evitar dirigirle unas palabras. Por su parte, Mei sencillamente se limitó alejarse de lo que parecía ser una parejita feliz y quedar próxima a su mejor amiga, esperando las próximas instrucciones a llevar a cabo.

 

Luego de explicar qué había sucedido realmente con Jocker y dar a conocer la nueva tarea, la castaña se vio lista para meterse nuevamente al agua, pero un rápido vistazo a la Weasley y se percató de lo que pasaba por su cabeza. No pudo evitar poner los ojos en blanco, estaba actuando igual que su primo, que la sobreprotegieran no hacía más que molestarla, había vivido mucho tiempo así, y ya a esas alturas podía cuidarse sola.

 

La vio asentir con la cabeza, a lo cual ella respondió con un codazo en las costillas a Lisa y sin más, la vio dirigirse al lago para sumergirse. Los del otro equipo ya llevaban la delantera, Lyra había sido la primera en ingresar al enorme lago, por lo que era hora de dificultarle las cosas, a fin de cuentas, estaba recibiendo demasiada ayuda. Sacó por tercera vez a Aukan, dejándola con la punta hacia el cielo mientras esperaba a que la Weasley entrara al lago.

 

En cuanto estuvieron ambas mujeres en el agua, llegó la hora de actuar. Observó de reojo a Jocker, quien aún permanecía próximo a su novia, esta vez tendría que ayudar un poco.

 

–Encarguémonos de protegerla y dificultarle la tarea a los del otro equipo al mismo tiempo – se limitó a decirle mientras la punta de su varita ya había bajado en dirección al lado – Engorgio – dijo, apuntando a un Kelpie que se había asomado en cuanto Lisa se había sumergido. El animal inmediatamente duplicó su tamaño, que de por sí era grande, quedando mucho más enorme – Oppugno – dijo esta vez, haciendo que el mismo quedase bajo sus órdenes y de inmediato se dirigió a toda velocidad en busca de Lyra para distraerla y retrasarla. Si era necesario, el animal se robaría la bandera justo antes de que la mujer la atrapara.

 

Esta vez se acercó un poco más al lago, intentando buscar a Lisa antes de que se perdiera en las profundidades del lago. Era mejor hacerla que se perdiera antes y evitar ataques directos o indirectos, ¿no? Salvio Hexia pensó, apuntando de forma muy disimulada, evitando que alguien la viese o sospechase algo, a fin de cuentas cada uno estaba concentrado en lo suyo. Inmediatamente la figura de la muchacha desapareció en el lago, se había camuflado con el entorno a la perfección y esperaba que aprovechara lo aprovechara correctamente.

[Mackenzie Malfoy]

- Se equivoca Sr. Hawthorne, obviamente, no estoy aquí "cursando" su clase -respondió Mackenzie al profesor de encantamientos- y, en cuanto a Jocker, dudo mucho que una veela pueda provocar semejante efecto o que la energía de este lugar haya podido servir para agravarlo. Pero de eso ya halaremos más tarde.

 

El resto de la perorata del profesor fueron sólo vanas disculpas que Mackenzie ya esperaba. Estaba claro que el profesor no le iba a decir nada que pudiera ser de su interés. Se alejó hacia donde estaban Ainé y Lyra, mientras él terminaba de hablar y, cuando oyó sus últimas palabras "puede volver con su grupo, la clase no ha terminado", se paró en seco.

 

- Maldito petulante -gruñó por lo bajo, apartándose del lugar en donde estaban Ainé y Lyra y acercándose a Lisa.

 

La joven escuchaba al profesor sin evitar poner los ojos en blanco, lo cual fue suficiente indicio para Mackenzie de que desaprobaba las palabras del profesor. Puede que incluso más que la propia Mackenzie. Mientras el Sr. Hawthorne seguía con sus indicaciones, la Vice-Ministra le habló muy bajo a la jefa de seguridad.

 

- Lisa, cuando acabe la clase, manda que lo investiguen. No me fío ni un pelo de lo que ha dicho sobre el encantamiento de Jocker y dudo que no supiera nada sobre este lugar. Que registren su casa e interroguen a sus elfos y mándalo seguir. Eso sí, procura hacerlo de forma discreta, no es preciso que todo el ministerio se entere -Mackenzie le guiñó un ojo. - ¡Ah, sí también! No te olvides de mandar registrar su bóveda. Quiero saber de dónde proceden sus ingresos y si pudiera ser que esté metido en algún negocio turbio, ya sabes, ganancias procedentes de negocios no muy legales, ingresos que no están muy justificados, todas esas cosas...

 

Mackenzie sonrió y se quedó junto a Lisa escuchando al profesor. Por lo visto, quería hacerlos competir de nuevo y alguien iba a tener que mojarse. No sería ella, desde luego. Lyra y Lisa partieron hacia el agua, casi de inmediato y la absurda competencia quedó iniciada. Esperaba que Lyra y Lisa volvieran pronto, eran brujas muy competentes. Sin embargo, cuando vio Mei encantar a un kelpie y mandarlo contra Lyra, sintió que tenía que hacer algo. Aquella chica le había caído bien.

 

- Inmobilus -gritó, apuntando al engrosado kelpie y dejándolo paralizado en el acto a dos metros por debajo de la superficie. No había alcanzado a Lyra, así que ésta podría continuar su camino en busca de la bandera y traerla a la superficie.

 

Sabía que Lisa era competitiva, le gustaban ese tipo de juegos y Mackenzie no quería que Lyra se viera entorpecida. Le caí bien la Selwyn y se había lanzado al agua muy decidida, se merecía regresar la primera, aunque a ella le diera igual aquella competencia. Desde donde se encontraba no podía ver las banderas, de lo contrario, tal vez hubiera sido más fácil. Sin embargo, sí sabía dónde estaba Lisa. La roca que había impulsado había provocado una estela en la superficie del lago difícil de no ver. Además, la llama que la rodeaba no era precisamente discreta. Incluso podía ver a varios grindylows muy cerca de ella.

 

- Mobilicorpus -lo pronunció varias veces, apuntando a los grindylows, hasta situarlos en un círculo alrededor de Lisa. Tendría que deshacerse de ellos, si quería avanzar.

 

Mackenzie supuso que eso bastaría para que Lyra pudiera retornar con la bandera, tampoco quería entorpecer mucho a Lisa. Aunque bueno, Lisa era muy hábil, tampoco pasaría nada por mover unas cuantas rocas de sitio.

 

- Defodio -pronunció Mackenzie apuntando a varias rocas y colocándolas de tal manera que, si Lisa lograba superar el círculo de Grindylows, se viera obligada a dar un buen rodeo para continuar su avance.

 

Por último, sólo quedaba evitar que Mei o Jocker pudieran interferir en el pronto retorno de Lyra.

 

- Fidelio -pronunció con una sonrisa y sin poder evitar guiñarle un ojo al profesor.

 

La laguna y toda su superficie quedó oculta para todos, salvo para Mackenzie, quien se convirtió a sí misma en el Guardián Secreto. Ahora, aunque Mei o Jocker quisieran ayudar a Lisa o entorpecer a Lyra, no podrían hacerlo. Se acercó a su hermana Aine y le susurró el secreto. Ella también podría ver ahora la laguna y toda su superficie.

 

Faltaba una cosa más. No quería que Lyra se desubicara al retornar a la superficie, podría asustarse y por nada del mundo Mackenzie quería asustar a Lyra. Era su compeñera y, además, le había caído bien. Muy bien, realmente.

 

- Expecto Patronum.

 

Un pequeño pegaso de luz surgió junto a Mackenzie al instante. Ésta le susurró el secreto y le dio la orden directa de comunicárselo a Lyra con su propia voz y sus propias palabras.

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja había notado la zambullida de Lisa y cómo ésta se ayudaba con fuego y una roca, así como Mei le prestaba su auxilio y pensaba entorpecer el avance de Katara. La vampiresa pensó por unos segundos, no entorpecería a nadie, le habían mandado a ayudar y eso haría. Levantó a Edelweiss, aún insegura de ayudar dos veces al mismo grupo, pero no tuvo que decidir, ya Manckenzie se estaba ocupando de eso, sonrió y volvió su mirada hacia las llamas que rodeaban a Lisa.

 

La estela era más que obvia y parecía que alguien más había pensado lo mismo porque varios grindylows comenzaron a rodear a la bruja o ella los había atraído hacia sí con sus llamas, no sabía bien. Sin dudarlo les apuntó y con velocidad lanzó varios hechizos.

 

--Oppugno --repitió por cada uno de los seres y les ordenó no estorbar el paso de Lisa y quedar allí flotando alejados de la bruja y fuera de su camino.

 

Más adelante se había formado una barrera pero ella no intervendría, si el lago se congelaba o había una montaña frente a ella debería ser ayudada por los demás de su grupo, ya había dado una mano a cada uno por ahora y... los labios de la pelirroja se abrieron en un gesto de sorpresa cuando de pronto el lago desapareció de frente a ella como si jamás hubiera existido.

 

--Pero ¿qué demonios? Por las barbas de Merlín, si yo lo veía y... ¿veía qué? --se preguntó a si misma mientras veía surgir un patronus que se perdía en la nada, miró a Mackenzie y luego a Liam.

 

--¿Ya nos podemos retirar o qué pasó? --preguntó la vampiresa habiendo olvidado la existencia de lago alguno y por ende no teniendo idea de dónde iba a sacar una bandera mojada.

[Lisa Weasley Delacour]

Mientras nadaba hacia el interior de la misma tierra, o sea, el fondo de aquella laguna inexplorada, iba recordando la petición de la Malfoy y poniendo mis ideas en orden para realizar su pedido, a fin de cuentas el viaje con la roca estaba siendo de lo más tranquilo posible, bien podía organizar la estrategia para acabar por fin con los ideales corruptos del ahora llamado profesor.

Mackenzie tenía razón y una de sus ideas, desbloqueo aún más mi curiosidad por el sujeto y sus engaños ¿Porque? ¿Cuándo y cómo? Preguntas comunes en mi trabajo. Iba demasiado concentrada en mi papel como jefa de seguridad de la vice ministra, que no me di cuenta como varias criaturas marinas, impulsadas a una mayor velocidad superior a la común, venían hacia mí. Mi instinto de supervivencia fue el que me alerto.

Gracias a él y a mis habilidades mágicas es que seguía aún con vida. Segundos antes de que pudiesen siquiera rozar mi cuerpo, ya tenía a Kim entre los dedos para crear un conjuro de defensa, aunque y no fue necesario, ya que los grindylows se detuvieron por si solos. Los estuve contemplando por breves segundos, por si aquello era un engaño, pero al ver que no era si, continúe confiada con mi avance.

Sentía como la oscuridad me embrujaba, como con su abrazo tenebroso me apretujaba el pecho. No conocía el miedo, pero si me iba preocupando cada vez más ante el hecho de que no pudiese regresar con la Delacour. No por temor a la muerte, eso ya lo tenía más que superado, sino porque me dolía que esta entrase de nuevo en conflicto con sus sentimientos. Me odiaría el resto de vida si en algún momento, fuese o no de forma indirecta, causase daño a mi mejor amiga.

Podía ver bien, mejor que un humano cualquier y aun así, habia veces que la penumbra era la reina del ambiente, haciendo que mis demás sentidos se incrementasen. Justo fue que ocurrió eso, cuando varias rocas, salidas de todos los ángulos posibles me cerraron el paso. De buenas a primeras me vi rodeada por un muro de piedra, demasiado alto para pasarlo por encima y demasiado costoso de destruir. ¿Cuál sería la decisión correcta? Me pregunto mi voz interior

No podía rodearlo, perdería mucho tiempo, pero ¿entonces? Un conjuro paso por mi mente a la velocidad del rayo – Confringo – Pronuncie con ferocidad y aunando todas mis fuerzas para que este fuese certero y preciso. Si, la barrera exploto y se dispersó, pero las minúsculas grietas que habia creado fueron tema aparte, pues los trocitos afilados que se quedaron después de romper la unión del muro, se escrutaron de forma dolorosa en mi anatomía.

No le di importancia, al menos de momento, pues aun debía continuar, tenía que hacerlo, por la gloria de ganar aquel est****o juego. No porque fuese necesario, si no por el honor y el orgullo propio, el cual y con razón el Van Halen me reprochaba que a veces este podía conmigo y me hacía cometer locuras como aquella. Cerré los parpados durante un minuto, para así evitar la molestia y el pum claro de mi corazón acelerado.

Otra cosa que me caracterizada, además del ego, era la fuerza de voluntad y el saber escapar de los problemas más duros y en aquel momento era el indicado para mostrarlo. Vamos, rugió la madre tierra dentro de mi esencia. Acelere mis brazadas, internándome en la boca del lobo. Estaba cerca, mucho más que antes, iba a conseguirlo, vaya que sí. ¿Pero y eso….? Las llamas de mi cuerpo iluminaban parte del agua, pero lo que mis pupilas captaron era algo más.

Fuerza, intensidad y por encima de todo paz; un patronus. Se movía con velocidad en busca de vete tú a saber qué cosa. Conocía el animal, no por nada habia investigado toda la vida y obra de la mujer que ocupaba uno de los cargos ministeriales más altos del edificio que yo misma custodiaba. Si la castaña enviada un mensaje a través de aquella comunicación mágica era por algo, sin más tiempo que perder y haciéndole caso a esa palpitante necesitar de protección que poseía.

- Expecto Patronum.

Un bello hipogrifo con la determinación marcada en cada una de sus plumas, partió de mi varita mágica en dirección a la superficie, con el mensaje de ¨estoy bien y sigo adelante¨ que solo daría a una persona. Mei se quedaría tranquila y sabría cuál era mi posición exacta, por si en algún momento tuviese la posibilidad de echarme un cable ante el ataque de eventualidades constantes que era mi vida diaria.

Mis dedos, en uno de los movimientos dados, rozaron lo que parecía ser una tela y ¡¡vaya si lo era!! Atrape la bandera con la diestra y ni corta ni perezosa me di la vuelta para retomar el camino que habia hecho para llegar allí y así salir de nuevo al claro del bosque. Subí y deambule por varias hectáreas, pero no halle ningún indicio que me indicase que la tierra estaba cerca, tan solo veía agua por todos lados. Aquello no era ni lógico ni mucho menos factible.

La claridad llego a mí, la imagen de una catarata cercana a estanque embrujado se posó con cuidado en cerebro. Podía salir por ahí si encontraba una gruta que me comunicase con ella. Di media vuelta y me moví contante hasta que apareció de la nada una cueva con aspecto de ser lo que buscaba. Ingrese a ella decidida, aunque con precaución y escudriñe las cercanías por si las moscas.

No parecía haber nada, pero las apariencias en el fondo nunca eran las correctas y la pacificad de la caverna fue un ejemplo de ello. Ea, si no éramos bastante, pario la abuela, salió de mis labios al ver como varios inferís comenzaban a lanzarse al agua y me perseguían con el único objetivo en mente de matarme – Fuego maldito – Lance para evitar que los más cercanos lograsen su cometido y cuando vi lo que quería, use de nuevo mi magia.

- Ascendio – impulsaba hacia arriba por el torrente de fluido universal, desaparecí de la posición en la que me encontraba, ventajosa para mis amigos, para segundos después hacer acto de presencia arriba del todo de la pequeña montana que se encontraba frente al mini bosque en donde todos mis compañeros y el profesor aún se encontraban. Mojada y lesionada, pero orgullosa de mí, pues habia conseguido el artículo necesario para ganar la prueba.

 

[Liam Black]

Y justo cuando todos estaban luchando por sus vidas, cuando luchaban por poder conservar algo decoherencia en aquel lago congelado, una luz blanca sacudió la isla. Todo se paralizó al instante, animales, criaturas, personas, hasta el propio viento pareció tomarse un descanso. Aquella luz potente y cegadora que estaba azotando el Campo de Hadas pretendía derretirnos a todos nosotros, pero apenas se sentía el calor. Era como estar en un cuarto blanco, solo que siendo verdaderamente blanco hasta el punto de no distinguir tu propio cuerpo.

Me puse de pie con una sonrisa ladeada en mi rostro y caminé por los cuerpos que yacían con vida en el suelo. Parecían no querer reaccionar. Con mi pie descalzo toqué el rostro de una de las alumnas, Mackenzie, y lo giré levemente hacia un costado, esperando comprobar detalladamente las facciones que ocultaba tras ese perfecto disfraz metamorfómago. Maldición, sí que me había logrado engañar. Si no fuera por esa extraña "criatura" que la atacó, ahora no estaría seguro de creer lo que veía. O lo que se suponía que veía, daba igual.

No tardarían demasiado en despertar. La conexión con mi mente ya se había quebrado y eso los llevaría nuevamente a su estado de lucidez. Pero con un solo detalle; no recordarían nada. Sucedía que, todos habían estado en mi mente desde que entraron por aquel pasadizo hasta ahora. El "aula" de encantamientos, estaba enlazada a mi hemisferio trasero del cerebro, todo el tiempo, y lo que ellos habían vivido, era solo lo que ellos habían creído vivir. Experimentar el desolamiento, el peligro, el enojo, el conflicto, todo eso había sido parte de mi plan como profesor, por eso al despertar no se acordarían nada de lo ocurrido, excepto las lecciones básicas sobre los encantamientos. Lo que necesitaban saber. Era increíble lo que se podía hacer con una sola mente.

Darla había estado preocupada todo el tiempo por los mapas. Quería volver a la clase, pero lo que no sabía era que siempre había estado ahí. El hacerle creer que no, también consistía como parte de la lección. Podía jurar que, previo a todo esto, a Mackenzie se le había dado por mandar a investigarme a la Jefa de Seguridad, ¿con qué fin? No lo sabía, pero estaba claro lo que había visto y oído mientras deambulaban por mi propio subconsciente. Una verdadera pena que ya no pueda llevar nada de eso a cabo, hubiera sido interesante ver cómo la propia vice-ministra se encargaba de investigar a un profesor solo porque éste tenía el suficiente coraje de aceptar por una vez, que allí era la menos. Sí... lamentable.

Pero así servía todo el método. El proceso de enfrentarse a cosas reales o de creer que se enfrentaban a estas, los hacía magos más poderosos incluso de lo que ya eran. El temor y todo lo que conllevaba a esta emoción era algo que acarriaba problemas, pero a la vez, eso también traía soluciones, soluciones que ellos mismos debieron experimentar, con un poco de mi ayuda, para salir adelante y derribar cualquier obstáculo.

Con ayuda de mi varita y mi fuerza sobrehumana, cargué a todos y cada uno en sus asientos, haciendo que al menos el despertar les sea cómodo. El aula ya no estaba conectada a mi cerebro, por lo que volvía a ser aquella aula de encantamientos de siempre, modificada quizá un poco gracias a las reformas. Estaba limpia, modernizada y valía la pena respirar el aire allí adentro, no como la primera que habían tenido que ver al llegar, que no era más que una ilustración de mi propia mente.

—Bienvenidos de nuevo —hablé cuando vi que todas las cabezas se estaban levantando—. Tal vez se pregunten cómo llegaron aquí, o tal vez ni siquiera recuerden de dónde tenían que llegar, pero les aseguro que cada uno de ustedes tendrá presente en su mente cada tarea que les asigné y el método que usaron para resolverla. No más que eso, tampoco por o para qué, pero no lo necesitan. Lo demás, son puros agregados que no sirven, creo que la mejor manera de aprender es recordar las cosas básicas y necesarias, y eso es lo que ustedes tienen en la mente ahora. Pueden irse a casa, la clase ha acabado, sus calificaciones están en la pizarra. Un placer haber sido su profesor.

Y haciendo uso de mi varita, nuevamente, atraje la pizarra que estaba unos metros más al fondo, dejándola a la vista de todos. En ella se podía leer con claridad lo siguiente:

• "Ainé Malfoy - Aceptable.
  
• Darla Potter Black - Extraordinario.
  
• Jocker Black Lestrange - Insuficiente.
  
• Lisa Weasley Delacour - Aceptable.
  
• Lyra K. Selwyn - Extraordinario.
  
• Mackenzie 'Yellbridge' - Aceptable.
  
• Mei Black Delacour - Extraordinario.
  
• Mía Black Lestrange - No presentada.
  
• Seba Granger - No presentado.
  
• Zack Black Haughton - No presentado."