Castillo Lockhart (MM B: 78568)

[Dorothy Anne]

Aquella mañana Dorothy se levantó queriendo visitar a su familia. Desde la apertura de su reciente negocio había pasado días y noches inmersa en la decoración del lugar y en los trámites que aún faltaban por realizar. Cargaba cierto remordimiento de consciencia sobre ella, se sentía una mala hija, alguien ingrato y desagradecido.

 

Pensaba en todo el cariño que sentía por Cye, por Bodrik e incluso por el pequeño Ezra, y su impotencia y falta de habilidad al demostrárselo. En sus manos sujetaba una pequeña planta con el nombre de Orquidea, que de una forma u otra le recordó a la matriarca. Tuvo la idea de colocarla en su habitación, para dejar una parte de ella junto a Cye.

 

Se detuvo frente a la puerta y un elfo le abrió. La estancia lucía vacía, y además del recatado ruido de los elfos todo era silencio. Siguió caminando, moviendo la cabeza de un lado a otro en busca de alguien. Dejó la planta sobre una mesa que se encontró en el camino, ya habría tiempo para entregarla. Se topó con la figura de un viejo anciano, a su mente vino la imagen de la vieja Minerva.

 

Supuso que debía tratarse de un pariente de Cye, aunque consiguió inoportuno preguntar el parentesco. Debía tratarse de la sabiduría de quien ha recurrido largos años, porque incluso antes de que Dorothy abriera sus labios el mago le indicó que se encontraban todos en el bosque. Quizás habrían organizado un evento familiar, algún cumpleaños o algo por el estilo.

 

Se adentró hasta el bosque. Lo que más admiraba de aquel castillo eran los terrenos frondosos que se imponían. Los árboles, que les brindaban oxígeno; las flores que les daban la dicha de apreciar diferentes aromas y colores; y el canturreo de los pájaros, melodiosa música. Contempló las figuras de Cye, Bodrik y Ezra y se acercó a ellas.

 

Abrazar al pequeño era para Dorothy una caricia al corazón, consideraba que los niños eran las criaturas más puras que podrían existir. También encontraba paz en la mirada de Cye, y seguridad en la actitud de Bodrik, quien a su corta edad había logrado muchas cosas. Pero esa mañana… algo no andaba bien, podía percibirlo en el rostro de las dos brujas y en la inquietud del pequeño. Tanta fue su intriga que no fue capaz de saludar, sino que se dejó acariciar por la tristeza que los rodeaba.

 

—Estoy aquí para apoyarlos. Sin importar qué. —aseguró antes de acariciar la cabellera de Ezra.

 

[Arya Macnair]

En momentos como ese se preguntaba para qué servía el don de la videncia ¿Qué cambio podía hacer uno en el mundo si no conseguía anteponerse a desastres como tal? Llevaba semanas presa del mismo sueño recurrente, jamás había congeniado con el hombre, le guardaba rencor por haber abandonado a su abuela cuando pequeña más los años que se vieron a forjar juntos, como compañeros de bando, habían ablandado el corazón del Macnair al punto tal que él siempre era su primera opción para trabajar; no solo eran familia por cosas del destino, eran familia porque luchaban por los mismo ideales y no solo pensaba en La Marca Tenebrosa, sino también en aquel periódico que tanto defendió buscando la libertad de expresión del mago y bruja silenciado.

 

Así que se limitó a pararse de la cama, con ese curioso sin sabor en la boca, el hombre de sus sueños jugaba con Ámbar, su hija, ambos reían, parecían pasar un grato momento en la playa pero de un momento a otro, éste, se ponía en pie, besaba su frente con dulzura y se alejaba ¿Por qué se alejaba? Lo cierto era que la pelirroja aun no dominaba a la perfección la habilidad y la mayoría de la visiones se mezclaban con sucesos del pasado, como aquella fiesta en donde ella y su abuelo hubieron hecho migas, luego de tantos años, por primera vez sin pelear.

 

Un escalofríos le recorrió el cuerpo, ciñó la bata de baño en el pecho y bajó las escaleras descalza. Esa mañana despertó con angustia, con dolor en el corazón y sin saber por qué se detuvo en una ventana a mirar el cielo, éste estaba nublado, gris, llovería, pero ella tenía demasiadas cosas que hacer como para dejarse detener por el clima. No desayunó, como acostumbraba, tenía el estómago cerrado, no había en su mente motivos para llorar y aun así el silencio le empañaba los ojos verdes. El mundo curiosamente estaba en silencio.

 

Quizás lo supo entonces, quizás ya lo sabía desde antes y no quiso verlo. La marca en su antebrazo emitió un ardor insoportable, poco grato y placentero y se esfumó. Ámbar marchó a la escuela junto con un elfo enarcando una ceja por la poca atención que su madre le prestaba, ésta, se encontraba ensimismada en sus pensamientos, intentando dilucidar lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Más tarde, cuando iba rumbo a su nuevo empleo volvió a sentir el mismo escalofríos, para entonces cientos de recuerdos se le arremolinaron en la memoria, la hicieron detenerse en plena calle, un hombre la tomó por el brazo y haló hasta hacerla cruzar, a la fuerza, antes de que un auto la atropellara.

 

—Todo Lockhart... Susurró

 

¿Sería hipócrita después de tantos años aparecer sin más? Tenía años sin ver a su abuela e igual a su prima Bodrik, el único trato que aun mantenía con la familia que le crió y le salvó de un crudo invierno cuando bebé era él y quizás algún tío. Un tercer escalofríos, pero éste arrastró algo más, dolor. Sintió ganas de gritar, gritar hasta que se le desgarrase la garganta y permitirse caer al suelo rendida, había experimentado eso una sola vez, cuando Aziid murió.

 

Luego, ya no tuvo excusas para ignorar las señales.

 

Apareció en los lindes del extenso terreno, le costaba ver con claridad, parecía que llovía pero en realidad aun eran sus ojos. Las manos le temblaban, las piernas también más supo a dónde debía dirigirse sin titubeos. El castillo aun se alzaba imponente, el bosque era un corazón verde y el lago que flanqueó le guardaba el respeto de una antigua Sacerdotisa.

 

Inspiró. A lo lejos, una cabellera dorada. Una punzada en el corazón, sintió nauseas.

 

—¿Abuela?

 

Musitó, sorprendida, descubrió que casi no tenía voz.

 

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[Ezra Lockhart]

Ezra recibio un abrazo salido de quien sabia donde, no pudo reconocer a la persona que lo habia abrazado, era muy malo con los rostros despues de todo, quizas si era una persona con la que habia tenido contacto antes, pero ahora mismo no la reconocia para nada, aun asi, cuando lo abrazo, el le devolvio el abrazo, estaba muy asustado y cuando alguien le ofrecio un abrazo, no pudo evitar devolverlo.

 

Ezra aun no entendia que pasaba, nadie le habia explicado nada, y tenia miedo de que si seguia preguntando, le gritaran, no lo hacian seguido, pero si se ponia muy molesto y a hacer preguntas que no debia, cuando no debia, aun asi, se arriesgo una vez mas y jalo la manga de la nueva que habia llegado.

 

-Oye... ¿cual es tu nombre? ¿Sabes lo que sucede?... tengo miedo....- la gata Lucy tambien andaba nerviosa, se bajo de la cabeza del infante y se puso a dar vueltas alrededor del grupo de personas, como si para poder estar tranquila tuviera que moverse.

[Ela Karoline]

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El ruido que producían los árboles con sus hojas no era ajeno a la sacerdotisa, era su forma de hablar, la instaban a apresurar el paso y a internarse en el bosque, hogar de muchas de las criaturas tanto del castillo como las adquiridas por sus miembros, especialmente las de Bodrik, algunas de Ishaya y las de la matriarca, seguramente algún día también estarían las que Ezra y Eirian pudieran comprar en el Mágic Mall.

A medio camino Cye sintió la cercanía del niño de cinco años quien había soltado la mano del elfo y busco a la Lockhart, la rubia bajo la vista y vio que portaba su varita, en un gesto de valentía, aunque estaba segura que el corazón del chico latía frenéticamente. Escucho la vocecita que intentaba comprender lo que estaba pasando en su pequeña cabecita.

--Aun no lo sé mi amor, pero pronto vamos a averiguarlo-- acerco su cara a la del niño y le dio un beso en la mejilla --Escucha y recuerda, está bien sentir miedo, lo que no puede pasar es que ese miedo nos paralice-- acarició con dulzura el rostro del chico. --Siempre que se está en peligro hay que buscar la causa por eso vamos al bosque, juntos para cuidarnos unos otros, porque eso hace la familia-- le dijo irguiéndose de nuevo, pero esta vez guiñándole el ojo a Ezra, sin querer le estaba dando premisas que si las recordaba en unos años podrían llegar a convertirse en un legado y apoyo en momentos difíciles.

Continuaron caminando de pronto a lo lejos, unas lucecillas parecían hacer un círculo en movimiento en el aire, eran las hadas que a pesar de la neblina oscura que rodeaba el árbol del rey Hada lo custodiaban. Cye subió su varita poniéndola en ristre con lo cual su nieta entendería que el peligro estaba cada vez más cerca, aunque aparentemente nadie más que ellos y las hadas estaban en aquel semi-claro. Cye se detuvo a escasos pasos con el sonido de su propio corazón casi en los oídos.

Las hadas de forma unánime emitieron al unísono una gran descarga de magia, todos quedaron quietos, excepto Eirian que se identifico con la energía como si esta fuera un gran dulce para él y proyecto la suya, al chocar ambas, se fucionaron y todos quedaron sumergidos en una cápsula espacio tiempo, envueltos de energía debido a la conexión de ambas razas. Entonces comenzaron a pasar cosas extrañas.

Pequeños cúmulos de energía los rodearon tomando formas animales, luego otras más grandes aparecieron como si estuvieran de cuerpo presente entre ellos, estas parecían humanas, dentro de ellas estaba la de los padres de Cye que nunca más había vuelto a ver, la de Gilderoy Lockhart que se acercaba y acariciaba tanto a Eirian como a Ezra, incluso a Lucy.

De pronto Eirian se agitó y comenzó a removerse inquieto, pero no como si fuera a llorar, no sino vigoroso, risueño y emitió un par de risitas incluso balbuce "ahaa pa" manoteo y estiro los brazos ofreciendocelos a alguien que los demás no veían, de pronto el nene fue elevado en el aire como si lo acuñaran, el niño reía, balbuceaba contento.

--Amor?-- escapo de los labios de la Lockhart, tal vez los demás pudieran pensar que llamaba al nene, pero no era así, fue cuando una energía mucho más brillante y poderosa empezo a formar una silueta, y entonces Ishaya quedo a la vista de los presentes, con su habitual sonrisa, con esas facciones perfectas, con esa magia que aun desde aquel plano podía emanar. No dijo nada, solo floto hacia la rubia y toco el pecho de ella a la altura del corazón, para luego tocar el de él, la mano etérea roso los labios de la mujer y su mejilla evaporando las lagrimas que descendian de la cuenca de sus ojos como mares cálido, beso al niño a quien si parecía tocar como si ambos estuvieran hechos del mismo material y entonces Eirian brillo más fuerte y fue depositado en los brazos de su madre.

Ahora el cuerpo etéreo del mago se agacho a la altura de Ezra, le desacomodo el cabello y puso la manita del niño dentro de la de la madre, seguramente le había transmitido. Un mensaje que solo el niño podía escuchar y sentir, tal cual lo había écho con la matriarca, Lucy recibió también recibió otro mimo y fue el turno de Bodrik.

El la enérgia del mago se poso frente a la paladín pero no había tristeza sino una paz infinita, acarició el largo cabello negro, Cye nó supo que paso por un par de segundos, había apartado la mirada porque sabia que era algo entre ellos dos, su nieta se merecía más que nadie ese momento, esa intimidad que solo ella podía revelar, porque así de única fue la relación de la nieta con el mago.

Solo cuando lo sintió de nuevo frente a ella levanto el rostro para verse reflejada por ultima vez en aquellos ojos, para sentir tanto amor que no cabía en su pequeña figura de carne y hueso, era como si él se llevara esa parte emocional y dolorosa y la dejara solo con lo mejor y más sereno, un último beso y se elevo hasta el árbol del Rey Hada y se fundió en él, como si quisiera hacerlo su lugar favorito, como si quisiera dejar parte de él allí para su familia.

La figura de la madre de Cye, a la que ni Bodrik ni los niños conocían hasta entonces se dejo escuchar, parecida a la de la rubia, aunque madura y muy, muy serena como el rostro que les mostraba, les dijo --Están listos para dejarlo ir, dejen que siga su camino, porque parte de él siempre vivirá en cada uno de ustedes y aquí-- señalando el espacio, aunque Cye no entendió si se refería a aquel claro o al árbol en si. Asintió con la cabeza y extendió la palma de su mano hacia arriba en dirección al árbol, dejando fluir toda energía retenida, esperando que los demás hicieran lo mismo.

Fue cuando todos la imitaron que un extallido ensordecedor pero maravilloso hizo desaparecer la cúpula, el árbol había crecido un poco más, volviéndose robusto, de hojas grandes y hermosas, de las que emanaban gotas transparentes que caía a la tierra y formaban un pequeño circulo de agua mágica. Eirian estaba eufórico y Cye lo comprendió estiro su mano con la varita en ella, se concentro y tras varias florituras complicadas pero limpias y poderosas, capullos de hermosas flores de varios colores bordearon el circulo de agua, inmediatamente floreciéron, una gramilla verde y perfecta se extendió formando un circulo más grande pero sin cubrir todo el claro, aun después de la gramilla quedaba tierra. Ahora se necesitaba la fuerza de un paladín para mover unas cuantas rocas que parecían haber sido aplanadas en la superficie para que fueran ocupadas por personas sin perder su belleza y naturalidad, EIrian otra vez gimoteaba y balbuceaba --ahaa bo-- como animandola a tomar acción en aquello.

Al final habian piedras a distancia del circulo de agua pero dentro del de gramilla verde con miras al árbol solo entonces se escucho la voz de Ishaya

El amor no se acaba, no muere, solo se tranforma y fluye como la vida misma

Un último destello titilo y entonces las hadas alegres rodearon el árbol que ahora dejaba caer en sus cimientos, sin tocar el agua, un polvillo dorado resplandeciente, ellas también celebraban, y los Lockhart de carne y hueso habian quedado solos de nuevo, Ishaya como los familiares que los habian visitado por pequeño espacio de tiempo habian vuelto a su plano. Y la vida debia continuar, fluir como bien dijo el patriarca.

--Siempre te amaremos y recordaremos, porque vivirás en nuestros corazones mi amor-- dijo la sacerdotisa, la mujer, la esposa y madre, la amiga lanzando un beso al universo, para que lo alcanzara donde quiera que estuviera. Ahora miro a los dos niños, y a Bodrik y les advirtió que aquel lugar seria su lugar secreto que solo los verdaderos Lockhart podrían encontrarlo luego de probar su lealtad a la familia, y que nadie podría traspasar el circulo de agua ni recolectarla o al polvillo sin una causa excepcional y el permiso de las hadas.

En adelante, aquel oasis estaría protegido por fuerzas que impedirían que lo encontraran, excepto ellos y por supuesto ya Lucy no podría volver a meterse hasta el tronco, y la casa del árbol debia ser planeada en otro tronco que no fuera aquel.

[Ezra Lockhart]

Ezra seguia sin entender nada, era lo mas extraño que habia visto, y seguramente no veria nada tan extraño que le resultara igual de hermoso como aquello, fue un momento que Ezra no podria explicar nunca que paso y lo mas seguro es que quedaria como una anecdota que no saldra de la familia, algo muy privado e intimo que no saldria de las personas presentes.

 

Lucy, estaba maullando, parecia encontrarse tan confundida como su amo, aunque quizas entendia mas de lo que aparentaba, gata lista.

 

Ezra asintio ante las indicaciones de su madre y espero a que pasara algo mas, pero quizas tan hermoso momento habia pasado ya, pero Ezra seguia sintiendo algo dentro de el, algo muy raro, era como estar lleno de algo, algo bonito, algo que no enendia pero que lo hacia sentir feliz, queria correr, jugar con sus gatos, perderse en el bosque, ir a los establos y dormir con un hipogrifo... queria hacer muchas cosas en ese momento, se sentia lleno de gozo.

[Leslie Ashryver PB]

 

 

Alessandra saco su varita e invoco su patronus, una lobo huargo cachorra, que se materializo frente suyo y le dio un rapido mensaje "tia Dennis voy a la familia Lockhart" era directo el mensaje porque la Delacour entenderia el mensaje.

 

Aun estaba en los terrenos de la Hacienda Tonks tratando de acomodar los papeles que los elfos muy amablemente le habian respondido. Aunque era el unico lugar donde los elfos hablaron todos su prima Kaori le habia dado una gran idea, hablar con el elfo "jefe" que tuviera la familia ya que el sabria mejor que pasaba en el lugar.

 

-Listo- dijo.

 

Entre tanto pergaminos, folletos, plumas y tinta en su bolso de cuero le impedia tener en orden, una vez listo desaparecio de aquellos terrenos para hacerlo en el hogar de su abuela Cye.

 

Aparecio detras de las rejas de la Lockhart, aun no entraria ya que debia esperar a su tia, quien debia darle un permiso especial para el transporte de criaturas o elfos que el lugar tenga pero no este cuidado como correspondia serian llevados a la reserva. Alessandra acomodo su pantalon y su blusa y los papeles en mano para no andar revolviedo todo y perder tiempo.

 

 

@@Dennis Delacour @ @@Bodrik

 

 

#4

[Dennis Delacour]

La Delacour se encontraba en su oficina organizando los últimos informes de supervisión que había hecho de los diferentes departamentos que funcionaban al interior del ministerio, una de sus funciones era velar porque todos estuvieran desempeñando dentro de la legalidad y cumpliendo con sus labores en cada dependencia. Teniendo en cuenta que aún dentro de aquel lugar existían muchos magos cuyos ideales dejaban mucho que dejar así que una forma de estar todo controlado eran esas supervisiones por parte de la oficina del ministro.

 

Estando en aquellos asuntos un patronus se hizo presente en su oficina, conocía bien aquella representación y a quien pertenecía, el mensaje lo entendió al momento de oírlo. Su sobrina Alessandra le había informado que iba a necesitar de apoyo desde su cargo ministerial debido a que iba a realizar una supervisión de las criaturas mágicas y elfos en las diferentes mansiones de Ottery y para ello necesitaba autorización de la oficina del ministro y Saw en caso de que tuviera que ser trasladada alguna de ellas hasta la reserva de Newt Scamander de forma segura.

 

Como había terminado ya su papeleo se puso en pie y tomando la túnica negra que reposaba en el perchero de la oficina salió del lugar. Cuando estuvo fuera del ministerio y de la vista de cualquier curioso que pasara por el lugar enfocó su atención para conjurar un fulgura nox y abrir el espacio frente a ella, lo atravesó y en cuestión de segundos pisaba los terrenos afuera de la mansión Lockhart donde alcanzo a divisar a su sobrina. — Lamento la tardanza, debía terminar un papeleo. Como estas? — saludo conforme se acercaba a la rubia, esperaba poder ayudarla en lo que necesitara.

 

@

[Leslie Ashryver PB]

 

 

Alessandra miraba de lejos al castillo Lockhart, parecia que no habia nadie en el lugar, al menos lo que se podia ver desde el exterior, fruncio el ceño pensando en lo que Shena le comento sobre Ishaya.

 

No queria pensar en eso, bueno, no queria pensar directamente. El dolor de la perdida le recordaba a la suya con su tio, debia recordar respirar por la nariz para no recordar su perdida y concentrarse en el trabajo, lo unico que faltaba era que sumara su pena a todo eso.

 

La vos de su tia la hizo sobresaltar en su lugar, para girarse y sonreirle a su tia.

 

-Hola tia- saludo -para nada, yo apenas he llegado- le dijo para restarle importancia.

 

-Ando bien y tu?- le pregunto -lista para trabajar?- le pregunto abriendo la reja y poder entrar.

 

 

@@Dennis Delacour @ @Bodrik

 

#10

[Dennis Delacour]

La ojiazul se relajo un poco ante las palabras de su sobrina indicandole que recién acababa de llegar, se había demorado un poco más de lo esperado después de recibir su mensaje que iba algo preocupada pensando que tenía a la bruja esperando un más de la cuenta en las afueras de los terrenos ya que sabía que ahí era donde se iban a encontrar.

 

— Sabes que siempre estoy lista para el trabajo sobrina — le dijo mientras admiraba los alrededores, no era la primera vez en aquellas inmediaciones, ya había estado en una ocasión en la celebración de un cumpleaños de la familia en aquellos jardines así que más o menos recordaba el lugar, aunque ya habían pasado varios meses de aquello, prácticamente un año.

 

— Estoy para garantizar el apoyo a tu labor por parte del ministerio en caso de que tengas que remover del lugar alguna criatura que no pueda estar aquí y que las cabezas de la familia se den cuenta que todo se está haciendo en el marco de la legalidad en pro del bienestar de elfos y criaturas — indico a Alessandra, sabía que a algunas personas no les agradaban las interrupciones en su vida cotidiana del ministerio pero a veces eran necesarias para asegurarse que todo estuviera en orden.

 

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[Leslie Ashryver PB]

 

 

Alessandra sonrio ante las palabras de su abuela, era bueno que estuviera lista para trabajar y mas con ganas ya que no sabia cuanto tiempo les llevaria poder hacer todo el trabajo? Y lo otro era si es que las atendia, el lugar estaba tan callado que lo mas seguro era que debian irse a otras familias porque ahi no habia nadie.

 

-Es excelente escuchar eso- le dijo.

 

La Nigromante asintio a las palabras de su tia, no queria otra cosa de ella mas que se viera que todo era legal y no una escusa para robar las criaturas, que solia ser el pensamientos de muchos.

 

-Por supuesto- le dijo a su tia mientras caminaban a la puerta del castillo -eso me recuerda bueno te necesitare en l Hacienda Tonks- le comento en vos baja.

 

Aunque no habia llegado a la puerta queria comentarle a su tia la pequeña situacion triste que pasaban las criaturas en ese lugar.

 

-En si no es nada malo- la tranquilizo -solo que con el fallecimiento de uno de los patriarcas estan todos muy tristes y eso le afecta mucho a las criaturas y elfos- le comento.

 

 

@@Dennis Delacour @@Bodrik @

 

#13