~ House of Books ~ (MM B: 103943)

[Darla G Dumbledore]

Darla se había quedado de una pieza, desorientada, habitualmente Tommy no le temía a la elfa de Seba, pero parecía que el día de hoy lo había superado. Miró a su prometido sorprendida y éste le hizo un guiño antes de retirarse unos segundos.

 

--¿Desde cuándo le temes a Nana Tommy?

 

--Tommy no le teme, pero Tommy quiere cenar y Nana no dará de cenar ni de beber a Tommy si se enoja, ya le da porciones más chicas cuando Tommy le hace frente, y hoy Tommy tiene hambre.

 

Darla no sabía si reír o qué, pero solo asintió y contuvo la risa al llegar Seba con un vaso de agua en su mano. Y ahí ya no pudo evitar una risita al escuchar al mago, ahora sí que Tommy o se quedaba sin cenar o comía una porción re chiquitita. El elfo asintió con gesto obediente y miró a su ama que le hizo seña de que podía irse y salió, con gesto entre compungido y divertido, Darla sospechaba que en el fondo le divertía la idea de Seba pero no quería cenar media porción una vez más.

 

El elfo se detuvo ante la nueva acotación de Seba justo antes de que se ubicara en el mostrador de atención al cliente. Y asintió, tomando otro trago de agua, dejó el vaso en el estante bajo del mostrador y salió en busca de Dash.

 

--Tommy advierte a Dash, Tommy aprecia a Dash.

 

Darla volvió a reír.

 

--¿Buscar algo más? --repitió la Potter Black recordando la pregunta de su novio, tanteó su bolsa de piel de Moke en la cintura y su capa de viaje seguía en el perchero de la entrada, así que no creía que necesitaran mucho más, tenía su varita con ella, en la cadera, así que estaba lista --no mi amor, yo ya estoy lista, cuando usted me diga "ahura" salimos --bromeó la pelirroja.

 

Se acercó al perchero y tomó la capa, haciéndole señas a su novio para que se acercara, para arreglar el cuello de su camisa y aprovechar a besar primero su barbilla y luego sus labios con mucho amor.

 

--Que novio más guapo que tengo --dijo viendo a los ojos de su prometido con amor.

[Seba Granger]

Reí coqueto con las señas que me hacia Darla, me aleje un poquito mas en vez de acercarme jugando, luego como niño bueno me acerque a ella haciéndole ojitos tiernos, -Y eso que apenas me peine- reí mas jugando con mi amada.

 

-Te amo amor mio- bese su nariz con ternura, luego su mentón y finalmente sus labios.

 

-Paseamos primero? o buscamos algo para comer?- pronuncie a Darla mientras abría la puerta de nuestro local, nuestro hogar y salir al aire frió de ese momento, tal vez podríamos quedarnos en casa, ser atendidos por los elfos, pero quería estar solo con ella, poder hacer lo que antes hacíamos, desde hace un rato por los mismos trabajos no lo podíamos hacer, pero ahora que estábamos en el banco juntos podíamos tomarnos algunas libertades.

 

La campanilla resonó mas callada tras nosotros cuando la puerta de House of Books se volvía a cerrar.

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja había hecho pucheritos cuando su novio había jugueteado entre alejarse y acercarse pero luego ronroneo satisfecha cuando se acercó a ella y tras un par de besos mimosos sus labios es unieron en un tierno beso. Para reír ambos ante las bromas que el mago hacía, la verdad era que le había tocado el más sexy, guapo y encantador mago de todo Ottery y encima, humilde.

 

--Yo te amo más mi amor --, dijo con ternura la Potter Black mientras acariciaba la mejilla del hombre que la había conquistado.

 

--Paseemos amor, hace mucho que no nos tomamos un tiempo para disfrutar juntos haciendo nada --respondió ante las opciones que el mago le presentaba --, igualmente podemos ir viendo algunos lugares en los cuales comer mi vida ¿o ya tenías algo en mente? --preguntó a su vez la bruja.

 

Tras salir del local dejando atrás la agradable mezcla de aromas a tinta, pergamino y café la pareja caminó, tomados del brazo, bien juntos. Era un día de leve brisa fresca, no parecía que estuvieran tan próximos al verano, quizás los muggles tenían razón cuando decían que habían afectado el clima con sus inventos. Por unos segundos pasó por la mente de Darla qué pensarían de ellos los estudiantes y profesores de metereología. Y pensar en ese conocimiento le trajo otra tema a la mente.

 

--¿Sabes amor? Cuando cursé el libro del Druida Badru me dijo que si tengo los conocimientos de Historia de la Magia y Runas Antiguas podría abrir portales al pasado. ¿Sería bonito ver algunas cosas de nuestra niñez no crees? --la bruja se abrazó más a su novio viéndolo con ternura mientras paseaban.

[Seba Granger]

-No tenia nada en mente mi amor, supe que habían locales nuevos, podríamos ver de que son, ademas que me entere que han cerrado muchos- pude recordar un par en esos momentos a los cuales solía ir a tomar un te o un simple jugo pero para pasar el rato cuando estaba aun solo, en mas de alguno alguna vez me habían intentado cazar, pero no habían podido.

Apoye mi mano sobre la de ella cuando esta tomaba mi brazo, escuche la pregunta de Darla, no estaba del todo seguro si quería volver a mi pasado, o tal vez si, en los años que aun disfrutaba de mis padres, aunque ahí aun no conocía nada de esto.

-¿Pero solo puedes viajar a tu pasado? o ¿puedes conocer los de otras personas?-pregunte un poco intrigado, sabia bien que ella había vivido muchas mas cosas que yo, ademas de vivir en otros países.

-¿Me mostrarías tu vida anterior?- sabia que yo no podía hacer eso, aun no me animaba para estudiar todo lo que mi prometida había aprendido en estos años.

[Darla G Dumbledore]

--Oí lo de los cierres, no sé si los magos y brujas se van o simplemente se cansan de tener negocios.

 

Lo comentaba con un poco de asombro, ella no se cansaba de tener la librería y compartirla junto con Seba, claro que en este caso era algo más que un negocio, era su hogar. Habían pensado con Seba tener su propio hogar, una cabaña junto a un lago quizás, pero por ahora ese lugar tenía todo lo que ellos necesitaban, quizás más adelante pudieran darse el gusto de tener su propia casa, una familia, no solo con sus elfos, sino con hijos. La caricia de la mano de Seba y su posterior pregunta la trajeron de vuelta.

 

--Pues él habló de ir al pasado en general, no solo al mio amor, creo que podríamos ver el de quien quisiéramos, puedo atravesar contigo el portal, ida y vuelta --, comento la bruja mientras se sorprendía por la última pregunta de su prometido.

 

--Claro que te la mostraría, quizás no todas sean cosas para enorgullecerse pero son lo que hicieron de mí lo que son y me han traído a tí mi amor --acarició el rostro de su novio con amor y le dio un beso tierno.

 

--¿No te asustaría conocer algunas cosas de mi pasado o el de Scarlet? --en cierta forma el pasado de la Akane era ahora parte del suyo, cuando su álter ego la había convertido en su horrocrux había hecho que sus vidas, pasadas, presentes y futuras se entretejieran. Darla se preguntó si haría algo para cambiar su pasado, llegando a la conclusión de que jugar con ello sería muy peligroso, quizás solo poder disfrutar una vez más de aquellos que amo y ya no estaban.

[Seba Granger]

Durante mucho tiempo solía recorrer las calles del callejón, sus distintos recovecos donde había uno que otro negocio, me sabia cada uno de los nombres, era mi deber y me gustaba, debía velar por la tranquilidad del lugar cuando era auror, y a mas de algún negocio debía ir para las investigaciones que debía hacerse por los distintos disturbios ocurridos.

Pero si me extrañaba como habia ido decayendo todo, despues de tener casi un centenar de negocios ya no quedaba ni la mitad, era demasiado extraño, igual las cosas ya no eran como aquellas epocas.

Suspire con la caricia de Darla, bese su mano cuando la acercaba mas a mis labios, -No me asustaría tu pasado, tu misma lo dices, ocurrieron muchas cosas, pero ellos han hecho la mujer que eres, mi mujer, la mujer de la cual me enamore- humedecí mis labios pensando en aquel tatuaje que alguna vez había visto, aunque ella luego lo ocultara.

-Scarlet es parte de ti, sigue estando en ti. Aunque dile que se quede ahí, yo solo quiero contigo- dije riendo para que ella no se pusiera tensa con la conversación, -Prometimos contarnos todo, eres mi mujer aunque un papel aun no lo diga, por favor no temes contarme las cosas- la mire a los ojos con amor.

[Darla G Dumbledore]

Las palabras de Seba provocaron que Darla sonriera, había lanzado un suspiro mientras le besaba la mano. Vio su suave gesto, notando que sus ojos se desviaron unos leves segundos hacia el lugar en donde tenía tatuada la Marca Tenebrosa. Darla mordió levemente su labio por dentro, pensando en si eso le molestaba o le asustaba, en verdad no deseaba que nada se interpusiera entre ellos.

 

Lo siguiente, sobre Scarlet la hizo tener una mezcla de sorpresa, miedo y tranquilidad. Su novio aceptaba su alter ego, pero no la quería metida entre ellos, río con esa idea y asintió.

 

--Nada de tríos, tranquilo mi amor --sus ojos lo vieron con tanto amor como había en los azules ojos de su Seba.

 

Darla se perdió unos segundos recordando el momento en que su amado le había entregado la alianza de compromiso que llevaba en su dedo. Un sonrojo suave cubrió sus mejillas mientras pensaba en lo que había ocurrido en aquel jardín, réplica de los Sumaes donde habían tenido su primer cita completa y se habían puesto de novios.

 

--Cuando quieras firmamos los papeles y lo hacemos oficial para el mundo mágico mi vida --susurró con timidez, pensando en cuánto desearía que su sobrina y suegra pudiera estar con ellos y se preguntó si su padre se dignaría a entregarla o no. Pero sin importar ello, lo principal es que ellos dos harían no público, porque su amor ya lo era, sino oficial el hecho de que Seba era el hombre de Darla y que Darla era la mujer de Seba y de nadie más.

[Vladimir Karkarov]

El lugar estaba completamente listo, el capacious extremis funcionaba de maravilla. Era hora de que Vladimir enviara su noble y fiel lechuza por todos los lugares de Ottery y el Callejón, para dejar su pequeña invitación para el que quisiera asistir a su fiesta de apertura.

La gran Nox emprendió vuelo por entre las nubes, cargando consigo las invitaciones para que todos los brujos y las brujas pudieran saber de tan excelente actividad. Su vuelo era ligero, suave cual viento y sus alas no producían el menor ruido. Así fue, durante todo el día y la noche, solamente reposando para descansar de cuando en cuando.

 

 

[Seba Granger]

Me sonroje un poco con lo de los tríos, le vi a los ojos mientras me lo decía, -Los tríos no van conmigo amor, no me interesa compartirte con nadie- bese su labio con ternura justo donde lo había mordido, tal vez ella no lo quería reconocer pero siempre sentía lo que le pasaba, y un simple gesto aun así lo podía notar, no podría tener los super poderes que ella tenia como vampira pero si podía decir que sentía lo que ella sentía, no lo lograba explicar pero desde que estábamos juntos así era.

-¿Que le pasa a mi señora?- sonreí al ver que una vez era ella la que se sonrojaba, -¿Que causa el sonrojo de mi amada?- Sonreí como un bobo cuando me confirmaba de firmar los papeles.

-Pronto lo haremos mi amor, tu seras mi mujer, mi vida, mi tesoro, tu seras mi esposa cuando ya no hayan miedos, cuando veas que te puedo hacer la mujer mas feliz- no quería que hubiera la mas mínima cosa o instancia, que la hiciera dudar que nos habíamos conocido por algo, que reencontrarnos en el momento preciso no había sido casualidad, sino nuestro destino.

[Darla G Dumbledore]

Las palabras de su novio la hicieron sonreír feliz y el rubor del sonrojo se convirtió en uno de felicidad, difícil de explicar si nunca has estado lo bastante enamorado como para que la persona junto a tí sea lo único que importa en todo el universo. Y eso es lo que le pasaba a Darla cuando estaba junto a Seba. O más bien, con Seba, ya fuera que estuvieran juntos y felices como ahora, paseando por el Callejón o cuando ella salía a cazar, o durante sus jornadas en Gringotts o incluso cuando estaba con su bando. No había nada que estuviera por encima de su novio.

 

--Te amo con todo mi ser mi vida, tú eres todo para mí, quien me hace feliz y me hace respirar cada nuevo día.

 

De hecho Darla sentía que era menos salvaje, menos inhumana cuando estaba junto a Seba, él era su humanidad, su vida, su amor eterno. La Potter Black nunca había pensado que podía sentir tanto y tan fuerte por alguien así en su vida. Y ese alguien tenía nombre y apellido: Seba Granger y ese fortuito encuentro, o más bien re encuentro los había unido de por vida. Quizás deberían elegir una réplica de los Sumaes o hacer la de ellos en los jardines de su hogar.

 

Darla abrazó a su Seba y lo beso con mucha ternura, deteniéndose por unos minutos frente a una vidriera a la que no prestó atención, sin importarle los transeúntes que iban y venían alrededor de ellos. Luego miró a los ojos a su amado con ternura y ronroneó en sus labios.

 

--Continuamos mi vida o creo que pego media vuelta y nos vamos a la camita --bromeó con ternura mientras se tomaba de nuevo del brazo de Seba y seguían paseando, por el callejón, pero antes de arrancar la caminata miró la vidriera frente a la cual se habían parado, qué casualidad, vendían túnicas de gala y vestidos de fiesta y en el centro de la vidriera había un bello vestido blanco, bordado en piedrería, no era tal cual como Darla se imaginaba su vestido de bodas, pero le pareció que aquello era toda una señal.