Clase de Pociones ~ Parque de las Lamentaciones.

[Helike R V PB]

Parque de las Lamentaciones ~En la cueva debajo del Parador, con los alumnos.

 

- Claro que sí Bea, deberíamos de buscar a la persona que está haciendo todo ésto. Pero Tal y cómo estamos actualmente, creo que es mejor no salir de ésta cueva para no tener percances graves. Además vosotros estáis a mi cargo y no quiero que nadie salga herido - dije en un tono sombrío. Me fijé en que muchos ya estaban a empezar a hacer las indicaciones que yo, había dado anteriormente. Sonreí contenta.

 

Al menos así, esperaba y rogaba que todo al final del día, saliese bien.

 

<< Bueno lo de la lluvia - chasqueé la lengua - parece que es simplemente un fenómeno meteorológico natural. Aunque si tenéis el conocimiento de ese arte mágico, podéis emplearlo para pararla - la verdad es que en ésta ocasión era más una ayuda que otra cosa. Si estuviese Sagitas sabía que podía detener el avance de la lluvia, pero tampoco podía pedirle auxilio cada dos por tres. Cómo bruja que era, también tenía que enseñarles que sabía actuar ante cualquier asunto que, con una varita, podía realizar sin problemas. Además, éramos muchos, tendríamos que ser capaces.

 

- Tienes toda la razón Darla, no está siguiendo el orden. Supongo que todo ésto es para despistarnos. Además, no creo yo, que los tiros vayan por ahí. No parece un plan muy inteligente - fruncí el ceño.

 

Cuando fui a responder Bea le dio un poco y asentí con la cabeza. Me gustaba que hubiese colaboración porque cómo hubiese enfrentamientos, estaríamos acabados.

 

- Excelente Bea - asentí con la cabeza. Pero ahora, literalmente, estábamos atrapados dentro de la cueva... Quizá hubiese una salida por el lugar en dónde los murciélagos, anteriormente, habían salido.

 

Repetí mis pensamientos en voz alta.

 

<< Quizá por dónde han salido los murciélagos, podemos intentar al menos encontrar una salida... O al menos, esperar a que todo pase y luego sacar esa roca grande para poder salir... Entonces tendremos que espabilarnos tendremos que apurar para que - lancé un juramento en voz alta, la verdad es que estaba perdiendo un poco los nervios - ¡¡maldita sea!! - protesté.

 

<< calma Heliké, calma >> pensé para mí. No era buen momento para perder la cabeza.

 

- Nada de venenos, si hace falta usaremos la varita además, tendríamos que hacer un modo de que se puedan tragar el brebaje sin tener que perder ningún miembro - comenté frustrada. La verdad es que nunca me había visto en una situación parecida.

 

- Tranquilo Seba, yo soy vampira, pero tienes el casco burbuja por si te falta el aire, aunque técnicamente ese hechizo se usa para usar bajo el agua - chasqueé de nuevo la lengua- saldremos de aquí antes de que nadie se quede moradito - dije, sin poder evitar, lanzar una pequeña risa por lo bajo.

 

Alyssa parecía que poco a poco reaccionaba ya que, no la había escuchado durante la clase...

 

Me dirigí a todos:

 

- Para hacer bien la poción necesitaremos al menos unos quince minuto de cocción. Pero tranquilos que los vapores no son tóxicos. No es como preparar el filtro de muertos en vida - y sin poder evitarlo, por los nervios lancé otra risa sonora. Asi al menos, conseguía calmarme.

 

Con un movimiento de mi varita, les hice pasar unas botellitas que contenían agua del río Lethe y también la sangre de unicornio. Ésta era plateada y muy brillante. Al menos yo, no tuve que matar a esos bellos animales. Había sido un encargo. Me salió un ojo de la cara por los galeones que me habían hecho gastar pero sabía que al final había valido la pena. Para lo que estábamos haciendo sabía que era un ingrediente principal...

 

- Después de que añadáis todo con el bezoar previamente machacado, echad dos gotas de agua del río Lethe y verted la mitad de la sangre de unicornio en el caldero - dije, diciendo las instrucciones- removez la poción tres veces en el sentido del reloj y luego una en el sentido contrario - les indiqué.

 

<< El brebaje tiene que ser de un color plata brillante. Por la sangre de unicornio y el agua... - informé a los chicos.

 

Otro movimiento más de mi varita e hice que varias botellitas vacías de cristal con encantamiento irromplible fuesen volando a los alumnos.

 

- En cuánto estén listas vuestras pociones, rellenadlas con cuidado. Luego nos encargaremos de la poción para usarla con el pulverizador para matar las langostas. Es primordial lo del agua y como véis es sencillo de realizar...

 

<< Tienes toda la razón Seba, pero en el momento indicado, sacaremos esa enorme piedra y cuando esté la poción lista para las langostas, atacaremos - asentí de nuevo con la cabeza- Con respecto a lo del elfo, creo que aquí en el parque, sólo se puede aparecer Harpo ya que es elfo de Sagitas - dije - no quiero llamarlo si no es extrictamente necesario.

 

Pero se me ocurrió una idea...

 

- En cuánto acabéis de hacer las pociones, bien podríamos que varios de vosotros busquen una salida por dónde han salido los murciélagos, pero si véis que corréis peligro, volved aquí inmediatamente - comenté, severamente. Lo último que haría era ponerlos en peligro, antes prefiriría yo arriesgarme.

 

<< A ser posible antes de que haya desprendimiento de rocas, usad los hechizos que sean efectos. Aunque yo no pueda morir no quiero que ningún humano muera aplastado.

 

Ahora sólo tenía que acabar de hacer mi propia poción que, poco a poco estaba adquiriendo el tono que le había dicho a lo alumnos. Rellené un par de frasquitos tan sólo por si acaso. La verdad es que me había quedado estupenda. Brillaba cómo la plata pulida.

 

- ¿Veis? Así tiene que quedar - enseñé la botellita para que la viesen los demás.

[Darla G Dumbledore]

Escuchaba atenta a las palabras de Helike a la vez que daba las gracias a Bea por alcanzarle la valeriana.

 

--Gracias --repitió mientras que cortaba su porción de valeriana, para luego alcanzársela a Seba que estaba consultando sobre el aire.

 

Arrugó el ceño, no había pensado en eso y aunque Heliké tenía razón en la utilidad del casco burbuja, aún fuera del agua, no le hacía gracia la idea de que a su novio le faltara el aire. Eso de quitarle el aliento y dejarle jadeando era tarea suya. Pero por otro lado, concentrándose de nuevo en lo urgente aunque no dejando de lado del todo lo importante, mientras veía a su novio de reojo, las llamas también necesitaban respirar.

 

Las risitas de la profesora comenzaban a ponerla un poquitín ansiosa, así que se concentró en la tarea, aunque aún escuchando el diálogo de Bea con su Seba y la pregunta de Allysa, con su respuesta, respecto al tiempo de cocción. Tomó los frascos con agua del río Lethe y la sangre de unicornio, esta última le produjo un poco de pena ¿los unicornios harían campañas de donación de sangre para que los que creaban pociones no los mataran?

 

Sacudió la cabeza y se preguntó si le estaría afectando la falta de oxígeno, no debería, era vampiresa ¿un efecto secundario de los insectos y demás yerbas? Ni los murciélagos, ni las langostas ni la lluvia los habían tocado, además de la lluvia Heliké opinaba era natural. Hablando de murciélagos ¿de dónde venían o hacia dónde se habían ido? ¿simple cambio de lugar en la cueva o había otra salida? En ese caso había otra fuente de aire y... otro ingreso para las langostas...

 

Dos gotas cayeron en el caldero con precisión mientras meditaba en lo de la otra entrada y el liquido con la valeriana y las hierbas tomó un color lechoso suave, casi verdoso... maldición... el bezoar... fué casi instantáneo chillar el morphos hacia la roca y aplasarlo con otra que había a su lado y verterlo más rápido que un bombero, revolviendo como si fuera la vida en ello... los vapores comenzaban a subir de un tinte verdoso y comenzó a dudar de si no se convertirían en venenosos... pero en cuanto añadió el medio frasco de la plateada sangre de unicornio todo cambió... suspiró mientras la revoltija que había hecho tres y tres para cada lado tras que la sangre tomara contacto con el agua todo tomó el color que deseaban y el aroma cambió, sintiéndose más fuerte la valeriana ¿sería normal?

 

Suspiró aliviada, se parecía mucho a la de la profesora, claro que ella había empezado antes y... miró a Seba, no quería que corriera riesgos ni yendo tras los murciélagos ni envenenándose por culpa de ella ni asfixiándose por culpa de Bea.

 

--¿Todo va bien amor? --preguntó algo preocupada mientras observaba la poción de él, su cara y de reojo la poción que ella acabara de mezclar.