Primeros Auxilios V

[Mael Blackfyre]

No podía creer que mi Disparo de Flechas hubiera impactado en Mónica a través de todo ése espacio. El hombre que había curado y había traído a la consciencia, me había lanzado algunos ataques. Me había tenido que agachar para que no me impactara aquel maleficio y había interpuesto una roca para su maldición asesina. ¿Por qué tenían tanta facilidad de utilizarla? Lo distraje como puse: con encantamientos de desarme, con otra piedra pero que ésta vez le había golpeado severamente en la cien, aquellas flechas fallidas y por último, un Terreus, que subió a modo de puño, impactando en su mentón.

 

— Ésto es una locura —el hombre yacía nuevamente inconsciente. Nadie se había acercado a nuestro encuentro. Todos parecían concentrarse en las heridas que tenía Mónica. ¿Y porqué me sentía tan bien? Éramos enemigos declarados internamente. ¿Cuántas veces nos habíamos enfrentado? ¿Dos? Y deseaba con todo mi alma terminar con aquello pero nunca se daba la oportunidad. Las miradas estando sobre ella no habían llegado al hombre que había curado y ahora, desmayado. Incluso el profesor que estaba siendo atacado por casi todos. Dejé a mi paciente allí mientras me acercaba a ellos. Era la hora de partir.

 

Me mantuve serio. Con mi varita aferrada entre mis dedos sin siquiera emitir ni un gesto. No conocía tan bien a mis compañeros pero sabía la clase de magos que eran y sabía también, que con tal de desquitarse y de echar la culpa a cualquiera, montarían más drama del que ya estaban haciendo. Puras amenazas. Si. De eso era tema común. Asentí a las palabras de Eliot cuando proponía volver. Al parecer ellos habían tenido que realizar más trabajo del que esperaban. Miré de reojo a Mónica. Alguien la había atacado, había estado en medio del fuego cruzado.

 

Me sumé al grupo para regresar a la Universidad. Toda aquella ilusión había puesto a cada uno en un momento de tensión donde debía utilizar todos sus conocimientos para llevar a cabo la tarea. Aunque sabía que había muchos más métodos por allí. Antes de desaparecer, miré hacia la zona donde había estado el hombre que había atendido. Solamente podía ver la parte de las piernas, estiradas sobre el suelo y que desaparecían.