Defensa Contra las Artes Oscuras + Maestrías en Escobas

[Spectum Crouchs]

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- Deberías dejar tus reglas demoníacas y revelarme todo de una vez Mattews, no me gusta cuando comienzas con los enigmas sobre Beltis -

Exclamó el Crouchs sentado en el escritorio del aula setecientos catorce.

<<Dale tiempo al tiempo Spect, si llenas un vaso de agua de golpe se rebosa y luego queda vacío por la mitad... En cambio, si lo llenas de poco a poco este llegará al máximo porque distribuye el líquido en sus partes vacías>>

El demonio se encontraba paseando detrás del Mago Oscuro con gesto pensativo, algo que al Crouchs no le gustaba ya que lo ponía nervioso. Quería saber a que se refería Mattews sobre lo importante que la Líder le estaba ocultando, algo que cambiaría su vida pero luego de indagar un poco sobre el tema, cayó en razón que no era el momento de pensar en ello ya que tenía algo mas importante como preparar la clase que estaba a punto de comenzar.

Defensa Contra las Artes Oscuras ¿Quien diría que uno de los Magos Tenebrosos de la Marca Tenebrosa que lo único que hacía era sembrar el terror y el cáos en Ottery iba a ser elegido para ser el profesor de dicha materia? El trabajo del Mago Oscuro era enseñar a los ciudadanos comunes a protegerse de magos como él, pero como Mago Oscuro su trabajo era destruir a todas esas personas que querían defenderse, el solo pensarlo le hizo sonreír. Su demonio invisible le leyó el pensamiento y voló hacia la entrada para luego tomar una forma terrorífica.

<<Voy a participar, debes dejarme divertirme con estos seres Spect>>

El profesor lo miró desde la distancia.

- Por supuesto, serás quien ponga las trampas Mattews quiero que des tus mayores esfuerzos en asesinarlos -

Soltó una carcajada al leer los nombres de sus alumnas y sintió que de alguna manera la clase tomaría un rumbo interesante, tener en la clase a dos chicas a las cuales conocía muy bien en su primer día como profesor de conocimiento le daba ese toque interesante. Se levantó hacia la puerta del aula si eran puntuales las chicas deberían estar allí. Su vestimenta era la habitual extremadamente elegante tal cual un Malfoy y todo de negro, su cabello estaba menos lila al igual que la barba este estaba recogido en media coleta la cual la otra mitad caía en su espalda, su cuero cabelludo daba la impresión que se estaba emblanqueciendo recordando mas a su padre Danyellus. Abrió la puerta del aula.

- Adentro... -

Dijo cuando vio a las chicas en el corredor. El aula estaba toda lúgubre las cortinas cubrían las ventanas y estaba alumbrada con la luz de las velas. Había decorado las paredes con diferentes cuadros, muchos de ellos mostraban personas que parecían sufrir dolor, mostrando horribles heridas y partes del cuerpo extrañamente torcidas. Había un armario que se movía inquieto haciendo un suave sonido desgarrador en el lugar y en el centro del aula había una estatua de Lord Voldemort en tamaño natural con un pié en un chico con gafas, los dos se estaban apuntándose con sus varitas y mirándose a los ojos con odio la estatua parecía de un momento cobrar vida y estallar de nuevo una guerra en el medio del aula. Al chico se reconocía fácilmente por la cicatriz en forma de rayo en la frente.

- Creo que no hacen falta presentaciones ustedes me conocen y yo las conozco muy bien a ustedes... Hasta ahora han habido cuatro diferentes profesores en esta clase. Naturalmente, cada uno de estos profesores han tenido sus métodos y prioridades en este conocimiento -

El Crouchs comenzó su discurso bajando la voz para poder atrapar toda la atención de sus alumnos.

- Las Artes Oscuras - dijo Spectum - son muchas, variadas, siempre cambiantes y eternas. Pelear contra ellas es como oponerse a una Hidra, ese monstruo de muchas cabezas, al cual cada vez que cortan un cuello, crece dos cabezas más feroces e inteligentes que antes. Pelearán contra algo que siempre cambia, se transforma, que es indestructible.

Miró a Ariadna directamente a sus orbes esmeraldas y prosiguió alzando un poco la voz.

- Sus defensas, por consiguiente, deben ser tan flexibles e inventivas como las artes que tratan de combatir. Estos cuadros - indicó a algunos mientras caminaba - dan una justa representación de lo qué le ocurre a los que sufren, por ejemplo la maldición Cruciatus - movió la mano hacia una bruja que claramente gritaba de sufrimiento mirando esta vez a Caroline fijamente como deseando hacerle este hechizo y esbozando una suave sonrisa. - el Beso del Dementor - un mago yacía encogido, con los ojos en blanco, recargado contra una muralla recordó el final que tuvo Barty Crouchs - o provoquen la agresión de los Inferius una sangrienta masa sobre la tierra. Ahora para comenzar la clase ¿Alguna de ustedes me podría decir dos criaturas mágicas poderosas y como combatirlas - Editado 3 de Enero del 2016 por Elvis F. Gryffindor

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Me había alistado para ir a mi clase, llevaba mi kit de mantenimiento de escobas que había comprado solo para esta clase. Además de llevar conmigo la escoba que utilizaba comúnmente, una Twigger 90, no muy popular pero era la que estaba a mi alcance de compra. Estaba a punto de salir de mi dormitorio corriendo ya que se me estaba haciendo algo tarde para la clase, no fuera que el profesor me reprobara por impuntual. Sin embargo, me había concentrado en todo, menos el libro y pergaminos donde anotar; no había mucho tiempo así que tome un libro y pergaminos que encontré en la sala común esperaba que no se enojara ningún compañero por haberle tomado sin permiso sus pertenencias.

-Voy tarde, voy tarde, no puede ser- Corrí lo más veloz posible hasta llegar al campo donde esperaba que fuera la clase, no había nadie. -No puede ser, es clase teórica, donde era el salón, donde??- Intentaba recordar en donde era la clase teórica, además de que no podía hacerse más tarde. -Demonios, como se me puede olvidar algo así- Patee con los mocasines el pasto algo húmedo, dejando todo lleno de lodo mis zapatos.

-Ah claro, en esa aula- Fui corriendo hasta el salón donde se suponía que era la clase, no toque a la puerta simplemente la empuje.

-Perdón profesor León, se me hizo algo tarde, espero que no haya...-Me quede asombrado, de que el aula más que de maestría con las escobas parecía el de un salón de tortura mágica.

-Disculpe, es usted el profesor León ?- Le preguntaba al profesor, de pelo lila que estaba enfrente del salón. -Es que acaso, las escobas son oscuras? por que la decoración?- Esperaba no molestar a aquel profesor, ya que no se veía muy tolerable, por suerte que la oscuridad ocultaba un poco las pisadas de lodo que había dejado por el salón.

[León Crowley]

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—¡Inaceptable!

El libro que el profesor León tenía en la manó surcó el espacio comprendido entre él el elfo que, si bien no tenía la culpa, hubiera pagado lo platos rotos de no ser por el oportuno pliegue de sus lánguidas y huesudas rodillas que evito que el ejemplar de Quidditch a Través de los Tiempos impactara en su amplia frente. La criatura sabía de antemano lo que pasaría; había perdido el sorteo entre los elfos de la universidad para dar la noticia al ex-director de la academia que su aula de clase había sido programada a otro profesor por error y que no se habían percatado del incidente sino hasta el día de la clase.

—Supongo que ya me fue reasignada otra aula, ¿verdad? —indagó el Crowley guardando la varita en el cinto del pantalón

—Mmmm n.. no señor —balbuceó temeroso el elfo —, no hay aulas disponibles por las festividades navideñas.

El elfo desapareció a su riesgo antes de que algún maldición imperdonable impactara su pecho, como muchos de los elfos habían apostado minutos antes en las cocinas. León salió de la oficina asignada a la asignatura de Maestría en escobas, ubicada en ala norte del edificio de la universidad y se avanzó a paso veloz hasta el aula. Pese a que en diciembre y enero casi ningún estudiante pasaba por el lugar, la concurrencia de los corredores de la universidad era la suficiente como para fastidiar al mortífago. Cuando al fin llegó al salón interrumpió abriendo la puerta en el preciso momento en que el alumno de su asignatura preguntaba algo.

—Pueden ser muy oscuras señor Potter Black. Si no es realizado como es debido el Hechizo de Almohadón, su vuelo puede ser una experiencia muy tenebrosa y macabra para sus posaderas —respondió a Deivid con una sonrisa que hizo extensiva a Caroline y Ariadna, su hija. Ingresó al aula ondeando la capa ante la mirada inquisidora de los presentes en dirección al reciente profesor de DCAO y estrechó su mano—. Profesor Crouchs, pláceme saludarlo. Lamento la interrupción pero al parecer han asignado dos veces la misma aula. Ya sabe, Whisky, hidromiel y algunas cervezas de mantequilla y los directores ya no coordinan caminar y masticar sin caerse.

León apuntó la varita hacia un extremo del salón e hizo levitar un viejo baúl de madera oscura y envejecida, con un dibujo en relieve de una escoba Oakshaft 79 hacia él. El día anterior se había percatado de dejar el baúl en el aula de clase para llevar allí la parte teórica de la clase, pero dada la confusión, no podía dejar el baúl allí.

—Dado que ha llegado primero por algunos minutos y que es su primer clase, le dejaré el aula a su entera disposición. No tengo ningún problema en realizar la clase en el bosque. Disculpe la molestia y que tenga buena clase profesor Crouchs —dio la mano de nuevo al profesor de cabellos Lila y se acercó hacia el alumno de Maestría en Escobas—, por favor acompáñame.

 

El cálido y luminoso manto de astro rey cubría todo cuanto estaba a su alcance, imprimiendo vida y alegría a la mañana que apenas daba inicio sin pausa ni prisa. La fresca brisa del norte parecía dar ritmo a las copas de los abedules y cipreses que rodean patio posterior de la academia, justo al lado del bosque que a diferencia de su homologa en Escocia, no era prohibido. León se detuvo al borde del mismo e invitó al estudiante a tomar asiento en un tronco viejo junto a un viejo cereco. Se acercó al joven y estrechó su mano energicamente.

 

—Mucho gusto, soy León Crowley y el día de hoy, seré tu profesor de Maestría en escobas. Te pido disculpas por el inconveniente con el aula y consecuente retraso pero lo tomaremos como una oportunidad para avanzar —hizo una pausa contemplando el cielo despejado y dejó la capa en una de las ramas del árbol que les cobijaba sombra para sentarse sobre el baúl que levitó con ellos hasta el lugar y volver la atención sobre Deivid y sus escoba—. Veo que has traído tu escoba y que está en muy buen estado lo cual me dice que le dedicas un buen tiempo al vuelo. Por esta clase, no la vas a usar. Vas a conocer otros modelos, otros diseños y más que todo, vas a conocer de qué y cómo está compuesta tu escoba.

 

Se puso de pié y abrió la tapa del baúl que era tan pesada como el mismo tronco en el que estaba sentado Deivid. El interior del baúl emanaba una sutil fragancia de pino y cera mezclada con papel viejo y tinta. León sacó algunas partes de escoba y algunos modelos que acomodó entre los dos.

 

—La Maestría en Escobas estudia desde los componentes de una escoba, pasando por los elementos que interfieren entre una y otra, hasta la mejor manera de utilizar una en pleno vuelo y sacar ventajas hasta el máximo. Contrario a lo que muchos creen el arte del vuelo en escoba no es solo aplicada al Quidditch aunque las recientes generaciones la relacionen solo a ese deporte —León tomó un palo de fresno largo que había frente a él y un puñado de cerdas de madera.

 

>>Las escobas voladoras que en realidad fueron funcionales para el vuelo, se componen de tres partes fundamentales aunque solo podamos ver dos de ellas. La primera es la cola. Una selección de cerdas de madera o pajilla, ubicadas manualmente y de forma específica que en conjunto con el encantamiento de ajuste de hebras, brinda la aerodinámica necesaria para el viraje de la escoba. La tercera parte es el mango. Actualmente la madera por excelencia para la elaboración de escobas es el Fresno aunque algunos siguen utilizando la madera de roble pese a que ha sido demostrada una diferencia en la adhesión —se acercó al ojiverde y puso el palo de fresno y las hebras frente a él.

 

—Supongo que te diste cuenta que me salté la segunda parte. ¿Cual crees que es y por qué es tan importante?

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

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Al parecer no me había equivocado de salón, al contrario los directores no se fijaron y asignaron a dos profesores el mismo salón. Al momento me di cuenta que la clase a la que interrumpí era Defensa Contra las Artes Oscuras. Sin embargo afortunadamente llego mi profesor de Maestría con escobas, afortunadamente por que sí no podrían haberme usado como su conejillo de indias.

-Disculpe profesor, no vuelvo a interrumpir su clase - Le pedía disculpas al profesor Crouchs, como lo comento mi profesor, mientras salía corriendo tras el profesor León que al parecer me llevaba al bosque.

Realmente era un día maravilloso no me percate antes por las prisas, eso no implicaba que mi vestimenta no parecía ir acorde a una expedición por el bosque. Por lo que me arremangue la camisa y desabroche los dos primeros botones, en cuanto al pantalón lo bueno era que llevaba vaqueros desgastados y no se verían tan mal con ese cambió en mi camisa.

Llegamos hasta una zona agradable dentro del bosque en donde tome asiento en un tronco que el maestro me señalaba, presentándose mientras me estrechaba la mano, vaya que parecía una persona muy agradable.

Y mi retraso todo por traer la escoba en optimas condiciones y ahora me dice que no la ocuparemos, bueno al menos el retraso ayudo a que me salvara el educador León de su compañero- Sonreía al profesor, como si no hubiera ningún inconveniente mientras pensaba esto.

-Claro la segunda parte es... la segunda parte es... - Miraba mi escoba nervioso, tratando de buscar cual era la segunda parte, el timbre para avisar ?? bueno claro mi modelo tenía timbre pero no todas lo tenían.

-Sera el mástil? asiento? Que nos da comodidad en nuestras posaderas además de que sirve para la aerodinámica - Esperaba haber contestado correctamente, mientras seguía viendo con ansiedad mi escoba.

 

Por si acaso, me oculte detrás del libro de quidditch a través de los tiempos, como buscando la respuesta. Lo malo era que mi compañero al que se lo tome "prestado" lo utilizo como cuaderno de dibujo. Esperaba el regaño del profesor, o al menos que me diera un incentivo por no saber la respuesta.

[Idylla Macnair T.]

Se había vestido nada elegante para su clase de aquella mañana, unos jeans sueltos y una camisa con el símbolo de Slytherin en el frente. Sus botas de uso rudo y una sudadera de color negra con el estampado de una serpiente era lo que completaba su vestuario. Aquel día no había tenido ganas de arreglarse, así que de esa manera salio de la mansión con su horario de clase en la mano.

 

"Defensa contra las Artes Oscuras", leyó la Macnair mientras iba caminando por el campus de la Universidad, no entendía porque razón había escogido esa clase, de entre todas las que se impartían en el recinto. A si, lo recordó; al haber reprobado su clase de Primeros Auxilios, tendría que tomar otra clase antes de volver a querer aprobar aquella.

 

-Bueno vamos a tomar la clase, es una ironía ir a la defensa de las artes oscuras cuando eres mas oscura que esa clase- murmuro por lo bajo, mientras llegaba a la puerta del aula. Su única compañera de clase ya estaba fuera de la puerta. La bruja no la conocía, así que pensó que los buenos modales nunca estaban demás -Hola... bueno creo que llegamos temprano a la clase.

 

En aquel momento el profesor salio del aula indicándonos que entráramos en ella, para su sorpresa Spectum era el profesor que la impartiría. Miro su espalda mientras pasaban al aula y pensaba que era mejor alguien que conocía como su profesor, que una persona completamente ajena a su manera de enseñar.

 

El aula estaba un poco oscura, y en aquellos momentos extrañaba tanto su visión vampirica para poder mirar mejor a su profesor y su compañera. Alrededor se mostraban cuadros con diferentes resultados de maldiciones y diferentes animales mágicos peligrosos, una estatua de su señor y aquel malcriado de anteojos reposaba en el recinto. Y un armario que se movía escandalosamente llamaba una gran parte de su atención, quizá podría contener un Boggart; pensó la Peliazul con una pequeña sonrisa, mientras escuchaba la explicación del Crouch sobre las Artes Oscuras, una clase que ya había tomado con anterioridad hacia algunos años.

 

-El prime...- estaba a punto de responder a la pregunta dictada por el Mago Oscuro cuando alguien ajeno a la clase, había entrado acaloradamente en el aula, buscando al Profesor Crowley que por alguna extraña casualidad era su padre, el que no veía desde hace mucho tiempo. Después de tener aquel pensamiento el protagonista de aquel había entrado en el aula y con una sonrisa y una explicación nada grata para su alumno, se disculpo con Spectum y solo una mirada le dirigió a su hija.

 

Claro, tener mas de dos años sin verla porque la secuestraron y su padre ni una carta se había dignado a mandarle; la bruja sacudió la cabeza quitándose esas ideas, estaba en clase y no podía darse el lujo de distraerse por problemas familiares.

 

-Bueno profesor ahora que se fueron las Interrupciones, hay dos criaturas que se me ocurren mencionar en estos momentos una de ellos, como usted lo mencionaba, son los Dementores. Se pueden contrarrestar lanzando el hechizo Patronus, el cual lo ahuyentara. Y la segunda criatura seria un Boggart, el cual se puede contrarrestar lanzando el hechizo Ridiculus. Aunque es un poco ridículo para esta clase la verdad.

[Caroline Ryddleturn]

Caroline ni siquiera podía recordar cuándo había sido la última vez que asistió una clase. ¿Tres años quizá? Podía ser, porque esa era la fecha en la que se había graduado, aunque después había ido a una de conocimientos. Ese día tenía que ir a la de Defensa Contra las Artes Oscuras, algo bastante irónico para alguien que se había dedicado a la magia oscura y que le continuaba atrayendo. Pero si se quiere saber manejar bien algo, también se debe conocer sus debilidades; ese era el motivo de tomar el curso.

 

Ya había llegado a la Universidad, algo puntual para ella. Caminaba sin prisa por el campus, envuelta en una capa azul marino y con el rostro oculto por la capucha. Odiaba el invierno a pesar de que por su condición de vampiro el frío no la afectaba, al igual que el calor, pero de todas maneras no podía ir con vestido si la temperatura no superaba los 10 grados. Por el césped había una delgada capa de nieve, la que con cada pisada se iba pegando a las altas bucaneras que usaba la bruja; con ellas disimulaba su baja estatura.

 

—Creo que esta es el aula —murmuró Caroline y se quitó la capucha.

 

La puerta aún estaba cerrada y no se veía a nadie a quién preguntarle si ahí se daba el conocimiento. Bien, tendría que esperar, otra de las cosas que odiaba. Sin embargo, antes de decidir si buscaba a alguien que la orientara, una mujer apareció y la saludó. Por sus palabras daba a entender que era una estudiante igual que ella. ¿Y qué pasaba con el profesor? Ryddleturn no estaba muy segura quién sería, porque cuando se había inscrito todavía no estaban designados y por lo visto tendrían que esperarlo.

 

—Eso parece —señaló e inmediatamente agregó—: Me llamo Caroline y creo que te había visto antes… —Sus ojos verdes recorrieron a la muchacha, con la seguridad de que había estado con ella en la Mini Marca años atrás—. Ah, ahí está.

 

Spectum Crouchs abrió la puerta de la sala y les indicó que entraran. Ella lo conocía de cuando había estado en la Marca Tenebrosa, aunque nunca tuvieron una relación muy cercana o de amistad. «Esto está lleno de Mortífagos», se dijo Caroline, mientras ingresaba y se desabrochaba la capa. Después la hizo desaparecer con su varita y quedó con un suéter de hilo blanco y sus jeans negros. El interior de la habitación estaba algo oscura y decorado con cuadros que mostraban diferentes tipos de torturas.

 

—Qué decoración tan adorable —soltó, con cierto sarcasmo.

 

En ese instante, irrumpió en el aula un joven que buscaba a otro profesor y otra clase. Seguidamente entró León, a quien buscaba, y comprendió que hubo un error con la asignación del salón. Emitió un comentario y le sonrió a Caroline y su compañera. Ella le respondió de la misma manera, ya que lo conocía de la vieja Academia y también de cuando estuvo en la Marca Tenebrosa. Rápidamente el docente y su estudiante se retiraron, para que ellos pudieran continuar con su clase.

 

Spectum tomó la palabra nuevamente y explicó diferentes hechizos y seres oscuros. Justo cuando mostraba el cuadro de una víctima de Cruciatus, clavó su vista en Caroline y esbozó una sonrisa. A pesar de que ella no podía leerle los pensamientos, comprendió lo que cruzaba por su cabeza. «Vamos, hazlo —pensó y enarcó una ceja, manteniendo una mirada desafiante—. Veamos si es que acaso puedes». Le guiñó un ojo al Mortífago y sonrió con burla, mientras él les daba su primer tarea. Ariadna se adelantó a responder.

 

—La Acromántula, a diferencia de un dementor que deja sin alma, puede comer de un bocado —comentó la vampiresa—. Existe un hechizo, llamado Arania Exumai que la aturde. Ahora para matarla, no estoy muy segura que se pueda. —Caroline se cruzó de brazos.

 

»La otra criatura que escogí es el Basilisco. Puede alcanzar más de quince metros de largo, tiene colmillos venenosos, su mirada mata al instante y el reflejo de sus ojos petrifica. Lindo, ¿no? Se cree que el canto del gallo es letal para él. También puede ser combatido por otro tipo de armas mágicas, como una espada por ejemplo.

[Spectum Crouchs]

Luego de las interrupciones y los malentendidos el Crouchs saludó a su compañero León apretando la mano.

 

- Si, puedo imaginarlo las celebraciones y todo eso en donde se pierde el control - Se reía fuerte mientras lo decía - No hay problema espero que tenga un buen día profesor - Antes de que salieran el Crouchs se dirigió hacia el chico que había entrado a la clase. - Debería recordar que encontrar una puerta cerrada y abrirla sin tocar es una falta de educación aunque por la familia de donde provienes no puedo esperar mas... Potter Black como dicen en mi viejo pueblo Monte Pescara "L'abito non fa il monaco" - Sonrió y vio como el alumno abandonó el aula junto a su profesor.

 

Escuchó atentamente las repuesta de las chicas y se sintió satisfecho de que no tuviera mucho que explicar,aunque hubo un pequeño error en la respuesta de Caroline que tenía que corregir. Caminó un poco hacia donde esta se dirigía y por primero se dirigió a Ariadna hablando en el mismo tono de voz que le habló en su mansión.

 

- No solo con saber los hechizos quedarías a salvo del peligro - Hizo una pausa - Por ejemplo, el Boggart entra en tu mente ya que descubre tu mas profundo miedo. Entonces, al entrar en tu mente tiene un cierto control mental sobre ti ya que si algo te teme puede llegar a dominarte - El ex mortífago estaba convencido que el camino para dominar el mundo era bajo la influencia del miedo e intimidación - Así que vas a necesitar una mente fuerte que pueda controlar a tu cuerpo y emociones mientras estés bajo esa influencia que no es una ilusión, es real... -

 

Pensó en los Dementores y camino hacia Caroline.

 

- Ahora vamos con los Dementores. Tampoco basta con el hecho de pronunciar Expectro Patronus y el hechizo saldrá a defendernos como apretar un botón... Estos seres se alimentan con nuestros recuerdos felices y aquí hay una contradicción o yo la veo así ya que para crear un perfecto Patrono necesitas usar el recuerdo mas feliz que tenga una persona, luego ese recuerdo hacerlo energía y arrojarlo hacia los Dementores... Provocandole algo así como una indigestión -

 

Sonrió de su mal chiste e hizo una pausa y bajó la voz para volver a tener la atención de las chicas.

 

- Esto nos da una lección de vida... Todo en exceso es malo. - Sonrió con suficiencia y se plantó en frente de Caroline - Eso incluye el exceso de confianza señorita Ryddleturn, no crea saberlo todo porque no es así si cree que esta asignatura es algo simple le va a ir muy mal cuando se enfrente al peligro... Que le quede claro señorita que si el basilisco la mira directamente la asesina, mucho mas rápido que un Avada Kedavra que patetica su falta de información... Basta de hablar vamos a ver como se defienden -

 

La puerta del aula se abrió de golpe y una suave nube de humo oscuro entró al aula, el aire se había congelado y las velas se apagaron. De repente la temperatura bajó y el Ángel de la Noche desapareció del aula uniéndose a la oscuridad de ella, las había abandonado a la merced de las creatura que estaban por entrar. En el aire se escuchó una voz que abarcó toda el aula.

 

- Dementores deben salvarse de esta y recuerden chicas no basta solo con decir el hechizo busquen ese recuerdo feliz que les salvara la vida -

 

Una carcajada se escuchó en el aire mientras los dementores entraban al aula. La puerta se cerró de golpe y las chicas quedaron encerrada.

 

 

Chicas disculpen lo tarde es que no tenía pc... @@Caroline Ryddleturn @

[León Crowley]

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—Si señor, estás en lo correcto —apuntó sonriente levantando la escoba —la segunda parte es el asiento. El "hechizo de almohadón" es el que evita que volar sea un experiencia desagradable desagradable. Pero lo veremos más adelante —hizo una pausa y se levantó del baúl tomando un mango de fresno y otro de abedul que entregó a Deivid junto con algunas hebras de arce de similares tamaños—. Vamos a ver como se relacionan cada una de las partes y qué se necesita para convertir un palo y unas ramas en una escoba voladora.

>>Lo primero que necesitamos es unificar el mango con la cola de la escoba. Se le aplica un encantamiento a cada ramita de la cola de la escoba para que estas no solo queden conectadas con el cuerpo de la escoba sino para que creen una mejor aerodinámica. Aunque la mayor parte de este aspecto debe ser determinada por la mano del tallador/talador de las ramitas, tiene suma importancia la adhesión de las mismas hacia la escoba en si. Presta atención.

León organizó las hebras y ramitas de arce en el suelo junto al alumno de tal forma que quedaran de la más grande a la más pequeña y desde la más gruesa a la más delgada. Tomó las hebras más largas y gruesas y ubicó una a una a cada lado del extremo inferior del mástil. Sacó la varita del cinto y tocando una de las ramas espetó

—Filliaris Postem

Un brillo sutil emanó de la ramita quedando fija al mástil en donde este lo tocaba. Repitió el hechizo con cada ramita, soltándolas para evidenciar que quedaban fijas

—El Ajuste de Hebras o Filliaris Postem debe hacerse por cada rama. Anteriormente, se realizaba a un conjunto de ramas ya unidas lo cual, si bien era efectivo, no brindaba aerodinámica a la escoba y perdía estabilidad en vuelo a más de 65 km/h. Inténtalo con tus herramientas y veamos que tal te queda.


Una a una las rama de lo que a futuro sería una escoba voladora con todas las de la ley, fueron ubicadas en su lugar hasta formar una cola lo suficientemente aerodinámica para el vuelo. Cuando ambos hubieron terminado de fijarlas, el Crowley prosiguió.

—Teniendo el cuerpo de la escoba, prosigue una serie de hechizos y leyes que aplicadas entre si, nos permiten relaizar vuelo. Primero que todo, veremos el hechizo que permite que nuestra escoba de mantenga en el aire cuando lo deseemos. Con tu varita en mano repite lo siguiente y toca la escoba.—elevó la varita y escribió en el aire en bruma verde.

 

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—Si lo haces bien, la escoba flotara y estará a la espera de que la toques. Cuando lo hagas, esta se desplazará lentamente hacia adelante. Y no virará a menos que la vuelvas a tocar. Para detenerlo utiliza Bruma Finite.

Editado 8 de Enero del 2016 por León Crowley

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

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Una vez que el profesor comento que estaba en lo correcto baje el libro poco a poco con una gran sonrisa en la cara, sin duda podía volver a respirar en paz, sin pensar que había cometido algún error grave al no saber nada de escobas y estar dentro de esta clase.

Deje el libro en el tronco donde estaba sentado al igual que mi escoba recargada, al ponerme de pie para tomar los artículos que el profesor me pasaba, examinando cada uno de ellos, sin duda lo que me gustaba más era esas ramitas, nunca había visto una escoba tan rudimentaria, o es que acaso solo faltaba unirlas??

-Disculpe profesor, es necesaria poner las hebras en el orden de mayor a menor y por grosor?- Le preguntaba al profesor, mientras seguía sus pasos esperando que mi escoba saliera como se tenia planeado.

Saque mi varita, siguiendo los pasos del profesor junto con el mismo hechizo que el profesor recitaba, para de esta manera unir cada una de las hebras intentando que queden a la perfección para hacer una perfecta escoba.

Me había costado demasiado trabajo, las ramitas no siempre se me unían a la primera, tal vez mis nervios estaban traicionándome, solo espero que en la practica no me vaya mal y logre aprobar la clase. Seguí escuchando cada una de las instrucciones hasta que toco el momento de volver a usar la magia.

Deje la escoba en un tronco para poder tomar mi varita con la mano, sin embargo los nervios me traicionaron de nuevo y se me cayo la varita al piso. -Disculpe, lo haré bien- Levante la varita con rapidez y repetí el hechizo del profesor en voz alta. - VICTUS ANDES- Toque la escoba con la varita con un poco de sutileza.

Una vez que sucedió esto, la escoba se levanto lentamente. Me emocione al instante ya que al parecer todo lo realice adecuadamente, sonreí con rapidez y voltee a ver al profesor para que me dijera que continuaba. Me acerque poco a poco para tocar la escoba con las yemas de los dedos cuando algo sin duda me causo conflicto, mi escoba se alejaba de mi como si no quisiera que la tocara.

[Idylla Macnair T.]

El Crouchs había contestado a nuestras respuestas a su pregunta, era cierto que se necesitaba mas que el hechizo para que las criaturas oscuras y algunas artes oscuras pudieran ser contrarrestadas. Pero a su parecer simplemente necesitaban un avada para que la mayoría de las personas simplemente creparan.

 

De pronto el aula se volvió completamente oscura y fría, daba la sensación de que aparecerían un par de dementores y empezarían a hacer destrozos en nuestras almas. La Macnair sintió fuertes escalofríos en la columna vertebral y miro hacia muchos lados mientras se daba la vuelta sobre si misma; se dio cuenta que el profesor las había abandonado a su suerte y que los dementores entraban en el aula como ratas llamadas por el jugoso queso que se encontraba ahí dentro. Nosotras eramos el queso.

 

-¿Pero que mi**...?- soltó la Peliazul de pronto y se comenzó a alejar de donde los dementores estaban entrando -Y nos deja a nuestra suerte, claro. Hombre tenia que ser.-

 

Se alejaba a cada paso, mientras que en su cabeza trataba de encontrar su recuerdo mas feliz. Recordaba las palabras de Spectum, así que respiro hondo, cerro los ojos y dejo que todas las preocupaciones se esfumaran de su cabeza.

 

Suspiro con la varita en mano, sus recuerdos felices no salían a flote. Apretó los ojos un poco mas, mientras buscaba el recuerdo mas feliz, pero con todas las atrocidades ocurridas últimamente y con su perdida de memoria era muy difícil sacar a flote cualquiera de sus recuerdos.

 

Abrió los ojos y miro como su compañera se defendía de los dementores, y mientras ella se escondía detrás de un espejo que había en aquella habitación. ¿No era mejor lanzarles un avada y ya? pero claro, tenia que encontrar un recuerdo feliz y salir de aquella situación de una vez por todas.

 

-Que patética me eh de ver, aquí escondida mientras encuentro un recuerdo feliz. Pero si yo no tengo recuerdos felices ¿o si?

 

Lo tenia, un recuerdo vago de la vez mas que había sentido mas felicidad en aquellos tiempos. La vez que por fin había salido de aquella prisión en la que había vivido por muchos años. Esa vez que había probado la libertad y había visto la mansión de su familia como una libertad tan grande que hasta el momento desconocía.

 

Agarro ese recuerdo y su varita tan fuertemente y grito con todas sus fuerzas mientras salia de detrás del espejo -¡Expecto Patronum!- de su varita salio un rayo blanco de luz cegadora, con la forma de un tigre de bengala. Habia logrado hacer el hechizo y veía como los dementores comenzaban a retroceder del aula.