Historia de la Magia II

[Ashura Lestrange]

Había seguido a Hades sigilosamente al igual que un león persiguiendo su caza con mucha delicadeza, astucia, paciencia y sobre todo, de una manera silenciosa para no perderla de vista. Afortunadamente mi minina Luna siempre iba conmigo y de no ser así siempre se encontraba cerca de mi presencia, era una fortuna que me siguiera a través del portal sin que la Gaunt ni los demás presentes notaran su presencia, a veces tener una mascota o compañero de viajes era tremendamente útil y sobre todo en estos casos que en los que me veía tan limitada de acciones. De mis ropas saqué un pequeño silbato de plata que solo podía ser escuchado por los gatos, sobre todo uno en especial para llamar a la pequeña, ella me sería de gran ayuda para este trágico episodio que no quería volver a recordar en un futuro. Sabía que si utilizaba mi varita para librarme de la situación en la que me hallaba podría causar un cambio drástico en la historia y eso afectaría al futuro como hoy en día lo recordaba, estaba perdiendo demasiado el tiempo y lo que menos quería era quedarme atrapada en aquella época por culpa de Antoni, si eso sucedía, me encargaría de perseguirlo toda mi vida hasta cobrárselas por completo.

 

 

A juzgar por el tiempo, sabía, como apasionada de la historia que podría toparme con el mismo Alejandro Magno, aunque me hubiera gustado entablar una conversación con aquel grande lo más astuto era no meterse en problemas con él. Solo tenía una jugada bajo la manga y no podía permitirme desperdiciarla, la condición en la que me encontraba de por sí no era de gran ayuda, si iba por Anne en mi forma femenina seguramente me atraparían a mí también a consecuencia de eso. Antes de perder a Hades de vista, había visto como se transformaba en una persona diferente, seguramente aquello que había utilizado era una poción multijugos, al igual que Hades siempre cargaba en mis bolsillos una dosis de emergencias para casos como este, pero no quería desperdiciarla, costaba algo de trabajo conseguirla y no quería pasar por los cambios de un cuerpo femenino al masculino. Debía de darme prisa antes de que la transformación de Hades terminara y se me acabara el tiempo para seguirle la pista y finalmente perderlo y no ser capaz de salir de allí. Busqué dentro de mis prendas un pequeño frasco que contenía una poción sonorus, así podría escuchar la voz de Hades y la de Anne aunque me encontarara a una distancia lejana a ellos. Luna seguía a mi lado escondida dentro del arbusto, esperaba el momento en el que Hades terminara su transformación para seguirle la pista.

 

 

- Bien pequeña, este es tu momento, no lo pierdas de vista, tú ahora eres mis ojos, no me falles, ve con cuidado, utiliza los rincones obscuros y que no te descubran, vuelve conmigo en cuanto Hades libere a Anne. – Susurré para que solo ella pudiera escucharme. Afortunadamente luna poseía un pelaje negro que fácilmente podía ser confundido con las sombras a menos de que uno se fijara lo suficiente como para darse cuenta.

 

 

Era algo frustrante pertenecer en esta forma escondida dentro de un arbusto y dejar a Hades hacer todo el trabajo duro, pero de cualquier forma, sabía que la Gaunt era su hermana y que no iba a querer ningún tipo de ayuda, aunque lo que más me interesaba a mí en ese momento era salvar mi propio pellejo y si para hacerlo tendría que mantenerme escondida lo haría sin importar las consecuencias. Observé y analicé todo el campamento para poder encontrar una forma de salir de allí sin ser descubiertos una vez que el vampiro lograra su cometido de liberar a su hermana, solo quería llegar al portal lo más pronto posible y regresar con mi familia y amigos, aunque en esos momentos dentro de mi cuerpo se sentían sentimientos de rencor hacia Hades por haberme ignorado y dejado a mi suerte, igualmente lo perseguiría hasta que pagara por aquella humillación que me había plantado.

 

 

 

Esperé unos momentos hasta ver que la felina regresaba a mi lado, al parecer Hades había logrado la tarea de liberar a la Gaunt y pude ver cómo ella iba del brazo del vampiro. Me preguntaba qué idea habría maquilado para lograr sacarla de allí. Agudicé mis oídos un poco mas aprovechando los efectos de la poción que había tomado hace unos minutos.

 

 

Corre hermanita, si es que no quieres que usemos la varita para aturdir a más de tus… “amiguitos” o para cargármelos, sabes perfectamente las ganas que tengo de derramar un poco de sangre - Había escuchado perfectamente la voz del vampiro en una distancia considerable, la poción aún mantenía sus efectos sobre mí. Respiré hondo para no dejarme llevar por el pánico y los nervios, vi con cuidado como la Gaunt comenzaba a correr de regreso hacia el lugar en el que habíamos llegado al portal, mis pies comenzaron a moverse sigilosamente para seguir a la castaña y alcanzarla en cuanto abriera de nuevo el portal sin ser vista y regresar a la universidad mágica sanos y salvos.