Requiem (MM B: 107782)

[Alegna Black]

Senti su mano aferrando la mia, el corazon me dio un vuelco de alegria y un suspiro escapo de mis labios, le sonrei abiertamente. Sabia que podia confiar en ella, parecia dificil no encariñarse de Rose.

 

El sentir su jalon para abrazarme me dejo estaticamente dura, mis brazos quedaron a mi costado y contuve la respiracion mientras poco a poco subia para depositar mis manos en su espalda.

 

Dos aviones chocaron contra nuestros cuerpos. Al abrirlo lei la invitacion y mi rostro se tenso. ¿Abria llegado a casa esa nota? mire a Rose.

 

-Creo que ya debemos volver- tome mi chaqueta y me la puse rapidamente. Queria saber si Mia iria a esa "celebracion".

 

@

[Rose Black Lestrange]

me encontraba feliz había sentido miedo al abrazarla y no encontrar respuesta de ella pero cuando lo hizo cambio todo en mi ,la esperanza de este nuevo cambio lo empezaba a notar .

 

solo faltaba mi madre sentirme completa con el afecto de ella seria el paso mas grande que pudiera dar , luego iría a ganarme el afecto de los demás en la familia .

 

en eso que nos abrazábamos con mi hermana nos chocan dos aviones , prácticamente ya me estaba acostumbrando a la idea de ser atacada así

 

sonrió y miro a mi hermana , aciento con un gesto lo que ella me dice ,salimos de ese lugar en rumbo de lo que seria la mansion de la familia .mientras observaba el estilo particular que tenia de vestir

 

@@Alegna Black

[Aaron Black Yaxley]

Emiliano Black.

 

@

 

Emiliano sonrió ante el comentario, pues Maida, aquella bruja que había cautivado en él un sentido que intentaba mantener oculto, tenía razón. El tiempo no era un inconveniente cuando se estaba cautivo por el deseo de sangre humana, la maldición de la inmortalidad. Aquél Black no era orgulloso de purgar con tal poder, a pesar de todo lo que había conseguido en sus años mozos hasta ser encarcelado en aquella dimensión maldita.

 

>> Ivashkov...

 

Aquél apellido se le venía a la mente cada vez que cargaba con la vergüenza de haber manchado su sangre. La verde mirada del francés estudió el rostro de la bruja en leves intervalos que rasguñaban los deseos de aprisionar sus delicados hombros contra el pilar que tenía a su espalda.

 

-¡Podría contar generaciones!- se apresuró el mago- sin embargo no es de algo que me enorgullezca- sinceró con un tono de divertida indiferencia- y creo que eres lo bastante inteligente como para darte cuenta ¿no?- sostuvo el vampiro mientra avanzaba un par de pasos hasta pararse frente a frente junto a ella y justo en el punto exacto de querer halar su cintura para apegarla a su firme tronco se hizo a un lado para dar unos cuantos pasos más.

 

¿Cuánto podría mantener oculto el secreto de su vida?, quería beber su sangre, deseaba deslizarse en aquella suave piel y caer en la profunda adicción del aroma que le traía fuera de sí. Se volteó hacia ella para no darle la espalda.

 

-Verás. Conocí a Flemming hace más de cien años en una enmascarada del palacio Winchester- imágenes de vestidos danzantes se le venían a la cabeza como quién recuerda un sincronizado ballet de escenarios monárquicos- el aroma de su mujer, el cuarto escondido de aquél salón...- aún recordaba la mano firme sujetando con fuerza aquél muslo entre respiraciones agitadas- ...su... el sabor de su...sus labios..-mintió recordando como la esposa del marqués le había entregado el cuello junto a los deseos más escondidos de una mujer prisionera de un matrimonio obligado. La sangre manchando aquellas prendas desprendidas a desgarros delirantes, sacudió la cabeza- y bueno, Ralph nos encontró y obviamente no me arriesgaría a la horca o guillotina.

 

>>Castigos del siglo pasado, pensé.

 

- Por lo tanto tuve que asesinar a su mujer y atentar contra la vida de aquél hombre hasta que... ¡Ah sí!...-respiró profundo mientras pasaba la diestra ordenando su cabello- ahora recuerdo como perdí aquél anillo (de uso común en esas épocas)... ¡maldita arpía!- sostuvo pensando en voz alta con aquél sarcasmo que le caracterizaba- bueno, ¿en que iba?, el asunto fue tal que el muy cobarde logró arrancar cuándo intentó enfrentarme con su varita ante el salón de invitados- esbocé media sonrisa- lástima que jamás hayan registros de mí en esa historia...creo que Licorus y Hester lograron hacer que desapareciera por un largo tiempo

 

Emiliano indicó un cuadro que lucía tras Maida; las imágenes de la nobleza bailando un suave vals tornaba los ropajes de la pintura en un rojo profundo y opaco mientras que en la placa conmemorativa se grababa:

 

"In memoriam. La danza escarlata"

 

Difícil era que unos cuántos muggles saliesen vivos de un psicópata, mago y vampiro a la vez.

 

-Todos murieron esa noche, o bueno, casi todos...- Black sonrió a Maida- ¿de verdad quieres conocer quién era de principio?

[Maida Black Yaxley]

Maida escuchó atenta la historia que Emiliano Black le contaba, y estaba tan metida en sus palabras, que francamente, no notó que poco a poco, mientras entendía los caminos un poco dramáticos y bastantes subidos de tono en los que se metía el cuento, su rostro se iba acumulando de un tono casi escarlata. Aquella "situación" con la mujer, era algo que ella conocía...en la teoría y en los deseos que alguna vez había compartido con un hombre, bueno...aún peor, con un demonio.

 

Pensándolo bien, e ignorando un poco el sonrojo en sus mejillas, ella podía entender a la perfección a la mujer del señor Flemmind, criaturas como Emiliano o Agares, eran seres que además de su inmortalidad y, seguramente, super fuerza, poseían un arma especial muy poderosa: sabían perfectamente que las mujeres o que sus víctimas terminarían cediendo a sus deseos.

 

Ella había tenido mucha suerte, pues no había sido jamás la víctima, todo lo contrario, finalmente ella fue la que obtuvo lo que quiso, incluyendo el respeto infinito que Agares tenía y que la llevaba a recordar apenas uno o dos besos con él. La máxima cercanía. Pero claro, estando en una situación como la de la Señora Flemming, sin nada que perder más que el buen nombre, y con un hombre como Emiliano frente a ella fingiendo que era el centro de su universo. Si, aquello era díficil de contener.

 

Sacudió un poco la melena mientras se dio cuenta que Emiliano le señalaba un cuadro detrás. Giró el cuello, y en cuanto vio la leyenda debajo del cuadro no pudo evitar que un escalofrío que no era de miedo, le recorriera el cuerpo. Volvió el rostro y notó que la cercanía de Emiliano y ella, ya era practicamente nula, alzó sus ojos, que sin quererlo habían pasado del zafiro a un tono casi esmeralda, un cambio que pocas veces ella advertía pero que indicaba peligro.

 

— Déjame ser adivina —respondió en un tono de voz calmado, porque lo que sabían y advertían sus ojos, ella no lo estaba sintiendo realmente—, ¿escarlata es una suave alusión a toda la sangre que se derramó esa noche? La sangre que seguramente un diestro vampiro decidió, "probar" esa noche, ¿cierto?

 

Quizá era la valentía de Alouqua fluyendo en ella, pero hizo algo que ella no había hecho con ninguna persona en Ottery, le sonrió abiertamente, se puso se puntillas porque era notoriamente más alta que ella, dejó que su boca se acercara al oído del vampiro, todo en cuestión de segundos que parecían atrapados en un bucle de tiempo.

 

— Creí que ya había pedido antes que me contaras tu historia, Emiliano Black —dejó caer en un susurro.

 

Y entonces, la valentía se esfumó, sus mejillas se encendieron y en un último esfuerzo de no parecer tan temperamental, volvió a su estatura, y sin mirarlo, se adelantó unos pasos por el corredor, esperando internamente, que él decidiera acompañarla.

 

@

[Alegna Black]

Requiem lugar mas que conocido para mi deseosa de leer y beber café me adentre al lugar que ya era casi mi hogar, no solo porque perteneciera a mi madre son que me transmitía una serenidad digna de muy pocos. Así pues me senté en la biblioteca a leer un manuscrito del siglo XVIII de poca importancia pero realmente entretenido, solo había ido a leer pues mi atuendo no era nada digno de la estirpe de mi casa, si mi abuela me hubiese visto de seguro me desheredaría, ni hablar de lo que Rose me dijera, llevaba el cabello violeta atado en un rodete alto donde algunos bucles rebeldes se soltaban, una chaqueta marrón de cuero que ocultaba una remera entallada la cual hacia resaltar sus curvas. Un pantalón jean ajustado y unas zapatillas era lo único que la cubría a pesar del frio que se notaba afuera.

 

me serví un poco mas de chocolate caliente y pase con lentitud la pagina observando lo poco concurrido del lugar, talvez esperando a alguien con quien conversar. Los días trabajaos y las pocas ocasiones que salía de mi hogar me habían convertido en una persona antisocial y algo ermitaña. El calor de la bebida ya había proporcionado un pequeño sudor en mis manos por lo que procedí a sacarme la chaqueta y quedar solo en remera mientras pedía mi segundo chocolate.

 

@@wiley

[wiley]

Salí a caminar sin razón aparente con un frió que no me importaba a lo estresado que estaba del mundo que habitaba, de las personas hipócritas que me rodeaban. Deseoso de una charla con una persona sincera pero no me hacía ilusiones sabia o creía que no tendría tanta suerte, me detuve y mire al cielo lleno de nubes blancas, en mi cabeza que pasaban millones de ideas, dibujos, personas. Una me llamo la atención era que una nube se parecía a una taza de café no pude contener mi risa y solté una carcajada las personas que pasaban me veían algunas se les contagio la risa y otras me miraban como un loco esto no me importo ya que por el momento solo pensaba en tomar café, decidido tome un paso firme sin un rumbo especifico solo buscaba un lugar donde beber café al paso de unos minutos lo vi a mi diagonal derecha un lugar con pinta de cafeteria me acerque para asegurarme mire por la ventana y, no fue el café lo que me llamaba a entrar sino aquella mujer con una cara con rasgos muy definidos unos ojos azules que lo hipnotizaron, no estaba seguro de ir con ella aun con lo tan atraído que me sentía por ella, con la opción de ir a otro establecimiento lo pensé seriamente y no quise intentarlo no sé porque pero fue su elección al recorrer la ventana con la cabeza abajo quise echarle otro vistazo a ella y vio el libro grande que tenía en las manos me asombre más al ver que casi lo terminaba se veía muy atraído por el entonces sentí una ligera esperanza de poder acercarme a ella, entre al lugar un poco vacío para lo bien cuidado que estaba me senté a dos mesas de ella y pedí un café pensando en cómo acercármele, ella solo pasaba y pasaba de página y temía de que se fuera a ir, se quitó la chamarra que traía y volteo a ver el lugar como si estuviese buscando a alguien, pidió otro café.

 

Termine el mío rápido, vi el tema de su libro “el siglo XVIII y sus verdades” el cual había leído derecho leí varios del mismo autor los cuales trataban de lo mismo pero de diferentes años, me levante y me acerque a su mesa y dije –se puede, ella solo hizo un gesto con la cara como diciendo si me senté y le dije con un poco de miedo – que haces leyendo este libro sola? Te recomendaría hacerlo con alguien más podría ser un poco más interesante compartir ideas de el...…….no dijo nada por unos segundos

[Alegna Black]

Era lo bueno de tener una biblioteca a tu disposición, que tu madre fuese la dueña era el plus extra para que Réquiem fuese mi lugar favorito en el mundo. Además muy pronto mis momentos de ocio y tranquilidad se verían reducidos a la nada, dado que mi hermana quería abrir un lugar bailable y yo me encargaría de todo lo legal mientras ella de lo social. A pesar de ser idénticas ella siempre brillaba con luz propia. No le tenia celos me gustaba mi anonimato y me encantaba ver como nos distinguíamos las dos.

 

Así en mis pensamientos me encontraba cuando sonó, para mi, muy lejos el correr de mi silla. Un joven me hablaba pero no entendí ni medio. El ver su mano en el respaldo de la silla supuse que me decía si se podía sentar asentí con la cabeza y resguarde la hoja para seguir luego con mi lectura. Sonreí al muchacho pues solo era un joven entablando conversación.

 

-Claro, ¿Quieres compartirlo?

 

Reí mientras agitaba mi mano tratando de que aceptara mi chiste bobo, observándolo. Era alto, a mi lado cualquiera parecía mas alto de lo que era lindos ojos miel y de buena postura. Sostuve la taza entre mis manos tomando un poco de chocolate y observándolo.

 

-Alegna Black ¿Señor?

 

Estreche su mano por encima de la mesa sonriendo. Algo que debía agradecer a Albus es que había logrado que fuera mas social con los desconocidos.

 

-Bueno y que te trae por Réquiem hoy?

 

@@wiley

[wiley]

Un poco nervioso pero no rechazo hablar conmigo dejo de leer su libro fue un buen detalle de aquella persona que no conocía su nombre,

Aun mejor intento hacer un chiste un poco malo ´pero sonreí como si fuera gracioso en ese momento me recordó a una vieja amiga con la

cual pasaba lo mismo me quede viendo la mesa mientras ella reía

 

Cuando levante la mirada note como me observaba de arriba abajo hasta que se me quedo viendo a los ojos directamente, esto me apeno y me puse un poco rojo cuando se dio cuenta tomo su taza con las dos manos y tomo un ligero sobro

De pronto dijo su nombre y me estrecho la mano mientras sonreía demasiado fue algo raro ,

 

-demasiada formalidad no?

Entre risas dije

 

-Hola me llamo Wiley

Me pregunto que me traía por este lugar.

 

-nada en especial Alegna simple casualidad

Tenía muchas preguntas en mi cabeza acerca de lo que quería conocer de ella pero me contuve no quería parecer raro,

 

-vienes aquí seguido?

 

Fue lo único que se ocurrió decir para iniciar, me empezó a dar frio debí haber llevado mi chaqueta que la deje en la silla, empezó a llegar más gente pienso que por el frio que hacia afuera madres eh hijos y señores mayores empecé a creer que el lugar era un tanto familiar

 

@@Alegna Black

[Alegna Black]

El joven se había sonrojado, usualmente pasaba eso cuando los miraba fijamente, sonreí desviando la mirada ya que no muchos soportaban el peso de mis ojos en los suyos, no por temor ni por ocultarme algo sino que tenia una mirada penetrante y fuerte.

 

-Formalidad? Bueno la verdad es que suelo ser algo seria y mas con desconocidos, pero espero me sepas disculpar

 

Sonreí nuevamente acomodando un bucle rebelde detrás de mi oído izquierdo, el lugar comenzaba a llenarse y admire a las familias que entraban con sus niños y disfrutaban de una infusión caliente para alejar al frio que desde los ventanales se podía ver.

 

-Es el negocio de mi madre levante la taza brindando al aire mi segundo hogar se podría decir y al estar ella de viaje por negocios me toca ver que todo este bien por aquí y vos? No creo recordar tu rostro aunque con la memoria que en tengo no me fiaría

 

Volví a reír con mas fuerza me fascinaba hacer chistes sobre mi amnesia. No podía dar crédito que estuviera disfrutando de esa charla, el libro ya había sido acomodado mágicamente en su estante, un truco interesante para que nadie se olvidara de llevarlo a su lugar.

 

@@wiley

[wiley]

Reí un poco al ver que ella tenía más clase de la que aparentaba y dije en un tono firme y un poco serio

 

-no te preocupes, no creo que seamos desconocidos en un rato

 

Obviamente no quería que se alejara, quería conocerla y no solo su nombre y gustos básico quería en realidad cocerla, comprenderla y ser u buen amigo para ella, pero creo que me había adelantado demasiado talvez ella solo decida irse o cambiarse de mesa. Cuando voltee a verla de nuevo ella acomodo un bucle rebele que se había movido de su lugar de una forma suave y lenta mientras levantaba la mirada para observar a las personas que iban llegando

 

-valla nunca lo hubiera imaginado, si es un lugar cómodo y relajante no me sorprendería que alguien con un día frustrante se quedara aquí un rato para relajarse. Yo? No, es la primera vez que vengo aunque creo que vendré más seguido es un buen lugar, entonces estas aquí

muy seguido no? Que tarea tan difícil (en tono sarcástico dije)

 

Bajo la mirada para ver su libro pero ya no estaba esto se me hizo muy raro nadie lo había agarrado.

Voltee a ver el reloj que se encontraba entre dos estantes cafés llenos de libros excepto por los pocos huecos que estaban por los libros que las personas aún no devolvían las 4:30 Pm una hora en donde normalmente no hacia frió algo curioso, Recordé que tenía un compromiso pero en realidad no quería irme lo pensé un poco y decidí que podía darme el lujo de quedarme 5 minutos más talvez para quedar de verme con ella de nuevo

 

@@Alegna Black