~ Idiomas ~

[Mistify Malfoy]

EL PERGAMINO

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Mistify se echó hacía atrás, apoyando la espalda en el respaldo de la silla. Sobre el escritorio de caoba descansaba un pergamino amarillento, quemado en partes y sobre el que se dibujaban inscripciones que la bruja de cabello rubio, no alcanzaba aún a descifrar. Al lado, una hoja de papel repleta de garabatos, tachados y vueltos a tachar en los que sobre el final, se leía: “… catástrofes y fin de la magia.”.

 

El trozo de pergamino había llegado a sus manos unos días atrás y desde entonces, se convirtió en su obsesión. No podía sacarlo de su mente, de sus sueños e incluso cuando intentaba alejarse, la atraía irremediablemente.

 

- Está hechizado – le había dicho Chávez – Debe deshacerse de él. * Pero aunque Mistify sabía que el viejo elfo doméstico de los Malfoy tenía razón, no podía atenerse a ello. Incluso su mascota, un ave negra no mayor que un cuervo, largo cuello similar a un flamenco, pico demasiado grande para su cabeza y unos ojos negros que brillaban de inteligencia, intentó sacarla del escritorio, pero una fuerza mucho más grande que el poder de la bruja, la mantenía firme en su lugar. Solo podía moverse, si lo llevaba con ella y destruirlo, ni siquiera pasaba por su cabeza.

 

*****

 

Había decorado su despacho de la Universidad, casi a semejanza del que ocupaba en La Fortaleza Oscura. Eligió una de las torres más altas, por lo que era circular y el sol entraba por una ventana con la misma forma, cuyo diámetro alcanzaba el tamaño de una persona.

 

El escritorio de caoba ocupaba el centro de la escena, frente a la puerta de entrada y la pared por detrás estaba tapizada por una estantería repleta de libros de diversos tamaños y colores. Los del nivel superior parecían más ajados y antiguos y a medida que descendías la vista, notabas que eran volúmenes mucho más recientes y actuales. Estaba flanqueada por dos esferas que parecían contener hadas en miniaturas que desprendían una luminiscencia peculiarmente blanca. En el resto, el ladrillo de la construcción podía verse con claridad y sobre él, pequeños estantes con objetos mágicos que no se dejaban tocar, puesto que se movían de su lugar si algún extraño intentaba curiosear demasiado.

 

Mistify estaba sentada. Vestía una túnica blanca, con amplias mangas cuyos bordes rozaban el suelo y un cinturón esmeralda ceñido a la cintura con los mismos bordados que se dibujaban en torno al cuello y la terminación de la falda. Su mirada verde parecía sumergida en el pergamino que tenía frente a sí y aquel rostro, que pocas veces mostraba emociones, se veía tensionado y ojeroso debido al cansancio.

 

Esperaba a sus alumnos de una improvisada clase de Idiomas, aunque aún no sabía quienes serían. Dejó el pergamino a la vista, necesitaba saber si tendría en ellos los mismos efectos de apego. No lo enseñó a nadie de su familia hasta el momento, si era adverso conocer de su existencia, no quería que se dañara alguien a quien tuviera aprecio. ¿Qué mejor práctica para una clase de Idiomas que intentar resolver las piezas que le faltaban?

Editado 31 de Marzo del 2016 por Mistify Malfoy

[Lyra Katara Selwyn]

Estaba emocionada. Por fin iba a poder cursar un conocimiento más, uno que había dejado siempre para después. Ignoraba quien sería el profesor en turno o quienes mis compañeros. Inclusive no sabía si nos tocaría un salón para la clase solamente o la compartiríamos con otro grupo, cosa que no me agradaba, ¿falta de presupuesto?

 

Me encogí de hombros, mientras me terminaba de preparar. Me miré en el espejo, ya llevaba en la mano izquierda los anillos correspondientes al aprendiz de brujo, en la mano derecha los correspondientes a los de la fortaleza y el anillo de la habilidad de animagia. También tenía colgados los amuletos de ambos libros. Ea bueno que la daga del sacrificio la pudieramos invocar.

 

-Ama, ¿en realidad cree que va a utilizar todo eso? Es una clase de idiomas solamente.- Comentó Winky, quien se llevo un almohadazo.

 

-No sabes como son las cosas en la Universidad, nunca esta de más ir preparado para todo.- Protesté.-No voy a dejar nada. La vuelapluma a lo mejor, dudo que estemos tomando notas.

 

Sonrei, mientras terminaba de vestirme. No me gustaba usar túnicas, siempre me habían hecho sentir algo incómodas, por lo que elegi un pants negro, una playera de mangas cortas color ocre amarillo. No llevaría chamarra, solo los tennis del mismo color, el morral donde siempre llevaba mi monedero de piel de moke y mi varita, en la mano derecha.

 

-Cuida el castillo, Winky. - Le pedí a la elfina y desaparecí de mi cuarto.

 

~~~*~~~

Aparecí en los límites de la Universidad y empecé a recorrerla hasta encontrar el salón de clases, esperando que no se me hubiera hecho tarde. Al parecer, había llegado a tiempo por lo que suspiré. El lugar me había traído recuerdos, pensé en alguien que conocía.

 

-Se parece al despacho de Misty.- Pensé.-Pero ella no da clases.

 

Bien que conocía ese despacho, al menos cuando fui Ángel Caído pase mucho tiempo en los despachos de los líderes organizando proyectos. Observé el lugar y vi a la profesora sentada.

 

-¡Misty! Me alegra verte.- Salude sonriendo.

 

Eso si, me apene al ver la diferencia entre la vestimenta de ambas, ella siempre iba muy elegante con sus túnicas, mientras yo buscaba lo informal.

[Valentina Ricci Yaxley]

Era la primera vez que pisaba el campus universitario. Por fin, Valentina había dejado de ser la temerosa niñita estudiante de Hogwarts para convertirse en una joven universitaria hecha y derecha. Conocimientos nuevos, habilidades, montones de formas par ampliarsu poder mágico y un círculo nuevo de amistades se aguardaban en esta nueva etapa.

—Universitaria... —decía para sus adentros mientras se abrochaba los últimos botones de su blusa ocre. Combinada con una falda corta verde oscuro y unos botines bastante cómodos, iría con un conjunto apropiado a su primer día de clase.

Se maquilló un poco y acomodó su melena similar a una enorme cascada rojiza antes de marchar por la puerta. Era pronto en la mañana, no quería perderse ni un solo segundo de su clase de Idiomas. Se despidió de los integrantes del castillo familiar que fue encontrándose por los pasillos y tomó rumbo hacia la Universidad.

Una vez allí, la muchacha quedó prendada de las dimensiones del edificio y alrededores. Pero no era tiempo de curiosear, así que se dirigió hacia el Ateneo de Conocimientos con paso firme, sin poder evitar mirar de reojo el paisaje de alrededor.

Siguiendo las indicaciones recibidas, el salón de clases se encontraría en una de las torres más altas. Se dirigió hacia una de las posibles torres, en la que justo a la entrada se encontraba un cartel en el que podía leerse "Idiomas". Continuó por las escaleras para dar con una puerta abierta al final del recorrido. Algo tímida se asomó, y pudo ver a una mujer atuendada con una preciosa túnica blanca tras un escritorio de caoba. Supuso que se trataba de la profesora, así que entró por la puerta y saludó.

—Buenos días, soy Valentina Ricci, un gusto. —entonó dirigiéndose a las dos féminas que habitaban el aula. Le dedicó una sonrisa a la que parecía ser otra compañera de clase y tomó asiento en una banca junto a ella.

[Mistify Malfoy]

Mistify alzó la cabeza. Su mirada esmeralda se detuvo en Lyra. ¿Qué hacía ella en este lugar? Entonces reparó en que sería una de sus alumnos y suspiró. No era su intención dañar a la poca gente a la que apreciaba y que la bruja estuviera presente no era una buena manera de empezar.

 

- Kata... - le respondió con una sonrisa desganada. Las ojeras grisáceas dibujadas con claridad en su rostro - ¿Qué haces aquí? - Tenía la esperanza de que se fuera de inmediato, pero ya era demasiado tarde. Detrás de ella llegó la siguiente, al menos no la conocía. - Buenos días, Señorita Ricci - Ya vería más adelante si le daba gusto de estar ahí. Pensó.

 

Las dos recién llegadas llevaban puestas prendas demasiado muggles para la ocasión. Mistify siempre se lamentaba de que sucediera de esa manera. En un futuro pensaba hablar con su hija Mackenzie de ese tema, los alumnos de la Universidad Mágica, tendrían que admitirse vestidos como magos y hechiceras. Alguna clase de uniforme, similar al de Hogwarts podría valer. Claro, eso si las promesas de calamidades y fin de la magia que presagiaba el pergamino situado sobre el escritorio, no se hacían realidad.

 

- Aquí... - las palabras se formaron en las mentes de las dos brujas. - Debes encontrar la respuesta... - susurraba - Aquí... - era la misma llamada que días atrás había escuchado la Malfoy. Aquella que la había vuelto descuidada y cuya fuerza no pudo eludir. La que la puso a indagar noches enteras en viejos libros, a rebuscar en la biblioteca familiar e incluso entrar a hurtadillas en la mazmorra de Crazy Malfoy, a sabiendas que aquello podía acarrearle la muerte misma.

 

- Vamos a esperar al resto, tenía entendido que eran cuatro, tal vez cinco - la bruja de cabellera rubia no se movió de su lugar, las manos sobre la madera oscura, sosteniendo con la derecha la punta del viejo pergamino, como si tuviera temor de que alguien pudiera robarlo, o más bien, como si fuera imposible separarse de él. - Tenía pensado que la Biblioteca de Alejandría sería un buen lugar para empezar la clase, hay ciertos libros que los Arcanos han traído consigo que nos serán de utilidad - se había asegurado conseguir los permisos necesarios para entrar a la Sección Prohibida antes de la clase.

 

Alzó nuevamente el rostro hacia las dos muchachas, esperando una respuesta y supo entonces que las dos mujeres sentían el mismo tipo de atracción por el viejo papel.

[Lyra Katara Selwyn]

La respuesta de Misty a mi saludo no fue la que esperaba. Me dio la sensación de no ser bienvenida, pero moví la cabeza negativamente. Seguramente después de lo que había pasado en el curso del libro de hechizos y la Ryddleturn, me había vuelto un poco más paranóica.

 

-Soy tu alumna, ¿no te pasaron la lista de alumnos? Aunque no me extraña, tampoco sabía que ibas a ser mi profesora.- Comenté, el buen humor había vuelto tan rápido como se había ido.

 

Otra alumna llego mientras me fijaba en las ojeras de Misty. Siempre había sido distraida y ahora me fijaba que no se veía tan bien de salud.

 

-Buenos días, ¿te puedo llamar Valentina o mejor no te tuteo? Yo soy Lyra Katara Selwyn.- Me presenté, aunque la bruja no me era desconocida del todo.-Te conozco, aunque sea de vista, de cuando trabajaba en el Mall. Y estabas en la fila antes que yo al momento de comprar los libros.

 

No recordaba si la había atendido en alguna ocasión, era una característica que tenía, ser distraída y olvidadiza. Aunque a veces eso era algo útil. Me acerque a Misty, levantándome, preocupada.

 

-¿Te sientes bien? Parece que no has dormido en días.- Comenté.

 

Suspire, ¿no sería todo eso mi imaginación solamente o de verdad estaba pasando algo? En ese momento me di cuenta de lo que tenía bajo su mano derecha una de las puntas del pergamino, e inmediatamente sentí su poder. No sabía que era, ni entendía lo que decía, pero era peligroso y estaba segura de no equivocarme. Al fin y al cabo, había tenido una buena profesora en el conocimiento de maldiciones.

 

-¿Esto es lo que te tiene despierta? Misty, ¿que te ha hecho el pergamino?- Suspiré. -No se que sea, pero no pienso acercarme a esa cosa.

 

Tenía que haber alguna forma de que librar a Misty del poder de ese pergamino, pero no estaba segura de como podría reaccionar. Era mejor esperar a los demás a ver si ellos sentían lo mismo que yo, rechazo por el mismo.

 

-Valentina, ¿ya viste este documento?- Le pregunté a mi compañera señalando el pergamino, quería estudiar su reacción, mirando de nuevo a Misty.-Me gusta la idea de ir a la biblioteca, no he tenido la suerte de conocerla todavía.

[Mael Blackfyre]

— Y esos libros, me han sumado una linda cantidad de favores que le debo a los Arcanos por permitirnos leer ésos libros —comenté en el momento que la profesora Malfoy comentaba sobre su idea de ir a la biblioteca de Alejandría. Aquel día me tocaba un nuevo estudio, el de Idiomas, siempre había evitado aquella sabiduría porque no frecuentaba demasiado con personas de otros sitios. Incluso con la cantidad de años trabajando como Auror, tampoco lo había necesitado. Pero ahora como Director, en más de una ocasión había tenido que ver cómo hacía para entenderlo—. Pero todo solucionado. Con su belleza, señorita Malfoy y mi presencia como alumno, no tuvieron mucha oportunidad de negarse.

 

Me había detenido en el umbral de la puerta, con los brazos entrecruzados sobre mi espalda y les comenté todo aquello con una sonrisa. Esperaba que no sonara como una queja, porque así no era. Era más que nada la emoción por de verdad sumergirnos en aquellos pergaminos viejos y libros usados. Eran pocas las personas que conocían las magias Arcana, las costumbres de éstos y muchos datos que tal vez podrían alterar el mundo en el que vivíamos. Katara se encontraba con una jovencita, al parecer ambas miraban algo interesante en el escritorio.

 

— Quise llegar unos minutos antes, pero no pude, profesora Malfoy. Es un gusto verla... —le comenté mientras me acercaba unos pasos, entrando en aquella magnífica aula. Al parecer la bruja se había encargado de decorarlo. Ésa estabilidad, me indicaba que la tendríamos de manera fija en nuestra planilla de profesores y eso era muy bueno—. ¡Katara! Ya casi ni me sorprende verte tan a menudo —le comenté a la bruja que tantos momentos habíamos compartido. Le dediqué un beso en la mejilla y luego me giré hacia la chica—. Elvis Gryffindor. ¿Tú eres Valentina Ricci?

 

Le cuestioné mientras le tendía una mano para estrechársela. Allí, al ver su nombre en un papal, recordé que me había olvidado de entregarle la lista a Mistify. Sabía que mucho no cambiaba pero era algo que acostumbrábamos a hacer con Agatha para que los profesores se sintieran más cómodos. »Aqui tienes, disculpa, debí haberte enviado antes el listado« le expliqué mientras rebuscaba de adentro de mi túnica y sacaba ése pedazo de pergamino. Cuando me acerqué para dárselo, pude ver qué era lo que miraba y qué era lo que sostenía Mistify,

 

— ¿Se puede saber qué tipo de libro? —me intrigaba saber qué era lo que podía llegar a decir los libros Arcanos sobre los Idiomas o cuánto afectaba en la clase pero una vez que deposité los ojos en el pergamino, parecía como si una fuerza me obligara a observarlo todo el tiempo. Pude retroceder un paso. Esquivarlo con la mirada, pero cada pocos segundos volvía a notar el pergamino,

[Valentina Ricci Yaxley]

La profesora recibió a Valentina formalmente, aunque no pareció demasiado conforme con la presencia de la otra compañera en el aula. Quién sabe de qué se conocerían, pero el ambiente se volvió ligeramente tenso cuando profesora y alumna intercambiaron palabras. La pelirroja se limitó a observar desde su banca, bien callada, pues no quería entrometerse en asuntos ajenos. Entonces, su compañera comenzó una conversación presentándose.

—Encantada, Lyra. Ah, y me puedes llamar Valentina, Val, Vale o como gustes. Siempre hay gente que me encuentra un nuevo nick —contestó sonriente—. Y ahora que lo dices... puede que sea verdad. Sí, sí, cuando fui a comprar el Aprendiz de Brujo, ¿cierto? Ambas fuimos atendidas por Leah —iba diciendo poco a poco la joven mientras recordaba su estancia de no hacía mucho en la tercera planta del Magic Mall.

De repente, algo captó su atención fuertemente, una especie de magia bastante poderosa. No tenía ni idea de lo que podía ser, hasta que pudo observar cómo la mirada de la profesora se dirigía hacia un pergamino un tanto peculiar que mantenía bien anclado al escritorio con su mano derecha. Ni siquiera se había percatado de su presencia al entrar en el aula, y por la expresión hasta el momento de Lyra, parecía que había ocurrido lo mismo con ella. Sin embargo, ahora era como si una voz procedente de no se sabe donde entonara ciertas palabras en la mente de la joven.

Tras aquellos segundos de incertidumbre, la profesora recuperó el centro de atención y propuso comenzar a investigar sobre aquel extraño objeto en la biblioteca de la Universidad.

—Valentina, ¿ya viste este documento? —preguntó la muchacha un tanto curiosa.

—Sí. Es como si... nos quisiera decir algo, ¿no te parece? ¿O he sido yo la única que lo ha sentido? —Esperaba que ella también hubiera notado esa misma sensación. Al menos, su anterior reacción no había dicho lo contrario.

Mientras hablaba con Lyra, una voz masculina comenzó a sonar desde el umbral de la puerta. Se trataba de un chico de unos treinta años, moreno y bastante atractivo. Por los comentarios que estuvo haciendo, parecía ser un alumno más de aquella asignatura, y también parecía estar bastante al tanto de esos libros que deberían consultar. A continuación, el muchacho entró para saludar a la otra chica, a la que conocía de anteriormente, para luego dirigirse a la pelirroja.

—Sí, soy yo —asintió—. Encantada, Elvis. —y estrechó su diestra. Fue justo entonces cuando éste se giró para hablar con la profesora y fue cautivado también por el poder del pergamino.

—Esperemos que el resto no tarde mucho en llegar para ir pronto a la biblioteca. Este papelito no me da buena espina. —dijo en voz baja.

[Mistify Malfoy]

- Director, no esperaba encontrármelo hoy - le dijo como todo saludo. Habitualmente tenía un trato cordial con el resto de los profesores y Directores de la Universidad, algunos porque los sentía de ese modo y el resto por pura conveniencia. Pero este día, como los anteriores, no podía expresarse a voluntad, era como si poco a poco, aquel viejo trozo de papel fuera ocupándose de ella.

 

Observó al grupo. Elvis y Valentina parecían ser afectados por el pergamino, pero de algún modo Katara resultaba inmune, o al menos menos perjudicada que el resto. ¿Porqué sería? ¿Acaso sería por ser parte de su familia? Tal vez, fuera eso. En todo caso le resultaba buena la novedad. No quería que ella saliera dañada en lo absoluto.

 

Revisó la lista que Elvis le dio, mientras ellos hacían las presentaciones de rigor. Notó que Juve estaba en ella y arrugó el entrecejo. No esperaba que dos Malfoy`s la acompañaran ese día, pero no podía hacer nada al respecto si se presentaba.

 

- Hace unos días atrás, este pergamino me fue confiado en circunstancias que no será necesario explicar - la bruja de túnica blanca seguía en el mismo lugar, en la misma posición, como atraída por una fuerza invisible. - He intentado durante horas y horas descifrarlo - explicó girándolo hacia el grupo, pero sin despegar la mano del papel - Pero me fué imposible a pesar de haber revisado todo libro de idiomas al que tuve acceso - los ojos verdes observaban con un anhelo casi peligroso el objeto - Por eso lo he traído, he creído prudente y en vista de que el profesor de Idiomas no ha podido dar la clase, que sería incluso catedrático poder investigar en la Sección Prohibida y que todos aprenderíamos mucho allí - sacó otro trozo de papel arrugado de entre los pliegues de su túnica. Estaba cubierto de enmiendas y tachaduras, tantas que al final lo único legible, en una caligrafía pulcra aunque algo apurada era "catástrofes y fin de la magia".

 

- Seguramente no es más que alguna charlatanería de un vidente antiguo - les mostró el papel y señaló uno de los símbolos que parecía una varita mágica con dos puntas, atravesada por otra - La varita significa magia y atravesada como está asumo que es el final de la misma - señaló un poco más arriba, incluso la pintura en sus uñas estaba evidentemente descuidada y los largos dedos manchados de tinta, algo que Mistify no pasaba por alto jamás - Esto otro - señaló algo similar a una serpiente más arriba - es un símbolo de calamidad.

 

Empujó la hoja escrita por ella misma hacia el mago y las dos hechiceras para que pudieran verlo, sin embargo tendrían que acercarse más si querían ver de cerca el antiguo papel. Si era como le había sucedido a ella, a estas alturas no podrían negarse a la posibilidad de descubrir el significado completo del pergamino. ¿Con qué objetivo? No tenía la menor idea de eso, solo que necesitaba saberlo, tanto como necesitaba respirar.

 

Alzó su mirada cansada hacia Elvis.

 

- Asumo que tendrás algún modo rápido de llegar a la Biblioteca ¿verdad? Después de todo eres el Director - ella sabía que sí, que había métodos rápidos que solo los Directores utilizaban y esperaba que la ansiedad de Elvis fuera tan fuerte como para acceder a llevar a todo el grupo hacia allá.

[Lyra Katara Selwyn]

Le devolví el beso en la mejilla a Elvis. Tampoco me sorprendía verlo tan seguido y seguramente lo vería aún más si no fuera porque me había atrasado un poco en tomar las clases de los libros de hechizos, perdiendo la oportunidad de seguir con ese grupo.

-Si, cuando fuiste a comprar el libro, como dices, Leah nos hizo favor de atendernos. Debe ser que te conozco de ver tu nombre en compras anteriores, al fin y al cabo, todos los formularios pasaban primero por mis manos.- Sonreí.

Seguimos con el tema del pergamino, mis dos compañeros habían tenido una fuerte reacción ante el mismo, pero a mi no me afecto tanto, al menos no a simple vista. Elvis parecía no poder dejar de mirarlo y para Valentina era como si quisiera decirnos algo. Sin embargo, yo lo quería mantener lejos.

Miré los símbolos que nos enseñaba con atención.

-¿Habrán calamidades que acaben con la magia?- Al parecer eso era lo que quería decir el pergamino.-Supongo que no podemos entenderlo del todo hasta que no descifremos todos los símbolos y lo pongamos en contexto. Quizás solo es como dices, alguna charlataneria.

Miré a Elvis ante la pregunta de Misty. Esperaba que hubiera un modo más rápido de ir a la biblioteca y escuché el comentario de Valentina sobre esperar a los demás.

-Supongo que podemos dejarles un recado a los que faltan para que nos alcancen, ¿no?- Comenté.-De esa forma no los esperamos más tiempo y pueden alcanzarnos en la biblioteca.

Fue la sugerencia que hice. Por fin me acerque a Misty para expresarle mis inquietudes respecto al pergamino y no me importaba que msi compañeros me escucharan.

-Creo que hay algo malo conmigo. No me ha afectado lo mismo que a ustedes. Mas bien, siento que me repele. Comenté. No lo había tocado cuando me acerque a él, pero podía intentarlo. -¿Me dejas tocarlo para hacer la prueba, por favor?

Sin esperar respuesta, me acerque y toque el pergamino. Al menos esa era la intención, pero cuando mi mano izquierda estaba cerca del mismo se formo un extraño escudo a su alrededor, el cual no detecte a tiempo y al tocarlo, sentí que me empujaban hacia atras. Tenía unas pequeñas quemaduras en esos dedos, por lo que sencillamente me aplique un episkey, curándome de inmediato. Era una ventaja llevar siempre la varita en la mano.

-Había escuchado que los libros eran los que escogían a sus lectores, pero esto es el colmo.- Exclamé.-No pienso acercarme a esa cosa. O bueno, tocarla. Porque por lo visto puedo estar cerca, pero no dejará que la toque.

Editado 6 de Abril del 2016 por Lyra Katara Selwyn

[Mael Blackfyre]

Le dirigí una leve reverencia a Valentina cuando ésta se presentó. Era agradable ver algunas personas nuevas, al parecer Hogwarts estaba graduando cada vez más a magos y brujas que salían sedientos de sabiduría y que podrían seguir avanzando en sus propias habilidades. una voz resonaba en mi cabeza muy a lo lejos, como un largo eco que no lograba distinguir pero que no era tan pronunciado si miraba el pergamino.

Mistify había empezado a contar como había llegado el pergamino a sus manos, aunque no terminaba de entender lo de idiomas. No porque no tuviera que ver, al contrario, sino que estaba seguro que aquello no sería suficiente para analizarlo por unas horas. ¿Y si nos llevaba días? ¿o semanas? Esperaba que no. La jovencita no podía sacar su atención del pergamino como yo. Con las explicaciones de la profesora todo era más claro, aunque tenía mis dudas.

Pero cuando estaba a punto de responderle a la tutora, luego de algunas segundos de estar sumergido en mis pensamientos, Katara hizo algo que me sorprendió. La Malfoy rubia podía tocar el pergamino sin problema, pero la joven animaga no, y la magia le había afectado sus dedos. Fue demasiado ágil para curárselos pero era una indicación que algo iba mal. Esperé a ver si decían algo más y aproveché ése silencio incómodo. ¿Era bueno continuar? No tenía mucho margen de opciones.

»Claro que si. Y puedo enseñarles ahora« le comente a la profesora. Asentí con la cabeza y me encaminé por detrás del escritorio. Lo bordeé y me pose justo detrás de la silla. Podía ver claramente cada ladrillo y la vista. A un costado estaba aquellas enormes bibliotecas donde contenían esas hadas hermosa. Saqué mi varita y toqué tres libros en tres estantes diferentes. El truco estaba en siempre cambiar de patrón, no importaba el orden que los rozaras con la varita. Toqué el cinco del primer estante, el siete del segundo y el tercero del tercer estante.

— Lo único que les pido es que no lo comenten demasiado. Se supone que no deben saber que hay una puerta escondida en cada aula. La del aula actual de la profesora Mistify es ésta, si acceden por ella, los llevará a la habitación de la Universidad que quieran. Aulas y sitios públicos —les comenté aclarando para que no pensaran que iban a llevarlos a despachos de los directores o a sitios privados.— Pero cada aula tiene una puerta diferente, asi que Mistify, el cambio es que si guardan el secreto, pueden usar los pasadizos cuando quieran.

Les ofrecí, en el momento que la puerta se materializaba en aquellos ladrillos. La madera era igual que la del escritorio de la rubia. No tenía manijas, solo una aldaba tan negra como la noche más oscura. Le di tres golpecitos y ésta se abrió, dejando ver un largo pasillo con tres antorchas prendidas. Dejaban ver el suelo, las paredes y el techo que eran de piedra. Me giré guardando la varita.

— Tambien podemos avisarles que vayan directamente a la Biblioteca. No me gustaría que cualquiera encuentre ésa nota —le propuse a Mistify, aunque debía admitir que algo me obligaba a regresar mis pasos y quedarme cerca del pergamino.