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Libro de la Sangre (#3)


Hades Ragnarok
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No podía dar crédito a lo que estaba ocurriendo en medio de la clase pues pese a que el juego que Goderic estaba haciendo con su propia sobrina le había parecido gracioso, pues entendía perfectamente la razón por la que él había elegido a la chica para practicar aquellos oscuros hechizos, pues él sabía que ella lo perdonaría sabiendo que era su intención era practicar y en cambio sí dañaba a alguna de sus otros compañeros se lo podían tomar como un acto de mala fe, como si el Dumbledore pretendiera comportarse como un malhechor de esos que usaban mascaras para aterrorizar a los magos y brujas alrededor del mundo.

Después de que Emily pronunciara la pregunta hacia el profesor Hades, una de las compañeras comenzó a lanzar maldiciones y utilizar la daga para dañar a sus amigos, definitivamente esa mujer no le agradaba ni un poco. Se notaba su inclinación por las artes oscuras y obviamente su intención era proteger al vampiro para que no tuviera que responder la incómoda pregunta lanzada por la Dumbledore. En realidad a Bodrik poco le importaba la respuesta pues como jefe del cainita, solo estaba interesada en el cumplimiento de sus labores como sanador y eso lo hacía perfectamente. Lo mejor fue el intento de tocarlo con la marca de sangre, pues Gode se había vuelto intangible evitando que lo hicieran. Aunque claro lo del juramento era otra cosa.

De todos modos la actitud de su compañera Mia (a quien había conocido en el curso anterior) y de Sofía resultaba realmente sospechosa pues parecían bastante interesadas en dañar, pero sobre todo en proteger a Hades. ¿Tendrían algún tipo de relación con el Virólogo?, ¿Acaso la mujer esa estaría enamorada del mago? Por lo que sabía la joven pelinegra, cualquier cosa podría ocurrir y la verdad es que Bodrik no le había conocido novia al vampiro.

En verdad no tuvo mucho tiempo para reparar en los intentos de las mujeres por evitar que se dañara al objeto de amor, pues por fortuna la intervención del director freno ese sin fin de maldiciones y juegos sangrientos y aunque ella también había recibido la reprimenda, se sentía satisfecha de ver que todos los maleficios y heridas dejaban de tener efecto sobre los afectados, al igual que ella misma veía como después de pasados los minutos de las explicaciones y las disputas de sus compañeros el efecto de la marca de sangre se desvaneció de su hombro.

Para cuando el Gryffindor termino de responder la pregunta de Nathan, Hades tomó la palabra de nuevo y lastimosamente anuncio que el tiempo de explicación lo había perdido en aquella disputa y por lo tanto a ahora estaban obligados a comenzar con la trayectoria hacia la interiorización del libro sangriento que cada vez le gustaba menos, pero que tristemente necesitaba.

De pronto algo más ocurrió a unos metros donde se levantaba un gran mausoleo de mármol blanco, que tenía en sus rejas de metal había figuras y como runas. Entonces hades comenzó a caminar para tocarlas con la punta de su varita. Inmediatamente el piso se estremeció y lentamente con un sonido terrorífico rompió el silencia que en ese momento reinaba en el grupo y se abrieron las puertas doradas. Su maestro fue directo hacia la abertura y entonces hablo.

Hades prácticamente los retaba a no matarse durante la clase, pero a la vez insinuaba que correrían gran riesgo, y como parte de lo que en ese momento Bodrik intuyo como un plan el sanador realizó un juramento para evitar que Elvis pudiera salvar a alguno de los alumnos. Definitivamente ese curso no pintaba bien no en un cementerio rodeados de todos aquellos seres muertos vivos y la criatura que parecía estar merodeando sin acercarse del todo aunque ella podía sentir su energía vital asechando al pequeño grupo.

Sin perder tiempo el mago se acercó hacia sus tres compañeras realizando una marca de sangre similar a la que ella había tenido en su hombro y sin más explicación realizó una salvaguarda para volverse intangible y marcharse del lugar para adentrarse en la abertura y retándolos a sobrevivir a las trampas que seguramente tendrían preparadas para todos ellos. Afortunadamente el efecto sobre la joven Lockhart había terminado se acercó a la puerta mágica y observó que se trataba de una caída de unos 30 metros.

-Manos a la obra-susurró para ella misma activando su anillo para detectar enemigos. Antes de imitar a su profesor con un Salvaguarda mágica .Tenía la oportunidad de adentrarse en el horrendo lugar, pero primero se protegería de cualquier intento de hacerle daño. Se acercó a la entrada esperando a Gode, Nathan y Emily para entrar con ellos y de inmediato pudo sentir aquel nauseabundo olor a muerte y arrugo la nariz un poco asqueada y utilizando el anillo salvaguarda contra oídos indiscretos en un pequeño radio evitando que alguien aparte de sus amigos le escuchase - ¿por qué no hacemos un plan para pasar estas pruebas juntos? – no podían verla pero si escucharla aunque únicamente los tres chicos y ella misma.

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Demasiadas cosas suceden en pocos minutos. Emily, todavía presa de la marca de sangre y las órdenes de Goderic y Sofía ve todo como si fuera ajeno a ella, sin embargo pasa el tiempo suficiente y su mente vuelve a pertenecerle solo a ella, justo cuando Elvis los está regañando. A pesar de eso, suspira aliviada; la situación empezaba a salirse de control y no dudaba que se hubiera iniciado una pelea entre bandos, misma en la que ella hacía mucho tiempo no estaba involucrada; solo espera que la poca información obtenida fuera de provecho.

 

Todos empiezan la marcha siguiendo a Elvis, pero Emily no puede avanzar, su pie atorado entre unas ramas que juraba que no estaban ahí hace unos segundos. Lo comprende, alguien, probablemente Mia, la hizo presa de una maldición. Suelta un bufido y forcejea lo suficiente para que su pie escape, pero desgarrando parte de su zapato, dejándolo inservible. Murmura un ‹‹reparo›› pero de su boca sale una serie de sílabas ininteligibles. Maldice por lo bajo, se siente tan inútil que ni un simple hechizo de segundo año en Hogwarts puede hacer.

 

Cuando llega a la par de sus compañeros y profesores, arrastrando uno de sus pies para no tropezar o atorarse nuevamente, siente que Hades la toca. Piensa unos cuantos improperios, aunque no puede ver su espalda, está segura que le ha puesto una marca de sangre. La clase hasta ese momento se había limitado a marcar a todo el mundo y estaba empezando a molestarse, pues ella había sido las más afectada hasta el momento. Aprovecha que Bodrik se detiene para armar un plan, y se sienta en el suelo para darse cuenta que el efecto de la maldición está desapareciendo; lo nota cuando de su varita al fin brotan las chispas rojas, en lugar de causar pequeñas explosiones sobre las hojas.

 

Entonces… -—dice dudosa, poniéndose de pie con un renovado espíritu referente a la clase, cuando entra al mausoleo, intentando respirar lo mínimo posible, pues el hedor le provoca nauseas. Hasta ese momento no había cruzado ni siquiera una mirada con Goderic, e intentaba de todas las formas posibles evitar el contacto físico con cualquiera, fallando estrepitosamente con Hades, aunque daba crédito a la maldición de Mia. Esta vez, para asegurarse, piensa en hacer un salvaguarda apenas tocara tierra firme otra vez, luego de saltar.

 

—-Lo primero sería ver qué hay allí abajo —dice, era una caída larga, mortal para una humana como ella. Agradece no haberse asomado antes, o su mala suerte hubiera hecho que cayera. Sin esperar muchas respuestas toca el amuleto que está escondido entre su ropa. No era la primera vez que usaba el amuleto volador para disminuir el impacto de una caída, por lo que su aterrizaje es limpio en medio en medio de la oscuridad.

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Escuchaba los gritos de Elvis pero no le prestaba atención. Su mente estaba lejana como método de evasión para ahorrarse el sermón de su profesor. Normalmente pondría atención, sacaría enseñanza y pondría una gran concentración precisamente en los detalles para poder deducir cosas entre líneas pero esta vez no. Estaba algo desanimado para hacer eso. No sabía muy bien la razón para ello, aunque sí sabía que simplemente su mente se negaba a escuchar a ambos profesores.

Para cuando se despertó de su leve trance, Elvis ya había dejado de gritar y Hades no se encontraba frente a él. No tenía idea alguna de las instrucciones que le habían dado pero confiaba en que no serían muy novedosas ni artísticas por lo que simplemente bastaba con seguir la corriente y, por lo mismo, caminó detrás de Emily y Bodrik quienes avanzaban a una especie de puerta. No pudo evitar recordar las puertas que atravesaron en la clase anterior del libro de la Fortaleza. <<A los Uzza les gusta las puertas>> anotó mentalmente, no sabía si algún día tendría que regalarles algo... pero probablemente sería una puerta poco tradicional.

Notó como su sobrina no había dirigido palabra alguna ni siquiera habían cruzado miradas. Sin embargo, no por eso no pudo notar como la bruja se tropezaba continuamente y sufría accidentes poco afortunados. No pudo evitar que aflorara una leve sonrisa aunque al estar a espalda de Emily, ésta no lo podría ver. Alargó sus pisadas para alcanzarla mientras sacaba un pequeño frasco de su fiel y útil monedero de piel de Moke. Sin embargo no la había alcanzado antes de lanzarse.

Bodrik había utilizado su amuleto para evitar que otros escucharan su conversación. Asintió con la cabeza para aceptar su alianza aunque ésta ya estaba implícita. No iba a dejar que ella ni su sobrina sufrieran peligro aunque eso pusiera en riesgo su propia vida. Luego de eso simplemente se lanzó al igual que lo había hecho Emily. Utilizó uno de los tantos amuletos que poseía para protegerse de la caída de tantos metros sin recibir daño. Alcanzó a su sobrina y decidió romper el hielo.

¿Quieres unas gotas? — preguntó mientras le extendía su frasco de Felix Felicis.— Nunca está mal tener a la suerte de nuestro lado.

Sacó su varita del bolsillo trasero de su pantalón y susurró un Reparo que permitió arreglar el zapato de su sobrina que se había destruído por su mala fortuna. Esperó a que Bodrik y Nathan se les unieran antes de seguir explorando. De todas formas no sabía las instrucciones dadas y, por lo mismo, no podría tomar la iniciativa esta vez. Al menos hasta asegurarse que no estaba cometiendo ningún desvio de los planes que los profesores habían propuesto mientras su mente se encontraba ida.

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Cuando cae suelta el amuleto que presiona con fuerza y abre los ojos. La rodea una oscuridad increíble y le cuesta un poco acostumbrarse a ver en la penumbra. Avanza lo suficiente para dejar espacio a los demás que vayan saltando, sorprendida por haber sido la primera. Al escuchar la voz de su tío duda antes de dar la vuelta, con la varita alzada emitiendo una tenue luz en la punta gracias a un lumos que había susurrado.

 

—¿Qué? —pregunta Emily con tono cansado, no tiene demasiadas ganas de hablar ni con él ni con nadie y se muestra lo suficientemente distraída para no escuchar con detenimiento, sin embargo el frasquito que tiene su tío en su mano la hace entender —¿No es otra forma de tocarme y hacer una nueva marca? — le espeta con un tinte de enojo en su voz, sin llegar a alzar la voz en ningún momento.

 

Niega con la cabeza y nuevamente le da la espalda, dispuesta a seguir avanzando. Pero el “reparo” que susurra Goderic la hace detenerse. Le tiende una mano y toma el frasco entre los dedos. Ya había sido víctima de una maldición y no podía permitirse serlo nuevamente. Solo dos gotas de aquel líquido dorado podían hacer la diferencia entre la vida y la muerte, de forma literal. Ve que Goderic toma un par de gotas también y le hace una seña, preguntando si debían avanzar.

 

Cuando escucha que Bodrik y Nathan bajan, comienza la marcha. El inicio es un pasillo muy estrecho, apenas y pueden estar dos personas caminando a la par. De cierta forma, le recuerda a un laberinto. A medida que se avanza, el pasillo va aumentando de tamaño, con ciertas entradas en las cuales se detiene. Hay runas parecidas a las que estaban en las puertas de entrada, pero no se detiene a verlas, quizás uno de sus compañeros que sepan idiomas podía traducir algo.

 

En un instante. súbitamente la estancia se ilumina cuando uno de ellos avanza y unas cuantas antorchas se encienden, haciendo más fácil el camino por recorrer. Emily arruga la nariz al percibir un aroma que no había tenido Es un olor extraño, aún considerando que está en un cementerio. La cabeza le empieza a dar vueltas y por un momento piensa que el Felix Felicis no está haciendo efecto. Pero la bruja no sabe que está percibiendo los pétalos del pensamiento, fácilmente el alucinógeno más potente del mundo mágico, que los podría llevar incluso a la muerte.

 

—Gode... —llama, avisando que no deben avanzar, esperanzada de que el mago supiera qué hacer en esos casos. Al volver a mirar hacia el fondo, ve cientos de flechas cruzar de una pared a otra y empieza a retroceder a grandes zancadas, con algo de miedo, pues no sabe si es su mente la que juega con ella recordando las flechas de fuego de la clase del libro pasado o si de verdad está pasando. Activa un salvaguarda mágica y espera.

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Gode...

La voz de Emily sonaba algo lejana por lo que se acercó. Aquel llamado no podía ser otro que un llamado por ayuda o por haber encontrado algo interesante en el lugar. Por lo mismo se apresuró a seguirle sus pasos, pero al avanzar por el pasillo con las antorchas prendidas se perdió en su mente. En su compleja y dispersa mente, un lugar que era difícil salir si se adentraba demasiado.

Su vista comenzó a volverse borrosa. Se sintió levemente mareado pero luego de detener su paso y llevar sus dedos a sus ojos -en un intento de volver a la normalidad su vista- desaparecieron sus molestias. Sin embargo, lo que ve frente a él lo estremeció. Se trataba del mismo niño que le había hecho compañía en la cueva donde había pasado 3 meses. Creía que era producto de su imaginación por lo que no comprendió el cómo ni porqué se encontraba frente a él.

¿Qué haces aquí? — preguntó algo consternado. — ¿Quién eres?

Lo miró con una sonrisa que ocasionó que un escalofrío recorra por la espalda de Goderic. El tiempo pasó lento y el silencio se hizo eterno. Sólo se miraron mutuamente como analizando y esperando que el otro hiciera un movimiento para hacer el suyo. El mago miró cómo el niño empezó a caminar rodeándolo mientras comenzó a responderle sus preguntas.

¿Quién soy? Pues depende de ti. Puedo ser un Dios o un demonio, eso dependerá solamente de ti. Llámame Abraxas. — respondió como si se estuviera divirtiendo.

El Dumbledore no comprendió para nada lo que trata de decirle, pero no podía verle del todo como una amenaza. Después de todo si quisiera haberlo dañado o algo lo podría haber hecho en la cueva, en cambio lo ayudó a comprender mejor su humanidad. Fue la pieza clave para resolver el enigma que le atormentaba. Por eso no podía verlo como enemigo, pero algo en su aura le causaba algo de temor. Su instinto le decía que debía tener cuidado.

¿Qué hago aquí? — respondió antes que Goderic pudiera comentar algo.— Pues sólo me divierto viendo tu vida. Debo aceptar que eres un chico interesante y últimamente he estado aburrido.

No comprendía a lo que se refería. Goderic no creía llevar una vida tan divertida y emocionante como para una criatura como aquélla lo siguiera. No, alguna razón más tendría que tener para seguirlo pero ¿cuál?. Ese era el problema, no tenía idea de lo que pasaba ni tampoco podía imaginarse nada coherente. Había aprendido que no todo Dios ni demonio responde a la lógica.

Siempre es divertido ver a los humanos esforzarse en vano. — dijo con una sonrisa torcida.— Te esfuerza y luchas para proteger a tus hijos pero no tienes idea de lo que el futuro tiene preparado — su sonrisa se fue apagando lentamente como si hubiera comprendido algo.— Ups... creo que he dicho mucho. Mejor me marcho antes que revele algo más.

Intentó detenerlo pero sus pies no le respondía, se encontraban estáticos como si se encontrasen pegados al suelo. Gritó preguntando qué había querido decir con eso ¿qué era lo que sabía del futuro de sus hijos? Goderic no lo entiende aunque la última frase que suelta Abraxas le hace estremecer. <<Recuerda que para prever el futuro debes ver tu pasado...>>.

Al alejarse la mente del Dumbledore se volvió nuevamente confusa, su visión nublada y sintió que todo su cuerpo le pesa. Comprendió rápidamente que había estado preso de una alucinación producido por algún encantamiento o poción que se encontraba en el lugar. Al recuperarse suspiró un casco-burbuja para evitar aspirar más aire contaminado con alucinógenos. Anapneo susurró para recuperar a sus vías respiratorias del efecto del gas. Repitió el mismo hechizo para su sobrina.

Goderic se detuvo para que ambos recuperaran su aliento. Sin embargo, en su mente sólo se escuchaban las palabras de Abraxas y su relación con el sueño que había tenido años atrás donde veía a su hija Lily adolescente. Había olvidado ese sueño ¿qué más había olvidado?

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Levanto las manos en señal de rendición ante el toque de Elvis, si bien por ella hubiese continuado hasta ver cuanto daño se hacían sus compañeros, le tenia mucho respeto al Gryffindor y en aquel momento estaban en su territorio. Tras el regaño no le quedo mas que permanecer en silencio aunque estaba demás decir que poco le importaba lo que Bradu o cualquier otro uzza tuviesen que decir al respecto. Les había perdido la confianza y el respeto a los guerreros cuando los usaron en el libro anterior.

 

Siguió a Elvis y Hades hacia donde este ultimo los dirigía y pronto toparon con unas puertas tras las cuales una caída de aproximadamente 30 mts era el único camino a seguir. Una caída de ese tipo no la iba a matar pero si le causaría un poco de molestias, lo mejor era hacer uso de los amuletos que ademas de ahorrarle energía seguro le daría puntos extras al final de la clase. Tomo el amuleto que les permitía una caída suave y se lanzo sin pensarlo demasiado, aunque al parecer no había sido lo suficientemente rápida pues el mortifago había logrado colocarle una mano encima con lo que seguramente le había puesto una marca. Maldijo mientras iba cayendo, no activo el amuleto hasta no estar aproximadamente a diez metros con lo que redujo la velocidad y pudo caer elegantemente. Ahora solo quedaba esperar para ver que tramaba el mago.

 

Observo su entorno durante un segundo antes de que las luces se encendieran y la cegaran por un segundo, un camino de antorchas se presento frente a ellos y un aroma extraño se colo por sus fosas nasales y no pudo evitar consumir un poco de aquel alucinogeno antes de protegerse dejando de respirar. Gruño cuando supo que era pero no llego a formular palabras, ante ella todo había cambiado, una sala, una chimenea y un hombre que recordaba bien pero que no podía estar ahi.

 

- como diablos escapaste del portal - lo increpo molesta, su ex marido estaba frente a ella y la miraba con ojos de amor - que quieres Julian.

 

- tenia ganas de verte querida, ademas que este libro te tenga tan fascinada...me picaba la curiosidad, porque aprender cosas que te harán mas...sanguinaria, mas desquiciada, sabes que tu mente se esta perdiendo- contesto el demonio acercándose a ella.

 

-mi mente no se esta perdiendo, no seas ridículo - le contesto sin moverse de su posición a pesar de su cercanía - solo quedo en libertad, esta soy yo sin ataduras ni prejuicios, pero alégrate, pronto voy a liberarte, querido - le dijo sonriendo con maldad.

 

Todo regreso a la normalidad y ante ella de nuevo el pasillo estaba libre e iluminado, pero aun así ella no se movió para inspeccionar, dejaría que el resto activara cualquier sorpresa que Hades o Elvis tuviesen preparados, ella permanecería en lugar seguro mientras pensaba en el porque de aquello que le había dicho a su visión y el porque el Julian falso aseguraba que su mente se estaba perdiendo, el subconciente tal vez le estaba intentando decir algo.

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Tal parecía que sus compañeros estaban ansiosos por lanzarse a una nueva aventura, pues pese a cualquier pronóstico de fracaso Tanto Emily como Gode se lanzaron dentro del mausoleo. Desde allí Bodrik podía sentir el fétido olor que provenía del interior de lo que parecía una cripta egipcia, de esas donde enteraban a un faraón junto a todas sus posesiones, sirvientes y familia aunque estuviesen vivos pues ellos tenían la idea de una viada después de la muerte y según sus rituales el muerto necesitaría todas esas cosas.

Los chicos se lanzaron antes de que ella misma pudiese advertirles que algo dentro del mausoleo no le cuadraba del todo, pero al estar intangible probablemente ellos no pudieron ver sus gestos de advertencia. No quedaba de otra que lanzarse también arabismo en busca de sus amigos y esperando que Nathan imitaría a los demás. Lo primero que sucedió fue la sensación de ser jalada hacia arriba y casi al mismo tiempo comenzó a desentender en picada y fue allí cuando activó su amuleto volador para que justo antes de caer, este le ayudaría a planear evitando un golpe mortal.

No más caer sobre la el suelo y comenzó a sentir que caminaba sobre huesos resquebrajados, huesos que tapizaban todo el piso de aquí especie de laberinto donde estaban moviéndose. Enseguida trato de alcanzar a Gode y Emily tal vez para advertirles sobre aquel aroma que inundaba el aire despojándoles del oxígeno pero la muchacha desapareció mientras que Gode comenzaba a conversar con alguien a quien ella no podía ver –Nathan debes hacer algo con las plantas que se queman- susurró a su compañero mientras intentaba con un –Reduccio -apuntando a varias de las antorchas haciendo que estas disminuyeran de tamaño hasta tres veces reduciendo su radio de acción.

Había inhalado lo suficiente de aquel alucinógeno y de inmediato algo le vino a la mente. Un recuerdo ya borrado de su memoria después del ataque perpetrado contra ella por los dos enmascarados (Hades y Ludwig). El recuerdo estaba alojado en lo más recóndito de su memoria, en el inconsciente que el alucinógeno traía a ella como un sueño. En su mente se hallaba en un bar llamado Nefertit´s.

Jamás imagino hasta donde llegaría aquel demonio que a mala hora se había encontrado en el establecimiento. Una noche simple en una verdadera tragedia. Para ese momento estaba más que arrepentida por haberse acercado al chico de cabellos oscuros. Este sin duda había resultado mucho peor que su hermano. Bodrik estaba algo mareada por la falta de respiración pero aun podía darse cuenta de lo que sucedía en aquella mesa.

Akiles hacía que saliera sangre a borbotones del cuello de la chica, haciendo que la sed de la Semivampiro aumentara, nunca había experimentado una sed a tal extremo y parecía que esta vez no conseguiría reprimirla en verdad. Sin darse cuenta el demonio estaba frente a ella con los labios cubiertos de sangre y sin tregua alguna se lanzó contra ella para hacerle pasar un poco de ella a atreves de su boca. Le dio una cachetada con toda la fuerza que consiguió, era un atrevido, lo malo es que en ese momento una gota de esa sangre resbalo hacia su garganta haciéndole perder el control.

Un frenesí instantáneo invadió su cuerpo, los ojos verdes de la pequeña ahora estaban cambiando a carmesí. Todavía controlaba su mente y una lagrima rodó por su mejilla, jamás se imaginó algo así, solo pensaba en no llegar a matar a los dos chicos que se desangraban frente a ella. Unos cuentos minutos más y ahora solo importaba beber aquella sangre que tenía en su cara.

Akiles atrajo hacia ella a la chica ensangrentada, mientras Bodrik sin poder evitarlo comenzó a beber del líquido que se derramaba del cuello de la joven. Bebió hasta casi terminar, pero fue tal la lucha en su interior que la muchacha término sin fuerzas y cayo desmayada. Era realmente complicado explicar lo que sucede en la mente de alguien que toda su vida fue entrenada para evitar que hiciera algo.

El cuerpo de Bodrik yacía sin aliento en el piso de aquella discoteca, era cierto casi mato a la mujer que también cayo derrumbada. El demonio podía huir dejándolas allí tiradas o sacarla del local para no despertar sospechas. El problema es que según lo que se podía ver la primera opción sería la tomada por el Lestrange.

Abrió los ojos de par en par aun sin comprender lo que su mente traía a la memoria ¿esto había ocurrido realmente? No estaba segura. Activó l anillo detector de enemigos e imito a Goderic con el casco burbuja después de un -Anapeo- para despejar sus vías respiratorias – Reduccio -apuntó a otras de las antorchas.

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El vampiro rio divertido sabiendo o más bien esperando que fueran lo suficientemente inteligentes como para usar el amuleto volador, ya de por si se suponía que podían combinar ambos libros y tenían ya aquellos conocimientos por lo que ¿Por qué no usarlos, o es que ellos creían que eran un simple adorno? Dibujo una mueca y se lanzo activando aquel amuleto volador, con un fácil planeo llego al final de aquella zona y se detuvo antes de aquel mortífero pasillo, deseaba ver si aquellos chicos que se habían pasado de listos podían hacer alguna cosa para defenderse de aquello. Sospechaba que lo harían mal, aquel conocimiento estaba por mucho más allá de ellos.

 

Asintió al ver que estaban preparados, aunque aquello lo verían en el siguiente libro si es que sobrevivían noto que aquellos alumnos habían investigado un poco más. Sonrió al ver a Elvis, al fin las cosas estaban cambiando y eran para bien. Utilizo el casco burbuja para protegerse de aquello y camino un poco. Recordaba aquel camino, en sus inicios antes de ser catalogado o más bien, antes de que fueran certificados por los Uzzas para dar aquellas magias ancestrales tanto el Gryffindor, como él y los otros profesores habían tenido que pasar por aquel mismo lugar y no le extrañaría que aquellas viejas trampas aun estuvieran en funcionamiento. Al menos Elvis no podría salvarlos si algunas flechas salían de las paredes, o los lazos del diablo los atrapaban para estrangularlos. Recordó las criaturas venenosas escondidas en la oscuridad, allí cualquier cosa podría pasar, claro estaba, pronto llegarían al final del camino y es cuando se enfrentarían a sus peores temores o más bien si todo sucedía como estaba planeado por Badru, ellos tendrían que enfrentarse a sus iguales.

 

Observo a Sofía quien se había quedado en un lugar fijo, quizás debía vigilarla por si necesitaba alguna ayuda, si, era un profesor duro my exigente pero no les iba a pedir más de lo que sospechaba que pudieran dar, claro estaba podían tirárselas de chistosos pero dudaba que quisieran otra reprimenda del director, quizás aquello sería tan caótico que el mismo Elvis decidiría aplazarlos sin miramientos, cosa que solía hacer el vampiro.

 

-lo que venimos a buscar se encuentra por allí –comento sabiendo cualquier cosa podría pasar si aquellos alumnos pisaban en falso- si logran terminar el trayecto, la recompensa será grande, sino, tendrán que iniciar el camino de nuevo –se encogió de hombros- solo ustedes decidirán como terminará esto

 

Observo a Elvis a los ojos mientras caminaba hasta donde estaba Sofía, goderic, Emily y Bodrik se estaban ayudando entre sí, nathan al parecer había caído bajo el influjo e alguna criatura o cosa maligna al igual que Mía, ambos habían estado demasiado callados y casi no se movían, sin embargo Sofía estaba prestando atención a los detalles y a todo lo que estaba sucediendo. Bufo por lo bajo, había realizado la marca de sangre en aquellos chicos o en la mayoría por lo que el destino de ellos podría estar en sus manos, podría protegerlos, o simplemente podría dejar que corrieran el riesgo, de todos modos él no podía matarles.

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Las palabras de Elvis lograron calmar un poco la sensación de ansiedad que crecía peligrosamente dentro de su pecho: si bien la presencia de algunos de sus compañeros y buenos amigos podía llegar a reconfortarlo un poco, nada podía hacer contra la sensación de que algo malo estaba ocurrir. Poco ayudaban, por otra parte, la oscura noche que se había tornado gélida apenas Elvis apagó los fuegos y la penumbra nocturna que se mantenía impenetrable a pesar de la luna que resplandecía en el cielo

 

De pronto, y casi como para empeorar radicalmente la situación, el otro profesor se acercó a un mausoleo aledaño de mármol blanco y con solo apoyar su varita contra el suelo produjo un ruido estridente que despertó un dolor de cabeza punzante que, tenía el presentimiento, tardaría varias horas en menguar. Sin embargo, y a pesar de lo incómodo que se encontraba con la situación y la tarea que se le estaba imponiendo, acató las órdenes del profesor y siguió al resto de sus compañeros hacia dentro del mausoleo donde, al llegar al borde de la entrada, podía verse una profunda caída.

 

Del bolsillo de sus pantalones sacó el amuleto que lo salvaría de la situación, lo aferró con fuerza y se lanzó al vacío. El amuleto volador le permitió planear sobre el suelo cuando la distancia aminoró hasta que finalmente pudo aterrizar sobre el suelo. Como si fuese posible, el frío allí bajo la caverna era aún peor y tuvo que aguantar las ganas de desaparecer con un solo movimiento al sentir como su pie derecho se paraba sobre lo que parecía ser una vértebra humana en estado avanzado de descomposición. Ignoró completamente las palabras de sus compañeros, a sabiendas de que si pronunciaba palabra alguna podía llegar a vomitar.

 

- ¿Nathan? - una fémina voz dijo a sus espaldas. El Weasley giró su cabeza por encima de su hombro al tiempo que un nudo se formaba en su garganta al reconocer la mujer a quien pertenecía aquella voz.

 

- ¿Ma? - soltó Nathan con voz ronca, olvidando completamente su precario estado fisiológico. Allí, entre los restos humanos, estaba su madre a quien no veía hace ya varios meses y quien había desaparecido sin dejar rastro alguno.. los rumores habían dicho que... No, ni quería pensar en los rumores, prefería recordar a su madre con los buenos recuerdos. - ¿Felicity?

 

La mujer no respondió, en cambio extendió su mano para que Nathan la tomase, y el lo hubiese hecho si no fuese por la voz de su profesor que obturó toda presencia de la mujer y lo obligó a centrar su atención en el hombre.

Editado por Nathan A. Weasley

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La sucesión de hechos que había ocurrido delante de sus ojos, entendía que la clase se había salido un poco de control, pero no comprendía porque precisamente tenían que ponerse tan intensos los profesores, sabía que los Guerreros Uzza eran difíciles de mantener contentos, sin embargo, confiaba en que estos no intervinieran y permitieran que su clase se desarrollará de la manera más rápida posible.

 

Al sentir como Hades le colocaba la marca de sangre, maldijo por lo bajo antes de aceptar su destino y caminar junto con sus compañeros.hacía una puerta que debían atravesar. Susurrando con salvaguarda mágico, consiguó volverse intangible en esos instantes y controlar su caída al precipicio mediante al amuleto de volador que permitió que cayera lentamente en el piso y sin ningún daño.

 

O eso era justamente lo que sentía hasta que sintió como sus pies se clavaban en el pecho putrefacto de algún ser humano o mago, guardando un pequeño gesto de asco continuó con sus pasos. Hasta que quedó sumida en una alucinación poco probable de que alguna vez en su vida ocurriese. De la nada, dejante de sus ojos había aparecido la figura de un vampiro de cabellos negros, ¿Zeth? si, era el que había sido su esposo.

 

—Mia, ¿por qué? ¿por qué no luchaste por nuestro matrimonio? —cuestionó el mago, mientras que se acercaba lentamente a ella con los ojos plata como dos rendijas que podían matar a cualquier persona—. Juraste fidelidad y amor, ¿ese es el valor de tus promesas?

 

Negando lentamente, la mortífaga soltó una carcajada mientras intentaba controlar sus nervios, a la vez que se acercaba un poco más hasta su posición con la varita en mano.

 

— ¿Amor? eso no existe... deberías saberlo, mejor vuelve a irte es mejor para los dos. —respondió con una risa nerviosa, mientras intentaba mantenerse inexpresiva.

 

Intentando comprender que era lo que ocurría a su al rededor, negó con lentitud y tomó entre sus manos la Daga del Sacrificio, logrando de ese modo que en su diestra apareciera un corte, el mismo que apareció en el brazo de su ex marido, mientras negaba con lentitud.

 

—El amor es dolor, ¿eso es lo que quieres? —le preguntó con curiosidad al Black Lestrange.

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