Jump to content

Libro de la Sangre (#3)


Hades Ragnarok
 Compartir

Publicaciones recomendadas

http://i.imgur.com/QKw958W.png

 

El Cainita se encontraba con los brazos cruzados. Su mirada era seria y no había rastro o atisbo de emoción en su nívea faz. El cabello lo llevaba desordenado. Su túnica era negra, la misma que solía usar cuando impartía alguna clase. Bajo la túnica un traje negro, una camisa azul y una corbata atrapada por un pisa corbatas de zafiro. Los zapatos negros y pulidos completaban el paquete.

 

La noche había caído y la verdad eso no le importaba al cainita, principalmente porque prefería la oscuridad y tranquilidad de aquel cementerio donde se encontraba esperando. La luna se había escondido tras las nubes por lo que quizás los aprendices necesitarían antorchas, una fogata o si eran más inteligentes podrían usar hasta magia.

 

Suspiró e inhalo dejando pasar por su nariz el vital gas para algunas personas y criaturas, pudo sentirlo entrando en sus pulmones para hacer aquel movimiento de “respiración”. En su mano llevaba su eterna varita, en la otra una filosa y ancestral daga. La daga del sacrificio, una que había usado ya varias veces en algunas personas o víctimas. Ladeo la cabeza, quizás debería usarla en su nuevo compañero si es que se le ocurría la maravillosa idea de aparecer a tiempo. Negó con la cabeza, que mala costumbre tenían algunos.

 

Recordaba la última vez que había estado allí, más bien recordó como había protegido a su hermana gracias a aquellos místicos poderes que había aprendido primeramente de los guerreros Uzzas para luego ser practicados e implementados en las clases.

 

Vigiló el punto donde supuestamente deberían aparecer los aprendices, esta vez no aceptaría ningún retraso, aquella clase era mucho más exigente que la anterior, el libro de la fortaleza no era nada comparado con aquella magia oscura y sangrienta que estaban por ver. Cada profesor tenía su estilo y su exigencia y el no era la excepción, así que si esperaban trabajar poco y no esforzarse tanto en aquella primera misión que tenían como en la prueba final estarían en serios problemas.

 

Aquel claro que había escogido era quizás diferente a los otros, sí, habían arboles pero estaba rodeado por tumbas y mausoleos muy antiguos, tanto así que se podían ver algunos huesos, esqueletos y calaveras regados o intentando salir de sus reposos mortales. De haber podido los hubiera transformado en inferís para que atacaran a los alumnos en el momento indicado, aquello sería realmente fácil, asa podría ver qué era lo que eran capaces de hacer. Sonrió de manera macabra mientras movía la varita hechizando algunos de aquellas estatuas de mármol. Se deleito con una en especial, una que parecía ser la mismísima muerte con una filosa guadaña.

 

Lo más divertido para el Ragnarok es que en aquel cementerio cualquier cosa podría pasar, por eso los muggles no solían aparecerse por allí o lo evitaban a menos claro estaba, que fueran a enterrar a alguno de sus seres queridos, todos murmuraban que aquella necrópolis estaba maldita, hasta el punto que animales extraños o cosas que no deberían estar allí por la zona solían aparecerse.

 

Según le habían informado las víctimas como solía llamarles o aprendices serian

 

Sofia Elizabeth Granger

Nathan A. Weasley

Goderic Slithering

Emily Cartwright

Bodrik

Mia Black Lestrange

 

Una vez que llegaran se adentrarían quizás un poco más en el campo santo o simplemente podría dejarlos allí a ver que iban a hacer con todas aquellas trampas que había preparado para ellos, si pensaban que saldrían ilesos o que él no intervendría de alguna forma para hacerles pasar una muy mala noche estaban equivocados, ahora que no había llegado nadie que les defendiera o les ayudara él podría hacer lo que le viniera en gana.

 

El Ragnarok estaba preparado para lo que pudiera surgir, pensó en todos los horrores que aquellos alumnos podrían pasar volvió a su antiguo mutismo, su nívea faz nuevamente había perdido toda expresión o sentimiento, aunque podía sentir la sed de sangre, no lo demostró.

Editado por Hades Ragnarok

vkDq3f1.png

 

kNTUx8c.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El bosque era espeluznante. Si hubiera sido uno normal, hasta tal vez podría haber admirado la belleza entre los árboles, la naturaleza que nos rodeaba, la luna que nos iluminaba y las estrellas que nos guiaban. Pero lo único que había allí era muerte. Había lápidas, había mausoleos y todo era muerte. Sentía un escalofrío constante que me recorría toda la espalda y parecía como si alguien nos vigilara, como si los huesos que se lograban divisar, estuvieran atentos a tomarnos por los pies y llevarnos muchos metros por debajo de la tierra.

 

Ahora me encontraba caminando en un gran círculo de medio kilómetro de diámetro de donde se encontraba Hades. Lo había visto desde el cielo en mi forma animaga, pasando totalmente desapercibido. Era un búho. ¿Quién podía sospechar de un búho en medio de un bosque? Los chicos estaban por aparecer en cualquier momento así que tenía que asegurarme que todo estuviera bien. Hades rechazaba cualquier protección, él creía más que lo salvaje y los peligros eran mejor en aquellos casos, pero en mi opinión personal, no era bueno correr mientras se llevaba aquella daga en la mano. Asi que me había tomado el atrevimiento de caminar entre los árboles, lanzando protecciones asi nada ajeno llegaba a nosotros.

 

Me llevó masomenos media hora. Había cerrado aquel circulo y la burbuja que nos encerraba era totalmente invisible. No la podían ver ni tocar. Ni siquiera sentir. Era solamente para camuflarnos en la noche, para que si encendíamos una luz, no fuera un foco de atención. Ni siquiera llegarían a nosotros, que las alarmas naturales empezaban a sonar para darnos tiempos a irnos de allí. Antes de que llegáramos Hades y yo, había sentido magia en aquel sitio. Magia negra, aquella si que dejaba rastros y mi compañero había insistido en ése sitio como escenario. Esperaba que los chicos hicieran caso a la carta que yo mismo les había enviado: "Los esperamos en el Bosque Kaynta a la medianoche. Practiquen los poderes. Elvis~"

 

Buenas noches, Hades. Aunque este lugar no tiene nada de bueno —le comenté después de atravesar algunos troncos y llegar hasta donde se encontraba él. Aquel sitio era mucho más despejado. Había más tumbas que árboles, así que se podía ver mejor el cielo. Acomodé un poco mi cabello aunque siempre crecía hacia todos lados. Mi túnica azul tenía algunos adornos en plateado, como los bordes y el interior, por lo que brillaba con la luna. Acomodé mi varita y me coloqué cerca de él—. Le hace falta un poco de calor a éste sitio. ¿No te parece?

 

Hice un movimiento con mi varita y varias ramas se apilaron, con algunas hojas de más. Con un segundo movimiento, dos filamentos de fuego salieron contra ellos para incendiarlos. Nuestros rostros se iluminaron y pude sentir el calor. La pequeña fogata además nos serviría como punto de encuentro. A nuestro alrededor se movía algo. ¿O era mi impresión? A lo lejos se escuchaba el ulular de una lechuza y un lobo que le aullaba a la luna.

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web


La oscuridad de la noche se había apoderado del lugar. Unas nubes oscuras eclipsaban temporalmente a la luna que era la única fuente de luz en el lugar. Sentía los dedos fríos aunque no sabía si era por el frío de la noche o los nervios afectaban a que se sintiera más indefenso. Para proteger su calor corporal se colocó la capucha, ya que no llevaba guantes u otra prenda cerca para poder abrigarse mejor.

Goderic no entendía porqué realizar la clase de noche y en un cementerio. La sangre no sólo era algo oscuro y negativo, sino que podía ser símbolo de vida. Sí, el libro dejaba bastante en claro que los hechizos que practicarían rozaba la gruesa línea de la magia negra pero no por ello era necesario dirigirse a un cementerio. Era tétrico al igual que el libro, sí. Sin embargo no había razón para recalcar más la relación de la sangre con la muerte ni tampoco para hacer más obvio lo obvio.

Realmente aquel libro hizo cuestionarse mucho al mago. Tenía principios claros y maldecir no estaba en su plan de acción. No obstante, si quería seguir aprendiendo y avanzar en el conocimiento del pueblo Uzza estaba obligado a pasar por aquel conocimiento que esperaba no usar muy seguido. Sabía que si utilizaba bien los hechizos lo podría utilizar para defender, como cuando Elvis en su clase anterior utilizó un juramento de sangre para prohibirle a la Guerrera Uzza atacarlos.

Siguió avanzando con paso lento. No le temía a lo que tendrían que enfrentar, mucho menos a la oscuridad. Disfrutaría el paseo por el bosque hasta llegar donde los profesores esperaban. Tal y como lo había dicho la carta, el Dumbledore había revisado más una vez los hechizos sin embargo no podía decir que había practicado a conciencia cada uno de ellos. No podía, por ejemplo, ir maldiciendo a diestra y siniestra sólo para practicar. No, simplemente no podía. Prefería pasar riesgos en la clase que ir seguro pero a cambio de destruir su ser.

Sus zapatos arrastraban un par de hojas que habían caído de los árboles. Cuanto más avanzaba podía notar con mayor claridad que el lugar se encontraba cargado con magia poderosa. Magia oscura. No creía que fuese producto de sus profesores, de hecho parecía más antigua como si el lugar se encontrase maldito desde un periodo largo de tiempo. No tenía pruebas, pero lo sospechaba. Años luchando contra las Artes Oscuras no habían sido en vano, además de especializarse en Maldiciones -para saber anularlas- y Defensa Contra las Artes Oscuras.

Lápidas aparecían cada vez más seguido en el camino del mago. Algunas se encontraban en mal estado, dando una sensación de miedo y tristeza. No tenía miedo ante la idea de que un muerto se levantase y los atacase sino que temía que en un futuro él estuviese bajo una lápida olvidada. Sin nadie que lo recordase. Estando solo en una eternidad. No quería ser una carga y que le lloraran, pero la sensación de soledad que entregaban aquellas tumbas desamparadas sólo podía darle escalofríos.

Vió a lo lejos una fogata en el centro de un claro. Pudo sentir el calor volver a su cuerpo. Allí se encontraba Elvis y otra persona que no reconocía muy bien pero sabía que era el otro profesor. Observó a su alrededor buscando a alguien más que le hiciese compañía pero nadie había llegado todavía. Suspiró. No comprendía cómo su sobrina no había llegado todavía siendo que le había pedido que llegase temprano. Quitó la capucha que oscurecía su rostro al jugar con las sombras proyectadas por la luna y la fogata. Se acercó más al fuego buscando calor, tenía la necesidad de estirar sus brazos para calentar sus manos pero se resignó para no pecar de exceso de confianza.

Buenas noches — saludó escuetamente.

No quería presentarse antes que llegase el resto aunque si sus pronósticos estaban correctos, muchos de sus compañeros serían los que habían aprobado el curso anterior por lo que esperaba no tener que presentarse nuevamente. Sólo esperaba que llegaran pronto, odiaba el incómodo silencio que solía crearse frente a los profesores.

AINSXnu.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Avanzada la noche, Emily sale del Castillo Dumbledore rumbo al lugar donde se llevaría a cabo su clase. Decide ir por medios más convencionales, la aparición, a pesar de que la cita es a la medianoche. No era la primera vez que se adentraba en un bosque, pero sí era la primera vez que sentía animadversión para seguir avanzando, por lo que la media hora de ventaja con la que había salido le permitieron explorar una pequeña parte, aunque su intuición le decía que era inútil antes de empezada la clase; probablemente los profesores tenían todo planeado para un momento específico.

 

El sonido de sus botas pisando hojas y ramas, combinado con la escasa luz que llega le provocan algo de nerviosismo y la baja temperatura ambiental amenazaban con ser un factor en su contra al ser una simple humana, a pesar del abrigo que viste bajo la túnica. En su monedero lleva algunas pociones curativas, los libros de hechizos que posee y unos cuantos objetos que cree que pueden serle de utilidad. Los amuletos, en cambio, los tiene dispuestos en forma de collar, escondidos por debajo de su blusa.

 

Susurra suavemente un lumos y siente su voz un poco seca y apagada. El pequeño brillo de su varita mágica la acompaña en la lenta caminata. Supone que va temprano, a pesar de haber perdido mucho tiempo buscando a su tío en cada habitación a la que le era posible entrar. Le había pedido que fueran temprano. Pensar en aquello la enoja un poco y hace que acelere su paso, olvidándose por un rato de los peligros que podría encontrarse si no va con cautela.

 

Sin embargo, nada la ataca, obviando a los pequeños insectos u hojas que caen sobre su ropa o se quedan en su cabello rubio, que sacude con frecuencia. Lo amarra de forma irregular despejando su rostro, permitiéndole mayor visibilidad. Divisa a lo lejos lo que parece fuego, e instintivamente quiere acercarse, buscando calor, algo más tranquilo. Recuerda que el punto de encuentro es un claro y se dirige, presurosa.

 

Sin querer, al pisar escucha un crujido y ve con algo de sorpresa que se trata de una mano. En realidad, de sus huesos. Nota que, mientras más se acerca, es más obvio que el bosque no solo alberga los animales propios de un lugar como ese, sino también que allí descansan los cuerpos de quien sabe cuanta gente. Saber que está en un cementerio no la hace feliz, pero tampoco le provocan el miedo que hubiera esperado. Cuando la luz de la fogata es suficiente para iluminar, apaga su varita y la guarda en un bolsillo.

 

Ve tres figuras de espaldas, dos de las cuales reconoce. Quiere saludar como lo haría en una reunión social pero sabe que no debe. Menos tratándose de la experiencia que le permitirá vincularse con el Libro de la Sangre. Esta vez, podía presentarse con la conciencia tranquila, al haber practicado, o al menos leído, los poderes que debía controlar, tal y como Elvis pedía en la nota enviada. El libro de la Fortaleza les demandó mucho esfuerzo y no dudaba que éste implicaría aún más.

 

Hola —saluda con algo de timidez, pero se aclara la garganta y al situarse al lado de su tío, añade —Buenas noches.

 

Le susurra lo más bajo que puede un reclamo a Goderic por no haberla esperado, pero se distrae al ver con curiosidad la daga que Hades, el profesor al que no conoce, lleva en su mano ¿la usaría contra uno de ellos? En el fondo de su ser, debe admitir que esa sería una buena forma de demostrar los poderes de los uzza, aunque la idea la incomode. Eso le hace pensar que no conoce con quienes más se va a encontrar. Solo espera que Bodrik y los demás compañeros de la clase anterior se unieran pronto al reducido grupo de magos.

 

fwb3AQB.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

En su momento, jamás creyó que se inmiscuiría en otra de esas aventuras tan pronto: había regresado a su hogar luego de la clase del Libro de la Fortaleza con un cuadro gripal muy fuerte, ni hablar de lo exhausto que se encontraba por las fuertes dosis de adrenalina que habían corrido por su cuerpo mientras escapaban de un Yeti salvaje o evitaban ser aplastados por fragmentos de roca que caían desde el cielo sin piedad... Definitivamente, aquellos guerreros Uzza hacían honor a los rumores que se corrían sobre las clases pero... ¿hasta qué punto iba a aguantar aquellos arduos desafíos bajo el propósito de obtener más conocimiento?

 

La penumbra de medianoche ya se había asentado con algunos minutos de antelación cuando el Weasley se apareció en aquellos territorios. Su cuerpo hizo un leve 'crack' al materializarse, y su aparición causó una onda expansiva radial que movilizó los grupos de hojas secas dispersos por el suelo. El mago dio unos pasos más para estabilizarse, y luego se detuvo sobre sus pasos para contemplar la horripilante escena a la que había arribado. De pronto, la mochila en su espalda con el libro mágico y sus respectivos anillos y amuletos le pesó unos cuantos kilos de más.

 

Una fresca y húmeda brisa soplaba de todas direcciones, haciéndole sentir al mago un frío que calaba hasta los huesos y que lo hubiera hecho tiritar de frío sino fuese por su tatuaje mágico inscrito con tinta de fuego en su hombro derecho. Allí descansaba un fénix rojizo que aleteaba al compás del viento que soplaba, y que con cada batir de sus alas despedía una ráfaga de calor que se extendía por todo su cuerpo, ayudándolo a aclimatarse mientras daba los primeros pasos en dirección al punto de encuentro donde sus profesores lo habían citado.

 

A su alrededor, el panorama era de completa desolación. La poca naturaleza que había estaba en distintos estados de muerte a causa de las bajas temperaturas y la uniformidad del césped era violada por los múltiples montículos de tierra que cubrían los remanentes de varios cuerpos inertes a unos cuantos metros de profundidad. Para empeorar las cosas, la luna se encontraba oculta detrás de unas nubes y la oscuridad se encontraba perturbada únicamente por dos cuerpos de fuego que se encontraban a unos cuantos metros delante de él, donde ya podía ver algunas personas congregadas en torno a él.

 

- Buenas noches - dijo apenas se les unió, tomándose la molestia de darle una palmada en el hombro a su tío Elvis y de asentirle levemente al otro profesor, cuyo semblante serio hacía poco por aminorar el escalofrío que recorría su cuerpo. No le temía a la muerte, ni mucho menos a aquellos que habían tenido el infortunio de experimentar aquella realidad, más ciertamente le tenía respeto y la idea de vagar por un cementerio en el medio de la noche no le resultaba precisamente adecuada.

 

Saludó a Goderic con un asentimiento y hasta le estrechó su mano refugiada del frío, que hasta segundos atrás descansaba plácida en los bolsillos de la túnica que cubría el cuerpo de Nathan. Sabía que lo único que restaba era esperar a que el resto de los pupilos llegasen, por lo que se limitó a enterrar la mitad inferior de su rostro en el cuello de su túnica y mantener ambas manos en sus bolsillos, mientras contemplaba impasible el crepitar del fuego que ardía a su lado.

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Decir que había esperado años por aquella clase era algo exagerado pero su impaciencia por finalmente cursarla le habían hecho eterna la espera. En cuanto recibió la nota de Elvis donde le pedía que practicara los hechizos le habían dado un excelente pretexto para experimentar con los muggles que mataba de vez en cuando. Definitivamente aquel libro era su preferido y poder usarlo con todas las de la ley, simplemente delicioso. Como siempre su vestimenta en colores negros y rojos, casi siempre en pantalones y aquella no era la excepción, tenia unos hechos de tela especial que le permitían maniobrar si tenia que correr o brincar, una blusa de cuello tortuga sin mangas y su capa de viaje negra, ese seria su atuendo.

 

No le preocupaba el clima que pudiese presentar el bosque Kaynta, al ser una vampira no sentía las inclemencias del tiempo como las sentían los humanos, podría haber aparecido en bikini y seria exactamente lo mismo. En cuanto apareció en el bosque tras una estela negra pudo sentir la presencia de la magia oscura que se encontraba cerca de los arboles entre los que realizo su llegada, las cosas no podrían ponerse mejor, aquella magia la guiaría a su destino así que no hizo mas que seguirla hasta donde comenzaba a sentirse mas fuerte. Se coloco la capucha mas para ocultar su rostro que para cubrirse del frió, viejas costumbres mortifagas que no se borraban tan facilmente.

 

De repente la luz de una fogata al fondo de un claro le indico que llevaba buena dirección, mientras mas avanzaba comenzó a ver mas y mas tumbas. Su rostro se ilumino con alegría, aquello era tan adecuado para lo que venían a aprender, además que mejor lugar para un vampiro que un cementerio, era un particular cliche que a ella no le molestaba, era el mejor lugar para meditar y planear, los humanos casi nunca iban a esos lugares en la noche, le temían a la muerte por que sus patéticas vidas eran muy cortas y le temian a la noche porque no la entendían, no como ella. Paso su pálida mano por las lapidas mientras pasaba entre ellas para llegar a donde estaba el resto de sus compañeros y los profesores. Hades, sabía que era un mortifago, lo llego a ver algunas veces por la fortaleza y Elvis, era su primo y alguien muy querido, al menos no tenia a algunos indeseables dándole la clase.

 

- buenas noches - saludo por cortesía y se coloco lo mas lejos que pudo de la fogata, no necesitaba el calor y las llamas y ella no eran buenos amigos. No retiro la capucha de su cabeza y se sentó sobre una tumba en espera de que la clase diera comienzo. Esperaba que a a la muerta que estaba ahi no le molestara mucho que la usara de asiento

c3cuSMA.gif4dV4RuU.gif

adUnqJb.png

8qIYq5A.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La idea de tener una clase durante la noche le agradó, porque sabía que la oscuridad guardaba interesantes y peligrosos secretos que los probarían como dignos merecedores y poseedores de la magia ancestral de los Guerreros Uzza. Considerando que la clase anterior que había tenido, había sido poco interesante y tediosa, esperaba que la que estaba por iniciar fuese mucho más entretenida y le permitiera conocer a fondo los hechizos y poderes del Libro de la Sangre, porque en base a lo que había escuchado era uno de los más interesantes.

 

Tomando entre sus manos el Libro de la Sangre, que días atrás había comprado en el Magic Mall, sintió como le permitía comenzar a hojearlo lentamente al recibir la indicación por parte de Elvis, uno de sus profesores del libro que debía estudiar un poco su contenido. Algunos hechizos le resultaron sumamente interesantes, logrando que en sus ojos apareciera un brillo especial que confiaba duraría toda la clase.

 

Eligiendo ponerse en marcha rumbo al bosque/cementerio en que los habían citado cambió su vestimenta cambió por una sencilla túnica negra a juego con unas botas del mismo color, mientras su cabello se lo trenzó para tener una mayor libertad de movimientos, y su varita mágica iba en su diestra mientras que el libro lo llevaba guardado en su bolsillo interno de la túnica. Estaba lista para partir, por lo que se concentró en cerrar los ojos y visualizar el sitio al que se dirigía.

 

Pasados unos segundos, reapareció en el claro de un bosque que se encontraba totalmente oscuro, levantando su varita mágica, susurró Lumus, logrando que la puna se encendiera como si se tratará de una lampara personal, la cual la guió por entre los árboles hasta llegar al camino cercado por algunas edificaciones a medio construir y otras a medio tirar debido al paso del tiempo. Prestando especial interés en cada una de ellas, se acercó lentamente hasta el sitio del cual provenían algunas cuantas voces.

 

Alumbrando su camino con su varita, continuó su camino por entre tumbas y alguna que otra roca caída, llegando a la conclusión de que se parecía un poco a la prueba final de su anterior libro, pero con la ventaja de que estaban el aire libre, lo cual podía significar un mayor rango de posibilidades de probar sus capacidades. Sin embargo, no era el momento adecuado para continuar recordando viejos tiempos, sino que de estar presente y guardar en su memoria todas las imágenes y rostros de compañeros que podía vislumbrar.

 

—Buenas noches, es un sitio singular pero bastante interesante. —sus últimas palabras fueron más para sí misma, que para cualquiera de sus compañeros.

 

La luz que salía de una fogata en el sitio en el que se encontraban reunidos, dio la confianza a la Black Lestrange de apagar su varita mágica con un sencillo nox, logrando que gracias al fuego pudiese ver los rostros de al menos un par de compañeros de la clase pasada y unos cuantos rostros nuevos, ¿podrían hacer buen equipo? eso era de lo que no se encontraba completamente segura, por lo que permitió que terminarán de arribar sus demás compañeros y los profesores iniciarán el curso de la clase.

5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

 

 

La Luna estaba oculta, quizá porque se encontraban en luna nueva o tal vez era debido a las nubes que cubrían el cielo nocturno. Lo importante era que no había nada que iluminará el bosque por donde estaba caminando la joven de cabello negro y en verdad que necesitaba toda la luz que pudiera obtener, pues no era la única razón que tenía para necesitarla. Pronto descubriría la razón principal.

Caminaba por un oscuro bosque en busca del claro que había señalado su maestro como punto de reunión para los nuevos aprendices, pero a esa hora lo que realmente debería era estar durmiendo en la tranquilidad de su hogar. El sitio elegido parecía exagerado teniendo en cuenta que se trataba de un curso para la vinculación con el libro de la sangre y no es que el libro de la fortaleza haya sido un pasea tranquilo, pero por lo que había leído la joven Lockhart este libro se relacionaba con magia oscura, con sangre y heridas y estar rodeados de tumbas sería una exageración. Podía imaginar los retos que le traería esta nueva vinculación. Sin lugar a duda lo haría para poder seguir avanzando en el estudio de la magia Uzza.

Tenía la idea de estar haciendo mucho ruido pues la silenciosa media noche intensificaba cualquier sonido y como era inevitable caminar sobre hojas secas y pequeñas ramitas que crujían bajo sus botas pantaneras estaba segura que para un mago experto hacía rato que ella había delatado su posición -Lumus – Pronunció encendido la punta de su varita para poder ver el caminó que la llevaba hasta el centro del claro y una vez ahí el fuego les dio suficiente luminosidad para apreciar mejor el lugar.

Había decidido usar ropa más abrigada para este nuevo curso debido a la hora y lugar elegido para la clase teórica. Unos jeans vaqueros ajustados pero flexibles, una camiseta rosa pero de una de sus bandas muggles favoritas “Guns and Roses” cubierta por un suéter de color gris y sus pies estaban calzados con sus botas pantaneras para protegerla de cualquier criatura rastrera además de evitar e rose directo con los huesos regados en el piso por donde ella estaba transitando.

Al llegar al centro el fuego iluminó algunas tumbas y mausoleos muy antiguos que se veían verdaderamente tétricos iluminados con la luz de la fogata. Se podían ver algunos huesos, esqueletos y calaveras regados o intentando salir de sus lugares de reposo. Todo allí era muerte. Realmente habían elegido un feo escenario pues ya parecía suficiente la lista de posibles hechizos, objetos y hasta maldiciones. El fuego además de iluminar el ambiente, había servido para calentar sus manos frías, aunque por suerte recordó que en su bolsillo trasero mantenía un par de guantes de piel de dragón entonces decidió que sería un buen momento para ponérselos.

-Buenas noches -dijo al acercarse al grupo. Luego se acomodó junto a Gode y Emily un poco más tranquila al saberlos cerca. Verdaderamente la única ventaja que podían tener era la compañía de quienes eran más cercanos y definitivamente tanto Gode como Emily lo eran, después distinguió a Nathan y sonrió complacida pues era uno de sus dos mejores amigos y un gran mago.

Unos segundos después dio un vistazo a sus profesores. Realmente era un alivio que Elvis estuviera acompañando a Hades pues pese al lago tiempo que llevaban de trabajar juntos Bodrik no sabía a ciencia cierta las afinidades del Sanador aunque por supuesto no le disgustaba que fuera su maestro. Sin duda este curso sería una experiencia nueva para la muchacha. Ya tendría tiempo de conocer mejor a Hades.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El Ragnarok entrecerró los ojos al ver al director allí. Maldijo en su pensamiento, ¿es que acaso no confiaban en él?, ¿no había demostrado ya lo mucho que sabía y valía?, negó con la cabeza mientras sus orbes negros traspasaban la oscuridad de aquel cementerio. Bufo cuando el hombre menciono el clima frio que reinaba en el lugar. La verdad para él cualquier clima era agradable, mas si había frio, pero aun así Elvis iba a encender fuego.

 

-Si los consientes no van a aprender jamás nada, ni siquiera a defenderse –menciono el vampiro ante lo que estaba haciendo el director de la institución- solo falta que les salves la vida o los defiendas de las sorpresas que hay preparadas en este lugar, te aseguro que al menos saldrán heridos de este sitio y así podremos ver que tanto aprendieron de los libros anteriores y si es que se les ocurrió la idea de abrir este, nosotros ya pasamos las primeras pruebas, una vez que nos prepararon los guerreros Uzzas para enseñar estos conocimientos como para volverlos a aprender –dibujo una sonrisa divertida- ¿acaso crees que Badru nos va a poner esta prueba tan fácil?, esperara mucha más sangre que la vez anterior

 

El sonido de apariciones comenzaron a inundar aquel claro, poco a poco y uno a uno aquellos aprendices habían comenzado a llegar. Dibujo una sonrisa malévola cuando observo a su jefa en el Hospital Mágico. Hasta aquel momento fue que se dio cuenta de que él le daría clases a Bodrik, quizás allí era donde se iba a deshacer de ella de una vez por todas, luego seguiría con Anna. Siguió recorriendo con la mirada seria el grupo, a algunos los conocía y a otros era primera vez que les veía. Ante cada saludo el cainita había hecho un ligero asentimiento de cabeza como saludo pero no había dicho nada, ninguna palabra se había escapado de su boca.

 

-Buenas noches, sean bienvenidos a este pequeño… campamento improvisado –dijo el vampiro- espero no se pongan muy cómodos ya que cualquier cosa puede pasar en una noche como esta –dijo jugueteando con la daga entre sus níveos dedos.

 

Comenzó a caminar lentamente observando a Elvis en primer caso quien se mantenía atento a lo que estaba sucediendo para luego acercarse a Bodrik y tocar su brazo colocando así una marca de sangre. Siguió su camino buscando estudiando a cada uno de aquellos alumnos que le habían sido asignados. Observo el fuego y dejo que el calos y las llamas le dieran quizás un poco de energía. Pudo imaginar como aquel fuego cambiaba de color y le transmitía un extraño mensaje, pero aquel no era el momento para jugar al piro maniaco. Rio por lo bajo para pararse al lado de Elvis.

 

-Creo que están listos para al primera prueba o lo que sea que vaya a suceder ahora –dijo divertido al director para luego llamar la atención de los chicos- supongo que desearan ver los poderes del libro en acción –comento- pues lamento decepcionarles, aunque quizás les muestre un pequeño truco, por ejemplo –dijo tocando el brazo de Elvis para hacerle una marca de sangre- <<me protegerás ante cualquier cosa que me ataque> -pensó dándole aquella orden a Elvis- ¿Qué pasaría si soy atacado en este momento?

 

Justamente en ese instante se materializo uno de aquellas estatuas de mármol dispuesta a hacerle daño al vampiro.

vkDq3f1.png

 

kNTUx8c.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Negué con la cabeza mientras miraba a Hades. Al parecer mis pensamientos estaban más que acertados, ya que le produje cierto malestar a mi compañero. Era increíble las palabras que me dirigía, se hacía el sorprendido como si jamás hubiera pasado nada. Me mantuve unos segundos en silencio, aprovechando el crepitar de la fogata y la oscuridad de la noche, que realzaba las sombras de los árboles. Mi compañero tenía una idea completamente diferente al libro. Era totalmente ofensivo, pensaba en los daños y peligros que podían correr los alumnos. Yo opinaba en sentido contrario.

No todo es el peligro, Hades. Hay que exprimir los poderes, hay que ubicarse en cada situación. Debemos formar un balance entre nosotros si queremos que los chicos lo aprendan bien —le comenté, y en mi cabeza se materializó el nombre del siguiente libro, el del Equilibrio. Estaba seguro que el nombre hacía alusión cuando las personas que se vinculaban a él, podían ver ambos lados de cada poder. No todo era bueno o todo malo, sino el justo equilibrio para poder centrarse en cada centímetro de aquel artilugio Uzza—. Y no sólo es Badru...

Aquel último comentario me había traído a la cabeza la cantidad de veces que los Uzza se metían en las clases. En ciertas ocasiones ni habían aparecido pero no lográbamos alejarlos de nosotros. Lo cierto es que tal vez aún no confiaban en nosotros y nos tenían vigilados. O querían corroborar que nadie les robara sus libros de los Hechizos, aunque de verdad para eso era tarde. Uno a uno fueron llegando. Conocía a todos los chicos y me alegraba ver que hubieran llegado a ése tramo. La ventaja es que el conocimiento se esparciría. Lo malo era que podría haber mas personas que pensaran como Hades.

Y allí mismo ocurrió el ejemplo más claro. Me había desconcentrado en observar como los chicos llegaban lentamente a aquel circulo protegido por mis encantamientos. Al parecer hasta ahora funcionaba bien, ya que nadie más que ellos nos había encontrado. Pero cuando me di cuenta de lo que Hades estaba haciendo, pude ver que donde había rozado con sus dedos apareció una marca, una marca que no pude distinguir demasiado solamente con la luz de la fogata. No había efectos secundarios. No había ni luces ni señales, solamente Hades me había obligado a hacer algo. Y pude corroborar que era.

¡Reducto! —exclamé en el momento que estaba por pasar aquello. Un rayo tan blanco como la nieve, surgió de mi arma y fue volando directamente contra el pecho de aquella estatua. No llegó a moverse ni un segundo, una fuerza ajena, me hizo que derribara a lo que iba a atacar a Hades. ¿De verdad pensaba enseñar de ésa manera? No podía hacer nada para evitarlo, por lo menos en ése margen de minutos. El rayo impacto en la estatua e hizo que volara su cabeza por el aire y se partiera en dos, desmoronándose en el suelo.

La Marca de Sangre duraba algunos minutos. Muchas veces hasta llegaba a ser una acción como aquella, porque de a poco la magia iba desapareciendo. Era un Libro con poderes muy manipuladores. Por eso es que prefería demostrarles el otro lado. Como había atacado a la estatua, tambien los podría haber maldecido a ellos.

Como ven, es un libro que contiene poderes extraños. Es un libro que te enseña a mirar todo desde otro punto de vista. Te enseña a desconfiar de toda persona que se te acerque —miré de costado a Hades y continué con la pequeña explicación—. Como también aprendes a usarlo de diferentes maneras. La Sangre simboliza el mismo sacrificio, tanto propio como ajeno. Son poderes de sumisión. De control. ¿Quieren otra demostración?

Sabía que Hades era rápido pero ya era demasiado tarde para cualquier cosa que quisiera hacer. Mi daga del Sacrificio ya se encontraba en mi mano izquierda mientras apoyaba el filo de la hoja de plata en mi brazo derecho y realizaba un gran corte. La sangre empezó a brotar de la herida. El puñal no era para clavarlo, sino que eran heridas, especialmente para esos casos. »Immolo Oppugnare« murmuré, como unas viejas palabras en latín. El daño que me había hecho yo, lo estaba sufriendo Hades. Esperaba que lo tomara como una especie de venganza por lo que hizo él.

Yo juro no atacar a ningún alumno aquí presente en la clase —miraba hacia los bosques. Aquella promesa abarcaba a todos los chicos presentes allí. Miré a mi compañero, le dirigí una sonrisa y guardé la daga. Automáticamente me cure con aquel talisman que llevaba colgando en mi cuello. Él seguramente haría lo mismo. Ahora miré a los pupilos—. Como verán, cuando usan la Daga, causan daño a los enemigos. El mismo corte aparece sobre ellos. Pero luego de eso, todos los que fueron afectados por la daga, pueden hacerlos caer bajo un juramento. El que quieran. Tanto su rival como ustedes deben cumplir con eso o les producirá un corte cada vez. Pueden faltar a sus palabras, pero morirán desangrados antes de que se den cuenta. ¿Dudas?

Esperaba que los chicos reaccionaran a preguntar porque pronto nos alejaríamos de aquellas protecciones.

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.