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Libro de la Sangre (#3)


Hades Ragnarok
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No tomó más que unos segundos el que el resto de la clase llegara al claro donde la cátedra tomaría lugar. A pesar de ello, el Weasley no corrió su mirada del fuego crepitante hasta que todos hubiesen llegado y los profesores se hubiesen acercado para comenzar la lección. Hasta que eso sucedió, Nathan se había tomado su tiempo para repasar una vez más sus expectativas para aquella lección... no estaba muy seguro de que iba a aprender aquella noche y ni siquiera se había molestado en leer el libro una segunda vez. Después de lo que había vivido en la clase del libro de la Fortaleza, había decidido que su destino estaba librado a la suerte.

 

La voz rasposa de uno de sus profesores lo inquietaba, y su selección de palabras hacía poco por animarlo a pensar que aquella sería una clase tranquila. Sus sospechas se vieron confirmadas cuando de un segundo a otro, y por medio de una magia extraña que Nathan no comprendió del todo, Elvis se vio sumido a la voluntad del otro profesor y producto de ello conjuró un rayo blanquecino que hizo añicos a una estatua. Acto seguido Elvis, a manera de contraataque, se profirió un corte con una daga y por medio de un encantamiento extraño, logró que el mismo corte se materializara en el brazo homólogo del otro profesor.

 

¿Qué clase de magia es esta? >> pensó Nathan, arrugando el ceño. Ciertamente aquello no se ajustaba a las expectativas que tenía, y a pesar de que el Libro de la Sangre podría haber sido un indicativo de lo que podía esperar, esto se escapaba totalmente de su imaginación.

 

Las palabras de Elvis le daban un poco más de sentido a la magia a la que estaban siendo expuestos, más no podía concebir demasiadas situaciones en las cuales utilizara aquella magia. Sabía que eran conocimientos que le serían de utilidad en situaciones de batalla o de peligro, pero el proferirse heridas a uno mismo sólo para lastimar al otro le parecía, cuanto menos, increíblemente falto de lógica y sentido.

 

Estaba a punto de negar con la cabeza cuando Elvis preguntó si alguien tenía dudas cuando, casi como en respuesta al estímulo, una pregunta apareció en la instancia consciente de su pensamiento, rogando por ser efectuada.

 

- ¿La intercalación de un efecto que impidiese la pronunciación de ese encantamiento... - le dijo a Elvis, esperando que su duda no fuese demasiado tonta - dejaría sin efecto al hechizo? Me refiero a que... el corte lo harías igual por más de que fueses, por ejemplo, silenciado. Pero en ese caso, ¿solo tú tendrías el corte o tu enemigo también?

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¿Tienes frío? — preguntó Goderic al tomar las manos de su sobrina para comprobar su temperatura corporal.

Hades realizaba una demostración que le pareció poco interesante. No porque fuera aburrida sino porque ya se había acostumbrado a practicar los hechizos él y no que lo enseñaran al usarlos otros. Quizás sólo había sido el libro de la Fortaleza pero ese método de enseñanza le pareció mucho más efectiva que la que se proponía por ahora. Por lo mismo, decidió practicar un hechizo aunque éste atentara contra su perfil pero lo haría para sacar provecho a la situación.

Al haber tocado la mano de su sobrina había realizado la Marca de Sangre un hechizo oscuro que permitía ejercer voluntad sobre otro, tal como si fuera una maldición imperdonable. Sí, estaba jugando con magia peligrosa y que consideraba una aberración pero si quería aprobar la clase y continuar adquiriendo mayores conocimientos debía utilizarlos de todas formas. Además sacaría provecho de la situación.

Su mente con la de Emily ahora se encontraban vinculadas. Sabía que ahora la bruja estaba bajo su control y su voluntad se encontraba doblegada. Confiaba en que le perdonaría por lo que le haría hacer, probablemente se enojaría mucho y dejaría de hablar por un tiempo largo pero ambos sabían que era una oportunidad que no podían perder. Además ella había luchado junto a él en el pasado, a pesar de su presente de civil sus principios no podían cambiar de la noche a la mañana. Confiaba en ella y en su capacidad de entender sus actos.

Tomó la daga de sacrificio de color plateado que aparecía frente a él mientras Nathan realizaba una pregunta a sus profesores y, aprovechando que se encontraban distraídos por su pregunta, simplemente se realizó un corte en su brazo. El dolor fue intenso. Entrecerró un poco sus ojos al sentir el ardor que se producía al desgarrar su piel y sentir como su sangre fluía constantemente en una marcha que no parecía tener fin. <<Immolo oppugnare>> había dicho imitando a su profesor. Sabía que su hazaña ya había sido descubierta ya que en el brazo izquierdo de Hades se generaba una herida de igual magnitud que sin duda lo alertaría de que algo pasaba.

A su vez, su sobrina realizaba los mismos actos dado que se lo había ordenado con la marca de sangre. Era increíble que una pequeña marca en forma de luciérnaga que se posaba en su mano pudiese quitarle su libertad. A diferencia suya, Emily inmolaba su brazo derecho para afectar al mismo profesor. Lo siguiente también sucedió al unísono y Hades no podría evitarlo ya que sucedió realmente rápido. Un Juramento de Sangre.

Juro responder todas las preguntas que me hagan.— susurró con un tono firme casi desafiante.

La Dumbledore realizaba un juramento distinto que se complementaba directamente con su juramento. Cuando ambos juramentos ya se habían realizado lo siguiente no resultaba ser complicado de imaginar. Estaba obligado a responder y a decir la verdad si no quería acabar herido y revelar sus indirectamente sus mentiras. La bruja realizó su pregunta, sin perder un segundo. Mientras que ambos se curaban con el amuleto de curación que colgaba de sus cuellos y que habían aprendido a utilizar en su clase anterior también junto a Elvis. Hades se encontraba en una encrucijada, aceptar sus ideales y confirmar sus sospechas o acabar más herido de lo que estaba.

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Cuando parecen que están todos los estudiantes completos, Hades hace un movimiento que la toma por sorpresa, a pesar de que lo había anticipado. Bodrik, quien está a su lado, tiene ahora una marca, que a pesar de la poca distancia no logra distinguir bien; sin embargo, sabe que se trata de una marca de sangre, había leído sobre ello en el libro, poco antes de aventurarse hasta el bosque. Mira a la bruja, en busca de una señal sobre la forma en como se tomaría esa acción de su profesor. Pero no hay mucho tiempo para preocuparse, con los intercambios de poderes entre Hades y Elvis. Emily no sabe cómo reaccionar, si, está viendo cómo se usan los hechizos, pero no se convence de la forma de enseñarlos.

Entonces siente unas cálidas manos tomar las suyas, contrastando con lo helado de sus dedos. Se sorprende y más aún al ver a Goderic, desviando su atención de lo que sucede alrededor. Asiente con lentitud, respondiendo la pregunta, todavía extrañada por el accionar de su tío. Oh, pero el gesto es una simple forma sutil de utilizarla. Lo último que puede recordar con exactitud es notar en su piel una marca con una forma bastante singular; sabe con nitidez que la había observado durante varios minutos hasta que sintió que su mente ya no era solo suya.

Era extraño, ser manipulada de esa forma; le hubiera gustado que no lo hiciera, o que le hubiera avisado de su plan; no estaba segura de si podía resistirse ¿podría? Pero claro, no puede. No sabe cómo, pero la daga del sacrificio está en su mano y clava con rudeza su propio brazo, el derecho. Pero el corte no solo se hace presente manchando de sangre su ropa, sino que se proyecta en Hades, su profesor. Sin que Emily esté consciente para entenderlo, Goderic hace el mismo hechizo al tiempo, pero en su brazo izquierdo y dice algo que no alcanza a procesar completamente.

<<¿Pero qué?>> se pregunta, en algún lugar de su mente, esa que todavía le pertenece únicamente a ella. Su pregunta se ve respondida por ella misma, cuando entreabre los labios y realiza un juramento de sangre, aprovechando el corte, con la voz como un susurro. La mente del mago funcionaba de forma calculadora y tendría que pasar mucho tiempo para que la bruja olvide todo aquello.

-Juro no decir mentiras

Hablaba tan bajo que no era seguro si todos habían escuchado, los sonidos propios del bosque inundaban el ambiente y una Emily controlada no podía preocuparse por ello. Lo que sí era seguro era el juramento, que también afectaba a su profesor. El corte en el brazo le envía una punzada de dolor, pero no hace nada por cubrirlo o curarse, incluso eso está a la única voluntad de su tío. Las siguientes palabras que dice, eran para dejar helados a todos.

-¿Profesor Hades usted es un mortífago o pertenece al grupo asociado a la Marca Tenebrosa?... lo pregunto solo por curiosidad

Con que de eso se trata todo, de ideales. Emily sabe que no puede renegar cuando regrese a su estado mental normal; o al menos no demasiado. Un segundo después, de forma mecánica lleva su mano hacia el collar que tiene en el cuello y usa el amuleto de curación. La herida en su brazo desaparece, pero la marca continúa.
Editado por Emily Cartwright

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Después del saludo de cada uno de sus compañeros Hades comenzó con la clase y lo primero que aclaraba era la posibilidad de sufrir algún daño considerable debido al escenario elegido para la conexión con el libro de la sangre. Jugaba con la daga en su mano como si se tratara de un juguete y aunque Bodrik jamás lo había visto actuar de ese modo abiertamente, no se sorprendía pues el sanador pasaba la mayoría del tiempo encerrado en su laboratorio y resultaba bastante complicado para todo el cuerpo médico relacionarse con el vampiro.

Bodrik observaba con atención todos los movimientos de su maestro. Hacía mucho tiempo que trabajaban juntos y pese a los intentos de la joven bruja por acercarse a él sin dejar de respetar su privacidad parecía casi imposible para cualquier persona ingresar a su área que era una de las más restringidas del hospital y no solo porque allí se manejaban pociones y virus muy avanzados, sino también por las exigencias del mago.

Si no hubiese leído con anterioridad el libro, jamás se hubiera percatado de la marca extraña que Su nuevo maestro había realizado en su hombro. Ella sabía que se trataba de una marca de sangre y que desde ese momento estaría bajo el control de Hades durante unos minutos, pero estaba lejos de imaginaras las razones que tenía el mago para desear su muerte y que no era la primera vez que lo intentaba.

La primera vez que había intentado matarla, alguien le había pagado una gran cantidad d dinero para asesinarla. En ese entonces el Mortifago apareció en su castillo cuando ella se encontraba completamente sola, Había llegado enmascarado, pero sin prever la presencia de otro mortifago que deseaba matarla también. Después de que ambos hubieran peleado por quien se llevaría el mérito de asesinarla los hechizos de ambos había chocado golpeando a la chica y tumbándola hacia atrás donde termino golpeándose fuertemente la cabeza y quedó malherida y de no ser por su abuelo tal vez habría terminado muerta allí mismo, pero en cambio perdió una gran cantidad de recuerdos, incluyendo la identidad de ambos atacantes.

Debido al odio que le había generado no poder matarla el vampiro había decidido vengarse con tan mala suerte que a la joven Lockhart la habían promovido dentro de San Mungo haciéndola jefe del hospital Mágico y por tanto jefe del mago y eso había acrecentado más su odio por la pelinegra a quien consideraba incompetente y débil aunque ella estuviera lejos de suponer todo lo que su empleado estaba dispuesto a realizar con tal de lograr su venganza.

Lo más reciente que había intentado el mago había sido la creación de un virus cuyos efectos convertían a cualquier persona en zombie, con tan mala suerte que aún no conseguía su muerte, aunque había estado muy cerca pues el virus había sido depositado en el acueducto del hospital mágico y cualquiera que bebiese un poco de agua enfermaría con el virus mutado. Finalmente el mismo Hades había sido el héroe al desarrollar una cura para dicho mal, no sin antes causar estragos pues muchos pacientes estaban bajo los efectos de aquello.

Ahora estaba planeando hacerle daño durante el curso, pero antes de darle cualquier orden, el mago se enfocó de nuevo en el curso para explicarles acerca de la marca de sangre haciendo una nueva en el brazo de su compañero de enseñanza. Elvis al igual que ella estaban siendo controlados y conectados a la mente del vampiro que no dudo en usar a Elvis para que le protegiera del ataque inminente de una estatua viviente. El director no tuvo problema y continúo con la explicación.

Bodrik estaba algo confusa con respecto a la utilización de aquellos hechizos de una forma menos cruel y más practica como había sido el curso del libro anterior, pero no estaba segura si sería buena idea comenzar a usar hechizos que básicamente dañaban a otros de la misma manera que su vida también corría peligro. De no der porque necesitaba pasar este curso para continuar avanzando, ella no estuviera allí.

Afortunadamente su director realizo uno de los hechizos más importantes del libro; el juramento de sangre y de ese modo hades estaría obligado a no atacar sus propios alumnos lo cual era un alivio para la joven sanadora que no sabía que le aguardaba en aquel curso sobre la magia Uzza. En ese momento comprendió la magnitud de aquel fuerte juramento. Uno debía pensar muy bien ates de usar algo como eso pues la vida propia corría peligro y era mejor que valiera la pena.

Su amigo Nathan fue el primero en realizar una pregunta y la pelinegra no pudo evitar sonreír pues ella había tenido la misma duda al leer el libro de camino a la clase. No tenía idea como podían aplicarse las reglas de duelos ante los hechizos plasmados en el libro.

Lo que ocurrió después le hizo morirse de la risa pues Gode a quien tenía bastante cerca estaba imitando a hades con lo de la marca de sangre, peor no se quedó con eso pues comenzó a realizar un corte en su mano izquierda haciendo que Emily lo hiciera en la derecha - ¿pero qué diantres?- dijo entre risas.

Tanto Goderic como Emily acaban de cortarse jurando hacer un par de coas que Hades estaría obligado a cumplir si es que no quería morir desangrado y la pregunta que la Dumbledore realizó simplemente fue perfecta.- Ja jajá- Comenzó a reírse fuerte. Entonces la pelinegra vio aparecer su daga en la mano izquierda aunque todavía no tenía claro como la usaría, pero estaba preparada con los amuletos curativitos por si requería alguna.

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La Granger observo con un poco de diversión las fechorías de sus compañeros. Había leído el libro y algo no le quedaba claro, al parecer lo que ambos pretendían hacer no estaba en el libro. Aun así, le dieron muchas ganas de intervenir en aquel juego que se traían entre manos. Invoco su daga y realizo un corte en su brazo mientras miraba a Goderic que parecía muy divertido cortandose

 

- Immolo opuggnare - realizando el corte en su brazo izquierdo para herir a Goderic, quien enseguida comenzó a sangrar del mismo brazo. Aquello era tan divertido, una clase donde podía cortarse y cortar a los demás, lo único malo era que no podía beber la sangre derramada.

 

- yo juro no atacar a ningún profesor - susurro ligando así al mago a la misma promesa que ella, tras esto la bruja curo su herida y abriendo su libro se acerco a los profesores para hacerles una pregunta - Hades, Elvis, yo tengo una duda, ¿que obliga exactamente un juramento?, ¿obliga a hacer cualquier cosa que se jure?, no se saltar desnudo a un lago o declararle su amor a una rana o ¿solo específicamente a lo que dice en estas paginas? - pregunto mientras mostraba la pagina donde venía la descripción de los hechizos.

 

Aquella pregunta no era solo por hacerla, había alcanzado a oír lo que habían hecho sus compañeros de clase y quería asegurarse que ningún dueño del libro de la sangre podía tener tanto poder sobre ella. Quería estar segura que el Juramento no era otra clase de imperius porque si bien era genial tener poder sobre sus victimas, no era tan genial cuando ese poder lo podían tener sobre ella.

 

De camino a sus profesores la ex mortifaga había tocado a Emily ligeramente, dejando su propia marca de sangre. Una vez que hubo realizado la pregunta tomo control de la bruja susurrando un -obedire.

 

- Retira la pregunta a Hades, Emily - le ordena sutilmente tras lo cual se queda cerca de los profesores esperando una respuesta. Miraba de reojo a la afectada para ver si su hechizo había funcionado. No lo hacia por proteger a su ex compañero, de verdad estaba interesada en como funcionaba aquella magia en magos y brujas. Los muggles con los que había practicado eran pan comido, no tenían defensas que los ayudaran a resistir, pero un mago, eso era diferente, requería de mas concentración al hacerlo. Para la Granger todo aquel juego no era mas que un experimento.

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¡Como si te lo fuera a permitir! pensó Goderic cuando vió como su compañera, Sophie, comenzaba a moverse. Ambos Dumbledores tan coordinados como el hechizo de la marca de sangre se lo permitía reaccionaron utilizando el mismo hechizo. Un Salvaguarda Mágica había sido suficiente para que sus cuerpos se mantuvieran intangible y ni Sophie ni ningún otro alumno o profesor podrían tocarlos.

No te pienso compartir — susurró al oído de Emily.

No sabía qué pretendía su compañera al tratar de proteger al profesor. De todas formas no era lo suficientemente lista para evitarlo. Al mago poco y nada le interesaba dañar a Hades a pesar de que este se declarara como mortífago, ya había hecho lo suficiente al colocarlo entre la espada y la pared. Ya sus altos rangos se enterarían de los acontecimientos que habían sucedido allí y, dependiendo de lo obtenido, lo capturarán o no. Goderic no tenía ni la capacidad ni la intención de comenzar una batalla en aquel lugar, ya Elvis les había protegido al evitar que los atacaran.

Miró de reojo al Gryffindor. No sabía cómo actuaría. De hecho, sabía muy bien que al hacer lo que hizo también lo ponía en una encrucijada. Sin embargo, la clase era la única oportunidad de utilizar aquellos hechizos y utilizarlos bajo el nombre de “practicar”. Nadie podía reclamarle nada. Tampoco su confesión o su silencio podría utilizarse realmente como una prueba en un posible juicio o parecido. Aunque claro, tampoco le interesaba realizar un juicio en el Ministerio de Magia después de todo consideraba que muchos mortífagos ocupaban puestos importantes y claramente el sistema le protegería.

Volvió a utilizar su amuleto de curación para sanar sus heridas causadas por la daga de Sophie. Se acercó con paso firme aunque seguía intangible para evitar cualquier contacto. Nadie que se encontraba allí lo había tocado. Tampoco lograrían hacerlo. Nadie sería tan rápido como para hacerlo sin que él lo notara. Además de que renovaría su salvaguarda cada cierta cantidad de tiempo, aunque eso le consumiera mucha energía. Se mantendría a salvo de sus compañeros, ya vería cómo protegerse de las pruebas que posiblemente hayan colocado los profesores o Uzzas.

No te preocupes, no atacaré a los profesores. No soy un mortífago, no atacaría a gente sólo por el placer de hacerlo. — señaló con una sonrisa algo desafiante.

Sabía que la marca de sangre que yacía sobre Emily desaparecería pronto. Sin embargo, confiaba en que seguirán trabajando juntos. En el lugar habían miembros de la Orden del Fénix que los protegerían en caso de que las cosas se salieran de control. Además, confiaba en que Elvis utilizando su puesto de Director podría mantenerlos a todos a salvo. Miró ansioso a Hades. Esperaba una respuesta aunque quizás sólo vendría el silencio.

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La sucesión de acontecimientos que ocurrió delante de sus ojos, hizo que en sus ojos apareciera un atisbo de interés, sin lugar a dudas los poderes que guardaba el libro de la sangre eran interesantes y sumamente beneficiosos para todos aquellos que supieran dominarlos. Deseando poder comenzar con la práctica, escuchó las dudas de Nathan y permitió que sus demás compañeros comenzarán a ponerse en marcha, era la mejor estrategía que podía tener por el momento.

 

Permaneció quita durante algunos minutos, hasta que vio como Emily y Goderic intentaban poner en una situación complicada a Hades, y justo cuando deseaba ayudar a su compañero de bando, Sofía lo auxilió y permitió que su identidad quedará completamente a salvo, sin embargo, las palabras pronunciadas por Goderic llamaron su atención, ¿podría ser miembro de la Orden del Fénix? era algo que no tenía del todo claro, pero que intentaría descubrir en esos precisos momentos.

 

Esperó a que el hechizo que volvió intangible a los dos Dumbledore terminará, para acercarse a Goderic y posó su diestra sobre su espalda, logrando que una marca de sangre apareciera allí, en donde segundos antes su mano había rozado. Pensando en sacar partido de lo que había logrado, se colocó delante de su objetivo y con una media sonrisa en los labios susurró <Obedire<, para después mirarlo a los ojos y preguntar.

 

— ¿A quiénes atacarías solo por el placer de hacerlo y por qué? —con la orden que segundos atrás había conjurado en un susurro, Goderic no tendría la posibilidad de mentir, puesto que era como un sirvo para ella durante unos minutos y la orden que le había dado en esos instantes era la de siempre siempre la verdad a las preguntas que le formulara. La conexión telepática que compartía con el mago en esos instantes, permitiría saber si menta o no.

 

Sus demás compañeros continuaban siendo atacados el uno por el otro, y para su fortuna, parecía que todos la habían olvidado. Podía poseer la dicha de no verse obligada a responder o realizar acciones que no deseaba. Con tranquilidad, permitió que la poderosa oscuridad del bosque que la rodeaba la relajará un poco y permitiera que su rostro permaneciera completamente inescrutable esperando la respuesta de Goderic.

 

Fijando sus pensamientos en Emily, esbozó una media sonrisa al pensar en una Maldición, para la bruja, lo cual generaría que su siguiente hechizo saliera de una manera totalmente errónea y solamente fuese fuente de diversión para todos los presentes. Del mismo modo, que deseaba disfrutar un poco más de lo que ocurría a su al rededor, decidió prestar atención a las acciones de sus compañeros.

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Vio como Goderic se volvia intangible y supuso que intentaba que su compañera lo hiciera junto con el pero como la marca de sangre solo duraba una acción Emily seguia aun tangible y había recibido su marca por lo que tendría que retirar la pregunta. En cuanto al mago este ahora tenia su orden de no atacar a los profesores y le hacia saber que aquello era innecesario pero la rubia no lo veía así.

 

- Eso lo se Goderic, no lo he hecho con intenciones de protegerlos, aunque seguro seria molesto si lo hicieras puesto que uno de ellos, Elvis es mi primo, pero mi intención es otra, ahora muero porque alguien te haga hacer lo contrario a mi prohibición, sabes me pregunto, podrá mas mi orden por tu naturaleza de no atacar sin razón o podrá mas la marca de sangre puesta sobre ti si es que a alguien se le ocurre hacerlo. Que es mas poderoso, la daga o la marca - dijo sentándose de nuevo sobre la tumba donde estaba antes. Había dejado en claro su punto, no estaba ahi para proteger, si no para aprender

 

Como si Mia hubiese leído su mente justo cuando esta hablaba con Goderic ella se había acercado a este y había hecho justo lo que había deseado que hiciera, lo había marcado, tal vez aprovechando que la rubia distraía a Goderic sin intención pues no la había visto pasar hacia el en ningún momento, aquello esta mal, si volvía a distraerse podía caer bajo el control de alguien

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»¡Es suficiente! ¡Basta!« había sacado mi varita. Levanté una ceja y me acerqué un poco mas a todos los chicos que se estaban atreviendo a usar aquellos poderes. ¡No podía creerlo! Estaban enfrentándose uno a uno cuando lo que realmente necesitábamos estaba alli fuera, lejos de las protecciones que nos rodeaban en ése momento. Apoyé una mano en Sofia para que dejara de hablar. Sabia que no se calmaría pero si se aguantaría por un rato. Miré a Goderic, a Emily, a Mia, a Bodrik. Negué con la cabeza. Tenían demasiado que aprender.

¿Que creen que están haciendo? ¿Creen que todo ésto es un juego? Si los Guerreros Uzza vieran su comportamiento, estoy seguro que los atan en el medio del desierto y los dejan morir deshidratados —negué con la cabeza. Solo esperaba que aquella figura que estaba merodeando por el bosque, no fuera ninguno de los Uzza que enseñaban en la Universidad. No me preocupaba tanto por nosotros, porque junto a Hades ya habíamos sobrevivido a sus enseñanzas. El problema se encontraba si los chicos los veían. Estaba seguro que nunca más podrían usar un poder de los libros.

Tenía que acomodar la situación. De hecho, la mitad de las cosas la habían hecho mal. Había estado a punto de encomendarles un nuevo trabajo en ése momento, pero no podían manejar nada como grupo, de hecho lo único que estaban demostrando es que usaban inconscientemente los poderes como si fuera algo fácil. Los juramentos que se estaban lanzando, no hacían más que empeorar la situación. Y de hecho estaban restándole importancia a lo que debían considerar mejor. Miré a Hades. Mas le valía ni siquiera mover su varita. No podía porque yo lo había obligado, pero si podía empeorar el entorno que lo rodeaba.

El otro profesor se encontraba con dos cortes que le habían hecho Goderic y Emily. Se curaría en un abrir y cerrar de ojos. Bodrik se reía. Sofia había obligado a que Goderic no ataque a los maestros. Éste intentaba zafarse del juramento volviéndose intangible pero eso no funcionaba, no así. Mia maldecía a Emily. Y quería rescatar las únicas dos preguntas que habían hecho pero debían esperar. Un poco. Aquello se había descontrolado demasiado.

¡Aquí no se comportan como idi***s! Deben conocer las costumbres Uzza, deben dejar todo de lado y enfocarse en lo que es necesario. Debía hablar de manera general o aquella clase se desbordaría y deberíamos cancelarla. No necesitaba pedir permiso—. Y espero que sea la primera y última vez que hablo sobre ésto. No importa los ideales de cada uno. Somos un grupo ahora y debemos trabajar juntos. Nadie responda sus preguntas, el efecto se pasará en un rato.

Miré a Emily y Goderic. Sabia que mis compañeros me comprenderían. Luego tendríamos tiempo de ver como hacer para averiguar lo que ellos querían saber, pero estaban desperdiciando sus poderes y los necesitarían despues. En todo momento me había demostrado tranquilo. Estaba claro que si hubiera sido por mi, los hubiera colgado a todos por los tobillos, como si fueran niños, pero no serviría. Respiré una o dos veces mientras el fuego crepitaba y la noche transcurría.

El Juramento de Sangre no sirve para encontrar información. Hay pociones, hechizos o simples respuestas que pueden evadir el poder. Lo importante del poder es jurar algo que no van a hacer. Jurar no hablar. Jurar no defenderse. Jurar no atacar. Jurar no curarse. Deben ser concisos. Aunque dejenme decirles, que hay un punto débil. Cualquier persona puede romper el juramento. La única gran diferencia es que se produce un corte cada vez que no cumplen con su palabra. Por lo que pueden terminar desangrados.

Comenté de manera de responder a Sofia, aunque era una indirecta para Goderic, Mia y Emily que habían estado haciendo preguntas tontas. Incluso con aquellas Marcas de Sangre. Nada les aseguraba que eso fuera a resultar, porque si no hablaban o no respondían, o usaban otras palabras, no necesitaban obedecer. El único método para obligar a alguien era afectarlo con la Maldición Imperius y estaba prohibido. Sería un boleto directo a Azkaban. Miré a Nathan, que era el único que se comportaba.

Exacto. Silenciar de alguna manera a tu rival, evita que pueda murmurar las palabras exactas que se necesitan para ésa especie de proyección, de magia que hace que la otra persona también aparezca cortada —le comenté, mirándolo a los ojos. Al parecer a los chicos no les había alcanzado con observar como hacíamos de las nuestras. Habíamos organizado con Hades en realizar esas cosas a propósito. Él me obligaba a hacer algo y yo otra cosa, queríamos darles una lección rápida, pero ninguno lo había visto. Carraspeé mi voz.

»Creo que ya hemos desperdiciado demasiado tiempo. Y ésa no era la idea de la clase« me alejé unos pasos, más cerca de la fogata. Busqué entre mi bolsillo un pequeño frasco con un polvo tan brillante como un diamante. Lo abrí, tomé una pizca y lo lancé al fuego. Mientras guardaba aquella botellita, el polvo hizo su trabajo y congeló todo el fuego, las cenizas, los troncos chamuscados y la tierra que estaba alrededor. Las Semillas de Hielo habían congelado todo. Era hora de irnos. Mire a Hades, era su turno.

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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El cainita dibujo una mueca de sonrisa al ver como Elvis se veía obligado a salvarlo de aquella estatua. El Gryffindor lo había hecho bien, solo que le había devuelto aquella jugada pero peor aún, quizás hubiera podido evitarlo pero sabía que lo mejor era que de una u otra forma aquellos aprendices vieran de primera mano, pro personas calificadas lo que podían hacer y cómo funcionaba todo aquello, aquel libro era realmente peligroso.

 

Maldijo por lo bajo y bufo furiosamente cuando el director de la institución le hizo aquel corte… -<<episkey>> -pensó para curarse aquella herida, una que se había materializado en él cuando su compañero se la había hecho. Lo miro de mala gana jurando para sus adentros que en algún momento se vengaría, sin embargo, escucho el susurro del Gryffindor conjurando así que ambos recibieran el daño. En sus orbes negros apareció un brillo de intensa maldad iba a agredir a alguno de aquellos alumnos pero Elvis se había adelantado a aquella idea realizando aquel juramento para que no pudiera atacar a ninguno de los aprendices. Rio, aun podía atacarlo a él.

 

Los dimes y diretes habían comenzado a presentarse en aquella clase, se había tenido que curar un par de veces más a causa de aquella daga, lo más divertido era que Goderic quien aseguraba ser una buena persona y defender las causas buenas (o eso parecía), estaba usando aquel hechizo para controlar a Emily, aquello era como usar un Imperius en su propia familia, lo mismo que podría hacer un mortifago, la chica podría ser lo suficientemente débil como para seguirle el juego, quizás aquel chico era uno de esos llamados aurofagos. Escucho las preguntas que los chicos él habían hecho y negó con la cabeza divertido, el chico realmente podía caer muy bajo con un miembro de su familia. Sonrió a Sofía quien le había ayudado para luego mover la varita entre sus níveos dedos. Se encogió de hombros, al parecer estaba asumiendo que él era un mortifago pero ninguno tenía pruebas de aquello, la verdad es que simplemente era un sanador y punto, y allí estaba Bodrik como para ser testigo que él no se movía de San Mungo, por lo que ¿en qué tiempo podría ser un mortifago?, claro estaba, ¿Cómo podía estar en 2 lugares a la vez?

 

Aquel tonto intento de los chicos en vez de hacerle gracia lo que hizo fue molestarlo aun mas, si Badru veía aquel desastre de seguro con sus poderes ancestrales hubiera quitado aquella restricción por parte del Gryffindor y el hubiera permitido eliminar lenta y dolorosamente a cada uno de aquellos alumnos.

 

El Ragnarok siguió guardando silencio hasta que Elvis puso orden en todo aquello, mas aun les riño a cada uno y dio respuestas a las preguntas que algunos de los alumnos habían formulado. Entrecerró los ojos y se volteo no sin antes mirar a Elvis. Aquello aprecia más que nada a que el vampiro les estaba ignorando, pero en realidad les había preparado una sorpresa adelante. Unos metros más allá se levantaba un gran mausoleo de mármol blanco, en sus rejas de metal había figuras y símbolos extraños. Reconoció aquellas runas de inmediato. Dio un par de pasos más para tocar aquellas puertas con la punta de su varita. El temblor en el piso no se hizo esperar y lentamente con un chirrido terrorífico que atravesó la noche se abrieron las puertas doradas. Observo hacia adentro y confirmo sus sospechas, era una caída de unos 30 metros.

 

-Vemos que pueden hacer, supongo que serán lo suficientemente listos para no matarse –dijo divertido- pero antes –el Ragnarok sabía que estaba conectado con Elvis gracias a que ambos compartían por el momento aquel lazo de sangre, así que simplemente murmuro aquel juramento… - Yo juro no defender a ningún alumno aquí presente en la clase –y ahora con aquello Elvis no podría ayudar a nadie y eso también se refería a aconsejar sobre hechizos de defensa a ninguno ya que eso se tomaría como ayudarles, a menos claro estaba que él quisiera morir desangrado.

 

El Ragnarok espero que los chicos fueran antes, quería ver qué era lo que iban a hacer ahora, ya que si recordaba bien aquella estructura estaba llena de trampas, en sus estrechos pasillos habían algunas antorchas que quemaban pétalos del pensamiento lentamente y si todo ese olor se había concentrado con el pasar del tiempo los chicos seguramente se divertirían un poco. Sonrió y se acerco a Emily tocándola, al igual como había hecho con Bodrik antes, entrecerró los ojos y toco a Mía y a Sofía también antes de que ellas saltaran, ahora las 4 chicas tenían la marca de sangre y en algún momento él haría uso de aquello. Dibujo una mueca y sin más se realizo así mismo una salvaguarda mágica por lo cual se volvió intangible y nada lo podía tocar, ni siquiera Elvis o los alumnos, los cuales habían jugado mal sus cartas y todo lo que habían intentado hacer con el Ragnarok había pasado ya su efecto.

 

-Si es que llegan con vida –dijo el Ragnarok- nos encontraremos abajo, los que quieran seguir adelante sin esperarnos pueden hacerlo, les damos nuestro permiso, quizás puedan llegar al siguiente punto de reunión con vida, eso nos demostrara que al menos han aprendido algo de todo esto

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