Encantamientos y Leyes Magicas.

[Ky.]

Elizabeth se encontraba de regreso en Ottery después de la última clase que había dado en la Universidad. No estaba de ánimos de impartir su clase a una sola persona, por lo que pensó dejarle la clase ese mes a Ari, su mejor amigo, el cual, ella sabia no se podía a negar a dar una clase en la Universidad y a ninguno de los caprichos de la mujer de piel canela.

Era obvio que Ottery no era el mismo desde que miembros de aquel grupo llamado “La Orden del Fénix” se había dado a conocer cómo parte de la comunidad mágica, y aunque era algo obvio que los miembros de aquel grupo eran parte de la comunidad como lo eran los de la Marca Tenebrosa, saber quienes estaban detrás de esa luz que les cubría el rostro era algo diferente. Elizabeth y Ari platicaban una noche antes de la clase de Encantamientos sobre aquel suceso, entre chismes a voces había llegado hasta sus oídos que a la chica que le iban a impartir curso de conocimiento era parte de aquel grupo de delincuentes. Por lo que la demonio toda alarmada por la integridad física de su mejor amigo había decidido no darle clases.

Directores de la Universidad


Mediante la presente, les notifico que me niego a darle clase a la alumna: Alexandra Eirian. Por declararse parte de la asociación ilícita "La Orden del Fenix" de la misma manera como me negaría a dar mis servicios a los que se declaren servidores de "La Marca Tenebrosa."

Ya que no pondré en juego mi integridad física, y de ninguno de las personas que me acompañen.

Atte. Elizabeth Malfoy

Profesora de Encantamientos.

La mujer de piel canela firmó el memorándum y lo envió para que se encontrará con las dos personas que tenían mayor jerarquía en la Universidad. Mientras esperaban una respuesta, Ari se puso de pie frente a ella y tomando sus manos sonrió.

—No me va a pasar nada. Yo doy la clase si es necesario. —Elizabeth suspiró y tomó otro pergamino, esta vez garabateaba un mensaje a la profesora de Leyes Mágicas estaba segura que ella le sabría decir que hacer, o al menos sabría que era correcto. Aun se preguntaba si el negarse no le traería mas problemas de los que tenia.

Cissy Macnair @
Presente.

Reciba mi cordial saludo y espero no estar importunando su descanso, me permito escribirle estas líneas para una consulta entre Profesores, ¿se ha enterado de lo sucedido estos días en el Atrio del Ministerio?

Mi duda es: ¿Puedo negarme a impartirle clase a un miembro de aquel grupo? Espero su respuesta.

Atte. Elizabeth Malfoy
Profesora de Encantamientos

Después de enviar el pergamino, algo en el fondo le decía que a pesar de tener todas las razones válidas para no dar aquella clase, le iban a obligar a darla por que si no estaría cometiendo discriminación y todos en aquella comunidad tenían derecho a perfeccionar sus conocimientos. Así que sin una respuesta por parte de ambos memorandum, dejo que su mejor amigo se hiciera cargo.
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Ari Ryand Harrison

El día de la clase.

Era una tarde lluviosa, desde la ventana del departamento donde vivía el hombre de ojos cafés, se notaba de que en aquel mes empezaba aquella temporada de lluvias que tanto detestaba, ya que debía dejar sus mocasines negros y ponerse lo que la demonio le había dicho era unas botas para la lluvia. Había planeado para esa clase, salir a un jardín para practicar los encantamientos que tenía en una lista, al menos la chica a la que le debía de impartir la clase debía mostrarle 8 de esos Encantamientos.

La lluvia había pasado de una gran tormenta eléctrica a una simple llovizna solo por un momento, por lo que subió a su moto voladora y viajó hasta el aula que le asignaron para poder impartir su clase. Aquel cuarto era amplió, a simple vista media ocho metros por seis metros, sólo había una pizarra, un banco y una silla. Era aquello lo que hacia que el cuarto se viera mas grande de lo que en verdad era. Al filo de la pizarra había una tiza blanca con la que podría escribir si fuese necesario. Ari así lo consideró, por lo que fue a tomarla y escribió en letras grandes el nombre del curso y su nombre.

Encantamientos.

Profesor: Ari Harrison.

El pelinegro volvió a dejar el gis en su lugar y esperó sentado en el banco, a que la chica se presentará a la clase para poder dar inicio. Al ser sólo ellos dos, la clase sería lo bastante interesante para ambos. En cuanto la vio llegar, se puso de pie, su mirada era severa, estaba juzgándola sin conocerla, y no necesitaba realmente conocerla, con saber a qué grupo de delincuentes pertenecía era suficiente.

—Bienvenida a Encantamientos, Mi nombre es Ari Ryand Harrison, y creo que tu eres Alexandra Eirian, la clase es sencilla, y si pones lo mejor de ti podrás obtener la certificación de Encantamientos. Conmigo no vas a aprender algo nuevo, sólo me debes mostrar lo que sabes.

Editado 1 de Junio del 2016 por Anne Gaunt

[Cissy Macnair]

Las largas horas en el estudio habían dado paso a que el cielo se tornara oscuro, sin contar la incipiente lluvia que había estado cayendo durante todo el día, por lo que tardé un poco en darme cuenta de las cinco horas que había pasado ordenando papeles, formularios y todo tipo de cosas viejas que tenía allí. Me senté detrás del escritorio y abrí uno de los cajones, de donde saqué el relicario de plata y oro que mi madre me había regalado a los quince años. La foto familiar seguía en su interior, remarcada por los pequeños brillantes que rodeaban su contorno y la luz de la lámpara pegaba en ellos haciendo que un arcoiris de colores danzara sobre el rostro de mis padres.

 

-Si tan sólo me hubieras dicho sobre tus temores- murmuré, cerrando el relicario de repente, con un sonido metálico.

 

Puse una mano sobre la superficie barnizada del escritorio para tomar impulso y levantarme cuando un memo apareció junto a mi mano. No conocía la caligrafía, así que la leí detenidamente y fruncí ligeramente el ceño al encontrarme con la firma de mi compañera de bando, Elizabeth. ¿Podía ser...? No había estado en el Atrio el día que los miembros de la Orden se habían revelado, pero sí había leído todas las notas de el periódico, por más que me pareciera que los puntos de vista de sus reporteros siempre estaban a favor de ellos.

 

Tomé un trozo de pergamino, un tintero y una pluma y comencé a redactar una nota para Malfoy.

 

@

 

Elizabeth Malfoy

Presente.

 

Reciba mi cordial saludo y un muy buenas tardes, aunque no parecen serlo tanto para usted por el tono alarmante de su nota. He tenido noticias de lo ocurrido en el Atrio gracias a que leo El Profeta, más no he tenido el desagrado que toparme con ninguno de ellos aún. Lamentablemente no puede negarse a impartir clases a nadie, a menos que dicha persona esté detenida por las autoridades con una causa probable. De ser así, puede presentar un recurso para que los Directores de la Universidad no la intimen a impartir la clase.

 

Espero estar respondiendo a su duda.

 

Saluda Atte.

Cissy Macnair

 

 

 

Una vez redactada la nota, hice desaparecer el memo rumbo al paradero de Elizabeth.

 

 

*****

 

Los días subsiguientes, el aguacero había caído de forma implacable sobre Londres, inundando calles y entorpeciendo el día a día de los trabajadores, tanto mágicos como muggles. La tormenta eléctrica había amainado la mañana del día en que debía dar clases de Leyes, aunque todavía no sabía quién era mi única alumna, porque no había tenido el agrado de recibir toda la información por parte de los directores.

 

-Tergeo- dije, apuntando hacia mi capa con capucha que llevaba puesta. La llovizna que caía no tenía nada que ver con el grueso de la tormenta anterior, pero había sido la suficiente como para hacer que mi abrigo pesara al menos el doble. El agua se secó de inmediato.

 

Miré alrededor. El aula 52 estaba vacía a excepción de mi presencia y el banco arreglado frente a mí, aún vacío. ¿Tardaría mucho en llegar?

 

 

 

 

Editado 1 de Junio del 2016 por Anne Gaunt

[Alexandra Eirian]

Ese dia empezaba mi clase de encantamientos, sabìa por los rumores dentro de la Orden que mis profesores podian ser mortìfagos pero los profesores son profesores, si ellos me trataban como una alumna màs yo tambièn los tratarìa de esa manera.

 

Me levante de la cama me vestì con mis jeans negro, una remera roja a rayas negras, zapatillas negras y una garbadina (creo que asi se escribe) y me dirigi a la clase, golpe y entre vaya sorpresa al ver todo vacio salvo por la persona para enseñarme no la conocia a mi pero estaba segura que ella sì lo harìa total el profeta lo habìa publicado.

 

-Hola- salude haciendo una reverencia como saludo pero manteniendo la firmeza de mi mirada- antes de empezar la clase quisiera dejar algo en claro, se que debe conocerme por lo sucedido en el ministerio, no voy a negar que soy miembro de la Orden del Fenix ni menos retractarme pero aqui soy una alumna y usted màs alla del bando o no a que pertenezca es mi profesora, si tiene eso en claro y nos comprometemos a llevar una relacion alumna y maestra cordialmente le asegura que por mi parte no habrà ningun problema ni tendrà porque temer-sonriendo con firmeza- aunque ya debe conocerme es una falta de respeto no presentarse, soy Alexandra Eirian, un placer estar en su clase...-.

[Ky.]

Ari Ryand Harrison

—No te pregunte... —dijo mientras le daba la espalda y caminaba hasta el banco que se encontraba a la mitad del aula —es mas no me importa, no necesito explicaciones. —sentenció mientras volvía a tomar asiento en el banco. Sus ojos cafés miraban a la chica, algo le decía que ella tenia una idea diferente a lo que el era. Se cruzo de brazos y espero a que el interés de ella fuera aun mayor de lo que el podía decir que hiciera.

 

—Me imaginaba que después de mis palabras a ti te gustaría mostrarme algo, pero... —dejo las palabras en el aire y antes de que la Eirien decidiera interrumpirle volvió a hablar. —antes de que empieces a enseñarme lo que sabes, volveré a presentarme. —Ari se puso de pie y camino hasta donde estaba escrito su nombre, lo señalo con su varita esperando que la bruja captara algo. El era un mago y no una bruja, odiaba que le hablaran como si fuera una persona femenina. Así que para dejarselo aun mas claro volvió a hablar.

—Me llamo Ari Ryand Harrison, a diferencia de ti, soy un civil mas. No me interesa pertenecer a ningún grupo de delincuentes. Pero no estamos aquí para hacerte conocer mi opinión de lo que pienso de tu asociación, así que espero empecemos a poner manos a la obra o jamas vas a aprobar encantamientos.

 

El moreno empezó a ver su lista de encantamientos. Se acerco hasta donde se encontraba su alumna y la tomo del hombro. De aquella manera aparecerían en lo que era un parque de atracciones, gracias a que las vacaciones de algunas personas ya habían empezado en algunos lugares del continente Americano, aquel sitio se hallaba lleno de gente. Así que desde su punto de vista aquel lugar era perfecto para la clase.

 

—Este lugar, es de los favoritos de Elizabeth. Siempre hay muggles, a toda hora, en todo lugar, quiero que los muggles se olviden de la rueda de la fortuna, y que los que están arriba de la atracción salgan ilesos. ¿Que vas a hacer?

 

Apenas termino de hacer la pregunta cuando apunto a la maquinaria de la feria, no era de herir muggles, es mas nunca había herido a uno pero consideraba que su alumna necesitaba motivación para poder mostrar lo que sabía, así que siseo:

 

—Confringo.

 

Una parte de la rueda de la fortuna, justo donde no había muggles, explotó, pero conocía a los sin magia y presentía que pronto se iban a volver locos, así que Alexandra tendría exactamente 10 minutos antes de que todo se descontrolara.

 

 

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Al fin algo interesante que hacer. No es que no tuviera otras cosas en mente...de hecho mi plan para dominar el mundo se estaba llevando a cabo..pero ya le habia dicho a Cissy que iria...y ademas me interesaba ir. Me interesaba el tema entre pollos y mortis. Pues no, pero si me interesaba tratar de enfocar y dar una vision unica de los sucesos magicos legales a los nuevos estudiantes...asi a lo mejor podrian abrir sus mentes.

 

Sin mas me vesti y tome mi motocicleta magica...para surcar en firmamente hasta la universidad...Descendi a la media hora y aparque bajo un arbol.tomando un file que contenia a propuesta para Cissy..tal ves podria entrar como...oyente..creo que era eso..pero me apetecia mas ser el ayudante. A mi madre en cuanto a leyes magicas no habia mucho que señalarle...pero dados los ultimos acontecimientos porque no guiar las mentes de los pupilos hacia otros ambitos. Toque la puerta del despacho de Cissy..y abri con suavidad...realmente si la encontraba vistiendose lo agradeceria.

 

-Hola Cissy....este..aqui estoy..reportandome al deber- dije mientras dejaba la carpeta en la mesa- por cierto....tengo una idea -que tal si este cuerso comenzamos con esto- y le indique la carpeta..donde se leia...¨Sumario del juicio contra Adryanie¨.

 

Si....habia sido de hecho el primer juicio magico mas o menos descente..llevado a Cabo por el Ministerio...o al menos que contara en los archivos...empezar por eso...despues veriamos las disposiciones legales que conformaban ciertos aspectos del MInisterio.

 

@

[Arya Macnair]

—¿Irás, perdiste la razón?

 

Sebástian le había tomado con tanta fuerza del brazo que seguramente allí donde sus dedos apretaban la carne blanca después quedaría marca. La primera vez él no había estado presente por lo que le restó importancia al hecho de que su hermana había puesto en riesgo la vida de todas las personas que le rodeaban con el simple hecho de mostrar su rostro como miembro activo de La Orden del Fénix más ahora que ese mismo rostro empapelaba cada castillo, mansión y negocio estaba fuera de sí. Le preocupaba que ni su amenaza de encerrarla en la torre más alta y tragarse la llave había surtido efecto en la platinada bruja que ahora se alistaba para ir a clase, ¿no estaba vieja para eso?, algo que admiraba de ella era la facilidad de aprender.

 

—Mis pasos aun son guiados por la luz— Prometió, zafó su brazo y cruzó la puerta.

 

Islandia era en extremo helada en todas sus estaciones. Debajo de la gruesa capa de piel llevaba un vestido negro de tela dura entallado al cuerpo marcando sus llamativas curvas con un prominente escote en V que dejaba ver más carne de la que debería. Taconeaba con dificultad en el resbaladizo sendero de piedra hasta la zona donde el césped debería comenzar aunque siempre estuviera cubierto por espesa nieve y desapareció girando sobre sus talones, su cabello plateado brillo captado por un rayo de sol y el ambiente se tiño de paz.

 

* * * * *

Pasó por la oficina del director de camino al aula 52 y le rogó a su padre que cuidase de su abrigo para más tarde regresar a casa, perdiéndose a fin de cuentas y frunciendo el ceño ¿dónde cuernos se escondía la bendita sala 52?. Si había algo que detestaba era llegar tarde por lo que cuando cruzó la puerta al fin sus rasgos estaban desfigurados y en sus ojos verdes se reflejaba el deseo que tenía de ahorcar a cualquier persona que se le pusiese en frente, para su mala fortuna una voz demasiado familiar llegó a su campo auditivo y alzó la vista al tiempo que se ruborizaba, allí estaba nada más y nada menos que el pervertido de Sean.

 

—¿Vienes a preparar alguno de tus casos por acoso, Sean?— Preguntó tomando asiento.

 

Sus zapatos de tacón brillaban por la luz artificial pero eran tan negros como su alma en ese entonces, su largo y lacio cabello plateado reflejaba todas las sombras posibles en cada hebra volviendo su fisonomía algo espectral y peligroso, Arya cada día se asemejaba a esas antiguas brujas de cuento salvo por el hecho de que seguía siendo hermosa y no tenía sombrero en punta. El vestido acababa trazo mucho antes de sus rodillas por lo que al cruzar sus estilizadas piernas tuvo que hacerlo rápido y con cortos movimientos, no deseaba que se viera más de lo que el escote ya permitía en su torso.

 

Acto seguido analizó el aula en su interior acabando en el cuerpo de una mujer no muy lejos de donde ella estaba sentada, la reconoció también mientras extraía un cuaderno y la pluma que Oniria le había obsequiado hacía muchos años atrás; siempre que tomaba aquel objeto sentía un poco de nostalgia pero los ojos fríos de Cissy la devolvieron a época. A pesar de los últimos sucesos sentía por ella un profundo aprecio, era la única persona que con un simple abrazo o apretón de manos le devolvía la paz y tranquilidad, le había visto ebria, desnuda, poseída y llorando al borde de la muerte, Cissy era su familia completa.

 

—Lamento la tardanza, pareciera que ahora son los pasillos y no las escaleras los que cambian— se disculpó.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Acababa de exponer mi idea cuando senti detras unos pasos apresurados, no me apure en girarme a fin de cuentas mi curiosidad no era tanta. Pero el problema esta en que cuando uno no quiere caldo se le dan 3 tazas..asi que casi al instante una voz conocida, uno diria que extrañamente familiar. Asi que simplemente resongando y esbozando una sonrisa me gire. Aun no sabia que extraña relacion unia a mi madre con esta chica....ademas de cierto parentesco sanguineo..o eso pensaba...no era hija de Pik??...en fin..

 

-Hola Arya.....que tal las brag..digo..la vida??? -dije casi dejandome llevar por mis instintos..pero claro al parecer ella no olvidaba aquel suceso..que conste que yo no lo habia provocado.- sabes no habia tenido la oportunidad de pedirte disculpa por el infortunado incidente de aquella vez...pero que conste no fue mi intension -mentira- mirar tus bragas desde el suelo...-es si ahora miraba el escote..

 

Si se habia esforzado tanto en llegar en tiempo a clase que la transpiracion de su cuerpo...dejaba relucir un aromo placentero..y remarcaba mas su silueta al ajustarsele mas la ropa...pero que conste...que nada de acoso...yo no era de ese tipo...yo podia pedir que me dieran una braga...o estar en buenos sitios en buenos momentos...pero acosar???...no eso no...para que......

 

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[Alexandra Eirian]

Ari menciono mi profesor que se llamaba y al parecer no estaba interesado en lo que habia pasado en el ministerio asi que eso para mì era buena señal, al menos estarìa tranquila que en mitad de una clase no me atacaran al fin y al cabo no era defensa contra las artes oscuras.

 

-Algo extraño- pensè sonriendo- pero no me quejo al fin al cabo yo tambièn soy exraña- pero no habia terminado de hacerme una idea del profesor porque de repente nos aparecimos en un parque de diversiones muggles, ja la vist, los juegos eran para asombrarte yo me habìa perdido en la ilusiòn de subirme a ellos cuando la voz de mi maestro me vuelve a la realidad.

 

Siempre hay muggles, a toda hora, en todo lugar, quiero que los muggles se olviden de la rueda de la fortuna, y que los que están arriba de la atracción salgan ilesos. ¿Que vas a hacer?

 

-¿Hacer que cosa?- un poco asombrada pero no me dio tiempo a nada cuando lo escuche gritar- ¡Confringo!- sabe usted esta loco pero me cae bien va directo al grano- y entonces dirigí mi vista a la situación.

 

-Aguamenti- murmure para apagar el fuego de la explosión que no era mucho- luego conjure un obliviate- así solo quedaría en ellos un recuerdo de un desperfecto técnico que por suerte no paso a mayores-.

[Cissy Macnair]

Estaba por tomar asiento en mi lugar, junto a la pizarra en blanco, cuando alguien irrumpió en el aula y colocó una carpeta delante de mis narices. Sean, mi hijo adoptivo, finalmente había llegado a la clase que estaría dando como oyente. De verdad esperaba que se hubiera olvidado de aquella absurda idea, pero parecía que no había nada que disuadiera a mi hijo de intervenir en temas tanto legales como ilegales. Fruncí los labios y arrugué la frente mientras lo escuchaba hablar y miraba la carpeta que había dejado sobre la mesa. Levanté una ceja, escéptica.

 

-¿No fue ese el caso en donde quedó en libertad porque compró a todo el jurado?- pregunté, evidentemente fastidiada por el modo en que se habían dado las cosas en el juicio de Adryanie. Para aquella época y aunque yo ya era una buena abogada, había decidido no presentarme ni siquiera como público, aunque sí recordaba haber mandado una solicitud para formar parte del jurado que había sido injustamente rechazada-. Todos comprados por el abogado defensor. La fiscalía no tuvo oportunidad, menos cuando los medios estaban a favor de... esa... - me mordí el labio para no comenzar a insultar a la confesa miembro de la Orden del Fénix-. Podríamos estudiarlo, estoy de acuerdo.

 

Pero como aún no sabía quién era mi alumna, me di la vuelta para comenzar a escribir con largas florituras en el pizarrón. El título rezaba "Leyes Mágicas" y, debajo, "Cissy Macnair, profesora". No hacía falta decir que era abogada y miles de otras cosas más, además de que no solía ejercer oficialmente desde hacía unos tres años, así que ni modo. Sólo me dedicaba a enseñar. Un taconeo me hizo girar hacia la puerta al mismo tiempo que una voz femenina conocida llenaba el espacio de silencio que mi hijo había dejado. No acoté nada a su intercambio, sabía que Sean era un depravado así que no tenia defensa posible. Sonreí, finalmente, a mi sobrina.

 

-Arya, no tenía idea que eras tú- aunque mi mirada estaba petrificada en su cabello platinado y la forma en la que éste parecía absorber la luz y transformarla en sombras. Me costó asimilar que el cabello rojizo que tanto me había justado al conocerla, ya no estaba. Pero quizá lo más impactante de todo era la forma en la que estaba vestida, con aquella ropa que no dejaba casi nada a la imaginación. Si hubiera podido, habría dicho algo como "si tu padre te viera...", pero lo cierto era que Pik y yo no habíamos hablado sobre su hija, así que no tenía idea de si la reacción del ex Líder de la Marca Tenebrosa sería la de un padre exasperado por la rebeldía de su hija o si simplemente le daría la espalda, como Arya había expresado que él había hecho durante toda su vida-. Entonces podemos dar comienzo a la clase- dije, intentando desviar el tema hacia lo que nos concernía.

 

-Sean será oyente, ya que él ya ha cursado conmigo y tiene intenciones de aprender un poco más. Ha traído a la clase el sumario del juicio contra Adryanie, que será lo que estudiemos a fondo- me di vuelta y escribí las palabras en la pizarra: "Sumario del juicio contra Adryanie Gryffindor". Debajo había escrito "Expediente n°2: Adryanie Gryffindor vs la comunidad mágica"-. Estudiaremos quién fue el fiscal, abogado defensor, jurado y juez. También le procedimiento que se utilizó para el juicio-.

[Alexandra Eirian]

Bueno la parte màs facil estaba hecha ahora habìa que pensar por que un juego pràcticamente nuevo genero semejante explosion, por suerte era buena en mecanica y tecnologìa y podia jugar un poco con los cables para crear una excusa y sin causar daño.

 

-Sabe profesor tiene una forma algo complicada de enseñar pero eso hace que me caiga bien- sonriendo divertida- pero que recompensa recibo a cambio, que tal que cuando todo esto quede solucionado me paga todos los juegos del parque de diversiones hace mucho que no voy a uno y ando corta de dinero- giñandole el ojo- ¿le parece?

 

Pero antes que pudiera responderme me mezcle en la multitud para acercame a la caja de control del juego y analizar su configuraciòn