Encantamientos y Leyes Magicas.

[Arya Macnair]

—Podría salir inocente si te mato ahora mismo, Sean.

 

No lograba controlar el desagrado que éste producía en ella, era como desayunar café sin sólidos a las seis de la mañana, ese insoportable revoltijo en el estómago que te colocaba el rostro verde y los ojos fruncidos. Imaginar que se levantaba de su asiento como tromba y cerraba ambas manos en torno al cuello del joven hasta dejarlo caer desvanecido era tentador y le provocó una vil sonrisa que la sorprendió; quizás Cissy estuviera acostumbrado a tales pensamientos o reconocía dichas facciones de su propio sanguinolento primo ¿pero de ella?. Sacudió la cabeza algo asustada.

 

Para fortuna Macnair continuó con la clase e hizo caso omiso a la absurda amenaza que su sobrina le había hecho al oyente por lo que anotó en su libreta subrayando con fuerza "No amenazar a Sean" y fijó sus ojos mientras las palabras de Castalia se licuaban dentro del cerebro y eran procesadas ofendiendo por completo aquella zona de su pecho que no tenía actividad desde que la volvieron inmortal pero a la cual le hubo atribuido su lealtad para sentir cierta calidez. Ella había sido testigo del abuso de poder que Darla había ejercido en Adryanie, ella misma había atacado a la inquisidora con un golpe físico para librar a su compañera de las ataduras ¿pero quién lo vio?, ¡Nadie!.

 

En ese instante deseó increpar a la Mortífago diciéndole ¿A ver, quién guarda tu secreto maldita desagradecida? pero no lo hizo. Sybilla confiaba en ella hasta que le dio fin a su vida puesto que la platinada era la única que le vio colocarse la máscara en pleno Atrio alborotado cuando la fuente explotó convenientemente en mil pedazos. Lo mismo había sucedido con Adryanie, era la palabra de Darla contra la de ella hasta que Arya metió mano y todo acabó de forma positiva para la castaña. Lo que siguió fue muy impropio de ella pero la situación la hastiaba, cerró su anotador con fuerza y dejó de morder la pluma frunciedo el ceño, ¿desde cuando se atrevía a enfrentarla?, debería de estar completamente loca.

 

—Disculpe usted, pero creo que redundar sobre el veredicto ya vuelto sentencia no me enseñará sobre leyes mágicas— hizo énfasis en las palabras que molestarían a Cissy y se cruzó de brazos apoyando la espalda contra la silla, —El jurado no era parcial, lo era... Ya qué más da ¿a dónde queremos llegar señora?— dejaría los lazos familiares fuera o en cuestión de segundos la Lycan estaría ahorcándola.

[Cissy Macnair]

No sé en qué momento atravesé lo poco que me separa de Arya, del pupitre en el cual estaba sentada, pero mis palmas sonaron duras cuando las apoyé con fuerza sobre la madera barnizada y me incliné hasta que mis ojos esmeraldas chocaron con los de ella. Tenía una fría expresión en mi rostro, totalmente tirante por el esfuerzo que hacía cada parte de mi cuerpo para no partirle la cara de un puñetazo. Era evidente que Arya estaba actuando de forma impulsiva, llevada más por el amor a su bando que por otra cosa, así que tenía que recordarle ciertas cosas mientras de su boca salía continuamente la palabra "señora". Yo no era mucho mayor que ella.

 

-Familia, deber y honor- sisee entre mis dientes, tan cerca de su rostro que podía apreciar el calor que salía de sus mejillas y oler el suave aroma del shampoo que usaba para lavar su cabello-. No creo que deba volver a recordártelo a partir de ahora.

 

Parpardee un par de veces y me alejé, ahora aturdida por lo había hecho. Miré a Sean de reojo y me acomodé la ropa, aunque era algo innecesario porque no tenía ni una sola arruga en ella. Haber perdido el control de aquella manera por un estú.pido juicio del pasado no era algo propio de mí, menos hacerlo porque Arya me estuviera provocando.. Arya o lo que fuera eso que estaba sentado ahora frente a mi. ¿Qué le había sucedido? Aquel repentino cambio de aspecto... Siempre había sido una chica impulsiva, eso lo tenía claro pero ahora... ahora parecía sacada de un cuento de terror.

 

Me aclaré la garganta y parpadee varias veces más, antes de volver a retomar el hilo de la cuestión.

 

-En un caso importante del pueblo contra un agresor, es importante que el jurado sea escogido con aptitud y que, además, el mismo sea imparcial. Habiendo, obviamente, llegado al punto de estar de acuerdo en que el jurado no fue imparcial, es claro que las pruebas no fueron suficientes para... para...- me aclaré de nuevo la garganta para poder proseguir, porque mis ojos volvían una y otra vez hacia Arya y no podía concentrarme en lo que estaba diciendo-... Para poder llevar el juicio a cabo y, por lo tanto, debería haberse pospuesto hasta contar con un jurado apto. Ya que esto no se llevó a cabo debido a la mala gestión por parte de la Fiscalía y, claro, de la Oficina del Ministro, se prosiguió con el juicio llegando a un veredicto "inocente"- miré hacia la ventana un momento y luego de nuevo hacia Sean-. ¿Podrías decirme, Arya, cuál es el rol del juez?- pregunté.

[Arya Macnair]

Sus ganas de molestar acabaron empalideciendo con ella.

 

Aun así sonrió complacida de lado agachando la cabeza en completa señal de sumisión y asintió ligeramente. Curioso era imaginar que tras aquel intento porque no ahorcase a Sean aquel simple lema familiar se volvería sus tres pilares más sólidos así como el mantra que la mantendría centrada por el resto de sus días, incluso junto a Pik. De reojo miró a su primo esperando que el señor "yo lo sé todo" no tratase de responder algo que directamente se le había preguntado a ella puesto que por algo había pagado la clase de conocimiento, caso contrario le pagaría a Sean para que éste le hiciera los deberes ¿galeones o bragas? enarcó una ceja, la extorsión siempre había sido lo suyo.

 

—El Juez es quien tiene la palabra final, además del enorme peso que significa todo el jurado en sí. Es quien mantiene el orden en todo el proceso acusatorio y el que dicta las reglas dentro del salón. Además, tiene un lindo martillo que nos dejó sordos a todos...

 

Rodó los ojos, tenía un ligero aprecio hacia Sagitas pues ella fue la niñera de Ámbar gran parte de su precoz infancia en el Hipogrifo asustado y como buena samaritana que era le había dado uno que otro truco a la primeriza. Más recordar a la bruja de cabellos morados en calidad de Juez aun le causaba cierta gracia pues en un principio no supo como manejar el asunto y ella misma creyó que todo se iría al caño, luego conoció su lado severo y aprendió la lección: Los payasos no siempre con simpáticos como Cissy no siempre era un amor.

 

—Aunque mismo creo que éste no puede decidir un cien por ciento por encima de jurado— Agregó algo contrariada.

[Cissy Macnair]

La sumisa postura de Arya no me dijo que aquel tema se había terminado allí, sino que esperaría su momento para volver a salir con alguna de sus punzadas. Era familia, yo también debía recordarlo y no rodear su esbelto cuello de cisne con mis manos y estrangularla. Por otro lado, el abrupto silencio de Sean indicaba que también había entendido que si estaba allí en calida de oyente, era porque yo se lo permitía y que cualquier otra cosa que hiciera mal, le daría una patada y no volvería a pisar mi clase.

 

-Exacto. El juez dirige, pone orden y estima o desestima las pruebas presentadas poniendo en la balanza el modo en que las mismas se consiguieron. Como dices, el juez no está por encima del jurado y aunque puede tirar atrás un veredicto en ciertos casos en que crea que hubo manipulación alguna de las pruebas o del jurado mismo, normalmente debe hacer lo que se decide. Aún así, se puede apelar al caso- terminé por explicar, antes de tomar mis cosas-. Te irá bien, Arya. Creo que has aprendido mucho. Te recomiendo seguir estudiando este caso o el que más te guste. Algo me dice que los nuevos juicios no están muy lejos- fruncí el ceño, no queriendo acotar más al respecto.

 

Ella era una de las que se había quitado la luz, un miembro de la Orden del Fénix perseguida. Aparecer de aquella forma por la Universidad me parecía de lo más imprudente pero no se lo podía evitar. Al parecer, el cuartel de Inquisidores tampoco, porque estaban algo quietos a pesar de que los Warlocks habían emitido una orden de arresto para varios miembros de aquel bando. Siempre me preguntaba qué haría yo, si la protegería, si la entregaría. Mi lealtad a mi propio bando me decía una cosa pero mi lealtad a la familia me dictaba algo completamente diferente. Si Arya permanecía en la mansión Macnair, entonces mi deber como matriarca era velar por su seguridad y no podía dejar que Darla o cualquier otro Inquisidor se hiciera con ella y la enjuiciaran.

 

-Hemos concluído por hoy- terminé por decir.