Castillo Karlštejn (MM: 108937)

[Emilia Malraux]

Jamás se aburriría de verle tan serio, esa línea que curvaba sus cejas cuando algo le preocupaba o la profundidad que escondía aquella mirada rasgada que con solo dos segundos para ella era toda una eternidad; y si a veces las historias tienen giros y arreboles que nos desconciertan, a veces la vida misma se vuelve tan compleja que perdemos las esperanzas sin saber qué cosas mejores nos esperan cuando el sol anuncie un nuevo día y la oscuridad de la noche se marche dejando las antiguas penas en el pasado. Jamás pensó que dos siglos tendrían que pasar para que Ethan y ella pudieran estar juntos.

Sus demonios, tardaron mucho en entender que la paz no estaba en la guerra y que si querían vivir tendrían que dejarles hacer su camino sin olvidar quienes eran y de donde provenían, eso lo había entendido en el noveno círculo del infierno cuando creyó morir, fue allí que entendió que Emilia sin Morrigan no era Emilia y que Su demonio la necesitaba para no desaparecer. El tacto cálido de la mano de su amor provoco que sus mejillas se sonrosaran levemente y una sonrisa curvara sus labios; ahora en este nuevo siglo ya los candelabros no existían, y las faldas amplias habían pasado a ser disfraces para Halloween pero para ella cada vez que miraba esos cafés regresaba en el tiempo a sus años como humana y al momento donde perdió para siempre la carrera contra su corazón.

- Creo que ambas se quedaran en el castillo, según Annabeth me dijo Anneliesse se inscribió en la misma universidad que ella y quiere decírtelo, sabes que todo lo que tiene que ver con la historia le apasiona – le comento al Demonio mientras soltaba una de sus manos para acariciar la mejilla de porcelana del mismo. – A propósito, estuve leyendo alguno de tus libros de poesía y memorice algo que siempre me recordó a ti pero que ahora tiene un significado más profundo. -

Se colocó de puntas para así quedar al nivel de sus ojos, y soltando sus manos se abrazó a él pegando su frente a la suya sintiendo su calor sintiendo como todo dentro de ella estaba en donde tenía que estar, clavo su mirada en la suya y susurro con esa voz dulce que solo le pertenecía a el – “¿Por qué ver por separado esta vida de la siguiente? Si una proviene de la anterior. El tiempo es escaso para los que lo necesitan, pero para los que aman dura para siempre.” – beso con suavidad los labios del que era el amor de su vida y se deleitó con la dulzura de los mismos.

@@Ethan Lenteric