Castillo Karlštejn (MM: 108937)

[Sol Lestrange Black]

Habíamos dejado el ministerio, dispuestos a disfrutar una agradable velada el uno con el otro, tomados de la mano caminábamos por el callejón cuando nuevamente me había sorprendido, <<¿Por qué no mejor vamos al castillo?>> Sonreí ante la propuesta, ahí justo había empezado prácticamente nuestra historia, o al menos esta parte de la historia que me tenía en aquel estado de enamoramiento extremo.

 

La idea me pareció deliciosa, estar en su territorio me volvía su presa y eso me parecía sumamente atractivo. -Vamos a donde tú quieras…- afirme mientras rodeaba mi cintura con sus brazos atrayéndome contra su cuerpo, por lo que imagine que nos apareceríamos juntos en su castillo. Sonreí y recargué la cabeza en su pecho, intentando desprenderme de lo que estaba por venir , aunque ahora entre sus brazos el trago seria menos desagradable.

 

Me concentré en su aroma y el sonido de su corazón, al grado que apenas note aquellos segundos de viaje, cuando abrí los ojos reconocí el lugar, era el mismo salón donde habíamos estado en la visita anterior, con algo de dificultad nos desprendimos del abrazo, si por mi hubiera sido me habría quedado ahí la noche entera.

 

--Creo que es la primera vez que disfruto una aparición…- admití antes de darle un suave beso en los labios, me sonrió y tomó mi mano, la beso dulcemente provocándome un profundo suspiro ¿Cómo había logrado meterse tan dentro en tan poco tiempo? Me pidió que le acompañara y de la mano fuimos hasta uno de los salones.

 

Me invitó a entrar, tenía el mismo tipo de decoración, aunque al fondo había una pared azul con algunas inscripciones que parecían haber sido gravadas con fuego, aquello me llenó de curiosidad, lo mire nuevamente y no dijo nada solo me miraba con aquella sonrisa que tanto amaba y por la que daría la vida para verla siempre verla ahí.

 

@@Ethan Lenteric

[Ethan Lenteric]

Estando en el callejón le pareció que no era el lugar indicado para tan importante suceso, algo le decía que estarían mejor en un lugar mas confortable e íntimo así que propuso su castillo. Ella aceptó al instante y sin chistar la tomó en sus brazos, era difícil concentrarse en su lugar de destino al percibir su aroma y su cercanía sin embargo cerró sus ojos y se concentró en aquella sala en donde había iniciado todo.

Al llegar a su morada después de la aparición se quedó abrazándola, era imposible para él el despegarse de su lado, amaba su contacto y como sus brazos se amoldaban perfectamente a su fina figura. Sol tenía un cuerpo elegante y sutil que parecía frágil pero a la vez sabía que este era fuerte, al menos más de lo que él pensaba.

-Creo que es la primera vez que aparecemos juntos en esta habitación tan llena de recuerdos.-Respondió sonriente a sus palabras antes de recibir su beso, gentilmente él besó su mano y de inmediato recordó la peculiar pared en el salón contiguo.

La invitó a descubrir esa pared que era la gran protagonista quizá de toda la edificación, en esa sala había una decoración lujosa como en la anterior resaltando exquisitamente las artesanías Otomanas y Rusas de sus antepasados. Una colección fina de armas se alzaba en la pared posterior a la pintada en azul haciendo de esta una habitación de gran importancia sentimental dentro de la familia. La observó admirar la sala en silencio, cuando volteó a verlo se acercó a ella y la tomó en un abrazo por la espalda admirando juntos los grabados en fuego.

-Es una tradición de mi familia, es la pared en donde cada visitante plasma en una inscripción los buenos deseos hacia la familia. Mi familia desciende de turcos y otomanos, nómadas gitanos que llevaron el tapiz por generaciones hasta establecerse aquí en Ústí nad Labem. Cada una de las inscripciones son de familiares y amigos fieles que permanecen en cada corazón de la descendencia de los Lenteric, es un ritual importante para mi así que espero que graves algo que venga desde lo más profundo de tu corazón. Yo mientras alistaré nuestra cena...- Dio un beso a su mejilla desde esa posición y se separó de ella.

Salió de la habitación y llamó a Needles, necesitaba su ayuda con urgencia.

-Needles, creo que necesitaré flores. Encárgate de encontrar las más hermosas del invernadero, ya se que es invierno y que pocas de ellas tienen buena apariencia sin embargo se que sabrás escogerlas.- Pidió a su fiel amigo quien con una venía desapareció para realizar el encargo.

Sus pasos lo llevaron a un antiguo pabellón cubierto de enredaderas en donde una gran fuente era la estrella, aquella fuente de apariencia casi irreal se encontraba rodeada de luciérnagas revoltosas que alumbraban de manera romántica el lugar. >>Perfecto...>> Pensó sonriente antes de aparecer una mesa para los dos, un par de sillas aterciopeladas, velas y un juego de cristalería antiguo que se ocupaba para las grandes celebraciones de su familia. Needles apareció al instante portando un arreglo floral que serviría de centro de mesa para la velada y que se encargó de acomodar junto con un par de adornos de musgo que daban al ambiente el perfecto aroma a bosque.

-Gracias Needles, creo que solo falto yo...- Una risa nerviosa salió de sus labios antes de apuntar su ropa con la varita, hizo aparecer en su cuerpo un traje mucho más formal que el que portaba anteriormente y así se dirigió de nueva cuenta a donde la había dejado. Suspiró al mirarla de espaldas y se acercó a ella mostrando una sonrisa sutil, quizá coqueta.

 

-Madame Lestrange, ¿me acompaña por aquí, por favor?- Pidió ofreciendo su mano a ella y cuando la tomó la condujo por los pasillos hasta esas puertas francesas en color blanco que los llevaría al pabellón, abrió estas para ella y observó su rostro esperando el haberla sorprendido lo suficiente.

 

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[Sol Lestrange Black]

El salón estaba lleno de recuerdos de su cultura, armas y reliquias que parecían muy antiguas y valiosas, las contemple detalladamente, adoraba las antigüedades y aquellas específicamente al saber que eran parte tan importante de su vida y su propia historia. Me abrazo por la espalda mientras me contaba la historia de aquella peculiar pared, lo escuchaba atentamente, me parecía fascinante cada una de sus palabras, imaginándome cada detalle a través de su voz. Me gustaba tanto la forma en que se expresaba de su familia, de sus tradiciones eso hablaba tan bien de él y sus valores.

 

Me invité a que pusiera una inscripción en ella, sentí que mi corazón daba un salto emocionado, aquel gesto me dejo sin palabras me está compartiendo una parte importante de su vida y me estaba también haciendo parte de la misma. No pude mas que acariciar sus manos aun sobre mi cintura.

 

-Te amo tanto Ethan… - dije con un nudo en la garganta por la emoción. Beso mi mejilla y me dejo sola en aquel bello salón, sumida en mis emociones y pensamientos.

 

Caminé despacio hacia la pared y casi con devoción pase mi mano por ella cerrando los ojos, intentando concentrarme en toda aquella energía positiva que resguardaba, suspiré mientras su rostro llenaba mi mente, estaba completamente enamorada de un hombre que apenas conocía, pero era como si lo conociera de toda la vida, de algún modo el destino nos había conectado y cada paso de nuestras vidas nos había llevado a aquel momento en donde nos habíamos encontrado, como si para eso hubiera nacido.

 

Levanté la varita y un fino halo de luz comenzó a escribir en uno de los extremos libres…

 

<< Casi siempre vivo los recuerdos como un sueño transformado en realidad, tú me has enseñado a amar y en tu nombre tengo atada mi eternidad, te cielo, mi cielo >>

 

Unos minutos después volvió, escuche su voz a mi espalda y gire de forma automática, me sorprendí al verlo, estaba simplemente asombroso, me lleve una mano a la boca acallando un grito emocionado…

 

--Esta usted sorprendemente guapo Monsieur Lenteric –dije acercándome mientras me mordía los labios--¿Cómo puedes ser tan perfecto?- pregunte suspirando y sin contenerme lo bese suavemente en los labios.

 

-- Madame Lestrange, ¿me acompaña por aquí, por favor?—pregunto ofreciendo su brazo, sonreí emocionada y obedecí, me llevo hasta un pabellón, una hermosa puerta guardaba aun su secreto, las abrió dándome paso sin dejar de observarme no quería perderse mi reacción, y así fue, apenas vi el lugar sentí mi corazón acelerarse todo era tan perfecto, tan único, jamás nadie había hecho algo así por mí. Los colores, los aromas, todo era armonioso y perfecto, algo que solo el podía lograr.

 

--Amor esto es…-- no encontraba las palabras para expresar todo aquello que revoloteaba como mariposas en mi interior. Una cantarina fuente llena de flores y pequeñas lucesillas, una mesa perfectamente dispuesta para dos, con aquel perfecto gusto que solo él podía tener…-- Merlín no se ni que decirte precioso, te amo de verdad te amo…- dije arrojándome en sus brazos, apenas tuvo tiempo de reaccionar y sostenerme ante mi efusivo entusiasmo.—Pero esto no es justo…- dije apartándome un poco, me miró extrañado por mi comentario, pero le sonreí antes de decir…- Necesito cambiarme no pensaras que voy a dejar que tú seas el único bello en esta cena ¿verdad? Date la vuelta…- le pedí, mientras reía suavemente ante mi petición, quería sorprenderlo aunque fuera un poquito, después de todo lo que él había hecho por mí.

 

Levanté mi varita sobre la cabeza, no tenía mucho tiempo así que tendría que hacerlo todo con “magia” un halo de luz me cubrió por completo, cerré los ojos y en unos segundos estaba lista y a la altura del momento, aquel hermoso vestido dorado cubría mi cuerpo, maquillaje y peinado incluido.

 

--Ya puede voltear Monsieur Lenteric…-- le pedí, giró despacio con aquel movimiento elegante que solo él podía portar, su sonrisa me dijo que había logrado mi cometido…-- ¿Te gusta lo que ves? –pregunté acercándome—Porque todo lo que yo veo es simplemente perfecto mi cielo…te cielo…

 

@@Ethan Lenteric

Editado 28 de Noviembre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Ethan Lenteric]

Su expresión valía oro puro, era como una niña pequeña sorprendida y emocionada y él amaba eso. La tomó en sus brazos cerrando los ojos, como si en ese abrazo pudiera recibir todo ese amor de su parte, pero poco duró dicho contacto ya que ella había nombrado una injusticia lo cual lo hizo reír al saberla. Asintiendo a sus deseos cerró sus ojos nuevamente y se volteó sujetando sus manos delante de su propio cuerpo, aguardó hasta que ella le permitió voltear y al verla por poco sus rodillas fallan.

Se encontraba deslumbrante, ella siempre se veía hermosa pero esa noche en especial lucía increíble. Le costó un poco retomar la compostura y asintió a su simple pregunta antes de volver a abrazarla.

-Eres tan perfecta, haces que mi corazón salte de alegría con cada una de tus acciones Sol. Eres increíble.- Comentó sonriente, desde que se encontraba con ella, desde que la había conocido todo había sido sonreír.

-Pero... creo que te hace falta algo. Si me permites...-Susurró antes de separarse y aparecer en la mesa una caja negra de tamaño mediano. -Cierra los ojos.-Pidió a ella antes de extraer el collar regalo para ella.

 

Se colocó detrás de la castaña y colocó el collar en su cuello con suma delicadeza.

 

-Ya puedes abrirlos... Es una reliquia de mi familia, pertenecía a mi madre Karel y anteriormente a su madre. Regalo emblemático de los Zares rusos a sus prometidas como una promesa de amor eterno, mi madre me pidió que lo regalara a quien ganara mi corazón y ahora ambos te pertenecen.- Observó el collar en su cuello y sonrió tomando su mano alzando la mirada a sus perfectos ojos avellana.

 

-Y es con este regalo cuando por fin te pregunto... Sol Lestrange, ¿me concederías el inmenso honor de ser mi novia?- Preguntó con todos sus sentimientos agolpados en solo una frase que recordaría por el resto de sus días.

 

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[Sol Lestrange Black]

Sonreí al ver su reacción y más aun a las palabras que la acompañaron, escucharlo siempre era un sentimiento delicioso, pero más aun de lo que sus labios decían, era lo que esos hermosos oscuros transmitían, la forma en que me miraba decía mucho más, sentí mis mejillas arder ante la intensidad de su mirada.

 

Me indico que algo hacía falta y yo le sonreí, era increíble la manera que tenia de superarse a sí mismo con cada detalle cuando creía que me había llevado a la cima del cielo me hacía llegar aún más arriba. Me pidió cerrar los ojos y obediente lo hice, sin dejar de sonreír, cuando sus manos rozaron mi cuello un delicioso escalofrió me recorrió. Me pidió que volviera a abrirlos, y mi sorpresa fue inmensa, un hermoso collar pendía en mi cuello. Escuché su procedencia, y mi corazón se aceleró de golpe con aquella confesión…

 

-Regalo emblemático de los Zares rusos a sus prometidas como una promesa de amor eterno, mi madre me pidió que lo regalara a quien ganara mi corazón y ahora ambos te pertenecen.- Aquello me sorprendió y mas aun sabiendo que para el había habido alguien mas en su vida, y habia guardado aquel detalle hasta ese momento y ahora me lo daba justo a mi.

 

--Mi amor yo… es hermoso…- dije acariciándole con devoción. –Gracias mi cielo, gracias por tanto…no creo merecerlo- no pude continuar ya que el volvió a tomar la palabra.

 

--Y es con este regalo cuando por fin te pregunto... Sol Lestrange, ¿me concederías el inmenso honor de ser mi novia?- aquello fue el perfecto remate para aquella gama de sorpresa, no pude contenerme más y las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, dejándome llevar por la emoción del momento.

 

--Eres único, no me va a alcanzar la vida ara darte las gracias por tanto que me has dado y tanto que has hecho por mí, en tan poco tiempo…- solloce sin dejar de sonreír. – El honor será todo mío Ethan Lenteric, quiero ser tu novia y hacerte feliz, quiero ser siempre lo que necesites, estar contigo, cuidarte…-- lo abrace fuerte, con todas las fuerzas que me daba el cuerpo, tratando de demostrarle con ello lo mucho que lo amaba, lo importante que era para mí—Te prometo hoy y para siempre que te haré feliz…gracias por ser tu, por devolverme cada sueño e incluirte en ellos, no quiero pasar un solo día mas lejos de ti…te amo, te adoro, te cielo, eres mi vida y tienes mi corazón en tus manos- me acerque despacio y lo bese, con toda el alma, con todo el corazón , imprimiendo en aquel momento toda la felicidad que sentía y toda la que quería regalarle…

 

@@Ethan Lenteric

[Ethan Lenteric]

Sus lágrimas aparecieron rodando por sus mejillas pero fueron sus palabras las que lo detuvieron a consolarla, escuchó atentamente sintiendo como una calidez lo invadía y su sonrisa se ampliaba. La abrazó a su cuerpo sintiendo su latido contra el propio, su respiración acoplarse a la de ella y una misma emoción en donde no existía nadie más que ellos en el mundo.

 

Ella había aceptado ser suya, había aceptado recorrer de su mano todo lo que estaba escrito en su destino. Estaba convencido de que nadie la igualaba, ni siquiera en todas aquellas cosas pequeñas en las que congeniaban; ella era en pocas palabras su alma gemela, habían sido creados para estar juntos y eso podía sentirlo con cada latir de su corazón que ahora tenía un motivo.

 

Cada fibra de su ser gritaba amor por ella, la sentía tan suya que sabía ese era el inicio no nada más de un noviazgo si no el inicio de una vida totalmente distinta y nueva. En ese corto tiempo había vuelto a vivir.

 

-Amor, mi amor. Gracias por ser tu.-Respondió antes de corresponder a su besl, un beso que sellaba aquel enlace tan importante entre ambos. Un beso tan sentido y significativo que al mismo tiempo lo hizo suspirar de dicha.

 

Al momento de separarse la tomó de la mano y la llevó a su asiento ajustando su silla, tomó asiento a su lado y volvió a tomar su mano ahora entrelazando sus dedos. Era la primera vez que lo hacía y se sentía sumamente emocionado.

 

-¿Quieres beber vino o prefieres algo más?-Preguntó a su ahora novia antes de acariciar su mejilla despejándola del rastro de su lágrima.

 

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[Sol Lestrange Black]

Nuestros dedos se entrelazaron apenas nuestras manos se juntaron, la sensación era única, estábamos juntos, sin nada que pudiera empañar aquella inmensa felicidad, tomamos asiento en aquella hermosa mesa, las mejillas me dolían de tanto sonreír, me sentía tan completa tan llena de vida, podía sentir la sangre correr por mis venas. Sonreí mordiéndome los labios al escuchar que quería beber, solo podía pensar en besarle en abrazarlo y en sentirlo.

 

- Vino esta bien precioso...- acepte sin poder dejar de mirarlo, cada gesto, cada movimiento, me hacían sentir la mujer mas afortunada del mundo, me había elegido a mi para estar a su lado y aquello era algo que no sabia si seria capaz de pagarle. Su mano acaricio mi mejilla suavemente apartando las ultimas lagrimas traviesas. -- ¿Como puedes ser tan perfecto? -- le pregunte mientras vertía aquel vino en las copas frente a nuestros platos.

 

--¿Te he dicho lo afortunada que soy de tenerte?¿Que hice para merecerte? Para que seas tan bueno conmigo...Te amo tanto que a veces me da miedo...miedo a perderte, no podría vivir sin ti, te has vuelto tan indispensable-- admití preocupada, aquello era tan bello que temía que en cualquier momento podría despertar y darme cuenta que todo era un maravilloso sueño.

 

--¿Que voy a hacer para pagarte tanta felicidad?-- tome la copa -Gracias Ethan Lenteric, por todo, por salvarme la vida, por ir por mi al infierno, por traerme de vuelta, y por meterte en mi vida...--Choque mi copa con la suya--Por nosotros mi amor, por que esta felicidad sea eterna, por que estemos juntos todos los dias del resto de nuestra vida...Salud mi cielo hermoso...te amo...

 

@@Ethan Lenteric

Editado 29 de Noviembre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Ethan Lenteric]

-Vino será.-Hizo chasquear sus dedos y Needles apareció con una botella que dejó cerca de él, después desapareció dejándolos de nueva cuenta solos.

 

La escuchó mientras se encargaba del vino, rió negando con la cabeza repetidas veces y soltó un suspiro al tomar su copa. Estaba a punto de hablar cuando ella tomó la batuta.

 

Uno de sus miedos era perderlo pero en realidad al ser inmortal no había esa opción disponible, en cambio él si podía perderla. La humanidad de Sol era un reloj de arena cada vez avanzando más y de pronto la saliva que pasaba por su garganta supo a vinagre, tendría que encontrar la manera de hacerla vivir por siempre.

 

-Por nosotros, porque cada momento tiene que ser eterno, cada palabra que sea bien gastada y cada beso dado desde el fondo del alma. Por ti, para que brilles por siempre en mi cielo y me hagas brillar junto a ti como nadie lo hará. Por nuestro amor que es capaz de crecer en cada instante...-Brindó con ella y bebió un sorbo del exquisito vino de su reserva.

 

Después de dejar la copa en la mesa la tomó del rostro y la besó, el sabor del licor era mucho más agradable de sus labios y hasta conseguía darle cierto dulzor que le hizo agua la boca. Los labios de su amada se amoldaban perfectamente a los de él y su respiración iba a un ritmo igual a la de ella. Ahí estaban, amándose y no importaba nada más.

 

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[Sol Lestrange Black]

La cena transcurrió tranquila, entre palabras de amor, besos y caricias espontaneas, me sentía mas viva que nunca, Ethan me estaba dando aquella posibilidad de ser feliz, me regalaba la maravillosa opción de estar a su lado y formar parte de su mundo, en mi mundo, nuestro mundo, aquel que íbamos creando poco a poco juntos y bañándolo de aquel indescriptible amor. No alcanzaba a comprender aun en que momento había pasado, parecía que habían pasado años y sin embargo eran solo unos pocos meses los que teníamos de conocernos,

 

 

No podía dejar de sentirme privilegiada de que el destino hubiera hecho mi camino cruzarse con el de el, teníamos aquella mezcla perfecta, nos entendíamos, eramos pareja, cómplices, juntos eramos sincronía pura en todos los aspectos, podía perderme en sus ojos oscuros y encontrarme en sus labios, reír con sus bromas y gozar de los deliciosos silencios que a veces nos envolvían. Era hermoso como me hacia sentir completa, eufórica, amada, libre, protegida y valiente, única. En aquel momento dudaba de cualquier otro "sentimiento" que hubiera podido sentir, solo reconocía aquello que ahora sentía por el como e mas perfecto y completo amor.

 

 

--Gracias...- dije mientras apartaba un poco aquel plato.--Gracias por todo esto Ethan de verdad ya no se ni que decirte, todo me parece tan poquito comparado con esto...no encuentro palabras para decirte lo que siento- admití acariciando su pálida mejilla. -- ¿Donde estuviste todo este tiempo?- pregunté soltando una suave risa -- Tengo una extraña sensación ¿sabes?- Sonrió y me miro con curiosidad tomando mi mano.-- Como si esto lo hubiera vivido antes, como si te conociera de toda la vida, ¿No te parece raro mi cielo? Te has dado cuenta que todo ha pasado tan rápido, no puedo ni siquiera encontrar el momento justo en que me perdí por ti...- comente mordiéndome los labios - un día estábamos sentados en el spa comiendo pizza y ahora poco tiempo después no puedo imaginarme un segundo sin ti...

 

 

Suspiré profundamente llenándome de recuerdos, la primera vez que lo vi, sentado en la sala de espera del spa, aquel click inmediato extraño en mi, no era común intimar con alguien, pero Ethan había llegado a mi vida rompiendo limites y barreras, mostrándome nuevos mundos, nuevas formas y lo mejor de todo era que ni yo misma me había dado cuenta, de la forma silente y sutil en que se había colado dentro de mi corazón, con toda esa magia, con el brillo coqueto de esos ojos oscuros y profundos, con sus labios dulces y perfectos, la forma en que los muerde cuando esta nervioso y los humedece con su lengua, como entrecierra los ojos y frunce el ceño cuando algo no le agrada, esa vena inconfundible cuando esta por estallar, como vive y expresa cada uno de sus sentimientos, como no existen puntos medios y todo lo vive al extremo.

 

 

--No quiero que esto que siento por ti termine nunca, no quiero que tu dejes de sentirlo, quiero que siempre me digas lo que sientes, sea bueno o malo, quiero saber mas y mas de ti, seguirte conociendo cada día, y siempre descubrir cosas nuevas que nos sorprendan-- pedí sonriendo mientras le daba un dulce beso en los labios, me estaba volviendo adicta a su sabor-- No puedes si quiera imaginar como te amo Lenteric...con cada pedacito de mi alma, con cada parte de mi cuerpo... - admití sonriendo--prométeme que siempre me dirás la verdad que si algún día dejas de quererme me lo dirás - no quería sonar fatalista, pero necesitaba pensar en todas las posibilidades-- Yo te amo y si algún día ya no puedo hacerte feliz, quiero que me lo digas, por que eso es lo único que quiero en el mundo que seas feliz mi amor...

 

 

@Ethan Lenteric

[Ethan Lenteric]

Una cena más relajante y perfecta no existía, era tan importante para él esa ocasión que la había disfrutado al máximo como cada minuto a su lado. Conocía ya cada parte de su ser, su cuerpo y sus sentimientos, conocía a la mujer que tenía enfrente como jamás había conocido a otra y ese detalle le permitía corroborar su enamoramiento.

 

Ahí estaba de nuevo ese pequeño movimiento de su nariz al masticar que le parecía agradable, era uno de los detalles que jamás nombraría pero que lo hacía amarla más. Su manera de sonreír como si nunca antes hubiese sonreido de esa manera y la forma en la que mordía sus labios era simplemente irresistible.

 

Recordó su primera vez juntos, aquel momento de poesía terrenal en el que se habían sumido sin pudor alguno, siendo complemento uno del otro. Su manera de amarla había sido impecable, sus manos habían recorrido toda su figura en caricias y siempre que volvía a pensar en ello se estremecía.

 

Al termino de la cena puso atención a sus palabras, bebió un poco de vino y frunció el ceño. ¿Vidas pasadas? Para él no era imposible, cabía la posibilidad.

 

-Bueno he de confesar que es posible el habernos encontrado en alguna de tus vidas pasadas, soy un demonio lo bastante viejo como para haberte conocido mil veces antes... Pero la verdad es que en mi forma terrenal lo dudo, esto que siento no lo sentí antes con nadie.-Respondió siendo totalmente sincero aunque hubiese deseado el conocerla desde antes.

 

Recordó que ese día en el spa se encontraba nervioso por conocerla, no sabía porque pero un extraño sentimiento se había apoderado de él hasta que sus ojos la vislumbraron por vez primera en persona.

 

-La primera vez que te vi pensé que eras un ángel, tan prohibido y celestial para mi que casi huyo para no corromperte... Quien agradece al destino por haberte cruzado en mi camino soy yo. Cada segundo lo agradeceré y me esforzaré para ser siempre el mejor hombre para ti en todo aspecto.-Prometió a ella antes de tomar su mano y besar su dorso.

 

Sus siguientes palabras lo desconcertaron un poco pero al instante comprendió lo que ella decía ya que él también lo sentía.

 

-Te prometo que siempre vas a recibir verdad de mi parte, te prometo que con cada respiro voy a amarte y que siempre vas a encontrar en mi amor verdadero. Se que tienes miedo mi amor, pero no dejes que ese miedo se apodere de ti y te prohiba disfrutar lo nuestro que es totalmente puro. Yo te amo con cada fibra de mi ser, te anhelé desde siempre y ahora que te tengo no puedo plantear falsedades así que descuida ¿si? Siempre seré sincero contigo.-Respondió finalmente antes de sellar con un beso a sus labios sus palabras.

 

-El collar que portas es de esmeraldas, hace juego con un talismán que yo siempre porto dentro de mi ropa. Cada vez que algo altere nuestro entorno, ambos se tornarán de color ambar. La alteración puede ser tanto buena como mala y cuando el collar se rompa... bueno eso quiere decir que has dejado de amarme.-Comentó antes de llevar su mano libre al accesorio que ella portaba, lucía tan fuerte que solo rogaba que así permaneciera por toda la eternidad.

 

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