Bratvá (MM B: 109195)

[justo]

El dinero abre muchas puertas. He reservado una sala privada para entrevistarme con una serie de personas muy especificas. Me ha costado 100 Galeones pero a cambio, he conseguido una total confidenciabilidad. Aunque no lo parezca, estamos reunidos la plana mayor de un grupo estrictamente secreto y lo hacemos a espaldas del Ministerio.

 

No somos una organizacion criminal, no se trata de eso. Lo que ocurre es que nuestras actividades son estrictamente secretas y, estamos seguros, los Inefables darian cualquier cosa por entererse de lo que aqui se habla.

 

Pero, por supuesto, no les vamos a dar esa satisfaccion.

[Alexandros Mcnair]

Habia pasado un tiempo desde que visite este lugar... supongo que los viejos hábitos no se van. Beber y fumar solo no era lo que me gustaba hacer, pero seguro encontraría alguna cara conocida... o simplemente podría charlar con alguien completamente extraño como la ultima vez.

 

Estaciono mi moto justo en la vereda, para poder vigilara desde dentro del bar y sentirme en paz y tranquilo. Enciendo un cigarrillo y sin bajarme del vehículo miro a través de los ventanales del lugar, * Quizás hoy pueda hacer el reto de Nikkolay... * Pensaba para mis adentros... después de todo no tenia otra cosa mejor que hacer y el intento frustrado a por falta de una bebida lo suficientemente fuerte de la ultima vez me había dejado algo molesto.

 

En caso de encontrarme a alguien podríamos hacer el reto juntos... o simplemente podría observar como bebe un Alemán y reírse mientras soy golpeado en la cabeza con objetos contundentes. Sin mas cavilaciones puse seguro a mi moto, termine el cigarillo y ingreso al establecimiento, camino hasta la barra y pido una medida de Jack para empezar de a poco.

[Ela Karoline]

Luego de pasar varias horas atendiendo los asuntos de rutina en sus negocios para que pudieran funcionar y brindar a sus clientes el mejor servicio Cye decidió que era hora de ir a caminar un rato. Pincho los alfiléres con los que sujetaba la gabardina que estaba confeccionando en la almohadilla y luego sacudió la falda de su vestido, cosa que no le quedara ningún hilillo prendido que enturviara la seda fría con que. estaba elaborado su atuendo

 

Ya en el callejón pudo sentir el aire abanicando su rostro y de cuando en cuando era capaz incluso de mover los largos risos de su rubia cabellera, empezó a ver escaparates y luego de un rato se sorprendio sedienta por lo que sus orbes buscaron algún lugar donde poder tomar algo, pero a decir verdad huyo de la parte más concurrida y del tumulto de la gente, allá en la esquina un luminoso letrero hacia que notará una estructura en tono beige y carmesi en la que no habia estado nunca antes.

 

Dio una mirada a traves del crital con que etaba hecha parte de la bonita puerta de madera, parecía agradable y espacioso, se mordió el labio inferior en un gesto de indecisión y luego de un par de segundos se adentro en el establecimiento, su primera impresión fue "grande, frio y eficiente" aunque quizás lo de frío lo pensaba porque estaba congelada ante la idea de meterse donde no debía, ademas le daba un poco de aprensión ese ratico robado lejos de su bebito, aunque lógicamente no tenia porque Eirian estaba bien cuidado y rodeado de amor.

 

Se encaminó hacia la barra, pensando que los muebles lucían cómodos pero demasiado grandes para sentarse ella sola, ocupó uno de los pequeños y altos asientos que estaban a lo largo de la barra sin fijarse al lado de quien quedaba y pregunto.

 

--Podría servirme algo con poco grado de alcohol tal vez un vino?-- se sintió incomoda por la mirada escrutadora del sujeto tras la barra, hasta que mencio el vino, aspiro con fuerza y levanto la barbilla dispuesta a enfrentar a cualquiera que se atreviera a cuestionar su elección en un lugar que obviamente servía tragos fuertes, entonces se sintió observada por un par de ojos a pocos centometros de ella, a lo sumo en el asiento contiguo.

[Alexandros Mcnair]

Habia pasado un rato mirando la madera bien lustrada de la barra... algo aburrido debo decir, cuando estoy por pedir otra ronda soy interrumpido por una voz femenina muy familiar --Podría servirme algo con poco grado de alcohol tal vez un vino?-- esa voz... miro de reojo arqueando la ceja solo para llevarme una gran sorpresa. Ni mas ni menos que Cye Lockhart mi querida madrina en la orden del fenix, era extraño verla por aqui y ya hacia un tiempo no estabamos en contacto. Esta iba a ser una buena ocacion para ponernos al dia.

 

- Las bebidas de la señorita corren por mi cuenta - le digo al cantinero para luego dar un largo sorbo a mi vaso, giro levemente mi banco para quedar frente a ella " Tiempo sin vernos! " exclame con vos gruesa y seguida de una sonora carcajada de alegría. Me llenaba de alegría ver allí a aquella amable y dulce mujer, en poco tiempo se habia convertido en alguien importante para mi dentro del circulo de la ODF, ademas de mi madrina y consejera, era mi amiga y mi familia.

 

- Que te trae a este lugar Fraulin? viste mi motocicleta en la vereda? - digo para luego mostrar una enorme sonrisa, mientras apoyo mi codo en la barra para adoptar una posicion mas comoda.

[justo]

Paso la vista por delante de mis acompañantes, son la flor y nata de nuestra organizacion en Europa, a traves de nuestros contactos secretos han venido de todos los paises. Estamos, en estos momentos, 19 personas, toda la plana mayor. Lo dicho, los Inefables darian un brazo por introducirse en esta reunion. Tomo la palabra.

 

"Abro la sesion plenaria en este local del Callejon Diagon, nos reunimos con la debida discreccion para tratar los asuntos internos de Los 3 Circulos, Leo tiene la palabra"

 

- Gracias Milord. Mi informe tiene que ver son esos rumores sobre reorganizacio de los Mortifagos en el Reino Unido. Puedo decirle que la Oficina de Aurores esta verificando dichos rumores y, por el momento, se han revelado como falsos.

 

- Acuario tiene la palabra.

 

- Gracias Milord. Nuestros intercambios comerciales con Gringotts arrojan un balance favorable de 150.000 Galeones mensuales. Asimismo hemos firmado un acuerdo comercial con nuestros contactos en Egipto que nos reportara un beneficio neto de 4 millones de Galeones.

 

- Cancer, por favor...

 

- El mantenimiento de nuestra escuela de Salem nos cuesta 2 millones de Galeones anuales. Hemos firmado un acuerdo con la escuela de Ilvermony para cursos de posgrado en Salem.

 

- Gracias por los informes. ¿Alguna cosa mas? Señor Fuego...

 

- Gracias Milord, hablo en nombre de todos los delegados para testimoniarle nuestras felicitaciones por sus recientes matrimonios.

 

- Muchas gracias a todos. Pues si no hay mas detalles podemos degustar el menu y los aperitivos que he reservado. Espero que sean de su agrado.

 

Un coro de carcajadas me respondio , el ambiente se desarrollo, mas tarde en franca camaraderia.

[Leandro Malfoy]

Leandro tenía que empezar a hacer amigos, bueno, en este caso una amiga, y ¿porqué no algo más que eso? Se puso su mejor traje y su mejor par de zapatos para ir a su cita con una mujer con quien se había topado por las calles del mundo mágico, habían quedado en compartir una botella de vodka y Ele es un hombre de palabra, más aún cuando se trata de vodka mucho más aún cuando se trata de una mujer.

 

El castaño se peinó por primera vez aquel fino cabello que tenía y se echó un poco del perfume para no apestar tanto a alcohol puesto que el vodka había sido su mejor amigo desde tiempos inmemorables, siempre olía a vodka, era su olor característico.

 

El Malfoy escribió una nota y lo ató a la pata de la lechuza de su madre para que fuera Hasta Juli-ette "Te espero en Bratvá, Leandro Malfoy. PD. La nota es un traslador, una vez que la sueltas se activa, vuelve a tocarla y estarás conmigo."

 

Una vez que Ele entró al bar, pidió una de las salas VIP del segundo piso y subió las amplias escaleras para tomar su lugar y esperar a aquella dama, mientras lo hacía se acomodaba de vez en cuando la corbata y el saco.

 

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[Ela Karoline]

En la barra con Alexandros Mcnair.

 

Ni bien había pedido su bebida mirando directo a los ojos a la persona que despachaba tras la barra, levantando la barbilla en un movimiento que no admitía critica, alguien sentado a su lado decía que quería hacerse cargo de la cuenta, su cuenta, ¡claro que no iba a aceptar! Y planeaba ponerlo en palabra audibles, cuando sintió el movimiento del banco que indicaba un cambio de posición de su ocupante, ¿Qué pretendía ese mago? ¿Se estaba ella intimidando? Si era así no lo daría a demostrar. Giro la cabeza con determinación y sorprendida se encontró con un pelirrojo que ya conocía.

 

EL “Tiempo sin vernos” no paso desapercibido, pero no pudo contestarle de inmediato, cerró los ojos y exhalo visiblemente aliviada de que fuera él y no cualquier mago ebrio buscando compañía que ella no pensaba brindarle. Cuando recupero su voz y el control de sus emociones pudo mirarlo a los ojos y decirle --Acabas de darme un susto-- llevo su mano derecha al pecho y luego prosiguió diciendo --Me da mucho gusto verte y que seas tú-- el quizás no entendía pero ella odiaba llegar sola a lugares como ese, por no decir que a la mayoría de los sitios a no ser que fuera a comprar ropa, zapatos y joyas.

 

--No, no vi la moto, estaba algo distraída y como te habrás dado cuenta no acostumbro a visitar lugares así, pero hoy la tentación me gano, aunque no sé si a los cinco segundos de entrar ya estaba arrepentida-- confeso con una sonrisa en los labios imaginándose la cara de susto que los demás le estaban viendo. --Por fortuna estas aquí como un angelito-- expreso girándose para quedar frente a Alexandros, el mago era una de las personas que desde hacía un par de meses tenia la suerte de amadrinar, con lo que también tenía la oportunidad de empezar a conocerlo y forjar una amistad perdurable en el tiempo y el espacio, al menos ese era su deseo.

 

--Y tú ¿Acostumbras a venir a este lugar? Parece ruso-- dijo dándole una vistazo de nueva cuenta, cuando el cantinero le alcanzo un vaso con el vino de aspecto rojizo, a lo cual ella le manifestó un sencillo “Gracias” --No lo había visto antes, aunque te confieso que hacía mucho no me paseaba por el callejón, solo usaba la red flú para venir a mis negocios y de allí a casa-- le conto al mago, quien de a poco gana terreno en su confianza. --Cuéntame de tí, ¿Dónde te quedas aquí en Londres?--

 

La pregunta la hacía porque a pesar de que habían conversado un par de veces, no conocía mucho de su vida de antes o fuera de sus aspiraciones a pertenecer a la Orden del Fénix. Apenas se daba cuenta de que en su mente le recordaba siempre bajando o subiendo de su motocicleta, como si fuera un viajero permanente, con ese aspecto renegado y rudo, aunque sus modales eran correctísimos.

[justo]

La reunion se termino y los miembros principales empezaron a desfilar en pequeños grupos. Leo y yo nos quedamos, me interesaba hablar con el para un asunto estrictamente personal.

 

- ¿Que sabes de la investigacion sobre el caso Fenix?

 

- Mis hombres estan en ello, la cosa va camino de su solucion.

 

- ¿Esta Draco implicado?

 

- La verdad es que no.

 

- No sabes lo que me alegro.

 

- Y yo. Seria muy duro detener a un amigo.

 

- Yo lo sentiria por el chico, seria traumatico.

 

- La redada esta proxima, habra arrestos y mas de una sorpresa. Por cierto, ningun Malfoy esta implicado.

 

- Bien, lo dejamos aqui, te esperan los tuyos. Dale recuerdos a tu mujer.

 

- De tu parte.

[Alexandros Mcnair]

Cye, que siempre estaba tan calamada y alegre al escuchar mi voz ofreciendo pagar sus tragos, se tenso y su tono de piel paso a ser tan blanco como una hoja. Cuando gire mi asiento su incomodidad se hizo cada vez mas y mas notoria, en cuanto vio que se trataba de mi, se calmo y tomo aire profundamente llevandose la mano al pecho para luego girarse y quedar frente a mi.

 

- No me cabe duda que no eres de visitar lugares como estos. Lamento haberte asustado, pero es una reaccion que suelo causar en la gente - Le digo esto ultimo en tono de broma - Ya lo dije una vez, nada malo te va a ocurrir estando yo cerca para cuidarte - Despues de todo, quizas un bar seguramente no era el entorno apropiada para una dama como ella. No le iba a venir mal algo de compañia y "proteccion", aunque seguramente ella sabia apañersales muy bien para defenderse sola. Seguramente podriamos aprovechar esta coincidencia para poder hablar un poco de cada uno y conocernos mejor, ahora ibamos a ser familia por parte del bando de la ODF.

 

- Yo? a decir verdad es la segunda vez que vengo a este lugar, normalmente los bares que frecuento no tienen tanta... clase, como este bar - le hago una seña al cantinero para que llene de nuevo mi vaso con Whisky al tiempo que le trae la copa de vino a Cye - Si! este lugar tiene muchas variedades de Vodka y definitivamente tiene el aspecto de ser Ruso - con mucha cuidado choco mi vaso de whisky con su copa en señal de brindis - Por degracia, me gusta el vodka pero yo no le gusto a el - digo esto ultimo riendo para luego darle un trago a mi vaso.

 

- Tienes negocios en este lugar? Esplendido! Seguro tu clientela debe adorarte. Despues de todo eres una chica muy amable - busco un boligrafo entre mis bolsillos mientras continuo la conversacion - Que vendes en tus negocios? si es que puedo preguntar... -

 

- Yo... no tengo un lugar donde quedarme a decir verdad, solo duermo donde la noche me agarra, a veces tengo dinero para pagar un lugar comodo, otras veces solo tengo dinero para la gasolina de mi motocicleta - Suelto una risa para no sonar triste con mi historia y luego me acerco para hablar en un tono como susurrando - Veras, no me siento muy comodo en los lugares para estudiantes de Hogwarts. Creo que mis compañeros se sienten algo inseguros conmigo cerca... como si les fuera a quitar la carte o algo asi - me pongo erguido de nuevo y le doy un trago largo al vaso.

- Los lugares como este - digo contemplando el amplio bar - Me hacen sentir comodo, me recuerdan al lugar donde creci. Pero... en algun momento debo adecuarme a Londres supongo - hago una pausa y contemplo mi vaso vacio por un momento - Extraño mi hogar sabes... pero ya no hay nada para mi alla. Aqui es donde pertenezco ahora y es donde trato de vivir el dia a dia hasta que termine de estudiar y pueda conseguir un trabajo para luego poder emprender mi propio negocio- Le pido otra medida de whisky al tabernero mientras giro mi cabeza para ver que mi moto este bien y nadie este curioseando cerca de ella.

 

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Editado 4 de Marzo del 2017 por Alexandros Mcnair

[Ela Karoline]

La rubia se sentía mejor, de pronto el amplio y frío bar le resultaba acogedor y menos intimidante, eso era porque Alexandros estaba junto a ella, movió la cabeza en un gesto negativo ante la oferta de cuidarla, se reprendio mentalmente, se supone que el asunto debía ser alrevés, ella debía cuidar y proteger al Mcnair, brindarle no solo amistad sino confianza, aunque en ningún momento lo habia visto como un ser débil o incapaz de cuidarse, al contrario ese aire bohemio y andante le decía que habia mucho kilometraje de vivencias y lugares donde no siempre todo estaba bajo control, y sin embargo allí estaba frente a ella, entero.

 

Un genuíno --Gracias-- fue lo unico que pudo externar acompañado de una débil sonrisa, antes de brindar y llevarse la copa a los labios. Luego río con ganas al escuchar que el Vodka no gustaba de el por lo que asumió que lo ponía en aprietos el consumirlo, no tuvo que preguntar que tomaba el pues podía apreciar el aroma a barrica de roble y notas quemadas del wisky.

 

Cuando el mago pregunto que vendía, quizo decirle que tenia un negocio por emprender, uno que habia pospuesto durante mucho tiempo la librería heredada de su abuelo, pero seguía cerrada por el momentó, así que se centro en comentarle sobre lo que si estaba abierto.

 

--Chocolate, Café y Te además de telas hilos y agujas a medida-- se río divertida ante el embrollo que debía de estar formándose en la mente del Mcnair con semejantes produtos dichos unos detrás del otro. --Tengo dos locales, uno llamado Cacao Café, es una terraza hermosa con todo tipo de mazapanes donde le protagonista es el café y el chocolate, tambien tengo una Teteria llamada Mágic Tea, donde el te es el rey y por ultimo un Atelier donde rebibo a clientes que buscan atreglar prendas o se llevan algunos de mis diseños que no se reproducen, son prendas únicas, a eso me dedico como comerciante-- le informo, y entonces la conversación giro hacia el mago y su estancia en Londres

 

--Wuao eres todo un nómada, yo pensé...-- callo, no se sentía con derecho a indagar en la vida del mago, pero sobre todo no quería incomodarlo o traer al presente asuntos pasados --No me hagas caso, aquí lo importante es como tu te sientas-- le miro directo a los ojos, estaba segura que si lo tocaba íba a saber más de él, su ojo interno podía activarse, y como sacerdotisa iba a percibir su energía, pero se conformo con mirarle.

 

--En mi hogar eres vienvenido cuando gustes, sin ningún compromiso o reglas más que las convencionales-- se apresuró a decir, pues bo quería que pensara que lo estaba presionando para nada. --Cuando no tengas para el hospedaje, o cuando quieras compañía en la Lockhart habrá una habitación esperándote, un puesto en nuestra mesa y a tu madrina para converdar y escucharte-- invito con sinceridad, quizás las formalidades de una familia le desagradaban --Ahora si es solo un lugar... Tranquilo lo que necesitas, puedes ocupar la torre del abuelo, mandare a que la limpien y pondre un conjuro para que puedas entrar sin llaves a tus ancha, es como una cabaña en forma de torre que nadie ocupa, solo yo acudo cuando la nostalgia me puede-- la sonrisa se apago, pues mencionar a Gilderoy Lockhart siempre le recordaba que la gente lo veía como un timador, engreído, lo que no sabían es que habia sido capaz de fundar una familia que la rubia habia heredado, y que fue el mejor abuelo del mundo.

 

@@Alexandros Mcnair