Bratvá (MM B: 109195)

[Alexandros Mcnair]

Samy habia aceptado el reto y ademas lo habia hecho aun mas interesante, beber ese vodka tan poderoso no era para cualquiera! - Eso es tener iniciativa y determinacion! - exclame con alegria para luego ponerme de pie y acercarme a la barra - Buen hombre necesito Spirytus para hacer el reto de Nikolay! - le dije con tono jocoso al cantinero. Acto seguido este comenzó a mirar con atención un papel que parecía una lista de bebidas de la casa. Llamo a un camarero y le pidió que revisara la bodega y buscara aquel vodka que solicite, unos instantes después el camarero volvió a la barra y movió la cabeza de un lado a otro dando la mala noticia.

 

La alternativa eran bebidas que no se le acercaban ni por asomo a aquel vodka - Es una pena mi amigo... espero que en un futuro consigan esa bebida! quiero realizar ese reto!- digo dirigiendome al cantinero para luego volver a mi asiento.

 

- Tal parece que no tuvimos suerte con el pedido samy... no tienen ese vodka - dije en un tono desanimado mientras me servia una nueva medida de Jack - Pero siempre podemos seguir bebiendo, solo por el placer de beber! siempre podremos volver para realizar el reto - exclame mientras le di una palmada en el hombro a mi compañera de mesa - Mencionaste una motocicleta hace un momento... ya decia yo que eras chica de dos ruedas. Yo tengo la mia a unas calles de aqui, luego podriamos dar una recorrida nocturna, nada anima mejor que sentir la brisa nocturna en el rostro y el acelerador en la mano! -

[justo]

- Su llamada era urgente señor ¿que ocurre?

 

- Esta es una orden a todos nuestros agentes en Inglaterra, quiero que busquen a un hombre, separado, con 3 hijos, antes trabajaba en un negocio de aqui "El Reino de Reich", su ex-mujer se llama Monica ¿todo claro?

 

Mi agente tomaba notas afanosamente.

 

- ¿Si señor ¿donde debo informarle si hay resultados?

 

- En mi oficina del local ya aludido, cuanto antes mejor.

 

- Muy bien, señor, a sus ordenes.

 

- Pues en marcha.

[Kaiser Lord Pilu]

El lugar se encontraba un poco apartado de los negocios habituales del callejón, pero no por eso hacía al establecimiento un lugar indeseable, todo lo contrario, según me habían mencionado este era uno de los mejores restoranes y más antiguos que se podía encontrar en la zona, tal vez en toda britania. Al cruzar la puerta de entrada ya me sentía como en casa, sin duda había sido redecorado y modernizado hace muy poco tiempo, tenía un estilo que gritaba Madre Rusia por todos lados, era bonito sentirse como en casa, aunque Gran bretaña era mi lugar de nacimiento me había pasado casi toda mi vida en Moscú.

 

La cristalería, la madera y los colores del lugar hablaban por si solo del buen gusto de los dueños, algo que parecía cada vez estás mas en falta en los otros negocios que aparecían en el callejón. En el vestíbulo dejé mi túnica negra, mientras observaba una carta que enumeraba las comodidades que brindaba el local, luego de examinarla y decidir a donde quería ir me acerqué al único ser que parecía habitar el establecimiento, un fantasma algo extraño, era terriblemente joven, lo cual me resultó realmente shockeante, mas que nada por la edad de su deceso.

 

-Buenas noches! sería tan amable de señalarme el camino hacia el resto que se encuentra en la terraza.- le musité luego de brindarle una pequeña sonrisa. El fantasma muy felíz contestó rápidamente.

 

-Por supuesto señor, sígame, hoy es un día perfecto, la terreza se encuentra vacía, la mayoría de las personas están en las otras plantas, pero ahí podrá degustar de platillos exquisitos y de bebidas con la mejor preparación e ingredientes y casi sin pérdida de tiempo.-

 

Al escucharlo asentí con la cabeza en forma positiva y seguí al fantasma hasta unas escaleras que conducían mágicamente hacia el lugar deseado. Al llegar al lugar observé que el fantasma no se equivocaba, el lugar se encontraba desolado, mas allá del barman y dos mozos que se encontraban acomodando las mesas del lugar. La vista sin duda era de las mejores que había visto, no solo se podía aprecia el callejón y la ciudad, el techo de cristal permitía una panorámica vista del cielo estrellado que hacía brillar mis ojos verdes, en otro momento sería un lugar indicado para una cita amorosa, pero este no era el caso, cenaba complétamente solo.

 

Me senté en uno de los cómodos sillones del lugar y llamé la atención de uno de los trabajadores con una de mis manos para que se acercara.

 

-Buenas noches, me gustaría comenzar con un tequila sunrise, por ahora será solo eso, luego creo que cenaré alguna especialidad de la casa.- Le sonreí y el mozo se retiró haciendo una ampulosa reverencia. Crucé mi pierna por sobre la otra y estiré uno de mis brazos para revisar el doblez de mi traje negro italiano que se encontraba impecable como siempre.

 

 

 

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[justo]

He cambiado de opinion respecto a mi agente, es mejor que las chicas sepan cuanto menos, mejor.

 

- ¿Y bien?

 

- Hay resultados, señor.

 

- Prosiga.

 

- Aqui tiene ---saco un informe--- donde vive actualmente y como se hace llamar¿desea algo mas?

 

- Nada mas, gracias.

 

- Siempre a sus ordenes, señor.

[Maida Black Yaxley]

Como parte de sus nuevo propósitos ahora que la Marca Tenebrosa palpitaba sobre su antebrazos, se había obligado a ser más sociable, y no era que no le gustara el tema, era que aún le era difícil disimular ante todos los demás algunas cositas que le costaban. Por eso le agradaba tanto cuando las misiones estaban acompañadas de Galery o de Alyssa, porque incluso con todo lo amble que había sido con ella Orión Black, no lograba acostumbrarse a él, y saltaba dos pasos ccuando lo tenía muy cerca.

 

En fin, resoplando, Maida encontró el lugar dónde había decidido encontrarse con uno de los nuevos aspirantes, Nicholas Dolohov, un chico que a diferencia de ella tenía toda la actitud de querer comerse al mundo con un poco de salsa picante encima, y al que sólo había visto, cuando lo presentaron en el Callejón Knocturn. Pronto, sería su compañero de bando, por lo que sería importante conocerlo y así saber en que podía serle útil.

 

Maida, como siempre, no se había producido demasiado, de hecho, había acudido al lugar nada más salir del Ministerio de Magia, por lo que lo único resaltante en ella, podía ser su rostro un poco cansado. La túnica fucsia hacían contraste gracioso y chillón con los ojos azules que poseía, y con una bandana turquesa que sujetaba su cabellera. Caminaba apresurada pues estaba segura de haberse demorado mucho mjás de la cuenta.

 

Al ingresar, ubicó con la mirada a un empleado.

 

— Disculpe, ¿se encontrará por aquí el señor Dolohov? —preguntó lo más cortés que pudo— Se supone que me está esperando.

 

Encogió los hombros, como si el empleado tuviera que saber exactamente de lo que hablaba y sin embargo, segundos más tarde, se vio caminando tras sus pasos, hacia un lugar apartado, no prestó mucha atención a los magos que por ahí andaban deambulando. Pronto, pudo distinguir a Nicholas, bebiendo alcohol, algo que claro, no fue sorpresivo para ella. Se paró detrás suyo, y con una mano enguantada en fina seda rosa, tocó su hombro para llamar la atención.

 

— ¿Nicholas? —preguntó con voz cantarina para luego ponerse a vista de él— Lamento la demora, las calles de Diagon a veces se ponen insoportable. ¿Cómo estás?

 

@@Kaiser Lord Pilu

[Kaiser Lord Pilu]

El trago había llegado justo a tiempo cuando sentí el tacto suave de una mujer en mi ombro, no era cualquier persona, era una de mis nuevas compañeras de aventura, la señorita Maida, completamente desarreglada para la ocasión y para el lugar donde nos encontrábamos, pero sinceramente no lo necesitaba, sus ojos pagaban todo lo demás, así que me dediqué a mantener el contacto visual mientras me levantaba para besar su mano junto a una pequeña reverencia.

 

-Señorita, no se preocupe.... aunque por un momento debo admitir que temí que cenar solo, como puede ver el lugar se encuentra muy poco concurrido.- le hice un ademán con la mano para que se sentara.

 

-Este lugar me hace sentir como en casa, nací en britania, pero viví mucho tiempo en Rusia, así que este establecimiento me reconforta, en formas que no podría explicarle del todo.... puede pedir lo que desee, yo invito, permítame el placer.- Llamé a uno de los mozos con la mano para que viniera a tomar el pedido de la dama.

 

-Bien, creo que deberíamos sortear esa parte donde nos hacemos todas esa preguntas triviales que se hacen las personas cuando se conocen, no tiene sentido entre nosotros y al fin y al cabo eso no revela casi absolutamente nada...... prefiero ir directamente a lo importante, a lo que revela el caracter y la personalidad de la gente....., me gustaría saber como eres, como mujer antes que nada y como bruja, quiero saber cuales son tus debilidades y tus fortalezas.- Sin perder el contacto visual le sonreí amistosamente, para luego beber un sorbo de mi trago.

 

-Luego debes probar este tequila, esta exquisito.... y entiendo que tal vez esto te resulte algo chocante, por eso estoy dispuesto a empezar.- le guiñe el ojo de forma pícara y acomodé mi cabello con una mano.

 

-Lo primero que debes sabre sobre mi es que lo que me hace único, además de mis diferentes habilidades que iras conociendo con el tiempo, es probablemente lo que vaya a llevarme a la tumba....... Mi soberbia y mi orgullo.... no tengo duda que un día una mezcla de ambas me enviará a ese viaje sin regreso..... lo he asumido hace mucho y se que todos debemos morir algún día, así que he aprendido a aceptarlo, al igual que mi cierta debilidad por las mujeres, lo cual estoy tratando de controlar seriamente......... y aquí en britania me resulta algo mas facil que en rusia... pero quitando eso, debes saber que soy muy leal a las convicciones que representamos los dos y a las mías.- Volví a darle otro sorbo al elixir mientras continuaba la conversación de forma muy relajada.

 

-Y a pesar que solo soy un aspirante, quiero que sepas que esta no es mi primera vez en este juego, desde muy chico mi padre el sr. Dolohov me crió entre los mas "Grandes mortífagos" de la época, lo cual era sencillo con el apogeo del señor tenebroso, realmente me sumergió en ese mundo por sus propias razones, en mi adolescencia ya portaba la marca como cualquier otro mortífago consumado, pero luego de la caída de voldemort, fue facil para mi desaparecer, mi padre había fallecido y yo lo había heredado todo, pero realmente no me sentía a gusto, por eso abandoné esta isla para irme a rusia.- Mis ojos seguían enfocados en los de la Ivashkov, sin perderlos de vista ni un instante, la soledad del lugar ayudaba mucho a toda la historia.

 

-Pero durante mis años fuera de la comunidad mágica, ciertas familias decidieron que sería bueno apoderarse de lo que es mío por derecho, así que esa es una de las razones por las que regresé, para recuperar lo que me pertenece..... y otra de las razones es cambiar ciertas cosas de la comunidad mágica que me desagradan totalmente...... y el camino más rapido es el de unirme a la nueva marca...... por eso quiero que entiendas que algunas habilidades que posee no concuerdan con mi rango actual, si necesitas ayuda en algún trabajo puedes contar con mi apoyo de ser necesario.- le sonreí con calma al terminar la frase, mientras el mozo le entregaba una carta de bebidas y otra de comidas a la ojiazul.

 

-Soy un mago algo complejo, así que lo demás deberás ir descubriéndolo con el tiempo si lo deseas, pero para bien o para mal soy esa persona que te comenté.- Froté mis manos y las junté sobre mis piernas.

 

-Su turno señorita.- me quedé observándola muy relajado aunque algo ansioso por su reacción.

 

 

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[Maida Black Yaxley]

Maida apenas tuvo tiempo de saludarlo y sentarse, agradeció en sus fueros internos que el joven no sea de aquellos que saludaban en la mejilla, porque bueno, no quería sufrir impases incómodos tan pronto. El lugar tenía una decoración rusa que no parecía tan ajena a los restaruantes que ella había frecuentado en su amada Sofía, casi siempre, acompañada de Agares, a horarios fuera de lugar, porque el demonio así siempre lo solicitaba. Siempre separándola del mundo entero, tan egoísta.

 

— Pediré las brochetas de camarón —requirió apenas el mozo pudo tomar la orden—, y un vaso de limonada a temperatura ambiente, por favor.

 

Iba a decirle algo más a Nicholas, pero se vio gratamente interrumpida por su grave voz, así que se permitió escucharlo con atención mientras el pedido llegaba a la mesa. Él tenía razón, no la iba a aburrir con interminabhles preguntas que quizá no llegaban nunca a ningún buen puerto. Así que era un Dolohov, estaba fascinada por el ascendente genealógico de su futuro compañero, sin embargo, en su frente se ciñó la preocupación al escuchar la referencia a los mortífagos, estaban en terreno peligroso. Disimuladamente tomó entre sus dedos la varita y lanzó un hechizo que a partir de ese instante, dejó fuera a los oídos de todos, lo que ambos hablaban.

 

Y no se había equivocado, Nicholas sentía particular orgullo de hablar de su cercanía con los magos tenebrosos, algo que ella no le molestaba, sin embargo, no tenía particular interes en responder preguntas del Ministerio de Magia sin necesidad, alguna. El orgullo Dolohov que parecía desplegar con tanta facilidad, se plasmaba en sus ojos, una mirada que era imposible de esquivar, bastante atrayente, había que admitirlo. Ella lo hizo, sonrojandose al darse cuenta, que se había quedado al menos uno o dos minutos estudiando su rostro.

 

Para cuando llegó su orden, también era momento de tomar parte de la conversación y aún así, no tenía la menor idea de qué pod►1a resultar interesante de su propia historia. Aunque...estaba protegida por el hechizo silenciador sobre ellas.

 

— Yo no escondo mucho, Nicholas —comenzó francamente—, soy una simple bruja egresada de Durmstang que vino a reencontrarse con mamá. Nací en Bulgaria, pero con la práctica, afortunadamente he perdido el acento, y ahora puedo mezclarme con mayor facilidad en Ottery, creo que eso podría ser una de mis mayores características, adoro pasar desapercibida. No me gusta ser el centro de atención de nada, ni de nadie. De hecho, en lo único que me esmero en sobresalir, son en las clases, ahora mismo acabo de inscribirme para llevar una maestría en Pociones, pero todavía tengo un poco de tiempo libre.

 

Tomó un poco de la limonada que le había traído, y decidió, con una valentía que no era normal en ella, confrontarlo.

 

— No deberías mencionar tan libremente que estás por unirte a la filas mortífagas, Nicholas —le aconsejó con una sonrisa—, admiro tu vehemencia y tu valentía, sin embargo, no tienes idea de lo inoportunos que pueden ser los interrogatorios del Ministerio de Magia, y detestaría vernos envueltos en semejantes líos, no creo ser la mejor compañera de celda para ti. Como debes haber observado ya, he realizado un pequeño encantamiento que dejará a todos fuera de nuestra conversación, por si se te vuelve a escapar, pero...preferría que fueras un poco más cauteloso.

 

Acto seguido y como si nada, cogió el tenedor y cuchillo, y se dispuso a partir en pedazos pequeños, la suave carne de los camarones dorados. Deliciosos, tal cual se veían.

 

 

 

 

@@Kaiser Lord Pilu

[justo]

Esto esta resultando ser muy rentable. Cuando conoci este local no me di cuenta de lo muy util que me resultaria. Hoy no me apetece moverme mucho de aqui asi que estoy tomando un buen Vodka de 12 años y una racion extra de caviar. Me tiendo perezosamente sin hacer nada solo descansando.

 

A este bar siempre viene de todo, hombres de negocios, mujeres solas que buscan aventura, hombres que buscan a estas mujeres, la verdad es que la "fauna" local es muy variada.

[Samantha Sokal]

- ¿Cómo que no hay Spiritus? -dijo Samantha asombrada- se supone que acá hay incluso bebidas prohibidas por los muggles. ¿Yo consigo Spiritus en Dinamarca y acá no tienen?
No podía creerlo -Tal vez no tengan muchas bebidas muggles y tengan sus propias fuentes de alcohol casi puro, los dioses saben con que hechizos estarán hechos -pensó, pero se abstuvo de decirlo, no quería hacer el reto con una bebida desconocida, menos si estaba hecha por un mago.

-Bueno- dijo por fin con un suspiro, como si lo lamentara de verdad- el desafío quedará para otro día -y agregó- ¿así que tienes una moto? ¿una moto muggle? creí que yo era la única rara por aquí. Todos tienen motos voladoras y a mi no me gusta volar, tiene menos adrenalina que la velocidad en tierra.Tengo una Harley V Rod del año pasado, toda negra- sonrió- Me dicen que es muy grande para mi, pero a mi me gusta. No soy precisamente una niñita delicada- aclaró. Y claro que podemos salir por ahí a correr juntos pero no ahora.

Samantha se sentía curiosa -Contame un poco de tu vida - preguntó sin miedo a parecer entremetida- mi madre era alemana, de Berlin, aunque vivió casi toda su vida en Inglaterra, yo soy danesa pero tengo mucho de alemana, al menos eso dicen.... mi padre lo decía, y creeme que no en buen tono- terminó sonriendo.

 

@@Alexandros Mcnair

 

[justo]

Me estoy aficionando, en exceso, al samovar. Parece increible pero no habia usado uno en toda mi vida. Tambien es verdad que nunca he estado en Rusia ¿para que iba a ir? ¿que me retenia alli? La mayor parte de mis intereses estan en la Europa Occidental, Norte de Africa y America.

 

Pero volvamos al samovar, es curioso que este artilugio tan peculiar sea solo de Rusia y que no se haya exportado fuera, es utilisimo, estoy pensando en llevarme alguno a mi casa.