Prueba del Libro del Caos #6

[Juliens]

1d3 Señor del Caos

[Juliens]

Las cosas se estaban saliendo, un poco, de control. Era parte de la magia del caos, de lo divertida que podía ponerse la situación o de cuan complicado podía llegar a ser el enfrentamiento. El caos, en principio, no estaba de su parte. Pero eso no iba a impedirle que siguiera confiando en convocar aquella poderosa magia en cada oportunidad que se le brindara durante el desarrollo de la prueba de los poderes Uzza.

 

Poco le importaba el resultado de aquella batalla, lo que realmente le movía a seguir luchando es que muy en el fondo de su cabeza sabía que si intentaba siguiera escapar de aquel enfrentamiento Bakari no lo vincularía con la magia del libro del caos. Respiró profundo, se concentró, sintió todo lo caótico de lo que lo rodeaba. Habían varias invocaciones del caos presente, se podía casi respirar el propio caos.

 

Movió las manos tal cual como aprendió en la clase. Su estrategia no iba a cambiar, su búsqueda de lo caótico se encontraba en la naturaleza. Encontró la fuerza necesario para invocar al señor del caos con apariencia de Cíclope.

 

Fue cuando sintió el veneno en su cuerpo. Se traba del cinaedene, era inconfundible. Él sabía la forma en que debía parar los efectos de aquel veneno. Pensó en un Anapneo despejando así su tracto respiratorio. Luego de eso fue que Kufhu se curó las heridas que el corpus patronus había creado. También, con la fuerza del caos, quemó a la criatura que Bastian invocó.

 

El ciclope que servía al Warlock recitó un Aqueora que hizo aparecer una esfera de agua a su alrededor de Bastian. El agua tenía, además, propiedades curativas tan poderosas como un episky. Así, la primera curación para mitigar los efectos del cinaedene fue realizada. También le brindó la protección física contra el árbol que su propio troll le envió.

 

―Cantar de eleboro

 

Su varita vibró emitiendo un sonido casi inaudible que enseguida curó su capacidad visual. Podía ver de nuevo y se encontraba listo para continuar batallando. El cícople, que aún podía atacar; realizó un Limitate, afectando así la capacidad que Kufhu tenía para realizar rayos e invocaciones.

 

[Hades Ragnarok]

1d10

para que el cainita invoque la Rueda del Poder

[Hades Ragnarok]

El cainita lo intentaría otra vez. Iba a intentar invocar nuevamente el poder del caos, esta vez bajo la esencia de la rueda del poder. Anteriormente no había sucedido nada, más bien se había sentido debilitado por lo que esta vez esperaba que fuera diferente. Podía sentir el caso dentro de él, esta vez con mucha más fuerza que antes ya que deseaba la cabeza y el corazón de alguien que no estaba en aquella clase. Bufo por lo bajo mostrando los filosos y ponzoñosos colmillos vampíricos de manera amenazante mientras un brillo de intensa maldad aparecía en sus orbes negros como el abismo. Sin embargo, tenía algo que hacer, tenía que aguantar aun una ultima estocada d aquel trol, después de aquello este se iría y lo dejaría combatir en paz con la Delacour quien había hecho sus movimientos y había invocado aquel animal.

 

-“Salvaguarda mágica” –pensó nuevamente el Ragnarok para evitar aquel ataque (mobilicorpus) que le había lanzado el trol.

 

-No pondré excusas, una vez que esta tonta criatura desaparezca –señalo al trol quien se preparaba para atacarlo- podre jugar como quiero –comento realizando aquel movimiento con la mano. Junto sus níveas manos tal como lo había hecho antes concentrando aquel poder, en un recuerdo, en un deseo y volvió a invocar al caos- y repsondiendo a tu pregunta...

 

Nuevamente aquel poder le había salido mal, se encontraba debilitado, a tal punto que sospechaba que no podía hacer magia avanzada, se sentía como si tuviera mucho menos poder así que no tenía más remedio que hacer uso de magia no tan avanzada para atacar a su amiga quien seguramente podría tomar ventaja tras aquello.

 

-“Semillas de hielo” –pensó le cainita apuntando a Mei. Inmediatamente de la varita del vampiro salió aquel rayo, aquella ráfaga de viento plateada que debería impactarle a la chica, o al menso a aquella criatura que al protegía y si el daba era obvio que el animal quedaría congelado