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Rachel Ravenclaw
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Los orígenes de la familia se remontan muchos años atrás en la época de las cruzadas por el dominio de la Tierra Santa. La llamada Tierra Prometida abarcaba Palestina, Egipto, Irak, Israel y Siria y eran objeto de codicia por parte de las autoridades religiosas occidentales. Así pues, en el siglo XII la Santa Sede en Roma habría logrado instaurar en Europa el concepto de ‘Tregua de Dios’ para formar nuevos y poderosos caballeros para que lucharan bajo su nombre en supuesta protección a los débiles. Aquellos que vendían su alma a la causa y se ataban al campo de batalla se les prometían la purgación de todos sus pecados tras la muerte y serían considerados casi mártires.

 

Dichos guerreros comenzaron como protectores de los viajeros que peregrinaban por Santiago de Compostela o Jerusalén contra los salteadores de caminos y los sicarios. Poco a poco la vigilancia y la guardia se convirtió en guerra y dichos caballeros tomaron Jerusalén en 1099 de las manos turcas dando así paso, sin saberlo, al inicio de una gran historia… Dando paso al nacimiento de la Orden del Temple. Una hermandad compuesta por valerosos y fuertes paladines que luchaban en nombre del Altísimo para recuperar aquellos territorios sacros.

 

El inicio del grupo había sido resplandeciente, con cada batalla ganada, los paladines se llenaban de fama, reconocimiento, riquezas y poder. No obstante, llegó el día inesperado, la caída de un imperio que comenzaba a ser invencible. Durante la Segunda Cruzada, luego de la caída de tres grandes líderes de la Orden, los paladines pierden su batalla más importante contra Saladino, sultán de Egipto, dando inicio así a una serie de derrotas sangrientas tras derrotas. En 1291 sucedió la Caída de Acre que supuso el fin de las guerras por la Tierra Prometida y la casi desaparición de la Orden cuyos guerreros debieron refugiarse en Chipre por un tiempo.

 

A pesar de todo, alguien se negó a perder la esperanza… Alguien que había dado tanto la vida por el grupo no pensaba dejar caer todo el gran esfuerzo así como así. En 1293, Jacques de Molay, un mago que se había convertido en el último gran maestre y pilar de la hermandad luego de la muerte de Thibaud Gaudin y pensaba continuar con su legado. Lo primero que hizo fue oponerse al Proyecto Rex Bellator que supondría la fusión de todas las unidades militares en una anulando el concepto de caballeros templarios.

 

Gracias a sus enormes conocimientos y dotes estrategas, reanudando las expediciones militares logró tomar Jerusalén e intentó hacerse con lo que más ansiaba: Alejandría y sus conocimientos. Pero antes de poder concluirlo fue traicionado por la Santa Sede acusado de herejía e idolatría hacia Lucifer por poner una excusa para detenerlo y que dejara de desobedecer sus órdenes y así sellar del todo el destino de los paladines. Jacques tuvo la opción de declararse inocente y confesar sus supuestos crímenes, pero se mantuvo firme hasta el final y fue encarcelado y torturado junto con otros cuarenta caballeros hasta que finalmente el Papa Clemente V ordena su ejecución.

 

Atado a una pira delante de la catedral de Notre Dame y juntando toda su ira y coraje gritó una maldición para todos aquellos que le habían traicionado cruelmente:

 

¡Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón! ¡Dios vengará nuestra muerte! Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... ¡A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año...!

 

Dicha la maldición, cuando las llamas se encendieron y el humo comenzó a dificultar la vista de los muggles, Jacques enfrió las llamas para no resultar herido y tras fingir lo suficiente se convirtió en un gato y escapó de Francia sellando su pasado con los muggles y sus antiguos camaradas caídos para siempre no sin antes asegurarse de que su maldición se había cumplido. Queriendo empezar una nueva vida partió hacia el oriente otra vez, donde a pesar de haberse dedicado a matar guerreros egipcios o asirios, sentía un enorme respeto y devoción por la cultura y conocimientos mágicos que allí había.

 

Su gesta le llevó a Caldea, una región oculta y que se creía desaparecida de Irak que simplemente había elegido ocultarse bajo los ojos de la gente con hechizos. Eso se debía a que su población era meramente mágica y la comunidad caldea parecía aún vivir en la antigua Babilonia, perdurando todos aquellos conocimientos o tesoros que se creían perdidos u olvidados como los Jardines Flotantes. Jacques se instaló allí para el resto de su vida donde se dedicó a aprender la Magia Blanca y Negra de los caldeos y sus secretos para contactar con los espíritus o leer los astros. Aprendió sus historias e incorporó su mitología aunque sin abandonar sus creencias cristianas.

 

Los habitantes de la ciudad se referían a él como ‘Askar’ que significaba ‘soldado’, al ser un ex paladín de la Orden del Temple. En la última etapa de su vida, luego de casarse con una bruja caldea y dejar descendencia, fundó El Círculo de Ishtar. Un grupo conformado por magos y brujas valientes y sabios en varias disciplinas que se dedicaran a proteger todo el conocimiento que se fuera almacenando, así como defender Caldea de las amenazas enemigas. El tiempo pasó, y tras la muerte y descendencia de Jacques el linaje que tomó el nombre ‘Askar’ se fue extendiendo. Como muchos de los miembros decidían partir en la búsqueda de poder o ver el mundo, o incluso extender los servicios del Círculo, la familia se fue dispersando por todo Oriente así como los objetivos del bando se iban mutando o diluyendo.

 

El Círculo de Ishtar pasó a ser un bando ofensivo que se dedicaba a exterminar a las amenazas mágicas que las comunidades no solían prestar atención, pues en el obsesivo seguimiento de dar caza a terroristas o asesinos, muchos gobiernos olvidaban la existencia de amenazas como plagas de criaturas peligrosas o invocaciones descontroladas. Incluso en algunas zonas, la presencia de los demonios y vampiros era muy peligrosa y era un tema que muchos gobiernos ignoraban mirando para otro lado. El Círculo se asentó por un tiempo en Egipto, Giza siendo su última gran maestre, Nibiru, siendo una reconocida bruja experta en maldiciones y astrología y reconocida por los Askar por ser una excelente madre. Ella habría sido partícipe de la construcción del Refugio Askar para dar acogida tanto a la familia como el bando. También había adoptado a ocho Elfos Beduinos muy reservados que la ayudaban a mantener el contacto con el resto de los familiares perdidos, así como obtener suministros para el refugio.

 

Allí en Giza, la familia Askar entra por primera vez en su historia, en buena relación con otra dinastía mágica importante: con Hades Ragnarok, quien sería futuro fundador de la familia Ragnaventus y con quien habrían intercambiado importantes conocimientos sobre magia antigua y conocimientos relacionados con el tiempo-espacio. Este linaje se encontraba de paso por Giza, pero Nibiru sabía que si el tiempo lo quería, tarde o temprano, se volverían a encontrar.

 

Tras la muerte de Nibiru, sus hijos cumplieron su deseo de llevar sus cenizas a París para, según sus palabras, “volver donde todo comenzó”. Así pues, los últimos Askar permanecieron en París donde hicieron una gran amistad con otra familia importante, esta vez de origen inglés, la familia Lockhart con quien entran en relación gracias a la noble sacerdotisa Cye en uno de sus viajes a Francia. Allí los últimos miembros de la familia sintieron tanto aprecio por la amabilidad y bondad que emanaban de ella decidieron hacerle también un lugar en su corazón.

 

La familia se diluyó hasta terminar con los hermanos Sandor y Alvar Askar quienes se separaron a temprana edad cada uno tomando caminos distintos. Alvar era un mago que solía meterse en bastantes problemas por la mala utilización de la magia a los ojos del Ministerio de Magia francés por lo que huyó de la ley abandonado a su esposa Eloise Arcenau embarazada de Rachel quien se crió sin su padre y desconociendo su linaje antiguo y oriental ni las responsabilidades que caían sobre sus hombros. No obstante, la sangre la llamaba durante sueños extraños, lo que la llevó a viajar a Gran Bretaña. Con ayuda de una sabia paladín de la familia Lockhart, Bodrik, logró descubrir la causa de sus sueños: ella era la reencarnación de Jacques de Molay y la matriarca elegida para resucitar el linaje perdido.

 

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Se trata del Refugio construido en Giza hace cientos de años que tras la muerte de Nibiru los Elfos Beduinos se encargaron de desmantelar piedra por piedra y llevarla a un lugar seguro. Rastreando el origen de las familias hermanadas decidieron instalar la nueva vivienda y base en Ottery St. Cachtpole, un pequeño pueblo de Inglaterra. No obstante, este permaneció invisible a los ojos de los pueblerinos por un hechizo hasta que un miembro de la familia Askar lo descubriera y volviera a activar el lugar. Desde la llegada de Rachel, los habitantes del pueblo se despertaron con una nueva edificación más.

 

A distancia estratégica de la Mansión Ragnaventus y el Castillo Lockhart, se localizaba la edificación con una peculiar forma que recordaba a las mezquitas solo que como no era un sitio dedicado a la oración, no podía ser considerada como tal. Resaltaban a primera vista las torres con cúpulas bulbosas y las columnas y arcos de estilo arábigo. Era rodeada por un bonito jardín que había sido siempre el sueño de Nibiru. Entre senderos de mosaicos que conducían a una fuente arabesca se alzaban frondosos arbustos y plantas, destacando los limoneros y las flores de azahar que aperfumaban el aire. De hecho, no solo el bajo nivel estaba rodeado de plantas sino también había jardines en los propios tejados de las torres y el resto del Refugio haciendo una clara alusión a los Jardines Colgantes de Babilonia.

 

Todo el terreno era rodeado por unas rejas en cuya entrada principal reposaba una placa redonda de una aleación metálica que formaba un círculo con una estrella de ocho puntas en su interior. Dicho símbolo se repetía en las puertas de madera de la entrada y también en la decoración de varios sitios como los mosaicos de la fuente o algunos senderos, dejando bien claro la insignia de la familia.

 

El refugio contaba con un vestíbulo amplio que hacía de antecámara, numerosas habitaciones para albergar a una gran cantidad de personas y también un comedor muy amplio para recibirlas. Se respiraba un aire antiguo y árabe en cada esquina así como un extraño encanto mágico gracias a las salas de alquimia y encantamientos. No había cuadros en el Refugio, pero el fantasma de Nibiru decían que aún moraba en su interior, no pudiendo descansar en paz con la idea de proteger y educar a sus descendientes. Lo que era visible a la vista, no era tan impresionante, quizá solo un poco la inmensa biblioteca que contaba con los conocimientos que se habían ido juntando de generación en generación. Pero lo verdaderamente increíble era la maraña de pasadizos secretos que había, escondrijos y salas secretas pertenecientes al Círculo de Ishtar.

 

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Rachel Ravenclaw || Bóveda 110674

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Hija de Alvar Askar** y Eloise Arcenau**

Rachel Ravenclaw || Bóveda 110674

Mítica (Ficha Pendiente) || Bóveda (Pendiente)

Hijos de Sandor Askar**

Callum Goldstein || Bóveda 110873

Jeremy Barton || Bóveda 110739

Hermana adoptiva de Jeremy Barton

Irina Selene || Bóveda 98695

Esposo de la Matriarca

Noah Lockhart || Bóveda 109998

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Hijas de Rachel Ravenclaw y Noah Lockhart

Mikaela Fox || Bóveda 110014

Jaaziel Astaroth (Ficha Pendiente) || Bóveda (Pendiente)

Sley || Bóveda 110942

Dahut Draganoff || Bóveda 111447

Hija de Rachel Ravenclaw

Sasha Askar || Bóveda 92613

Ahijado de la Matriarca

Alexander Fox || Bóveda 108811

Sobrino perdido de la Matriarca

Racks1804 || Bóveda 103771

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Bodrik (La Princesa) || Bóveda 84100

Hades Ragnarok || Bóveda 86948

Matthew B. Triviani (Hermano gemelo malvado de Jeremy) || Bóveda 111237

Rhaella Triviani (Otra hija ilegal de Rachel) || Bóveda 111148

Zoella Triviani Yaxley (Hija ilegal de Rachel y Noah) || Bóveda 110969

 

**: NPC's

Color Marrón: Lazos sanguíneos.

Color Gris: Lazos adoptivos.

Color Naranja: Lazos maritales.

 

 

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Nibiru: Es el fantasma del Refugio y uno de los ancestros de la familia más importantes de la historia Askar. Fue la última gran maestre del Círculo de Ishtar hasta su disolución tras su muerte y la matriarca que llevó a su máxima gloria al linaje. Su deseo de que sus cenizas fueran llevadas a "donde todo comenzó" provocó que el linaje Askar se extendiera nuevamente a Francia. Su existencia está tan atada a la familia y al Refugio que ella misma mandó construir que fue incapaz de cruzar al otro lado tomando entonces una forma fantasma que vaga únicamente entre las piedras del hogar. Tiene un carácter severo con su familia y es intolerante con los comportamientos que no se corresponden al reflejo que tiene que dar la familia. Suele poner a prueba a los auto proclamados Askar que vienen al Refugio buscando asilo y galeones que en teoría les corresponden poniendo a prueba su ingenio. Se sabe que el cementerio familiar lo construyó bajo tierra en forma de catacumbas historicas. A pesar de su tosco comportamiento, se preocupa mucho por su familia e intenta guiar por el mejor camino a sus descendientes.

 

Ereskigal: Es una elfina doméstica jefa de todos los Elfos Beduinos del Refugio, ejerciendo así el papel de ama de llaves. Ella es quien supervisa las tareas de los demás elfos y los castiga si es necesario. Usualmente se encuentra siempre cerca de la matriarca y solo responde a su llamado. Suele ser gruñona y muy cortante al hablar con aquellos que no sean Nibiru o Rachel. Porta una túnica negra con un hiyab del mismo color. En sus manos y rostro se pueden apreciar varias cicatrices y quemaduras antiguas. Ereskigal es el nombre de una antigua diosa del inframundo mesopotámica.

 

Ea: Es una elfina doméstica que se ocupa del mantenimiento de los jardines flotantes. Poco saben los presentes actuales sobre su personalidad puesto que perdió su lengua hace muchos años en un asalto en el desierto. Como otros elfos del grupo tiene varias cicatrices y quemaduras en su piel. Lleva un chador negro sobre ella. Ea es el nombre de un dios de la tierra mesopotámico.

 

Tiamat: Es una elfina doméstica que se ocupa del mantenimiento del jardín delantero del Refugio; al igual que Ea debe asegurarse de que las plantas estén en perfecto estado, pero también se ocupa de que la fuente central siempre esté emanando agua limpia y no juntando larvas de mosquitos. Es una elfina con mal carácter que no le gusta que la molesten; ni si quiera los otros elfos salvo Abzu que es el único que le tiene paciencia. Aunque puede hablar, además de las cicatrices en su cuerpo ha perdido el dedo índice de su mano derecha. Tiamat es el nombre de una diosa-monstruo del agua salada mesopotámica.

 

Nidaba: Es una elfina doméstica que se ocupa de mantener en orden la biblioteca del Refugio. Es tranquila y silenciosa; aunque más que nada porque también se le fue cortada su lengua en el pasado. Su principal función que hace con total empeño es desempolvar los libros e incluso traer nuevos. Es una elfina muy misteriosa que vive oculta bajo un burka de color negro. Nidaba es el nombre de una diosa de la fertilidad y la escritura mesopotámica.

 

Nergal: Es un elfo doméstico que se ocupa de uno de los trabajos más siniestros; mantener en el mejor estado posible las viejas catacumbas que componen el cementerio Askar por lo que se le ve muy poco. Es el segundo elfo en mejor condición física de los ocho luego de Ereskigal solo teniendo algunas cicatrices por su cuerpo. Se sabe que posee una túnica negra y un turbante del mismo color. Nergal es el nombre de un dios del inframundo mesopotámico.

 

Abzu: Es un elfo doméstico que se ocupa de la cocina del Refugio. Su misión es preparar los diferentes platos de comida cuando Marduk le de la orden y si hay demasiados comensales es ayudado por Tiamat, una elfina con la que hace buen equipo. Abzu es un elfo sereno y muy comprensivo por lo que no le molesta que le solicites que cambie alguno de los ingredientes de sus recetas. A pesar de todo; es incapaz de hablar por haber perdido su lengua en el pasado. Lleva una túnica negra y un turbante del mismo color. Abzu es el nombre de un dios del agua dulce mesopotámico.

 

Marduk: Es un elfo doméstico que se ocupa de la limpieza del interior del Refugio, no solo, sino que mandando sobre Samas y Abzu que también trabajan dentro. Como no puede hablar debido a la pérdida de su lengua solo se ocupa de las tareas de orden y limpieza de las habitaciones. A pesar de todo, tiene buena predisposición. También posee una túnica negra y un turbante del mismo color. Marduk es el nombre de un dios soberano mesopotámico.

 

Samas: Es un elfo doméstico que se ocupa de la limpieza del inferior del Refugio bajo las órdenes de Marduk y además se encarga de recibir a los invitados o atender la puerta cuando es necesario y si Ereskigal no es enviada primero. Es el elfo más social de los ocho y es bastante cordial. Ayuda a Marduk en el mantenimiento de las salas; principalmente de pasillos y salas de estar. Perdió el dedo menique de su mano izquierda en el pasado y también posee varias cicatrices que oculta bajo su túnica negra. Samas es el nombre de un dios del sol y la justicia mesopotámico.

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The Arabic Place (Propiedad de Bodrik)
El Gato de Cheshire (Propiedad de Noah)
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#SuerteAskar
#TodosConRei
#ElHaremDeNoah
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#JeremyElMejor
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#LosVagosAskar
#AskarIlegal
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Editado por Rachel Ravenclaw

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Jeremy por primera vez estaba contento caminando por las calles de Ottery con destino a su nuevo hogar. El Refugio de la familia Askar, no tenía nada que envidiarle a los demás castillos y Mansiones del pueblo. Su opulencia destaca a simple vista, era gigantesco con jardines cuidados, árboles frutales y mucho verde para disfrutar el aire libre.

 

El rubio llego a la reja y con orgullo vio la estrella de ocho puntas marcadas en relieve que formaban el ingreso a los jardines. Sonrió al traspasar la reja y caminar por los arcos con pilares que llevaban hasta la puerta de madera, donde se repetía el símbolo de la familia. Jeremy estaba orgulloso de portar esa misma insignia como lo era la Estrella de Ishtar en su piel.

 

Justamente recordaba que así fue como su hermano Callum, lo reconoció y pudo contarle sobre sus antepasados. Lo que llevó al vampiro a decidirse de una vez por todas, y estar ese día mudándose a la vivienda, que sus antepasados habían construido con tanto sacrificio, muchos años antes de que naciera.

 

-No golpeare -dijo al abrir las puertas de madera e ingresar al gran vestíbulo con delicada decoración árabe. Se imaginó a Rambaldo llevando túnica y haciéndose pasar por un Jeque árabe y casi se ríe como un loco, se controló al notar que seguramente Pantrisia arruinaría todo emborrachándose para quedar flotando en unas de las fuentes del jardín.

 

- ¡Llegue familia! -grito a todo pulmón. El rubio no era precisamente alguien educado.

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El Ragnarok había caminado un buen trecho. Aquella mañana había recibido una lechuza algo extraña, más bien, inesperada. Mucho tiempo y muchas lunas ya habían pasado desde que se había encontrado con un miembro de aquella familia. La última vez que había tenido contacto con ellos había sido en Giza, en uno de sus muchos viajes de conocimiento. Aquello era como si fuera nuevamente convocado a una reunión de la hermandad de la rosa negra, solo que, ninguno de los que esperaba encontrar allí pertenecían a dicho círculo.

 

Tras unos cuantos pasos pudo visualizar la estructura. No pudo evitar dibujar una mueca de sonrisa al ver lo que se asomaba desde los balcones, a cada paso que daba. Aquellos eran los jardines colgantes de babilonia en pleno Ottery. Se detuvo unos segundos para admirar cada centímetro de aquel edificio, la cúpula, las baldosas, las columnas y por supuesto, aquel hermoso y pacifico jardín. Suspiro y siguió caminando hasta llegar a la reja de entrada. Sin inmutarse toco aquel símbolo del enrejado. Sintió como si este comenzara a calentarse por un segundo para luego ver como se abría lentamente la reja.

 

Recorrió tranquilamente el camino desde el enrejado hasta la puerta, no sin antes detenerse en aquel limonero, tomó una de sus hojas y sintió el aroma del mismo. Luego fue hasta donde se encontraban los azahares para repetir la acción. Sonrió observando el cielo, todo estaba bien y estaba tranquilo, aquel seria quizás un buen día y una buena visita a una familia amiga o más bien, una familia hermana.

 

Estuvo disfrutando de cada uno de los aromas de aquel sitio hasta que decidió que era el momento justo y adecuado para llegar. Se encaminó hasta la puerta y toco 3 veces, esperando que alguien lo recibiera.

 

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Cuando había comenzado a amanecer en Inglaterra y casi todas las personas se encontraban en brazos de Morpheo, Rachel se había encontrado caminando por las calles de Ottery St. Cachtpole con un objetivo claro. Ya había enviado mágicamente sus escasas pertenencias y ya había posado sus manos sobre la insignia de Ishtar anulando así el hechizo que volvía toda la construcción invisible. La cara de los vecinos del pueblo ya podía ser de sorpresa, pues de un momento para otro, lo que antes eran maizales ahora era una nueva vivienda que desentonaba por no ser un castillo o una mansión corriente, ni si quiera una casa, sino que una especie de mezquita. Quizá no fuera tan enorme o impresionante como la de muchos vecinos, pero sin duda tenía un toque especial y mágico. Era la magia de oriente.

 

Rachel se paró frente a las verjas del Refugio y miró hacia arriba como se extendían los árboles frondosos y los hermosos jardines colgantes que disipaban aromas de azahar. Empujó las rejas suavemente para luego cerrarlas tras ella con un simple manotazo. Sus botas pisaron el sendero de mosaicos que conducían a la hermosa fuente arabesca entre los arbustos y las flores. Se sentía insignificante en esos momentos, mas no por la vivienda en sí sino que por su historia y su carga simbólica. ¿Quién era ella al lado de los Askar originarios?, ¿quién era ella en comparación con Nibiru? Nadie a su parecer. Era una bruja fóbica y muchas veces cobarde que no sabía lo que significaba ser un auténtico mago. Aún con esas, se animaba a intentar revivir los cimientos de su sangre.

 

En el interior le recibieron los ocho Elfos Beduinos. Cuatro elfinas y cuatro elfos vestidos con turbantes blanquecinos por el polvo de los trabajos o con hiyabs en el caso de las hembras que se reverencian cordialmente al ver a la matriarca. Algunos no podían decirle 'ama', pues habían perdido su lengua durante las torturas y los ataques como nómadas del desierto. Algunos otros carecían de algún dedo de la mano o el pie. A todos se les notaba la piel avejentada y llena de cicatrices, curtidas por las travesías y el sacrificio familiar. Rachel no estaba segura de si seguirían viviendo durante toda su vida o fallecerían al poco tiempo.

 

—Bienvenida, ama Rachel. La señora Nibiru quiere verla –dice Ereskigal con una voz áspera.

*************

 

Horas más tarde, la bruja terminaba de preparar té de frutos rojos con almendras dejándolo en una tetera y un set de tazas con símbolos árabes en su decoración. Eso le recordaba que había encontrado en uno de los numerosos pasillos la inscripción en árabe y francés que decía "Sí allí les caes mal, te van a mutilar" cosa que la hizo sudar un poco. Menos mal que algo así no estaba escrito en los mosaicos de los jardines o en la fachada de la casa. Lo que menos le hubiera interesado es tener a los inquisidores en su puerta. Mira la hora y se da cuenta que poco a poco, a todos aquellos a quienes había enviado una carta muy especial, tendría que venir. Se trataba de aquellos que portaban genes Askar en sus menos aunque no lo supieran.

 

A pesar todo, incluía algunas excepciones tale como Hades Ragnarok y Bodrik Lockhart, que aunque no guardaban ninguna relación biológica con ella o su tío Sandor, habían prestado una gran amistad y apoyo a la familia ya fuera en épocas pasadas o presentes. También se encontraba el caso especial de su futuro marido, Noah y la hija que habían adoptado, Mikaela. Parecía un sueño hecho realidad, uno de sus más antiguos e inocentes deseos recreados. Demasiado bonito para ser cierto... Aunque por otro lado, en su vida también existía el dolor existencial y los recurrentes remordimientos sobre sus actividades delictivas.

 

Un ruido metálico la hace alzar la mirada y sacarla de sus pensamientos. Rápidamente camina hacia la ventana para ver de qué se trataba y no tarda en reconocer a Jeremy que se acercaba. Nunca lo había visto tan feliz y motivado, ni si quiera cuando se encontraba vendiendo cerveza de mantequilla ilegal en Hogwarts con Callum (y sospechosamente Cyrsse). Eso la alegró profundamente porque significaba que quizá pudieran tener una relación normal por una vez. Quizá, el hecho de descubrir que al final se trataba de su primo, al igual que Callum, no había sido una simple casualidad, podría ser que se toparan y se llamaran la atención porque la "sangre llamaba". La bruja pensaba abrirle la puerta, pero no había hecho falta... Claro que no...

 

—Jeremy, es un placer verte aquí –lo llama por primera vez por su nombre mientras cerraba la puerta. Y es que decirle 'señor' o 'señorita' a un pariente era demasiado raro– No tuviste problemas para llegar, ¿no?

 

Iba a continuar con las preguntas cuando al poco tiempo la puerta sonó. Por un momento temió el haberle cerrado las puertas en la cara a alguien. Al abrir ve que se trataba del ancestral Ragnarok que había atendido a su llamada. La castaña sonríe ampliamente al tiempo que juntaba las manos. No sabía ni por donde empezar, se había bloqueado. Tenía ganas de enseñarles todo e incluso hablarles de Nibiru, pero por el momento sería mejor reservar a su inquilina de mal carácter por unas horas hasta que se instalaran correctamente. Rachel llama a Abzu y Samas para que se hicieran cargo del posible equipaje de los recién llegados.

 

—¡Estoy muy feliz de veros! Pasad, adelante. He preparado un buen té para acompañar con un dulce típico, así mientras esperamos a los demás. Los Elfos Beduinos se pueden hacer cargo de los abrigos o sus equipajes. ¿Cómo estáis?

 

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Me quedé unos instantes contemplando la placa redonda con la estrella de ocho puntas de la entrada principal con un cúmulo de sensaciones alojándose en mi estómago. Se trataba de un momento clave en mi vida, por más despreocupado que me hubiese mostrado frente a Rachel cuando descubrí quien verdaderamente era ella y lo que representaría de ahora en adelante.


Decirle "Hey, te he estado esperando por mucho tiempo ¿porqué demonios tardaste tanto? Me habrías ahorrado muchos sacrificios", o "eres la hija que mi padre siempre quiso obligarme a ser" no era del todo alentador. Seguramente el viejo se estaba retorciendo en su tumba, percatándose de que había muerto un poco antes de la llegada de la "gran promesa" de nuestro linaje. Un momento que él siempre esperó y del cual no paraba de hablar.


Pero ya estaba cinco metros bajo tierra, y yo solo esperaba que se hundiera otros cinco más.


Pese a ello, y en contraste, me sentía feliz y entusiasmado. La rigurosa y dolorosa existencia que mi padre me había hecho llevar desde mi nacimiento no habían hecho mella en mi orgullo y el amor que sentía por la sangre que corría en mis venas. Yo era un Askar, y siempre lo había llevado en alto; yo descendía de una élite guerrera, guardianes de los conocimientos más fantásticos de la tierra y con una genuina pureza de sangre.


Una sonrisa satisfecha curvó mis labios, y di el primer paso dentro de la propiedad. Al ver los terrenos, cabía destacar que era una edificación magnífica la que se erigía en el centro de estos; era mejor que cualquier cosa que hubiese imaginado. Allí estaba, frente a mi, el icónico hogar del "Círculo de Ishtar" que alguna vez se había asentado en Egipto y había sido desmantelado tras la muerte de la última gran Maestre, Nibiru.


Si, me sabía toda la historia; mi padre no se había guardado nada.


El paisaje, el aire, el aroma, el aura antiguo y místico que rodeaba nuestro nuevo hogar... todo era perfecto. Un fénix de esperanza emergiendo de siglos de cenizas, marcando el inicio de una era anhelada y prometedora. Pero para mí representaba aún más que eso: el encuentro con mi familia. La consumación de mi maldita soledad, y la promesa de tener a mi lado a personas en quien podía confiar incluso mi vida, así como ellos a mi las suyas.


—Hola, ¿llego muy tarde? —saludé, cuando por fin encontré a Rachel y Jeremy, acompañados por Hades. Posé la mirada en cada uno, con una sonrisa en mis labios hasta detenerme en el rostro de mi prima; me acerqué y la abracé — !Que magia la tuya!... Feliz cumpleaños, por cierto. —añadí, depositando un tierno beso en su mejilla.




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Caminando por las calles de Ottery, justo donde se encontraban los hogares de las diferentes familias visualizo todas las edificaciones intentando encontrar aquel refugio como había escuchado a Rachel decirle el cual iba a visitar. Me sentía un poco perdida ya que todavía no conocía las diferentes calles y pasando al lado de una arquitectura peculiar que no recordaba haber visto en el poco tiempo que llevo en Londres supongo entonces que es el Refugio de Askar.

 

Al atravesar las rejas de la entrada, miro con admiración aquellos jardines colgantes y los arboles frondosos del jardín que decoraba aquel castillo. Antes de subir las escaleras de la entrada me atrevo a recorrer los espacios del terreno para al cabo de un rato pararme a los píes de la entrada y tocar un poco la puerta con mi puño, esperando a que alguien me fuera a abrir.

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-Hola, Rachel -la saludo el vampiro con una inclinación de cabeza - No tuve ningún problema en encontrar nuestro hogar.

 

Un golpe en la puerta interrumpió su charla; la castaña se apresuró a abrir la puerta, dejando a la vista a su compañero de trabajo Hades. El vampiro se sorprendió de aquella visita, aunque no lo demostró, volvió a mover la cabeza en forma de saludo al recién llegado. Debería de ponerse al día con la historia de la familia en profundidad para saber si algún lazo lo unía al hombre. Esperaba que no, pero en aquel mundo las reglas no eran muy precisas.

 

- ¿Muy feliz me incluye? -pregunto el rubio, mientras entregaba a los feos elfos su simple mochila con algunas pocas pertenencias. Todavía debía traer su baúl desde Hogwarts.

 

Una nueva interrupción más grata a vista de Jeremy fue la llegada de su hermano, quien siempre lo hacía sonreír por su desparpajo. -Llegas justo a tiempo -le respondió, mientras observaba que saludaba a Rachel por su cumpleaños. “maldita sea” pensó el rubio, era el cumpleaños de la bruja y él ni la había saludado, ni mucho menos le había traído un regalo.

 

-Voy yo -respondió cuando escucho con alivio que tocaban la puerta. Debía escapar unos minutos de ahí.

 

Al abrir la puerta de madera, se encontró con una joven de pelo negro y ojos grises. No la conocía de ningún lado, pero se hizo a un lado para que pudiera ingresar. Tal vez fuera algún pariente lejano que todavía no había descubierto; o por ahí simplemente pasara a saludar a los nuevos residentes de Ottery.

 

-Bienvenida, soy Jeremy Askar Triviani -Se presento encogiéndose de hombros. Debía ser educado para no quedar mal con su nueva disfuncional familia, así que se dirigió a la joven bruja- ¿Tu quién diablos eres?

 

@Zoella @Callum Goldstein @@Rachel Ravenclaw @@Hades Ragnarok

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Habiendo saludado y felicitado a la matriarca, me dispuse a saludar mejor a los otros dos. Me acerqué a Hades y le extendí la mano —Hola Hades, me recuerdas de la gala ¿no? —no habíamos intercambiado muchas palabras entonces, por lo que no quise pretender que el mago me reconocía.


Ya le había visto la cara a mi hermano cuando felicité a Rachel. Supuse que al tarado se le había pasado, y le iba a dar un golpe en forma de saludo cuando salió dispuesto a atender la puerta tan comedido después de que habían llamado a ella. Pensé en seguirlo para sacarlo de aquélla, además de que me daba curiosidad de quién mas había llegado.


Era raro que llamaran a la puerta, pensando en que todos podían entrar como yo, así como "San Pedro por su casa" como decía el dicho. Pero obviamente ésta ya era mi casa.


—Yo lo acompaño —avisé a Rachel y Hades, siguiendo a mi hermano hasta la puerta.


Del otro lado del umbral estaba una joven bruja de cabello moreno y ojos grises. No la reconocí, pero llegué de un salto al lado de Jeremy dándole un zape — ¿Pero qué forma de preguntar son esas, hermano? —le reprendí, riéndome sin poder evitarlo. Entonces me dirigí a la bruja —Discúlpelo, papá lo dejo caer de cabeza de la cuna. Callum Askar, un placer —le extendí la mano —, seguro eres amiga de Rachel ¿no es así?




@ @@Rachel Ravenclaw @Zoella @Hades Ragnarok

Editado por Callum Goldstein

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Al cabo de un rato esperando abren la puerta y tras ella se encuentra un chico alto y bastante musculoso que me da un recibimiento un tanto tosco. Frunciendo el ceño dispuesta a contestarle de la misma manera, soy interrumpida por un chico de ojos verdes que aparece a sus espaldas el cual golpea al que me abrió la puerta, riéndome silenciosamente le estrecho la mano que me ofrece - Solo la he visto un par de veces, venia a darles la bienvenida - Digo pasando por un lado de aquellos chicos.

 

Ya adentro visualizo la gran sala decorada con aquellos hermosos muebles los cuales estaban siendo ocupados por Rachel y otro mago mas supongo - Buenas tardes, bienvenidos sean a St. Catchpole, mi nombre es Zoella Triviani - anuncio dando un leve asentimiento de cabeza.

 

@ @ @@Rachel Ravenclaw @@Hades Ragnarok

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  • 2 semanas más tarde...

El vampiro hizo una reverencia a la matriarca Askar al pasar por el portal. Dio unos cuantos pasos y se detuvo observando la arquitectura y cada uno de los detalles que se encontraban allí. Dibujo una sonrisa. Había visto alguna de aquellas cosas en Egipto. Si, definitivamente los rumores y aquella llamada o reunión eran ciertos. Los Askar habían regresado y se encontraban en Ottery. Movió la mano y sintió aquel anillo que le otorgaba el titulo de Lord de la Orden de la Rosa Negra. Pero allí, había algo mas, algo mucho más secreto, algo que ninguno de aquellos descendientes podrían saber a menso que hubiera sido revelado por el mismísimo patriarca ancestral. Un segundo anillo que solo aparecería en presencia del sucesor de los conocimientos ancestrales. Y este, había aparecido en la presencia de Rachel.

 

-gracias por la invitación –dijo amablemente- la verdad es un placer estar aquí, aunque estoy un poco extrañado –sonrió apenado- no me lo tome a mal, pero hace tiempo que no sabía nada de la familia, pensé que por algún momento o punto todo se había perdido –el Ragnarok miro a los ojos de la chica- nunca regrese a Giza y no tuve más respuesta de ustedes.

 

El vampiro dio unos cuantos pasos más esperando que su anfitriona les guiara al lugar donde se encontraría con el otro grupo que ella estaba esperando.

 

Observo como poco a poco algunas personas, quizás miembros de la familia o amigos iban llegando. Los estudio a cada uno de ellos, no los conocía, ya Rachel se encargaría de presentarlos en el momento sindicado, sin embargo, el vampiro le llamo la atención alguien, a una persona a la cual en realidad si conocía. Vio a Jeremy, quien era uno de los trabajadores del hospital mágico.

 

Y así fue como conoció a Callum, Zoella y a los demás Askar. Claro estaba, aun le mantenía intrigado, todo lo que había sucedido desde que había dejado de estudiar en Giza, hasta aquel momento.

 

@@Rachel Ravenclaw

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