Cuero, runas e idiomas

[Orión Yaxley]

Sus ojos grises lo observaron desde que entró al salón de los múltiples cueros hasta que se sentó en la taberna. Se acomodó en su asiento y deslizó el codo por la barra, apoyando su cabeza en la mano. Lo volvió a estudiar. Old school, con un porte de señor serio. Suspiró añorando alguna fantasía sexual aleatoria, incluyendo, o no, a Crazy Malfoy. Se bebió su dry manhattan y se levantó.

 

Era un muchacho que aparentaba unos veintipocos, con un poquito de vello facial lo justo para seguir manteniendo su perfil aniñado. Un quiff corto rubio cenizo. Llevaba una camiseta marrón ajustada dentro de unos pantalones negros.

 

Con cierta delicadeza pasó sus dedos por el hombro derecho de Crazy, recorriendo sus trapecios bajos hasta el otro hombro y se sentó a un costado.

 

- Meu, mas você é o perfeito… Sugar daddy. Eu suo NIcolai. –el portugués le salió sin pensar y cuando se dio cuenta se puso rojo-. Perdón, lindo, tengo debilidad por las canas.

 

Le señaló al tipo de la barra para que sirva dos whiskies. Bebió un poco del suyo con toda la intencionalidad sexual que un brasilero en la gran ciudad podría tener.

 

- ¿Vienes por la tabla? Vamos, que los freaks estamos aquí por esa razón –volvió a mirarlo de arriba abajo y suspiró-. Pero aquí nadie suelta nada si no les das algo a cambio… Aburridos… Y tú, ¿qué te interesa darme?

 

Ni me voy a molestar en explicar a qué significaba. Pero Nicolai no terminó ahí, porque sabía cómo eran los de su tipo. Terminó el whisky y se volvió a levantar. Se acercó para susurrarle. Él tenía su propia agenda: ver el mundo arder.

 

- Pertho, que es la última, significa misterio y magia. Relacionada, seguro que la guerra en Europa tiene que ver con un objeto mágico al que quieren conquistar. Evitar un cambio o provocarlo. Busca a la turca Arnesa, está por ahí, la reconocerás por la shayla con diamantes, espero que sepas turco, o francés.

 

Le guiñó el ojo antes de asustarse por la repentina aparición de Heliké y Xell. Levantó la mano como leve saludo.

 

- ¿Amigas tuyas? Interesante compañía. Hablen con Roger el italiano con el chocker de cuero. El sabe más de la profecía.

 

Y así se metió entre la gente, buscando alguna otra víctima.

 

Orión no tenía ganas de dar una clase. ¿Enseñar qué? ¿La importancia de los idiomas en el mundo? ¿Leer runas? Para eso estaba la biblioteca y los diccionarios. No, ahí los había enviado para que se diviertan un poco y aprendan… bajo otras reglas. Nicolai podía estar diciendo la verdad, o no. Dependía de cada uno decidir qué hacer..

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja continuaba sentada en la zona al lado de su sobrina mientras la dejaba saludar al hombre que ambas conocían y mientras aquello ocurría, había decidido sacarse su pequeña botellita de absenthine y darle un trago, ya que esa bebida verde era la que mejor le iba para calmarla; por el momento solo le quedaba ver si había algo interesante en aquella reunión pero siendo honestas, no se fiaba de nada ni de nadie ya que todos tenían esa mirada de quien va en plan de hippie compartiendo plantas de las cuáles, la Snape ni siquiera quería tocar, solo le faltaría pegarle algo de eso a su bebé.

Se le ponían los pelos de punta especialmente, después de lo que le había pasado con él en San Mungo. Lidiar con un bebé todavía más feliz otra vez por un par de semanas, no estaba en su repertorio de planes para el mes.

Una persona todavía más extraña se acercó al Malfoy y los párpados de la Snape bajaron hasta la mitad de sus ojos, si había algo que llevaba toda la palabra de Mal Rollo escrita en su frente, era aquella persona; claro, tampoco podía esperar algo menos que esas propuestas para otra persona cuando estaban en un bar que ya a todas luces, no era un salón de clases, no tenía ni pinta de que serviría para aprender la lectura de runas o cualquier otra cosa que no fuera ponerse de viaje con las bebidas del sitio

Definitivamente, tampoco probaría ni una gota de lo que diesen en el lugar.

Y como alguien quisiese meterle algo por la fuerza, tendrían que llevarla a estrenar Azkaban porque se pondría a centrar maldiciones a todo lo que tuviera piernas.

(Excepto quizás su sobrina, la pobre no tenía la culpa se su desconfianza a grados paranoides en ese momento)

De puro nerviosismo se volvió a guardar la botellita en las profundidades de las bolsas de su capa y sacó una piedrita blanca al azar, pero no había terminado de verla cuando parecía que aquel sujeto las había visto, había susurrado algo sobre las runas también y se había marchado de la misma forma rara en la que había llegado. Cero, definitivamente, cero confianza a las personas de ese tipo o que iban con ese tipo de miradas en aquel lugar!!

-Ya, en serio, que clase de plan pervertido y extraño es este?... yo no mandaría a nadie de mi familia a un sitio como este, por todas las maldiciones Xell, vamos a buscar al director o directora de la Academia y preguntémosle donde demonios está el salón de clases, nos hemos metido en un sitio de muy mala pinta y no me quiero quedar a que nos terminen asaltando o intenten algo peor! -le rogó a la Vladimir comenzando a moverle un brazo rápidamente -no me fío de nada que salga de aquí ni de ninguna persona en este sitio!... ni siquiera veo una biblioteca para consultar, qué se yo!... madre mia, vine a aprender runas no a diferenciar ceervezas o lo que sea que den en las pintas de este sitio, Xeeeeeeeell...

Le lloraba (de forma fingida claro, pero igual servía para lo mismo)

-Mira, mira! -le dijo mostrándole la pequeña roca blanca con un símbolo que parecía una H -esta es Hagalaz... HAGALAZ!!... nos había salido hace unos momentos, ya te dije, esto es malo y urge que encontremos una forma de salvarnos... ya me dió miedo -volvió a sniffear

[Xell Vladimir Potter Black]

La tía Hayame parecía relajada pero la tensión se mostraba en la forma de sujetar aquellas piedras rúnicas, totalmente desconocidas para mí. Gruñía sobre el significado de una con rayotes en la parte plana.

 

- Sí, tía. Intento comunicarme con el profesor para que nos ayude - contesté a su comentario. Las runas empezaban a cansarme. Era incapaz de descifrar ninguna de aquellas rayitas, como no era capaz de discernir los nombres de todos los gnomos de la mansión "Ojo Loco". ¡Para mí todos eran iguales aunque la tía hubiera tenido la paciencia de ponerle nombres a cada uno.

 

Un muchacho de ojos grises acabó de "tocar" al Ministro y de hablar en raro, por el acento pues había reconocido que era Portugués, o tal vez Gallego, o Brasileño. Como no soy quien para juzgar nada de la vida íntima de nadie, no hice ningún comentario sobre lo sucedido, aunque me dejó algo descolocada.

 

- ¿Así suena el rúnico? Porque imagino que el lenguaje de las runas también se habla, como el latín o como el griego clásico o el Afrikaásn, que son raros pero hablados por alguien.

 

Esperaba que el Sr. Malfoy nos contestara, de alguna manera íbamos a aprender algo de la clase, aunque sólo fuera para cubrir los 1000G de la entrada a aquel antro (que no habíamos pagado, en realidad). Reseguí al muchacho cuando se iba de nuestro lado, fruncí el ceño, pesarosa.

 

- ¿Qué ha querido decir con eso de la profecía y el tal Rogers?¿Has entendido algo, tíita? ¡Pero no bebas, tía! Eres la única que sabes algo poquito de runas. Si tenemos que encontrar la manera de salir de aquí es mejor que tengas la cabeza brillante.

 

Estaba tan nerviosa, en un lugar desconocido y tan fuera de mi ambiente que pensé que todos nos miraban mal (¡Era cierto, todos nos miraban porque la tía Hayame sufría una pataleta, no sabía decir si fingida o real, y tironeaba de mí para que nos fuéramos). Eso me hizo sentir peor y acabé llorando con ella.

 

- ¡Has visto que desapareció la puerta por la que entramos! Tendremos que encontrar la manera de abrirla desde dentro. ¡Y pronto! La gente nos mira feo. - Aspiré por la nariz y casi me ahogo con los fluidos que tragué. ¡Lloré un poco más! Me agarré al brazo de Crazy. Al fin y al cabo, si aquel sobón había podido y no había recibido un guantazo, también podía hacerlo yo, que era su alumna. - Sr. Crazy, por favor, se lo ruego. ¡Sáquemos de aquí y demos clase en un aula tradicional, con pupitres, libros, mesas antiguas, olor a cera y silencio, sobre todo silencio!

 

Silencio, sí, lo necesitaba. Aquella música extrañísima me estaba produciendo dolor de cabeza y el brillo extraño de aquella decoración central con aquella tablilla aceleraba mi desasosiego por estar en un lugar equivocado. Muy equivocado.

 

- ¡Por favor, Sr. Crazy! Llévenos a un lugar más adecuado para la enseñanza y yo le consigo entrada gratis en el Circo de mi propiedad y un paseo gratis por cualquier animalito de la Reserva cuando usted quiera, para usted y para cualquier miembro de su familia. Dicen que es muy romántico un paseo al anochecer encima de uno de los dragones rumanos.

 

No quise ni imaginar a aquel hombrecito de ojitos grises agarrado a... ¡No, no, no era de mi incumbencia! La tía Hayame empezó a gritarme algo de una hacha y miré la piedra, muy confundida.

 

- ¡Tía, mira...! Esa marca es como una de las que tiene aquella decoración. ¿La ves? ¿Esa es la prueba para Runas, Sr. Malfoy?

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja comenzó a calmarse cuando sintió que de alguna forma, las emociones entre su sobrina y ella eran lo suficientemente fuertes como para empezar a dispersarse entre ambas; tardó unos minutos pero comenzó a respirar de forma más calmada y toda la tensión y sus nervios empezaron a bajar lentamente hasta que ya pudo ponerle más atención a su sobrina y lo que le iba señalando de los alrededores y las marcas que ella notaba

-Pues... tienes razón, hay marcas -accedió la pelirroja y comenzó a rascarse un lado de la cabeza con un dedo -pero para lo que sabemos, da lo mismo que fueran el dibujo de un unicornio porque a menos que tengan el mismo significado que en adivinación, no podremos leerlas adecuadamente

Cerró los ojos y suspiró, bajando un poco la cabeza para luego sacar su diccionario de runas adivinatorias

No eran las traducciones literales para la lectura de manuscritos o mensajes y eso era frustrante en cierta manera, quería reponer esos 1000 galeones que le estaba costando el estar en ese bar que le tirriaba los sentidos; no era que no hubiera visto personas haciendo propuestas indecentes a la gente pero no era el tipo de sitios que frecuentara para estudiar. Si tenía que ir a un lugar así, era porque le habían mandado por una órden de trabajo que no podía evitar, pero definitivamente, no era el tipo de lugares a los que se presentaría de buena gana.

Sonrió un poco por lo que decía Xell intentando que Crazy las llevara a otro lugar para aprender.

Personalmente, había descartado que él fuese el maestro desde que llegasen a ese sitio porque al menos, de lo poco que recordaba, no era del tipo de persona que enseñaría en ese tipo de lugares, aunque por supuesto, siempre podía equivocarse pero para su mente, él era más del tipo elegante incluso si había alcohol de por medio; sin embargo, estaba demasiado callado y distante y tal vez tenía que ver el hecho de que hacía poco, había dejado su trabajo de lado a causa de esas profecías y ahora quizás (nuevamente, eran puras conjeturas) tenía que pensar en lo que sucedía

Suspiró

-No debió dejar el poder, señor Malfoy -comentó la Snape calmadamente con los ojos rojos mirando los alrededores lentamente -nos hubiera venido bien que apareciese más en lugar de cambiar puestos con el señor Black -frunció levemente el ceño -escuchó que reabrió Azkaban?... vaya primer movida en su poco tiempo de mandato... aunque tal vez usted lo apruebe, no lo sé

Intentó conversar con el ex ministro, después de todo al parecer, había motivos por los cuáles estaba donde todos tenían que estudiar, cierto?

Le dió un empujoncito a Xell con un hombro y se encogió ella misma de hombros

-No pueden mantenernos encerrados aquí para siempre, así que hagamos algo mientras y ya que nadie nos enseñará runas, tratemos de hacerlo por nuestra cuenta, te parece? -le ofreció a su sobrina intentando darle algo de ánimos -mira, que yo no me fio de nadie aca como para que sepa de esta clase asi que, juguemos un poco. Saca el botecito y tratemos de jugar. A ver... según la adivinación Ansuz da mensajes, Eihwaz es para conjuros, Thuri es una puerta y Perth para iniciación o quizás... será que la puerta para salir de este bar inclusivo estará escondido dentro de alguna persona? o tenemos que conjurarla?

Sacó una libretita de notas y luego comenzó a hacer rayones algo fastidiada

-No, ni idea. A tí se te ocurre algo?

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[Xell Vladimir Potter Black]

Dejé de acuciar al Sr. Malfoy en cuanto Hayame vio las marcas. El miedo desapareció un poquito, lo justo para que la curiosidad subiera de nivel, para que me interesara más por aquellas rallitas que del brazo firme del ex-Ministro, de quien confiaba que nos ayudaría a salir de aquel antro.

 

Me alejé un poco, lo justo para ver mejor aquella decoración central, lo justo para agarrarme de nuevo a Crazy Malfoy si algo salía mal, no precisamente a su brazo esta vez. Estaba dispuesta a agarrarme a su pierna y no soltarme hasta que él mismo saliera del local y pudiéramos ver la luz del sol. O la luz de la luna, si seguía siendo de noche. Ahora empezaba a dudar de si era el profesor, tal vez fuera un alumno como en mi anterior clase. Sin embargo, era la única figura masculina imponente que me inspiraba confianza.

 

- ¿Ese libro que posees, el sibalario, da alguna pista? ¿Cómo pueden ser diferentes las Runas de Adivinación de las Runas normales? - Fruncí un poco el ceño y sonreí un poquito. - ¿Crees en serio que puede hablar de un unicornio?

 

Asentí a las recriminaciones que la tía Haya le hacía al ex-Primer Ministro aunque yo no tenía la familiaridad con él para decirle lo mismo. Aunque, después de salvarle la vida en Primeros Auxilios, tal vez... Me atreví a hablarle en un tono similar, aunque no tan alto:

 

- Mi familia cree que usted es mejor que el Ministro actual. Al menos, nosotros le apoyábamos y el Sr. Black Lestrange no tiene su carisma.

 

Era cierto, aunque ahora parecía sonar como que le daba coba para que nos sacara de aquel lugar. ¿Dónde podría poner una denuncia por abandono de nuestro profesor? (Cada vez creía menos que fuera él, no sabía qué me había hecho pensar que Crazy Malfoy nos daría clases de runas)

 

- Yo no quiero ir a Azkabán - dije, no sé porqué, sólo por seguir la conversación con la Tía Hayame. - Sí, tiita, intentemos aprender por nuestra cuenta, como dices...

 

Contemplé aquellas muescas. Si me fijaba bien, parecían... No, no sé lo que parecían. Lancé un suspiro que movió mis hombros en un gesto demasiado visible.

 

- ¿Qué botecito? Yo no traje el botecito. - Alargué la mano y cogí un vaso, no muy limpio, que estaba sobre la barra. - Espera, no digas esos nombres tan raros. ¿Ansú, Eiwaz, Thuri...? ¿Una puerta hacia dónde? ¿Iniciarse para qué..? Esto no me gusta nada, tiita. ¿No podemos hacer un hechizo deflagrador y rompe el muro hacia la calle?

 

Me arrepentía de haber elegido Runas como conocimiento nuevo. No estaba entendiendo nada.

 

- Sólo se me ocurre darle una patada a ese objeto a ver si se mueve y deja un hueco por el que escapar - contesté, un poco malhumorada.

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro se quedó viendo a su sobrina con los ojos muy abiertos por unos segundos... y después dejó escapar una fuerte carcajada

No quería llamar realmente la atención de aquellas personas ni esperaba que la vieran con aquellos gestos de que quizás estaba haciendo algo demasiado extraño pero de todas maneras, no había podido evitar reír; a veces su sobrina tenía esa chispa de locura y de personalidad que identificaba a todos los de la familia como ellas y no había podido evitar sonreír cuando pareció animarse un poco con aquello de que aprendieran ellas mismas Runas

Aunque...

Vaya manera de pegarse a Crazy Malfoy que parecía bastante pensativo todavía en sus bebidas y quizás no había notado cómo la Vladimir se le pegaba, o sería que todavía seguía patidifuso por el atrevimiento del otro hombre que había intentado seducirlo; tenía que decirlo, era la primera vez desde que había llegado a Ottery hacía ya casi trece años o más, desde que viera a un hombre como tal tirarle las tejas a aquella persona y todavía, marcharse así sin mas

Aunque...

La mirada que le había tirado a ella, como si hubiera visto a otra persona casi le hacía arrojarle una maldición

Odiaba que la confundieran con otros

-No le des de patadas a esa cosa, o te vas a romper un pie y entonces no solamente vamos a tener que buscar una forma de salir de este antro de perdición sino que vamos a tener que buscar la forma de llevarte a emergencias a sanar -dijo la pelirroja finalmente suspirando y luego, viendo a su sobrina mientras se colocaba una mano en la cadera -y cómo de que has perdido el vaso rúnico duplicado que te entregué?... si lo tenías cuando salimos de casa!

La riño como si Xell fuese una niña pequeña para después, cerrar los ojos y rascarse la cabeza con la mano libre

-Verás... las runas como tal, son un lenguaje utilizado por los antiguos nordicos el cuál se decía que para obtenerlo, Odín tuvo que montarse con una rama clavada en un árbol hasta que el viento (yo digo que fueron sus movimientos de dolor) tiraron un montón de ramitas formando dibujos y vualá!... regalo para la humanidad, lenguaje escrito en forma de runas

Explicó de un modo muy general y torpe, después de todo ella no era la maestra, verdad?

Pero como tal pues, dejando de lado los mitos, se trata de un lenguaje con su significado y hecho para leer o transmitir ideas... en cuanto a adivinación ya hablamos no tanto de un lenguaje sino de la interpretación de los dibujos y símbolos como tales, dejando aparte el hecho de la palabra o letra del lenguaje que representan... es como cuando tiras un juego de cartas para adivinar, no vale lo mismo el Joker para el juego que para adivinar, cierto?

Le sonrió un poco a su sobrina y ladeó un poco la cabeza, esperando su respuesta

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[Crazy Malfoy]

Crazy apuró su cuarto vaso de whisky de un trago, no estaba malo aunque no fuera de salamandra, pero aquel roñoso camarero se lo servía con tal desgana que parecía que se lo descontaban del sueldo. Repentinamente sintió una mano en el hombro, y se giró para encontrarse con un extraño jovenzuelo que le hablaba con la mayor de las confianzas. Cuando iba por la tercera insinuación sexual de su diatriba comenzó a pestañear muy rápido, preguntándose qué diablos le habían echado en el vaso.

 

Mientras lo observaba irse por dónde había venido, contoneándose como una manada de puffskeins construyendo una torre humana, cayó en la cuenta de lo que le había dicho. ¿Acababa de hablarle de la profecía? ¿Cómo diablos tenía esa clase de información aquel joven imberbe? Tampoco es que le importara demasiado, estaba jubilado, sacrificar su carrera política había sido su último esfuerzo para tratar de evitar una guerra, una de aquellas profecías se lo había indicado. Pero... ¿Y si... ?

 

Mientras reflexionaba ensimismado, se acercaron dos personas más. Le sorprendió reconocer a la joven con la que había compartido su última clase, que no encajaba para nada en un lugar como aquel, quizás sí le hubiera echado algo en la bebida después de todo.

 

- ¡El ángel! - exclamó sin pensar - Perdón... ¿Era Xell, verdad? Gracias por tu ayuda el otro día

 

La bruja esbozó una sonrisa encantadora y le dio a entender que se encontraban en una clase de runas antiguas, lo cual era una coincidencia bastante extraña. Le indicó que no era el profesor, aunque tenía algún conocimiento en la materia de sus estudios anteriores. Las dos mujeres pronunciaron en voz alta una serie de runas, pero le costó concentrarse en su significado porque Xell estaba tan cerca que su suave perfume con olor a lirios lo distraía.

 

Su acompañante, una bruja llamada Hayame que conocía de vista, lo distrajo con una inesperada alabanza a su labor como ministro. Le sorprendió escucharla, rara vez se había encontrado con alguien que no estuviera deseoso de criticar esta o aquella decisión política que había tomado, o su ausencia de apariciones públicas, aunque todo ello se debiera a su obsesión por el trabajo en los despachos.

 

- Yo tampoco soy un admirador de Azkaban, un lugar del que no para de escaparse gente no es precisamente el ideal de prisión

 

Al notar que se encontraban indecisas sobre qué camino seguir a continuación, recordó las palabras que le acababa de decir aquel muchacho tan inquietante.

 

- No es que no esté deseoso de salir de aquí - dijo mirando a la chica ángel - Pero un brasileño muy raro me ha dado algunos nombres que podrían sernos útiles... La turca Amesa, Roger el italiano y un tal Choker de cuero, sea lo que sea eso

 

No entendía una sola palabra de turco, pero sus años en la diplomacia ministerial le habían enseñado a comunicarse en francés e italiano sin resultar excesivamente cómico.

 

- ¿Nos damos una vuelta a ver si encontramos alguno? - dijo, arrepintiéndose casi al instante de la idea -

[Xell Vladimir Potter Black]

Tenía la sensación de no aprender nada de runas. Lo poquito que había tocado se lo debía a la tiita Hayame y, aún así, ninguna de las dos parecíamos estar seguras del significado de aquellas runas. Por ello, estaba más que justificada la patada que le había dado al adorno. Aunque la tita tenía razón. Si me hacía daño, sería más difícil escapar de aquel antro saltando a la pata coja.

 

Me hubiera gustado sentarme pero me daban miedo los ojos que nos miraban, aquellas personas vestidas de cuero y maquillajes llamativos me asustaban mucho. No sabía a dónde dirigir mi mirada para buscar protección. Fue cuando Crazy me saludó, me sentí mejor al xentir mi nombre.

 

- Sí, soy Xell, el... ¡El Ángel! - Así me había llamado en la clase pasada. Me sentí algo envalentonada. - ¿Esos nombres sirven de algo? ¿Usted nos acompañará?

 

Con él por delante, nadie nos atacaría.

 

Aunque nos podía atacar por detrás.

 

- Sí, por favor, vamos a dar una vuelta en busca de Vikingos - eso había dicho la tía antes, que las runas fueron inventadas por vikingos, - de árboles con ramas y del vaso que he perdido para leer las runas. Y, si de paso, encontramos a esa turca, al italiano y al Choker, nos lo llevamos también fuera.

 

Había una petición de auxilio en mi mirada. ¡Quería salir de allá cuanto antes!

[Hayame Snape Potter Black]

Y vaya que ya eran dos

La bruja acompañaba a su sobrina con la mirada ya que nuevamente empezaba a sentir como que se sofocaba en el lugar y había estado casi a punto de transformarse con su animagia para tratar de echar a volar y encontrar una salida; pero su sobrina era muy buena para calmarla y después de respirar profundo, pudo calmarse lo suficiente como para poder seguirla a ella y al otro mago que parecía pensar en lo que él mismo tenía que aprender

Fantástico

Eran tres magos metidos en una especie de dimensión extraña donde no tenían ni la más remota idea de lo que tenían que hacer o lo que tenía que ver con lo que habían querido ir a aprender; ahora su sobrina le decía acerca de buscar a alguien?... a algo?... todas aquellas personas parecían salidas de una especie de concierto de los Twisted Sister pero sin el tono agradable para cantar rock

-No creo que encontremos vikingos en este lugar, cielo...

Comenzó a decir la vampiro de ojos rojos, colocándole una mano en el hombro a la pequeña sacerdotisa para calmarla mientras que empezaban los tres a andar por el lugar; quizás pudieran ver algo que les diera una pista de como salir del sitio y quizás, llegar a la universidad para la clase que debían de tomar

Porque ella insistía, esa no podía ser la clase que estaban buscando, no tenía nada que ver con lo que ninguna había querido o tratado de estudiar

-Te contaba, que las runas se remotan a aquella época, la era nórdica cuando los mitos contaban, que Odín había sido el que trajo su escritura, las runas, a la humanidad como un presente mientras se sacrificaba al colgarse de un árbol desde un costado mientras que pequeñas ramas caían con el movimiento y formaban la escritura que hoy en día conocemos como Runas

Volvió a explicar pacientemente, sonriéndole con cariño a su sobrina

[Crazy Malfoy]

Empezaba a cansarse de aquel local, la música estaba muy alta, apenas había mesas, todo estaba demasiado limpio, faltaba un tabernero y la media de edad le hacía sentirse peligrosamente fuera de lugar. Le hizo una seña al camarero, que fingió no verle y, cuando Crazy comenzó a golpear la barra con el puño, lanzó un suspiro y se acercó con la botella de whisky arrastrando los pies.

 

- Hagamos un trato, me largo y te dejo en paz si me señalas a la turca y al italiano

 

El joven lo miró a los ojos, sopesando sus opciones. Crazy hizo ademán de agarrar el vaso para pedirle que lo rellenara, lo que finalmente venció las reservas de su anfitrión, que señaló con disimulo a un par de personas a un lado de la pista de baile. Crazy le guiñó el ojo y se giró hacia Xell con una gran sonrisa.

 

- Vale, ángel, tenemos un plan - dijo acercándose a ella - Vosotras habláis con el tipo ese raro de la esquina y yo con una señorita, luego nos vamos de aquí

 

Las brujas parecían indecisas, pero les dio un suave empujón mientras esbozaba una expresión alentadora. Él se dirigió a la mujer que se suponía que era su objetivo, quizás no sacara nada en claro pero al menos saldría de dudas. Era algo mayor para la media del lugar, en torno a la treintena, pero iba vestida de forma igual de estrafalaria que los demás, con una túnica de cuero y la cara pintarrajeada de vivos colores.

 

- Hola

 

- Adieu

 

No se molestó ni en mirarlo.

 

- Je cherche des informations - dijo haciendo girar entre los dedos un galeón -

 

- Sur quoi?

 

El brillo del dorado metal había captado su interés.

 

- Prophète... No, esto... prophétie

 

La mujer entornó los ojos, súbitamente a la defensiva y estudió su rostro detenidamente bajo la luz rosa del candelabro que tenían encima. Finalmente alargó la mano para lo que parecía coger la moneda, pero en su lugar la empujó, obligando a Crazy a guardársela. ¿No quería dinero?

 

- Crazy Malfoy - dijo en perfecto inglés, dibujando una sonrisa torcida en el rostro - Ahora me debes un favor, busca a Dedalus Berrycloth

 

- ¿A quién? Ehh... ¿Dónde?

 

Sin agregar nada más, la mujer dio media vuelta y se adentró en la pista, fundiéndose en aquella danza infernal que bien hubiera podido ser la de un aquelarre consagrándose al diablo. Crazy se encogió de hombros y se encaminó hacia sus compañeras, dándole vueltas a aquel nuevo nombre.