La misión

[Sagitas E. Potter Blue]

Di otro volantazo, ahora hacía el otro lado y, cuando enderecé el vehícul0, me giré hacia atrás para ver y corroborar que aquella voz dulce era de Xell. Le gruñí en un sonido gutural bien ronco antes de volver la vista de nuevo hacía delante y esquivar al traseúnte loco que se había casi tirado delante del coche.

 

-- ¿Qué Demonios Malditos haces aquí, Xell? -- dije, acelerando para salir de aquellas malditas calles y poder buscar una carretera comarcal poco transitada para poder volar. -- ¿Qué hacías dentro del coche?

 

Durante un par de minutos mantuve el silencio, suficiente para poder calmarme y para poder circular en aquella endiablada ciudad. Tomé un desvío a la derecha y el número de coches disminuyó. Aún así, seguí unos cuantos kilómetros más circulando para cerciorarme que nadie nos vería cuando surcáramos el aire. Les dejé hablar, observando a la rubita de mi sobrina comerse las galletas, a través del retrovisor.

 

Frené un poco en una curva cerrada y aceleré bruscamente en cuanto la pasé. Después, levanté una argolla de la marcha y puse la marcha atrás. Al instante, las ruedas delanteras se alzaron y elevamos el vuelo. Cerré la ventanilla a tiempo, recordando que las nubes mojan. En cuanto tuve el coche volando a altura suficiente para no chocar con nada, me giré hacia atrás, chillándole.

 

-- ¡Ya me han dicho que volviste a meterme en....! -- A punto estuve de mencionar el Bando de la Orden pero vi de reojo a Sean y solté un nuevo gruñido. -- En problemas.

 

Me giré de nuevo hacia la delantera y miré las copas de los árboles que sobrevolábamos.

 

-- Es mortífago.

 

Dolor. Sufrimiento. Me dieron por muerta...

 

-- Su trabajo en el Hospital Mágico era una tapadera. Se le conoce como un... guardián torturador sin piedad entre los suyos cuando vigilaba la cárcel mortífaga. No sé si llegaste a verlo alguna vez, Xellita pero... Es un hombre implacable de fama muy oscura. Alguien a quien no desearás encontrarte en ningún lugar oscuro y que evitarás encontrarle aún en lugares iluminados. No... No es buena persona. ¿Por qué te interesa?

 

¿Hablaba desde el conocimiento o desde la rumorología del pueblo que me llegaba desde los ojos y oídos que tenía por todas partes. Yo también tenía mi pasado y lo escondía ante todos. Pero no ante la familia y, ahora, Sean lo era.

 

-- Coincidimos en un pasado muy muy muy lejano aunque no lo recuerdo como uno de los que... No. Creo que él no estaba.

 

Guardé un silencio incómodo y después volví a girarme en el asiento.

 

-- ¿Qué haces en mi coche, muchachita? ¿Por qué te has colado dentro en una misión que no te concierne? En el primer caserío que vea entre las montañas te bajo y te dejo para que te vuelvas a casa.

[Xell Vladimir Potter Black]

¡Qué bueno fue el primo Sean! Aunque noté que también se preguntaba sobre mi presencia en el coche, no dijo nada y la aceptó, sin más. Sin embargo, la tía Sagitas fue totalmente diferente en su reacción. La esperaba, ella es así, muy poco sutil.

 

- ¡Tiita! No te enfadeeees, que vosotros me disteis un susto de muerte. Yo... Me escondí aquí dentro al sentir voces.

 

Era casi la verdad. Pero aquella conversación se había vuelto demasiado interesante como para interrumpirla con los motivos de mi presencia en el Ford Anglia, así que yo también seguí preguntando para evitar que siguiera interesada en mí y en mi regreso al bando. ¿Cómo se había enterado? Si había sido hoy mismo. Esta mujer era una bruja con oídos y ojos en todas partes.

 

- ¿Él trabajó en... Numbergard?

 

Creo que mi voz sonó escandalizada. Había acabado un par de veces allá y puedo decir que era un lugar lóbrego. Ahora, el nombre de ese Hades me daba miedo. Tragué un mordisco de galleta para disimularlo. Cuando la tía dijo su última frase me sentí azorada, con un golpe de calor en las mejillas. Miré de reojo a Sean. Debía confiar mucho en él para hablar así de claro.

 

- ¿Te refieres a... cuándo... fuiste mortífaga y estuviste a punto de morir por...?

 

No seguí pues ella se giró y me gritó de nuevo.

 

- No sabía que era una misión pero... ¿Por qué te vas de misión con Sean? ¿Ya lo sabe Perenela? - El color rojo avivó mis mejillas. - ¡De eso nada! Yo voy con vosotros. ¡Sean! ¡Dile que yo voy con vosotros!

 

Y bajé la voz un poquito.

 

- ¿A dónde vamos?

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Torturador, un hombre impecable de fama muy oscura, todo eso reafirmaba mis temores. Por demas esa parte de las torturas en la prision mortifaga me llevo de vuelta al pasado, entretenido, pero que habia dejado bien atada en un rincon oscura ciertas bestias en mi que no queria volver a despertar. Sin duda los chinos habian elegido bien a quien darle el encargo y que fuese todo bien expedito. Por la informacion que me llegaba el sujeto no dejaba cabos sueltos y siempre cumplia sus encargos. Seria un problema lidiar con el. Aunque claro, y dada la informacion que me daba tanto Xell como Sagitas juntos estariamos mejor.

 

-Me interesa porque creo que ambos tienen intereses encontrados, -me detuve mirando a mis interlocutoras- a el se le encomendo matar a alguien que misteriosamente esta bajo la proteccion de Cissy.

 

Evidentemente ante esta informacion se entendia que Sagitas quisiera dejar a Xell en cualquier rincon antes de despegar, si, seria peligroso pero olvidaba que Xell era una bruja muy competente. Asi que tratando de calmar los animos llame a la razon, por lo que sin mas apoye los razonamientos dados por Xell para ir. Bueno, no es que hubiese dado uno. Claro ante la mencion a Perenela aparecio como ave de mal aguero la idea de..."y si todo sale mal"....Rapidamente la deseche, no podia centrarme en eso.

 

-Sagitas, dejar a Xell ahora nos desviaria de la mision, ademas no creo que sea un impedimento. -respire meditando mis palabras. -si en verdad Hades es tan asi como lo pintan, mientras mas mejor.

 

@@Sagitas Potter Blue@@Xell Vladimir Potter Black

[Cissy Macnair]

Sybilla Macnair

 

 

Se quedó observando a Hades un largo momento antes de darse cuenta, en realidad, de que había estado haciéndolo con la boca un poco abierta por la forma en la que el vampiro le había hablado. La copa frente a ella se llenó mágicamente con el vino que había sobre una mesa pequeña junto a la de ellos, puesto en una hielera y Cissy tomó la misma entre sus manos y sorbió un poco de vino antes de darse cuenta el tono con el que el vampiro le había hablado. Por poco escupió lo que tenía en la boca mientras fruncía ligeramente el ceño.

 

-Estoy en un viaje de negocios- mintió, apretando un poco los dientes-. ¿De verdad crees que no quiero estar contigo? Vamos, yo te escribí la nota para vernos- le dijo, contrariada por la forma en la que el tono de Hades había cambiado hasta parecer una burda acusación-. No te estaba acusando de envenenar la comida- espetó, mirándolo fijo-. No puedo creer lo que oigo, Ragnarok. Vine aquí a estar contigo, desde luego, pero eso no significa que pueda desaparecer una semana entera de mis obligaciones en Italia- se puso de pie, enojada, mientras hacía tambalear la mesa debido a que sin querer se había golpeado la rodilla con la pata a su derecha-. Llévame de vuelta- casi le ordenó, con la furia comenzando a pintar cada una de sus facciones-. Eres tú el que no desea estar conmigo, aparentemente, así que llévame de vuelta a Italia- espetó.

 

Ya que ella no podría desaparecerse de la playa donde estaban porque claramente si estaba protegida por el Encantamiento Fidelio, ella tendría que tener permiso para entrar y salir de sus límites.

 

No era eso lo que había pensado cuando le había escrito antes de abordar el avión. Ella había pensado en estar con él aunque fueran pocas horas, quizás comer algo, pasear, hablar de lo que habían estado haciendo desde la última vez que se habían visto. Pero nunca se había imaginado que él la increparía de aquella forma, como si ella... como si no quisiera estar con él, pasar tiempo. Como si lo estuviera usando. Un pequeño sonido en su interior le dijo que algo se había roto... No era irreparable, no aún, pero la actitud de él. Recargó ambas manos sobre la mesa.

 

-Llévame de vuelta, Ragnarok- masculló.

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

-Definitivamente Macnair, para ser tan hermosamente sexy e irresistible no te estás dando cuenta de nada –dijo observando la actitud de la ex vampiresa.

 

Se levanto escuchando cada una de las palabras de Cissy y dibujo una mueca para un segundo después negar con la cabeza. No podía negar que Cissy siempre causaba un efecto extraño en él, pero aquel sentimiento, aquello que sentía en el pecho no era nada comparado con intentar invocar al señor del caos. La observo a los ojos y se acerco a ella. Sabía muy bien que no podía desaparecerse y ella estaba en todo su derecho de irse de allí cuando quisiera, él no iba a atarla ni nada por el estilo, pero la Macnair no se había dado cuenta de lo importante y él no estaba dispuesto a reconocerlo, al menos en voz alta.

 

-Tenía una noche y una velada especial para ti Macnair –dijo el vampiro- ha pasado algunos meses desde nuestro encuentro, bueno la verdad es que han sido 2 largos meses y tú me sales con que debes ir a trabajar –suspiro derrotado.

 

Se coloco frente a ella sin importarle si esta deseaba golpearlo o matarlo allí mismo. Él, había perdido mucho ya, no tenía nada más que perder, por lo que la tomo entre sus brazos, esta vez no como el cazador a una presa, sino como en realidad era él. Claro estaba, sus orbes oscuros tenían la chispa de maldad de siempre, y estaba decidido en matar a aquel hombre que robaba la atención de la chica.

 

-Estoy celoso, ¿estás feliz? –le dijo directamente a la cara- ¿era lo que querías que te dijera? –La beso- estoy celoso de lo feliz que eres sin mi –dijo para no revelar que él la había visto con aquel hombre.

 

Claro estaba, ella sabía muy bien como se ponía el vampiro, él le había hecho una mini escena de celos cuando se encontraron en navidad, por lo que ella debería haber sospechado todo aquello. La soltó y miro el cielo. La velada parecía haber llegado a su fin sin ni siquiera comenzar.

 

-¿en verdad me creerías capaz de raptarte una semana? –pregunto mirándole a los ojos.

 

Espero una respuesta a todo aquello, sin embargo, él sabía que no odia al menso en aquella ocasión darse el lujo de estar una semana con la Macnair la cual en ese tiempo podría quebrar toda su resistencia y hacer estragos en el cainita. Tenia trabajo que hacer, teia que finalizar con aquello rápido.

 

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[Cissy Macnair]

Sybilla Macnair

 

 

Cissy cerró las manos sobre la mesa, apretando fuerte los puños hasta que sintió las uñas clavadas en su palma. No quería explotar, no quería discutir más en realidad. Aunque Hades le decía que había preparado aquella velada para los dos, que se encontraba triste de que hubiera pasado tanto tiempo desde la última vez que se habían visto.

 

-Un mes y medio- masculló entre dientes, cuando él dijo que habían pasado dos largos meses.

 

Un mes y medio.

 

Había contado cada día desde aquel encuentro en... bueno, no sabía en dónde había sido. La casa era hermosa, el sol brillaba en lo alto y la brisa que entraba por la ventana era tibia y al mismo tiempo refrescante sobre su piel desnuda. Cerró los ojos un momento, una fracción de segundo para alejar esos pensamientos de su mente, para recordarse que estaba enojada con él aunque la sensación que había despertado en su centro la tiraba a hacer otra cosa. No dejaría que eso la distrajera de lo importante: él se estaba comportando como un bastardo macho territorial.

 

Se retiró medio paso hacia atrás cuando él se colocó frente a ella, obligándola a retirar las manos que había tenido apoyadas sobre la mesa. Se cruzó de brazos y lo miró con los ojos entrecerrados cuando él la abrazó, a pesar de su actitud que claramente decía "me tocas, te mueres". Pero él no se amedrentó por su mirada y, desafiante, la rodeó suavemente con sus brazos musculosos mientras la miraba directo a los orbes esmeraldas que brillaban con la luz de las antorchas clavadas en la arena.

 

-¿Feliz?- repitió en tono de pregunta cuando él le susurró que estaba celoso y luego intentó besarla, pero ella tiró el rostro hacia atrás-. ¿Crees que tus celos me hacen feliz?- él se retiró hacia atrás y elevó la vista al cielo un momento, luego volvió a mirarla y le tiró aquella pregunta que sólo la confundieron-. ¡No! Bueno, no sé... Te veo capaz de... muchas cosas- titubeó-. No desvíes el tema- se descruzó de brazos para enterrar un dedo acusador en su pecho-. No puedes estar celoso de que esté feliz sin tí... Es egoísta querer que sólo esté feliz contigo o cuando estás cerca...- no sólo egoísta, era absurdo.

 

Ella se alejó otro paso.

 

-Llévame a Italia Hades, tengo cosas que hacer- suspiró, frustrada.

 

Si así iba a terminar aquella velada, que así terminara entonces. Ya vería la forma de volver a hablar con él cuando regresara a Inglaterra y dejara a Aslan en algún lugar seguro.

 

@@Hades Ragnarok

[Sagitas E. Potter Blue]

Fruncí el ceño, en silencio, intentando comprender sel verdadero significado de aquellas palabras tan comprometedoras. ¿Sybilla protegía a alguien a quién quería matar Hades? Solté un gruñido y apreté con furia el claxon del vehícul0. Supongo que no estuvo bien puesto que varias cigüeñas elevaron el vuelo, asustadas, poniéndose delante nuestro. Tuve que dar varios bandazos para evitarlas hasta que las dejé atrás, lejos de su furia. Supongo que salimos bien parados. Uno de los retrovisores había quedado astillado pero... ¡para lo que lo usaba...!

 

-- A ver, ¿quieres que deje que Xell venga con nosotros cuando el nombre de Hades el Verdugo sale en la conversación?

 

Acelerón, atravesar nubes a lo loco y rezar a los Dioses para que no haya ningún avión comercial en nuestra ruta.

 

-- Cuantos más,mejor, no es lo correcto, ¿sabes lo que le puede pasar a Xellita? -- No sé porqué la llamaba así, se lo había oído decir a Haya y a Matt y se me había pegado ese nombre con el que daba a entender que aún era muy joven para meterse en fregados como el que teníamos en mano. -- Mira, guapo. Yo sólo vengo a buscar a Sybilla y llevarla a casa; el resto, me sobra, no es de mi incumbencia quien mata a quien y a quien matan, mientras no sea Xell o yo.

 

Y dejé en el aire su nombre, como si tampoco me importara. Seguí conduciendo sin prestar atención a lo que sucedía en el aire. Ya se apartarían los otros, por supuesto, hasta que el automóvil hizo un zig-zag y cayó casi en picado hacia una autopista. Miré de reojo a Xell y a Sean.

 

-- Ya estamos llegando, se ha bajado él solito... Por cierto, ¿dónde estamos, Sean?.

 

Seguía enfadada pero ahora había tráfico real y yo no sabía a dónde íbamos así que hice lo correcto, o casi... Frené de golpe y derrapé el Ford Anglia hasta un área de servicio. Cuando se paró, con rugido infernal de neumáticos, estábamos aparcados entre dos camiones en batería.

 

-- Vale, ahora conduces tú y nos llevas al destino mientras yo le digo a esta mocosa rubia las normas a seguir si no quiere que la devuelva a casa. Ni un sólo arañazo, Sean, o me pagas uno nuevo.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Me acomode satisfecho de mis palabras aunque la respuesta de Sagitas no se hizo esperar aunque por el retrovisor veia como Xell asentia satisfecha. Sagitas como siempre ponia las cosas en contexto, y que se apodara el "verdugo" no era algo para temer mucho. Yo conocia de buena tieta verdugos con corazon. Al final era un empleo como otro cualquiera, que al final se llegaba a casa o al burdel y se era una persona normal...con sus luces y sombras, cariñoso y afable. Incluso pudiera mencionar que eso de torturar y coltar cabezas era bueno para dejar ir el stress y ser mas pausado.

 

-Sagitas no exageres...de seguro que no es tn malo como lo pintan, ademas tenemos dos Sacerdotizas..que oscuridad puede enfrentarsenos.

 

No es que supiera mucho de las sacerdotizas pero esas batas blancas que usaban me hacia ilusion a referencias del poder de la luz. Una lastima que no fuese de un lino mas delgado o semitransparente. Asi si prestaria mas atencion a sus rituales.

 

-Lo has dejado mas claro que el agua....-dije zanjando la discusion. -Nada le pasara al Xell, no te preocupes...es muy linda para fallecer en la flor de la edad- esperaba que no viese ella en mis palabras dos aspectos que sin duda le dejaban en desventaja a la hora de dejarla atras a enfrentar su suerte. Claro ya veniamos bajando..sin lugar un viaje rapido...y cuando aterrizamos me estire. -Bienvenidos a ROMA!!!

 

Claro, ahora que me tocaba manejar a mi sali un momento para ponerme frente al volante y en medio del trayecto me llego otro mensaje por el metodo acostumbrado. Bien, ya esto era totalmente alarmante. Evidentemente mi cara tomo un matiz palido...muy palido. Al entras de nuevo al coche me gire a Sagitas y trague en seco.

 

-Este....Hades ha secuestrado no hace mucho a Cissy.- Conclui. Mi mente ahora trabajaba a mil -Pero tengo un plan...y necesito que me apoyen sin rechistar.

 

 

 

Media hora despues.

 

 

Sagitas me miraba muy alarmada mientras Xell ayudaba al viejo Yilmaz a acomodarse en su nueva y incomoda habitacion. No todo habia salido tan bien pero el objetivo se habia cumplido. Ya teniamos el cebo, ahora solo faltaba por atraer al zorro.

 

-No me mires Sagitas...habia que secuestrar al viejo -dije apuntalando mi razonamiento- Si Hades es tan bueno y conciensudo como dices no dejara que una "competencia" le arrebate la presa...asi que vendra.

 

Claro de paso tambien este podria ser el desencadenante para que los turcos y los chinos pasaran literalmente a las manos. Si, uj plan apurado pero genial.

 

@@Sagitas Potter Blue@@Xell Vladimir Potter Black

[Sagitas E. Potter Blue]

Roma, Roma... ¿Por qué aquello se situaba en Roma...? Era a ciudad que más amaba, después de mi España natal. Para mí, la cuna de la magia no estaba en el ancentral Egipto o las mastabas mesopotámicas. Para mí, la verdadera magia había crecido en Grecia y Roma antiguas y, la verdad, Roma había adquirido y desarrollado todo el saber en su máximo esplendor. Por supuesto, la Roma antigua, no la Roma caduca de siglos posteriores. Supongo que, por eso, mantuve el silencio mientras Sean conducía, maravillada por las ruinas que en todas partes florecían a la espera de ser revividas por las almas de los que conocíamos su historia. Cuando pasamos por el Foro de Augusto, casi gimo de placer al sentir que la piel se erizaba por la energía que transmitía.

 

-- ¿Cómo pueden vivir tan tranquilos los muggles, tan cerca de estos centros de...? -- Me di cuenta que los muchachos no estaban siguiendo mi onda y que hablaban de otros temas menos espirituales. -- Las sacerdotisas no son gente de Luz en la palabra estricta de ese significado, Sean.

 

Mi tono fue bastante más dulce del esperado. Tal vez encontrarme en Roma suavizaba mi carácter taciturno con el que había estado conduciendo momentos antes.

 

-- Hay sacerdotisas pura Luz y Bondad que siguen los designios de la Madre Naturaleza con una fidelidad admirable, defendiéndola y valorando su poder. Xell es así, como también Cye, puras y fuertes sacerdotisas, buenas sin remedio. Pero también hay Sacerdotisas que no dudarán en usar hechizos no tan lícitos en defensa de lo mismo. Son también sacerdotisas pero rozan una línea que trastabilla entre lo que es bueno y lo que es deseable para conseguir el fin. Son las que, en algún momento, pueden dejar de ser de Luz para ser emisarios de las Sombras. Es muy difícil mantenerse dentro de la línea correcta, sin cruzarla...

 

Volví a mi mutismo. No necesitaba decir más ni ponerme de ejemplo de nada. Además, el tema no era yo sino Cissy... Sybilla había sido secuestrada. Notaba la concentración de Sean no sólo en el tráfico sino en la noticia que había anunciado al entrar en el coche y que yo aún no había contestado, excepto con una mirada intensa y un leve cerrar los ojos para dejarlos achinados, pensativa. Cuando frenó el Ford Anglia, antes de salir, apreté mi mano sobre su muñeca, con fuerza.

 

-- Sybilla es muy importante para mí . -- Supongo que para él también, siendo su madre, pero volvía a hablar desde mi perspectiva algo egoísta. -- Le debo demasiado como para permitir que le pase algo. Si Hades la tiene... -- ¿la haría daño...? ¿Tal vez pensaba que él podría hacerle algo a aquella mujer muy experta y más fuerte que yo? ¿Realmente pensaba que estaba en peligro? -- Te ayudaré en lo que quieras y seguiré tu plan sin rechistar.

 

Aquella promesa fue la que me frenó, una media hora más tarde, cuando comprendí que habíamos secuestrado a un desconocido. ¿Sin rechistar? ¿Seguro? ¿Cuán conocía a Sean y sus métodos? Como yo, no era muy dado a seguir las órdenes ni las correctas reglas sociales pero... ¿Secuestrar a un hombre...? Creo que era la primera vez, en muchísimo tiempo, que estaba azorada, sudorosa y dubitativa ante lo sucedido. Y sabía que Sean notaba toda mi turbación. Mis orejas me ardían tanto que seguro que resplandecerían si no estuvieran cubiertas por mi melena violeta. Solté aire poco a poco mientras veía aquel cuerpo. Xell, la buena de Xell, intentaba que estuviera cómodo.

 

¿Cómo iba a estar cómodo si lo habíamos secuestrado? Y no de la mejor manera, por cierto. Aspiré con fuerza y el mismo sonido sonó violentamente en el silencio abrumador de aquella habitación. Las palabras de Sean también rebotaron como si fueran un eco de mi responsabilidad. Me encogí un poco de hombros.

 

-- Te dije que seguiría tu plan sin rechistar. Sólo espero que tengas razón en lo que pretendes y que el resultado no sea algo con lo que no puedas lidiar, yerno.

[Hades Ragnarok]

-Bueno Macnair, para mi parece una eternidad cuando no estas conmigo –dijo serio observándola a los ojos- un mes, mes y medio, dos meses, da igual porque no te tengo cerca, me acostumbre a vivir sin ti, así paso mucho tiempo, años y ahora… dioses, eres una droga para mí –confeso.

 

El cainita sabia que la Macnair estaba molesta, aunque la había tomado con la guardia baja tras aquella pregunta era cierto, el cainita era capaz de secuestrarla y mucho mas, jamás le haría daño, seguramente sería ella quien terminaría destrozando su corazón y con ello acabaría su vida. Suspiro y asintió, en verdad deseaba que ella se quedara pero la velada había ido de mal en peor, ahora se encontraba en “calma” por no decir que era una densa tensión para ambos. Claro estaba, con aquello su decisión de matar a aquel hombre se había hecho muchísimo más fuerte.

 

-está bien Cissy –dijo derrotado- te llevare a Italia como me pides –se levantó y la miro a los ojos esmeralda que tanto le gustaban- espero nos veamos pronto en mejores circunstancias, además respondiendo a lo que dijiste, siempre he sido egoísta, jamás he dicho que sea bueno o que jugaría limpio, simplemente soy yo intentando ser yo –dibujo una mueca de sonrisa- me conoces, sabes cómo soy

 

Se acerco a ella pero no intento abrazarla o besarla, rozo su mano y el hizo una ligera caricia, espero a que se levantara y observo el cielo, una noche estupenda, una hermosa velada y todo había salido mal.

 

Esta vez el cainita tomo la mano de la Macnair, quisiera ella o no debía hacerlo ya que tenían que desaparecer conjuntamente. Un segundo después ya habían desaparecido de allí.

 

****************

 

Aparecieron cerca de aquella fuente en la cual todo había comenzado. Beso su mano cual caballero que era o que alguna vez fue y se despidió con una ligera reverencia.

 

-Te estaré esperando y extrañando –le dijo.

 

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