Enterrando a nuestros muertos - Fase 2:

[Aaron Black Yaxley]

Aaron Augustine Black Yaxley.

 

-¿Y tú quién eres?...- pregunté a una bruja de unos veinte y tantos años, con una tenida que le condecoraba como parte del grupo que se encargaba de la plantación y cosecha del invernadero de plantas para pociones.

 

La bruja, que se encontraba agachada de espalda a mi erguida postura bajo el umbral de entrada, dejó lo que estaba haciendo y se presentó como Millie Grape. Su cabello rubio se ataba en una perfecta cola de caballo, sus pómulos rosados por la vergüenza o el trabajo se adornaban con pecas que cruzaban por su nariz; la tenida: vestimenta larga de una pieza y guantes hasta los codos para la manipulación de las plantas.

 

-Buen trabajo, señorita Grape...- sinceré sin mayor expresión hasta acercarme a un arbusto rojizo y de hojas puntiagudas. Era un arbusto de semillas de fuego- creo haber visto de éstas en Hogwarts cuando era un chiquillo...¿sabes quién pidió comprarlas?...

 

-No, no lo sé señor...- respondió titubeante, en cuanto fijó su mirada en la cicatriz bajo mi ojo izquierdo.

 

-Son escasas, espero no se mueran. Si logras averiguar quién ordenó plantarlas, avísame ¿sí?...

 

-Claro señor...

 

Pero lo último no lo oí, pues y dando media vuelta me dirigí de vuelta al castillo por el pasaje de abedules y álamos, enseñando la delgada franja de cabello blanco que nacía desde el remolino centrado en mi nuca hasta la base del cuello. La mañana era radiante, el cielo estaba despejado como nunca antes en Londres y luego del ataque de los fenixianos, parecía que todo volvía a estar en orden por el ala norte del castillo Black. Fue entonces cuando un ave de papel se posó en uno de los bancos que adornaban el camino para vociferar el mensaje de Maida.

 

Allí, entre el verde de los árboles, el cielo azul y la gravilla blanca bajos mis calzado, mi figura distinguía desde lejos con prendas oscuras como el azabache y una parada casi perfecta, manos atrás y mentón altivo mientras oía que tenía que lavar los trapos sucios o me castigarían. Fue por lo último que bufé una sonrisa, y tras una ligera e indiferente floritura de mi varita incineré el mensaje. Maida sabría que de no contestarle prontamente, es porque estaba en el castillo de la familia.

 

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[Hayame Snape Potter Black]

Mansión Potter Black

 

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Muy despacio y por entre las sombras un viejo elfo doméstico se asomaba para escuchar en silencio la conversación que se llevaba a cabo entre losmiembros de la familia sin tener deseos de interrumpirlos; aquel ser mágico también estaba intrigado por los acontecimientos que semovían en el pueblo y de repente se tomaba la libertad que no el permiso, de seguir a sus amas para ir escuchando todo y tomar información aquí y allá de lo que acontecía en caso de que tuviera que estar preparado.

 

Los sonidos de aquel sitio a veces lo ponían nervioso puesto que casi se daba cuenta de que no estaba solo pero se movió hasta quedar por detrás de algunas de las cortinas del salón, aprovechando que justamente su tamaño era diminuto; no iban a poder verlo fácilmente y desde donde se encontraba, seguramente podría estar alerta de lo que informaran sobre aquellos hechos e independientemente de que su ama lo quisiera o no, él iba a protegerla a ella y a su familia.

 

Todo sin importar el costo para él mismo

[Lisette Ryddleturn]

La bruja había suspirado aliviada cuando Sagitas apareció y tuvo la suficiente calma como para tranquilizar a su hermana, dirigiéndole entonces la rubia una sonrisa de agradecimiento

 

Tenía que admitir que cuando se trataba de calmar la sangre muerta pero caliente de la mujer de cabello rojo, Sagitas era la más adecuada y con el poder suficiente como para hacerlo sin consecuencias

 

Decidió seguirlas hasta el salón donde estaban reunidos todos y sonrió otra vez pero esta vez con emoción al distinguir al director de su departamento aunque este lucía bastante serio

 

En verdad que extrañaba muchísimo aquellos días en los que se juntasen todos los compañeros para presentar sus reportes del trabajo de cada mes y como su director les veía con satisfacción

 

Hacerlo sentir orgulloso mientras que mostraban sus medallas de pertenencia al departamento era una de las cosas que le daba más nostalgia, aparte de las expresiones emocionadas de todos

 

Bajó la mirada mientras que se sentaba en el sillón y luego, veía a la bruja que llamaban desconocida y que también llevaba un fantasma con ella

 

-Todos podemos tener fantasmas ahora?

 

Preguntó con verdaderas dudas y aunque le pareció que sentía algo moverse por detrás de las cortinas decidió que ignoraría eso por el momento

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja casi escupe su té

-Tener fantasmas?? -soltó con los ojos muy abiertos ante la pregunta de su ex novia... sabía que la había hecho la pregunta de forma inocente, porque no sabía como se manejaban estos en el pueblo pero de todas maneras esperaba que nadie se lo tomase de la peor manera; tragó un poco y agarró una pequeña cucharilla para comenzar a girar su propio té mientras que por detrás de las cortinas, el viejo Czésar se colocaba una mano sobre el rostro, levemente avergonzado

 

-A veces estas señoritas... -musitaba el elfo

 

-No se pueden tener fantasmas como si fueran mascotas, recuerda que estos son las memorias de un ser humano, específicamente un mago... aunque yo no estoy tan segura de esta última y egocéntrica afirmación pero en fin... -suspiró y chasqueó la lengua un par de veces -yo no soy la más versada en el tema, creo que Sagitas podría explicartelo mejor pero si esta joven lleva uno a su lado, tiene que significar algo... los fantasmas no se aparecen solo por que sí -dijo y le dió un nuevo sorbo a su propio té

[Sagitas E. Potter Blue]

Mansión Potter Black

-- ¡Por favor, Matt! ¡Tus modales! Ela no oculta nada. Déjale que se repose un poco en el sofá. Está muy agitada.

Le dirigí un mirada muy de madre que riñe a su niño pequeño por una trastada, señalándole en silencio a la mujer de pelo rojo que parecía muy alterada. "Sé discreto", le murmuré. Entonces caí en que ella era una desconocida para la mayoría de los presentes.

 

-- Ella es @@Ela Karoline. Es... -- No, no voy a descubrir su pertenencia al Bando de la Orden. A mí no me importa confiar mis secretos a la familia pero, en este caso, es un secreto que le perteneces a ella. -- Es una Hermana de sacerdocio. Es una Sacerdotisa como nosotras, como Xell y yo. Es de fiar.

 

Esperaba con eso zanjar el asunto y que la dejaran estar, aunque yo también sintiera mucha curiosidad por lo que Ela llevaba en la mano. Hayame hablaba sobre mi marido y eso me hizo levantar la cabeza de nuevo, hacia el fantasma que había entrado en la mansión siguiendo a mi compañera de bando. Esto también era algo anómalo pero siendo ella sacerdotisa, era normal que se hubiera sentido atraído por su luz.

 

-- ¡Pues claro que hay más fantasmas en el mundo, mujer! Tantos como muertos. Sólo que la mayoría desaparece pronto y siguen su camino, ascienden... Los que se quedan es que aún tienen cosas que hacer aquí. Como... mi marido.

 

Sí, me puse algo roja y miré hacia otro lado para que nadie me viera azorarme. Pero Lissette preguntaba si todos podían tener fantasmas y protesté:

 

-- ¡Muchacha! Los fantasmas no son propiedad de nadie. Los fantasmas están con los seres queridos o con los que odian. Siempre tienen una finalidad para quedarse pero recuerda ésto: son libres, no los puedes tener. Sólo puedes dejar que se queden contigo, si es lo que ambos deseáis.

 

Otra vez roja. Hayame le explicaba lo mismo mejor que yo y sin meterse en tantos temas digamos íntimos.

 

-- Pero tal vez podríamos dejar que el fantasma explicara porqué está aquí, ¿no creéis?

 

 

 

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja de ojos rojos observaba a su hermana y no pudo evitar sonreír un poco al detectar el tono de voz que había utilizado al referirse a los fantasmas ya que si, ella estaba casada con uno; casi le ganaba la risa, la verdad era que a final de cuentas y sin querer, probablemente Lisette había terminado ofendiendo independientemente sus intenciones pero esperaba que la chica tomara aquellas reacciones de la forma en la que generalmente agarraba todo:

 

Con calma y entendiendo que los malentendidos ocurrían

 

Volvió a tomar un poco de su té y entonces, asintió a las palabras de la Potter Blue para luego, fruncir el ceño

 

-Sí... a mí también me interesa eso, puesto que pensé que eras la única bruja que era acompañada por un ser querido... pero no había visto a otros magos o brujas que también tuviesen compañía -dijo y observó a la bruja recién llegada y al espíritu que la acompañaba; movió la cabeza asintiendo de forma educada -Hayame Snape, un placer conocerla señorita Caroline...

[Maida Black Yaxley]

Los minutos se sucedían y de la respuesta del Black ni la más mínima intención. Resopló cansada firmando los últimos documentos que autorizaban unas reuniones de sindicatos mágicos pequeños. Le parecía muy gracioso que personas "insignificantes" para la jerarquía social del mundo mágico se pasaran pidieron perdón y haciendo todos los trámites necesarios, sin embargo, los más notables, a los que iban a perseguir seguro, no, ellos se pasaban las formas y de paso los formularios justo por dónde ya no les daba el sol. Maida desapareció de su despacho para aparecerse en medio de la sala de los Black, asustando a uno de los elfos que limpiaba la estancia. La bruja se acercó a él intentando que se calmara con el paso de los segundos, pero claro, el elfo seguía temblando para cuando su túnica le rozó el estropajo con el que se vestía.

 

— ¿Aaron? —preguntó y entonces el elfo parecía a punto de llorar, lo que sorprendió a la bruja, su primo podía ser cualquier cosas pero jamás se daba el tiempo para ser cruel con la servidumbre, así que la actitud no la entendía.

 

— El amor, está, está en el jar-jardín, señorita —musitó despacio, obligándola a inclinarse un poco—, pero pidió no ser molestado.

 

Arqueó los ojos y no se dignó a contestarle, ese tipo de restricciones, al igual que los notables de la sociedad mágica, se la pasaba por dónde no cabía la luz. Caminó, para no abusar de los medios de transporte mágico que tanto detestaba y no paró hasta no toparse con su espalda ancha. ¿Cómo podía estar tan tranquilo luego del mensaje recibido.

 

— Disculpe la interrupción, señor Ministro, verá... —comenzó ironizando—, hay ciertos rumores que necesitan su atención, ya ve, hasta he tenido que venir a buscarlo a casa a ver si pudiera darle al menos cinco minutos de su ocupado tiempo.

 

Entonces respiró hondo y se puso a su costado. Activó el anillo que impedía que nadie los escuchara, estaba segura en el castillo, pero dada las circunstancias, toda prevención era poca.

 

— ¿Realmente crees que la cantidad de muertos y de cuerpos súbitamente desaparecidos no son un problema cociéndose a futuro? —le dijo entonces cruzándose de brazos, con el rostro enrojecido de la rabia contenida, lo que era un cuadro interesante de ver dada su palidez habitual— ¡Aaron, estás a punto de perder tu inmunidad como Ministro y si algo de esto sale a la luz, el primero en ver Azkaban serás tú!

 

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[Lisette Ryddleturn]

CASA POTTER BLACK

 

-No quería ofenderlos, en realidad lamento mucho el que mis palabras se hayan tomado así, jamás pensaría que los fantasmas son mascotas o algo parecido, solo estaba demasiado sorprendida

 

Dijo mientras que su corazón se aceleraba y se abrazaba las piernas sobre el sillón donde se había sentado, realmente hacía tiempo que no discutía con nadie y no quería que alguien se molestara con ella

 

Hasta ese momento las cosas no se habían encontrado del todo bien en el mundo mágico y no quería realmente comenzar con que sucediese algún tipo de desacuerdo con su familia

 

-Es un placer señorita Ela, mi nombre es Lisette Ryddleturn, me disculpo de antemano si mis energías y mis entusiasmos por conocer un poco más de la situación le han ofendido, ha sido sin querer

 

Se disculpó la bruja con verdadera pena y tristeza, sintiendo como los problemas y las preocupaciones no dejaban de llegar uno tras otro, como si hicieran una fila entusiasta para hacerse notar en medio de toda aquella confusión

[Hayame Snape Potter Black]

Mientras que esperaba a la expicación que fueran a dar, los ojos de la bruja se movieron hacia un lado donde le parecía que empezaba a escuchar unas pequeñas voces que creía reconocer; alzó una ceja, no recordaba haberle dado permiso a su elfo de estarla siguiendo y vigilando para aquel tipo de cuestiones.

 

Al menos podía confiar en que estaría segura en caso de que algo sucediese pero le parecía que la situación no era para ataques en aquellos momentos sino... algo muchísimo más delicado

 

-Esto me recuerda a los vientos de invierno que de repente han estado circulando a pesar de que todavía es verano -comentó en un tono de voz baja, quizá hasta pensativo hasta que volvió a observar a la bruja recién llegada y al fantasma que iba a su lado; nadie se presentaba en casa de su hermana si no había un motivo importante por detrás y no podía evitar pensar, que quizá ellos traerían una pista acerca de lo que estaba sucediendo

 

Aunque...

 

Si aquello había escalado hasta ese punto... cuántos muertos ya habían descubierto para ese momento, a diferencia de cuando había comenzado todo?

[Lisette Ryddleturn]

CASA POTTER BLACK

 

La bruja rubia miró con algo de consternación a la otra bruja y terminó por arrugar la nariz un poco al pensar en las palabras que estaba diciendo la otra bruja sobre lo que también estaba pasando

 

Era verdad, había comenzado a notar que había ciertos sitios donde parecía que una especie de embrujo invernal había estado azotando a pesar de que se encontraban en pleno verano

 

Tendría que ver con eso mismo? pero todavía no les daban ninguna explicación y lo único que podía ver era la cara de seriedad de quien había sido su jefe de departamento

 

-Han llamado a los demás ex miembros del departamento en el ministerio? a veces siento que trabajabamos mejor en conjunto pero ahora no he visto a nadie más aparte de nosotros

 

Confesó en un tono de voz alto pero al mismo tiempo estaba mostrando que le daba pena confesar eso de alguna manera, se sentía levemente intimidada por todas las personas a su alrededor