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Shadow Maze


Melrose Moody
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Eitʃ y Renzo

El vaso del licor del hombre quedó a medio camino, con la boca aún abierta y un atisbo de sorpresa en su cara a pesar del ceño fruncido el acompañante observó a Eif tras la respuesta negativa a su solicitud. La mujer en cambio no pareció tan afectada como se lo hubiera imaginado, la vio tomar su bebida antes de tararear lamentándose por la noticia y después sonreírle suavemente a su interlocutora. Ambas mujeres contrastaban de alguna forma o eso es lo que él piensa cuando escucha el modo tan mecánico con el que aquella persona delante de ellos da sus explicaciones. No puede evitar fruncir aún más el entrecejo escucharla sugerir otra mercancía como si nada. Definitivamente él no tiene paciencia para esta gente.  

Eitʃ en cambio casi parecía que aún saboreaba con encanto el dulce sabor en su boca de la bebida preparada. No obstante Renzo la conoce bien, lo suficiente como para saber que el precioso gesto de ella es solo para darle tiempo de seleccionar una cuidadosa respuesta tras la fachada de niña despistada.

Que infortunio de verdad-, respondió Eitʃ recuperando el tono juvenil tras la breve decepción que cruzó su cuidado rostro. —Pero lo entiendo-, ¿de verdad? Renzo tiene una versión diferente de ella en Londres hace un par de horas. —Tal vez podríamos esperar un par de días-,el hombre lo miró aún más extrañado, ella tiene solo ganas de darle una patada y sacarlo de la habitación, ¿por qué carajos había permitido que se quedase? —Aunque ciertamente no quisiera arriesgarme a perder lo invertido-, ella realmente pareció sopesar sus opciones. —Bueno, que se le ha de hacer-, casi se encogió de hombros. —Queremos ver entonces qué es lo que tiene a su disposición. Supongo que algo podemos hacer con lo que tengan.

No se había mostrado del todo contenta ante esto, pero la idea es no quedarse con las manos vacías después de todo. 

Mi querido, vuelve al helicóptero y dile a los muchachos que preparen un barco grande-, alegremente palmeó sobre el brazo de Renzo. —Yo mientras iré de compras-, finalmente se quitó las lentes oscuras, revelando unos ojos tan claros como el cielo sobre ellos. —¿Cuándo podemos comenzar con esto?-, preguntó a la rígida mujer frente a ellos.
 

@ Melrose Moody

 

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  • 2 semanas más tarde...

"Catherine, este lugar tiene una magia extraña". 

Richard había intentado por todos los medios mantenerse a una prudente distancia de Montpellier porque Catherine le había comentado que la bruja tenía formas ingeniosas de averiguar lo que le interesaba pero de todos modos no era como si pudiese distanciarse demasiado. Además, se siente observado, lo que a veces es normal en Londres pero no debería ser en un lugar extranjero tan lejano ¿acaso se ha metido en la boca del lobo al acudir a la isla de los Diallo? 

Por enésima vez ese día, Dante es importunado para anunciar la llegada de visitantes. Sus dientes rechinan con contrariedad cuando ve la silueta de Richard Moody y el resto de la comitiva ante su carpa ¿y ahora ellos quienes son? ¿Más periodistas o solo idi***s lleno de curiosidad?

Da indicaciones para que los dejen entrar en la carpa y se coloca con los brazos cruzados sobre los recién llegados, demandando una explicación. Con los periodistas, lo entendió y hasta con el muchacho que había conocido a Orfeo pero ¿por qué ellos han sido conducidos hacia él si no conoce a ninguno? ¿Otros referidos por Orfeo en un mismo día era eso posible o era algo totalmente distinto? Las personas que hacían de su seguridad parecían conocer al pelirrojo ¿era eso?

-Buenas tardes, Dante Diallo -dijo el mago, con tono neutro- ¿ustedes son? Y, si no es mucha molestia, quisiera conocer el motivo por el cual se encuentran aquí.

@ Rory Despard

Morwena Diallo

La mujer escoge cuidadosamente sus palabras al replicar:

-Oh, aún mejor que eso, podemos mostrarles

Se incorpora. Si bien, no se ha esforzado todo lo que debería en limar los desaires, sabe que podrá ahora compensarlos con información confidencial, que nadie más conoce. El hecho mismo de que hayan podido ver el rostro de Morwena y hablarle, es un trato de por sí especial pero no puede culparlos por no saberlo. Además, no sería una forma justa de hacer negocios.

Solo los guardaespaldas los siguen, cuando Morwena se incorpora y empieza a caminar por pasillos que dan muchos giros, siempre descendiendo. El aire empieza a tornarse más tibio, a medida que bajan al subsuelo, hasta que el sonido de gritos y bulla es más que evidente. La mujer los insta a continuar a pesar de que puede percibir cierto cambio en sus facciones. Luego, abre unas enormes puertas de metal ante ella, quitando una gruesa tranca del mismo material. 

Adentro, hay una plataforma de pelea, techada y rodeada con una mala metálica. Es un ring. Fuera, hay un grupo nutrido de hombres y mujeres, gritando, bebiendo, riendo. En la parte superior, una enorme televisión da el recuento de las apuestas, las probabilidades para el ganador, las probabilidades para el perdedor. 

En el interior de la arena de lucha, dos licántropos completamente transformados a pesar de no ser luna llena luchan a morir. Se escuchan las pifias cuando se quedan quietos y las hurras cuando desgarran la carne del otro. El ingreso de Morwena y sus acompañantes apenas ha causado impresión. 

-Bienvenido a Shadow Maze -dice entonces Morwena con una sonrisa- ¿desea colocar alguna apuesta antes de continuar con el recorrido? 

@ Hessenordwood Crouch

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Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

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Leonid.

 

Su plan de ser directo y sencillo al parecer había funcionado y ahora que estaba frente al hombre causante de todo aquel alboroto fuera de la tienda creía que mantener la misma actitud lo ayudaría a empezar a resolver el nudo en el que se encontraba en aquel momento.

 

-Leonid Evans - comenzó por presentarse el ruso mientras estiraba la mano para estrecharla con el afamado arqueólogo - Lamento interrumpirlo en su rueda de prensa, veo que está siendo muy solicitado - dijo eso último subiendo un poco el tono de su voz para hacerse oír por el enjambre de personas que se apiñaba en torno a la excavación. 

 

- Quizás podamos posponer este encuentro para más tarde, necesito ayuda con una profecía… - el pelirrojo se fijó en la expresión del otro mago esperando ver algún atisbo de reconocimiento sobre el tema pero si el mismo existió el otro sujeto fue muy bueno ocultándolo. 

 

-Se que puede sonar muy extraño, ni yo termino de comprenderlo pero esa profecía me condujo miles de kilómetros hasta usted y….. - Leonid se vio interrumpido por la llegada de un grupo de personas a la tienda. 

 

El mago giró hacia la entrada donde la luz y el ruido del exterior se potenció por un momento mientras las nuevas figuras ingresaban a la tienda de campaña que cada vez parecía más pequeña.

 

Pero la sorpresa fue mayúscula cuando reconoció a tres rostros en la comitiva recién llegada. ¿Qué hacían Rory, Catherine y Richard en aquel lugar? No tenía forma de poder asegurar nada pero sentía que sus caminos se cruzaban por el mismo motivo, la vieja Sayiina no dejaba de sorprenderlo.

 

@ Melrose Moody  @ Rory Despard

 

 

 

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  • 2 semanas más tarde...

Dante Diallo

No es difícil para él estrechar la mano de Leonid. De alguna forma, el mago no se siente incómodo tratando con él. Tiene que admitir que jamás habría esperado eso de un enviado de Orfeo. Cuando habla de la profecía, Dante intenta permanecer imperturbable. Es difícil. Quizá, había se había dejado llevar demasiado por el ego, al creer que solo él sería tocado por esa clase de revelación. Además, quiere contradecirlo ¿ocupado por los periodistas? De alguna forma le avergüenza que alguien como Leonid Evans esté piense que él se encuentra "ocupado con los periodistas".

Por eso, se siente irritado cuando llegan los otros y los trata de manera condescendiente. Había querido aclarar el asunto cuando todavía no se sentía asediado por una muchedumbre... otra vez.

Richard, por su parte, se sentía aliviado de estar dentro de la carpa y no fuera. Allí, se sentía menos observado. Así que fue el primero en contestar a la pregunta que le hiciera Dante.

-Estamos aquí por la profecía del niño.

Dante, en aquella oportunidad, no pudo ocultar su sorpresa. No solo sabían de la profecía ¿si no que habían visto al "portador"? Intentó pensar en alguna excusa pero eran demasiadas personas allí reunidas ¿qué sucedía con las visiones entonces? ¿Acaso cada vidente del mundo iría a aparecerse en su excavación? 

Dante decidió que no podían manejar ese asunto allí y, a pesar de que odiaba tener que hacer uso de los bienes de su familia, no le haría mal en aquella ocasión. Les hizo una seña para que lo siguieran y salió de la tienda. Siendo esquivo con los periodistas se había convertido en su más reciente especialidad, así que les dio la espalda (eso provocó una severa y bochornosa andanada de flashes) para conducir a sus nuevos visitantes hacia una zona restringida no por ser parte de la excavación, si no porque pertenecía a las propiedades Diallo de la isla. Los condujo por un sendero de tierra, hasta llegar a una puerta metálica bien disimulada por la pared rocosa en la que se había excavado para anclarla. Presionando un intercomunicador e intercambiando algunas palabras con el guardia, terminó por llevarlos dentro por un largo pasillo de concreto y luces clínicas, hasta un invernadero. 

Las campanillas de viento que colgaban del techo sonaban como intentando acallar lo sucedido con anterioridad. El ambiente era húmedo y cálido.

-Las visiones -empezó entonces Dante sin saber qué decir-. Quizá deba empezar con el motivo de la excavación.

No les dijo todo. Les explicó que él había tenido visiones similares: un niño, que hablaba sobre el fin del mundo y que parecía estar conectada a la excavación que ahora él hacía en ese lugar: todos los datos parecían indicar que allí hallaría respuestas. Mientras tanto, él estaba tan en la oscuridad como ellos. No les dijo que su familia parecía saber algo más, algo que le ocultaban. Eso solo empeoraría las cosas.

-Puedo contestar una pregunta a la vez -dijo entonces.

Era una acción generosa, teniendo en cuenta los hábitos de su familia. Por supuesto, sus invitados no tenían por qué saber eso. Richard, a pesar de tener preguntas, no las dijo todavía: en ese sitio cerrado se sentía todavía más a salvo y si se demoraban mucho, todavía mejor. 

@ Syrius McGonagall  @ Rory Despard  @ Hessenordwood Crouch

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Leonid Evans

 

Si su sorpresa fue grande al ver entrar en la tienda a esa comitiva Evans - Moody la misma fue mayor al enterarse que su motivo de llegada había sido el mismo, la profecía. El ruso comenzaba a entender que aquella misión era más grande de lo que hubiera imaginado en un principio. 

 

No tuvo tiempo de intercambiar alguna palabra con su familia porque Dante tomó rápidamente el control de la conversación, al parecer el famoso arqueólogo tenía ciertas respuestas pero no creía que aquel fuera el lugar para compartirla con ellos. El pelirrojo asintió en silencio y guardandose todas las dudas que aquella situación no dejaba de generar siguió al italiano fuera de aquella tienda. 

 

La espesa tela que servía como entrada a la tienda se abrió a un ambiente completamente distinto. Dentro de la misma con todos los misterios y dudas que se plantearon hicieron olvidar por completo a Leonid que se encontraban en medio de una excavación rodeada por periodistas de todo el mundo, el ruido, las voces, los flashes acompañaron al pequeño grupo mientras atravesaban un estrecho camino acordonado que los separaba de la prensa y de los admiradores de Dante.

 

El ojiazul no entendía como el italiano era capaz de concentrarse en su trabajo dentro de un ambiente como aquel, quizás solo fuera un día abierto al público y el resto del tiempo la excavación se mantenía cerrada a externos, pero aún así…el ambiente era excesivo, o quizás él estuviera tan comprometido en entender qué era lo que realmente estaba sucediendo que estaba exagerando.

 

Siguieron a Dante a través de una pesada puerta metálica oculta tras un paredón de roca que conducía a un pasillo que terminaba en un amplio invernadero, el olor a tierra húmeda y flores era algo agradable y el silencio de aquel recinto lo era aún más. 

 

Escuchó en silencio lo que el arqueólogo tenía para decirles y mientras procesaba la información más dudas comenzaron a formularse en su cabeza, cuando las preguntas se permitieron el ruso no tardó en lanzarse primero. 

 

-¿De qué trata esta excavación? ¿Que se estaba buscando? ¿Comenzaron por la profecía o es algo anterior? - no se amedrentó en preguntar -¿Y qué más se sabe de esta profecía? Todos hablaban de un niño, el fin del mundo pero nada más, yo no tengo más información, una vieja amiga en la siberia me mando hasta aquí por el fin del mundo pero no tengo idea de cómo se va acabar y que podemos hacer para evitarlo - el ruso quería comprender que estaba realmente sucediendo.

 

@ Melrose Moody  @ Rory Despard  

 

 

 

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Dante Diallo

¿Será que ese grupo de desconocidos tenga respuestas que él no conoce? ¿O solo está arriesgándose a que intenten robar aquello que busca? ¿Que mancillen su investigación? ¿Por qué debería explicarles? Sin embargo, ha pasado tanto tiempo solo, lidiando con la presión y la demanda de su familia que encuentra en ese pequeño grupo alguna clase de alivio. No importa sus intereses: no son su familia. Aún si son una amenaza, son de otro tipo, que quizá pueda lanzar sobre su familia. 

-La excavación busca el rastro de un personaje anclado en la historia mágica y específicamente, en los territorios que ahora posee la familia Diallo -empezó a explicar Dante-. Este sujeto, que de ser real, es alguna clase de vidente, es constantemente nombrado en documentaciones de distintas épocas. Lo llaman "el profeta". 

Dante sabe de la existencia de seres muy poderosos, ligados a la videncia. Existe el mago Sajag, que Dante nunca conoció o vio pero del vio hablar. La figura de "el profeta" no podría estar más lejos de éste.

-La excavación dícese estar ubicada en lo que fuera un asentamiento donde se instaló el profeta por un tiempo -Dante trata de explicarles que las señales son confusas. Como si el profeta hubiera vivido en varias épocas-. En las islas eolias, este profeta nos alertó de desgracias venideras, nos ocultó y nos alertó para protegernos cuando nadie más que los pocos magos aquí sabían de la existencia de la magia. Ahora, pareciera que quisiera prevenirnos, sobre el fin del mundo. Sin embargo, un aviso o una profecía de semejante índole jamás fue hecha. No tiene precedentes ni lógica.

En un mundo como el actual, casi no había suceso que pudiera causar una catástrofe de las proporciones que el profeta parecía indicar.

-Dante había compartido con ellos casi todo ¿tenían ellos algo para decir?

 

@ Syrius McGonagall  @ Rory Despard

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