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Resurgiendo de las cenizas


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El día se presentaba soleado y sin una sola nube que auspiciara lo que se le venía encima, había escuchado toda la semana rumores sobre un nuevo virus muggle que parecía sobrevolar el aire y que según contaban las noticas era letal y mortífero para todos sus habitantes, bufó molesta rodando sus ojos azules claros mientras terminaba de leer el memorándum que auspiciaba un artefacto mágico fuera de control que parecía tener magia oscura en su interior.

 

Su cabellera pelirroja en su prendedor del fénix dorado y su consabido traje violeta claro, su pantalón violeta y sus botas violetas clara, le daban el aspecto de una ejecutiva importante, con su 1,59 de altura y su complexión delgada parecía salida de un cuento de hadas, sumado a su cantarina voz y su sonrisa franca y sincera, era una amiga confiable para todos, aunque sus despistes diarios le daban más de un dolor de cabeza a todos los que la querían y apreciaban, se pregunto cuanto tardaría alguien en descubrirla en esa gran sala de juntas, rodeada  de los murmullos ministeriales de todo el lugar y oculta tan solo porque no deseaba pensar más en nada.

 

El titular del profeta, más en concreto el director de San Mugo, se burlaba de los muggles y su virus, diciendo que: "nunca llegará a Inglaterra, estén tranquilos, el mundo mágico esta protegido contra ese virus letal" no quería admitir que cuanto más leí del virus menos confiaba en las palabras del profesional de la salud, un frio inhumano le recorrió la espalda a la vampiresa y tuvo que reconocer que tenía miedo, una vez sola se había visto afectada por algo y agradeció que en esa ocasión fuera su amigo Hades, quien la ayudará para sanarse, suspiro intentando no pensar en aquello y concentrarse en lo que tendría que hacer a continuación.

 

¿Qué era conveniente en esa ocasión? ¿usar un memo para todos o su patronus? se debatía entre que era lo ideal ya que llamaría a personas que no eran de su grupo así que ¿podría usar el método habitual? la fenixiana se tardo mucho en decidir que lo mejor sería un memo, descartando usar su varita y su patronus por  primera vez, era primordial llamar a todos a aquella sala y se dijo que quizás se estaba precipitando y tal vez nadie en el mundo mágico le crea aquello. 

 

"queridos amigos: Si recibes mi memo es porque te considero importante, lo suficiente para confiarte esto, temo que el mundo mágico se vea afectado por algo que pasa en el mundo muggle, el director de San Mugo se burla de esto pero es menester que vengas a la sala 3 del ministerio de magia de la oficina del correcto uso de la magia en muggles, por favor sean discretos y vengan lo más sigilosos posibles, es menester que nos reunamos urgentemente". 

 

un afecto eterno, Luna Gryffindor Delacour, Empleada del departamento Auror de Gran Bretaña. 

 

pd: Traigan galletas aquí los esperaré con café caliente, jugo, agua o lo que quieran servirse"

 

Releyó el memo una y otra vez, hasta que logró duplicarlo en muchos papeles que sobrevolaron el lugar desapareciendo con una llamarada de su varita mágica hacía su destino final, suspiro en la gran sala vacía y cavilo el gran problema que tenía encima, como seguridad de la comunidad mágica debía de estar en la línea de fuego contra un virus desconocido, ¿Qué pasaba si morían todos? ¿los muggles sabrían y tendrían la capacidad de protegerse? pensó en sus amigos muggles y se le helo la sangré, quiso gritar de preocupación y frustración pero se calmo pensando que tendría ayuda muy pronto, solo debía calmarse y darse cuenta que estaban en un serio aprieto que escapaba a sus conocimientos de magia. 

 

Escucho pasos y voces afuera de la  sala y levanto la cabeza esperanzada pero quien quiera que fuera paso por la puerta sin abrirla, de pronto entro en pánico, ¿Qué pasaba si nadie venía? ¿Qué sucedería si nadie le creía? negó con la cabeza rápidamente, el problema era demasiado grande como para que nadie le creyera y demás cuestiones, así que espero por algunos de los mejores magos y brujas de su época, rezando porque juntos encontrarán la solución par un problema que no era el habitual en el mundo mágico.

 

Atrás habían quedado los días en que la bruja, lloraba la perdida de su papá, Elvis Gryffindor, un gran mago pero sobretodo el mejor padre que había podido desear tener, aun así se le hacia difícil pensar que él no estaría entre los que aparecerán por esa puerta a la sala de juntas, suspiro con melancolía pensando en que al menos confiaba en que Darla aparecería por allí más temprano que tarde y se pregunto que hubiera sido de ella sin la bruja, la única junto con Annick que la mantenían andando por aquellos tristes y sombríos días. 

 

Negó con la cabeza intentando no pensar en aquello en esos momentos, había un virus que podría matarnos a todos, mucho mejor que un simple Avada de la varita mágica de Aarón Yaxley por supuesto, así que tendrían que tener mucho cuidado e idear un plan de acción con suma urgencia, porque la auror no concibió la idea de quedarse quieta con algo de esa magnitud amenazando a su amada comunidad mágica.  

 

Off Roll: Bueno todo aquel que quiera rolear puede hacerlo, ya sea funcionario del ministerio, medimago, jugador de Quiddicht o lo que sea que estén haciendo por aquí, como verán será un rol por el coronavirus, el virus letal que esta atacándonos a todos, pensé que quizás si habría algo así, también debería de afectar al mundo mágico, como verán esta situado justo después de lo que paso con los personaje de Elvis y Aaron, paréntesis aparte  el personaje de Aaron aún no este preso cuando escribo este rol, se que se entiende sin la aclaración pero por si las dudas, es para situarnos en el contexto y pues disfruten volver al ruedo :) 

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Darla se encontraba sentada en su despacho, revisando memorandos, intentando concentrarse con una taza de humeante té frente a ella. No era una, eran miles las preocupaciones que tenía desde que se había dejado ¿convencer? A ocupar ese puesto. La estrategia política no era su fuerte y sentirse un peón en aquella movida que el mago llevaba a cabo la molestaba  más aún que no saber cómo lograr que las jugadas políticas de las contrapartes no la arrastraran a ella misma al abismo.

La bruja frotó sus sienes y un aroma mentolado se desprendió de sus cabellos, había utilizado un perfume que ayudaba a mantener la calma, vaya que lo necesitaba en esos días, pensó mientras extendía su mano hacia la taza de té. La súbita aparición de un memorando sobre su escritorio la hizo sobresaltar y tragó aire por un momento apuntándole con su varita hasta reconocer la caligrafía de Luna. Frunció el ceño y lo tomó entre sus manos, desplegándolo. ¿Qué estaría ocurriendo? 

¿La enfermedad muggle? La verdad es que no tenía ni idea quién era el actual director de San Mungo, pero si la Gryffindor veía en sus palabras un dejo de inoperancia. Cómo se verían afectados era algo aún que debían ver, quizás después de todo, el edicto de Sagitas les terminara beneficiando si los mantenía al margen del trato con los no magos. Pero aquella postura era est****a  y egoísta, pensar que se salvarían solos, o que solos ellos merecían la pena salvarse, no señor.

La pelirroja se puso de pie y se acercó a la puerta junto al armario en la parte de atrás de su despacho, un hechizo mezclaba la biometría de su vampirismo con hechizos protectores, ya no solo hacía falta la llave que ella llevaba siempre consigo sino su propia “humanidad” por decirlo de algún modo. Apoyó su mano y luego giró la llave para ingresar a la habitación, demasiado personal. Se acercó al armario con un espejo en su puerta y se observó, tuvo que recurrir a la metamorfomagia para que no se notara lo demacrado de su rostro, algo estaba mal en ella si no lograba que consumir sangre la mantuviera al menos a un nivel “normal” dentro de su status. 

Cuando cerró la puerta tras de sí, era la Darla de siempre, rostro pálido, ojos castaños brillantes, cabellos rojos recogidos en un rodete del cual algunos rizos caían delicadamente dándole un aspecto sexy más que desarreglado y una sonrisa cálida que distaba muchísimo de lo que ocurría en su interior. Cerró la puerta tras de sí, haciendo flamear el largo chaleco que llevaba puesto sobre una blusa blanca y que hacía juego en su tono gris perlado con el pantalón de vestir que lucía ese día. Las cortas botas de taco aguja resultaban más silenciosas de lo que uno hubiera podido esperar. Cuando tomó el ascensor indicó al piso que iba para dejar su mente vagar en sus pensamientos un poco más antes de llegar al nivel al que se dirigía. Ya centraría entonces su mente en aquellos pensamientos acordes a lo que Luna pedía.
 

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Mientras esperaba a que alguien acudiera a su llamado, se preguntó si no estaría volviéndose paranoica ¿podría ser que todo fuera producto de su imaginación? pero el periódico muggle y mágico desplegados en la mesa no mentían para nada, la cepa del virus era mortal y nadie sabía como contenerla en su lugar para que no se propagará por todos partes, algunos hablaban de que todo se había originado en Wuhan, otros creían que era un invento del gobierno para impedirles libertad a sus ciudadanos y otros muchos pedían las palabras de los más expertos en el tema, así que centenares de médicos, especialistas de la salud, cardiólogos, psicólogos y más personas cualificadas pasaban por los canales y los diarios a una velocidad alarmante, bufó molesto pensando en que nunca nadie le había dado importancia a la salud y se preguntó si los centros mágicos y muggles estarían preparados para tal fin. 

 

De los nervios que tenía encima, no había reparado que ya me había servido 3 veces café en tazas diferentes y que ninguna de esas tazas era la mía de los perritos dalmatas, que descansaba en mi escritorio de Aurores, tal cual la había dejado la ultima vez que la vi, del porque había elegido una aburrida sala que nada tenía que ver con su oficina era bastante obvio si lo pensabas dos minutos: trafico de información, por aquel tiempo ella creía que había espías por algunos lados y no deseaba que nadie que no fuera de su confianza estuviera en la reuníon ese día.

 

Podría parecer paranoica y hasta bastante absurdo si se veía desde afuera, ¿Quién querría escuchar sus reuniones? pero como decía Alastor Moody, era mejor estar en ¡alerta permanente! que en confiar ciegamente en todo el mundo ¿no?, la realidad era que se había operado un cambio necesario en mí desde ese fatídico día, ya no era tan confiada y sonreía mucho menos que antes, aun así guardaba sonrisas para mis amigos y familiares, pero cualquiera que me viera pensaría que miraba con melancolía todo el tiempo, algo del todo irreal y que contrastaba con la alegre muchacha  que llego a Aurores tiempo atrás.

 

Gruñí por lo bajo pensando en que tendría que solucionar eso, pero la idea de ir a alguien que me escuché no era lo que en realidad quería hacer, lo que deseaba hacer era matar magos y brujas malvados hasta que me dolieran las manos de cargar mi varita mágica, quería salir afuera y solucionar los problemas de la gente con magia o como pudiera hacerlo, no sabía porque pero desde la muerte de papá, ya no podía estarme quieta mucho tiempo y siempre buscaba excusas para alejarme de la Gryffindor en cuanto tuviera oportunidad.

 

¿Había dejado de amar a mi familia? nada de eso, el único problema era que me asfixiaba estar allí sin él, no se lo dijo a nadie, ni si quiera a su amiga, Darla, pero esa era la razón de que la reuníon no fuera en la oficina de Aurores, como le pasaba con su mansion la Gryffindor, evitaba cualquier cosa que le recordara a su papá y lamentablemente su oficina y su hogar estaban plegados de recuerdos de él, por eso eligió el lugar más inusual de todos, además de que así nadie podría escucharlas y podrían tener una reuníon ultra-secreta en paz. 

 

- "Vamos Darla, amiga mía, por favor ven, estar sola con mis pensamientos no me gusta, por favor, que alguien venga si no es ella" - Pensé internamente rezando en silencio para que alguien apareciera pronto, estar tan paranoica no podría ser algo bueno y recodar a Elvis tampoco era lo adecuado -

 

No quería pensar en lo desilusionado que estaría Elvis si la viera, las cartas de Annick, se arremolinaban en su mente una tras otras y lamentaba darle una negativa a cada rato, ¿Qué le sucedía? debía ayudar a la comunidad mágica, luego tendría tiempo de arreglar sus problemas en otra oportunidad. Además suponía que su mamá la tendría que entender, ella necesitaba trabajar y estar en movimiento, ¿Qué podía hacer en la mansion Gryffindor? nada más que llorar y lamentarse o intentar unir a una familia que ni sabía si podría unir en algún momento. 

 

Suspiré negando con la cabeza y centrando mi atención en el periódico que tenía abierto de par en par, releyendo las noticia una y otra vez, buscando cosas aquí y allá, pensando en que quizas eso nos quedaría grande pero ¿desde cuando era tan pesimista? no hacía falta que lo dijera, porque lo sabía la mar de bien, así que gruñí por segunda vez esperando que alguien llegará y me sacará de mis fatídicos pensamientos, tan solo esperaba un milagro que me salvara de mi dezason que últimamente portaba todo el tiempo y que no me abandonaba por nada del mundo.

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Cuando el ascensor se detuvo y abrió sus puertas no supo cuánto tiempo estuvo antes de bajarse, solo que debió extender su delicada mano para retener las puertas que volvían a cerrarse y poder así bajar. Al hacerlo el brillo de tres anillos la hicieron sobresaltar, no sabía por qué los usaba a todos de nuevo. En su otra mano, entrelazados con magia en uno solo estaba los anillos de las habilidades junto con el de lapislázuli y plata que le permitía vivir a plena luz del día.

 

Se detuvo en medio del pasillo, preguntándose cómo había llegado hasta allí, tras bajar del ascensor había caminado casi sin darse cuenta, aún sumergida en sus pensamientos. Se detuvo, dio un largo suspiro, acomodo los rizos de su cabello y se giró, se había pasado dos puertas.

 

Acababa de descubrir mientras accionaba el picaporte de la sala que lo único en que no había pensado durante su breve viaje hasta allí era en las razones por las cuales se dirigía a aquel lugar. Se molestó consigo misma por estar tan dispersa, había logrado mantener la cordura bastante tiempo, incluso luego que el Linmer la embarcara en semejante “aventura” por decirlo de algún modo.

 

—Buenas, lamento… —iba a decir llegar tarde, pero de momento solo estaba Luna sentada frente a varias tazas de café y otros tantos periódicos, incluso en una de las paredes le sorprendió ver encendido  emitiendo imágenes y voces apagadas un aparato de los que los muggles utilizaban en sus hogares. ¿Qué estaba pasando?

 

—Hola Luna, lamento estar tan dispersa, he tenido muchos mmm trámites estos días —era verdad, necesitaba arreglar la documentación de su hogar y de la Dumbledore y venía planeando algo que le dolía muchísimo pero que debía plantearle a su sobrina y no se animaba. Suspiró, se había volado de nuevo, volvió su mente al momento y situación actual.

 

—¿Qué es lo que ha ocurrido? ¿Regalan café? —agregó señalando las tazas —yo preferiría un té —comentó recordando que en realidad si por ella fuera en ese momento se tomaría un bourbon, pero, como le había dicho a Sean en su despacho, no bebía en horas de trabajo.

Editado por Darla Potter Black
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Lunita Gryffindor Delacour- Empleada del Departamento Auror de Gran Bretaña

No paso mucho tiempo para que su amiga Darla apareciera por allí, así que suspiré feliz de verla al fin, nada me ponía más feliz que estar por emprender una nueva y fantástica  aventura, quedarme quieta me ponía ansiosa y no era normal en mí, no estar moviéndome de aquí para allá, era demasiado hiperquinetica y necesitaba estar en constante movimiento y se pregunto si aquello no sería demasiado para ellas y si realmente podrían solucionar el gran problema que tendría encima, por lo pronto debía de contestarle a la pelirroja al menos para que no pensará que me había quedado muda de repente, algo demasiado raro para mi. 

 

- Hola Darla, nada me pone más feliz que verte, no te preocupes todos estamos dispersos en estos días, a mi misma me costo llegar hasta aquí y concentrarme en el problema que teníamos encima, hasta me costo entenderlo del todo, por eso tuve que leer varios periódicos, entre ellos muchos de origen muggle, en el diario nuestro apenas si escriben algunas líneas y creen que no llegará aquí, no puedo creer que subestimen lo que pasa, es importante que nos cuidemos todos y que no piensen que es solo algo de ellos, eso es horrible y hasta clasista por demás ¿no crees? - Le pregunté frunciendo el entrecejo pensativa y sopesando como explicárselo del todo bien - 

 

- Allí hay te si quieres en la tetera, espera deja que yo te sirvo - Le dije yendo a buscar la tetera y la taza mientras volvía a la mesa y le servía el saquito de te - bueno empezaré desde el principio, según estaba leyendo antes de que llegaras, todo se origino en Wuhan, dicen que es un virus letal que podría matar a toda la población si no se contiene enseguida, el problema es que un señor viajo y disperso el virus trayéndolo hasta aquí también, en realidad son conjeturas pero ya murieron los que estuvieron en contacto con el muggle esté, se que quizas sería raro pensar que podría llegar hasta aquí y que Sagitas con el edito impediría que nos llegará, pero lee esto de acá, un mago que comerciaba con muggles de China esta infectado en el ala del hospital de San Mugo, ¿ya ves como si es problemático? creo que será algo mundial y que si ya se infecto un mago, podría infectarse más, mi idea era concientizar a la población mágica y que entiendan que es un virus que podría matarlos, si suena a política lo sé, pero si el ministro muggle y el mágico no quieren entenderlo, tenemos que hacer algo, no sé el que pero quiero hacer algo, el problema es que no se sí tendremos ayuda de mucha gente, mande el memorándum a los que confió, pero como con todo, no creo que me tomen muy enserio que digamos, estoy preocupada porque mis amigos muggles con los que comercio ya se encerraron y no quieren seguir ayudándome temiendo contagiarse así que, ¿ves como si es algo grave? si ellos están preocupados, mi pregunta es la siguiente, ¿tendremos lo que se necesita para impedir que nos afecte a nosotros también? igual estoy preocupada por el mundo muggle y quiero ayudarlos, se que no quieren que lo haga pero algo debemos de poder hacer y por supuesto cuidar a la comunidad mágica para que ese virus no se propagué por todos lados, el edicto nos salva seguro, pero igual por más que lo intente Sagitas o quien sea, podríamos vernos afectados, esta en el aire y no estamos seguros de donde está ni saben como funciona, ¿comprendes el problema? es un virus del que poco o nada se sabe y es menester que nos encarguemos como sea de eso, por eso quería pedir tu ayuda, la tuya y del que quiera ayudar por supuesto - Le dije hablando con mi repique de campanas más alto de lo habitual, como siempre pasaba cuando me emocionaba o me preocupaba demasiado por algo, en esta oportunidad era la segunda opción -  

 

Rece en silencio para que me tomará enserio y me ayudará como pudiera, lo bueno era que hasta un plan había pensado pero podríamos hacer lo que quisiera que hagamos, estaba abierta a cualquiera que sea su idea y realmente necesitaba su ayuda a como diera lugar, pero aun así temía que todo fuera imaginación mía, las noticias en el mundo muggle y el profeta no mentían y yo tenía miedo de que estuviéramos subestimando la situación, ¿Qué pasaba si en realidad era más grave de lo que veíamos? ¿era pura paranoia mía como las que últimamente tenía o no? era cierto que me había vuelto más nerviosa de la cuenta y estaba menos feliz, con la varita preparada y lista todo el tiempo, algunos decían que me estaba volviendo loca pero la realidad era que ahora era mucho más consciente de lo que pasaba a mi alrededor y había madurado de golpe, ya no era la niña que esperaba que otros hicieran todo, ahora daba un paso al frente y salía a la acción a como diera lugar, sin estar muy segura de que hacer pero siempre lista para ayudar a todo el mundo, me había convertido en alguien que esperaba problemas y caos a la vuelta de la esquina, así que si que era un cambio importante en mi personalidad antes alegre y feliz.

 

- Se que muchos piensan que me volví loca o que ya no sonrió como antes, pero creo que tomé  más conciencia de todo lo que me rodeaba, supongo que muchos como el medimago esté de aquí estarán subestimando la situación, es más me temo que muchos no vinieron porque al recibir mi misiva simplemente la desestimaron como importante, pero la realidad es que no es solo idea mía, aquí hay diarios de muchos otros lados también, solo en el profeta el medimago subestima lo que pasa, creo que es un error, necesitamos entender que es un problema mundial y que tarde o temprano nos tocará a nosotros, deje de comerciar con los muggles, ellos están asustados y no sé si nosotros tengamos lo que se necesita para parar esto, por eso pedí una reuníon  con todos y lejos de todo lo conocido, no quería que alguien nos escuchará o algo así, tenía que ser secreto ¿entiendes? - Le dije en un susurro temiendo que alguien nos oyera y con mi repique de campanas más bajo de lo habitual -

 

Sabía que Darla no me tomaría en broma, también confiaba en sus capacidades y conocimientos, habíamos trabajado en tantas cosas juntas que podía estar segura que no me dejaría sola con esto, además de que consideraba que era algo peligroso, no importaba lo que Sagitas hiciera para impedirnos comerciar con los muggles, algunos magos seguíamos comerciando con ellos y si ya había un solo mago en San Mugo infectado, ¿Cuánto pasaría para que seamos muchos más? que el ministro lo considerará algo menor me hacía enojar mucho, ¿no podía entender que si que era peligroso? esperaba poder contar con la ayuda de mi amiga y porque no pensar en algo que pudiéramos hacer para intentar solucionar un poco el gran problema de salud que nos respiraba en la nuca, como un vampiro hambriento a punto de darnos un mordisco en el cuello y subsionar nuestra sangre hasta no poder más. 

 

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La Potter Black escuchó las palabras de la Gryffindor con una tímida sonrisa en sus labios, pocas personas lograban ese efecto en ella, pero la realidad es que por un momento se sintió cohibida, consciente de que sus poderes similares resultaban extrañamente empáticos entre las dos brujas. Se había acercado a la mesa y tomado uno de los periódicos a los que hacia referencia la joven bruja, frunció el ceño.

—Sí nos hemos vuelto clasistas —murmuró mientras releía con cuidado los considerando de los hechos expuestos en aquella nota periodística.

—Gracias —murmuró algo distraída, viendo hacia donde la bruja le indicaba y de hecho se dirigía ahora, sin dejar de prestar atención a lo que ella le comentaba —gracias —repitió cuando le sirvió el té y por un momento le recordó a Seba y sus gestos hacia ella obligándola a bajar la mirada para que no se notara su turbación momentánea.

Sus ojos pasaron rápidamente hacia el periódico que indicaba sobre el mago, su nombre había sido preservado por seguridad, se mordió el labio, había más contrabandistas y comerciantes en Londres y Ottery, no tenía por qué ser precisamente un conocido.  Darla sacudió la cabeza y observó a Luna.

—Mis conocimientos de primeros auxilios son relativos y mis poderes —bajo la voz —de clan son más destructivos que sanadores, no sé si tú como sacerdotisa —ya casi susurraba para sí, pero siendo Luna al igual que ella de raza vampiro confiaba en que sí la entendería, aunque continuaba hablando. 

—¿Tenemos certeza que es muggle y no ha sido creado por algún mago con ánimo revanchista? —aunque la bruja había mencionado al mago en San Mungo, quizás en realidad él fuera el paciente cero, encargado de llevar la enfermedad al mundo no mágico, Darla se mantuvo pensativa ¿valía la pena encontrar al paciente cero o mejor era buscar la debilidad del virus?, porque todos lo tenían, alguna vez había leído de ello y estaba segura que era real, pero ¿a quién podrían recurrir si no era a la primer ministro? 

—No, no, no creo que estés loca —se atajó la vampiresa, tomando asiento y mirando la taza de té frente a ella como si fuera a leer las hojas del mismo, claro que el saquito utilizado no dejaba huellas para su lectura, cosa que ella en el fondo prefería. 

—Quizás podríamos ir a San Mungo a investigar qué es lo que han aprendido del virus, cómo lo han tratado —murmuró mientras acercaba la taza a sus labios, de verdad en ese momento le gustaría ser más ducha en temas médicos, había sido auxiliar en el LAIC, pero aquello había sido parecía siglos atrás y realmente no había llegado a investigar demasiado, quizás el virus egipcio, pero nunca fue allá, solo preparó su viaje y luego abandonó todo.

—Estoy segura que alguien más vendrá, no pueden creer que somos inmortales, ni Flamel lo era —comentó pensativa.
 

Editado por Darla Potter Black
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Lunita Gryffindor Delacour- Empleada del Departamento Auror de Gran Bretaña

 

Sonrió feliz de que ella entendiera la magnitud del asunto y asintió cuando dijo que eramos clasistas, estaba de acuerdo con Darla en que nos creíamos superiores y por eso no le dábamos la importancia que tenía, la observo asombrada cuando se turbo y estuvo a punto de preguntarle si se encontraba bien, pero decidió dejarlo pasar por esta vez, por más que su amiga le preocupara, decidió darle su espacio y centrarse en el problema que tenían sobre la mesa, seguía preguntándose como lograrían que las tomen en cuenta, aunque se alegro que su amiga ya tuviera varios az bajo la manga.  

 

- Estamos para ayudarnos siempre ¿lo sabes no? lo que sea que quieras contarme o decirme, bueno sabes que estoy para escucharte ¿no? solo por si acaso querías, bueno decía que creo que si somos super clasistas y algunos magos y brujas se creen superiores solo por ser magos, ¿te lo puedes creer? como si fueran especiales, son solo una parda de ridículos payasos eso es lo que son en realidad - dije asintiendo a lo que decía y dándole mi opinión sobre el asunto por primera vez -

 

Se pregunto si no estaría metiéndose demasiado en asuntos que no la atañen para nada, pero aun así y con su idea de no preguntarle que le pasaba, estaba preocupada por ella, aunque se prometió preguntárselo luego, estaba entre que no quería ser metiche y quería ayudarla, ¿qué haría al respecto? solo podía esperar a que le contará sola si es que quería, jamás la obligaría a que le dijera como se sentía, solo le bastaba con que supiera que estaba allí para ayudarla en lo que necesitará.

 

- Bueno en cuento a los poderes, ahí si que voy con ventaja, por mi naturaleza vampírica no tengo muchos pero por mi clan, pues si que me se unos cuantos, no se si podría usarlos para ayudar a la población o si me esta permitido hacerlo, pero podría decirse que si podría usarlos al menos un poco, además de saber muchos Espiskey pero creo que esta vez, ni mis conocimientos de sanación podrán servirnos, creo que es algo más grande que nosotros mismos, no se si me explico muy bien, pero creo que es enorme y que no sé si contamos con las herramientas para frenarlo a tiempo - Le dije en un susurro con mi repique de campanas más bajo de lo habitual para que solo ella lo pudiera escuchar -

 

¿Seguía estando paranoica? la respuesta era lógicamente que sí, aún creía que alguien podría escucharnos o seguirnos de alguna manera, empezar a ser así hizo que tuviera mucho más cuidado de a donde iba y que decía y a quien, me hizo mucho más consciente de lo que pasaba alrededor y de mi implicancia en la guerra y también en el mundo mágico en general, había logrado estar consciente de todo lo que pasaba y sabía que esto no era algo para tomar a juego, porque pensándolo bien, ¿desde cuando las vidas humanas eran un juego? consideraba que algunas personas lo tomaban a chiste y para la auror eso no era ningún chiste y necesitaban pensar en hacer algo, por eso le alegro que su amiga tuviera tantas ideas para poder empezar al menos. 

 

- Pues certezas no tenemos, pero el mago dice que se lo pego de un muggle con él que estuvo así que eso podría ser una pista, pero quizás tengas razón y sea un mago con ánimos de lastimar al muggle, sin saber que era lo que estaba soltando ¿no? ya sabemos que no suelen quererlos mucho y nunca entendí porque, quiero decir los pobres muggles no hacen nada malo y además son buenos, algunos no todos, pero los que conozco si lo son, decía que quizás si pudo haber sido un mago, solo es cuestión de buscar la fuente de donde salio todo ¿no te parece? - Dijo pensativa sobre si era mejor buscar al primer paciente o debería de buscar el foco de donde se contagio, estaba dividida entre una idea y otra, pero sonrió pensando en que con su amiga esto no tardaría en resolverse, le tenía mucha fe a la bruja y la quería mucho, solo que no se lo decía a menudo -

 

- Es verdad había pensado en ir a San Mugo para saber como trataran el virus, pero siéndote franca tenia miedo que me echarán de allí apenas pusiera un pie, se que es una locura pensar eso, pero me preguntó si nos dejarán pasar como antes, leí en el periódico que no estaban dejando entrar a personas a esa área, supongo que si decimos que venimos del ministerio nos dejen pasar ¿no? o al menos, debemos de intentarlo, quiero saber porque todos están enfermos y buscar alguna solución, debe de haberla me supongo yo - Dije más esperanzada de lo que en realidad me sentía en aquellos momentos -

 

Se encogió de hombros cuando dijo que alguien más vendría, ¿de verdad pensaba que alguien crearía en ella? había perdido bastante credibilidad cuando se obsesiono con el asesino de su padre meses atrás, si bien la seguían tratando y queriendo, podía ver detrás de sus sonrisas cuando estaban siendo condescendientes con ella o no muy amables que digamos, así que decidió solo pensar en que quizás si podrían venir más personas o quizás no, al menos, ahora tendrían una punta de a donde ir y por donde empezar, estaba bastante feliz de no estar en esa difícil empresa sola y agradecida de que Darla estuviera allí para ayudarla con todo este embrollo, que no se antojaba para nada fácil de resolver. 

 

- No lo sé, supongo que si vendrán más personas, no estoy siendo muy amigable últimamente, bueno tu sabes, no soy de las que quiera compañía y eso que siempre quise compañía de las personas, en fin, digo que si espero que vengan es más me gustaría estar equivocada y que si viniera más magos y brujas por aquí, este problema nos tocara resolverlo tarde o temprano, si no es ahora que tenemos 1 solo infectado, ¿cuando lo haremos? ¿cuando tengamos millones de infectados? creo que hay que aprovechar que solo hay uno y ver como lo resolvemos, además de preguntarle ¿donde se contagio? ¿como se siente y cuales son sus síntomas? quizás así podremos rastrear de donde vino con el virus o ¿cuando se lo pesco? o alguna cosa por el estilo ¿qué te parece? - Le dije ensimismada y pensando si en realidad estaría en lo cierto y no lo estuviera viendo para nada -

 

Al terminar de hablar se decanto por tomar algo del café que se había servido en una taza violeta con inscripciones en runas que significaba tan solo: "que tengan paz" y se sintió feliz y confortada porque Darla no la creyera loca por creer en un virus muggle, sabía que no a todos les parecería adecuado pensar en que podrían contagiarse y era mejor ni pensarlo para algunas personas, pero era necesario traer el tema a la mesa porque la pregunta era ¿qué harían cuando esto se desbordara? por ahora no había problemas con uno solo infectado pero ¿qué pasaría cuando fueran más como les pasaba a los muggles? tenían que investigarlo y sacar algo de información, al menos, tenían los recortes de diarios y algunas paginas de médicos que había buscado para saber que efectos causaba, pero nadie parecía saber mucho de nada, decían que atacaban la garganta, otros que atacaban los pulmones y otros el corazón y al final, terminaba no sabiendo que atacaba el virus y más preocupada que antes, así que se decanto por imprimirlo todo y decidirlo con quien viniera y se alegro que fuera su amiga la que estuviera aquí, se preguntó si podrían resolverlo y se alegro cuando ella tuvo un plan de acción, así que se tranquilizo sabiendo que podría contar con ella y se dijo que la ayudaría a como diera lugar. 

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Cuanto llevaba asi??? pues si me hubiese despertado ahora diria que pocos minutos, algo que sin duda desmentiria despues el charco de baba que embadurnaba algunos de los papeles que tenia de apoyo para mi cabeza. Pero no habia apuro por dejar ese estado..ahora mismo en mi mente reia y tomaba rodeado de chicas sexys mientras veia frente a mi chicas exoticas bailando en el tubo..haciendome guiños para que me uniera al baile. Y mira que si lo hacia....o es que un chico apuesto y sexy...con una cana (o no..eso no que me deprimo) no podria demostrar lo bien que dominaba el tubo y el hecho de despdenderme de todas mis piezas de ropa. Si....alla iba yo en mi sueño.....a saltar al escenario...y deslumbrar.....cuando......cuando...algo olio mal...muy mal...tanto asi que me desperte sobresaltado..

-Ataque quimico...todos al bunker -grite en la oficina..mientras por el sobresalto tropezaba contra mi silla y caia al suelo.

Evidentemente darse un buen tortazo en el rostro despertaba a uno del todo....pero lo que si era cierto es que el mal olor era bien denso...por dios...que peste..Mire a todos lados e incluso hasta los cuadros me miraban enojados mientras algunos que no podia huir se tapaban la nariz con una mano...y maldiciendo...o sacandome el dedo con la otra. Y ahi fue donde me di cuenta.

-Este disculpen....uno dormido no es que pueda controlar sus flatulencias. -evidentemente los de los cuadros protestaron. -Venga..venga..que tampoco es para tanto...es un proceso digestivo normal....*me levante y arreglandome la tunica fui a mi asiento..mientras miraba un paquete de chicharrones de cerdo que habia bajado a mas de la mitad desde que antes de dormir habian caido en mis manos. He ahi los culpables.....ahhh pero eran tan ricos....

Mi siguiente accion fue ventilar la habitacion. Nada de encender la chimenea..o nos quemariamos todos en la habitacion...Si...el extractor de humo podria funcionar. Lo active magicamente....y tome asiento mientras se purificaba el aire. Y en ese proceso estaba cuando aterrizo sonre mi mesa un memo. Me rasque el cabello y lo abri para comenzar a leer. Bueno...nada mejor que una escusa para salir de mi oficina apestada. Asi pues tome lo que quedaba de los chicarrones....y sali al pasillo tomando rumbo al local donde se sugeria deberian reunirse aquellos a los que llegase el memo. No es que hubiese demoras en llegar por lo que en un escaso munito llegue al lugar abriendo la puerta mientras me llevaba a la boca un chicarron.

-Buenas....-dije mirando a los que se encontraban en la sala de juntas...y sonrei al ver que eran dos de mis empleadas favoritas..para hacer los mandados- y bien....ya empezamos??? me he perdido de algo???

 

 

 

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—Claro que sé que puedo contar contigo —respondió con una expresión entre una sonrisa y la sorpresa por el comentario de Luna.

 

El gesto se volvió completamente una sonrisa cuando la bruja expuso su opinión por los que se creían superiores y fuera de todo peligro solo por tener lo que los muggles no tenían, el dominio de la magia, como si ella fuera una característica genética que los hacía superiores. Aquel pensamiento la hizo estremecer al recordar los experimentos que habían hecho con ellos, con Violeta, con otros jóvenes. La bruja entrecerró los ojos y sacudió la cabeza como queriendo borrar el recuerdo de lo ocurrido en Ravenrock.

 

Darla escuchó a Luna con atención y una extraña sonrisa surgió en sus labios antes de responderle a su comentario, era obvio que los episkeys no serían de mucha utilidad sin embargo…

 

—Luna, te diré una realidad que manejamos los oscuros, a veces hay que ir más allá de lo que la mayoría considera permitido, estoy segura que si recurres  a la diosa descubrirás que eres capaz de traer más sanación y vida de lo que tú crees que puedes en realidad —le hizo un guiño y en ese momento lamentó que Sagitas no pudiera guiar a la joven, estaba segura que el pasado hubiera sido una excelente sensei para Luna respecto a todo lo referido a la diosa y sus poderes como sacerdotisa.

 

Darla notó el gesto de la joven que había bajado la voz y de pronto se dio cuenta de que quizás podía ofrecerle una solución.

 

—¿Quieres que utilice el anillo contra oídos indiscretos? —preguntó a la bruja, nadie fuera de la habitación, incluso nadie a quién ella no se lo permitiera, podría oírlas, claro que si alguien más llegaba a la reunión debería extender su magia para permitir a los recién llegados participar de la charla. Como fuere las dos continuaron charlando sin activar por ahora la protección. Luego de un rato escuchándola Darla negó con la cabeza.

 

—Luna, no eres una niña curiosa, eres la encargada del cuartel de Aurores, aunque Sean no te haya dado aún el puesto de Jefa o Directora, eres tú quien está manejando todo, no dejes que ningún medimago te amedrente, has valer tu lugar mujer —dijo la pelirroja, anotando mentalmente que obligaría al Linmer a darle el puesto a Luna la próxima vez que lo viera, ya que la había obligado a ella a estar allí con semejante responsabilidad por lo menos alguna concesión debía hacerle.

 

—Es normal que no tengas ganas de que la gente ande encima de ti —dijo con una sonrisa cálida, ella sabía bien lo que era eso, había sido casi una viuda desde la muerte de Seba y había optado por borrarse del mundo, había cambiado su vida, más de lo que esperaba de hecho.

 

Sonrió e iba a extender su mano para dar una cálida palmada a su compañera la puerta se abrió dando paso a un Linmer con una marca en la mejilla. Darla reconoció de inmediato el pequeño manchón de tinta que le acompañaba, seguramente el despeinado mago había quedado dormido sobre sus papeles.

 

—De hecho llegas justo a tiempo Sean, justo le planteaba a Luna la necesidad de que alguien se haga cargo más formalmente del Departamento Auror —su mirada se clavó en la mirada gris del mago y luego bajó por unos breves segundos al paquete que llevaba en la mano, frunció el ceño en gesto desaprobatorio y volvió a mirar a los ojos del Linmer.

 

 

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Y es que ya llegaba y querian ponerme a trabajar. Con lo mal que me caia toda la burocracia detras de los nombramientos. Apreciaba mejor los de facto...aqui estas.....aqui te pontifico encargado de.....y pues se seguia con el cargo. Si, era mas directo y mas rpofesional. Busque con mi mano dentor de la bolsa de chicarrones...y me lleve uno a la boca mientras asenti. Y mientras masticaba y acrecentaba los ruidos de mi alimento bien crujiente bajo la implacable fuerza de mis molares. Me acerque y tome asiento. Aunque podria haber hablado mejor mantener la educacion de la cual generalmente hacia gala...y mas cuando estaba reunido con personas que pese a ser conocidas...no eran de mi total confianza...en trato y familiaridad. Por lo que terminando de masticar.....tomando despues un sorbo de agua....t con las miradas en mi...sonrei y me apremie a contestar.

-En eso tienes razon Darla....-me estire unierndo mis manos para entrelazar mis dedos y traquearlos.- Bien por los poderes que se me han conferido asigno a Darla la capacidad, como encargada de la seguridad Ministerial, de nombrar los cargos departamentales de cada area. -Sin mas hago el simbolo de la cruz santificando el nombramiento...para despues bostezar y acomodarme. -Algo mas en la agenda????

Conclui y me rasque la cabeza....para despues reacomodar mis cabellos. Y me quede ahi..tan Pancho como si esperase que algo pasase....Claro antes mire a mi alrededor a ver si habia algo que me pudieran lanzar por la cabeza..que ya con Darla habia antecedentes....Pero es que tan poco era para tanto...es casi como si le hicera una propocion a sus funciones...ahora tendria una mas.

 

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