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¿El final de la magia?


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Actualmente 

Ernest se encontraba en un avion rumbo al Aeropuerto de Mexico, llevaba una camisa muggle y pantalones de mezclilla, ademas de unos mocasines negros. 

El joven mago se encontraba algo nervioso. ¿El porque? Era la primera vez que viajaba mugglemente a otro lugar y no solo eso, habia ido sin varita y sin casi ningun objeto magico. 

Lo unico magico que tenia con el era una cantimplora con pocion multijugos que lo hacian parecerse a Armando Tapia, un joven latino de Sinaloa que para mala suerte habia ido a pasar sus ultimos dias en Londres. 

A Ernest no le gustaba mucho la idea de volver a Mexico sin varita y bajo disfraz de un civil muggle, pero en esos momentos era lo mas inteligente en hacer. ¿El porque? En esos momentos en Mexico la magia era la mas odiada gracias a la prohibicion de la ONU. Ernest suspiro mientras se acordaba de los momentos que vinieron despues de que Aarpn levantara el Estatuto del Secreto. Eran momentos de calma, sin sospechar que la tormenta estaba formandose.....

Hace varios dias atras dias despues de que Aaron levantara el estatuto...

Enoc se encontraba en su despacho en la UNHM(Universidad Nacional de Hechiceros Mexicanos) esperando que su amigo llegara. Ese dia antes de llegar habia visto varias cosas que jamas hubiera pensado ver en otros momentos. 

Muggles fascinados pidiendo ver magia a sus compañeros, en la television se habian dado casos de magos frustrando espectacularmente intentos de asalto o secuestro. Eso habia inspirado al joven mago a intentar algo nuevo y con esto hacer historia, pero necesitaba apoyo de su amigo y tambien que alguien se encargara momentaneamente de la direccion. 

No tuvo que esperar mucho Enoc a su amigo Ernest, puesto que lo estaba ayudando en la clase de Maldiciones Antiguas Mexicanas. 

-Sandra me dijo que querias verme- dijo el mago dandole un vistazo rapido a los papeles que tenia en la mano- ¿Hay un problema si hablo de la Maldicion de Tutankamon?..- dijo Ernest medio pensativo.. 

-No solo queria...Espera, ¿sabes algo mas de la maldicion de Tutankamon? porque....- sacudio la cabeza-No, no eso no es lo importante ahora...-  dijo Enoc- Necesito saber si cuento con tu apoyo en esta idea...-  dijo el hechicero parandose nervioso de su despacho, Ernest se quedo mirandolo fijamente, examinandolo. 

-Estas con una expresion que parece que has encontrado la cura del cancer., a ver suelta tu idea.... -  dijo el mago mirandolo. 

-Tu ya sabes algunas de mis quejas que he tenido de hacerme maestro solo de magia, los conocimientos que tengo acerca de otras cosas se vuelve nulo y...- suspiro- Tambien en pociones he tenido problemas con varios alumnos que no saben calcular cuanto es poner un tercio de baba de xoloitscuintle(raza canina originaria de Mexico) y ya van varios que me terminan explotando. - dijo mientras Ernest sonreia sin saber el punto al que iba su amigo. 

-Con cada explosion parece que se nos caera el castillo encima, pero no entiendo a que va todo esto y que tiene que ver conmigo.- dijo Ernest pensativo. 

-Hoy mientras venia caminando vi paz por todos lados, no ha habido disturbios en dias, es paz y armonia, todo aca en Mexico y que se aceptara tan rapidamente la magia es gracias al ministro de Londres y que terminara con el tonto Estatuto del Secreto. 

-No creo correcto que lo llames tonto, el Estatuto del Secreto....

-El estatuto del secreto era buena idea en el pasado, pero como todo, se vuelve obsoleto, pero no pienso discutir eso en este momento- dijo- Mi idea ha sido gracias a tu ministro y si la desarrollo bien sere la primera escuela en hacer historia... 

-A ver, ya ve al punto y no des tantas vueltas Enoc que me estas asustando...- dijo el mago 

-Quiero que esta escuela de hechiceros sea la primera escuela en la historia que sea mixta, no solo quiero enseñarles a hechiceros, quiero enseñar a las personas normales...-  dijo el hechicero. 

-Osea ademas de enseñar a los magos hechizos y pociones, enseñar a la gente normal historia y matematicas.-  dijo Ernest. 

-No solo eso, sino que aca se enseñara todo con la verdad de la historia, siempre la historia que ponen en escuelas normales, censuran varias partes, no solo porque no les favorecen sino porque muchas veces la magia tenia algo que ver con la victoria o derrota. 

Ernest se quedo pensando levantando las cejas. 

-Creo que seria un poco peligroso, pero... 

-Lo tengo todo controlado Ernest, es el mejor momento para intentarlo y por eso necesito tu ayuda...-  dijo el hechicero,- Necesito ir viendo las clases que se impartiran, el como hacer que todo esto sea tanto seguro para magos como personas normales y esto tomara tiempo y me alejara de las responsabilidades de director, necesito que por un tiempo tomes mi lugar. 

-Espera...estas confiando en que yo tome tu lugar de director pero.... 

-Confio en ti Ernest, ademas no sera por mucho tiempo, tengo que preparar varios viajes, esto llevara tiempo...-  dijo y Ernest hizo una sonrisa con un poco de duda. 

-Esta bien, lo acepto..-dijo el mortifago- Ademas confiando en tu talento se que pronto lo vas a hacer-  dijo 

-Ok, entonces hoy anunciamos este cambio a la escuela antes del inicio de clases...- dijo Enoc mientras salia de su despacho y Ernest lo seguia. 

Actualmente 

Ernest ya se habia bajado del avion y su primer instinto era ir hacia donde estaba la escuela de magia en Mexico, sabia por varias noticias nuevas que varios lugares historicos habian sido vandalizados hasta el punto de ser destruidos y tenia el presentimiento de que el lugar en donde eran las clases tambien habia sufrido los mismos daños. 

Pensando las cosas dos veces el joven Dumbledore se dirigio hacia donde tenia que ir, no era momento para nostalgia, era momento para pedir ayuda. 

Despues de un viaje bastante largo en taxi y bastante caro, llego a una casa por el centro, era una casa de dos pisos con un jardin bastante bien arreglado, podia ver por una ventana de cristal que la familia se encontraba en hora de comida, la madre le habia llevado a los 3 hijos un plato hondo de pozole y el olor por un momento llego al joven mago, recordandole que gracias a la prisa no habia alcanzado a desayunar nada. 

Se acerco a la puerta y la toco 3 veces, no tardo mucho en que el joven algo gordito y de pelo castaño abriera la puerta. 

-¿Que necesita Señor?-  dijo el joven. 

-Tenemos un codigo Scranton, necesito hablar contigo en privado, llevate a tu familia de aca y ninguna palabra de esto, solo te necesito a ti.- dijo el mago y pudo ver como el hombre se ponia nervioso y tembloroso. Sin decir nada cerro la puerta y oyo como hablaba con la familia, miro como tanto madre como hijos salian por la puerta trasera y luego desaparecian.. 

No tardo mucho en que la puerta se abriera pero el joven a comparacion de minutos anteriores estaba demasiado serio. Dudandolo un poco el mago entro lentamente a la casa. el comedor fue lo primero que capto su mirada, el olor a la comida era reciente, sin embargo no pudo disfrutar mucho la vista ni el olor, puesto que unos segundos despues sintio algo metalico apoyandose en la parte de atras de su cabeza. 

-Dime ahora exactamente quien eres y porque vienes aca, no te conozco y el que sepas ese codigo te vuelve un peligro, NECESITO EXPLICACIONES, AHORA- dijo y Ernest se quedo estatico mirando los platos de comida que se encontraban abandonados en la mesa. 

-No hagas nada estupido Leonardo- dijo el chico- Y piensa seriamente, ¿No crees que si fuera una agencia rival tuya, no te hubiera intentado aniquilar con tu familia sin nisiquera avisarte?, dejame explicarte... 

-Nada de explicaciones, sino eres de la Agencia rival eres un civil y eso te hace peligroso si conoces de nuestra organizacion. 

-La Fundacion SCP, su lema es "Asegurar, Contener y Proteger", en Ingles Secure, Contain, Protect.- dijo el hechicero- Te aseguro que no traigo ningun arma, es momento de que tu bajes la tuya, si no me crees, registrame, y tampoco soy un civil que sepa por error que es la Fundacion. 

-Tendrias que probarmelo de alguna forma, algo que no todos en la Fundacion sepan. El nombre del lider del Comando O5. 

-Pregunta capciosa, nadie sabe casi nada de los comandos O5, porque nadie los ha visto en persona, solo se sabe que puede haber 12, 13 o 14 que lo conforman...-dijo- ¿Eso es suficiente o te digo los codigos que me se?

No hubo respuesta alguna, sin embargo parecia que lo habia convencido de alguna forma, pues habia bajado el arma. Ernest se volteo a verlo por primera vez en esos momentos. 

-Si no eres un civil, ni alguien de la Coalicion Oculta Global ¿Quien eres? No te conozco. - dijo dejando su arma en un lugar cercano. 

-Tu no me conoces a mi, pero alguien de ahi adentro si, ademas se de alguien que tu conoces y ahorita esta en peligro.- dijo el hechicero- El Agente Brigges, tambien conocido como Enoc. 

-Espera, el Agente Brigges en peligro?, por culpa de lo que paso en King Cross?...

No fue culpa de....Espera ¿Que paso en King Cross?. 

-Una batalla, entre magos y muggles.- dijo - Solo supe bien que destruyeron la estacion y ya no supe mas. -  dijo suspirando. - ¿En que puedo ayudar?. 

-Tal como el Agente Brigges soy un hechicero, vine sin proteccion magica excepto con un poco de pocion multijugos, entre Enoc y yo habiamos trazado un plan, queremos que la ONU deje de prohibir la magia, sin embargo no te voy a mentir, nuestros planes han salido fatales. La ONU esta viendo la magia como algo peligroso y si, puede llegar a serlo.

¿Como puedes asegurar que la magia no es peligrosa? La historia no les ayuda mucho a ustedes. 

-Lo mismo podria preguntarte yo acerca de la niña que tienen en coma- dijo el mago- Ya hicieron pruebas y ya se sabe hasta que punto podria llegar a ser peligrosa ¿No? Lo mismo con la magia, se sabe hasta que punto cada hechizo puede dañar y cuales son los hechizos con mas peligro y que corrompen el alma. - dijo y suspiro- Pero en fin, me estoy desviando de la tangente, Enoc y yo queremos que la ONU no vea la magia como algo peligroso y tambien quiero que los magos vean que toda persona sin magia o con magia es indispensable. 

-¿Que habian pensado hacer?. 

-Los magos estan preparados para todo o eso creen, hay solo una cosa que como nunca les ha pasado, nunca podrian prevenir, desastres naturales. Si les llegara un tsunami o temblor no estarian preparados, cosa que las personas normales si, el plan original era dejar a los magos sin magia y provocar desastres naturales en su mundo, haciendo que muggles salven el mundo magico. - Termino de decir y la otra persona suspiro. 

-Dejame decirte que su plan jamas iba a funcionar, de ninguna forma, es un plan malisimo.- dijo- Y es porque ustedes estan desesperados. - dijo - Y tambien deberian tener mucho mas cuidado.-  dijo y Ernest se quedo pensando. 

-¿A que te refieres que con mas cuidado?- dijo Ernest. 

-Si conoces esta organizacion, debes conocer tambien nuestra agencia rival, la Coalicion Oculta Global, para nosotros es mejor estudiar el fenomeno y contenerlo hasta entenderlo, para ellos cualquier cosa extraña en este mundo, debe ser destruida- dijo- Si dejas a los magos desprotegidos la Coalicion Oculta los va a cazar y destruir. Ahora mismo estan aprovechando que la magia esta prohibida por la ONU para darle caza a los hechiceros y no dudo en que alguno de los altos mandos de la ONU sea de la COG. En tu plan harias ver a los mortales como los grandes salvadores y a los magos como unos peleles, si quieres que la ONU legalice nuevamente la magia, tienes que saber bien a donde atacar. 

Al momento de oir eso el mago sonrio, ya habia llegado al momento que estaba esperando. 

-Para ese caso, tendriamos que hacer el mundo magico inhabitable, hacer que los magos abandonen el mundo magico y ahi es donde creo que necesitaremos tu ayuda. - dijo y empezo a mover la cabeza. 

-No, me es iimposible ayudarte, ademas aunque quisiera no tengo la ultima palabra yo, la tiene el Cuartel O5, mas aparte que la situacion como antes no favorecia, ni esta nos favorece. - dijo el joven 

-¿A que te refieres?- dijo el mago. 

-Cuando el estatuto del secreto se levanto y por todos lados empezaron a hacer magia, nuestro trabajo se nos hizo demasiado complicados, confundiamos objetos encantados con objetos extraños que no venian de aca. 

-Tal vez era magia muy avanzada- dijo y el otro sonrio- 

Es lo mismo que pensabamos antes y por eso teniamos a Brigges en nuestra agencia, en palabras de tu amigo, lo que nosotros tenemos muchas veces no es magico, la magia tiene leyes y reglas muy establecidas, por ejemplo una de las leyes de gamp que nos dijo tu amigo, nunca se puede generar comida de la nada. ¿Como explicas entonces que en un sitio tengamos un pastel que si lo sacamos y no lo comemos se empieza a duplicar o una pizza que puedes pensar en cualquier ingrediente y comerte la pizza? No es magia, si lanzas un accio sabes que el Accio te va a traer lo que pensaste. Si te tomas una pocion del olvido se te hara facil olvidar, aca si alguien toma un liquido amarillo, puede ser que en minutos estes bien pero a los dias o años o en cierto momento la persona que bebio ese liquido amarillo, se envenene muera o tenga un terrible accidente. Podras decir cualquier cosa de nuestros objetos, pero te puedo dar la misma respuesta. No es magia. - dijo y suspiro- Mira, podria ayudarte...pero eso tambien podria poner en peligro nuestra clandestinidad. 

-¿Es por eso que cuando la ONU ordeno la prohibicion de la magia, hubo varios accidentes y varias empresas que quedaron sorpresivamente en bancarrota? Pero si las cosas no son magicas no deberian de tener problema. 

-Ese es nuestro punto, por eso mismo "provocamos" esos accidentes, tanto tu como yo conocemos la diferencia entre las cosas de magia y las que no tienen magia, pero personas que no lo entienden que lo ven como algo extraño, lo querran destruir, ya nosotros tenemos ese problema ahorita, si se encuentran algo extraño los civiles, lo reportan a las autoridades mas grandes y o lo terminan destruyendo o esta cosa los termina aniquilando. Nosotros necesitamos nuevamente que las cosas sean como antes de que se levantara el Estatuto. - dijo- Eso seria de mucha ayuda. 

Ernest se quedo pensando y sonrio. 

-Mira, necesito tu ayuda y tambien seamos realistas, si esto escala a mayor medida, su fundacion tambien sera afectada- dijo y mirando de frente al joven dijo. - Te propongo un trato, si tu nos ayudas, volveran a ser las cosas como antes. 

-Antes de... 

-Antes de que Aaron terminara con el estatuto, claro con algunos detallitos claro esta. 

-¿Y como lo piensas hacer? 

-Desapareciendo a la ministra temporalmente o...permanentemente- dijo- ¿Aceptas?- concluyo extendiendo la mano mientras volteaba al lado izquierdo que era la sala, estaba la tele prendida dando un reportaje acerca de Londres. - Acepto- dijo y aceptando el apreton de manos miro la tele y la expresion del joven, al momento tambien su expresion cambio. 

-ca***o, conozco algunos de esos uniformes. 

-Y esa calle da al negocio de el Caldero Chorreante, lugar que da acceso al Callejon Diagon.- explico 

-CONSIGUE UNA VARITA y avisa al mundo magico, esta agencia no tardara en encontrar este acceso, avisa y advierteles que no se separen de sus varitas, ESO ULTIMO ES LO MAS IMPORTANTE, CORRE- Sin mas que decir Ernest salio corriendo de ahi, tenia que avisar rapidamente de lo que se venia, 

---

Unos minutos despues en el callejon Diagon. 

Senchi aparecio en medio del callejon cerca de varios negocios nuevos a los que nunca habia entrado, habia sido hechizada por su amo para que la voz se oyera en verdad grave y fuerte. 

-ATENCION MUNDO MAGICO, UNA ORGANIZACION SECRETA ESTA POR ENTRAR, POR LO QUE SE ES QUE ESTA ORGANIZACION ES UNA GRAN AMENAZA, ESTEN PREPARADOS Y NO SE DESPEGUEN DE SU VARITA, ESTO ES CUESTION DE EMERGENCIA, NO SE DESPEGUEN!!!!. - dijo el elfo y recorrio todo el callejon, ese mensaje debia pasar por cada uno de los puestos. 

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Callejón Knockturn, antes del llamado de advertencia

Ajustó la capucha en su cabeza tras la brisa que intentó descubrirla, se acomodó los mechones rebeldes de su frente de modo que no le impidiesen ver lo que necesitaba ver. A decir verdad, hacía rato que había dejado de prestarle atención al último local del Callejón Diagon que podía vislumbrarse desde ese muro, la entrada al pasadizo tenebroso. Estaba mirando a la nada misma, imaginándose que, cualquiera que saliese del negocio de enfrente, podría ser la persona que ella estaba evitando. Y no lo evitaba porque tuviese miedo, sino porque no estaba lista para un capítulo de ese tamaño. Cuando se ocultó en el muro, por tercera vez, decidió que estaba siendo bastante est****a y que tenía que marcharse. 

Ya en la seguridad del Callejón Knockturn, Candela se quitó la capucha dejando al aire su enmarañada melena castaña, desajustó el broche de la túnica un poco e hizo varios zigzagueos entre pasadizos, iba descalza por supuesto, así que el único ruido que se escuchaba en ese lugar, por demás deshabitado, provenía del vaivén de la tela tras el paso de la gitana. Ni siquiera los pequeños ornamentos -ella los trataba como tal- que colgaban de su pálido cuello la delataban. Por eso, y porque tenía la sensación desde hacía varios dobleces de esquina, se detuvo un momento antes de llegar a la puerta del Borgin & Burke, del que era dueña. Ladeó lentamente la cabeza, atenta a lo que pudiese escuchar detrás de ella, mientras materializaba su varita en una de sus manos escondidas debajo de la túnica.

¿Debería sentirme halagada, sorprendida o asustada, porque alguien me esté siguiendo? ―elevó apenas la voz, dándole un tono desinteresado en el encuentro― ¿O quizás una mezcla de los tres?

Con su mano libre, la bruja asió con fuerza una bolsita de cuero dentro del bolsillo de su vestido. Tras un segundo, sacó la mano y terminó de girar su cuerpo para poder encontrarse con quien la acechaba.

@ Mael Blackfyre

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~ Mosquito ~          Ianello 

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Callejón Knockturn

 

En cada esquina que veía doblar a la muchacha, me detenía en el borde del negocio más cercano a ella, tras unos aleteos lo más imperceptibles que podía. ¡Al fin la había localizado! Tenía que tener cuidado de todos mis movimientos, porque me importaba demasiado poder llegar a cumplir lo que habíamos pactado. Si. Se movía ligera como una sombra y estaba seguro que se había encargado de no ubicarme ni cruzarme.

 

¿Acaso nadie en ése pueblo cumplía con su parte?

 

La desesperación y ansiedad me habían invadido por completo desde la última vez que nos habíamos cruzado. Y ahora, por una linda casualidad, Candela Triviani había cruzado con mi persona, aunque no al menos con la forma humana, por eso que me había visto tan cercana a ella. Desde la altura de los techos, estaba aleteando, rozando con mis garras aquellas tejas y chimeneas que despedían los últimos vapores de los negocios ya cerrados.

 

La luna oculta entre las nubes me ayudaba a mantenerme entre las sombras. Los aleteos eran como una fría brisa de invierno. Pero al parecer, eso no había sido suficiente, no para la bruja que antes de atravesar el umbral de su puerta, se detuvo. Era hora. Aleteé esta vez sin ser cuidadoso y me deposité en el suelo, adoptando mi forma humana frente a ella. No llevaba ni capucha ni máscara, no la necesitaba.

 

¿Siguiendo o verte escapar, muchacha? Creo que me debes algo —acomodé el cuello de mi túnica. La camisa negra que me vestía dejaba ver casi todo mi pecho al descubierto. Mi cabello y mis ojos (totalmente negros ambos) miraban fijamente a la joven. Respiré. Una vez. Dos veces. Tres veces. Muy lentamente. ¿Y si hacía un paso en falso? No podía olvidarme que se trataba de una bruja—. Cumplí con mi parte. Y hace mucho tiempo que estoy esperando. Creí que teníamos un trato, Triviani. Y si algo no me gusta, es que no cumplan con su parte.

 

No pude evitar hacer aparecer mi varita entre mis dedos. Algunas chispas brotaron de ella y se perdieron entre las baldosas del suelo. Se lo estaba pidiendo por las buenas, aunque no pareciera eso.

 

@ Candela Triviani

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Callejón Knockturn

Cuando terminó de girarse no se encontró con nadie, tuvo que elevar los ojos al cielo para ver caer un bicho que, inmediatamente después, tomó una forma humana. Desde luego, ella no se sorprendió al ver el rostro de aquel mago, sabía que tarde o temprano sus caminos terminarían cruzándose. Londres no es tan grande como algunos piensan y la magia, Candela se lo decía siempre, dejaba rastros. Ni siquiera se inmutó cuando bajó la vista para ver las chispas aparecer de la varita de Mael.

Seguirme para verme escapar, ¿te gusta más así? ―se permitió sonreír abiertamente, el "muchacho" creía que podía hablarle como si fuese una niña sin consecuencias.― JAJA, la palabra clave, señor, es "creer"... Creer que tenías un trato conmigo. ―No lo pensó demasiado, de hecho, ni siquiera lo pensó. Elevó su varita para invocar un Seccionatus y doce medias lunas nacieron de la punta de ella, todas en dirección del joven coleccionista.

La gitana aprovechó el momento de distracción para correr a resguardarse detrás de otra esquina, hacia un diferente pasaje en el callejón.

¡Si me recuerdas ―gritó, sosteniendo la varita a la altura de su pecho― cuál era el trato, exactamente, puede que recuerde las letras pequeñas! 

Había atacado a un compañero, aunque Candela no lo viese como tal y dudase de las intenciones de Mael de unirse a los mortífagos, seguía siendo un "compañero" a los ojos del líder. En otros tiempos, el juicio y el castigo hubiese sido sumamente duro, pero en ese entonces le causaba hasta un poco de emoción por saber cómo reaccionaría Aaron. ¿Lo consideraría traición?

Y por primera vez, en muchos años, sintió los nervios de una primera vez infringiendo las normas.

@ Mael Blackfyre

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~ Mosquito ~          Ianello 

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Entrecerré los ojos y mordí mis labios inferiores, casi al punto de provocar que saliera un poco de sangre. Maldita Candela. La joven se estaba atreviendo a jugar con mis palabras y si de algo estaba seguro, es que no era un mentiroso. Más chispas salían de mi varita y la soledad me apretaba los oídos. Podía escuchar mi corazón que latía rápidamente. Pero para no quedar atrás, de su varita salieron unas medialunas contra mí.

 

¡Grrr, bruja maldita! —maldije por lo alto cuando me lancé de rodillas al suelo al tiempo justo para esquivar aquellas flechas cortantes, aunque una impactó en el costado de mi brazo. No dudé un segundo en quitármela y lanzarla contra un costado, la cual impactó en la pared y cayó al suelo, pero mientras había hecho ése movimiento para esquivar el ataque, Candela se dispuso a correr.

 

Ahora si que estaba escapando. Y delante de mis propios ojos.

 

Ya verás. Lo lamentarás ¡Candela! ¡Te lo haré recordar! —no recordaba la última vez que había gritado. Ni mucho menos a una señorita. Pero la ira estaba invadiendo mi cuerpo demasiado en aquella época en la que me encontraba viviendo en Ottery y no parecía ser el chico pacífico que siempre me había caracterizado. Pude ver como su melena se perdía doblando en una de las esquinas y me lancé contra ella— ¡Petrificus Totalus!

 

Llegué corriendo ante la salida por la que había doblado Candela y reposé todo mi cuerpo justo en ella, escondiéndolo de la bruja, observando que ya había recorrido la mitad de aquella calle interna. Pero mi varita la apuntaba directamente a ella y esperaba que aquel rayo saliera disparado como una flecha, la impactara y la dejara tirada en el suelo.

 

Aquello no iba a quedar asi.

 

@ Candela Triviani

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Candela largó otra carcajada, le gustaba escuchar su nombre en voces irritadas o desesperadas. Cuando asomó la cabeza para vigilar los movimientos de Mael, pudo ver que éste se erguía después de esquivar el ataque de la gitana y arremetía en su contra con un hechizo. Antes de que el rayo impactase, volvió a esconderse detrás del muro en el que estaba; el rayo estalló en él, esparciendo pedazos de cemento en el aire, algunos de ellos golpearon el rostro de la Triviani.

¡No te escucho! ―quiso asomarse de nuevo, pero no estaba segura de con qué escena se encontraría y mucho menos quería regalarle a Mael la oportunidad de que uno de sus ataques impactase.

Si él no hablaba, ella no podía rastrearlo por el sonido de su voz, no podría saber a ciencia cierta a cuánta distancia se encontraba y si descubría su posición podía ser que terminase atrapada -y pues no, mi ciela- con una infinidad de asuntos aún por resolver. Podría pensar en ofrecerle un nuevo trato, pero bah, a quién quería engañar, había un 99% de posibilidades de que tampoco cumpliese con ese.

¡Sectusempra! ―se arriesgó y apuntó, el rayó viajó en dirección a donde apuntaba el mortífago. Volvió a ocultarse.― El trato era volver cuando hubiese terminado parte de mi tarea, Blackfyre. ¡Aún no he terminado! ―mintió. Bueno, a medias. Ese no era el trato exactamente, pero lo demás sí.

@ Mael Blackfyre

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Tommy, elfo de Darla en House of Books días antes de la advertencia

El elfo iba y venía inquieto, no le agradaba la tarea que le había encomendado su ama y menos cuando ella no estaba. Las habitaciones que ocuparan antes los elfos del amo Seba estaban lamentablemente libres, aunque Eros había pasado más tiempo en la cabaña construída en el jardín su cuarto en el piso alto del local siempre se había mantenido, pero ahora era ocupado por un visitante inesperado para él.

A regañadientes lograba que Lualú preparase los alimentos para el visitante y los llevara, había puesto el grito en el cielo cuando habían querido ocupar el cuarto de Dash, el cual mantenía como un santuario casi. Pero finalmente la elfina había cedido y aceptado ocupar el lugar en la cocina que antes había ocupado Nana, si casi tenía ahora su humor gruñón, aunque Leto la ayudara la mayor parte del tiempo.

Pero esa mañana en particular, ante la ausencia de su ama, el elfo estaba preocupado, el mago mexicano parecía estar reaccionando más de lo habitual y aunque su cuarto se encontraba sellado por magia por la propia Darla, permitiendo solo su acceso y el de su elfo había algo tan raro en el ambiente que hacía que las orejitas del elfo estuvieran más tensas que nunca.

Cuando se apareció en la habitación el hombre estaba sentado en la cama, cosa poco habitual. Tommy con cuidado dejó la bandeja con el desayuno sobre la mesa y se la acercó con magia.

—Buenos días, mi ama Darla no está esta mañana pero ha dejado dicho que cuando usted quiera hablar ella lo escuchará.

Cada mañana le daba el mismo mensaje. Darla había intentado por todos los medios acceder a Enoc, no había querido invadir su mente ni su memoria a pesar de tener la capacidad. Se había esmerado en deshacer el imperius de Ernest y aunque su magia era más poderosa que la de él, lo había hecho guardando sumo cuidado, a la usanza antigua. Una cosa había sido poseerlo con el escendia y otra muy distinta, luego de liberarlo, lograr que él fuera cooperativo estando aún bajo la influencia del Dumbledore.

El elfo observó al mago, esperando su reacción, frente a él estaba una pequeña mesa con un desayuno de café, jugo y galletas dulces y saladas que todas las mañanas preparaban y que muy pocas veces se dignaba a tomar. Su ama había tomado la costumbre de ejercer sobre él la magia, obligándolo cuando estaba a alimentarse de alguna manera, los meses que llevaba con allí habían resultado más de los que ella esperara y no pretendía dejarlo morir. No lo había arrastrado desde Roma para que eso pasara, solía repetir la Potter Black con tal frustración por no poder obtener nada claro de Enoc que el elfo a veces temía que ella fuera a enloquecer. Aunque a veces se temía que eso hubiera pasado luego de que su amo había fallecido y las decisiones que la bruja tomaba a cada paso que daba.

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Asomado apenas desde aquella esquina, pude ver como mi rayo había pegado en el sitio donde hacía milésimas de segundos, había estado la cabeza de Candela Triviani, pero ésta ágilmente se había ocultado. Largaba aire por mis fosas nasales para calmarme, porque tenía que estar lo más tranquilo que pudiera, para resolver la situación. Tenía que lograr como mínimo, que me devolviera lo que había ido a buscar. No me conformaría solamente con lo que le había prestado.

 

¡Mientes! Puedo saberlo —escuché el grito de su hechizo y me aferré al suelo con ambos pies, quedando en el medio de aquel pasaje. Yo no la veía pero ella si. Y al menos por ése lado no tendría escapatoria—. Vitae… —murmuré apuntando a una puerta trasera de algún negocio, ubicado entre mí y Candela. Le salieron cuatro patas robustas como un rinoceronte. Y unas garras de león listas para atacar

 

El Sectumsepra impactó de lleno en aquella puerta, explotando los vidrios que estaban en la ventanilla superior de aquel objeto animado. Pero aún se mantenía en pie, por lo que le ordené que fuera a buscar a Candela y aunque sea lastimarla y aprisionarla.

 

El trato fue que te presté mi objeto a cambio que me trajeras el otro. Tienes una chance más. Dámelo o llegaré a él —traté de no desviarme demasiado. No conocía a la bruja pero sabía que intentaría escapar nuevamente. Si el trato hubiera sido asi, me habría encontrado el primer dia de su regreso y me hubiera contado todo su panorama. Aferrado a mi varita esperé.

 

A lo lejos. Muy a lo lejos desde el Callejón Diagon, emergía una luz. Era extraño porque a ésa hora de la noche generalmente todos dormían.

 

@ Candela Triviani

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Dias antes de la advertenica. 

Enoc Zapata. 

El joven iba despertando poco a poco de lo que parecia una eternidad en la que habia estado controlado, la mente esta impidiendo que recordara bien todo lo que habia pasado y recordaba a partes todo. La ultima cosa que recordaba y a medias era la fiesta en roma, puesto que estaba aun controlado. 

Ese era el primer momento en donde se sentia libre por completo y eso era bueno y malo, malo porque significaba que su primer plan habia fallado y segundo, porque significaba que Ernest estaba lejos, ¿Donde? No podia saberlo. 

Y las otras pregunta que lo perseguian er ¿Donde estaba y cuanto tiempo habia pasado?. No estaba amarrado asi que sabia que de cierta forma no estaba secuestrado, ademas que vio en la mesita galletas y cafe. 

Se sobresalto al oir la voz del elfo, no sabia cuanto tiempo habia estado enfrente de el pero apenas y le daba importancia. No respondio instantaneamente, pues su estomago habia rugido con fuerza. Como si no hubiera comido en dias. Sabia que eso era imposible pues estaria en los huesos, sin embargo ya nada le sorprendia.

La clandestinidad de nuevo habia sido contraproducente. El que algo este en secreto o prohibido solo dificulta muchas veces una tarea que podria ser facil. 

Despues de haber comido varios pedazos de galletas y un poco de cafe carraspeo para llamar la atencion del elfo de nuevo. 

Suspiro sin saber que hacer, estaba harto de tener que cubrir las cosas de otros y peor aun, que hicieran juicios sin conocer la cosa.

Pensando por unos momentos lo que pensaba decir suspiro y asintio. 

-Hey, dile a Darla que venga, que al llegar cierre el negocio y que nadie mas sepa que viene aca ni que yo estoy por aca, que se asegure de venir sola. Y si puede que consiga un pensadero y 2 periodicos, uno del mundo magico y uno del mundo muggle.- dijo- Y tambien el veritaserum de Ernest, esta en una gaveta del Chateau Dumbledore. en una botella que simula ser de un refresco muggle. - dijo- Tenemos que hacer las cosas de una manera diferente y eso significa mucho que sacrificar. Todo pronto...va a cambiar- dijo mirando al elfo con decision.

@ Scarlet Akane

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Días antes de la advertencia.

Tommy, elfo de Darla, con Enoc en House of Books

El elfo había permanecido un rato en silencio, había algo distinto hoy, no había sido necesario alimentar al mago utilizando magia, su ama estaría contenta. Cuando ya pensaba que ese sería el único cambio respecto a los días anteriores el hombre lanzó un suspiro y asintiendo habló, como nunca lo había hecho antes. Tommy no había esperado que estuviera tan comunicativo, pero memorizó el mensaje para su ama.

—Tommy dará el mensaje a su ama Darla —y desapareció rumbo a las oficinas en el Ministerio.

 

Tommy y Darla en el Ministerio.

Darla se sobresaltó ante la llegada de su elfo, pero sabía que nadie más hubiera podido aparecerse en el Ministerio, menos en su despacho. Escuchó atenta el mensaje de su elfo y asintió con gesto dubitativo.

—¿Por qué el veritaserum de Ernest? En casa hay mmm… —el elfo se encogió de hombros —tendré que ir allá, solo espero que él no esté allí, encárgate de los periódicos y dile a Leto que busque el pensadero ¿si hay uno en casa verdad? —la bruja tenía la mala costumbre de adquirir objetos a mansalva y a veces perdía noción de cuántos o qué tenía.

Se despidió de su elfo y luego de acomodar su oficina y organizar todo para luego, salió del Despacho avisando a los aurores de su ausencia. Le preocupaba qué es lo que iba a cambiar, cómo había descubierto el mago en dónde se hallaba para mandar cerrar el negocio y los periódicos. Tampoco entendía lo del veritaserum, tendría que obtener acceso al ala en que el mago dormía y se le ocurrían pocas opciones para ello. Respecto al acceso a su local, nadie podía acceder a las dependencias de su departamento, las puertas mágicas se lo impedirían, cualquier no autorizado aparecería en el nivel de la planta baja del local o, si había mala intención, más vale que se encomendase a Merlín porque solo él y los dioses nórdicos sabían a dónde podían llegar a aparecer.

Darla se apresuró pues a partir hacia la Dumbledore.

 

Tommy con Enoc en House of Books.

 —Mi ama vendrá pronto, pero manda a preguntar por qué debe ser el veritaserum de Ernest —el elfo había aparecido repentinamente frente al joven Enoc, entendiendo la preocupación de su ama.

 

@ Ernest Dumbledore

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