LIBRO DE HERMES TRIMEGISTO - Marzo 2022

[Rory Despard]

Benjamin Whisper

La larga explicación que el uzza da sobre el poder del fuego compacto, así como el enorme costo que significa su uso, solo confirman a Benjamin de la peligrosidad del hechizo, que demanda no solo magia avanzada para su ejecución sino también un dilema moral, entre construir o destruir, y de igual modo dañarte irremediablemente en el proceso. 

Desde que llegaron no han tenido pausa alguna, por lo que sus ojos azules observan a Gahíhiji detenidamente. Aunque desea evitar, más que cualquier otra cosa, el emplear los poderes del fuego compacto, muy probablemente el guerrero los pondrá en una situación que los orille a eso. 

Después de todo, es así como casi siempre todos ellos se manejan, dejando apenas margen para cualquier conocimiento teórico, y en su lugar centrando toda la experiencia de aprendizaje en experimentación y práctica pura, pero también si así fuera necesario, el trabajo en equipo o cuánto menos cooperativo.

La protección que tiene del ignea máxima y el himno del eléboro hace que mantenga la calma, aún cuando el guerrero manda a los dragones a atacarlos y anula el poder del amuleto dragón para poner solo un poco más difíciles las cosas. Casi de inmediato, en respuesta, tanto Quintel como la bruja presentes se encargan, cada uno a su manera, de neutralizar los ataques de los dragones,  de forma que a él le queda una tarea, la peor de todas.

El terremoto que Gahíji generó, ha provocado fisuras en el suelo, las que que se abren más, dejando ya apenas pequeños montículos se tierra, en medio de un mar de lava ardiente. El calor es extenuante, pero no impide que él se mantenga allí, dispuesto a sacrificar un poco de su cordura, a cambio de revertir esos terribles efectos. Alza su varita entonces,  para conjurar magia de defensa contra las artes oscuras y los poderes combinada con los poderes del fuego compacto, y cierra los ojos forzando a su mente a recrear ese mismo lugar y reconstruirlo poco a poco a la condición que tenía antes que el guerrero lanzara su guadaña hacia uno de los símbolos iluminados. 

Su cuerpo resiente al instante el esfuerzo, pero Benjamin continúa su labor, moviendo enérgicamente la varita como si tratase de la batuta de un director de orquesta. En su mente, sin embargo, a pesar de la sólida protección de la oclumancia, el recuerdo de su madre deambulando senil por el geriátrico, llamándolo con el nombre de su padre, se hace más y más sólido, hasta que finalmente es ella, tal cual en sus veinte años, corpórea junto a él,  susurrándole  al oído que tarde o temprano, la locura heredada lo alcanzará, para destruir el perfecto y funcional equilibrio que tanto se ha esforzado en construir sobre la base de ir por la vida tomando cuerpos vírgenes para saciar con ellos, la pulsión autodestructiva que lleva en la sangre. 

- Piéedete sombra, porque no soy, ni seré como ustedes- termina recriminando a esa fantasmal figura de su madre que se desvanece a medida que su mente va tomando conciencia de la realidad a su alrededor.

Su corazón se ha agitado y galopa furiosamente en su pecho, pero no es esto lo que más lo preocupa, sino esa inquietud que ha brotado de lo más profundo de si mismo, en el tránsito inevitable que ha hecho de debilitarse mentalmente, para poder conjurar el hechizo, llevándolo a poner a la  la luz directa, los pensamientos que hasta entonces ha mantenido en las sombras. Pero como todo sacrificio, al menos habrá valido la pena si finalmente Gahíji los considera dignos de probar sus poderes en un duelo. 

[Gahíji]

Obviamente la razón de esta segunda prueba o acertijo, fue simplemente ver si por sus cabezas llenas de aire se les pasaría la idea de utilizar el Fuego Compacto. Desee ver que estaban dispuestos a sacrificar, o mas bien, si serian capaces de perder una parte de su alma o una parte de sus corduras. Vi, en mi más de 190 años como innumerables aprendices fallaban. La respuesta era lógica, fácil y sencilla, tanto así que muy pocos lograban dar con ella.

 

-Sin conocimientos simplemente sirve para destruir todo a tu paso -conteste el cuestionamiento del aprendiz- pero de ser así, debes aceptar que cada uno de tus actos trae una consecuencia, tu cordura, tu alma o convertirte en eso que tanto podrías despreciar -observe al joven es tu problema o decisión si es que no tienes nada que perder

 

Mi atención fue a parar a la aprendiz Macnair y asentí ante la pregunta que formulo. Cada palabra era cierta, al parecer tanto ella como los otros aprendices habían entendido las implicaciones más relevantes y catastróficas de las acciones que podrían cometer.

 

Sorprendentemente los 3 aprendices habían realizado la acción que esperaban, sacrificando algo de ellos. Quizás, con un poco de Nigromancia, aquel sacrificio quizás hubiera valido la pena para traer a alguien a la vida, para obtener un consejo o simplemente debían entregar mucho más. El precio que tendrían que pagar, podría ser mucho mas costoso que aquel simple sacrificio.

 

La noche seguía su curso y dentro de algunos minutos el desenlace de la historia. Los dragones liberados estaban, por lo que con el amuleto del dragón los aprendices tenían nuevamente el control de la situación. Quedaba poco que explicar y mucho por sufrir. Era obvio que vendría una tercera prueba. Cualquier aprendiz con un mínimo de inteligencia al punto donde habían llegado estos 3 ya abrían aprendido que en mi presencia jamás podrían bajar la guardia y mucho menos confiarse… o al menos, eso esperabas.

 

-Escuchen bien, el "Mutis" es un rayo de característica no verbal y este hechizo hace que el oponente quede mudo incapacitándolo de realizar cualquier hechizo verbal y el "Himno de Eleboro" que es una invocación que también se realiza de manera no hablada, hace que de la varita surja una vibración musical, apenas audible, que protege los sentidos del mago y los agudiza de forma extraordinaria, vigorizándolos. Confiere inmunidad a cualquier ataque contra la vista, el oído, el tacto, el gusto o el olfato. Lance el Mutis a todos los aprendices, ahora estaban mudos.

 

-<<Debí haberlo utilizado mucho antes>> -pensé para mí mismo. así me evitaba mucha palabrería y tener que contestar algunas preguntas.

 

-<<Flechas de Fuego>> -la invocación de los filamentos de fuego salieron disparadas hasta el pecho de quienes mudos estaban. Lancé a su vez -<<Arena del Hechicero>> al cielo para que quedarán cegados.

 

¿Repetirían el sacrificio?, ¿Harían algo mucho mas inteligente esta vez?, al menos Benjamín había actuado antes de lo previsto y se había salvado de uno de los ataques, pero definitivamente eso no iba a quedar allí. Conjurar al señor del caos o utilizar alguna de las auras hubiera sido fácil para obligarle a actuar de alguna forma, sin embargo, opte por algo sencillamente ridículo -<<Maldición>> -Apuntando a Benjamín. Había pensado en aquello.

 

Había hecho lo pertinente y necesario. Forzar a los aprendices a dar lo mejor era mi estilo. Odiaba andar con juegos y rodeos como mis compañeros Uzzas. Este estilo era mucho mejor y directo.

[Kahlan Blackthorn]

 

 

 

 

 

Kahlan estaba disfrutando del espectácu.lo desatado por el Uzza, pero no le intimidaba en lo más mínimo el accionar de esete. Aprendió a no amilanarse ante la adversidad y mucho menos dejarse llevar por los sacrificios que le eran solicitados a diestra y siniestra, recordando el sitio de donde salió toda la maldad que le corría por las venas y era exudada por cada poro de su cuerpo. El perder litros de sangre para obtener lo que contenía el libro de Hermes era el menor de sus predicamentos, ya que el verdadero estaba asociado a lo que haría una vez que tuviera bajo su control el poder del fuego compacto.

El cambiar parte de la niñez que le fue una tortuosa experiencia y el permitir que el destino arrancará del mundo de los vivos su gemelo Kyle. El tener esas dos opciones a su disposición, no hizo más que avivar la llama del odio que incendiaba todo recuerdo insano que aun permanecía anidado en su cabeza— Puede perderse todo, pero también ganar mucho más de lo que se poseía—saboreaba el veneno que brotaba de sus labios. Esa ponzoña tóxica que era capaz de corroer hasta el metal más resistente que existiera en el planeta, estaba muda tras sentir el efecto del Mutis en su persona

—Obsistens—pensó viéndose protegido por un cerco oscuro, destellando dentro del mismo pequeños rayos rojizos que le daban un aspecto mucho más aterrador y tétrico. Se había salvado de terminar achicharrada y de paso tener que curarse las heridas y quemaduras que buscaban dejarle las flechas de fuego lanzadas por el Uzza. Pero no tuvo tanta suerte para frenar la Arena de Hechicero, lo prefería de ese modo. El perder el sentido de la vista, no era nada del otro mundo.

No si le jugaba a dar palos al agua como una ciega testaruda y arrogante, pero así era ella la viva imagen de todo aquello que no se desea ser y se lucha por evitar a toda costa. Sintiendo sus ojos presos de esa arenilla, no dudo en pensar con determinación y tranquilidad aparente—Episkey—sanando el daño que le causará aquel conjuro en los ojos, quedando como nueva. Era momento de centrarse en la prueba que le daría acceso finalmente al dominio de ese libro, porque eso es lo único que le daba vueltas en la cabeza Tal y como lo hace un roedor dentro de su rueda de ejercicio.