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Prueba Libro de Hermes Trimegisto - Marzo 2022 Rory Despard vs Hessenordwood Crouch


Gahíji
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Muertos. Definitivamente, los aprendices estaban muertos. ¿Importarme? No, era mucho mejor así. Significaba obviamente que no tendría que soportar sus presencias por mucho más tiempo. Aphophys lanzo una gran llamarada al cielo mientras los dragones desaparecían. Tanto mis dragones como los de la aprendiz que venia desde el libro del Aura eran libres para hacer lo que les viniera en gana.

 

Sim embargo, gracias a la influencia de mi fiel sirviente Knunu, tuve que utilizarlos poderes del libro para deshacer lo que había hecho y que aquellos que ni siquiera habían podido pasar la última prueba regresaran a la vida. Aquello, incremento la ira acumulada. Un grupo como aquel no merecía vivir.

 

Ante sus ojos apareció nuevamente el enorme patio rodeado de esculturas y pilares antiguos grabados con símbolos que desde quién sabe cuándo fue la última vez que fueron leídos. El lugar volvía a ser amplio mucho más de lo que cualquiera podría esperar. Todo intacto. Todo como si ninguna catástrofe hubiera sucedido. Claro estaba, la magia del lugar me ayudaría un poco, ya que a unos metros a la izquierda apareció un lugar similar.

 

-Llego el momento de ver en realidad si por casualidad son dignos de continuar o deberé verles las caras nuevamente -dije- les aseguro que la próxima vez no seré tan indulgente con ustedes, aunque no lo parezca, puedo ser mucho más desagradable.

 

Invoque un Fulgura Nox y ordene a Rory y a Hessenordwood atravesarlo para que aparecieran en la otra plataforma y así poder vigilar sus movimientos. Aphophys volaba entre los 2 duelos juzgando como verdugo que era la valía de quienes osaban aceptar el reto e intentar vincularse a un libro que, definitivamente podría hacerles perder la cabeza o el alma.

@ Rory Despard  @ Hessenordwood Crouch

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REGLAS

  • No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
  • Duración del duelo: Del 19 de Marzo al 28 de Marzo
  • Nos guiaremos por las reglas Nuevas de duelos existentes.
  • Lista de Hechizos(con especial énfasis en el Libro de Hermes Trimegisto)
  • Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic del Libro de Hermes Trimegisto
  • Cada 3 posteos los aprendices deberán protegerse contra una llamarada de dragón. En caso de no hacerlo quedarán quemados.
Editado por Kaori Moody
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Quintel Guillam
PV: 100
PP: 8

Esta experiencia Uzza sin duda estaba siendo muy diferente a la pasada, donde antes todo era muy sensorial y hasta cierto punto intuitivo, la magia de las auras lo llevó a explorar vínculos de sus orígenes que había creído perdido muchos años atrás, no obstante, el nexo con el libro del Caos había demostrado ser todo un desafío por lo poco indomable, a diferencia, cree él, que de la magia de los ancestros que a su parecer era una especie de recompensa por haber llegado tan lejos en el camino, pero que al mismo tiempo te preparaba para los siguientes niveles desafiantes en aspectos diferentes a las enseñanzas previas.

Tal cómo ahora lo era este vínculo. Las palabras de Gahiji sobre las advertencias de recurrir a estos poderes
de pronto tienen un sabor diferente a cualquier cosa que otros libros supieran advertir antes, y es que una magia que podía tocar y romper así tu espíritu hablaba de un conocimiento muy peligroso en muchos sentidos. Quintel no sabe si es merecedor de estos conocimientos, pero está mayormente dispuesto a ser firme ante estos poderes en todo momento.

La astuta mirada de Benjamin lo regresa al campo de batalla que ha descuidado un poco. No tiene un oponente sencillo. Aunque a estas alturas del juego ninguno parecía serlo, no quería correr la misma suerte que Khalan al enfrentarse con Gahiji, pero haberse enfrentado solo a ella hubiera significado que las cosas fueran menos complicadas.

Cómo si estuviesen en un horno la temperatura aumentaba y la humedad del sitio se le colaba al respirar. Aun así, intentó pescar una gran bocanada de aire en sus pulmones y la retuvo en sus adentros.

Vara de Cristal-, invocó con voz áspera. Quintel aún se siente muy conmovido con ta esta nueva magia guerrera que está comenzando a aprender y con el tiempo a dominar mejor, y aunque aún sentía que incluso de los libros pasados necesitaba ahondar en las profundidades de sus conocimientos, al menos ya ha conseguido la confianza suficiente en el dominio de estos poderes, para moverse con más libertad en un campo de batalla con más soltura. 

Una vez que su varita finalmente termina de equiparse con la vara de cristal, y toma su postura de ataque frente a Benjamin, piensa su siguiente acción. —Cinaede-, conjuró. El veneno gaseoso penetraria las vias respiratorias, cortándolas, y en breve causaria paralisis del sistema nervioso y circulatorio en el cuerpo de Ben. Sin poderlo detener sus efectos, tan siquiera controlarlo a tiempo, podria incluso causarle la muerte. 

PV: 100
PP: 7

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Benjamin Whisper

PP:9// PV 100

Incluso si no era en los mejores términos, cuestionando permanentemente su valía para vincularse con esos poderes tan peligrosos que son los del libro de Hermes Trimegisto, a Benjamin no podía importarle menos los modos de Gahíji cuando el uzza finalmente les está dando la oportunidad de batirse en duelo para probar sus aprendizajes.

No dice nada entonces, y silenciosamente cruza el portal realizado con fulgura nox para llegar al campo de batalla que el guerrero ha designado para él y Quintel. El calor debido a la cercanía del dragón y las propias condiciones climáticas extremas hacen que recurra al polvo de los lirios de fuego, para conseguir un poco de alivio y que tal situación no sea otro problema más a enfrentar que lo distraiga del duelo.

Cómodo y enfocado, sus ojos recorren entonces el escenario entero, analizando que posibilidades ofrece el espacio. No parece haber en él mucho más que las esculturas rodeando el patio de superficie lisa, esculturas que dado su enorme tamaño fácilmente podrían estar albergando algún animalillo cerca a ellas. Pero aparte de eso, el espacio frente a ellos es impoluto.

No es una sorpresa, considerando que fue él quien la última vez hizo el primer movimiento, que esta vez sea su muchacho quien se adelante. Quizá sea la experiencia extrema a la que los ha sometido el guerrero, pero hay un brillo malicioso en los ojos de él cuando conjura la vara de cristal, que lleva a Ben a suponer que esta vez las lógicas de la batalla serán muy diferentes, lo que en cierto sentido hace que ese enfrentamiento se torne mucho más interesante.

Himno del eléboro- replica de inmediato, protegiendo automáticamente sus sentidos y evitando así que el cinaede que hábilmente Quintel le ha lanzado tenga sus mortíferos efectos, proveyendo además una inmundiad extra en caso él quiera seguir intentando dañar sus sentidos.

Es indudable que tan sagaz movimiento a puesto en ventaja a Quintel, pero para Ben es una cuestión de orgullo el no permitir que el muchacho se salga tan fácil con la suya, así que sin más perder el tiempo piensa rápidamente en unas flechas de fuego, y los filamentos salen de inmediato uno tras otro de su varita para herir al jovencito. 

Veamos quién arrincona a quién primero, mi querido Quintel- dice, y su voz adquiere un eco atronador por causa propia de la acústica del espacio cerrado en donde se encuentran.

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Quintel Guillam
PV: 100
PP: 7

Expelliarmus-, conjura apuntando su varita contra Benjamín en el momento en el que nota como su veneno no ha tenido consecuencia alguna sobre el mago. El hechizo de desarme esta vez cómo un efecto, debido a que aún lleva equipada la vara de cristal casi incrustada sobre su brazo cómo un exoesqueleto, consigue impactar sobre Benjamin, haciendo que su varita se desprenda de su mano volando por el aire hasta que cae a varios metros de distancia de su dueño. De ese modo, fuera cual fuera su siguiente ataque no puede ser ejecutado con plenitud, y a su vez le da algo de más tiempo al muchacho para reorganizar su estrategia, pues el mago tendría que recuperarla antes de volver al encuentro.

Ciertamente no es su intención terminar con este enfrentamiento rápido, de hecho pensar siquiera que eso sea posible es casi ridículo, sin embargo, está dispuesto a sacarle provecho a todos sus conocimientos Uzza adquiridos hasta el momento con tal de ponerse a prueba a sí mismo y corroborar si es y tiene la capacidad adecuada para manejar también a conciencia los hechizos de un libro tan avanzado cómo lo es el de Hermes Trimegisto. 

Piensa entonces, en cómo es que la magia de este libro de hechizos pueda darle algo que mantenga a Benjamín ocupando sus pensamientos en algo más que torturarlo mientras él explora los poderes de esta magia. 

Necesita más aire en los pulmones del que es capaz de contener por cuenta propia, a dos conjuros Quintel se siente casi incapaz de pronunciar alguna otra palabra, no porque estuviese afectado todavía por la batalla, sino que, y después de tanto tiempo, no todo en él podía preservarse en tan buen estado cómo su apariencia, y así cómo su voz algunas otras partes internas de su cuerpo comenzaban a mostrar un deterioro más reciente. No obstante, su falta de aliento le advierte entonces sobre las medidas que debe tomar en aquel sofocado espacio. Y con toda la disposición de llevar esta experiencia a su límite se conjura finalmente, esta vez igual de claro, pero mucho más bajo en tono, cómo si ya no fuera más capaz de alzar la voz.  

Himno de eleboro-, pronunció con presteza, y al instante la reconfortante vibración musical que lo envuelve protege sus sentidos creando una amplia barrera contra ciertos (y algunos muy específicos) encantamientos que Benjamín pueda usar en su contra. Al menos así reducía las opciones del ataque de su oponente. 

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Benjamin Whisper

PP: 8 // PV 100

No hay palabras de respuesta a su afrenta, pero si un molesto hechizo que obliga a Benjamin a tener que ir por su varita. Había sido un movimiento por demás astuto del chiquillo el conjurar la vara de cristal, y ya desperdiciado tanto tiempo para volver a tener su arma entre las manos, Ben concluye que lo más inteligente es también recurrir al mismo hechizo, para así evitar que la ventaja que por ahora Quintel tiene pueda ampliarse. 

Lo hace entonces. La floritura es suave y grácil, distinta al sonido fuerte y seco de su voz pronunciando vara de cristal, que reverbera en el espacio e incluso hace que el dragón que está ahí observando el duelo bote humo de sus fosas nasales.

Según cree entender Ben por el amuleto dragón que porta en su cuello, la bestia no está contenta que hasta ahora ninguno halla querido recurrir a una llamarada potente para achicharrar a su enemigo. Para lástima de sus expectativas, cuando la varita de Whisper se amplía hasta adquirir la apariencia de un báculo, de lustroso color negro, es otro hechizo y no uno de ataque con fuego el que el mago utiliza, un Mutis que imbuido del poder adicional de la vara, hace efecto al instante, para impedir que Quintel pueda pronunciar cualquier hechizo verbal durante sus próximas acciones. 

"Prometo que a la próxima tendrá su ataque con fuego, señor " piensa, dirigiendo nuevamente su mirada al dragón, pero este ya parece no solo decidido a no hacerle caso, sino que está con toda la intención de intervenir en esa "tediosa" pelea sin fuego. Ben no da crédito a lo que está entendiendo de la criatura, viendo cómo bate sus alas y se reacomoda, haciendo que el suelo tiemble levemente ¿Realmente los atacaría? Una situación como esa solo sería otro problema a resolver, pero está casi seguro que incluso si lo reportara a Gahíji, al uzza le daría igual, así que solo queda ir ideando una estrategia hasta el momento del eventual ataque.

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Quintel Guillam
PV: 100
PP: 7

Sabe que está en serios problemas cuando Benjamín finalmente invoca su propia vara de cristal para que les haga compañía en el campo de batalla, eso o por lo menos Quintel es bastante consciente de que, a este punto, ha conseguido que las cosas se pusieran verdaderamente serias con Ben, y no solo eso, sino que este enfrentamiento ha comenzado a tornarse de apoco tan caluroso cómo el mismo campo, pues de apoco, mientras ellos se enfrentan entre sí, el dragón enviado por el guerrero Uzza comienza a sobrevolarlos más de cerca cada vez. A Quintel le da impresión de que alguno de ellos (seguramente el primero en caer) será devorado por la bestia sin pensarlo, por lo que lo mejor era no solo mantenerse atento de los movimientos de Benjamín.

Quintel piensa entonces en maldición, para que, cuando el arma del brujo esté terminando de equiparse sobre su varita, el hechizo con el que tenga pensado acribillarlo después no resulte más que en una versión absurda, y de ese modo asegurar que no pueda dañarlo con su invocación. Después de un leve cosquilleo, que se siente más bien cómo un incómodo entumecimiento en sus cuerdas vocales, le advierte que orgullosamente Benjamín ha comenzado a maquilar el peor de los finales para él en este encuentro. 

Y piensa que tal vez podría dejarlo, él podría explorar un poco más de esta magia, rebasando incluso más allá de sus límites físicos y psicológicos que tanto Benjamín cómo los poderes de este libro intentan poner a prueba y después de eso, cuando sea incapaz de sentir otra cosa que no sea solo su corazón latiendo, podría dejarse caer sobre los brazos del mayor, para que pueda, cómo él solo sabe hasta ahora, recompensarlo después.

Pero entonces, la bestia gruño nuevamente sobre ellos, sacándolo de sus cavilaciones, el ruido esta vez Es tan fuerte que a su alrededor hizo temblar la estructura, Quintel aun ligeramente sofocado se tambaleó apenas ante la amenaza del animal, pero en ningún momento baja la guardia, pues aunque sobre su pecho aún lleva puesto el amuleto dragón, está demás decir que es suficiente con solo ver directamente a los ojos de la bestia para saber sus verdaderas intenciones. 

Agradecido con los efectos todavía sobre él de himno de eléboro finalmente recuperaba el aliento suficiente para llamar a Ben por encima de los alaridos de la criatura.

Pero Benjamín mira, creo que tiene tu mismo carácter-, se burló con un jadeo cómo sonrisa para el mayor. —Fuego compacto-, conjura con la última oportunidad que tiene de usar vara de cristal por el momento, Quintel apunta su varita esta vez no a Whisper, sino al dragón que se dirige a toda velocidad en contra de ellos dos.

El haz de fuego que se manifestó al instante desde su varita respondió con tanta intensidad casi frente a las narices del dragón que por un instante Guillam necesita aferrarse a su arma con las dos manos a la vez. Un sonido sordo, cómo si algo se hubiera roto fuera de la atmósfera terrestre, anuló toda intención del dragón por calcinarlos con vida, no había más rastro de las llamaradas contra ellos y el dragón nuevamente sobrevolaba en un plano demasiado cercano. Quintel casi palideció al entender lo que había hecho, había jugado con el tiempo, eliminando cómo si nunca hubiese pasado el ataque del dragón.

Finalmente, mas rápido de lo que lo ha hecho para aparecerse, los efectos vara de cristal desaparecen de su mano, pero no conforme con la perdida del arma, el muchacho no tarda en invocar nuevamente y por ultima vez los poderes de vara de cristal, por lo que  el equipamiento se materializa en su diestra con tan solo pensarlo. Adicional a ello, el brujo además invocó con el pensamiento un ignea máxima apuntando sobre él los efectos del hechizo. Se roció con el polen de lirios de fuego solo por si el dragón tenía pronto ganas de una revancha.

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Benjamin Whisper

PV 100// PP 7

El dragón vuelve a rugir tan fuerte que el sonido fácilmente podría haber roto los tímpanos de ambos de no estar contando con la protección del himno del eléboro. Varias salamandras de fuego salen de sus escondrijos entre las altas esculturas que bordean el patio, y todo parece hundirse un poco más en el caos. El ambiente entero parece generar más y más distracciones, pero Benjamin aún consciente de todo eso, mantiene la mirada firmemente puesta en Quintel, que ha conseguido invalidar su intento por dejarlo enmudecido.

Benjamin se siente muy tentado de dañar solo un poco más a Quintel,  dañarlo verdaderamente para que el calor y los vapores de ese espacio se mezclen con el fragante olor de la sangre de él, pero el peligro de que el dragón vuelva a intentar algo en contra de ambos, lo obliga a tomar una necesaria aunque dolorosa decisión y posponer por el momento cualquier ataque sobre el muchacho (quien después de todo los ha librado a ambos de la poderosa llamarada con su intervención en el tiempo) para librarse de una vez por todas del acecho de la ancestral criatura.

Fuego compacto- susurra, pero a diferencia de lo hecho por el joven mago, Ben apunta directo hacia Aphophys, y el hechizo, un haz de luz que es tan delgado como destructivo, hace efecto e impacta al instante en el dragón del uzza potenciado por los efectos de la vara de cristal, desintegrando por completo a la criatura. 

En el interior del rubio no hay atisbo de ira, si hay un rastro de pena, pero este se pierde en la adrenalina creciente de la batalla con la que tanto él como Quintel, están buscando probar su conocimiento del libro sobre el que con más desdén que paciencia Gahíji los ha instruido. Movido por aquella sensación que exacerba sus sentidos, Benjamin tiene además la certeza de que el hecho de tener a Quintel al frente en lugar de cualquier otro oponente, es lo que hace más atractivo el duelo, y ahora que se ha librado de distractores,  pueden retomar con él esa dinámica tan suya que se replica hasta en los ámbitos más insulsos, de quien tiene mayor capacidad de control sobre el otro, pues, sin importar el tiempo ni el espacio, ese juego alimenta todas y cada una de sus interacciones, desde las miradas cuidadas y los toques efímeros cuando están en público, a las abiertas y más osadas exploraciones que pueden hacer cuando están a solas en la inmensidad del piso que comparten en el Pink Palace.

Así que empuña con más fuerza su varita, al tiempo que la de su rival muestra nuevamente los efectos de la vara de cristal y apunta hacia la escultura que está más cerca de su muchacho, apenas un metro al lado de él. 

Vitae- susurra, y de inmediato la magia actúa sobre la pieza, mutándola y haciendo que le broten cuatro pares de patas a los lados que terminan en filosas garras, así como largos y filudos colmillos. Pese a su consistencia pétrea, el monstruo avanza con bastante rapidez guiado por sus ojillos oscuros y malévolos que  distinguen a Quintel para atacarlo y despedazarlo, conforme a la orden de Ben, concentrándose en sus manos para evitar que intente conjurar algún otro ataque. 

Ya no hay dragón pero compararlo conmigo te va salir caro muchachito- objeta, materializando también la daga del sacrificio en la mano que tiene libre - mucho más caro que perder este duelo. 

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Quintel Guillam
PV:100
PP:7

Sus pálidos ojos breve pero profundamente están puestos en aquel punto en el aire donde la criatura ha desaparecido sin haber dejado más rastro. Es escalofriante de algún modo, cómo una criatura de tales dimensiones cómo un dragón pudiera solo desintegrarse asi, y aunque Quintel aun tiene sus dudas al respecto, esta sin duda había sido la mejor demostración que pudieron haber visto sobre los poderes de un hechizo cómo el fuego compacto. Por otro lado, una parte de él quisiera poder indagar en los pensamientos de Benjamín, y lo que ha sentido y pensado al expresar una magia tan siniestra cómo esta. 

Recordando entonces que siguen a la mitad de un duelo, bajo apenas la mirada para encontrar a Bejamin delante de él, firme e imperturbable, lo que hace solo que sienta cada vez más ganas de saber lo que piensa, aun cuando sabe que, si se lo preguntase, seguramente dirá algo perverso sobre ellos y su duelo. De pronto Guilllam se siente que nuevamente está bajo la mirada y el ataque de aquel dragón y no frente a su compañero de piso. Piensa entonces en mutis, apuntando con  su vara de cristal, cuando Benjamín luego de eliminar a la bestia voladora comienza a moverse nuevamente, de ese modo el mago los hechizos que pudiera pronunciar el mago serán enmudecidos.

Y es que a Benjamín Whisper no se le podría tomar a juego en ningún momento, Quintel lo supo desde el instante en el que se conocieron por equivocación, lo sabe tras recibir esa última amenaza con la que está por sentenciar su final. Quintel ha sido siempre consciente de esa malicia con la que la mente del brujo está corrompida y, muy posiblemente, más allá de todo lo que antes le ha ofrecido, es siempre eso lo que ha sabido mantener al muchachito cerca de él todo este tiempo. Era un misterio para Ehécatl lo que iba a suceder si finalmente se entregaba por completo a un ser de la naturaleza de Whisper, pero aun sabiendo todo esto, Quintel jugaba el juego.

La daga de sacrificio se manifiesta en las manos de Ben y Quintel no puede evitar un escalofrío recorriendo la espalda.

Morphos-cangrejo de fuego-, masculla luego de, cómo única respuesta, darle a cambio una sonrisa desafiante a Whisper, de esas que sabe que son capaces de arrinconar al hombre a sus más bajos instintos con tal de demostrarle al muchachito el orden de las cosas. El hechizo trasformo una roca de buen tamaño para que pudiera distraer los pensamientos de Ben. De pronto de entre los escombros causados por el vuelo tan bajo del dragón, emerge un cangrejo de fuego asustadizo que sin pedírselo dos veces comienza a disparar llamaradas desde su retaguardia contra Benjamín.

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Benjamin Whisper

PP 7// PV 100

Un diestro uso del mutis incapacita a Ben de poder finalmente realizar el hechizo que tiene pensado, de modo que el uso de la daga del sacrificio tendrá que esperar. Sin embargo, es esa también una ventana de oportunidad que de pronto encuentra que puede aprovechar,  ya que no durará mucho más el poder de su vara de cristal, así que no pensándolo mucho más,  y antes que Quintel lance un nuevo ataque, replica igualmente con otro mutis, y disfruta al comprobar que esta vez su hechizo ha dado en el blanco.

Lo que sea que el muchacho hubiera querido hacer apuntando a esa roca cerca suyo no resulta, pues ninguna palabra sale de sus labios. Es ciertamente placentero verlo de pronto allí, no sabe si ofuscado pero sí contrariado, posiblemente con su prodigiosa mente arremolinando pensamientos de forma frenética para evitar que esa situación se agrave y termine conduciéndolo a la derrota. Y es esta faceta, la de poder llevarlo a sus límites, de que pruebe para sí mismo hasta donde es capaz de llegar con tal de nunca inclinar la cabeza, así pueda romperse en el proceso, la cualidad que encuentra cautivadora en Quintel, tan impropia de alguien joven que por eso mismo es rara y especial y no hay un solo momento, siempre que tenga la oportunidad, que Benjamin no esté dispuesto a ir más allá de sus propios preceptos  para descubrir qué de nuevo puede aparecer en ese camino que de formas tan torcidas, los dos han estado recorriendo juntos.

El duelo está llegando a su punto culminante, ambos lo saben. El más mínimo paso en falso será el que decida al ganador, así que incluso si es una característica muy suya actuar lo más guiado por la razón que pueda a cada paso, sabe que cuando se trata de duelos, la intuición resulta mucho más preponderante y que ignorarla sería una estupidez.

Debe prestar atención entonces, a las señales que su propio cuerpo le está dando y  le demanda, que no es otra cosa que una pulsión muy fuerte de que necesita protegerse, y si las circunstancias terminan favoreciéndolo, hacer pagar de la forma más inimaginable posible a Quintel cada una de sus provocaciones durante la batalla. Así que alza la vista y pudiendo hablar nuevamente, conjura un ígnea máxima para ser inmune a cualquier ataque con de fuego, evitando así dicho peligro.

Y aunque el efecto de la vara de cristal finalmente culmina, él se siente listo para dar el zarpazo final.

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