El Secreto de los Centauros

[Noeline Malfoy McFarlan]

La pregunta parece que se había perdido en el aire porque nunca llegó la respuesta de sus distraídos compañeros, o al menos no de manera inmediata. El japonés continuaba en su tarea de señalizar todo el lugar para que la Black Lestrange no les perdiera el rastro, y la Ministra Francesa se había entretenido con su bebida. Lo que despertó su curiosidad. ¿Qué estaría bebiendo? si se daba la oportunidad se pondría más cerca para detectar con su olfato el contenido de lo que había ingerido. 

Ya entrada la noche en el bosque se lograban distinguir los sonidos de los animales y de algunas de las bestias que lo habitaban, otros de los animales ya deberían dormir en ese momento. La pelirroja estaba atenta a cada sonido. ¿Qué señal podría tener para detectar a los centauros y su lugar de morada? Lo único que se le ocurría es que podía escuchar el sonido de los cascos en la distancia, por eso no bajaba la guardia. Estaba esperando que sus pasos les acercaran al lugar, pero no tenía idea si acaso los estaban distanciando. 

Al parecer la negativa sobre lo que había planteado se volvía evidente. La francesa se había acercado al japonés a cuchichear, cosa que no resultaba del todo educado. O era acaso que tendría algunos otros intereses más personales en mente. Si resultaba así lo mejor sería no inmiscuirse, en líos de pareja era mejor mantenerse al margen. La misión tenía un objetivo claro, pero parecía que sus compañeros ya habían encontrado algo más en lo que entretenerse. 

Dejándolos un poco atrás en sus asuntos, la Malfoy se adelantó con la varita en mano, un ligero lumos iluminaba la punta del madera y tan solo un par de pasos a su alrededor. Sus pasos firmes y decididos no bajaban el ritmo y estaba aumentando la distancia con sus compañeros. Si continuaban hablando ya no sería necesario que lo hicieran en susurros porque la distancia favorecía a sus privadas pláticas.

[Ada Camille Dumbledore]

La respuesta quedo mucho mas retrasada al ver la actitud de la pelirroja Malfoy, si parecía verse irritada de ver que me había acercado al japonés, no entendían al parecer que ya estaba aburrida de caminar en medio de la oscuridad durante tanto tiempo era algo que realmente me ponía ansiosa, y ansiosa solo me hacía tener pensamientos a millón que me dejan exhausta. De verdad necesitaba tener algo más en que pensar, que podía pensar de la vida de Noeline Malfoy, era una pelirroja linda que tenía una familia linda y tenia un buen padre y ahora un casi buen padrastro que era mi hermano Cillian. Era callada,  se relacionaba poco. Por su forma de vestir debía ser muy recatada y algo seria en su actitud me decía que debía ser una persona poco sociable. Eso era algo común ser así, más más el mundo mágico cuando empezamos desde niños con las inhibiciones de no revelar a cercanos que somos magos. Aún recordaba como en la niñez mi bisabuela nos ordenaba que no habláramos de más con los visitantes del Chateau de Malmaison en donde de habíamos sido criados y de donde venían todos los antepasados de los Rosier. Siempre habían estado en medio de la alta sociedad parisina y siendo descendientes de la casa de los Bourbon, debíamos mantener nuestro lugar. Siempre fui muy tranquila y protegida porta familia y eso lo agradecía, mi instituir había sido también la albacea de mi madre al morir mi abuela, era una vampiresa de cientos de años que había acompañado y defendido a la familia siempre y nos educada de manera firme y rígida, pero amable. 

Algo me saco de mis pensamientos y detuve del brazo a Toji y con una seña a Noeline, había algo extraño, llevábamos mucho tiempo caminando y estaba haciéndose menos denso el bosque, lograba escuchar el agua correr no muy lejos de ahí, lo que indicaba que según los cálculos estábamos cerca de el asentamiento de los centauros.

[Noeline Malfoy McFarlan]

Había logrado avanzar un poco y sentía como los pasos de sus compañeros se mantenía a una prudente distancia. Según su conocimientos en Cuidados de Criaturas Mágicas podía intuir que se podían encontrar con un grupo pequeño de unos diez centauros, cosa que también se podía extender a unos cincuenta. Pero el grupo de magos ahí presente no superaba los cuatro miembros. Cuatro, si se les volvía a unir animaga.

—Es por aquí— dijo levantando la voz. En el ambiente se podía sentir algo distinto y una corazonada le decía que por ahí era el camino. La reacción hacia esa sensación había sido tan inmediata que no cayó en cuenta de que no sólo alertaba a sus compañeros sino también al grupo de centauros que seguramente estaba cerca de ellos. En cuanto volteó hacia donde estaban el japonés y la francesa pudo notar en sus gestos que aquella también lo había percibido y ahora le realizaba un seña.

No pasó mucho tiempo para que el sonido de los cascos se hiciera oír a su alrededor y de inmediato el trío de magos se vio rodeado de una pequeña manada. Eran la descripción precisa de un catálogo: cuerpos equinos de diferentes especies, que terminaban en torsos humanos, con rostros serios y de pocos amigos. Solamente en las clases de Cuidados de Criaturas Mágicas había tenido conocimiento de su apariencia. Por lo que estos seres preferían mantenerse alejados de los humanos, nunca había tenido la oportunidad de encontrarse con alguno.

—¿Qué buscan, humanos, en estas tierras?— dijo sin preámbulos quien parecía ser el líder del grupo. —No les pertenecen y no tienen ningún derecho a visitarlas.— Ya sabía de antemano que no iban a ser bien recibidos. Solo tocaba llenarse de valor y saber mantener los modales para que no se sientan ofendidos y los saquen a las malas. Así que alejando cualquier miedo la pelirroja se vio en la necesidad de tomar la palabra.

—Todos saben que ustedes son muy celosos con los secretos que su raza oculta. Y es algo que los que estamos aquí presente sabemos respetar. Solo queremos compartir nuestros conocimientos.— Continuaba a medida que sacaba el astrolabio. No sabía usarlo pero seguro alguno de sus compañeros haría buen uso de él. Y podían demostrar que estaban ahí para compartir y no para hurtar.—No buscamos alianzas si así no lo desean, pero sí hay algo que puede afectar al mundo mágico no podemos mantener ciegos a la situación. Utilizaremos con respeto los que ustedes tengan para compartirnos.

[Ada Camille Dumbledore]

La noche iba avanzando demasiado, sabía que nos habíamos adentrado muchísimo al bosque y por supuesto debíamos estar cerca a algo porque había escuchado el río, pero cuando la Malfoy nos alerto de la presencia de los Centauros ya había sido muy tarde pues una grupo de ellos estaba hasta delante nuestro. Solté a Toji con calma, los movimientos fuertes y agresivos no eran buenos con ellos,  eran muy sensibles y sumamente territoriales. Ver la anatomía de estos seres era completamente extraordinario y sabía que si  ellos confiaría no era  precisamente en los humanos que siempre les habían tratado como seres inferiores. Conocía ese sentimiento al ser semiveela, siempre nos consideraban menos a los humanos cosa que era sumamente desagradable. 

 

Sonreí al centauro que iba enfrente, me quite el abrigo de cuero, quedando solo en una blusa suave de color azul y me solté el cabello, deje que el largo cabello rubio cayera de lado por mi brazo derecho mostrándome como mis antepasados.

 

-Soy como ustedes una mestiza, una semiveela y vengo en busca de la profecía que puede salvar a nuestro querido mundo mágico. No somos muy diferentes y se que a ustedes esa profecía también los afectará. 

 

Saque con calma la bola de criaturas que tenia en mi bolso de piel de moke, para lograr ejercer mi conocimiento de Adivinación delante de ellos.

 

-   Mis antepasados son criaturas del bosque, pero también soy parte de los magos así que no pierdo darle la espalda a que algo malo pase en  nuestro mundo.

 

Me arrodille en la hierva, dejando la bola de cristal sobre mis piernas, intencionalmente había dejado al japonés a mi espalda , confiando en que si era atacada el me apoyaría. Cerré los ojos respirando suave y mis manos empezaron a rodear la bola de cristal, una suave nube azul celeste empezó a manifestarse en el artilugio mágico. 

 

- Eres el hijo del jefe de la manada de centauros

 

Dije segura mientras veía lo que me mostraba la bola de cristal usando los dotes de Adivinación. Vi varias acciones y empecé a percibir sentimientos.

 

- Serás tu quien lo suceda en el poder cuando muera 

 

Dije totalmente concentrada en lo que me revelaba, la Adivinación era un arte difícil y d educación concentración.

 

-   Pero aun no te crees digno de ese puesto, amas a tu padre y lo respetas 

 

La nube se hizo más espesa y difícil, parecía tener algo que mostrar mucho más turbio.

 

-  Tu hermano quiere el poder y por eso te rodeas de gente de confianza para ti, no confías en él 

 

La Adivinación muchas veces solo nos mostraba aquellos que debemos saber y no lo que necesitamos, pero dejo ver quien era quien  guardaba y protegía la profecía, así que me centre en tratar de ver más allá. Quien guardaba la profecía era el mismo líder de los centauros. La Adivinación permitió solo ver que pronto se uniría a una hembra pronto y lo veía lleno de felicidad.

 

-    Felicitaciones por sus prontas nupcias. Ahora que ve que no somos tan diferentes, podría llevarnos con su líder. Esto es de suma importancia y los necesitamos a ustedes para sobrevivir.

 

Solté mientras lo miraba con calma y tranquilidad  no podríamos ser de ninguna manera exigentes, porque necesitábamos de ellos.

[toji]

Fushiguro, Toji

El grupo continuo su camino a través del bosque que se les abrí por delante, tenían clara cuál era su misión más inmediata y por eso habían seguido su camino dejando a tras a la Black Lestrange. A Toji le pareció una bruja capaz y por eso se preocupaba poco, además que cada uno de los presentes sabían cuáles eran los riesgos a la hora de aceptar el encargo del MACUSA. Abandonando aquellos pensamientos, Fushiguro sacó del monedero de piel de moke lo que parecía una Bola de Cristal. El nipón detrás de la Malfoy, a quien había alcanzado hace unos segundos, compartió con ella su afirmación de que iban por camino correcto. Toji se paró en seco cuando se percató que el interior de la bola de Cristal empezaba a tener actividad. Su conocimiento de la Astronomía le venía muy bien ahora para orientarse y encontrar localizaciones

—Estoy… — Toji se silenció al ver que ya habían aparecido las criaturas, eran unas cuantas, allí parados sobres su cuarto patas. Instintivamente llevó su mano a la empuñadura de su catana, alerta antes la llegada de aquellas bestias. —No buscamos pelea alguna, somos venimos a buscar algo de información y solicitar la ayuda de tu raza— Toji se acercó aún más a ambas brujas, manteniendo siempre su mano en la empuñadura de su catana que estaba lista para ser desenvainada si se diera el caso. Con su otra mamo aun sostenía la bola de cristal que intentaba decirles algo. Fushiguro miró atento el objeto y pudo captar un pequeño fragmento de algo. El japonés rápidamente se dio cuenta que esa información le venía genial. —Veo a tu raza peleando entre ella, no sé qué significa eso, pero tiene que ver con lo que oculta este bosque— sentenció el nipón levantando la bola de cristal con el fragmento de la imagen de dos centauros batallando entre sí.

Toji guardó la bola de cristal en su monedero, la dejó muy a mano en su interior porque no sabía si la volvería a necesitar más adelante. Ahora debían de continuar convenciendo los centauros de que el peligro era inminente y que tanto el trio como las criaturas del bosque estaban en peligro. La Malfoy había sacado su astrolabio, pero no sabía cómo usarlo, cosa que Toji si sabía, tenía bastos conocimientos en Astronomía y la utilización de aquel objeto era una de las cosas que se le daba bien. —Malfoy, dame el astrolabio, con el buscaré donde se producirá la batalla entre los dos centauros de mi visión— extendió la mano para alcanzar el objeto que sostenía Noeline, mientras Ada Camile seguía intentando convencer a las criaturas que nosotros no éramos el peligro. Tomó el objeto con las manos y lo levantó hacia las estrellas. —Bien, la astronomía nos enseña que para disponer una localización debemos primero fijar una estrella, y si está relacionada con lo que buscamos mucho mejor… —explicó mientras movía las gujas y manecillas del astrolabio. — Nosotros usaremos a Rigil Kentaurus (alfa centauro), que se encuentran en la constelación de Centauro y cuya declinación en el cielo es de -61 grados— Toji giró una de las manecillas del astrolabio para indicar mediante las técnicas de la astronomía, su latitud.

—Ahora bien, aún necesitamos otro dato importante para poder determinar la situación de nuestra posible batalla— Fushiguro aclaró que la astronomía  podría o no darles una localización, aun les faltaba convencer a los centauros para acudir y poder hacerse con el resto de la profecía. —Necesito que saquéis de mi monedero un telescopio y lo apuntéis hacía la misma dirección que yo apunto con el astrolabio— esperó paciente a ver cuál de las dos brujas procedía a meter la mano en su bolsillo para sacar el monedero y luego el telescopio. —Seguro que con los datos que extraigamos del astrolabio y del telescopio podéis calcular en un mapa la localización que buscamos— dijo Toji dirigiéndose ahora a la manada de centauros que aguardaban alerta junto a ellos.  

[Noeline Malfoy McFarlan]

No era muy dada a las artes adivinatorias y a su lado la francesa hacia gala de ello. Hablaba y soltaba información como si se trata de algún artículo que estaba leyendo con la seguridad de lo que tenía delante de sus ojos. Y en el rostro de los centauros se dejaba entrever que lo que mencionaban sus palabra coincidía con la realidad. En alguno de los que conformaba la manada también se visibilizaba la duda y desconfianza ¿acaso pensaría que eran algún tipo de espías?

—¿Peleando entre ellos?— masculló la Malfoy, la frase original había venido del japonés, parecía también tener algunas dotes adivinatorias pero distintas de las francesa. Definitivamente los conocimientos que poseía la pelirroja iba por senderos muy distintos que los de sus compañeros.

Por sus conocimientos de Cuidado de Criaturas Mágicas sabía que los centauros no eran los seres más amigables del mundo mágico y que tenían que ir con sigilo cuando correspondía tratar con ellos. Las criaturas huían o atacaban desde su ignorancia. Pero la inteligencia de estos seres podrían hacerlos, más que huir desaparecer por completo. Así que intentando reflejar confianza y serenidad en sus rostro y en sus gestos se acercó al que había sido indicado como líder para poder dialogar.

—Admiramos su conocimiento y sus habilidades. Lo dije una vez y lo repito, este es sólo un gesto de la unión que esperamos entre nosotros. Magos y Centauros. En clases de Cuidado de Criaturas Mágicas alguna vez tuvimos a uno de los suyos compartiendo lo que sabía y fue un gran aporte para la comunidad mágica. Nuestro aporte fue significativamente más humilde pero lo acogimos como a uno de los nuestros. Por favor, sólo le pido que confíen en nosotros.— Terminó el monólogo que había sido escuchado con atención pero su contraparte no daba indicio de una pronta respuesta.

¿Qué más podía hacer? Tenía que hurgar a fondo en su memoria. Por si había algún detalle que se le había escapado de las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas o de algunos de los libros a los que era asidua a consultar.

[toji]

Fushiguro, Toji

Las intenciones de los centauros pronto se hicieron visibles. Ellos ya sabían lo que estaba a punto de venir y aún más, sabían cómo se iban a desarrollar los acontecimientos, pero lo tenían a buen recaudo. Pronto el nipón discernió en la posibilidad de que los centauros habían llegado a su encuentro simplemente para obstaculizar su paso por el bosque. --¿De qué va esto? -- preguntó el nipón en tono más serio. El resultado de las predicciones extraídas de la bola de cristal y la posible localización obtenida mediante el uso del astrolabio permitieron a Toji desenmascarar a las criaturas que tenían delante. —Habéis llegado desde la misma dirección que nos ha revelado el astrolabio, vosotros ya sabíais lo que buscamos… — la rabia empezó a surgir a través de las palabras. La mamo diestra volvió a la empuñadura de la catana y esta vez sujetándola con más ahínco dispuesto a desenvainar en cuestión de milisegundos. 

Toji miró a sus compañeras de aventura para buscar la aprobación en sus miradas, el nipón esperaba que ambas lleguen a la misma conclusión, sobre todo después de escuchar las intervenciones de Noe haciendo gala de su basto conocimiento sobre criaturas. —No permitiremos que juegues con nosotros, criatura— Toji ya había perdido la última pizca de paciencia, su tono y su lenguaje corporal lo podía corroborar. 

—Podéis empezar a hablar cuanto antes, centauros— masculló frío pero contundente. No quitaba la diestra de la empuñadura de la su catana, y más, no soltaba la varita que había deslizado de la manga de su haori. —no vamos a tolerar que os burléis de nosotros, aquí los animales sois vosotros… — Toji ya había perdido la compostura, apenas se reconocía. Hacía mucho que no se ponía tan agresivo con otras criaturas, es más él se mantenía indiferente hacia los enfrentamientos con otras especies. Algo le ocurría al mago, ¿quizás se trate de algún ardid de los centauros? Al fin y al cabo, eran criaturas mágicas. Poco le faltaba al nipón para desenvainar su catana y empezar a dar cortes a las extremidades de los centauros, pero algo en el fondo lo estaba reteniendo… 

[Noeline Malfoy McFarlan]

[Ada Camille Dumbledore]

[toji]